-¡Primer año por aquí, por favor! Hola, Harriet...-Me saludó al verme-¿Y Harry?
-Ahora vendrá, supongo-Contesté.
-¿Todo bien?
-Sí-Sonreí.
Poco después, llegaron Harry y Ron. Ya se habían puesto la túnica del colegio. A Ron le quedaba algo corta, y se veía que era de segunda mano. Harry me hizo un gesto con la mano y se puso a mi lado.
-Ah, ahí está Harry...-Hagrid le saludó brevemente a él también y siguió vociferando-¡Por favor! ¡Los de primer año, venid hacia acá! ¿Estáis todos? Bien, seguidme...
Salimos todos del tren, siguiendo a Hagrid. Llegamos hasta un lago(Hermione me explicó que era tradición de Hogwarts que los nuevos alumnos cruzasen el lago en barcas antes de entrar al castillo), y Harry, Ron, Hermione y yo nos montamos en una de las barcas que allí había, a la orilla(Hagrid nos dijo que no debían de montarse más de cuatro por barca). Hagrid tenía un bote para él solo, y cuando ya todos estuvimos subidos en uno, todas las barcas se movieron al mismo tiempo por el lago, siguiendo a la de Hagrid. Enfrente nuestro, teníamos una visión espléndida de un castillo impresionante, con un montón de torres: era el que ahora iba a ser nuestro colegio, Hogwarts.
Ya en el castillo, salió a recibirnos una bruja alta, de pelo negro recogido en un moño, y gafas cuadradas. Era la profesora McGonagall, como nos dijo a todos, después de entrar. Nos dio la bienvenida, y nos explicó todo eso de las casas que ya me había dicho Hermione, pero además, nos dijo también que una buena acción por parte nuestra haría que nuestra casa ganase puntos, mientras que una infracción o falta grave haría que los pierda. La casa que más puntos tuviese se llevaría la copa de las casas, a final de curso, lo cual era un gran honor. Después del discurso, la profesora nos dijo que esperásemos, mientras que ella se iba al comedor, y que volvería cuando lo tuviesen todo listo para la ceremonia. Y mientras estábamos esperando, todos hechos un manojo de nervios, un chico rubio y bajo se acercó a mí. Era pálido, y tenía la cara afilada.
-Vaya, vaya, pero si es Harriet Potter-Dijo, como arrastrando las palabras-. La famosa hermana de Harry Potter...Lo que decían en el tren es cierto. Bueno, al menos, espero que tú sí sepas lo que te conviene, y no como tu hermanito...
-¿Qué quieres decir?-Miré a aquél chico, entornando los ojos.
-Pues, que hay familias de magos mejores que otras. Y eso, tu hermano no parece saberlo... se ha juntado nada más y nada menos que con ése Weasley... Debería tener algo más de dignidad, ¿No te parece?
Me puse furiosa. No consentiría que aquél tarado hablase así de Harry.
-No hables así de mi hermano, ¿Oyes?-Le grité, enfadada.
-Menudo genio... -El chico me miró, esbozando una sonrisita que a mí no me gustó nada- Me dijeron que estabas en el tren con una tal Hermione Granger... debe de ser de familia muggle, por lo visto... Penoso. Los sangre sucia no deberían ir a Hogwarts, no sé cómo se atreven... No serás su amiga, ¿Verdad? Espero que no, porque si no, entonces has caído tan bajo como tu hermano y tus padres...
Yo ya estaba harta de ése niño. Abrí la boca para dejarle las cosas bien claras, cuando oí una voz detrás de mí:
-Oye, tú, Malfoy. Deja a mi hermana en paz.
Me di la vuelta. Era Harry.
-Vaya, ya salió Potter defendiendo a su hermanita-El chico aquél sonrió más desagradablemente-. Era de esperarse... Los mellizos Potter, los dos iguales... Y ninguno de los dos tiene la dignidad suficiente, porque si no, no se juntarían con semejante gentuza...
-¡Te voy a partir la cara, niñato!-Aquello había ido demasiado lejos. Me abalancé hacia Malfoy, pero Harry me sujetó.
-Tranquila, Harriet... con tíos como éste, mejor no gastar saliva-Le lanzó una mirada asesina al chico ese, y me dijo-. Vámonos.
Harry y yo nos alejamos de aquél idiota, y Harry me susurró:
-¿Qué hacías hablando con Draco Malfoy?
-¿Ya le conocías?-Le dije, sorprendida, pero hablando también en un susurro.
-Sí... Ron y yo nos topamos con él en en tren. Es mejor evitarle... Sólo busca problemas. Además, ya me había visto las caras con él antes... en la tienda de túnicas del callejón Diagon. El chico del cual te hablé, ¿Recuerdas?
-Es verdad... Es un estúpido, me dan ganas de volverle la cara del revés. Cómo puede hablar así de Hermione... ¿se cree que, por ser ella de familia muggle, es inferior a él, o qué pasa?
-Así parece... Pero ya te digo, mejor pasar de él. Mira, por ahí vuelve la profesora McGonagall. Pronto empezará la ceremonia de selección...
-Todos, poneos en fila, y seguidme-Nos dijo la profesora McGonagall. Obedecimos: Me puse detrás de un chico de color, y Hermione se puso detrás mío.
-Estoy muy nerviosa, ¿Tú no?-Me susurró al oído. Yo asentí: La verdad es que sí estaba muy nerviosa, pero traté de conservar la calma. La profesora McGonagall nos condució al comedor, que era enorme. Habían velas flotando por todas partes, y cuatro mesas largas y alineadas una al lado de la otra, donde estaban sentados alumnos de cursos superiores, que nos miraban con curiosidad. Me puse más nerviosa todavía, pero Hermione volvió a susurrarme:
-¡Mira al techo! ¿A que está precioso?
Miré hacia arriba, y la verdad es que Hermione tenía razón. El techo, que era de terciopelo negro y estaba lleno de estrellas, se semejaba extraordinariamente al cielo de afuera, con lo que parecía que ni siquiera había techo.
-Sí, es impresionante-Contesté, en un susurro también.
-¿Verdad? Es un hechizo para hacer que se parezca al cielo de afuera, lo leí en la Historia de Hogwarts.
Me volví hacia Hermione, y le sonreí. Hermione sonrió también, y seguimos caminando.
La profesora nos hizo sentar en un banco, delante de la mesa de los profesores. Había, en la cabecera de la sala, un taburete con un sombrero de brujo en él. Estaba sucio y muy remendado. Todos estaban al parecer pendientes de él, así que yo también miré el sombrero. De repente, en el sombrero apareció un desgarrón cerca del borde y(asómbrate) empezó a cantar:
Podrás pensar que no soy bonito,
pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mi mismo si puedes encontrar
un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor
donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff,
donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
si tienes una mente dispuesta,
porque los de inteligencia y erudición
siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos(aunque yo no las tenga),
porque soy el Sombrero Pensante.
Tras la canción, todo el mundo aplaudió. Éste se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido de nuevo.
La profesora McGonagall desenrolló un pergamino, y dijo, poniéndose cerca del Sombrero Seleccionador:
-Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero, y sentaros en el taburete para ser seleccionados-Dijo, y luego exclamó, al leer el pergamino-¡Abbott, Hannah!
Una chica rubia se adelantó, se sentó en el taburete y se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos.
-¡HUFFLEPUFF!-Gritó el sombrero, después de una pausa.
En una de las mesas, donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta amarilla, aplaudieron , y Hannah Abbott, contenta, se quitó el sombrero y se dirigió hacia ésa mesa, para juntarse con sus nuevos compañeros de casa.
-¡Bones, Susan!
-¡HUFFLEPUFF!-Volvió a gritar el sombrero, cuando una chica se lo probó. La chica se dirigió a su nueva mesa.
-¡Boot, Terry!
-¡RAVENCLAW!
Otra de las mesas, donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta azul, fue la que aplaudió esa vez, mientras Terry se dirigía hacia ella.
-¡Brocklehurst, Mandy!
-¡RAVENCLAW!
Así, el Sombrero Seleccionador fue seleccionando a los nuevos alumnos para cada una de las mesas, y cada vez quedaba menos gente. Yo me estaba poniendo nerviosa, pero Hermione, que estaba sentada a mi lado, todavía más. Se mordía las uñas y se tranquilizaba a sí misma, diciendose palabras de ánimo. Entonces...
-¡Granger, Hermione!
La llamaron. Hermione se levantó y yo le susurré: "Buena suerte" antes de que se sentara en el taburete y se probara el sombrero. Al poco rato, el sombrero gritó:
-¡GRYFFINDOR!
Hermione, sonriendo, se dirigió hacia la mesa donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta roja, que estaban aplaudiendo. Vi que Ron hacía un gesto de desagrado. Hermione se fue a sentar en la mesa de Gryffindor y me dijo, moviendo los labios: "¡Suerte, te guardaré el sitio!"
Yo sonreí. Ojalá y me tocase Gryffindor.
Neville Longbottom también fue para Gryffindor, mientras que Malfoy fue a Slytherin. Le dediqué una mueca mientras él se iba a sentar a la mesa donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta verde, que le estaban aplaudiendo.
Nott... Parkinson... Padma Patil... Parvati Patil... uno por uno, iban siendo seleccionados. Finalmente, pronunciaron mi nombre:
-¡Potter, Harriet!
Me levanté del banco, muerta de nervios, mientras me acerqué al taburete. Harry y Ron me hicieron gestos de ánimo. Me senté en el taburete, y me puse el sombrero, consciente de que todos a mi alrededor cuchicheaban y trataban de verme mejor. Entonces, oí una vocecita en mi oreja, que me decía:
-Vaya, difícil... Es muy dificil. Es realmente valerosa, lo veo... tiene una mente excelente, sin embargo... Tiene bastante talento, y... si, muy decidida... Pero también veo una clara aversión a romper las reglas, ya lo creo... ¿Dónde te pondré?
-Por favor, Slytherin no... Slytherin no... lo que sea, pero Slytherin no..-Musité entre dientes.
-Conque en Slytherin no, ¿Eh? Podrías ser perfectamente de allí, sabes... ¿No tienes dudas? ¿Estás segura? Bueno, pues creo que debes encajar, sin duda, en... ¡GRYFFINDOR!
Me quité el sombrero, entusiasmada, y fui a la mesa de Gryffindor. Todos me estaban aplaudiendo. Hermione, feliz, se levantó y me abrazó, diciendo:
-¡Genial, Harriet! ¡En Gryffindor! ¡Vamos a estar juntas!
-Sí, es estupendo-Sonreí y me senté al lado de Hermione, estaba menos nerviosa que antes, pero algo angustiada... Iban a seleccionar a mi hermano.
-¡Potter, Harry!
Harry fue hacia el sombrero, y se lo probó. Como cuando a mí me seleccionaron, habían murmullos en todas partes y muchos se levantaban para verle mejor. Crucé los dedos por debajo de la mesa, y pensé, con todas mis fuerzas: "Que le toque en Gryffindor... ¡Que le toque en Gryffindor!"
Y entonces...
-¡GRYFFINDOR!-Exclamó el sombrero.
Me puse eufórica, y aplaudí con todos los demás. Cuando Harry llegó hacia la mesa de Gryffindor, se sentó a mi lado y me sonrió.
-Vaya nervios, ¿eh?-Me dijo.
-Ya lo creo-Sonreí.
-¡Tenemos a los dos Potter! ¡¡¡¡Tenemos a los dos Potter!!!!!-Canturreaban unos gemelos pelirrojos que estaban en mi mesa.
-Menudo entusiasmo...-Hermione miró a los gemelos pelirrojos, atónita.
-Ahora, veremos qué casa le toca a Ron...-Musitó Harry, mirando cómo Richmond, David era seleccionado para Hufflepuff.
Al fin, después de Turpin, Lisa, le tocó a Ron. Se veía claramente que estaba temblando de nervios, pero se sentó en el taburete y se puso el sombrero, que gritó:
-¡GRYFFINDOR!
Mientras Ron se dirigía hacia nuestra mesa, Harry y yo aplaudimos más fuerte que ninguno de los de nuestra mesa. Ron se sentó al lado de Harry, y se secó el sudor de la frente con la manga.
-Vaya agonía...-Comentó.
-Excelente, Ron-Le felicitó un chico que tenía pecas y era pelirrojo, como él, que llevaba una insignia con la inscripción: "Prefecto".
-Vale, gracias...-Dijo Ron.
-¿Le conoces?-Quise saber.
-Pues claro. Es mi hermano-Me contestó él-. Percy, el que me dio a Scabbers.
-Vaya honor, tener por hermano a un prefecto-Comenté.
-Si tú lo dices...-Ron se encogió de hombros.
La ceremonia acabó con Zabini, Blaise, q
-Ahora vendrá, supongo-Contesté.
-¿Todo bien?
-Sí-Sonreí.
Poco después, llegaron Harry y Ron. Ya se habían puesto la túnica del colegio. A Ron le quedaba algo corta, y se veía que era de segunda mano. Harry me hizo un gesto con la mano y se puso a mi lado.
-Ah, ahí está Harry...-Hagrid le saludó brevemente a él también y siguió vociferando-¡Por favor! ¡Los de primer año, venid hacia acá! ¿Estáis todos? Bien, seguidme...
Salimos todos del tren, siguiendo a Hagrid. Llegamos hasta un lago(Hermione me explicó que era tradición de Hogwarts que los nuevos alumnos cruzasen el lago en barcas antes de entrar al castillo), y Harry, Ron, Hermione y yo nos montamos en una de las barcas que allí había, a la orilla(Hagrid nos dijo que no debían de montarse más de cuatro por barca). Hagrid tenía un bote para él solo, y cuando ya todos estuvimos subidos en uno, todas las barcas se movieron al mismo tiempo por el lago, siguiendo a la de Hagrid. Enfrente nuestro, teníamos una visión espléndida de un castillo impresionante, con un montón de torres: era el que ahora iba a ser nuestro colegio, Hogwarts.
Ya en el castillo, salió a recibirnos una bruja alta, de pelo negro recogido en un moño, y gafas cuadradas. Era la profesora McGonagall, como nos dijo a todos, después de entrar. Nos dio la bienvenida, y nos explicó todo eso de las casas que ya me había dicho Hermione, pero además, nos dijo también que una buena acción por parte nuestra haría que nuestra casa ganase puntos, mientras que una infracción o falta grave haría que los pierda. La casa que más puntos tuviese se llevaría la copa de las casas, a final de curso, lo cual era un gran honor. Después del discurso, la profesora nos dijo que esperásemos, mientras que ella se iba al comedor, y que volvería cuando lo tuviesen todo listo para la ceremonia. Y mientras estábamos esperando, todos hechos un manojo de nervios, un chico rubio y bajo se acercó a mí. Era pálido, y tenía la cara afilada.
-Vaya, vaya, pero si es Harriet Potter-Dijo, como arrastrando las palabras-. La famosa hermana de Harry Potter...Lo que decían en el tren es cierto. Bueno, al menos, espero que tú sí sepas lo que te conviene, y no como tu hermanito...
-¿Qué quieres decir?-Miré a aquél chico, entornando los ojos.
-Pues, que hay familias de magos mejores que otras. Y eso, tu hermano no parece saberlo... se ha juntado nada más y nada menos que con ése Weasley... Debería tener algo más de dignidad, ¿No te parece?
Me puse furiosa. No consentiría que aquél tarado hablase así de Harry.
-No hables así de mi hermano, ¿Oyes?-Le grité, enfadada.
-Menudo genio... -El chico me miró, esbozando una sonrisita que a mí no me gustó nada- Me dijeron que estabas en el tren con una tal Hermione Granger... debe de ser de familia muggle, por lo visto... Penoso. Los sangre sucia no deberían ir a Hogwarts, no sé cómo se atreven... No serás su amiga, ¿Verdad? Espero que no, porque si no, entonces has caído tan bajo como tu hermano y tus padres...
Yo ya estaba harta de ése niño. Abrí la boca para dejarle las cosas bien claras, cuando oí una voz detrás de mí:
-Oye, tú, Malfoy. Deja a mi hermana en paz.
Me di la vuelta. Era Harry.
-Vaya, ya salió Potter defendiendo a su hermanita-El chico aquél sonrió más desagradablemente-. Era de esperarse... Los mellizos Potter, los dos iguales... Y ninguno de los dos tiene la dignidad suficiente, porque si no, no se juntarían con semejante gentuza...
-¡Te voy a partir la cara, niñato!-Aquello había ido demasiado lejos. Me abalancé hacia Malfoy, pero Harry me sujetó.
-Tranquila, Harriet... con tíos como éste, mejor no gastar saliva-Le lanzó una mirada asesina al chico ese, y me dijo-. Vámonos.
Harry y yo nos alejamos de aquél idiota, y Harry me susurró:
-¿Qué hacías hablando con Draco Malfoy?
-¿Ya le conocías?-Le dije, sorprendida, pero hablando también en un susurro.
-Sí... Ron y yo nos topamos con él en en tren. Es mejor evitarle... Sólo busca problemas. Además, ya me había visto las caras con él antes... en la tienda de túnicas del callejón Diagon. El chico del cual te hablé, ¿Recuerdas?
-Es verdad... Es un estúpido, me dan ganas de volverle la cara del revés. Cómo puede hablar así de Hermione... ¿se cree que, por ser ella de familia muggle, es inferior a él, o qué pasa?
-Así parece... Pero ya te digo, mejor pasar de él. Mira, por ahí vuelve la profesora McGonagall. Pronto empezará la ceremonia de selección...
-Todos, poneos en fila, y seguidme-Nos dijo la profesora McGonagall. Obedecimos: Me puse detrás de un chico de color, y Hermione se puso detrás mío.
-Estoy muy nerviosa, ¿Tú no?-Me susurró al oído. Yo asentí: La verdad es que sí estaba muy nerviosa, pero traté de conservar la calma. La profesora McGonagall nos condució al comedor, que era enorme. Habían velas flotando por todas partes, y cuatro mesas largas y alineadas una al lado de la otra, donde estaban sentados alumnos de cursos superiores, que nos miraban con curiosidad. Me puse más nerviosa todavía, pero Hermione volvió a susurrarme:
-¡Mira al techo! ¿A que está precioso?
Miré hacia arriba, y la verdad es que Hermione tenía razón. El techo, que era de terciopelo negro y estaba lleno de estrellas, se semejaba extraordinariamente al cielo de afuera, con lo que parecía que ni siquiera había techo.
-Sí, es impresionante-Contesté, en un susurro también.
-¿Verdad? Es un hechizo para hacer que se parezca al cielo de afuera, lo leí en la Historia de Hogwarts.
Me volví hacia Hermione, y le sonreí. Hermione sonrió también, y seguimos caminando.
La profesora nos hizo sentar en un banco, delante de la mesa de los profesores. Había, en la cabecera de la sala, un taburete con un sombrero de brujo en él. Estaba sucio y muy remendado. Todos estaban al parecer pendientes de él, así que yo también miré el sombrero. De repente, en el sombrero apareció un desgarrón cerca del borde y(asómbrate) empezó a cantar:
Podrás pensar que no soy bonito,
pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mi mismo si puedes encontrar
un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor
donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff,
donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
si tienes una mente dispuesta,
porque los de inteligencia y erudición
siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos(aunque yo no las tenga),
porque soy el Sombrero Pensante.
Tras la canción, todo el mundo aplaudió. Éste se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido de nuevo.
La profesora McGonagall desenrolló un pergamino, y dijo, poniéndose cerca del Sombrero Seleccionador:
-Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero, y sentaros en el taburete para ser seleccionados-Dijo, y luego exclamó, al leer el pergamino-¡Abbott, Hannah!
Una chica rubia se adelantó, se sentó en el taburete y se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos.
-¡HUFFLEPUFF!-Gritó el sombrero, después de una pausa.
En una de las mesas, donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta amarilla, aplaudieron , y Hannah Abbott, contenta, se quitó el sombrero y se dirigió hacia ésa mesa, para juntarse con sus nuevos compañeros de casa.
-¡Bones, Susan!
-¡HUFFLEPUFF!-Volvió a gritar el sombrero, cuando una chica se lo probó. La chica se dirigió a su nueva mesa.
-¡Boot, Terry!
-¡RAVENCLAW!
Otra de las mesas, donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta azul, fue la que aplaudió esa vez, mientras Terry se dirigía hacia ella.
-¡Brocklehurst, Mandy!
-¡RAVENCLAW!
Así, el Sombrero Seleccionador fue seleccionando a los nuevos alumnos para cada una de las mesas, y cada vez quedaba menos gente. Yo me estaba poniendo nerviosa, pero Hermione, que estaba sentada a mi lado, todavía más. Se mordía las uñas y se tranquilizaba a sí misma, diciendose palabras de ánimo. Entonces...
-¡Granger, Hermione!
La llamaron. Hermione se levantó y yo le susurré: "Buena suerte" antes de que se sentara en el taburete y se probara el sombrero. Al poco rato, el sombrero gritó:
-¡GRYFFINDOR!
Hermione, sonriendo, se dirigió hacia la mesa donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta roja, que estaban aplaudiendo. Vi que Ron hacía un gesto de desagrado. Hermione se fue a sentar en la mesa de Gryffindor y me dijo, moviendo los labios: "¡Suerte, te guardaré el sitio!"
Yo sonreí. Ojalá y me tocase Gryffindor.
Neville Longbottom también fue para Gryffindor, mientras que Malfoy fue a Slytherin. Le dediqué una mueca mientras él se iba a sentar a la mesa donde los estudiantes tenían en el sombrero una cinta verde, que le estaban aplaudiendo.
Nott... Parkinson... Padma Patil... Parvati Patil... uno por uno, iban siendo seleccionados. Finalmente, pronunciaron mi nombre:
-¡Potter, Harriet!
Me levanté del banco, muerta de nervios, mientras me acerqué al taburete. Harry y Ron me hicieron gestos de ánimo. Me senté en el taburete, y me puse el sombrero, consciente de que todos a mi alrededor cuchicheaban y trataban de verme mejor. Entonces, oí una vocecita en mi oreja, que me decía:
-Vaya, difícil... Es muy dificil. Es realmente valerosa, lo veo... tiene una mente excelente, sin embargo... Tiene bastante talento, y... si, muy decidida... Pero también veo una clara aversión a romper las reglas, ya lo creo... ¿Dónde te pondré?
-Por favor, Slytherin no... Slytherin no... lo que sea, pero Slytherin no..-Musité entre dientes.
-Conque en Slytherin no, ¿Eh? Podrías ser perfectamente de allí, sabes... ¿No tienes dudas? ¿Estás segura? Bueno, pues creo que debes encajar, sin duda, en... ¡GRYFFINDOR!
Me quité el sombrero, entusiasmada, y fui a la mesa de Gryffindor. Todos me estaban aplaudiendo. Hermione, feliz, se levantó y me abrazó, diciendo:
-¡Genial, Harriet! ¡En Gryffindor! ¡Vamos a estar juntas!
-Sí, es estupendo-Sonreí y me senté al lado de Hermione, estaba menos nerviosa que antes, pero algo angustiada... Iban a seleccionar a mi hermano.
-¡Potter, Harry!
Harry fue hacia el sombrero, y se lo probó. Como cuando a mí me seleccionaron, habían murmullos en todas partes y muchos se levantaban para verle mejor. Crucé los dedos por debajo de la mesa, y pensé, con todas mis fuerzas: "Que le toque en Gryffindor... ¡Que le toque en Gryffindor!"
Y entonces...
-¡GRYFFINDOR!-Exclamó el sombrero.
Me puse eufórica, y aplaudí con todos los demás. Cuando Harry llegó hacia la mesa de Gryffindor, se sentó a mi lado y me sonrió.
-Vaya nervios, ¿eh?-Me dijo.
-Ya lo creo-Sonreí.
-¡Tenemos a los dos Potter! ¡¡¡¡Tenemos a los dos Potter!!!!!-Canturreaban unos gemelos pelirrojos que estaban en mi mesa.
-Menudo entusiasmo...-Hermione miró a los gemelos pelirrojos, atónita.
-Ahora, veremos qué casa le toca a Ron...-Musitó Harry, mirando cómo Richmond, David era seleccionado para Hufflepuff.
Al fin, después de Turpin, Lisa, le tocó a Ron. Se veía claramente que estaba temblando de nervios, pero se sentó en el taburete y se puso el sombrero, que gritó:
-¡GRYFFINDOR!
Mientras Ron se dirigía hacia nuestra mesa, Harry y yo aplaudimos más fuerte que ninguno de los de nuestra mesa. Ron se sentó al lado de Harry, y se secó el sudor de la frente con la manga.
-Vaya agonía...-Comentó.
-Excelente, Ron-Le felicitó un chico que tenía pecas y era pelirrojo, como él, que llevaba una insignia con la inscripción: "Prefecto".
-Vale, gracias...-Dijo Ron.
-¿Le conoces?-Quise saber.
-Pues claro. Es mi hermano-Me contestó él-. Percy, el que me dio a Scabbers.
-Vaya honor, tener por hermano a un prefecto-Comenté.
-Si tú lo dices...-Ron se encogió de hombros.
La ceremonia acabó con Zabini, Blaise, q
