El crimen de Monte Fuji.

Por: Ariadna

Basado en la novela "El crimen de la Hipotenusa" de Emili Teixdor.

Sexta parte,

El Asesinato.

Takeru no soltó ni una lágrima ni hizo ninguna escena trágica, como nos temíamos. Mejor dicho, como había previsto la psicóloga. Sólo apretó con más fuerza la mano que su padre – un hombre agradable, de cabello castaño y ojos profundos – le cogía, e inclinó levemente la cabeza hacia el brazo del caballero, como si por un momento hubiera pensado abrazarle o refugiarse en él.

El padre de Takeru no escuchaba las palabras del inspector. Sólo miraba al chico y le pasaba la mano libre por la cabeza, en un gesto de afecto y protección.

-el análisis de las manchas de sangre halladas en el despacho del profesor que acaba de llegar del laboratorio – hablaba Arveja jugando con un sobre y unos papeles que le había entregado Vicencar al terminar la reunión de acusados. – indica que no pertenecen al señor Fujiyama, como temíamos.

Los ojos de Takeru se iluminaron. El inspector no lo advirtió y, tras una corta pausa, continuó:

-y tengo una noticia todavía más importante, que confirma el resultado del análisis: el señor Fujiyama ha llamado a la comisaría del barrio hace poco rato, muy excitado porque dice…

Arveja se ayudó con la lectura de unos papeles:

-… dice que la noche pasada, poco después de que acabara la reunión con los alumnos difíciles, oyó un ruido sospechoso en su despacho y acudió a ver que era, casi muerto de miedo, pensando que algún ladrón había penetrado por la ventana. Atrapó a un chico muy mal vestido revolviendo los papeles y los cajones de su mesa. El profesor creyó que buscaba dinero o joyas. Dice que el ladrón, al verse descubierto, se asustó tanto como él y, cuando intentaba huir por la ventana abierta, tropezó con una silla y cayó al suelo. Fujiyama, alarmado, sin darse cuenta de lo que hacía, agarró una pala de herramientas del jardín que había junto a la puerta y empezó a molerlo a golpes. La pala de hierro dio en la cabeza del chico y se abrió. Al ver la sangre, el profesor se detuvo, más asustado que antes. Y el chico aprovechó el momento para saltar por la ventana y desaparecer con las manos en la cabeza, manchado en sangre.

Ni Takeru ni su padre dijeron nada, inmóviles ante la tribuna.

-esta mañana, a primera hora, - continuó el inspector, guiándose por los papeles. – los vecinos han descubierto manchas de sangre en el jardín y en la acera, y al comprobar que en casa del profesor no contestaba nadie, han avisado a la policía y nos hemos puesto en movimiento.

Takeru abrió la boca, como si intentara decir algo, pero no dijo nada, y el gesto quedó como si le hubiera faltado aire para respirar.

-Fujiyama, pasado el primer momento de aturdimiento, reaccionó con sentimientos de culpa, pensando en la herida grave que le había causado. Salió a la calle a ver si lo encontraba. Se ha pasado la noche buscándolo por la ciudad, parques, callejones, todos los rincones. Incluso hospitales y centros de atención de urgencia. Hasta que esta mañana entró en sus cabales y se dio cuenta que era más útil llamar a la policía y nos ha dicho que…

Entonces, Takeru exclamó con voz alterada, interrumpiendo la explicación:

-¡el culpable soy yo!

-no, Takeru, - replicó el inspector. – no quieras proteger a tu hermano. Todas las pruebas le acusan. Él es el único culpable. Hay que esperar que el profesor nos facilite la descripción del ladrón, pero yo apostaría cualquier cosa a que el culpable total es Yamato. El caso es..

En ese momento, el padre de Takeru dejó la mano del muchacho y le puso las suyas en los hombros para rodearlo en una especie de abrazo, como si intentara protegerlo de algún peligro.

-el caso es… que así como hasta ahora temíamos que al profesor le hubiera ocurrido algo malo, incluso irreparable, en este momento nuestra preocupación se centra en Yamato… ¿dónde pudo haberse metido con la cabeza partida, medio muerto como andaba? Imaginen que en su huida, en su afán de ocultarse, cae bajo las ruedas de un camión, o se refugia en las ruinas de una casa destruida, o se dirige hacia el puerto y se cae al mar… ¡y no podemos dar con él nunca más!

Continuará…

Notas:

Episodio corto, lo sé… pero lo que viene después no pude juntarlo con esto, sorry…

Un cambio radical, no creen? Ese es el plan!!! Porque la historia vuelve a cambiar una vez que Koushirou cuenta su versión de lo ocurrido, y es que… aquí se acaba todo? Fujiyama es el verdadero asesino y Yamato la víctima? O es que lo encontrarán antes que desaparezca para siempre? Por qué pareciera que hay algo muy turbio detrás de todo esto?? Demasiados cabos suelto, no es así? Serán capaces de resistir el siguiente cap? jojojo…