El crimen de Monte Fuji.
Por: Ariadna
Basado en la novela "El crimen de la Hipotenusa" de Emili Teixdor.
Cuarta parte,
La razón de los acontecimientos.
Nada más entrar en la biblioteca, Mimi agitó su cabeza como para espantar una mosca. No le agradaba para nada el ambiente… a mí tampoco, aunque no había mucha opción en el asunto.
-el profesor de matemáticas… - empezó ella, antes que nadie preguntara nada.
El Inspector la cortó al instante.
-ahora no nos interesa el señor Fujiyama. Nos interesa el hermano de Takeru. Háblanos de él y de cómo, cuándo y por qué se conocieron.
Mimi parpadeó durante unos minutos, como si la pregunta la hubiera desconcertado.
-¿no podemos empezar de otro modo?
-Mimi. – intervino la doctora Takaishi. – deja que el inspector dirija el interrogatorio a su manera.
Mimi se encogió de hombros, resignada, y comenzó con una voz neutral, como si recitara una lección aburrida.
-muy bien. Después de la paliza al capitán de Tamachi, todo el mundo le preguntaba a Takeru por su famoso hermano. Solo yo y unos pocos más opinábamos que había sido una demostración de fuerza bruta, un acto infantil y bobo, y además de cobardes por atacar a escondidas y sin avisar.
-¿y qué te dijeron al respecto Taichi y Takeru?
-no me hicieron ningún caso. El equipo y la mayoría de la clase aplaudían esa barbaridad, y los trataban como héroes. A los que nos atrevíamos a criticarlos un poco, nos acusaban de ir contra el honor del colegio, ¡ellos son así!
-continua.
-entonces Inoue Miyako, otra compañera y yo organizamos, con el respaldo de un par de profesores, una charla contra la violencia o sobre la no violencia. Nos llamaron de todo: traidoras, renegadas, y cosas así, pero lo hicimos igual.
-¿y asistieron Taichi y Takeru?
-¡que va! Del equipo no vino ni uno. Pero en medio de la charla descubrí en la última fila al hermano de Takeru. Mi primera impresión fue que era el mismo Takeru, mismo pelo rubio y ojos azules, digo. Pero al verlo mejor me dije que no. Takeru definitivamente se viste mejor que él.
Mimi se detuvo un momento, y nadie dijo nada.
-al acabar la charla, el poco publico que tuvimos comenzó a hacernos preguntas varias. Entonces, yo me levanté para hablar con Yamato y agradecerle la asistencia, después de todo era un gesto de buena voluntad que demostraba inteligencia y coraje. Pero ya se había ido.
-¿y no lo viste más?
-aquella misma noche me llamó a mi casa.
-¿sabía tu número de teléfono?
-se lo había dado Takeru. Me dijo que no estaba de acuerdo conmigo ni con ninguno de los argumentos que había expuesto. Que muchas veces es necesario recurrir a la violencia para evitar una violencia mayor. Yo le respondí que la fuerza bruta nunca está justificada, que es preferible sufrir una injusticia que cometerla, que la violencia genera odio y el odio es siempre malo. Le repetía las razones expuestas en la charla, cuando de repente él empezó a hablarme del profesor de matemáticas.
-¿del profesor? ¿A propósito de qué?
-argumentó: "¿y me dirás acaso que no le tienes ni un poco de odio al Monte Fuji? ¿O es que no son una forma de violencia sus repetidos insuficientes, muchas veces injustos?" Yo me quedé muy cortada, porque, la verdad, un poco de antipatía si sentía contra él. A veces pensaba que si él explicara mejor o fuera más paciente, mis problemas con las matemáticas se acabarían. "¿No es una violencia – continuó él – su exigencia exagerada, su falta de compasión? Él no perdona…"
-¿de qué lo conocía él?
-eso mismo me pregunté yo en aquel momento. Pero Yamato me dijo que Takeru le había contado cómo lo torturaba con las matemáticas, y comentó que había decidido darle una lección. Takeru creía que si el Monte Fuji no le hubiera tenido manía, habría intentado ayudarle cuando ingresó en la clase con un nivel tan bajo. Yo me asusté, pero él me explicó, riendo: "se trata de una broma. Solo utilizaremos la violencia contra las cosas, no contra las personas, y mucha gente se alegrará. ¿Verdad que el examen que viene les da miedo? Hablaste en la charla sobre que el miedo es malo porque de él pueden surgir el odio y la violencia, ¿no? Pues no les parecerá mal que entre al despacho del Monte Fuji y coja las preguntas y los ejercicios que los amenazan…".
-¿estuvieron todos de acuerdo con la proposición de robar los exámenes?
Ichijouji Ken sacó una de esas sonrisas tímidas que tumban a sus admiradoras y que le evita pronunciar palabra alguna. Pero el inspector y la psicóloga estaban inmunizados contra sus encantos e insistieron con más fuerza.
-¿cómo reaccionaste cuando Takeru les propuso, según acaba de aclarar Tachikawa Mimi, que su hermano les proporcionaría el cuestionario del examen?
Ken intentó de nuevo salir del paso pestañeando como si nada, pero Arveja le echó una mirada más terrible, si cabe, que la que mostraba normalmente.
-¿eres mudo, sordo o imbécil?
Por fin "Sorimaki Takashi" se decidió a hablar, con voz temblorosa:
-no… nadie…
-¿qué quieres decir? ¿Rechazaste la propuesta?
-no…
-¿en que quedamos?
-quiero decir que no lo propuso a todo el grupo. Primero solo habló con Mimi, que estaba enterada porque su hermano se lo había dicho por teléfono. Mimi se lo contó a Hikari como un secreto. Y las dos se los dijeron a Miyako, y a ese…
Ken giró su cabeza para mirarme, pero yo fingí no darme cuenta, enfrascado como estaba escribiendo en la computadora.
-… Koushirou, y después a Taichi y a mí…
-¿tú, el último?
-más o menos… no lo íbamos diciendo en orden fijo, y como todos saben que yo estoy siempre de acuerdo con la mayoría…
-¿ah, sí? ¡Mira que fácil!
-no, es por solidaridad…
-¿y para ahorrarte el esfuerzo de examinar si esa "mayoría" tiene razón, y para no tener que intentar, en este último caso, comprender las razones de las minorías?
Ken se quedó con la boca ligeramente abierta. Al parecer, nunca se la había ocurrido pensar que una minoría, fuera del tipo que fuere, pudiera tener la razón, e incluso le preocupaba que alguien pudiera imaginar que él, ¡un chico como él!, pudiera pertenecer a una minoría, cualquiera que fuera.
-todos dijimos lo mismo, que por nosotros… que bien, que si nosotros no teníamos que hacer nada y él nos traía los ejercicios…
-¿o sea que tú pensaste que, si el trabajo sucio y peligroso lo realizaba otro, tú podrías disfrutar de los resultados a la mano con la conciencia limpia?
El acusado palideció y empezó a mover la cabeza de derecha a izquierda como buscando unos ojos amigos en los que apoyarse. Los míos no se apartaron ni un momento de la pantalla y del teclado.
-yo… lo hice como los demás…
-¡siempre con la mayoría, vaya!
Ken asintió sin el menor gesto de duda.
-pero si el profesor a sido un déspota…
El inspector inició su reprimenda en tono alto y truculento, un poco teatral, y se detuvo al comprobar el efecto que producía en el pobre y desconcertado testigo.
-imagínate que el profesor – rectificó el policía con voz firme pero moderada. – por culpa del intruso o a consecuencia del robo, ha sufrido alguna desgracia irreparable… ¿aceptarías tu parte de responsabilidad en el asunto, de la misma manera que estabas dispuesto a aceptar los beneficios?
Ken tragó saliva, y no contestó.
El Inspector soltó un bufido, y le hizo señas para que se retirara. Mientras, giró su atención a la doctora Takaishi para hablarle.
-de todas maneras… el autor del atropello pediría un ayudante para poder entrar por la ventana del despacho. Nuestro bandido generoso, ladrón de exámenes y redentor de condenados a las bajas notas, debió tener un cómplice para actuar con más facilidad y seguridad. – volvió su vista a las fichas que tenía tiradas sobre la mesa. - ¿y quien queda por entrevistar? Ah, sí… Inoue Miyako.
Continuará…
Notas:
Otro cap… tan solo quedan dos más y el epílogo… pero aún queda una pregunta… ¿Yamato realmente es el asesino de esta historia? Todo parece indicar que si, ¿no? ¿Pero no sería muy fácil, y por una razón muy simple? El robo de los exámenes… ¿por qué otra razón matarías a un profesor? A mi se me hace que tiene mucho sentido…
Como punto aparte, ¿notan el mensaje que se da en este cap? La violencia sólo conduce a más violencia, y la mayoría no siempre tiene la razón. ¿Quién dijo que los fics no son constructivos? ^___^
En el próximo cap: Miyako, Koushirou y el ¿desastroso? Final…
