Pero, ¿sabes, diario? Me llevé una sorpresa enorme, porque sucedió algo que no me lo esperaba, de ningún modo. Voy a contártelo ahora:

La profesora McGonagall nos condució a un aula vacía, y nos dijo:
-Esperadme los dos, por favor. Enseguida vuelvo.
Dicho ésto, se marchó del aula, dejándonos a Harry y a mí solos. Harry se volvió hacia mí. Parecía muy acongojado. De hecho, yo tenía la certeza de que, al igual que yo, lo estaba.
-Harriet... ¿tú crees que van a castigarnos, por lo que hemos hecho?-Me dijo, con un débil temblor en su voz.
-No sé... No estoy segura-Contesté, derrumbándome en una silla-. Puede incluso que nos... nos expulsen...
Ésto último lo dije muy bajito, pero Harry debió de entenderme, porque se puso algo pálido. Añadí, sin poder ocultar mi pesadumbre:
-No sé qué va a ser de mí... bueno, de nosotros... si nos expulsan... Sabes, en el colegio al que iba antes que a éste, lo pasaba muy mal, y cuando recibí la carta de Hogwarts, sentí que se me abría una nueva puerta, y que mi estancia aquí sería mucho más agradable... que sería feliz. Bueno, y así ha sido durante ésta primera semana, pero... me parece que la felicidad ya empieza a esfumarse.
Harry fue hacia donde estaba yo, se sentó en la silla de al lado, y me dijo algo que me ayudó mucho a consolarme, en aquél momento en el que estaba tan desolada:
-No te preocupes. A mí me pasó casi lo mismo que a ti... antes de ir a Hogwarts, mi vida era totalmente desgraciada. Y bueno, el venir aquí ha sido como un sueño hecho realidad. Pero... si nos expulsan de aquí, ya no será tan grave como lo era en un principio. Ahora sabemos lo que somos, y me figuro que ésta no es la única escuela de magia existente. Trataremos de matricularnos en otra. Y... bueno, ¿qué hacemos pensando en la expulsión? Quizás no nos expulsen. Quizás sólo nos castiguen. Pero eso no lo sabemos, tenemos que esperar a que McGonagall venga y nos lo diga.
Miré a mi hermano, y sonreí un poco. Todo lo que había dicho era muy razonable, pero aun así, no podía dejar de atormentarme en pensar en la expulsión. Sin querer, se me escaparon unas pocas lágrimas.
-Eh, eh, no llores. Alegra esa cara, has sido muy valiente al enfrentarte a Malfoy así. No quiero que mi hermana gemela llore, ¿de acuerdo? Venga, Harriet. Seguro que todo saldrá bien, ya lo verás-Harry me dio una palmada en el hombro y se puso de pie, sonriéndome con un poco de nerviosismo. A pesar de la sinceridad con la que había dicho aquello, noté en los ojos de mi hermano, idénticos a los míos, que en el fondo, no estaba muy seguro de que fuese verdad lo de que fuera a irnos tan bien. Sin embargo, no me desanimé, y me levanté yo también, secándome las lágrimas que me habían caído en la cara, un poco avergonzada. En ése momento, la profesora McGonagall volvió a entrar en el aula, pero no venía sola. Traía consigo a un muchacho corpulento y alto, que nos miró con una mezcla de curiosidad y confusión(parecía no entender muy bien lo que pasaba).
- Señor Potter, señorita Potter... os presento a Oliver Wood, capitán del equipo de quidditch de Gryffindor-Dijo la profesora-. Wood, te he encontrado dos estupendos jugadores para las vacantes vacías de buscador y cazadora, respectivamente.
Me quedé a cuadros. ¿Buscador y cazadora? ¿Qué quería decir con eso? La cara de Wood se iluminó al instante. Cualquiera pensaría que le había tocado la lotería, o algo parecido.
-¿Segura, profesora?-Dijo, emocionado, paseándo la mirada de Harry a mí y de mí a Harry.
-Completamente. Los vi en el patio... La señorita Potter le quitó en el aire aquella cosa al señor Malfoy de las manos, tan repentinamente que ni él se dio cuenta, y fue volando hacia la otra punta del patio, para luego pasarle aquello... ¿era un colgante, Potter?-me miró, y yo asentí-. Bueno, pues aquél colgante, se lo pasó a su hermano, y el señor Potter lo atrapó en el aire, sin un solo rasguño. Asombroso. Cualquiera diría que se han pasado la infancia montados en las escobas... Tienen una habilidad innata, de eso no me cabe duda.
Wood parecía cada vez más entusiasmado a cada cosa que contaba McGonagall acerca de la habilidad que tenemos Harry y yo para el vuelo en escobas. Al final, dijo:
-Por lo que me cuenta, realmente tienen vocación para el quidditch. Un talento natural, raramente visto en las personas... Tú tienes la complexión perfecta para ser buscador, eres pequeño, ligero...-miró a Harry-. Y en cuanto a ti...-me miró a mí-, sí, tú eres perfecta para ser cazadora. Tendremos que darles a ambos escobas decentes, profesora... No sé, algo como una Nimbus 2000, o una Barredora 7.
-Desde luego que sí... Tendré que hablar con el director para suspender la regla de primer año. Necesitamos un equipo mucho mejor que el del año pasado, fuimos derrotados por Slytherin en las finales... Tengo una corazonada, estoy segura de que éstos chicos nos ayudarán mucho a ganar la copa de las casas-Dijo la profesora McGonagall, mirándonos sonriente a Harry y a mí.
-Bien, entonces, ambos ocupan las vacantes vacías desde ahora mismo-Sentenció Wood-. Ya dirá usted cuándo el equipo podrá entrenar con ellos. Gryffindor necesita ganar éste año la copa de las casas, a toda costa... en fin, tengo que volver a mis clases..-Wood miró su reloj y, antes de salir del aula, nos miró a los dos con un orgullo incontenible, y sonriendo, nos dijo-¡Os veré luego, mellizos Potter!
Cuando Wood se fue, McGonagall nos dijo:
-Bueno, salgamos... señor y señorita Potter, quiero oír que os entrenáis mucho, o si no, cambiaré de idea sobre vuestro castigo-Nos miró severamente, pero luego dijo, con un asomo de sonrisa-. Vuestro padre hubiera estado muy orgulloso de vosotros. Él fue capitán de quidditch en su época escolar... En fin, mejor que os unáis a vuestro grupo. Casi es hora de cenar.
-Sí, profesora-Dijimos Harry y yo al mismo tiempo, casi sin pensar, y nos fuimos del aula. Yo aún no podía dar crédito a lo que había pasado. ¡Mi hermano y yo íbamos a jugar en el equipo de quidditch de Gryffindor, como buscador y cazadora, respectivamente! Me volví a mirar a Harry, y ví que éste sonreía.
-¡Y pensar que hace un momento estábamos preocupados por si nos expulsaban!-dijo, contento-No puedo creérmelo todavía... vamos, tenemos que contárselo a Ron sin pérdida de tiempo.
-Sí, y a Hermione... Aunque no sé si estará muy contenta por haber hecho caso omiso de sus advertencias-Dije yo.
-Siendo cómo es ella, no creo que lo esté-Opinó Harry-. Pero si es tu amiga, seguro que se alegrará de que hayas quedado como cazadora.

Harry no iba muy desencaminado. Cuando le conté lo sucedido a Hermione, ella se alegró un poco por haber logrado ser cazadora, pero se veía que estaba disgustada conmigo por haber roto una norma. Ron, en cambio, nos felicitó a Harry y a mí, contento, pero asombrado de que siendo como somos de primer año hubiésemos podido entrar al equipo de Gryffindor. Y hoy, al llegar al Gran Comedor, todo el mundo sabía lo que nos había pasado a Harry y a mí. Pude ver que Malfoy no nos quitaba ojo, seguramente muerto de envidia. Que se fastidie.

Te dejo ya, diario. Estoy cansada, pero muy contenta. Otro día, seguiré más. Estar en Hogwarts es lo mejor que me ha pasado en mi vida.
Besos, de
Harriet Potter
******************************************
Día 31 de Octubre, 1998

Querido diario:
Siento haber pasado tanto tiempo sin escribir, pero me han ocurrido tantas cosas que apenas he podido sentarme a escribirte. Hoy es Halloween, y también un día muy especial, en parte porque... bueno, mejor empiezo por el principio, como siempre.

La última vez que te escribí, te conté que fui admitida con Harry en el equipo de quidditch de mi casa, Gryffindor. Pues bien, una semana después de ser admitidos, a Harry y a mí nos llegaron en el desayuno dos paquetes, idénticos: Eran dos escobas, una Nimbus 2000 para cada uno. Ron estaba alucinado, dijo que la Nimbus 2000 era una escoba buenísima, y que él se moría de ganas por tener una. Hermione, por el contrario, no dijo nada, hace mucho que sigue molesta conmigo y con Harry por quebrantar las normas del colegio.
Sin embargo, en el recreo, ya que nos veía a Harry y a mí tan entusiasmados con nuestras nuevas escobas, nos dijo, claramente disgustada, que si creíamos que aquello era un premio por haber faltado a las reglas. Ron estalló, fuera de sí, diciendo que por qué se metía ella en lo que no le incumbía, y él y Hermione se enzarzaron en una discusión, que podía haber acabado en pelea si Harry y yo no les hubiésemos separado a tiempo. Hermione miró a Ron, furiosa, y luego me dijo, casi sin aliento:
-Luego hablamos, Harriet.
Y se marchó del patio. Ron, Harry y yo la vimos alejarse, el primero todavía rojo de ira y jadeante, y después de que se hubo marchado, se volvió hacia mí.
-¿Cómo puedes ser amiga de una sabelotodo tan repelente a la que lo único que le importa son las reglas?-dijo, tomando aliento a mitad de la frase.
No contesté. Odio que se metan con mi mejor amiga, pero Ron tenía razón: Para Hermione, parece ser que su mayor prioridad es el respeto hacia las reglas, los estudios y el buen comportamiento. Todo lo demás, estaba fuera de lugar. Creo que tampoco fue tan grave lo que sucedió en la clase de vuelo del otro día, y que ella se lo ha tomado demasiado a pecho. Aun así, seguía siendo amiga mía, y decidí hablar con ella, más tarde.
Y sí, hablamos, pero ella, erre que erre, seguía en su creencia de que lo mejor que podría haber hecho, era no haber roto la dichosa regla esa.
-Sí, Harriet, me alegro por que no hayas salido expulsada, pero a mi juicio, no deberías haberte metido en líos. Asi no hubiera pasado lo que pasó. Y lo que hicisteis Harry y tu fue muy arriesgado...
-Bueno, Hermione, olvídate de eso-Le dije, un poco harta-. Lo importante es que no ha pasado nada, Harry y yo estamos bien, no estamos expulsados, y encima, estamos en el equipo de quidditch de Gryffindor. La suerte nos sonríe, ¿por qué estás tan preocupada por la infracción de la norma?
-Me parece muy bien que hayáis entrado en el equipo, pero déjame decirte una cosa, Harriet. Ahora tienes el expediente sucio, y eso supone una bajada importante en tus notas... Por cosas como éstas, no podrías pasar de curso. Y a mí me parece más importante el rendimiento escolar que pertenecer a un equipo de quidditch.
A ésto, no contesté nada, y la dejé por imposible. Qué plasta puede llegar a ser Hermione... A veces, me dan ganas de quitarle ésa idea que tiene de aplicarle a todo su teoría de "los estudios por encima de todo", pero no tengo ganas de pelearme con mi mejor amiga por cosas como ésa. Además, ¡A mí qué me importa cómo tenga de limpio el expediente, pudiendo permanecer en el colegio todavía, y además, cumplir una de las cosas que más deseaba!

Bueno, el caso es que aquella tarde, Harry y yo tuvimos nuestro primer entrenamiento con Wood. Nos explicó las reglas del quidditch, para qué servían cada una de las cuatro pelotas, y cuáles eran las funciones de cada jugador. Yo, como soy cazadora, tengo que tratar de hacerme con la quaffle, una pelota de color rojo, del tamaño de un balón de fútbol más o menos, pasárselas a mis compañeras cazadoras, (que, en nuestro equipo, son Angelina y Katie), y tratar de meterla por uno de los aros que hay en el campo, a unos quince metros de altura(hay tres en cada esquina del campo), además, claro, de esquivar las bludgers, dos pelotas un poco más pequeñas que la quaffle y de color negro, que vuelan por el campo tratando de derribar a los jugadores de sus escobas(por cierto, en el equipo hay dos jugadores, los golpeadores, que son los que se encargan de repeler a las bludgers propinándoles golpes con un bate que llevan ellos. En nuestro equipo, los golpeadores son los hermanos de Ron, Fred y George). Protegiendo el área de portería, hay un guardián(el de nuestro equipo es Wood), que se encarga de impedir que los cazadores del equipo contrario no metan goles en ninguno de los aros. Y por último, está el puesto que ocupa mi hermano en nuestro equipo, el buscador, que se encarga de buscar la snitch, una pelota del tamaño de una nuez, dorada y con alas, y de atraparla, para así dar por finalizado el partido. Un partido nunca se acaba hasta que el buscador de un equipo atrape la snitch, y al equipo al que pertenezca el buscador que la haya atrapado, se les dan ciento cincuenta puntos extra, ganando asi el partido. Los cazadores, al meter un gol en por los aros, obtenemos diez puntos para nuestro equipo. Estuvimos entrenando un poco, y al final, volvimos exhaustos, pero felices.

Desde entonces, tres veces por semana, Harry y yo entrenamos con el equipo de Gryffindor. He hecho bastante buenas migas con Angelina Johnson y con Katie Bell, mis compañeras cazadoras, asi como con el resto del equipo, y al final de cada entrenamiento, acabamos agotados. Wood es un buen capitán, pero le pone mucho entusiasmo al entrenamiento, demasiado, añadiría yo. Pero nos lo pasamos bien, y dentro del cansancio y de lo difícil que es jugar a veces, me gusta mucho jugar al quidditch.

En fin, volvamos al día de hoy. Hermione continuaba bastante disgustada, pero al menos ya no tanto como antes(menos mal), y hablaba más conmigo, pero no le dirigía la palabra a los chicos. Me pregunto por qué. Ron dijo que no hay que darle importancia, después de todo, es una sabibonda mandona. No estuve muy de acuerdo con lo de "mandona", pero no dije nada al respecto.

Tuvimos clase de Encantamientos(que es en la que más destaco, y no es por fardar). Hoy, el profesor Flitwick nos enseñó el encantamiento levitador, y nos recalcó mucho que había que pronunciar bien el conjuro para que nos saliese a la perfección. Yo no tuve muchos problemas a la hora de practicar con una pluma, casi al instante de decir "Wingardium leviosa"(el conjuro), pude hacer que mi pluma flotase unos cuarenta centímetros o así de mi pupitre, pero después volvió a caer al pupitre como si fuese plomo. Me habían puesto de pareja con Parvati Patil, una chica de mi casa, y me temo que a ella el encantamiento no le salía demasiado bien. Pero si a ella no le salía bien, imagínate a Seamus Finnigan. En mitad de la clase, oímos un estallido. Nos volvimos y vimos que a Seamus(quien, por cierto, estaba trabajando con Harry) le había explotado la pluma en la cara, y tenía la cara ennegrecida. Se empezaron a oír risitas contenidas por todas partes, pero Flitwick pidió silencio, y la clase continuó a su ritmo normal.
A Ron, que le había tocado trabajar con Hermione, no le iba mejor.
-¡Wingardium... "leviosaa"!-exclamaba, agitando con excesivos ademanes su varita y sin demasiado éxito.
-¡Eh, tranquilo!-Hermione le cogió del brazo, haciendo que parase- Con esos movimientos, vas a sacarle un ojo a alguien. Y, para tu información, lo estás diciendo mal. Es LE-VI-O-SA, y no "LE-VIO-SA-A", como estás diciendo. Ah, y pronuncia "gar" más prolongadamente, lo dices excesivamente corto, y casi no se entiende...
-Muy bien-Ron perdió los estribos, y dejó caer su varita bruscamente sobre el pupitre-, Doña Marisabidilla, ya que eres tan inteligente, ¿por qué no lo haces tú? Vamos, venga.
-De acuerdo...-Hermione cogió su varita, y apuntó con ella a la pluma que tenía en su pupitre, diciendo-Wingardium leviosa.
De inmediato, la pluma de Hermione se elevó, más de un metro por encima de nuestras cabezas. Todo el mundo miraba hacia donde estaba ella y Ron, que la miraba con gesto fatídico.Flitwick elogió a Hermione, como de costumbre, pero creo que fue el único que lo hizo, aparte de mí, que fui una de las pocas que aplaudió... por no decir la única.
Al terminar la clase, a Ron se le notaba resentido, y estaba malhumorado.
-"Es leviosa, no leviosaa"-Imitó a Hermione, con voz aguda y tono desdeñoso-. No sé quién se cree que es ella. Os lo digo en serio, no hay quien la aguante...
Pero resultó que Hermione estaba cerca, y lo oyó todo. Salió a todo correr, hacia el fondo del pasillo, y se cubría la cara con las manos.
-Creo que te ha oído-Le dijo Harry a Ron, mirando cómo Hermione se alejaba.
-Bueno... ¿Y qué?-Ron se encogió de hombros-Ya debe de haber notado que no tiene quien la apoye...
Me enfurecí. Aquello sí que habia sido la gota que colmó el vaso.
-¡¡¡¿TE HAS PASADO, SABIAS?!!!-Le grité a Ron, fuera de mí, y me marché a todo correr, para alcanzar a Hermione. Antes de doblar la esquina, oí a Ron decir a Harry:
-¿Y a ésta, qué la pasa?
No pude oír más, porque estuve siguiendo a Hermione hasta llegar al cuarto de baño de las chicas. Supuse que se había metido ahí, y entré. Me encontré a mi amiga llorando en un rincón.
-Hermione...-empecé.
-¿Harriet?-Hermione me miró, con los ojos llenos de lágrimas.
-Sí, soy yo. No te preocupes por lo que te ha dicho Ron, estoy segura de que ni él sabía lo que decía...
-No, pero tiene razón-contestó Hermione, entre hipidos-. Tú eres mi única amiga, Harriet. Para todos los demás, no soy más que la lista de la clase, la que se lo sabe todo, y la enchufada de los profesores. Pensé que aquí, en Hogwarts, se acabaría todo éso... antes, en mi otra escuela, se burlaban de mí y me dejaban de lado, más que nada, por lo que soy... una sabihonda extraña.
-No digas eso. Vale, es verdad que te lo sabes todo, pero aquí no eres extraña. Aquí eres como todos los demás. También a mí me dejaban de lado en mi otra escuela, y mira ahora...
-No tiene comparación. Tú eres famosa, tienes un hermano y eres una chica muy popular. Yo en cambio... soy una sabelotodo insoportable, que no tiene amigos. Es algo obvio...
-No eres insoportable. Bueno, a veces sí, pero hay otras veces que no. Y no tienes la culpa de ser la más inteligente del curso. Ya quisiera yo ser como tú. Además, tú eres buena chica, en el fondo. Estoy segura que pronto sabrán cómo eres en realidad, y Ron también-le consolé.
Hermione se secó las lágrimas y me miró, esbozando una sonrisa.
-Eres la mejor amiga que he podido tener, Harriet-me dijo, abrazándome-. Muchas gracias por apoyarme. Prometo que a partir de ahora, no seré tan repelente...
-Bueno-sonreí yo también-. ¿Vamos con los chicos y haces las paces con Ron?
-Vale, vamos-accedió Hermione, pero entonces oímos zancadas que resonaban horriblemente por todo el baño... Nos volvimos, horrorizadas, y vimos un monstruo enorme, de tres metros por lo menos, que llevaba un bastón y caminaba hacia nosotras.
-¡Es un troll!-chilló Hermione-¡CORRE!
CONTINUARÁ.
*************
Os ha gustado? espero que sí. Bueno, a contestar rewiews!

Sailorangi: Hay que ver cómo sois! Todos habéis acertado en que voy a ser cazadora! Ya has visto que he echado a Alicia... La próxima parte de lo de troll vendrá el próximo capítulo!
Cali-chan: Otra que ha acertado... Sorry, pero el salvamento de los chicos vendrá después, ok? Espero que no te importe!
Lina Saotome:Muuuchas gracias!!!! Alguien tenía que pararle los pies a Malfoy, no? Bueno, y lo que dices sobre Snape... no me ha dejado muy convencida, pero lo acepto. Ya has visto que hemos entrado los dos en el equipo! Mola, eh?
hErMiOnE: Bueno, ya sé que me baso mucho en el 1° libro, pero es que no tengo inspiración casi y no sé sobre qué escribir! Para la próxima, a ver si os sorprendo con algo...
Selene: Aquí todas sois adivinas, o qué? jejeje, sí, soy cazadora, es que ésa posición me gusta mucho. Tranqui, que no he echado a Angelina, como has visto. Tienes razón, Snape va a tenerse que andar con muuucho cuidado... hay que ver qué manía nos ha cogido, el tío. A ver qué te parece éste capítulo!
Miranda-Hunt: Thanks!!!!!! No, yo he quedado como cazadora, como has visto... espero que te guste este capítulo. Ya leí tus fan fics, están muy bien, a ver cuando los continúas!

Bueno, bueno... 29 rewiews! Lo veo y no lo creo... os doy muchas gracias a los que me los dejáis, sois geniales, y animáis a subir la moral y a que el fic sea mejor... seguid así! Os quiero!!!!!
Besos, Harriet.