(29 de marzo de 2002). ¡Hola! ¡Vaya! Un capítulo más y termino el fic. Se preguntarán por qué estoy subiendo los últimos capítulos tan rápido. Bueno, es que ya me harté de tener siempre pendientes los mismos fics así que estoy aprovechando el tiempo libre para terminarlos y así iniciar otros (que van a ser las secuelas, pero en fin, es algo nuevo). Espero que les guste este capítulo. Aquí las cosas van a acelerarse mucho porque ahora sí viene lo bueno. ¡Nos vemos!

Capítulo 14: Destino y Unión.

- "Por favor muchachos...¡Quítense de encima!"- grité mientras empujaba a Izzy y a Mimí, quienes estaban inconscientes. El ataque de Sismón nos había mandado volando a quien sabe donde. No teníamos a nuestros digimon cerca y estábamos muy débiles...tan débiles que habíamos vuelto a ser niños.

Finalmente Izzy despertó con trabajo.

- "¡Joe! ¿Te encuentras bien?"- dijo mientras se ponía de pie y se sacudía los pantalones. Al verlo de cerca me dí cuenta de que habíamos perdido más energía de lo que sospechaba, porque Izzy aparentaba a lo mucho 6 años de edad.

- "Sí"- yo también me puse de pie y fue cuando ví mi reflejo en el suelo de mármol. ¡Me veía como de 8!...Un momento...¿suelo de mármol?

- "¿Dónde estamos?"- dijo la vocecita de una niña. Nos giramos y vimos que Mimí, de 6 años de edad, se estaba poniendo de pie. Izzy la ayudó y entonces examinamos el lugar.

- "Esto...¡Es un aeropuerto!"- dije. En efecto, el lugar era enorme, lleno de pasillos y con todo lo que tiene un aeropuerto: Pistas de aterrizaje (se veían a través de unos ventanales), las televisiones que avisan la llegada y partida de los vuelos, etc. En ese momento estábamos en la sección de registro de equipaje, pero estaba vacío por lo que éramos los únicos seres vivos en el lugar.

- "Yo no sabía que había un aeropuerto en el Digimundo"- comentó Mimí sorprendida

- "¡Qué bárbara Mimí!"- le dije. "Tantos años de conocer el Digimundo y todavía te soprenden estas cosas"

- "Bueno, hay quienes nunca perdemos la capacidad de asombro"- dijo muy indignada mientras me sacaba la lengua.

- "Ya basta ustedes dos"- dijo Izzy, quien ya estaba en el suelo con la computadora- "Es extraña la presencia de un aeropuerto, así que estoy investigando"- el niño había conectado su aparato a uno de los televisores del aeropuerto para acceder a sus datos.

- "¿Encontraste algo?"

- "Pues...el último vuelo salió a la una de la mañana con destino al Continente Server"- dijo Izzy sin quitar lo ojos del monitor- "Parece que es el único vuelo que ofrece este lugar, el cual abre todos los días a las 11 de la noche para recibir el avión y cierra a la 1:30, cuando el avión se va"

- "¿Un aeropuerto tan grande para sólo un vuelo?"- pregunté

- "Así es"- dijo Izzy- "Y este lugar está muy lejos del Monte X, así que mejor nos vamos"
- "Yo creo que debe haber otro medio de transporte en este lugar"- dijo Mimí- "Algo que nos lleve al Monte rápidamente. Además, me siento muy cansada"- tenía razón, nuestra forma "en entrenamiento" era muy débil y no podíamos arriesgarnos a perder más energía.

Fue entonces cuando ví un puesto de comida en una esquina.

- "¡Muchachos! Ahí hay comida"

Y sin perder tiempo fuimos a llenar nuestras reservas de comida.

- "Espero que los demás estén bien"- dijo Mimí mientras tomaba un poco de jugo.

- "Ojalá Mimí...ojalá..."

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- "¡Maldición! Tenemos que salir de aquí"- dijo Davis de muy mal humor mientras golpeaba las paredes de la cueva. Estábamos encerrados en una cueva subterránea, cuya entrada se había derrumbado gracias al ataque de Sismon. El impacto nos mandó a Ken, a Davis, a Yolei y a mí, junto con todos los digimon a este lugar, mismo que parecía sellado por la roca. Los digimon habían vuelto a su forma "en entrenamiento" y sus burbujas no hacían mucho para liberarnos

- "Sentimos no poder ayudar"- dijo Koromón

- "No te preocupes"- lo consoló Yolei- "Davis está así porque se preocupa"

- "Kari y Sora están en las garras de ese monstruo. ¡Y nosotros sin hacer nada!"- dijo Davis dando vueltas alrededor de la cueva- "Me frustra no poder hacer nada. ¡No hemos hecho otra cosa más que observar! ¡Yo quiero ayudar a nuestros amigos!"

- "Creo que el apoyarlos ha sido de mucha ayuda"- dijo Ken, quien siempre encontraba la forma de tranquilizar a Motomiya- "Y ten fé Davis, ellos saben lo que hacen y van a estar bien"

- "Sí pero..."

Las palabras de Davis fueron interrumpidas por un crujir en las rocas. Pronto vimos una grieta formarse en la entrada y antes de que nos diéramos cuenta escuchamos:

- "¡Ataque Geek!"- chilló una voz.

- "¡Todos al suelo!"- grité mientras me tumbaba al suelo para evitar un golpe. Las rocas salieron disparadas hacia todos lados y la oscuridad de la cueva fue ahuyentada por la luz proveniente del exterior. Todos nos giramos hacia la entrada y vimos una figura de pie en la entrada. Era pequeña y vestía una bata blanca y parecía una lagartija verde con facciones humanas. Lo más impresionante eran sus ojos, los cuales emitían una frialdad que te helaba el alma. No podía ser...

- "¡Geekmon!"- rugió Davis mientras se lanzaba hacia el digimon, quien alzó una mano y detuvo a Daivs. El chico se hincó en el suelo y se colocó una mano en el pecho. Su rostro tenía una mueca de dolor.

- "¡Davis!"- gritó Yolei- "¡Suéltalo monstruo!"

- "Lo soltaré cuando se tranquilice. Por lo visto todos los seres humanos son muy agresivos, como Espe. Sólo así podía tranquilizar a ese muchacho"

Davis dejó de gritar y se sentó. Geekmon se nos acercó y todos nos pusimos a la defensiva.

- "No les voy a hacer daño. Su amigo está bien"

- "¡Pero eso dolió mucho!"- dijo Davis desde su lugar- "Me ardía el pecho"

- "¿Qué quieres Geekmon? ¡Como te atreves a venir después de lo que le hiciste a TK!"- dije muy enojado

- "He venido por esa misma razón. Quiero compensar todo el dolor que le causé a un alma noble durante 10 años. Quiero demostrar que todo lo que hice tenía un propósito"

- "¿Ah sí?"- dijo Yolei fríamente- "¿Y cómo piensas hacer eso?"

- "Ayudando a los defensores. Ellos están ocupados enfrentándose a su destino. La profecía está por cumplirse y los defensores muy pronto mostrarán su verdadera forma, con la cual acabarán con El Mal. Pero mientras eso ocurre, tenemos que detener los ejércitos del Mal. EL espíritu va a utilizar los poderes de Amor y Luz para invadir a la Tierra y debemos impedir que dejen este mundo en lo que aparecen los Defensores, ¿me entienden?"

- "¿Y cómo vamos a hacer eso?"- dijo Davis desconfiado.

- "He estado haciendo mucha investigación con lo que encontré al estudiar a EspE y tengo esto"- dijo Geekmon, mientras mostraba un juego de 8 ampolletas llenas de un líquido verdoso.

- "¿Qué es eso?"

- "Es la esencia de los humanos. Aquí he concentrado todas las características humanas que encontré en EspE a lo largo de los años. Cuando es inyectada a un digimon, este se convierte en humano"

- "Es algo así como la versión química del poder de Sora, ¿verdad?"- dijo Ken

- "Exactamente"

- "¿Y qué piensa hacer con eso?"

- "Bueno, los únicos que pueden distraer al Mal y su ejército son los defensores"- explicó Geekmon.

- "Pero ellos están 'ocupados'"- dijo Yolei

- "Así es, así que vamos a necesitar otros defensores"- y entonces se acercó a Koromón y le clavó una de las inyecciones.

- "¡Koromón!"- dijo Davis asustado- "¿Koromon?"

¡AAHHHHHHHHH!

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Estoy muy cansado...y tengo frío. Sólo recuerdo que Sismon atacó con un martillo y me ví volando por los aires hasta que perdí el conocimiento. Desperté en este lugar...un desierto de puro hielo. No hay plantas, ni rocas...sólo hielo y nieve. Llevo un buen rato caminando por este lugar y parece interminable. Estoy preocupado por Kari...si algo le pasa, nunca me lo perdonaré. Ese día en el parque yo le dije que me encargaría de que ella estuviera a salvo. ¡Y ahora estaba con las fuerzas del mal!.

¡Ay! Me resbalé en el hielo y caí de sentón. Me duele el trasero y tengo ganas de llorar... especialmente ahora que ví mi reflejo en el hielo. Soy un niño otra vez, pero ahora soy muy pequeño. Debo tener 4 años a lo mucho y visto un overol negro, como los que mamá me ponía cuando era bebé. Lo peor es que me siento tan indefenso como un niño de esa edad. Si un digimon salvaje aparece...creo que ahora sí será mi fin. ¿Cómo moriré? ¿Me desvaneceré como un digimon?.

Sacudo mi cabeza para liberarme de esos pensamientos. No es tiempo de pensar en la muerte, debo ayudar a Kari.

Allá a lo lejos veo un montículo de nieve...me equivoco, ¡es algo cubierto con nieve!. Me acerco lo más rápido que puedo y descubro con horror que se trata de Matt, quien también es un niño pequeño, parece de 7. La sangre mancha la nieve y pronto descubro que tiene herida una pierna.

- "¡Matt!"- lo muevo tratando de despertarlo- "¿Me escuchas?"

Mi hermano abre los ojos y al mirarme sonríe.

- "TK...estás bien..."- murmura. Yo lo ayudo a ponerse de pie y reanudamos nuestro camino. Me cuesta mucho trabajo ayudarlo, ya que estoy muy pequeño y el pesa mucho. Creo que sirvo como bastón.

Caminamos unos 100 metros antes de que ambos nos desplomemos en el suelo, sin energía. Yo ya no puedo ni hablar.

Perdóname Kari...

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- "¡Sáquenos de aquí!"- grité enojado mientras me agito contra las barras de la prisión en la que estamos. Irónico, estaba justo donde quería estar: En la cima del Monte X, encerrado en una jaula con Kari y con Sora. No había ninguna estrella o algo que parezca un sol. Así que nuestro viaje fue inútil.

- "¡Cállate Tai!"- dijo Sora mientras me alejaba de las barras- "Vas a hacer enojar a los Trolmon"

Sora señaló a los enemigos, los cuales parecen unos enanos humanoides de color verdoso y que despiden un olor asqueroso. Esos eran los famosos "enemigos que parecen humanos" que habían causado tanto problemas en el Digimundo.

- "Sí, hermano"- dijo Kari- "Guarda silencio por favor"

Yo estaba furioso pero guardé silencio. Lo último que deseaba es que las dos chicas que más quiero en el mundo (además de mi madre) se asustaran más de lo que estaban. Kari estaba muy preocupada por los demás, especialmente TK. Los 3 estábamos muy cansados y pare empeorar las cosas habíamos vuelto a ser niños. Sora y yo parecíamos de 7 y Kari era casi una bebé de 3 años, que estaba hincada en el suelo y cubriéndose los oídos. Estábamos en el nido de la oscuridad y eso es algo que mi hermana nunca ha soportado. La presencia del mal la afecta.

Entonces, se abrió la puerta que daba hacia el interior de una torre (nosotros estábamos al aire libre) y salieron varios Trolmon con un uniforme de otro color, parece que eran de mayor categoría que los que nos cuidaban.

- "El Amo quiere ver a la chica con el poder de humanizar"- dijo uno. Sora lanzó un gemido de angustia y se hizo para atrás.

- "¡Eso sí que no!"- grité enojado, mientras me ponía enfrente de Sora

- "Tai, quítate"- me pidió la niña.

- "¡Olvídalo no me voy a mover!"

- "Más te vale que lo hagas!"- dijo el Trolmon- "El amo no está muy contento por tu presencia. Sismon fue ejecutado por su descuido"- mentiría si dijera que me sentí mal al escuchar eso.

- "¡Tai! Por favor"- dijo Kari

Cinco Trolmon entraron a la jaula con la intención de tomar a Sora por la fuerza. Y a mí, lo único que se me ocurrió fue atacar. Grave error porque el ataque de los digmon "en entrenamiento" son unas burbujitas rosas que apenas e hicieron cosquillas a los Trolmon.

- "¡Pagarás tu atrevimiento!"- y en eso el Trolmon apareció una esfera negra en su mano- "¡Ataque Negro!"

La esfera negra, que era pequeña y dura como una bala penetró a toda velocidad mi pecho. Sentí un dolor insoportable y caía al suelo en el acto. Un ardor insoportable recorrió todo mi cuerpo y sentí como mi energía se agotaba rápidamente. Pronto ya no podía ni abrir los ojos. El "ataque negro" estaba acabando con mi vida.

- "¡Tai!"- alcancé a escuchar a Kari gritar.

- "Un paso más y alcanzarás al chico en el más allá"- gritó un Trolmon. Kari se quedó petrificada.

- "¡Basta ya! Iré con ustedes"- dijo Sora entre sollozos. Los Trolmon no la dejaron despedirse y la llevaron a rastras hacia la torre, cerrando la jaula en el camino. Cuando desaparecieron Kari corrió hacia mí y se agachó a mi lado. Yo ya no veía bien, pero vi entre sombras que Kari estaba llorando.

- "¿Tai? ¿Me escuchas?"- escuché una voz distorsionada.

- "Kari...creo que me voy a ir..."- le murmuré. Así me sentía en ese momento.

- "Es la esfera"- dijo Kari- "Está llena de oscuridad y se está comiendo tu alma"

Entonces, Kari metió la mano en mi herida y extrajo la esfera rápidamente.

- "¡AAAAY!"- estaba débil pero pude gritar. Y entonces todo se puso negro.

Pero antes de irme alcancé a ver como la mano de Kari estaba llena de sangre...

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Los Trolmon me condujeron por un laberinto interminable de pasillos oscuros y húmedos. Yo estaba muy asustada ya que finalmente iba a ver a nuestro enemigo y sobretodo porque Tai estaba herido...

- "Llegamos"- dijo el Trolmon que había atacado a Tai- "Ni se te ocurra hacer una tontería porque entonces voy y termino con el Defensor del Valor"

Asentí, tratando de contener las lágrimas. El Trolmon abrió la puerta y me llevó a un patio enorme, donde unos 600 Trolmon estaban formados, esperando la siguiente orden de su amo.

- "Y esto...es sólo una pequeña parte de mi ejército"- dijo la voz más fría, cruel, diabólica y dura que jamás he escuchado. Inmediatamente me invadió el pánico y comencé a respirar rápidamente para calmarme, pero sin resultado.

- " Amo, ella es la defensora del Amor. Tuve que matar al defensor del Valor para traerla"

- "Excelente. De todos modos, ese defensor era inútil para mis planes. Bien hecho Trolmon. Puedes retirarte"

El Trolmon salió por una puerta y pronto nos quedamos el "Amo" y yo en ese patio. Me giré para ver al enemigo, pero no ví nada. Sólo podía sentir una presencia maligna que me hacía sentir triste, vacía y con mucho dolor. Si Kari estuviera en mi lugar ya se hubiera desmayado por una presencia tan fuerte.

- "Tranquila niña"- chilló El Mal con una risa cruel- "No te voy a hacer daño...aún. Necesito que me ayudes."

No respondí, el miedo me tenía petrificada.

- "Ya veo que no quieres hablar. Bueno, te explicaré todo. Mi plan es acabar con la Tierra y con el Digimundo. Para ello, voy a llevar mi ejército de Trolmon a Odaiba y tomaremos la ciudad por la fuerza. Una vez hecho eso, utilizaré los poderes de la defensora de la Luz para entrar a las mentes de los habitantes y los obligaré a que formen parte de mi ejército. Y cuando mi ejército sea lo suficientemente grande...¡Destruiré al mundo! ¡Iniciaré la Guerra más sangrienta de la historia! Y el Digimundo perecerá junto con la Tierra"

- "Y...¿Por qué destruir?"- pregunté quedamente.

- "Porque la destrucción es mi meta. Porque deseo el mal y el sufrimiento. Quiero que todas las criaturas estúpidas que sobrevivieron a la evolución mueran con la misma desesperación que las criaturas que me dieron origen. Yo nací del dolor y la muerte...¡Y quiero que todos la sientan!"

- "¿Qué quiere de mí?"

- "Para mezclarnos con los seres humanos, primero necesitamos parecernos a ellos. Así que quiero que utilices tus poderes para convertir a mi ejército de Trolmon en humanos. Más te vale que lo hagas porque si no los otros defensores morirán"

- "Morirán de todos modos"- dije con amargura- "¿Verdad?"

- "Eres muy lista. Nadie sobrevivirá. Pero de tí depende si sufren o no...¿O acaso la defensora del Amor va a permitir que sus amigos sufran un dolor indescriptible, que vivan una verdadera pesadilla?"

- "¡No!"- dije llorando- "Lo haré"

Y así, mi cuerpo emitió una luz roja que iluminó a todos los Trolmon. En pocos segundos, en el patio se encontraba un ejército de 600 soldados humanos, todos vestidos con un uniforme negro como la noche. Sus expresiones eran de odio y sed de sangre. El pensar que pronto irían a mi hogar y golpearían a hombres, mujeres y niños me hizo llorar.

- "¡SILENCIO! Todavía no terminas. Ven"

Sentí una fuerza empujarme con violencia hacia un cuarto al fondo del patio. Entré y encontré un cuarto oscuro. Una mesa de metal estaba en el centro y sobre ella estaba recostado un cuerpo enorme, cubierto por una tela roja.

- "Ese..es mi cuerpo. Mi forma física"

La fuerza me empujó hacia la mesa. Levanté la mano para quitar la tela pero entonces.

- "¡NO! NO TE ATREVAS"- la voz retumbó por toda la sala y yo me sentí muy asustada- "Dale a mi cuerpo forma humana...¡Ahora!"

Presa del pánico obedecí y pronto vi como el cuerpo debajo de la tela cambió de forma. De pronto, ya no sentí esa fuerza maligna a mi alrededor. Pero el cuerpo comenzó a moverse y saltó de un brinco de la mesa.

Y entonces me encontré frente a un hombre de ojos rojos como la sangre y cabello negro como la noche. Su piel era casi gris y su mueca mostraba odio y crueldad extrema.

Yo...¡Soy Hellmon!

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Después de comer y un poco de descanso. Mimí, Joe y yo volvimos a la forma "Niño" (es decir, yo parecía de 10 años). No era muy fuerte, pero era mejor que estar "En entrenamiento". Recorrimos el aeropuerto en busca de una forma de ir al Monte X y pronto estábamos en las pistas.

- "No puede ser que en este aeropuerto no haya un sólo vehículo. Ni un carro, ni una moto. ¡Y sobre todo no hay aviones!"- comentó Joe.

- "¿Qué tal ahí?"- señaló Mimí a la distancia. Y así, descubrimos que rodeando a la pista se encontraban 6 enormes hangares (bodegas) de distintos colores.

- "Tiene que haber algo en alguno de ellos"- dije- "¿Qué les parece si nos separamos para explorar las bodegas?"

- "Me parece bien"- dijo Mimí- "Yo quiero ver la bodega verde y la azul"

- "Yo veré la roja y la amarilla"- agregó Joe

- "En ese caso yo revisaré la anaranjada y la morada"- finalicé- "Saquen sus digivices"

Todos los sacamos y nos aseguramos de que dijeran la misma hora.

- "Muy bien, ahorita son las 5:30 de la tarde. Nos veremos en este mismo lugar a las 6, ¿de acuerdo?"

- "Por mí está bien"- dijo Mimí.

- "Lo mismo digo yo"- agregó Joe.


Y así nos separamos. Media hora después, yo estaba de pie en la pista esperando a mis amigos. Joe fue el primero en llegar.

- "¿Tuviste suerte?"- le pregunté

- "No, sólo hay basura en las bodegas, ¿Y tú?"

- "Igual. ME temo que no vamos a encontrar nada útil en este lugar"

- "¡Chicos!"- escuchamos gritar a Mimí a lo lejos. A diferencia de nosotros, ella se veía muy emocionada.

- "¿Qué pasa Mimí?"- pregunté

- "¡Tienen que ver esto! ¡Vamos!"- nos tomó de la mano y nos arrastró hacia la bodega azul. Mientras nos iba comentando sus hallazgos.

- "En la bodega verde había pura basura. ¡Pero miren esto!"

Entramos a la bodega azul y encontramos algo increíble. ¡Era un cohete espacial! Un enorme, antiguo y hermoso cohete espacial.

- "Pero..."

- "¡Es increíble!"

- "¿Será?"- me pregunté. Rodeé el cohete, examinando maravillado cada una de sus partes. Finalmente, me senté en un rincón y prendí mi computadora para buscar la respuesta a mi pregunta.

- "¿Qué haces Izzy?"- me preguntó Mimí mientras se acercaba.

- "Sólo un momento...¡Listo!"

Giré mi computadora para que Joe y Mimí vieran el monitor y ambos se sorprendieron muchísimo. ¿Se preguntan que estaba en la pantalla? Bueno, me había conectado a la página oficial de la NASA y en ese momento mi computadora mostraba una fotografía de un cohete espacial idéntico al que teníamos enfrente. Debajo de la foto decía Apolo XI.

- "¿El Apolo XI? ¿Éste es EL Apolo XI?"- preguntó Joe maravillado.

- "¡Así es! Esta es la legendaria nave en la que el primer hombre llegó a la Luna en 1969"- comenté orgulloso.

- "¿Qué está haciendo aquí?"

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- "Espero que el plan de Geekmon funcione"- comenté mientras nos escondíamos detrás de una roca, donde esperábamos la llegada de los ejércitos del mal.

- "¡Vaya sorpresa que se va a llevar El Mal"- dijo Yolei sonriendo

- "Sólo espero que Tai y los demás se encuentren bien"- agregué

- "Ellos están bien"- dijo la voz fría de Geekmon. Aún no me agradaba ese sujeto, especialmente por lo que me había hecho antes- "De hecho...creo que la profecía se está cumpliendo ahora...."

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Cuando el Sol brille en la Montaña...

- "¡Tai! ¡Tai!"- gritó Sora mientras entraba a la jaula después de haber estado con El Mal, quien ahora se hacía llamar Hellmon.

- "Está inconsciente"- dije mientras trataba de contener las lágrimas- "Ha perdido mucha sangre..."

- "¡Tai! ¿Me escuchas? Soy yo, Sora"- mi hermano abrió los ojos lentamente y sonrió al ver a su novia.

- "Sora...estás bien...¿verdad?"

- "Sí Tai, estoy bien"

- "Qué...bueno..."

- "Tranquilo Tai, no gastes tu energía"- dije mientras sostenía la maldita esfera negra que le había quitado tanta energía.

- "Kari...creo...que no lo voy a lograr"- me dijo tristemente

- "No digas idioteces. ¡Vas a estar bien!"- dijo Sora, pero Tai la ignoró. Él aún me miraba.

- "Pórtate bien Kari...Dile a TK que le encargo que tú estés bien...él es un buen chico y cumplirá...lo sé"

- "Tai"- dije poniéndome a llorar

- "Sora..."- ahora su atención fue para la chica que lloraba a su lado- "Sora...tú también cuídate mucho...sabes que te amo...¿verdad?"

- "Sí lo sé. Yo también..."

- "Siempre...siempre...te voy a cuidar. Tú me enseñaste a ser prudente... me cuidaste...fuiste mi ángel...ahora yo seré el tuyo..."

- "Tai, tú siempre me has cuidado. ¡Me salvaste la vida muchas veces! Y no sólo eso, me enseñaste a ser valiente, pero no en el sentido de ser aventado, sino en el sentido de ser fiel a sus principios y siempre enfrentarse al mundo con alegría. Yo..."- Sora se soltó a llorar.

Yo le tomé la mano a mi hermano y sentí sus emociones. Curiosamente, él estaba asustado... pero tenía fé en que nosotras saldríamos adelante sin él. No quería mostrar dolor, quería darnos su valor para que acabáramos con Hellmon. Y ese valor, ese verdadero valor, se convirtió en una luz que nos invadió a los tres. Y cuando esa luz desapareció, vi que los tres habíamos vuelto a nuestra etapa Niño y que Tai ¡Estaba curado!

- "¡Tai! ¡TU herida desapareció!"- dijo Sora abrazándolo. Mi hermano no lo podía creer.

- "Pero...¿Cómo?"

- "Fue un milagro...fue la luz de los milagros"- le dije. Yo la había visto una vez cuando enfrentábamos al entonces Emperador de los Digimon hace muchos años y V-mon se convirtió en Magnamón.

- "Muy bien, si existen los milagros, ¡venceremos a Hellmon!"- dijo mi hermano muy contento y entonces el emblema bordado en su camiseta brilló con todo su esplendor.

Ese emblema...que parece un sol.

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Y dos almas nobles renuncien a sus posesiones más valiosas...

Desperté en una pequeña cueva. TK estaba dormido a mi lado y se veía bien. Me levanté y vi que una hoguera nos mantenía calientes y cómodos. Ví dos platos con comida vacíos. Algo o alguien nos había alimentado, por lo que habíamos vuelto a nuestra etapa Niño.

- "¿Matt?"- era TK, quien se había despertado cuando me levanté.- "¿Cómo sigue tu pierna?"

Me dí cuenta de que mi pierna estaba cubierta por una tela oscura.

- "Me siento mejor"

- "¿Cómo llegamos aquí? Lo último que recuerdo es que nos desmayamos en la nieve"

- "Yo los encontré"- dijo una voz, la cual provenía de un digimon cubierto por una capa negra- "Los encontré en la nieve y los traje a mi hogar. ¿Cómo se sienten?"

- "Muco mejor"- dije- "Gracias por salvarnos"

- "No hay de qué"

- "Tenemos que ir al Monte X rápidamente"- dijo TK saliendo de la cueva. Pero sus ánimos se desvanecieron cuando vio que el Monte X quedaba muy lejos de dónde estábamos.

- "Así nos va a tomar días llegar"- comenté enojado.

- "¡No! Tenemos que ir con Kari"- dijo mi hermano frenético.

- "Yo puedo ayudarlos"- dijo nuestro "salvador"

- "¿Ah sí?"- dijo TK esperanzado- "¿Cómo?"

- "Puedo hacer que un abrir y cerrar de ojos estén en la cima de ese monte"

- "¿Nos podrías ayudar? ¿Por favor?"- dijo Tk muy contento.

- "Claro...pero a cambio de algo"

- "¿Qué cosa?"- pregunté desconfiado

- "Deseo...sus posesiones más valiosas"

- "¿Posesiones?"- preguntó TK confundido- "Yo no tengo nada...excepto mi gorra"

- "Y yo tengo mi harmónica"- dije sacando mi instrumento del bolsillo.

- "¡Eso es basura!"- dijo el digimon fastidiado- "Yo quiero algo de verdad valioso"

- "Pues no tenemos nada"- dije enojado- "Vámonos TK"

- "Claro que sí lo tienen. Son los defensores, ¿verdad?"

- "Sí"- dijo TK- "¿Y qué tiene que ver?"

- "Sus códigos son los objetos más valiosos que existen en el digimundo. Si me los dan, los llevaré con sus amigos"

- "Pero...sin nuestros códigos"

- "Tienen esa elección"- dijo el digimon con una risita.

- "¡Hecho!"- dijo TK inmediatamente.

- "¿Qué hay de tí?"- dijo el digimon mirándome.

- "Está bien"

Ese digimon tocó nuestros pechos y entonces sentí un calor muy raro y de pronto, ví que salía una tarjeta azul que brillaba con luz propia. Del pecho de TK salió una tarjeta amarilla.

- "Me siento raro.."- dijo TK. Tenía razón, yo sentía que algo me faltaba...una parte de mí.

- "Los dos son unos tontos. ¿Qué van a hacer sin sus códigos? ¿Sin la fuente de sus poderes?"

- "No lo sé, pero sé que todo saldrá bien a la larga"- dije

- "Todo con tal de ayudar a nuestros amigos. Haré hasta lo imposible"- agregó TK. Y fue entonces cuando ví que las manos de TK se tornaron azules y una ligera escarcha cubrió sus dedos.

- "¿Matt? ¿Dónde estás?"- preguntó de pronto TK.

- "¡Aquí estoy!"

- "¿Dónde? No te puedo ver..."

Pronto yo volví a la normalidad y las manos de TK recuperaron su color rosado.

- "¿Qué fue eso?"

- "Eso significa que ustedes en verdad son los defensores y que son dignos de sus poderes"- dijo el digimon quitándose la capa negra y mostrando su rostro.

- "¡Humon!"- exclamó TK

- "Bien hecho TK, ustedes dos pasaron con honores la prueba de que en verdad son los defensores y que están listos para mostrar su verdadera forma"

- "¿Cómo?"

- "Fueron capaces de mostrar sus dones, aún sin sus códigos y sin que fuera su sentimiento especial. Así, Matt nunca perdió la esperanza y TK sintió la amistad al renunciar a sus poderes con tal de ayudar a las personas que quiere"

- "¿Y qué quiere decir?"

- "Que los defensores son un equipo. Lo que los hace especiales es que sus corazones son capaces de dar hogar a las 8 virtudes que son capaces de vencer a las fuerzas de la oscuridad. Todos ustedes son valientes, saben amar, conocen, son sinceros y confiables, apoyan a sus amigos y siempre tienen la esperanza de que la luz vencerá a la oscuridad. Y lo más importante es que saben trabajar juntos. La clave para vencer a su enemigo es la unión. No lo olviden"

- "¿Qué va a pasar ahora?"

- "Ustedes tomarán su verdadera forma, cuando las condiciones se cumplan..."

- "Creo que eso está pasando...me estoy helando..."- comenté mientras notaba como mi piel se tornaba azulada.

- "Y yo...me siento muy ligero..."- TK comenzaba a verse transparente...como si fuera a desaparecer...

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...La nave legendaria proveniente de la gran casa azul volverá a su antigua gloria y se elevará por los cielos...

- "Aún no entiendo que hace el Apolo XI en el digimundo"- comentó Joe.

- "¿Cómo Joe? ¿Aún te sorprende que aparezcan estas cosas en el Digimundo?"- comentó Mimí con sarcasmo.

- "Ya basta ustedes dos...¡Miren eso!"- dije señalando hacia el monte X. En la cima del monte algo anaranjado brillaba con gran intensidad.

- "¿Qué es eso?"- preguntó Joe

- "Déjame ver"- dijo Mimí mientras sacaba un pequeño telescopio de su bolsa (recuerden que ella siempre traía cosas útiles)- "¡No puedo creerlo! ¡Es Tai!"

- "¿Tai?"- dijo Joe tomando el telescopio y mirando a través de él- "¡Es cierto!"

Yo iba a tomar el telescopio, pero de pronto me sentí mal. Me sentí muy pesado y casi me desplomo al suelo.

- "¡Izzy!"- dijo Mimí asustada- "¿Te sientes bien?"

- "Más o menos"- murmuré, notando como mi voz se volvía más profunda- "¿Qué me está pasando?"

- "No lo sé...pero tu piel está muy áspera"- dijo Mimí tocándome el rostro. En eso miré como de su cabello comenzaron a brotar unas margaritas.

- "¡Mimí! ¡Tu cabello!"- dijo Joe, quien de pronto comenzó a sudar y se veía empapado, como si le hubieran echado una cubeta de agua encima. Sus manos comenzaron a gotear agua.

Estábamos tan preocupados que no nos dimos cuenta del momento en que el Apolo XI encendió sus motores y comenzó a avanzar lentamente. Pero Joe pronto lo vió.

- "¡La nave! ¡Se está moviendo sola!"- dijo mientras se retiraba el cabello empapado del rostro.

- "¿Qué?"

Y así el Apolo XI, la nave legendaria, salió de su gran casa, la bodega azul.

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...chocando contra la roca romántica...

- ¿Qué está pasando?"- preguntó Sora cuando vio como una brillante luz blanca nos rodeaba.

- "No lo sé...pero me siento raro"- dijo Tai. Fue entonces cuando ví unas llamas rodear su cuerpo y su piel comenzaba a verse anaranjada. Sora intentó tocarlo pero retiró la mano en el acto.

- "¡Tai! ¡Estás ardiente!"- gritó

- "Sora...no es el momento para..."

- "¡No, tonto! Es en serio"- dijo Sora sonrojándose. Entonces vi unos bultitos en su espalda, los cuales comenzaron a crecer. Iba comentarle mi descubrimiento, pero fue entonces cuando ví que mis manos brillaban con una luz muy intensa.

- "¿Qué es eso?"- preguntó Tai de pronto

- "¡Es una nave espacial!"

- "¡Y está a punto de estrellarse con la luna!"

¡CRASH!

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...Y con eso los defensores mostrarán su verdadera forma.

- "¡Taimon!"

- "¡Soramon!"

- "¡Yamamon!"

- "¡Mimimon!"

- "¡IKoumon!"

- "¡Joemon!"

- "¡Takemon!"

- "¡Karimon!"

......WARP digivolve a.......

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- "¡Muy bien tropas! ¡Avancen!"- Hellmon dirigió a su ejército de ahora humanos Trolmon a través de la llanura del Digimundo. Hacía unos cuantos minutos que habían dejado atrás el Monte X y se dirigían al continente Server, donde estaba el portal que los llevaría a Odaiba, donde Hellmon planeaba provocar una Guerra. Llevaban unos cuantos minutos avanzando cuando escucharon unos gritos.

- "¡Deténganse!"- escucharon una voz- "¡No se muevan!"

- "Sigan avanzando, no voy a permitir que un digimon impertinente detengas mis planes"- ordenó Hellmon.

- "¿Ni siquiera los Defensores Digimon?"- dijo la misma voz.

- "¡Los defensores Digimon están derrotados!"

- "¡TE EQUIVOCAS!"

Y de atrás de la roca salieron 8 niños...aunque se veían un poco raros. El que aparentemente era el líder tenía la piel anaranjada y el cabello oscuro y parado. Tenía los ojos verdes y unos colmillos se asomaban en su boca.

- "¿Tú crees que Agumón y los demás logren burlar a Hellmon y sus tropas?"- preguntó YOlei a Ken detrás de una de las rocas.

- "¡Somos los defensores y vamos a detenerte! ¡Flama Bebé!"- atacó Agumón.

- "¡Fuego Azul!"- dijo un chico con el cabello rubio muy claro y ojos rojizos que vestía un suéter a rayas azules y blancas.

- "¡Burbuja de Aire!"- dijo un pequeñito que aparentaba 8 años con el cabello rojizo y enormes ojos azules.

Los digimon (que se estaban haciendo pasar por los defensores) atacaron a Hellmon, quien veía divertido la escena.

- "¿Creen que soy tonto? Ustedes no son los defensores"

- "¿Y por qué estás tan seguro de eso?"- dijo un niño bajito con la piel oscura y enormes ojos verdes antes de atacar con un "súper trueno".

- "¡Somos los defensores!"- dijo una nena con el cabello largo y rosado y piel verde.

- "¡Y no vamos a permitir que ataques la Tierra!"- dijo una niña con el cabello blanco y ojos azules felinos que vestía un vestido rosado y guates amarillos.

- "Antes pasas encima de nosotros"- agregó un chico con la piel muy blanca y ojos azules. Su cabello era muy rojo y aparentemente era el mayor del grupo.

- "Ustedes no son los defensores porque son 8. Y mis tropas ya mataron a uno de ellos"- dijo Hellmon riéndose.

- "¡Eso es lo que tú crees!"- dijo una voz muy fuerte y profunda. Agumón volteó al cielo y entonces su ojos se abrieron como platos.

- "¿¡Tai!?"

Continuará.