Serena se despertó con un respingo, y al instante los dos profesores estaban en pie con las varitas en la mano.
- AAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAA ...
Harry y Hermione miraron horrorizados a Ron, que seguía con la vista fija hacia la mesa de la bibliotecaria, y luego, al libro que había caído de sus manos y yacía en el suelo, abierto de par en par. El chillido que emitía era continuo, sin inflexiones, y se metía en la cabeza como si fuera una taladradora.
Harry se agachó y lo cerró. El grito se detuvo en seco.
- Potter ... ¡POTTER! – gritó Snape, con el rostro desencajado, mientras zigzagueaba entre las estanterías.
En la penumbra de debajo de la capa, Harry llamó la atención de los otros dos y señaló hacia la derecha. Si Snape seguía moviéndose del mismo modo, recorrería cuatro pasillos entre estanterías antes de llegar al suyo. Era la única opción que les quedaba si querían salir de la habitación indemnes. Estaban a punto de salir de la Sección Prohibida cuando una figura oscura se cruzó en el pasillo, cerrándoles el paso.
- Ho-la – dijo la profesora Greenwood, con una mirada que dejaba a las claras que podía verles. El cómo era una incógnita. No parecía enfadada, sino más bien divertida.
Hermione trató de sonreír aparentando inocencia, pero no podían tener aspecto más culpable: los tres llevaban pesados libracos en sus mochilas, libros que teóricamente ninguno de ellos podía leer, y mucho menos llevarse de la biblioteca a las tres de la madrugada.
- Podéis bajar las manos, os juro que no os dispararé – dijo Serena, casi riendo.
Los tres dejaron caer los brazos empezando a comprender. Harry se volvió lentamente para ver su preciada capa invisible colgando de un saliente de la estantería en el que debía haberse enganchado. No era de extrañar que la profesora se contuviera la risa, se había encontrado a los tres intrusos caminando en fila india, creyendo sostener una capa invisible situada cinco metros atrás.
Justo al lado de la capa apareció Snape, crispado de furia. Entonces Harry se dio cuenta de que tenían un as en la manga: estaba seguro de que a Snape no le interesaría que Serena supiera lo que había ocurrido después de quedarse dormida. Miró al profesor, y éste debió leer sus pensamientos, porque con un gran esfuerzo trató de recuperar la compostura.
- Cinco puntos menos por cabeza, y pasad mañana a primera hora ... de la tarde por mi despacho para saber vuestro castigo... – dijo, mientras a Ron y a Hermione se les entreabría la boca de la sorpresa, ¿solamente quince puntos? – Dejad los libros en su sitio y volved de inmediato a vuestros dormitorios. ¡YA! – gritó, mientras les abría el paso.
Rápidamente, los tres colocaron los libros allá donde cupieron y salieron de la biblioteca.
* * *
La puerta se cerró y durante un rato se oyeron los pasos apresurados de los tres jóvenes alejándose por el pasillo , hasta que la biblioteca quedó en silencio.
Y Serena se echó a reír a carcajada limpia. Snape la miró, algo sorprendido.
- ¿Qué pasa?
- Es que ... ha sido muy gracioso ... creían que llevaban la capa ...
Ella le hizo un gesto con la mano, para darle a entender que en ese mismo instante no podía continuar hablando. Se apretaba los brazos contra el estómago y se apoyó contra una pared.
La risa era contagiosa, y a pesar de todos sus esfuerzos por evitarlo, al final él también lanzó una larga carcajada, frenada en seco por el recuerdo de la mirada de Harry.
Entonces se dio cuenta de que ella ya no reía. Continuaba apoyada contra la pared y le miraba de una manera extraña.
- Nunca antes le había oído reír ... – dijo ella - ... y es una lástima. Tiene una risa muy bonita.
Él la miró fijamente levantando una ceja, y ella sonrió.
- Deje de poner cara de vaca mirando al tren. Es verdad. – miró su reloj – Caray, es muy tarde... ¿Hablamos mañana, de acuerdo? Tengo un sueño tremendo ... – se dirigió a la puerta rápidamente y salió sin mirarle.
* * *
La mañana siguiente amaneció nublada, pero en el gran comedor no se notaba la falta de luz. Había recuperado el bullicio habitual, y los profesores parecían estar de mucho mejor humor. La mayoría de ellos se habían pasado por la enfermería antes de desayunar, y casi todos con regalos para la pequeña convaleciente.
En un principio la señora Pomfrey se había opuesto, porque la madre descansaba en una cama cercana, rodeada de cortinas, pero como Alex le demostró con una pandereta que no le iban a despertar ni a cañonazos, los dejó pasar. Una escoba de juguete, gentileza de la profesora Hooch, flotaba al lado de la niña. Hagrid había traído un puffskein, Dumbledore había llevado una bolsa enorme de dulces de Hogsmeade ...
Ni el profesor Snape ni la profesora Greenwood fueron a desayunar, aprovechando que era domingo para recuperar las horas de descanso perdidas.
A la hora de comer apareció Snape, pero bajo su acostumbrada expresión de mal humor Harry pudo entrever cierta preocupación. Pronto su atención se desvió del profesor, puesto que Dumbledore anunció el esperado baile de Navidad, que tendría lugar a mediados del mes siguiente.
Por la tarde fueron al despacho. Llamaron a la puerta, y al poco, ésta se abrió. Definitivamente el profesor Snape tenía muy mala cara a pesar de haber dormido toda la mañana.
- Pasad. – ordenó, cerrando la puerta tras ellos. La chimenea de su despacho continuaba apagada, y la humedad y el frío de las mazmorras eran mas evidentes que nunca.
Él se volvió de espaldas a ellos, como si observara una de las extrañas y asquerosas criaturas que flotaban en los tarros de sus estanterías.
Era evidente que el profesor no tenía ni idea de cómo afrontar la situación.
- No habrá castigo – dijo, volviéndose hacia ellos. Ron sonrió con aire triunfal, mientras Harry y Hermione observaban con atención la cara cansada del profesor. Harry tuvo que reconocer que le daba algo de lástima. Parecía hecho un lío. – Pero les he de pedir – la boca se le torció al pronunciar ese verbo – que por favor no le expliquen a nadie lo que vieron.
- Pero la profesora Greenwood ... – empezó a decir Ron, hasta que Hermione le detuvo con un apresurado y doloroso pellizco - ¡Auch!
Snape miró a Ron con disgusto.
- ¿Cree que a ella le haría mucha gracia saber que ustedes vieron lo que ocurrió, Weasley?. Saber que tres alumnos la vieron be... eh ... en una situación tan ... tan ... comprometida – empezó a trabarse, era bastante gracioso tratándose de Snape – sólo conseguiría incomodarla. Así que ... confío – otra mueca de desagrado – en su discreción. Pueden irse.
* * *
Cinco minutos después de que los tres Gryffindor salieran del despacho, volvieron a llamar a la puerta. El profesor Snape, que estaba sumergido en la tediosa corrección de exámenes de primer curso, dijo "pase" sin levantar la vista de los papeles.
- Severus ...
Casi volcó el tintero de la sorpresa. Era la profesora Greenwood, y no parecía muy contenta.
- Green ... pro ... Serena ... – empezó a farfullar.
- ¿Ocurre algo?
- Lamen ... ¿perdón?
- Digo que si ocurre algo ... le veo un poco agitado.
- No, nada, nada – se aclaró la garganta – Estos exámenes, que son penosos...
- Creí que después de haber visto los míos ya no se asustaría por nada – dijo ella, sonriendo sin mucho entusiasmo.
- Si ..., digo... no..., digo... – cerró los ojos unos instantes y volvió a abrirlos - ¿qué se le ofrece?
Ella se había quedado mirándolo de nuevo con aquella expresión tan extraña, pero al oír la pregunta sacudió la cabeza y puso un manojo de papeles sobre la mesa.
- Si ... se trata de lo que hablamos anoche. Lo de la luna y las estrellas ... , quiero decir, lo de la ... jaula de confinamiento.
- Ah, si, claro...
- Verá, quedamos en que la jaula se deshace cada vez que coinciden la luna nueva y la muerte de una estrella . Sabemos predecir cuando habrá luna nueva, pero no cuando morirá una estrella. Bueno, para ser exactos, no sabemos cuándo llegará la luz de la explosión final de dicha estrella.
- Ajá.
- Vale. Según textos científicos muggles, es casi imposible establecer el momento exacto, pero si puede saberse qué estrellas están a punto de convertirse en supernovas. El caso es que busqué en Internet...
- Inter ... ¿qué?
- Ya le explico luego... Bueno, el tema es que hay unas cuantas a punto de estallar, pero muy pocas cumplen todos los requisitos: ángulos respecto a algunos planetas, distancias y demás. El caso es que ninguna de ellas puede verse a simple vista, al menos de momento. Sólo serán visibles cuando llegue la luz de la explosión. Así que será fácil detectarlas: bastará ver una estrella de más en alguna de estas constelaciones – levantó una hoja.
- Si usted lo dice ... ¿y cual es el problema?
- Spellbreaker. Sé que juega un papel importantísimo, pero no tengo ni idea de cuál.
- Pues Voldemort si debía saberlo, porque estaba muy interesado por ella. Menos mal que no se dio cuenta de que la había tenido a sus pies.
- Si... – repuso ella, sacando su varita y observándola con orgullo. - Suerte que se esconde bien.
* * *
- Está bien, ¿qué hacemos? – preguntó Harry, tomando asiento en uno de los sillones de la sala común. El resto de los alumnos de Gryffindor estaban entretenidos observando la nueva colección de "Sortilegios Weasley". - ¿Se lo decimos a Serena, o no?
- Claro que sí – dijo Ron.
- Claro que no – dijo Hermione al mismo tiempo.
- ¡Se aprovechó de ella!
- ¡No es verdad, fue ella quien le besó!
- ¡Pero él empezó primero!
- ¡Fue un inocente beso en la frente!
- ¿Se puede saber por qué lo defiendes? ¿Es que no recuerdas lo que te dijo cuando el idiota de Malfoy te puso los dientes de castor?
Harry miró a Hermione pensativo.
- En eso tiene razón, Hermione. No entiendo por qué continuaste defendiéndole después de eso.
Hermione miró al suelo un momento.
- Me pidió disculpas. Me hizo prometer que no se lo diría a nadie. Supongo que no podía permitirse castigar a Malfoy, no estaba seguro de que su padre no continuara del lado de Voldemort...
Harry asintió con la cabeza.
- Y con razón. Lucius Malfoy fue de los primeros en aparecerse en el cementerio el año pasado – dijo, estremeciéndose con los dolorosos recuerdos de aquella noche.
En ese mismo instante, Lavender Brown y Parvati Patil entraron corriendo por el hueco del cuadro, chillando y alborotando como locas.
- ¡ES INCREÍBLE! ¡NOS HEMOS ENTERADO DE ALGO ALUCINANTE! ¡SABEMOS QUIÉN VA A SER LA PAREJA DE DRACO MALFOY!
- ¿Y a quién le importa? – dijo Ron, riéndose.
- A ti, mucho ... – dijo Parvati, volviéndose hacia él con una sonrisa desagradable – Porque es tu hermana.
- ¿QUÉ? – gritaron a la vez los tres Weasley. Ron se levantó de un salto de su sillón, mientras Fred y George resultaban alcanzados por una de sus "natillas explosivas".
- Nuestra hermana se ha vuelto loca – le dijo Fred a George, con la cara cubierta de natilla.
- Pues se habla de chantaje ... – añadió Lavender, echando leña al fuego.
- ¡AAARGH!
Harry y Hermione alcanzaron a Ron cuando éste ya había cruzado la sala común en dirección a la salida. Trataron de apartarlo de allí, pero no era fácil.
- ¡SOLTADME AHORA MISMO! ¡VOY A DARLE SU MERECIDO!
- ¡Harry, se ha vuelto loco! – exclamó Hermione, mientras trataba de soltar los dedos de Ron del marco del hueco. - ¡Haz algo!
- Gññññññ – gruñía Ron, apretando los dedos con más fuerza.
- ¡Hermione, apártate! – ordenó Harry - ¡Petríficus totallis!
Ron se quedó tieso como una tabla de planchar, y cayó de narices contra el suelo.
- ¡Uf! – resopló Hermione, aliviada. – Harry, tal vez deberíamos atarlo antes de que pueda volver a moverse. Al menos hasta que estemos seguros de que ha recuperado la cordura.
* * *
Con lo de Ginny, a todos se les fue un poco de la cabeza el asunto del profesor Snape. Se pasaban el día vigilando a Ron, que parecía dispuesto a saltarle al cuello a Malfoy en cualquier momento. Acabaron sacando la varita tan rápido como Clint Easwood su revólver.
Los rumores debían ser acertados en lo referente al chantaje, porque Ginny se negó a decirle nada a Ron respecto a su pareja del baile. De todas formas le aseguró a su hermano que no iría con Malfoy si podía evitarlo, y eso lo tranquilizó un poco.
Las clases transcurrían casi normalmente en Hogwarts, exceptuando por unos pequeños detalles: Snape era bastante más justo con Gryffindor, aunque continuaba favoreciendo a los Slytherin siempre que podía; y la profesora Greenwood se pasaba casi todo el tiempo que no tenía clase a la intemperie, en una especie de entrenamiento deportivo digno de un decatlón. A veces se le veía dando fieros mandobles con una gigantesca espada herrumbrosa a un palo clavado en el suelo, bajo la atenta mirada de Nick casi Decapitado. Éste último estaba encantado con su nuevo trabajo de instructor, y parecía llevar a la profesora por el camino de la amargura, corrigiéndola continuamente.
- Parece sir Ewain – comentó Hermione, mientras observaba junto a Harry y Ron el curioso espectáculo desde las ventanas de una de las torres. Ya hacía rato que había oscurecido.
- ¿Quién?
- Sir Ewain. Un caballero de la tabla redonda.- Hermione se volvió hacia ellos - ¿Os habéis fijado en lo raro que se tratan últimamente Serena y Snape?
Ambos asintieron. La relación entre los profesores era algo tirante, sobre todo por parte de ella.
- Tal vez ella se ha enterado. – repuso Ron.
- Pero, ¿cómo?. – Hermione le dirigió una mirada acusadora - ¿No habrás sido tú, verdad?
Ron retrocedió aterrorizado ante la expresión feroz de la chica.
- No... te juro que yo no he sido ... Ya he tenido suficiente con lo de mi hermana.
- Yo tampoco se lo he dicho... – afirmó Harry, cuando ella se volvió hacia él. – Además, no es tan fácil ... ¿cómo diablos se lo hubiera dicho?
- Muy fácil, Harry... – respondió Ron – "Profesora Greenwood, la noche que usted no pilló en la biblioteca acababa de besar en sueños al Profesor Snape".
- Ya, claro ... – arguyó Harry – Y acto seguido le da un ataque.
- Disculpad ... – dijo una voz.
Los tres se giraron. Un hombre rubio de pelo largo, que daba clases de baile con Serena surgió de las sombras del pasillo y se dirigió hacia ellos.
- ... perdonad que os interrumpa, pero me pareció oír las palabras "Greenwood", "besar" y "Snape" en la misma frase ... – se quedó mirándoles un momento como confirmando lo oído ... y salió corriendo por el pasillo.
- SERENIIIIIITA ....
Los tres se quedaron con la boca abierta.
- Bueno - señaló Hermione – ahora podemos estar seguros de que ella lo sabrá.
- Y también de que se acabó la tregua de Snape con los Gryffindor – añadió Ron.
* * *
Dos horas más tarde, en cuanto Serena abrió la puerta de su apartamento, Alex se coló como una flecha en el interior.
- Perdóneme pero discúlpeme. Acabo de enterarme de que "lirón" Greenwood, el famoso "lirón" Greenwood que capaz de dormir ocho horas encima de una viga sin caerse.... besó en sueños a Severus Snape.
La profesora cerró rápidamente la puerta.
- No sé de que me hablas – respondió, mintiendo de un modo enternecedor.
- Y yo soy Barbara Streisand. Desembucha, cariñito, que ya sabes que me muero por estas cosas.
Ella suspiró.
- Siéntate – dijo señalando el sofá. – Voy a ver si Amy ya duerme.
- Oh, nonono... Iré preparando café. Esta va a ser una noche muuuy larga.
Serena volvió los ojos al techo y se dirigió a la habitación de la pequeña.
Disculpas por el retraso, pero estas últimas semanas han sido infernales en el trabajo... y no pude recuperar las horas de sueño de Nochevieja hasta el domingo (trabajaba por la mañana día uno, así que... empalmé).
Creía que el anterior capítulo había sido durísimo, pero no fue nada comparado con éste. El besito, bueno, los besitos fueron un regalito de Navidad, pero ... aaarggh ... si llego a saber lo que me iba a costar continuar desde allí, os juro que no se hubieran besado. ¡Qué pesadilla!. Espero que os guste, aunque a mí no me convence... Y por favor, opiniones, críticas, comentarios ... ¡los reviews son el único alimento de quien escribe fanfics!
Wilbur: me encantaría cambiarte por Serena pero ... ¡primero voy yo!. Jejeje *Spacey mira a Favila con una venita márcandosele en el cuello* .¡No, espera cariño, era una broma!
Sailorangi: gracias... Me alegro que te gustara el regalito. ¡El lío en que me ha metido!
Hermione12: ¡como si no lo supieras! Oye, dile a tu querido Ron que intente ser un poco mas discreto cuando se salte las normas... Por cierto, ya te lo dije en mi review, pero me reafirmo: escribes muy bien, y cada vez mejor. También quiero darte las gracias otra vez por el review y por tu comentario acerca de mi historia ... me emocioné * Favila se seca una lagrimita *. De verdad, muchas gracias.
Selene: Bueno, tengo varios amigos profesores... y te juro que no les salen tentáculos cuando besan a sus novias...
Esmeralda: las visitas creo que se debieron quedar flipando... Me alegro de que te gustara. Feliz año nuevo a ti también!
Xellas: Tuve una pequeña crisis cuando alguien insinuó que Serena era una Mary Sue ... * Favila mira acusadoramente a Wilbur* aunque ese alguien * Favila mira otra vez a Wilbur * afirmó que se refería a "la Mary Sue que todos llevamos dentro". Así que por si las moscas, lo solucione con el viejo sistema de "patada en las pelotas y a salir por piernas".
Charis S.: mi querída crítica... a ver si conseguimos que puedas entrar en tu cuenta en fanfiction... aunque ya lo único que se me ocurre es que pruebes con otro navegador... ¡ estoy impaciente por ver tus fanfics!
Asosa76: Muchas, muchas gracias... Has visto "French Kiss"? Pues Snape puso más o menos la misma cara que Kevin Kline cuando Meg Ryan lo besó en sueños (el arte imitando al arte... seria plagio si Serena hubiera estado realmente dormida, ¿no?)
Hermione es una genia: ¡Y tú te quejas! El resto han sufrido la enfermedad de Amy, y la vida de Snape pendiente de un hilo...Bueno, vale, no te enfades ... nonono, de veras que no hace falta que llames a Scully!
Cali-chan: la idea del chantaje era tentadora ... pero me temo que Snape se lo hubiera dicho a Serena antes que dejar que Harry y Ron le chantajearan. Me alegro que te gustara!
Tomoyo: Bueno, aquí en España "potito" suele querer decir bonito (aunque poniendo la boca pequeñita). Desde luego no tiene nada que ver con traseros... También se llama potito a la comida en tarros para bebés.
Jade: la relación entre ellos va a ser ... difícil de escribir. Con decirte que me planteé seriamente desmemorizarles a los dos... Y ... ejem ... lo del matrimonio... ¿no vas un poquitín rápido?
Spacey: caaaaalma... respira ... inspira ... expira ... ootra vez ... inspira ... expira. Va a ser un poco difícil sorprenderte, pero en fin... investigaremoooosssss...
