Nota: ¡Hola de nuevo

Nota: ¡Hola de nuevo! Todavía me siento con ánimo de escribir por lo que de una vez voy a escribir el capítulo 5. Definitivamente ya no voy a hacer una traducción literal de la versión en inglés, sino que voy a rescribir de nuevo la historia. Estoy disfrutando mucho esto debido a que como ya tengo la trama ideada todo es más sencillo y puedo poner atención a otros detalles que dejé medio raros en la versión original. La revisé y descubrí que tiene muchas incoherencias y que los personajes no estaban bien desarrollados, por lo que voy a tratar de ser más explícita. Para eso estoy escribiendo en primera persona usando los puntos de vista de varios personajes. Hablando de eso, espero que el capítulo anterior no haya sido muy confuso. Supuestamente lo escribí en Word para que pudiera poner algunos párrafos en negritas y así distinguir los dos puntos de vista que se fueron alternando. Pero el HTML confundió todo y puso las negritas donde se le dió la gana (ARRGGHH!!). Y ni qué decir de la canción, ponía como mil espacios entre las líneas. Intenté arreglarlo pero no quedó muy bien...eso sí, por lo menos ahora está mas claro. Espero que este capítulo salga mejor porque también voy a usar las negritas para distinguir los puntos de vista.

Por cierto, yo estoy plenamente consciente de que estos primeros capítulos fueron terriblemente predecibles, no pude evitarlo. Ojalá a pesar de ello aún estén animados para leer el resto de esta historia. Voy a intentar darle un giro para hacerla más interesante. ¡Muchas gracias! (¡Vaya cómo hablo!)

Aclaración: ¿Tengo que hacer esto cada capítulo? En fin, Digimon y todo lo que tiene que ver con eso no me pertenece.

Dedico este capítulo a Ariadna y especialmente a Cris, ya que sus reseñas me han motivado mucho a escribir. ¡Gracias!.

Capítulo 5: ...Y, así nos convertimos en los niños elegidos.

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Y por supuesto, tuvo que hacer esa pregunta. Me habría extrañado que no la hiciera. Aún no me sentía listo como para hablar de eso, y la verdad es que dudaba estarlo algún día.

-"Está bien Kari, te voy a contar lo que me pasó. Pero quiero advertirte un par de cosas"

- "¿Qué cosas?"

- "En primer lugar no es una historia agradable. Y la segunda, y esto es lo más importante, tu vida no será la misma una vez que haya terminado...¿realmente quieres que te la cuente ahora?"

-"¡Por supuesto!"- dijo ella mientras se ponía de pie. Intentaba aparentar calma pero era obvio que mis palabras la habían confundido.- "No voy a estar tranquila hasta que hables...y tengo la sensación de que a tí te hará bien hablar de ello. Se te vé"

¡Maldita sea! A pesar de que habían pasado 10 años aún me conocía muy bien. En fin, como Kari no me iba a dejar ir sin contarle qué demonios estuve haciendo 10 años me resigné y comencé mi historia...

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Ahí estaban los ocho. Mi misión era muy sencilla: elegir al último en bajar del tren y llevármelo. Mientras los veía platicar, intentaba adivinar cuál de ellos se iría conmigo. ¿Sería acaso el chico callado que tenía una computadora en la mochila? ¿O la chica escandalosa que hablaba con una muchacha con lentes? ¿O sería acaso el chico que estaba durmiendo?. Tenía que ser muy cuidadoso, ya que entre los 8 estaban otros 4 chicos y si me confundía tendría muchos problemas con mi maestro.

En fin, poco después el tren se detuvo en la estación de Odaiba y los chicos salieron del tren. Me puse de pie y me acerqué a ellos. Uno a uno fueron saliendo, primero la chica escandalosa y su amiga y luego los demás. Todo era tan rápido que no estaba seguro si podría llevarme a uno de ellos sin que los demás se enteraran. Pero entonces, vi como el último se levantaba lentamente de su asiento y se dirigía a la salida. Estaba un poco adormilado: perfecto. Una de las chicas lo llamó antes de bajar y luego se marchó.

El muchacho se acercó a la puerta, la cual estaba a punto de cerrarse. Justo cuando iba a poner un pie afuera lo tomé del brazo y lo jalé hacia el interior del tren. Antes de que el muchacho se diera cuenta la puerta ya se había cerrado y el tren había reanudado la marcha. Intentó forcejear, pero entonces saqué mi pistola (mejor dicho un pedazo puntiagudo de madera, pero eso no lo sabía este chico) y le murmuré..

-"Una palabra y te mueres"- oprimí mi supuesta pistola contra su espalda e hice ademán de que quería jalar el gatillo. Como estaba sosteniendo su mano pude sentir cómo se ponía helada.

Lo llevé hasta el final del tren y lo senté. Yo me coloqué a su lado, con mi brazo rodeándole la espalda y no moví mi "pistola" en todo el camino. Como traía puesta una gabardina nadie la vió.

Estaba muy asustado. Ese individuo me estaba llevando a sólo Dios sabía dónde y no dejaba de oprimir su arma contra mi espalda. ¿En qué momento me había metido en este lío? Todo el tiempo intenté pensar en un modo de escapar, después de todo había estado en aprietos mayores, pero no se me ocurrió nada. A medio camino, una anciana entró al tren y se sentó en el asiento de enfrente. Probablemente me veía muy angustiado porque me preguntó

-"¿Te pasa algo jovencito?"- inmediatamente sentí el arma clavarse contra mi espalda, ya me estaba lastimando. Intenté controlar mis nervios.

- "Nada señora, estoy un poco cansado por los exámenes"- solía ser un mal mentiroso por lo que decidí decir la verdad...a medias. Sentí la presión de la pistola reducirse y suspiré aliviado.

- "Oh, ya veo. Espero que no te hayas desvelado mucho, los chicos en crecimiento como tú deben dormir lo suficiente, ¿sabes?"

- "Sí señora. Gracias"

La mujer bajó del tren en la siguiente estación.

Pronto llegamos a la última estación y vi como todos los humanos bajaban del tren. Sólo quedábamos el chico y yo. Me puse de pie.

-"¿Qué...Qué me va a hacer?"- me preguntó.

- "No te preocupes chico. No te va a pasar nada...si te portas bien"

- "¡No le tengo miedo!"- evidentemente trataba de intimidarme. Me quité la gabardina y me mostré ante él.

-"¡Eres un digimon!"- exclamó sorprendido

- "Mi nombre es Humon y no te voy a hacer daño"

- "Oh claro...y por eso me tenías amenazado con una pistola"- parece que el descubrir que yo era un digimon por alguna razón le dió un poco más de confianza para enfrentarse a mí.

- "¿Esto?"- dije sacando mi pedazo de madera.

- "¡Me engañaste!"- para ese entonces se veía muy enojado y dispuesto a golpearme o algo peor.

- "Era necesario, si no, no hubiera podido traerte hasta aquí"

- "¿Qué quieres de mí?"

- "Te lo diré una vez en casa"- saqué mi dispositivo y lo encendí. Un portal morado apareció en medio del tren. Tomé al chico del brazo y lo arrastré hacia el portal antes de que pudiera hacer un movimiento.

Por un momento no supe de mí. Cuando abrí los ojos me encontré en un laboratorio. Humon (ese sujeto) entró al laboratorio con algunos instrumentos médicos. Este digimon parecía un ser humano, algo así como Angemon, pero anciano y sin alas. Vestía una bata blanca de científico y tenía una larga cola morada.

-"Bienvenido a la Torre Gris"- me dijo

- "¿La Torre Gris? ¿Estoy en el Digimundo?"

- "Sí y no. Digamos que esta es una dimensión alterna del digimundo que mi maestro Geekmon y yo creamos para hacer nuestros experimentos a gusto"

- "¿Experimentos? ¿Qué clase de experimentos?"

- "Los más importantes. Somos la razón por la cual este mundo está a salvo...por ahora"

- "¿De qué hablas? Ya eliminamos a MaloMyotismon, se supone que este mundo ya está bien...¿ o no?"

- "Temporalmente, pero las fuerzas oscuras siguen trabajando. Todos los enemigos a los que se han enfrentado son sólo distracciones."

- "¿Qué quieres decir con que ustedes son la razón por la cual este mundo está a salvo?"

- "Silencio chico. Tengo que hacer esta revisión antes de que llegue Geekmon. Quítate la ropa"

- "¡Olvídalo!"

- "No tengo una pistola pero puedo obligarte por otros medios"- dijo señalándome con una de sus herramientas.

Por mi bien, decidí no ser tan obstinado y obedecí. Me llevó a una mesa helada de metal y me pidió que me recostara en ella. Después, colocó un montón de electrodos encima de mí y encendió una computadora. Muchas líneas de varios colores aparecieron en la pantalla. Mientras la computadora registraba quién sabe qué cosas, Humón sacó una cinta métrica y me midió. Los brazos, las piernas, el tronco, el rostro...todo. Anotaba los resultados y murmuraba cosas como "anormal" e "insólito". En ese momento la puerta del laboratorio se abrió y otro Digimon entró. Este sujeto parecía una lagartija verde humanizada, con unos enormes ojos rojos, pero unas manos muy delicadas....definitivamente no era una criatura común.

-"Trajiste a un prototipo Humon. Bien hecho"- murmuró con una voz aguda y fría. Me miró directo a los ojos y por un momento me sentí aturdido.- "¿Cuál de todos es?"

- "No lo sé maestro. Sólo seguí su instrucción de llevarme al último en bajar del tren"

- "Muy bien, averigüemos quién es nuestro invitado"

- "Mi nombre es T..."- intenté decir, pero fui interrupido por las heladas manos de Geekmon (luego descubrí que ese era el nombre de la lagartija) en mi pecho. Cerró sus ojos y parecía concentrado. Inmediatamente sentí mi pecho arder, como si tuviera una bola de fuego adentro. Lo siguiente que ví fue una luz amarilla muy brillante...¡Saliendo de mí!.

- "Amarillo...trajiste al código de la Esperanza. Hubiera preferido que trajeras a un código fuerte como el Valor o la Amistad...incluso la Luz. Pero en fín, esto es lo mejor que pudiste traer. ¿Cómo están sus niveles?"

- "La máquina detecta que tiene una concentración de partículas D muy bajo. Además de que su desarrollo es anormal, sólo mire lo desproporcionado que está. Las piernas son el doble del tronco, las manos son monstruosas y..."

- "¡Óigame!"- grité enojado.

- "Además de que no ha desarrollado sus facultades especiales y..."

- "¿Facultades especiales? ¿De qué está hablando?"

- "Veamos"- dijo Geekmon (quien obviamente me estaba ignorando) tomando un cuaderno amarillo que estaba en un librero, lo abrió y comenzó a leer- "Código de la Esperanza. Fecha de introducción: 4 de septiembre de 1989. Producto terminado: 26 de marzo de 1990. Nombre-humano: Takeru Ishida-Takaishi...vaya Humon, este chico es el último código que introdujimos, ¿verdad?"

- "Parece que sí"

- "Tuvo que repetir entrenamiento junto con el código de la Luz. Varios desperfectos..."

- "¡¿Se puede saber de qué hablan?!"- grité muy enojado.

- "De acuerdo con estos datos, este chico tiene casi 12 años de edad. Eso explica la desproporción Humon, ¿qué no leíste los libros sobre desarrollo humano que te dí?"

- "Comencé a leerlos maestro pero..."

- "Este chico está puberto. Tiene un crecimiento desproporcionado, pero de acuerdo a la teoría se va a equilibrar en un par de años"

- "Claro...si fuera un ser humano normal Geekmon. ¿Pero cómo va a afectar el código a su desarrollo?"

- "¡Basta con las clases de Biología! ¿Qué es eso de los códigos?"

Geekmon me miró otra vez con esos ojos aterradores.

-"Muy bien chico, te voy a explicar todo..."

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Como bien sabes, este mundo surgió paralelamente a la Tierra. Con el nacimiento de las computadoras hace ya casi 40 años (gracias a unos científicos que las mantuvieron en secreto por muchos años) los seres humanos tuvieron acceso al Digimundo y pudieron manipular sus condiciones. De ese modo, surgieron otras criaturas que al ser perfeccionadas dominaron a aquellas que eran más débiles. Estas criaturas se extinguieron. Pero sus almas llenas de odio no desaparecieron y se unieron, formando la Alianza de las fuerzas oscuras. Durante muchos años se mantuvieron ocultos, haciendo planes para acabar tanto con el Digimundo como con la Tierra, ya que las creaciones de los seres humanos había provocado su extinción. Hace 15 años, un grupo de digimon diabólicos atacaron este mundo. Para ese entonces, aquellos científicos humanos ya habían fallecido y sólo estábamos Gennai, Humon y yo. Gennai era un humano y creo que tú ya lo conoces. Humon y yo somos creaciones de aquellos científicos, y fuimos dotados con una inteligencia fuera de lo común.

Los ataques de las fuerzas oscuras aumentaron y fue entonces cuando decidimos crear a nuestro ejército de Digimon, el cual sería tan fuerte que acabaría con las fuerzas oscuras de una vez por todas. Humon y yo trabajamos durante 2 años y creamos 8 clases de Digimon, a los cuales nombramos de acuerdo a 8 virtudes. Sólo teníamos a los códigos, los programas que indicaban los poderes de estos digimon, sin embargo, todavía no diseñábamos a las criaturas. Las fuerzas oscuras descubrieron nuestro laboratorio, que estaba situado en el castillo donde encontraste a Myotismon. No teníamos tiempo para hacer diseños y huímos. Una vez ocultos Humon y yo tuvimos la siguiente discusión:

-"Maestro Geekmon, las fuerzas oscuras no están buscando. Saben de los códigos y quieren llevárselos"

- "No podemos permitirlo Humon. Si caen en sus manos podrían usarlos para crear un ejército. Tenemos que establecer nuestra defensa pero ya"

- "Pero maestro, todavía no tenemos los diseños. Y aunque los tuviéramos y creáramos los digimon, no podrían desarrollarse. Las fuerzas oscuras los destruirían siendo bebés"

- "Es cierto. Por eso, he ideado una alternativa para probar nuestros códigos. Los insertaremos en criaturas que ya existan"

- "Pero las fuerzas oscuras..."

- "No los encontrarán, porque no pienso introducir los códigos en Digimon. Los voy a introducir en criaturas de la Tierra"

- "¡La Tierra! Pero maestro, eso es una locura"
- "No nos queda de otra. Además, las fuerzas oscuras aún no tienen acceso a la Tierra por lo que los códigos estarían a salvo"

- "¿Y qué clase de criaturas va a escoger?"

- "Creo que eso es obvio Humon: Los seres humanos"

- "¡Maestro! Los humanos son criaturas débiles físicamente. Son inestables y..."

- "Y muy inteligentes. Además de que tienen emociones. Son perfectos"

Y dicho y hecho, Humon y yo buscamos a los seres humanos que albergarían a nuestros códigos. Finalmente encontramos a una joven mujer que esperaba a su tercer hijo, esposa de un médico. Humon se hizo pasar por el ginecólogo de esta mujer e introdujo uno de los códigos cuando le estaba haciendo un ultrasonido. El código entró por medio de radiaciones, las cuales mutaron al bebé. Luego fue una espera angustiante que al final valió la pena porque el bebé nació sano y su mutación no era evidente. Ese niño tenía adentro al código de la Sinceridad.

Un mes después introdujimos 3 códigos el mismo día a tres mujeres que estaban juntas en la sala de espera del hospital. Meses después nacieron 2 niños y una niña, la cual por poco fallece. Ellos tenían a los códigos del Valor, el Amor y la Amistad.

Esperamos unos tres meses para evaluar por qué la niña casi se muere y después introdujimos otros dos códigos. Su desarrollo fue normal y meses después nacieron un niño y una niña, quienes llevaban adentro los códigos del Conocimiento y la Pureza.

Justo cuando íbamos a introducir los dos últimos códigos, las fuerzas oscuras nos encontraron. Casi se llevan los códigos pero escapamos. Recorrimos todo el Digimundo tratando de despistarlos por un año. Nos ocultamos en el bosque y estábamos desesperados. Teníamos que introducir esos códigos inmediatamente pero ya no teníamos tiempo para buscar a mujeres cuyos bebés pudieran aceptar la mutación. Fue entonces cuando Humon descubrió que dos de las mujeres a las que habíamos introducido códigos anteriormente estaban embarazadas por lo que les introdujimos los dos últimos códigos. Meses después nacieron un niño y una niña, quienes llevan los códigos de la Esperanza y la luz. Y bueno, ese niño eres tú.

Pasaron cuatro años y las fuerzas oscuras desaparecieron por un tiempo, regresamos a nuestro antiguo laboratorio y continuamos con nuestros experimentos. Un día decidimos estudiarlos y mandamos a un huevo a la Tierra, el cual fue recogido por dos de los códigos. Cuando este huevo nació, creció y se convirtió en Greymon, mandamos al Parrotmon a pelear con él. Mientras ustedes observaban la batalla, nosotros registramos la información de sus códigos y descubrimos que su cuerpo no estaba listo para usar sus poderes, por lo que cambiamos nuestro plan: Ideamos una forma de utilizar los poderes de los códigos que crecían en su interior e inventamos los digivices y los emblemas. Estos dispositivos tenían la capacidad de absorber la energía de los códigos para dirigirla a un Digimon y hacerlo crecer. Criamos 8 digimon que seleccionamos cuidadosamente y todo estaba muy bien. Pero las fuerzas oscuras nos atacaron de nuevo y Gennai huyó con los huevos, perdiendo uno en el camino. Los colocó en un lugar seguro y escondió los emblemas. Así pasaron otros cuatro años y los ataques se reanudaron, por lo que decidimos que era hora de probar nuestros códigos, así que enviamos a los digivices y ustedes llegaron a este mundo. Creo que es tonto que cuente todo lo que pasaron. En fin, derrotaron a Apocalypmon y el mundo estuvo en paz.

Satisfechos con nuestros objetivos, nos dedicamos a crear un nuevo lugar para vivir, así ideamos este universo alterno donde nos encontramos ahora. Pero pasaron 3 años y las fuerzas atacaron de nuevo, esta vez utilizando a un ser humano. Pensamos que no sería necesario utilizar a todos los códigos por lo que sólo llamamos a los dos que participaron menos la última vez. Y agregamos a otros 3 humanos porque queríamos ver como se relacionaban con otros individuos de su especie. Sin embargo, subestimamos este problema y por poco se acaba este mundo por lo que tuvimos que llamar a los otros códigos y reclutar a muchos humanos. Pero ya todo está en paz y les borramos la memoria a esos niños.

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- ¿Entendiste nuestra historia código de la Esperanza?"

- "Creo que sí...¿eso significa que no soy un humano?"

- "Casi humano es más adecuado"

- "¿Y entonces, por qué estoy aquí?"

- "Sentimos la presencia de las fuerzas oscuras otra vez. Pero necesitamos revisar a nuestros códigos para ver si ahora sí pueden usar sus poderes por sí mismos. Tú no los has desarrollado"

- "Bueno...ya me revisaron, creo que entonces me voy a casa"

- "No tan rápido chiquillo. Tenemos que hacer muchos estudios y sobretodo entrenarte para que aprendas a utilizar tus facultades especiales. Queremos asegurarnos de que tu cuerpo humano puede utilizarlos. Además, queremos ver cómo ha afectado el código a tu desarrollo"

- "Bueno, hagan esos estudios y ya"- no me gustaba a dónde estaba dirigiéndose esta conversación.

- "Creo que tendrás que quedarte hasta que desarrolles un poder. El día que lo hagas, te vas a casa"

Me negué, pero no tuve opción. Me encerraron el la parte más alta de la torre, en un cuarto gris sin ventanas. Ahí pasaba todo el día, hasta que me llamaban al laboratorio, dónde me sacaban muestras de sangre, me colocaban electrodos y me medían. El tiempo pasaba y yo hacía intentos por desarrollar unos poderes especiales que ni siquiera sabía en qué consistían. Intenté todo: Hice ejercicio, medité, dejé de comer, dejé de dormir, dormía todo el día, etc. Nada funcionaba...

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Vi como ese muchacho se apagaba día con día. Sus ojos estaban opacos, estaba sucio y mal nutrido. Pasaba todo el día sólo en esa torre. Tantas muestras de sangre lo tenían casi anémico y muy débil. Un día le dije a Geekmon que dejara en paz al muchacho un tiempo, después de todo, lo había estado estudiando por cuatro años. Mi maestro aceptó con desgano. Fui a informarle al chico la novedad. Lo encontré sentado en el suelo como siempre, temblando de frío, con la mirada fija a la nada y abrazándose a sí mismo.

- "Hola Espe (así le llamábamos Geekmon y yo) tengo algo que informarte"

- "Qué importa..."

- "¡Ánimo muchacho! Tengo buenas noticias"

- "Ya nada es bueno para mí..."

- "¿Qué te pasa?"- aunque era obvio lo que le pasaba le pregunté.

- "¿Sabes qué día es hoy?"- dijo mientras me miraba con esos ojos tan tristes.

- "Creo que es 26 de marzo, ¿por qué?"

- "Hoy es mi cumpleaños...hoy cumplo 15"

- "Oh, no lo sabíamos, felicidades"

- "Qué más da...nunca voy a salir de aquí. Sólo soy un niño enano y débil"

- "No digas eso, te he dicho muchas veces que vas a salir, ya lo verás"

- "No me importa nada ya..."- el desgano y la apatía de este chico era alarmante. Había pasado casi cuatro años sólo en una recámara oscura y fría. Hacía mucho tiempo que no sabía lo que era ser querido por alguien y había entrado en una depresión profunda...lo que ocurre cuando alguien pierde las esperanzas.

Salí de la recámara y fui al laboratorio. Geekmon me ignoró y se dedicó a examinar unas muestras de sangre del muchacho. Hurgando en los papeles encontré lo que estaba buscando y volví con el chico, quien estaba en la misma posición que como lo dejé.

-"Mira chico, no puedo comprarte un regalo...pero creo que te gustará esto"- dije mientras le mostraba una foto que había pertenecido a Gennai. La habían tomado justo después de que eliminaran a Apocalypmon 7 años atrás. El chico examinó la foto y por un momento sus ojos se iluminaron.

-"Somos nosotros...mi hermano..."- se puso a llorar- "Fue cuando vencimos a..."

- "Ya lo sé. Ese monstruo era muy poderoso y sin embargo lo vencieron, porque nunca perdieron las esperanzas. Yo observé como te enfrentaste a Piedmon y créeme que eso es una proeza mucho mayor a la que te estás enfrentando ahora. Anímate y sigue luchando. Si no es por tí...por lo menos hazlo por ellos"

- "No sé...estoy muy cansado y..."

- "Le pedí a mi maestro que te dejara en paz un par de meses. No te vamos a molestar para nada. Si no quieres vernos así será. Lo que sea para que tengas tiempo de reflexionar y estar tranquilo, ¿de acuerdo?"

No me contestó. Sólo miró a la fotografía y por un momento creo que intentó sonreír.

-"Lo haré. Voy a hacer un último esfuerzo. Pero quiero que me dejen sólo. Quiero pasar un día sin temer el momento en que me llamen al laboratorio y Geekmon me aterrorice una vez más"

- "Así será. Nos veremos cuando estés listo"

Cuando lo dejé se veía mucho más animado. Contemplaba la foto para darse ánimos.

Pasaron 4 meses, en los cuales ni Geekmon (quien estaba furioso conmigo) ni yo vimos al chico. Yo le llevaba el alimento a su recámara y lo dejaba afuera. Supongo que después el abría la puerta y lo recogía. Geekmon se dedicó a rastrear a las fuerzas oscuras y yo estudiaba acerca de los seres humanos. Finalmente, un día que fuí a dejar el alimento la puerta se abrió y no ví nada. Entré a la recámara y la encontré vacía. Me asusté terriblemente y estaba a punto de salir corriendo para informar a Geekmón cuando sentí una mano tomarme el brazo.

-"¡Aquí estoy!"- dijo una voz desconocida. Me dí la vuelta y vi como lentamente aparecía la imagen del muchacho...pero ahora se veía diferente. Había crecido mucho en sólo 4 meses y ya no era un niño.

- "¿Espe?"

- "No me digas así, que me dieron un nombre"- dijo mientras me sonreía. Aún se veía muy pálido.- "Tenías razón Humon, todo es cuestión de no perder las esperanzas. ¡Mírame! ¡Lo logré! Puedo hacerme invisible"

Ese día había logrado mi meta, había descubierto mi poder oculto. Fue algo muy sencillo aparentemente. Por cuatro meses tuve mucho tiempo para reflexionar. Esa fotografía me hizo recordar que tenía a mis amigos y familia y que me darían ánimo, no importara si estuvieran cerca o lejos. Lejos de los experimentos y el terror que me producía Geekmon, pude recordar las cosas buenas de mi vida y creo que eso me hizo crecer. Ese día, al despertar, sentí un leve cosquilleo por todo el cuerpo. Me puse de pié y al tratar de mirar mis manos ya no las encontré. Estaba asustado, pero al tranquilizarme vi como mi cuerpo reaparecía. Fue cuando me dí cuenta de que era invisible. ¡Ese debía ser mi poder oculto!. Cuando Humon fue a llevarme el alimento como todos los días me volví invisible y abrí la puerta. Casi se muere del susto al verme.

En fin, estaba muy emocionado porque podría regresar a casa. Bajé al laboratorio y Geekmon no me reconoció.

-"Sorprendente"- dijo mientras me colocaba en esa horrible mesa- "Parece que el código se activó finalmente. Muéstrame tus poderes"

Obedecí. Geekmon se veía muy complacido.

-"Excelente. Ese es tu poder oculto"

- "¿Entonces, puedo ir a casa?"

- "Claro que no. Necesito saber qué significa ese crecimiento tuyo tan repentino"

- "¡Se llaman hormonas!"- dije furioso- "Y eso es normal en todos los seres humanos de mi edad. ¡Déjame ir!"

- "Pues tú no eres un humano normal, ¿recuerdas?. Quiero asegurarme de que tu desarrollo sea correcto"

- "¡Y lo es! ¡Me prometiste que me podría ir!"

- "Además, ese nuevo cuerpo tuyo debe tener otras capacidades"- dijo Geekmon, ignorándome como siempre- "Humon, creo que tenemos que hacer otro tipo de pruebas"

- "¡Nada de eso! Me tengo que ir"

- "Maestro...hicimos una promesa y..."

- "Silencio Humon, después hablaremos. Muchacho, regresa a tu cuarto."

- "¡NO! Yo me voy de aquí"

Pero Geekmon puso su mano helada en mi pecho y sentí un ardor horrible en él, tanto que me desmayé. Cuando desperté me encontré en mi cuarto, o mejor dicho, mi prisión. Humon me informó que no podría dejar el lugar hasta que hubiera terminado mi desarrollo, es decir, que fuera un adulto. Así que tendría que esperar casi 3 años para eso. Durante ese tiempo me entrenaron en el uso de mis poderes y pronto los dominé.

El tiempo pasó y el día que cumplí los 18 entré al laboratorio. Geekmon estaba estudiando mi sangre como siempre (otra vez tenía problemas de anemia). Humon tecleaba en la computadora. Ambos me miraron.

-"¿Qué se te ofrece?"- dijo Geekmon a secas.

- "Bueno, hoy cumplo los 18 y creo que ya terminé mi desarrollo físico. Soy mayor de edad y por lo tanto me tienen que dejar ir. A menos..."- miré a Geekmon- "Que vuelvas a ser un canalla y no me dejes ir"

- "Muy bien muchacho te puedes ir...aunque no creo que sea lo mejor"
- "No me vas a engañar"

- "¡Qué va! ¡Vete! Así ya no tendré que alimentar a alguien más. Sólo opino que tu ya no tienes nada que hacer en la Tierra"

- "¿Qué quieres decir?"

- "Tu no eres un humano común. Tienes poderes y eso siempre te va a aislar del resto del mundo. Además, ya pasaron muchos años y tu gente continuó con sus vidas. ¿Qué piensas hacer tú? No puedes volver a la primaria como cuando tenías 11. Ya te olvidaron, entiéndelo"

- "Eso...¡eso no es cierto!"

- "Geekmon..."

- "Silencio Humon, es verdad lo que digo. Puedes irte y sentirte un desadaptado o...ayudar a este mundo a que siga en paz. ¿Qué dices?"

No había pensado en eso. Realmente habían pasado muchos años y yo era un fenómeno. ¿Qué clase de vida me esperaba en la Tierra?

-"Muy bien Geekmon me quedaré"

- "Pero Espe..."- intentó decir Humon.

- "Pero con dos condiciones. Uno, no quiero más experimentos. y dos, quiero estudiar"

- "Está bien"

Y así pasaron 3 años. Durante ese tiempo estudié todo lo que pude en las mañanas y en las tardes ayudaba a Humon con la computadora o a barrer el laboratorio. Humon no estaba de acuerdo con que me quedara pero al final se convirtió en mi aliado. Le conté acerca de mis aventuras y de ustedes. Aún me sentía sólo...pero por lo menos ya tenía un amigo. Sin embargo, siempre pensaba en la Tierra.

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-"...Y, así nos convertimos en los niños elegidos Kari"- dijo- "No somos seres humanos comunes y corrientes. ¿Entiendes?"

- "Creo que sí"- pero la verdad es que estaba muy confundida. ¡Qué iban a decir los demás cuando se enteraran!. Pero aún así tenía muchas dudas.

- "Tengo una duda"

- "¿Y cuál es?"

- "¿Cómo es que regresaste a la Tierra? ¿Por qué estás aquí si dijiste que este ya no era tu lugar?"

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Bueno Kari, hace 6 meses Humon entró a mi cuarto muy emocionado.

- "Te tengo una excelente noticia Espe"

- "¿Qué clase de noticia?"

- "Geekmon quiere saber cómo han estado los otros códigos en la Tierra por lo que lo convencí para que fueras a la Tierra a observar a tus camaradas"

- "¿En serio? ¡Eso es genial!"

- "Te vas esta tarde. Tenemos que prepararte, pareces un ermitaño con esos harapos"

Hicimos los preparativos correspondientes y me fui a la Tierra. Geekmon me advirtió que no hablara con ninguno de ustedes. Mi misión era observar y nada más, para eso utilizaría mis poderes de invisibilidad.

Aparecí en el tren donde me había secuestrado Humon. Estaba aterrado y ya no reconocía nada. Afortunadamente los nombres de las estaciones no habían cambiado y me bajé en Odaiba. De ahí, sólo fue buscar sus casas. Comencé con mi hermano. Lo seguí a casa y lo vigilé por casi dos semanas. No sabes lo emocionado que estaba cuando lo ví por primera vez.

Así, fui vigilando a cada uno de los 8 "códigos", con excepción de Tai porque estaba muy lejos. Finalmente, un día que estaba siguiendo a Sora, te encontré a tí en esa cafetería. Y en ese momento sentí algo muy raro...como un cosquilleo en el estómago.

Y para complicar la situación, tú te percataste de mi presencia. A pesar de que estaba invisible. A partir de ese día te seguí a todos lados, como había hecho con los demás. Pero cada vez más sentías mi presencia. Esa noche en tu casa yo fui el que te abrazó. Perdóname si te asusté...pero algo me obligó a hacerlo. Y fue la sensación más maravillosa que he tenido en mucho tiempo. También manipulé tu computadora, tengo esa pequeña habilidad, aunque se supone que uno de los códigos puede mover incluso los aviones.

Ese día en la cafetería me agarraste distraído. Ser invisible ocupa mi energía y al estarte observando se me acabó y me volví visible y entonces me viste. Y por supuesto que me dí cuenta de tu plan para "atraparme" pero yo ya estaba decidido, quería hablar contigo. Eso que pasó en el parque me produjo muchos regaños de Geekmon pero no me importó. Fue sensacional.

- "¿Y entonces te fuiste al Digimundo?"

- "Después de nuestro encuentro en el parque, me volví invisible para que no me encontraras y regresé a mi "casa". Pasé 6 meses en el laboratorio...pero las cosas ya no eran iguales. No podía dejar de pensar en tí"

Hace dos días, Humon entró a mi recámara muy alterado.

-"Geekmon...el quiere hacer algo horrible"- exclamó.

- "¿Qué cosa?"

- "Quiere secuestrar a todos los códigos para experimentar con ellos. Me lo dijo. Tienes que impedirlo"

Yo no podía con la idea de que ustedes pasaran por el mismo infierno que yo por lo que me escapé ayudado por Humon. Aparecí en el mismo tren y te he estado buscando, hasta esta noche en el club.

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- "Geekmon no nos va a secuestrar"- dije- "Ni a nosotros ni a tí. Se acabaron sus experimentos"

- "Te dije hace 6 meses que te iba a proteger y voy a cumplir"

- "Lo sé"- le sonreí.- "Pero creo que has sido muy tonto"

- "¿Por qué?"
- "¿Cómo pensaste que nosotros te habíamos olvidado? Eres nuestro amigo y te queremos mucho...especialmente yo"

Y fue entonces cuando la hormona mató a la neurona, porque me le acerqué y lo besé. Al principio solamente rocé sus labios, pero poco a poco el beso se hizo más profundo...fue algo muy bello.

Me agarró distraído...como siempre. Durante los años de mi encierro me imaginaba a veces como sería mi primer beso y ahora que estaba pasando sentí que no podría ser mejor. Y era porque ella era la persona a la que más quería en el mundo.

Y mientras besaba al hombre de mis sueños sólo una cosa pasó por mi mente: Pasara lo que pasara, esta vez estaríamos juntos para siempre.

- Continuará-