Capítulo II : "Querido Hogwarts..."

Al llegar los chicos a la cocina ya estaba toda la familia sentada a la mesa, cada uno les dirigió una sonrisa cuando entraron. El señor Weasley estaba sentado junto a Percy mientras conversaban algo serios con el diario "El Profeta" frente a ellos, George y Fred solo comían y Ginny ayudaba a su madre a lavar algunos trastos de la noche anterior. Los amigos se sentaron algo extrañados, había demasiado silencio, los cual era raro por la presencia de los gemelos. Ron no aguantó mas las ganas de preguntar...

- ¿Por qué tanto silencio, eh?

- Hijo... – dijo el señor Weasley muy serio - ... ayer en la noche te habrás dado cuenta de que apareció la marca tenebrosa... – los chicos asintieron - ¿tú sabes por qué aparece se la marca tenebrosa? – le preguntó

- En un libro leí que la marca tenebrosa se aparecía cuando los mortífagos cometían algun asesinato... – respondió Hermione, que recién se había dado cuenta de lo que había dicho -... entonces... – el señor Weasley le asintió con el rostro muy serio.

- ¿Hubo un asesinato anoche? – preguntó Harry

- Así es Harry – respondió Percy entregándole El Profeta a Harry, el desdobló el diario en la página que estaba marcada:

Igor Karkarov asesinado por mortífagos

Por: Eve Carson

"El ex–director del colegio Dursmtrang de magia y hechiceria,

Igor Karkarov, fue encontrado muerto ayer por la noche por

agentes especiales del ministerio Búlgaro, después de una

explosión ocurrida en su residencia en el pueblo de Kazanläk.

Médicos Forenses del Hospital de Plovdiv de enfermedades mágicas

nos informan que el asesinado fue causado nada más y nada

menos por la temida maldición "Avada Kedavra", que hasta donde

se sabe no ha sido usada desde los tiempos del Señor Tenebroso.

También cave añadir que después del asesinato fue vista en casi

todo el mundo la temida marca tenebrosa, la marca que usaba

Quien – no debe – ser – nombrado para identificar a sus seguidores,

la cual no había sido vista desde los mundiales de Quidditch del año

pasado causando un gran alboroto.

¿Será este el retorno del señor tenebroso? ¿Será este el momento

tan temido por el pueblo mágico mundial? Nada se puede asegurar.

Entrevistas hechas al ministro de magia inglés "Cornelius Fudge",

nos asegurá que eso es imposible y que todo a sido obra de un

mortífago fiel al señor tenebroso que quería vengar el la vida de los

muchos fieles vasallos que habían caído tras las rejas de Azkaban

por culpa del Sr. Karkarov. Ya que su pasado no estaba muy

limpio..."

Harry no siguió leyendo, ya sabía lo que continuaba, Karkarov había sido un mortífago que evitó Azkaban al hacer un trato con el ministerio de magia, lo dejarían libre siempre cuando empezara a cantar. Delató a mucha gente lo que causó el odio de los seguidores de Lord Voldemort. El mismo Harry había escuchado la noche del alzamiento del señor de las tinieblas que los mortífagos que les habían sido infieles pagarían con la muerte entre ellos estaba Karkarov y... ¿Snape?. ¿Acaso el próximo blanco de Voldemort sería Snape? Por mucho que Harry odiara a su profesor de pociones, Harry no le deseaba la muerte. Por mucho que le costara asumirlo (a Harry y a su profesor) Snape salvó la vida de Harry en su primer año en Hogwarts durante un partido de Quidditch y sentía en deuda con él, aunque muy en el fondo. Aunque despúes de pensarlo un poco, Snape estaba tras la protección de uno de los magos más fuertes de toda la historia mágica, Albus Dumbledore, ese era el único mago al que Voldemort temía y la razón de la porque Hogwarts era tan seguro.

- Al parecer no le sirvió mucho a Karkarov escapar – dijo Ron mientras estaban conversando en su habitación con Harry y Hermione – Los mortífagos igual se vengaron de él.

- Sí... Karkarov sabía que igual lo matarían, aunque escapara – añadió Hermione – Quien- ustedes- ya – saben y sus seguidores tienen muchos contactos...

- ¿¡Y si Snape fue el que lo delató a ustedes- saben- quien!? – dijo Ron ilusionado.

- No creo... – dijo Harry – Tú sabes que Dumbledore confía plenamente en Snape

- Me preguntó por qué él confía tanto en Snape – dijo Hermione – Si sabemos que Snape fue un mortífago... Snape tiene que tener un papel muy importante en todo esto para Dumbledore se fiara tanto de él.

Eso era algo nuevo en que pensar, todo eso de Voldemort confundía mucho a Harry, pasaba lo mismo que hace más de 15 años... ya no se sabía en quien confiar.

Era atroz el desorden que se vivía dentro de la madriguera, era como si estuvieran lléndose a la estación Kin's Cross a tomar el expreso de Hogwarts, todos corrían por los pasillos y por las escaleras, chocándo entre ellos...

- ¿Alguien ha visto mi bolso?

- Creo que lo vi en el baño!!

- ¿Quién de ustedes dejó su ropa interior en mi cuarto?

- Eh... son los míos, disculpa...!!

Era la mañana del sábado, la familia Weasley, Hermione y Harry se estaban preparando para su visita al callejón Diagon, estaban muy atrasados, a la señora Weasley se le había olvidado poner el reloj despertador y se retrasó toda la casa. Por fin ya todo estaba en orden, ya todos habían tomado desayuno, arreglado sus cosas, solo faltaba ponerse en marcha...

- Bien, chicos... – dijo la señora Weasley como general de las fuerzas armadas– yo iré primero para esperarlos en el callejón, ustedes se pondrán de acuerdo en el orden en que irán...- la señora Weasley miró a Harry – Harry ¿podrás usar los polvos esta vez, verdad?

- Molly... el chico ya creció, ya sabe como usar los polvos flu, lo de hace 3 años fue un pequeño error – le dijo el señor Weasley.

- Bien, pues... vamos entonces. – la señora Weasley sacó su varita e hizo que un fuego de colores se prendiera en la chimenea, sacó unos polvos de una pequeña bolsita y los tiró al fuego, entro en él y dijo... - ¡al callejón Diagon! – la chimenea succionó a la señora Weasley como una aspiradora a una mota de polvo.

Luego fueron los gemelos, Ginny, Hermione, Ron y luego fue el turno de Harry, se sacó los anteojos para evitar que se rompieran y los guardó en un bolsillo de su pantalón, luego juntó sus codos hacia el cuerpo, ya estaba listo...

- Al callejón Diagon! – dijo esta vez con seguridad.

Como ya había vivido dos veces anteriormente esta experiencia de viajar por las distintas chimeneas del mundo mágico a una velocidad increíble, con todo ese hollín que se le pegaba al rostro y a su ropa y dar tantas y tantas vueltas, esta vez Harry no se mareó solo salió de la chimenea tosiendo como loco por el polvo que accidentalmente había inhalado.

- Harry, querido... – dijo la señora Weasley que lo recibía con su brazo rodeando su hombro - ¿estás bien?

- Sí señora Weasley – le respondió este calmando un poco su tos – solo es el polvo – dijo ya calmado tratando de safarse de la sañora Weasley que le limpiaba el hollín de su ropa.

En ese instante apareció Percy unos minutos después el señor Weasley, cada uno con las tunicas terriblementes sucias.

Se pusieron de acuerdo en visitar Gringgots primero, llegaron todos al majestuoso edificio blanco con la gran entrada de madera. Harry se sintió muy aliviado esta vez al visitar Gringotts, el se llegaba a sentir muy mal cuando sacaba dinero delante de los Weasley, ellos eran una familia modesta. La razón de la porque Harry se sintió aliviado era que le quedaban algunas monedas del año pasado ya que había sacado una buena cantidad para los mundiales de quidditch,y le serían sufientes para comprar lo que necesitaba. Después de que la familia Weasley sacara algunas monedas de su bóveda subterránea, los chicos se pusieron de acuerdo en el que se juntarían en algunas horas mas en Flourish y Blotts para comprar los libros que necesitarían, los gemelos se fueron directo a la tienda de bromas del callejón Diagon con la excusa de tener negocios ahí, lo que no causó muy buena reacción de su madre, pero desistió ya que estaba convencida de que nada los haría cambiar de parecer, Percy, Ginny y sus padres se fueron juntos a comprar algunas cosas.

Los tres amigos recorrieron montones de tiendas, la más emocionada era Hermione que quería ir a ver una nueva tienda que había leído en El Profeta que se había inaugurado durante el verano: "Boutique Witch's Glamour", de muy mala gana Harry y Ron la siguieron, Hermione estuvo más de media hora probándose distintos trajes, eran completanmente distintos a las túnicas de Hogwarts, algunas tenían diseños muy de moda con diferentes cortes y colores. Hermione entraba y salía del probador y les hacía ser de jueces a Ron y Harry. Los dos estaban muy confundidos, les costaba admitir de que la chica se veía realmente bien con las distintas teñidas, en especial a Ron que se puso muy rojo la vez en que Hermione salió con una mini-túnica que le ajustaba en la cintura. Ya al fin los tres chicos salieron del almacén y para peor a Harry y Ron les tocó llevar las bolsas con las compras de Hermione (después de muchas quejas). Aunque luego les tocó cobrar venganza a los chicos, que al pasar por la tienda de "Artículos de calidad para el Quidditch" se quedaron paralizados... dejaron las bolsas a un lado para disgusto de Hermione y se pegaron a la vitrina, una escoba nueva se estrenaba ese mismo día, no solo Harry y Ron lo notaron, un montón de niños también habían quedado con los ojos desorbitados, era hermosa (no había otra palabra para describirla), tenía un palo tan recto y una cola en punta sin comparación.. "Zeus 3000"... era el modelo de esa escoba:

"Zeus 3000"

La "Zeus 3000" es una escoba de industria americana,

la más novedosa y moderna del mercado. Su palo está

hecho con fina madera de roble, lo que produce un

moviemiento más dinámico y frenazos más suaves, exactos y

rápidos.

Hecha con firmes y duras ramitas de canelo en la cola lo que

aparte de darle un mayor equilibrio y balance le da más estilo

y mejor apariencia.

La Zeus 3000 es una escoba que alcanza una velocidad de

0 a 350 km/hora, con una presición únicamente exacta. E incluye

un hechizo exclusivo de anti-maleficios. Con una matrícula

hecha por los mejores calígrafos en oro puro.

Esta es sin duda la mejor escoba del momento.

Consultar el precio al vendedor.

Al ver las últimas palabras en el aviso Harry y Ron se alejaron inmediatamente, se preguntaban cuánto costaría una belleza de esa categoría...

- Harry... – dijo Ron mirando de reojo la nueva escoba – creo que ni con todo el dinero de tu bóveda en Gringgotts podrías comprar esa escoba.

- ¡Ay chicos, solo es una escoba! – se quejó Hermione, luego añadió – perdimos un montón de tiempo en esa tienda! – Harry y Ron se miraron con la boca abierta.

- ¿¡Te quejas después de habernos tenido más de media hora en esa tienda de ropa!? – preguntó Ron molesto.

- Si Hermione – dijo Harry – Ron tiene toda la razón, aparte merecíamos un descanso, tus bolsas están muy pesadas... ¿cuántas cosas pudiste haber comprado?

- Bien... bien... – luego suspiró – lo admito, exageré.

El resto del viaje fue más tranquilo, pasaron a lo de "Túnicas para toda ocasión de Madame Malkin", a Harry ya le quedaba pequeña su túnica del curso anterior, había crecido notablemente durante el año, aunque igual Ron seguía más alto que él. Hermione convenció a Harry de que se comprara una nueva túnica de gala ya que según ella no tenía sentido no estrenar una túnica nueva, lo que causó el desagrado de Ron. Harry eligió una túnica muy bonita color azul marino. Hermione también se compró una pero no se la quiso mostrar a los chicos...

- Será una sorpresa, hasta que la usemos – les avisó la chica, que se había adelantado a la tienda donde venden ingredientes para pociones.

- ¿Pero que le pasa a ésta? – preguntó Ron a Harry mientras caminaban.

- Qué se yo...!

- Mmmm... tal vez nos quiere demostrar que se comporta como una chica – dijo Ron pensativo, luego la miró de soslayo – ...Después de lo del baile...

- Sí... tal vez – dijo Harry para no llevarle la contra a Ron. Harry solo creía que las pretensiones eran una parte de la adolencencia de las chicas, cosa que el no comprendía - ¿quién las comprende? – pensó para sí.

Los chicos compraron algunas plumas y frascos de tinta, algunos ingredientes para pociones que ya se les estaban agotando, un caldero nuevo de peltre número tres. Luego de haber comprado todo lo que necesitaban (a excepción de los libros de texto) los chicos se fueron a la heladería de Florean Fortescue, donde Harry y Ron se comieron cada uno un tremendo helado de chocolate, caramelo y almendras picadas. Hermione solo se comió un barquillo de vainilla...

- Tengo que cuidar mi figura... – los chicos la miraron sin creerle - ... o me voy a poner gorda, ustedes también deberían cuidarse. – les dijo señalando sus helados.

- Hermione... – le recriminó Ron - ... un helado... un solo helado no te hará nada - Harry asintió.

- Es que Ron... primero será un helado, después otro y después otro más y ya no será uno, serán varios y eso si que engorda.

- Haz lo que quieras – le respondió Ron molesto, ondeando su mano.

Al terminar los amigos se dirigieron a la librería de Flourish y Blotts, al llegar apenas pudieron entrar, estaba completamente lleno "al parecer no fuimos los únicos que decidimos venir hoy día al callejón" – pensaron. En un rincón de la tienda encontraron a Percy, Ginny y a sus padres que los llamaban con señas, los chicos se acercaron a ellos, mostraron sus compras y luego se formaron en la larga fila para que los atiendan...

- Fred y Goerge aún no han llegado – les dijo la mamá de los pelirrojos – qué estarán haciendo esos diablillos esta vez

- Molly... ellos ya son grandes, van a cumplir 18 años en unos meses – le dijo su esposo – solo están planeado su futuro. - Percy lo miró disgustado, como si los gemelos estuvieran planeando algo ilegal.

- Sí mamá – le dijo Ginny – cálmate, ellos... solo piensan en su futuro. Estás muy estresada.

En ese momento llegaron los gemelos, llevaban una carpeta con varios papeles que sobresalían de ella, unas bolsas con pergaminos y plumas y otro bulto con quién sabe qué cosa, era algo deforme y felpudo.

- Hola gente – los saludaron los gemelos.

- ¿qué traen ahí, chicos? – preguntó su madre

- Cosa nuestra – dijo George

- Es una sorpresa – le siguió Fred, luego le guiñó el ojo a Harry, él chico comprendió el mensaje y una sonrisa se dibujo en su rostro.

La fila en la tienda se fue disminuyendo cada vez más, hasta que fue el turno de Harry y los demás, el chico le pasó su lista al hombre que atendía detrás del mostrador, el señor de fue hacia las estanterías, Harry por mientras veía ojeaba los libros que estaban en la zona de "deportes mágicos". Después de unos quince minutos el hombre volvió con una pila de libros...

- Bien... – dijo él - ... aquí están – el hombre le mostró los libros – "El libro reglamentario de hechizos, nivel avanzado por Miranda Goshawk", "Recopilaciones de la historia mágica por Raydmon Hoffman", "Transformaciones Avanzadas por Emeric Switch", "Guía para la denfensa contra lo oscuro por Han Höfer", "Pociones y filtros mágicos 5º curso por Arsenius Jigger", "Conociendo lo inesperado por Diana Zuchel", "Aplicando la Herbología en la vida diaria, por Lidaska Russoe" y "Estrellas, planetas y demás, número 5 por Solanch Gispert", listo chico, ve a la caja y muestra tu boleta para retirar tus cosas en empaque.

- Gracias – dijo Harry, luego se acercó a la caja donde una señora con una gran sonrisa en los labios lo atendió, luego Harry se fue al empaque a retirar sus cosas. Salió de la tienda donde en la entrada lo esperaban los Weasley, Hermione aún no había salido, "Ha de estar comprando libros extras" – pensó Harry. Unos cinco minutos después apareció Hermione con seis bolsas llenas de gruesos libros, Harry, Ron, Fred y George y Percy se le acercaron para ayudarla, la chica les agradeció y les dio un paquete a cada uno...

- Hermione te estás pasando de la raya – le dijo Harry

- Sí! ¿de dónde saliste tan consumista? – Preguntó Ron tratando de no dejar caer un de los bultos.

- Lo siento chicos...- les dijo Hermione - ... pero al igual que el año antepasado, mis padres me dieron dinero extra por mi cumple que es el 19 de septiembre – dijo cargando la voz en las últimas palabras como diciendo "y no se les ocurra olvidarlo" – y por eso aproveché de comprarme ropa y algunos libros de más, aparte este año me tengo que preparar lo mejor posible por los TIMOS.

- No exageres Hermione – le recriminó Ron – aunque te compres más o menos libros igual te sacarías las mejores notas, no hay nadie que te supere en los exámenes – la chica se ruborizó un tanto y le agradeció sus palabras con una sonrisa, Ron se puso del mismo color o más rojo que la chica. Ron se apresuró a cambiar el tema - ¿Y dónde vamos ahora papá?

- Iremos a almorzar al Caldero Chorreante, hijo – le respondió su padre.

- Qué bien! – le respondió Ron – me estaba muriendo de hambre!

- Ron! – le gritó Hermione – Te comiste un tremendo helado y ya tienes hambre!?

- Sí, ¿y?

- Vas a engordar como chancho! te vas a parecer al primo de Harry – Harry no pudo evitar reírse al imaginarse a un Ron con el cuerpo de Dudley .

- Hermione... – le dijo Harry - ¿no te has fijado que Ron come y come y no ha engordado? – añadió con una sonrisa

- Sí!, qué rabia! ¿cómo lo haces para no engordar? – le preguntó Hermione

- Soy especial – le dijo el pelirrojo con una sonrisa.

- Si claro... – respondió la chica con ironía – ...especialmente raro querrás decir – Hermione se rió y Ron frunció el entrecejo con disgusto.

El resto del camino fue más silencioso, Ron no dijo palabra alguna y Hermione se había adelantado a hablar con Ginny. Harry por mientras iba mirando las vitrinas de las diferentes tiendas, Harry se paró en frente de una tienda donde al parecer vendían objetos religiosos, como rosarios, cirios, cruces... Harry se quedó mirando una estatua que le pareció conocida, se quedó parada ahí un rato hasta que volvió a la realidad con un gritó de Ron que lo llamaba. Harry miró hacia Ron y se fue con paso rápido hacia ellos. Cuando ya los había alcanzado estaban justo en frente de una muralla de ladrillos, el señor Weasley sacó su varita con la que dio unos golpecitos a la pared en un ladrillo específico, así como lo había hecho Hagrid hace cinco años atrás, pero a diferencia de la vez pasada era para salir del callejón y no para entrar a él. Pasaron por un estrecho patio y llegaron a una puerta de madera con un vidrio cuadrado en la parte superior de ella. La abrieron y entraron a un pequeño, algo triste, aunque nada desolado pub. Estaba lleno de brujas y magos de todas las edades, tomándose uno que otro trago, conversando silenciosamente o almorzando en familia. La familia Weasley, Harry y Hermione, se sentaron en una mesa algo apartada de las demás. Unos minutos después se les acercó Tom, el dueño del Caldero Chorreante, con un rostro algo agotado, pero los atendió con una sonrisa...

-Señores Weasley! que placer verlos – dijo dirigiéndose a todos los pelirrojos, luego se fijo en Hermione y Harry – Señorita... un gusto y... ¡oh señor Potter! que honor ternerlo aquí nuevamente – Harry sintió que se sonrojaba y se escondió bajo sus brazos, al fijarse también de que Tom había dicho el nombre de Harry en voz alta y todos los presentes lo miraban y se susurraban a los oídos. Un momento después todo volvió a la normalidad.

El señor Weasley pidió un almuerzo para todos mientras Tom anotaba la orden de cada uno en su pequeña libreta, cuando terminaron de pedir la comida, el dueño del pub se fue con una sonrisa hacia las cocinas. Los tres amigos mientras esperaban conversaban sobre su nuevo año y Ron se seguía quejando de los libros extras de Hermione, Harry se apresuró a cambiar el tema de conversación para que no empezara una nueva de muchas peleas entre la chica y el pelirrojo. Harry le estuvo hablando a Harry sobre el libro que le había regalado Hermione, donde había aprendido más maleficios nuevos que cuando tenía que practicar para el torneo. Ron se emocionó mucho ya que este año podría mantener a ese... – Ron dijo algo en voz baja cosa de que Harry y Hermione lo oyeran lo cual no hubiera dicho frente a su madre –...de Malfoy y sus amigotes a raya. Harry le prometió a Ron que le mostraría el libro cuando llegaran a la casa. Hermione no se creía que Ron sería capaz de leer aunque sea un cuento de bebés durante las vacaciones, aunque pensándolo mejor, con tal de hacerle la vida imposible a ese apestoso, patético, idiota, presumido de nada y mimado de Malfoy, Ron sería capaz de leerse una enciclopedia de mil páginas o más si es necesario.

Harry no supo cuánto tiempo pasó hasta que llegaron con la orden que habían pedido, solo que hace tiempo que no había estado tan metido en una conversación, todo lo referente a Hogwarts lo emocionaba, le daba una gran alegría recordar el enorme castillo con cientos de escaleras y pasadizos ocultos, toda la magia de ese lugar que parecía que todo fuera posible, poder volar en su querida Saeta de Fuego y poder vivir un nuevo partido de Quidditch. Realmente a Harry le fascinaba todo lo referente al mundo mágico... su mundo.

Todos comieron en silencio, cada cierto tiempo alguien hacía un comentario que finalizaba en un momento, todos al parecer estaban muy hambrientos, incluso Hermione que no pudo evitar servirse de postre un posillo con leche nevada ("una cosa que pruebe no me hará daño"). Después de pagar la cuenta, todos tomaron sus cosas y se dirigieron a la chimenea del Caldero Chorreante para poder usar los polvos flu, Tom se despidió de los Weasley, Hermione y Harry con una pequeña reverencia y luego encendio fuego. A Harry le tocó ir después de Ron, arrojó los polvos al fuego y mencionó "la madriguera" siendo nuevamente succionado por la chimenea y hacerlo recorrer miles de lugares y hacerlo ver pequeñas y rápidas imágenes mientras recorría la gran extensión de chimeneas, hasta que cerró los ojos para no merearse como le había pasado veces anteriores.

Todo había sido muy normal los días siguientes. Los no había señal ni de los mortífagos o del Señor Tenebroso, las peleas entre Ron y Hermione se hicieron menos seguidas aunque más duraderas, desde la vuelta del callejón Diagon se escuchaban más explosiones en el cuarto de los gemelos, Ginny seguía sonrojándose con la presencia de Harry aunque ya al menos le hablaba normalmente y se cohibía menos, el señor Weasley y Percy tenían más trabajo que nunca lo que hacía que salieran de madrugada y llegaran después del anochecer.

Harry y Ron iban a practicar Quidditch a las colinas cuando no tenían nada que hacer, Hermione y Ginny iban a verlos jugar supuestamente pero no les tomaban atención ya que estaban sumergidas en sus conversaciones.

Una tarde después de haber practicado, los chicos decidieron volver por la oscuridad, Harry y Ron estaban algo sudorientos y cansados, esa tarde había hecho mucho calor para su gusto. Al llegar a la casa, la señora Weasley tenía la cena servida, pero primero mandó a los dos chicos a lavarse con la razón de que apestaban por el sudor. Hermione y Ginny lanzaron una risita por las palabras de la señora Weasley. Algo avergonzados, Harry y Ron, subieron al cuarto de baño. Ya estaban limpios y no olían mal, a si es que se fueron a la cocina a cenar.

- Harry... – le llamó la madre de Ron – esta carta llegó con Hedwig en la tarde, querido.

- Gracias señora Weasley – le dijo el chico guardándose el pergamino en su bolsillo. Esa era una carta de Sirius que Harry le había enviado hace unas pocas semanas.

Harry comió rapidamente para poder leer la carta, al igual Ron y Hermione que querían acompañar a Harry. Subieron las escaleras corriendo y se encerraron en el cuarto de Ron, Harry desenrrolló el pergamino...

Querido Harry:

Me da mucho gusto saludarte, te hecho mucho de menos.

No te preocupes por mí, estoy en casa de lunático (tú sabes

quién es), el te envía muchos saludos, igual a Hermione

y Ron si es que están contigo.

Harry he leído el profeta y me he enterado de que Karkarov fue

asesinado por mortífagos. Ten mucho cuidado, recuerda ALERTA

PERMANENTE.

En cuanto al sueño que tuviste, no sé que podría significar...

lunático tampoco sabe, no sé si te habrán contado que tu madre

era muy buena en todo eso del análisis de los sueños. Si te

preocupa tanto, es por algo en especial.

Espero que te vaya muy bien este año en Hogwarts, recuerda que

este año te tocan los TIMOS y tienes que esforzarte. No quiero que

te pase lo que a mí (te lo contaré muy pronto). Recuerda mis

consejos.

Saluda a Ron Y Hermione de mi parte y que también les vaya muy

bien.

Besos y abrazos

Hocicos

- ¿Por qué no nos dijiste que ese sueño te había preocupado tanto? – le preguntó Hermione algo molesta. Ron puso la misma expresión seria de la chica.

- No quería preocuparlos – respondió Harry – lo siento

- Harry! somos tus amigos – le retó Ron – pudimos... no sé... como dijo Sirius... haber investigado algo sobre los sueños o algo así. Yo creo que Hermione debe tener algún libro de esos en su "gran colección".

- Ya, lo siento... ¿si? – dijo Harry poniéndose de pie – les contaré a la próxima, ¿por qué no dejamos hasta aquí, porfa?, gracias por preocuparse... pero eso no quería que pasara, no quería preocuparlos.

- Somos tus amigos y nos preocupamos – le contestó Ron

- Es verdad – dijo Hermione, afirmando lo dicho por Ron, como si nunca estuvieran en desacuerdo. – bien Harry, nos tienes que decir que te pasa la próxima vez o usaré una poción de la verdad en ti ¿si?. – la chica puso una expresión de: "soy perfectamente capaz de hacerlo", luego se puso de pie y se dirigió a la puerta – ya es muy tarde, me voy a dormir... Buenas noches a los dos.

Los chicos se despidieron de ella con un "buenas noches". Harry y Ron se quedaron un rato conversando hasta que le vino el sueño a Ron y se durmió de pronto. Harry lo dejó dormir, pero él no podía... en parte estaba muy contento de que Sirius estuviera bien y a salvo, pero hubo una frase en la carta de su padrino que lo inquietó y lo dejaba intranquilo... "te lo contaré muy pronto", ¿acaso Sirius tenía planeado ir a Hogwarts durante el año?, Harry se sintió muy mal, su padrino se había arriesgado ya mucho por él, escapando de azkaban, allanando casas, convirtiéndose en animago y pasearse como perro por las peligrosas calles y llegar a comer ratas muertas. De verdad Canuto apreciaba mucho a su ahijado.

Ya solo quedaba una semana para volver a Hogwarts, ya el próximo viernes estaría tomando el expreso a su colegio en el andén 9 y ¾ . Una semana le quedaba a Harry en "la madriguera", para poder conversar sin molestia alguna con sus mejores amigos, practicar quiddtich cuando quisiera y estar lejos de los estudios y de algunos profesores ("en especial de Snape"). Aunque añoraba Hogwarts, Harry se sentía muy triste de tener que dejar a los Weasley, su familia favorita, se sentía muy a gusto con ellos y también podía sentir que lo querían... a diferencia de los Dursley que deseaban tanto a Harry en Privet Drive, como la población mágica a Lord Voldemort.

La última cena en la casa de los Weasley fue inolvidable. El señor Weasley y Percy (para sorpresa de todos) pidieron permiso en el ministerio y se quedaron en la madriguera ese día. Al atardecer, al igual que el año pasado, todos cenaron en el jardín. Ubicaron dos mesas juntas, con un bonito mantel blanco, unos candelabros hermosos con velas que iluminaban todo el alrededor. Obviamente no podía faltar la comida... distintos y variados tipos de carnes, puré de papas, papas fritas, varios tipos de ensaladas y exquisitos jugos de diferentes sabores, para finalizar con un rico postre de flan de chocolate y caramelo. Todos comieron muy a gusto mientras mantenían conversaciones algunas interesantes y otras no, hasta caída la noche y junto con ella el frío rocío de la noche, que humedecía todo lo que tocaba. Unos minutos después la señora Weasley ordenó a todos que fueran a dormir, ya era muy tarde y todavía a algunos les quedaba ordenar su equipaje.

Harry y Ron se fueron a su cuarto a ordenar sus cosas, dejando afuera lo que necesitarían, luego se fueron a dormir sin ningún problema, sólo con una sensación de nerviosismo mezclado con ansias.

Continuará...

Con el tercer capítulo me voy a demorar un poquito ya que no lo he empezado, este fic se lo dedico a una amiga que es fanática de Harry Potter al igual que yo.

En los otros capítulos se va a saber más de la idea de este fic, este SOLO ES EL COMIENZO.

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