||Boys
Be...||
Autoras:
Patty*Potter y Lina Saotome
Emails:
oscarinatrunks@hotmail.com
/ lina_saotome@hotmail.com
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Este fic contiene SLASH ::
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Homofobicos, abstenganse de leerlo |
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-Capitulo 1: La pareja menos pensada-
En el cielo despejado se podían apreciar claramente un centenar de estrellas que titilaban al compás de una música melodiosa. El silencio opaco de la noche se ondeaba con suavidad en el ambiente. El viento cálido soplaba alegremente, recogiendo los murmullos provenientes del bosque prohibido. Ruidos inentendibles se fundían unos con otros en la oscuridad impenetrable.
Dos sombras con forma humana se desplazaban lentamente hacia el campo de Quidditch. Al acorde del sonido de sus capas, tocando la parte superior del césped, entre pequeños susurros se entablaba una especial conversación.
Caminaron hasta llegar a una de las gradas más bajas; se sentaron,
para luego mirarse fijamente durante unos segundos, pero casi de inmediato
apartaron la vista, a la vez que un leve rubor carmín aparecía
en sus rostros. El silencio se hizo presente, agudo, esperando ser roto
por alguna de las dos personas, pero nada sucedía, hasta que una
de ellas se puso en pie.
- Esto es… algo… difícil - dijo quedamente.
- Lo sé, lo sé mejor que nadie, Cornamenta -respondió
el otro, quien se levantó del asiento.
- ¿Estás… estás seguro? - preguntó, dando media
vuelta y quedando frente al aludido.
- Muy seguro - dijo sujetándole leve, pero decididamente los hombros
- Te quiero -
- Yo también te quiero, Canuto - sus ojos cafés se clavaron
en los azules de su acompañante.
Sirius tomó la barbilla de James con una de sus manos, atrayendo hacia sí el rostro de su amigo, hasta que estuvieron a escasos milímetros los labios del uno de los del otro. Parecía que los segundos se alargaban, y que jamás llegaría el momento en que sus bocas se unirían. Hasta que sucedió aquello tan deseado.
Sus respiraciones se sincronizaron sin querer en una sola. Parecían haberse detenido a pensar sobre lo que sus instintos querían. Pero Sirius no lo dudo más y sus labios se encontraron con algo de temor y deseo con los de su compañero. Ambos se quedaron congelados y sus labios no se movieron. Pero la suavidad de los labios contrarios terminaron por derretirlos mutuamente. Sirius tomó por la cintura a James, y éste, dejándose llevar, entre abrió un poco los labios. Su compañero no perdió oportunidad, y sus lenguas se entrelazaron en un apasionado beso.
Así estuvieron durante unos instantes, pero el oxígeno en sus pulmones no era infinito, por lo que tuvieron que separarse. No se dijeron nada, porque las palabras no eran suficientes para expresar toda la emoción que los embargaba.
Sin poder contenerse más, volvieron a besarse, profundizando aún más ese acto tan íntimo, a la vez que la adrenalina circulaba violentamente por todo su torrente sanguíneo.
Sirius empujó levemente a James contra las gradas, haciendo que su cuerpo quedara un poco inclinado. James se sobresaltó un poco al notar la impaciencia de su "mejor amigo", pero no se opuso a sus deseos. Los ojos azules de Sirius miraban la figura de James enmarcada por los rayos de la luna. Se acercó súbitamente y comenzó a besarlo de nuevo, extasiado por la hermosa visión que veía frente a él. Sus manos recorrían la espalda y hombros de James de forma rápida. El deseo era algo que los carcomía a ambos. James disfrutó de los labios y lengua de Sirius con frenesí, mientras que sus manos exploraban la espalda de su compañero.
Ambos mantuvieron ese juego mutuo largo rato. Bajo el manto negro de la madrugada, el frío comenzaba a inundar el campo de Quidditch, y ésto se reflejó en los movimientos apasionados de la pareja por sentir cada centímetro del otro.
James se separó levemente de los labios de Sirius; sus manos ya
recorrían las bien formadas piernas de su compañero. Suspiró
levemente, dejando también al aire un gemido placentero. Pero la
brisa helada que empujó hacia el rostro de Sirius, hizo que éste
reaccionara: observó el cuerpo de James, su túnica estaba
algo arriba de las rodillas, y sus piernas temblaban de frío. James
notó eso, comprendiendo el mensaje.
- Lo mejor será regresar, Cornamenta... Estás congelándote
de frío- dijo Sirius con voz dulce, ayudando a James a ponerse en
pie.
- Tú también tienes frío... Ya es tarde... Alguien
puede notar que no estamos "durmiendo"- dijo James con complicidad. Sirius
sonrió débilmente.
- Vamos... Luego podremos continuar- dijo Sirius siguiéndole el
juego, y le dio una leve palmadita en el trasero a su compañero.
No cruzaron palabra alguna mientras se ponían la Capa Invisible sobre sus cuerpos.Despúes de asegurarse que no quedaran partes de sus cuerpos visibles, Sirius tomó por la cintura a James, y comenzaron a caminar por el silencioso terreno del Colegio Hogwarts; de Magia y Hechicería. Algunas palabras cariñosas brotaron de sus labios mientras llegaban a la gran puerta que dirigía al vestíbulo del Castillo.
Caminaban atentos, vigilantes; sin embargo, no se percataron de la presencia de la Señora Norris, quien sigilosamente se contoneaba por el pasillo. Se detuvieron en seco, apoyándose contra la pared, sus cuerpos estrechamente juntos, a la vez que la gata se les acercaba peligrosamente, inhalando el aire, como si supiera que se encontraban allí.
El animal miró fijamente en la dirección en la que estaban, se detuvo unos minutos, tratando de ver más allá de lo que su vista felina le permitía, pero no halló nada, así que se dio media vuelta para marcharse. Inconscientemente dejaron escapar un suspiro reprimido, y acto seguido la gata se volvió. Contuvieron su respiración mientras cruzaban los dedos. La gata examinó una vez más el lugar, para finalmente decidir irse.
Habían estado a punto de ser capturados por Filch. Las hormonas le habían jugado una mala pasada esta vez... llevaban consigo el Mapa del Merodeador, pero estaban tan concentrados en el cuerpo del otro que olvidaron su existencia por unos segundos, los cuales sin duda hubieran podido significar varias horas de castigo y MUCHOS puntos menos para su casa.
Luego de este "pequeño" incidente apuraron el paso, lo menos que querían era que esa situación se repitiese. En unos instantes se hallaron frente al retrato de la Señora Gorda, susurraron la contraseña, "corazón valiente" , pudiendo así ingresar a su querida sala común.
Como era de esperarse, la única luz que alumbraba el lugar era la
proveniente de las llamas que ardían en la chimenea. El continuo
tic tac del reloj mágico que descansaba en una parte de la pared
izquierda rompía con el silencio; por inercia, James y Sirius posaron
su vista en él: marcaba las 3:45 de la madrugada. Se quitaron la
Capa subitamente. Sirius se la entregó en las manos a James.
- Es muy tarde - murmuró casi imperceptiblemente James, comentario
que reafirmó Sirius con un movimiento de su cabeza.
- Rayos - dijo Sirius, repentinamente mal humorado - Mañana tenemos
a primera hora pociones dobles con los Slytherin - recordó de pronto.
- Debemos ir a dormir - dijo James; y casi de inmediato el rostro de Sirius
adoptó una mirada pícara - A DORMIR, Canuto - dicho esto,
se acercó a Sirius y le dio un tierno beso.
Ambos se tomaron de la mano, y empezaron a subir las escaleras que conducían a la habitación que compartían los chicos de 6to curso. Abrieron la puerta con sumo cuidado, tratando de hacer el menor ruido posible. Entraron sigilosamente, y los ronquidos que se escuchaban les indicaron que Lunático y Colagusano estaban dormidos. Aprovechando esto, se dieron un apasionado beso de las buenas noches.
No se percataron de que unos ojos dorados miraban anonadados una escena de la que jamás pensaron ser espectadores. Una punzada se hizo presente en el pecho de Remus Lupin, quien no supo descifrar a ciencia cierta el por qué de ella. Había volteado al escuchar la puerta cerrarse; no pudo dormir cuando notó que Canuto y Cornamenta habían salido hacia unas horas del dormitorio, sólo para encontrar ahora que ellos dos se besaban apasionadamente. No quería pensar en eso, por lo que el sueño termino por vencerlo, sumergiéndolo en un sueño intranquilo...
~::~
El día no pudo ser más incómodo para Remus. Desde que había despertado no podía apartar de sus pensamientos el recuerdo del beso que sus mejores amigos se habían dado. Pero... ¿Por qué sentía tanta molestia?. Si ellos eran felices juntos... Eso también sería su felicidad. Pero esa frase estaba muy lejos de la realidad.
Algo le molestaba... y no quería dejar de pensar en ello hasta no averiguar qué era lo que le pasaba... Adelante iban Sirius, James y Peter. Sirius y James bromeando con las chicas que pasaban, dando algunos piropos, aceptando algunas citas. ¿Realmente había sido real lo que había visto en la madrugada?... Su cabeza comenzó a jugar chueco con su memoria. Si ellos eran... pareja... No era posible que se comportaran de esa manera. ¿Sólo era para no levantar sospechas?...
Sin duda eran los chicos mas codiciados de la Casa de Gryffindor en todos los cursos. James el gran cazador del equipo de Quidditch de su casa, el chico "carita linda" por el que todas suspiraban, un gran estudiante en transformaciones y encantamientos, la pieza clave de Gryffindor. Por otro lado... Sirius... El rompe corazones más famoso de Hogwarts. Un chico encantador, simpático y bromista; siempre vistiendo las túnicas mas caras e innovadoras. Tan buen estudiante como lo era James, y tal vez aún más codiciado que Cornamenta.
Pero jamás había pensando en ellos como "pareja"... A decir verdad... No creía posible que alguien más en Hogwarts los viera de la misma forma en la que él intentaba verlos. Aún seguía esa extraña y dolorosa punzada que tenia en el pecho... ¿Por qué lo sentía?... Quería poder ser sincero y felicitarlos... Pero algo no lo dejaba ser honesto... Algo se lo impedía.
Llegaron sin que él lo notara al aula de Pociones. En lo más
bajo de las mazmorras, el pesado clima frío y húmedo inundaba
las cuatro paredes oscuras... negras y sombrías. Tomaron asiento
en una de las últimas mesas. Pero Remus no tomó el asiento
acostumbrado... Lo cual notó Sirius.
- ¿Vas a sentarte, Lunático? - Preguntó con una sonrisa
alegre.
James y él estaban sentados juntos, como siempre solían hacerlo.
Al lado de Sirius había un lugar vacío, el cual siempre era
ocupado por él. Pero por una extraña razón, negó
con la cabeza, volteando hacía Peter, quien ya se había acomodado
en un lugar junto a la mesa de ellos.
- No. Creo que Colagusano podría sentarse esta vez en mi lugar.
Siempre está un poco aislado - Dijo rápidamente Remus, intentando
sonar despreocupado.
Sirius alzó una ceja algo escéptico a lo dicho por su compañero.
- Vamos Lunático. Siéntate - Le animó Sirius con una
sonrisa persuasiva.
Remus negó con la cabeza nuevamente, y Peter que ya se había
puesto de pie, fue empujado por él hacia el asiento que comúnmente
le correspondía.
- Es mejor así. Colagusano quiere sentarse en mi lugar hoy. ¿Verdad,
Colagusano? - Preguntó casi en una afirmación.
Los ojos negros de Peter pasaron de los de Sirius a los de Remus. Después
de unos segundos bajo la mirada con una afirmación.
- Muy bien. Como quieras, Lunático... - Susurró Sirius de
forma melancólica.
James observó la escena a medias, pues una chica le estaba preguntando algo. Peter tomó el lugar de Remus en la mesa, mientras que él tomó el común asiento de Peter.
Volteó su vista hacia los otros dos lugares en su mesa, y notó que sólo uno estaba siendo ocupado. Se sorprendió un poco cuando descubrió de quién se trataba: era un estudiante de Slytherin... Y no sólo eso... Era el estudiante que hacía dos semanas había sido el protagonista de la broma más pesada que había hecho Sirius... Severus Snape...
No supo si era buena idea convencer a Peter para volver a su lugar. Prefería el sentarse junto a su amigo Sirius, que el tener durante dos horas a un Slytherin como compañero de mesa... Pero la imagen de James y Sirius besándose apareció de pronto, logrando así que desistiera de su idea.
El silencio entre ambos era muy incómodo. Ciertamente no era agradable
para ninguno de los dos. Remus se sentía un poco culpable por lo
que había sucedido; aunque no fuese directamente su responsabilidad,
no podía olvidar que por ser lo que era, estuvo a punto de morir,
o peor aún, de convertir en licántropo, a otra persona. Así
que decidió intentar entablar una conversación relativamente
agradable con su acompañante.
- Eh... buenos días - dijo un poco inseguro Remus.
- ¿Qué pasó? - se giró hasta que sus ojos chocaron
con los de Remus - ¿Acaso te echaron del grupo Potter y sus amiguitos?
- siseó Severus, evidentemente molesto.
- No - Remus respiró hondamente - Sólo trato de...-
- ¿De qué? - interrumpió el chico de Slytherin - No
voy a caer en su trampa - dijo apartando la vista, y cruzándose
los brazos en el pecho.
- No hay tal trampa - informó Remus, a la vez que Severus soltó
un bufido. No cruzaron palabra durante algunos minutos, hasta que finalmente
Remus habló - Lo siento - la expresión de Snape se tornó
perpleja, ¿había escuchado bien?. Al no obtener respuesta,
Remus repitió lo que había dicho - Lo siento.-
- ¿Sentir?, ¿qué cosa? - preguntó Severus,
aunque sabía perfectamente a lo que se refería Lupin.
- Lo... lo de esa noche - dijo bajando la mirada.
- Bah - murmuró Severus - No te creo.-
- ¡¿Pero qué es tan difícil de creer?! -dijo
alzando la voz, un poco exasperado.
Él era paciente, pero de vez en cuando perdía los estribos cuando hablaba con cabezas duras... Sirius también era un cabeza dura... pero... era diferente.
Todos los estudiantes interrumpieron sus charlas para centrar su atención
en la mesa en la que se encontraban Lupin y Snape. Severus hizo como si
nada hubiera pasado, manteniendo su postura que le caracterizaba por ser
uno de los más serios en todo Hogwarts. Por su parte, Remus miró
hacia la mesa de al lado, en donde pudo apreciar la cara de asombro e incredulidad
que tenían sus amigos, quienes le miraban interrogantemente; un
ligero rubor cubrió sus mejillas, y clavó su vista en el
libro de pociones que descansaba en sus piernas. Los estudiantes lentamente
retornaron a sus respectivas conversaciones, olvidando así el pequeño
incidente que acababa de suscitarse.
- ¿Ves lo que acaba de suceder por tu culpa? - masculló Severus,
indignado por lo que había hecho el hombre lobo.
- ¿Por mi culpa? -refutó Remus.
- ¿Quién fue el que gritó? - susurró Severus,
molesto.
- ¿Quién es el necio? - contradijo Remus, levemente enojado.
- ¿Necio yo? - preguntó incrédulo.
- Por supuesto - afirmó Remus, a la vez que cruzaba su mano derecha
con la izquierda.
- ¡Claro que no! ¡eres un insoportable, Lupin! - en un principio
el rostro de Remus se contrajo, pero luego rió levemente, provocando
que Severus se enfadara - ¿Y a ti qué te pasa?-
- ¿Es que no te das cuenta?, actuamos como si fuésemos niños
- dijo Remus, como si eso fuera algo muy obvio y extrañamente divertido.
Severus no dijo nada, tan sólo soltó un pequeño gruñido,
el cual Remus tomó como una afirmación en la que su compañero
compartía su misma opinión. Lupin quería aprovechar
la "tranquilidad" que ahora había, para así entablar una
conversación "civilizada" con Snape, pero no pudo hacer lo que tenía
en mente, ya que la puerta del aula se entreabrió, trayendo consigo
rastros de la conversación que sostenían dos personas...
- Ay sí, cariño, tienes un cabello hermoso, pero deberías
cortarte las puntas, para que evitaras las horquetillas, te lo digo yo
- dijo soltando un suspiro - Que he sufrido un MUNDO para que mi cabellera
luzca tan suave y manejable - terminó, a la vez que con una de sus
manos jugaba con su "melena".
En la cara de todos se podía apreciar claramente una cosa: incomprensión
y ansiedad. ¿Quién sería ese personaje tan peculiar
que acababa de hablar?. Se oía como la voz de un hombre, pero...
un tanto afeminada... ¿Qué rayos?. Finalmente las dudas se
disiparon cuando entraron al salón tanto el sujeto en cuestión
como su acompañante, quien resultó ser Lily Evans. La pelirroja
caminó hasta el fondo de la mazmorra, sentándose al lado
de Remus, a la vez que murmuraba quedamente un "Hola muchachos". Por su
parte, el otro individuo se paró frente al escritorio.
- ¡Hola muchachones! - dijo la persona - Yo soy su nuevo profesor
de Pociones - el alboroto no se hizo esperar, y todos estaban totalmente
alucinados. Tenían delante suyo a un hombre... vestido con una "linda
túnica" en tono rosa pálido, con pequeñas estrellitas
brillantes que cambiaban de color con cada movimiento que el sujeto hacía;
llevaba sandalias en color violeta, las que le hacían juego con
sus uñas - Mi nombre es - a la vez que se encaminaba a la pizarra,
donde empezaba a escribir con perfecta caligrafía a la vez que hablaba
- Amorce Herrinmann. El profesor Oblate ya no nos acompañará
más, debido a asuntos familiares, así que se me encargó
la labor de guiarlos en esta materia -
El profesor se había sentado sobre el escritorio, y cruzó
las piernas. Cogió un pergamino que había en la mesa, y empezó
a pasar la lista. Pasaron varios apellidos, hasta que llegó al de
"Potter"... el profesor posó su vista en el joven, y sacó
una pluma amarilla de uno de sus bolsillos, y anotó algo al lado
del nombre del susodicho. Luego de terminar con eso, empezó a dar
la clase del día.
- Hoy trabajaremos con la poción Venenumserpens. Este es un veneno
muy fuerte, ya que se obtiene del colmillo de basilisco, por lo que es
muy difícil de preparar, pero, haremos una excepción - dijo
guiñándole un ojo a toda la clase - A ver, abran su libro
en la página 7, y no duden en preguntarme, ¿de acuerdo? -
dicho esto, empezó a ojear unas revistas, al parecer de modas, que
había sacado de un bolsito que había traído - Ah,
trabajen en grupos de tres, así tal cual están-
Con un rápido y repentino movimiento de su varita, hizo aparecer en la pizarra la lista de ingredientes y las indicaciones principales de la poción, además de unos pequeños adornitos de flores en las "i", cosa que causó risa entre los estudiantes. El profesor, ignorando olímpicamente las risas y las miradas curiosas, centró su vista en la revista que llevaba consigo, mientras pasaba una mano acomodando un mechón de cabello que había quedado fuera de "lugar".
Severus no podía tener una cara menor de asco. El profesor de Pociones Oblate era muy renombrado y además el jefe de su casa; Slytherin. ¿Sería posible que semejante "hombre" fuera un profesor?... Seguro era un mal sueño... No sólo tenía sentado a su lado a un Licántropo, sino que además, tenía que lidiar con ese nuevo profesor.
Centró su vista en el libro, intentando concentrarse en lo que tenía
que hacer a continuación. Era una poción de fácil
preparación, pero los ingredientes demasiado delicados y por lo
tanto, peligrosos. Remus había comenzado a entablar una conversación
con Lily Evans, otra molesta estudiante de Gryffindor. Había olvidado
recordar el hecho de que estaba trabajando con dos Gryffindor... Lily se
puso de pie y observó a Severus y Remus con una sonrisa, aunque
a Severus le pareció más dirigida a Remus, que a él.
- Iré por los ingredientes. ¿Les parece? - se ofreció
con una sonrisa.
Remus asintió, mirando de soslayo a Severus, el cual gruñó,
dando a entender que sí. Ella avanzó hacia los estantes,
donde Sirius y James estaban recogiendo también los suyos. Ellos
tenían una especie de "lucha de brazos", dándose algunos
golpes leves, pero en la mente de Remus no llegaron los pensamientos de
"se llevan como dos niños", sino uno más parecido a "¿Se
estad manoseando?... ¡No puedo creerlo!". Aunque apartó la
mirada lo más rápido que pudo, fue demasiado para él.
La impresión de lo que había pensado lo puso nervioso, y
las notas que comenzó a escribir sobre el pergamino fueron muy irregulares.
- ¿Tienes un tic? - preguntó Severus, irónico.
- ¿Importa? - respondió algo desganado.
- ¿Vas a seguir respondiendo con preguntas tontas? - resopló
con enfado Severus. Remus se encogió de hombros.
- Sólo... Olvídalo. No me siento bien. - declaró Remus.
Severus prestó atención a Lily, la cual volvía con
una carga de ingredientes. Le ayudó torpemente a acomodarlos en
la mesa, y tras ello, Lily agradeció con una media sonrisa. Severus
no respondió, ni hizo gesto alguno.
- Ahora... Tenemos que agregar 5 gotas de sangre de murciélago -
dijo Severus, meditabundo.
Se hizo con uno de los frascos. Tomó un pequeño aparato,
colocándolo en una pequeña ranura que tenia el frasco; introduciendo
el aparatito. Marcó cierto número en él, y con un
ligero toque con su varita, hizo que el extraño aparato sacara las
gotas. Con un rápido movimiento retiró el aparatito, cerró
la ranura y devolvió el frasco a la mesa con los otros ingredientes.
Todo esto en una rápida fracción de tiempo, lo cual dejó
sorprendidos a Remus y Lily.
- En serio eres un monstruo con las pociones - susurró débilmente
Remus. Lily asintió.
- Yo no ando gastando bromas a los demás - replicó fríamente
Severus, sin siquiera mirarlo.
- Oye, deberías ser mas amable - dijo Lily molesta. Severus refunfuñó.
- El día que Slytherin pierda la Copa de las Casas - dijo sarcástico
y victorioso Severus.
Remus y Lily se intercambiaron miradas. Slytherin había ganado desde hacía dos años la Copa de las Casas, y éste año parecía que la jugada volvería a repetirse. Pero si no fuese por los puntos que Gryffindor perdía por las bromas de los Merodeadores, actualmente hubieran ganado todos los años la Copa. Fueron sacados de sus conjeturas, por la imagen del profesor Herrinman, el cual daba una revisada a todas las mesas de la mazmorra.
Severus se encontraba agregando Piel de Mantarraya al caldero. Remus tomó unos pequeños hongos y comenzó a cortarlos, mientras su mirada se alternaba entre lo que hacía y el recorrido del nuevo profesor, respectivamente. Lily por su parte, revisaba que las instrucciones estuviesen siendo seguidas al pie de la letra.
James, Sirius y Peter trabajaban animadamente en su poción, planeando
una emboscada en el caldero de Horus Longbottom, el cerebro en pociones,
después de Snape, claro.
- Ahora es el momento. El profesor está platicando con esas Slytherin
- dijo rápidamente Sirius.
James asintió con una sonrisa expectante. Tomo un pequeño
paquete de color verde oscuro, que tenía en su poder Sirius. Los
dos se giraron a Peter, el cual los observó.
- ¿Otra broma? - preguntó inocentemente Peter.
- Claro querido Colagusano - aseguró James.
- Y queremos que hagas el honor de hacer la "entrega especial" - susurró
Sirius en complicidad.
Los dos se miraron como si fuera la mejor idea del mundo, James entregó
el paquete en la mano insegura de Peter. Dieron una última mirada
al entorno.
- Eres el elegido - actuó James, sufridamente.
- Todo el futuro depende de ti - terminó Sirius.
Peter observó a ambos, como rogando que algo detuviese lo que iba
a hacer. James y Sirius tenían miradas expectantes a lo que hiciese
Peter, quien comenzó a sudar frío. Sus piernas le fallaron,
su boca se abrió para intentar suplicar, pero no salió sonido
coherente y por lo tanto, no pudo exponer lo que le sucedía. Pero
un milagro cayó del cielo: enfrente de su mesa, estaba parado Herrinman.
- ¡Pero si es el Capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor!
- chilló con énfasis el profesor Amorce. James y Sirius se
quedaron sorprendidos. Con él frente a ellos, Peter no podría
comenzar con la misión.
- Sí. Profesor Herrinman - aseguró con valentía y
orgullo, James.
- No me digas "Profesor Herrinman", sólo dime "Amorce", James -
dijo con alegría. James asintió con algo de duda. El profesor
notó a Sirius y le echó una mirada extraña. La cual
también le había dirigido a James.
Tras esto, sacó de nuevo su pluma y el pergamino que contenía la lista de alumnos, y anotó algo al lado del apellido "Black", a la vez que murmuraba un "nada mal, nada mal", para luego guiñarle un ojo a James y a Sirius, cuyos rostros reflejaban la incomodidad del momento.
Por su parte, Remus y Lily se habían acoplado a la manera de trabajar
de Severus, quien sin duda alguna mostraba toda la destreza de la que era
poseedor en esta asignatura. Ya Remus había cortado en delgados
trozos unas cuantas raíces de Plumantella, y al mismo tiempo Severus
terminaba de mezclar el Metilo con el Etanoato, obteniendo así la
solución acuosa base para la poción.
- Ya podemos empezar - dijo la pelirroja.
- ¿Qué hacemos? - preguntó el Gryffindor.
- Se nota que eres un inútil - dijo mordazmente Snape.
- Remus no es ningún inútil - afirmó Evans, un poco
molesta por el comentario del chico.
- Vaya, tienes nueva heroína, ¿no, Lupin? - irónicamente
comentó Severus.
- ¡Deja de meterte con él! - objetó desafiante la muchacha.
- A mí nadie me da órdenes, Evans - pronunciando esto en
forma altanera.
- Suficiente. Mejor terminemos con esto - cortó tajante y tranquilamente
Remus, poniendo fin así a la discusión que se avenía.
Ninguno de los tres volvió a hablarse, salvo en pequeñas ocasiones y sólo para tratar asuntos relacionados con la poción. Comenzaron a agregar los ingredientes según lo que decía el libro, y siguiendo algunas indicaciones que les daba Severus, mezclando en forma envolvente cada cierto tiempo, para que la poción obtuviera la textura "exacta", según propias palabras del Slytherin.
En la mesa de al lado, los Gryffindor que la ocupaban estaban "batallando"
con las miradas que les lanzaba el profesor, y cierto tipo de comentarios
que los dejaba congelados. Evidentemente, este señor era extraño,
"muy extraño", por así decirlo, y les ocasionaba varias molestias
a los dos más guapos.
- En serio, queridos, me encantaría ayudarlos - dijo Herrinman,
sonriendo pícaramente.
- No. Eh, quiero decir, no tenemos ningún problema aquí -
opinió James, rogando porque el sujeto desapareciera.
- Oh vamos, no es necesario que finjan delante de mí. Yo no soy
como el profesor Oblate - tarareando esto último cual si fuera una
canción.
- Em... es que... queremos aprender por nosotros mismos. Ya sabe - comentó
Sirius, adoptando una pose de autosuficiencia.
Pero fue contraproducente, ya que Sirius lo que pretendía era que
el profesor se marchara, pero... un ligero brillo se asomó en los
ojos de éste.
- Es mi deber enseñarles, muchachos. Así que no se hable
más - concluyó Amorce.
El profesor dio unos cuantos pasos hasta quedar del lado de los chicos. Peter, quien ocupaba el lugar que daba extremo a la línea central que dividía en dos filas el aula, fue "echado" literalmente de la mesa, por Herrinman, quien se disculpó con un vago "lo siento", apoderándose del puesto del medio.
La mente de Potter y Black se iluminó... estando el "individuo" allí, sin tener la menor intención de "integrar al grupo" a Colagusano, entonces... ¡él podría cumplir su misión!. Ambos dirigieron una mirada significativa a Pettigrew, quien tras unos segundos entendió lo que trataban de decirle sus amigos; respiró hondamente, miró hacia la mesa de Longbottom, y comenzó a caminar "sigilosamente" hacia allá, a la vez que pensaba en lo que podría inventar para no levantar sospechas.
Por mientras, Amorce Herrinman lucía muy animado al estar en compañía de sus adorables alumnos. Dio un aplauso fuerte y empezó a decirles qué era lo que tenían que hacer. Inició la "clase particular" pidiéndole a James que cortara la Plumantella, pero al parecer no lo estaba haciendo bien, o eso era lo que pensaba el profesor; y por ende, humanitariamente se ofreció a ayudarlo. A la vez que pasaba una de sus manos por sobre la de James, para que practicara el "movimiento correcto", en Sirius empezó a surgir el instinto asesino.
Cornamenta le lanzó a Canuto una mirada que clamaba auxilio, por
lo que el joven Black tuvo que hacer algo para rescatar a su "amigo" de
las "garras de Amorce"; así que optó por pedirle ayuda al
profesor, ya que "no sabía" cómo mezclar las sales de ácido
para hacer la base acuosa de la poción.
- Es muy sencillo. Tienes que hacer así, y así - le indicó
Herrinman, mientras hacía unos extraños movimientos con sus
manos.
- ¿Así? - preguntó Sirius, a la vez que hacía
lo que Amorce le indicó pero manejando los líquidos que contenían
los tubos de ensayo.
- ¡Perfecto! - exclamó el profesor, dándole una palmadita
a Black un poco más arriba de donde termina la espalda.
James soltó un bufido, ¿quién se creía ese sujeto para ponerle una mano encima a SU Canuto?. Pero el profesor de Pociones mal interpretó esto, asumiendo que el buscador de Gryffindor reclamaba su atención, así que agregó un "¡Pero si hay profesor para los dos!", soltando una risita mientras pasaba uno de sus brazos por el cuello de Potter y el otro por el de Black.
El pequeño Colagusano ya había llegado a la mesa de Longbottom.
Estaba muy nervioso, sudoroso, tenía ganas de salir corriendo del
aula; pero su deber como Merodeador era el cumplir con el objetivo del
plan, así que no le quedó otra opción sino quedarse
allí, a esperar el momento más oportuno.
- Ho... hola - tartamudeó Peter.
- Hola Peter, ¿qué sucede? - preguntó Horus en forma
amable, aunque extrañado de ver a Pettigrew allí.
- No... nada. Es sólo que... - y señaló al fondo del
salón, hacia la mesa en donde estaba el profesor.
- Ah, ya veo - dijo Longbottom, a la vez que posaba su vista en la poción,
mientras que sus compañeros de trabajo miraban el libro.
- Hey Horus, mira esto - a la vez que señalaba algo en el texto.
El aludido miró lo que le decía su amigo.
Nadie vigilaba la poción... Peter vio en todas las direcciones; al parecer, cada quien estaba preocupado de sus propios asuntos, así que nadie lo veía... Era la oportunidad perfecta para culminar con el plan. Colagusano sacó del bolsillo de su túnica el pequeño paquete, y lo echó rápidamente en la poción de Longbottom. Tras esto, prácticamente salió disparado del lugar hacia la mesa de sus amigos.
Lily y Remus habían retomado su charla, y algunas veces giraban
su vista hacia su lado izquierdo, para ver divertidos las "manías"
que tenía el profesor. Por su parte, Severus seguía con su
expresión seria, sin quitar la vista del caldero. Ésta había
adquirido un tono azulado, y una contextura un poco espesa, pero aún
faltaba el ingrediente principal...
- El colmillo de basilisco -dijo de pronto Snape, cortando con la
conversación de los otros dos.
- Aquí está - informó Evans.
- Ya lo sabía - afirmó el Slytherin en tono de superioridad.
- ¿Entonces? - preguntó irónicamente la pelirroja.
- Hay que echarlo a la poción, porque por si no te has dado cuenta,
está casi lista - dijo Severus cruzándose los brazos.
Lily se avergonzó un poco; era cierto, se había distraído
al hablar con Remus. Éste, para evitar una segunda posible discusión
intervino con un "Suficiente", y extendió su mano izquierda para
alcanzar el colmillo.
- ¡Auch! - exclamó el licántropo, envolviendo con su
mano derecha el dedo índice izquierdo.
- ¿Qué pasó? - preguntó Severus, levemente
alarmado ante la posibilidad de que hubiese ocurrido lo que estaba pensando.
Remus le mostró el dedo índice a Severus, y en él se podía apreciar claramente una herida de la que brotaba sangre. El veneno de basilisco era muy potente, así que sin pensarlo dos veces, cogió la mano de Lupin y se llevo el dedo lastimado a la boca: había que succionar la ponzoña. Sus dientes se afirmaron a la piel del hombre lobo; apretó fuertemente y empezó a deslizarlos por la superficie lentamente, acariciando sin querer con su lengua a la zona afectada, provocando un ligero temblor en Remus.
A pesar de que le provocaba un fuerte dolor, esa situación le provocó a Remus otra sensación no tan desagradable... Estaba desconectándose del resto del mundo para así centrarse en ese instante... Podía sentir su piel al contacto con los labios de Severus, con sus dientes, con su lengua... Empezaba a cerrar ligeramente los ojos cuando...
¡CABUM! una fuerte explosión estremeció a todo el salón. Remus volvió drásticamente a la realidad, y se encontró con que las paredes del aula estaban llenas de una sustancia viscosa y de color negrusco, y vio la cara totalmente roja de Horus Longbottom. ¿Qué? ¿Todo ese desastre había sido provocado por el segundo de la clase de Pociones?. Increíble. Se dio cuenta de que Snape aún tenía su mano entre las suyas; al parecer no había reaccionado, porque de un momento deshizo la "unión", y se sonrojó un poco.
Debido a todo el alboroto, nadie se percató de que dos jóvenes, más específicamente, Potter y Black, se escabullían de la clase, sufriendo un ataque de risa incontrolable. El profesor Herrinman exclamó con voz chillona un "¡Ay! No puede ser", se llevó una mano a la cara en un extraño ademán, y dio por finalizada la clase.
Remus se giró hacia su derecha, pero Severus ya no estaba...
- Vamos a la enfermería - susurró preocupada Lily.
Todos los estudiantes estaban saliendo del aula, preguntándose mutuamente e intercambiando opiniones respecto a lo que había pasado. Remus asintió y recogió sus libros manchados por el liquido negrusco, preguntándose qué diablos había sido todo eso.
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-Notas de las Autoras-
Patty*Potter: ¡Hola a todos! Bueno, quiero decirles que me siento muy feliz por este fic, en el sentido de que Lina y yo nos enforzamos en hacerlo, fue fruto de una conversa entre amigas en una madrugada [que por cierto, estos días me he acostado MUY tarde gracias a Lina ¬¬ ya me ha convertido en toda una vampira], y pues, tiene a varias de nuestras parejas favoritas! ^^
Y bueno, como se habrán dado cuenta, Lina y yo adoramos el slash! y el morbo! XD y pues las dos creemos que Remusito y Sirius son la pareja perfecta!! porque de hecho, lo son ^^ sin duda me haría muy feliz que la Joanne Rowling hiciera *oficial* que ellos dos son pareja... pero lo veo difícil ;_; pero pues, no hay que perder las esperanzas!! >=P
Bueno, particularmente, de los personajes *nuevos* que hay me gusta mucho el profesor Amorce, jajajaja, es que no sé... me cae tan bien! además, le anda metiendo mano a cada rato a los*muchachones* jajajaja sin duda, muy pícaro y aventajado el Amorce! ¬¬* jajajaja pero es muy simpático! ^^UUUUUUU
Y bueno, eso es todo por esta vez... nos estamos leyendo en la próxima!! ^^
[Sirius
y Remus rules]
[si
yo fuera una gragea, sabría a sandía]
Lina Saotome: Me siento muy orgullosa de éste fic!. No pensé que fuera a gustarme tanto ^^!!!!. Quiero totalmente felicitar a Patricia por su trabajo también. Ninguna de las dos hizo más que la otra, fue un total trabajo en equipo y me siento feliz de eso!. Yo no soy buena trabajando en equipo y es bueno que haya logrado hacerlo.
Éste fic nos nació mientras platicabamos en el msn, un día X (me recordó a la lista de Linnda de las "fresas"... jejejeje ^^U) y le sugerí a Patricia escribir algo juntas, como nos encanta el slash, el morbo fic y todo ese tipo de cosas, comenzamos a maquinar un fic de ese tipo. Pero... Está el hecho de que ella es fanática de la pareja Sirius/Remus, lo cual me contagió a mi. También que amamos a Alan Rickman y a Severus Snape. Por lo que un fic sobre los Merodeadores era lo mejor!.
Espero les guste!, esperamos sus reviews y recuerden, el fic es de Patty*Potter y mío. No en valde usamos una cuenta nueva para las dos!. Futuramente tal vez hagamos más fics o mejor dicho, si ella quiere HAREMOS más fics ^^.
Quiero dedicar la "mitad" del fic, a Sirius4ever, una nueva escritora de fics. Ya que su fic Sirius/Remus me dejó CONTENTA!. Y me cayó bien, por lo que es para agradecerle por haber escrito de tan buena pareja ^^. Y creo que Patricia estará de acuerdo conmigo ^^.
Otra cosa, Hocus Longbottom es el padre de Neviye! (como le dice Patricia). Creo que podríamos ponerle más participación, no crees Patricia???? XD (una idea maquiavélica acaba de ilustrarme el cerebro ^^U). Patricia tiene tambien el crédito por checar la ortografía, errores y eso. Yo soy mala para la ortografía ^^U.
El título del fic "Boys Be..." es por un anime del mismo nombre. Pero este anime no tiene NADA que ver con la historia. Sólo nos pareció que quedaba bien el título ^^.
R&R please.
