SEGUNDO CAPITULO.

CAYENDO

Despertó. Sudando. Frío. Y de nuevo, el golpe. Dejándola mas fría aun de lo que podía creerse. Mas fría de lo que nunca penso, volvería a estar. Fría. Otra vez. Y otra vez. Como siempre.

Todos corrían. Los pasillos de U. S. S. Saratoga atestados de gente. Todos huyendo. Todos enfrentando. Los pilotos y sus cascos, los hombres de artillería, técnicos, oficiales, se agolpaban en los pasillos. Ella no corría.

Llevaba toda una vida haciéndolo. Por alguna razón hoy no estaba de humor. Prosaica descripción de su estado emocional. Pero nadie nunca decía que sus estados emocionales fueran mas que eso. Prosaicos.

Al mirarse al espejo vio que su cabello había crecido. Le llegaba casi hasta los hombros, tendría que recortárselo. Gran recordatorio en momentos como ese. Se recostó en el lavabo para refrescar su rostro, y mientras oía una sirena a lo lejos, sus dedos largos y demasiado blancos para el gusto de su doctor, se pasearon por el cuello terso. Calor. Que no era suyo. Calor sofocante, siempre había ese tiempo de calor, en los cargueros. Generalmente ella lo soportaba. Lo soportaba todo. Pero hoy, solo por hoy, solo por ese instante, quería olvidar por un momento, su ya aceptada sumisión. Nadie lo sabia. Lo usual. Ahora, (y sabia que seria así por el resto de su vida) las únicas personas que hubiese permitido, y lo había hecho hasta cierto punto, que conocieran eso, que supieran, de su renuncia, de su dolor, en esos breves instantes, de su rabia. No estaban. Tal vez la veían de algún lugar. Pero eso no arreglaba nada. No había conformidad en eso. Nunca lo habría. No estaba en ella. La historia de su vida, la ironía tan perversamente familiar aun le causaba gracia.

Oía sus voces, sus risas, sus pasos. Tres meses después, sin vendas en su cabeza, ni suero en su cuerpo; sentía un peso que no se debía a al calor sofocante. Sin pastillas ni sondas, sin tratamientos que la distrajeran. Sin inconsciencia. El dolor se le colaba a pedazos entre sus pesadillas. Trozos tan grandes que no podía ni quería digerirlos. Trozos que le destrozaban todo. Todo lo que una vez había sido suyo. Todo lo que había construido después de pensar que jamas volvería hacerlo. Todo su mundo. Toda su alma. Todo.

Y pensar que había estado a punto de ser reeducada. A veces pensaba que tal vez no hubiera sido un error, pero el recordarlos, solo el recordarlos, valía la pena, el desgarro de saber quien era, y que había hecho con su vida. No quiso recordar la otra parte, la parte de lo que "le" habían hecho.

Paso sus manos húmedas por su camiseta sin mangas. Blanca. Curioso, ella no recordaba habérsela puesto. Aun cuando ahora podía vestirse sola. Siempre había preferido el negro. Tal vez había suficiente luto dentro de ella como para resaltarlo aun más. Tal vez estaba obviando el hecho de que se estaba descuidando a sí misma. Peligro le decía una voz. Peligro de caer de nuevo. Desinterés. Esa fue la respuesta que se dio. Pero tampoco era del todo cierto.

Se vio al espejo de nuevo. Cada vez le costaba mas hacer eso. Camiseta blanca, pantalones caqui, Bototos, más delgada aun, mas blanca, mas muerta.

Se sentó al dejar de oír la sirena. Cada persona elegía su camino. Ella no, no realmente, solo retazos de libertad. Los recordaba a todos, fuertes, eligiendo sus caminos. A ella, a los 9 años, le habían quitado toda posibilidad de elegir algo que no fuera la violencia… y cuando pensaba en eso, estaba bien. Si tenia que morir algún día en algún lejano lugar, estaba bien; eran todos ellos, sus amigos, despedazados en un planeta lejano de todo, con un sol extraño poniéndose, y esos silicatos viendo mientras los mantis desaparecían en la espesura; Los que la estaban matando. Su familia. Cubierta de sangre. Era el sueño, volando directo al sol, sola, siempre sola. De nuevo. Sola. Tomo su cadena, se la puso en silencio. Caminando hacia su camarote susurro sus nombres, y le rogó a quien fuera, que los dejara entrar a ese lugar del cual tanto hablaba uno de ellos. Que algo los redimiera… porque ella no tenía salvación… "el camino", penso, I"el camino no es para mí"./i.