CAPÍTULO 35: La verdad sobre el Gran Hombre. Los errores del pasado.

Desde el templo Hirawa, Bunny y sus amigos observaban cómo el huracán iba poco a poco aumentando de tamaño, destruyendo toda la ciudad. El cielo estaba ya totalmente cubierto por nubes negras que de vez en cuando se veían iluminadas por relámpagos rojizos y los edificios ofrecian un aspecto ruinoso.

- Es terrible...- murmuró Diego, mirando horrorizado el terrible espectáculo.- ¿Cómo hemos podido llegar a esto?

- Nunca imaginé que el Gran Hombre pudiese ser tan poderoso.- murmuró Patricia.- Absorbió toda la energía de Protech... sin ningún esfuerzo.

Bunny asintió sin prestar demasiada atención. Esa voz... le era muy familiar... estaba segura de haberla oido antes en algun otro lugar, pero era totalmente incapaz de recordar en dónde.

Alex se levantó con decisión.

- Lo que está claro es que tenemos que hacer algo para detener todo esto.- afirmó, mirando a todos con decisión.- Si no hacemos algo pronto, esta ciudad quedará totalmente destruida. Y despues de nuestra ciudad... viene el resto del universo.

- ¡Ese es mi chico!.- exclamó Cometa con alegria, pero una gélida mirada por parte de Luna fue suficiente para que cerrase la boca rápidamente.

- Sí, la idea es buenda, desde luego.- se burló Seiya.- ¿Pero se te ocurre el qué? Porque sería un suicidio ir allí sin tener un plan.

- Lo que tenemos que hacer es ir a buscar al Gran Hombre.

Todos se volvieron sorprendidos. Tras ellos, estaba Raquel, que mantenia una mirada firme y seria. A su lado, había un hombre joven de cabello castaño claro, ojos alargados y verdes tras unas gafas y una hermosa sonrisa.

- Raquel...- murmuró Tim.

- ¿Quién es ese?.- preguntó Dani, señalando al joven.

- Me presentaré: soy Sergio Sawara.- dijo el joven, haciendo una ligera reverencia, sin dejar de sonreir.- Aunque supongo que si os digo que también soy Guerrero Plutón os resultaré más conocido.

Alex y Patricia lo miraron con extrañeza.

- ¿Nos hemos visto antes en alguna parte?.- aventuró Patricia.- Tu cara me resulta muy familiar...

- Sí, hace unos meses mi espectáculo de marionetas se fue al traste, por culpa de Lamiyara.- respondió Sergio.

- ¿¡Tú eras el de las marionetas?!.- exclamó Alex.- ¿¡Y porque no nos ayudaste en ese momento?!

- Podiais solos.- respondió Sergio, con una gran sonrisa.- Además, era interesante el espectaculo de amor, odios, celos y espias que había.

Al terminar de decir eso, Alex, Patricia, Vicki, Luis y Bunny se pusieron rojos como tomates, mientras bajaban las miradas.

- Tan cerca... y tan lejos al mismo tiempo...- suspiró Luna.- En fin, más vale tarde que nunca.

- Volviendo al tema principal.- intervino Iván, con rostro neutro.- ¿Cómo vamos a acabar con el Gran Hombre?

Raquel hizo un gesto señalando a Sergio, que dio un paso al frente.

- Tenemos que ir a buscarle a él antes de que él venga a por nosotros.- explicó.- El Gran Hombre aun no es todo lo poderoso que puede llgar a ser y por eso permanece oculto en otra dimension. Cuando haya almacenado suficiente energía, vendrá a destruirnos en persona.

- Asi que lo más lógico es ir a por él ahora que no está preparado.- murmuró Jorge.- Pero aún asi, su poder es impresionante. No estoy muy seguro de que podamos vencerle.

- Sin embargo, tenemos un as en la manga.- continuó Sergio.- ¿Sabeis por qué nunca lograba encontrar al Gran Hombre?

Los demás se miraron unos a otros sin entender.

- Porque estaba escondido en una dimensión inestable.- continuó Sergio.- Raquel ya os dijo todo lo referente a la estabilidad de las dimensiones y que las inestables siempre tienen cambios, ¿no?. Pues eso lo aprovechó el Gran Hombre y se escondió en una de esas dimensiones. Que se habran y se cierren puertas en esas dimensiones no es extraño y por eso no llamó mi atención, ni tampoco los aumentos y descensos de energía, ya que eso tampoco es estable. Eso le permitió tener un escondite muy seguro durante todo este tiempo.

- Bueno ¿y eso que ventaja nos da?.- preguntó Ray.- El que sea una dimensión inestable no es más que un peligro añadido para nosotros: podriamos quedar encerrados en esa dimensión para siempre.

- No si vais conmigo.- la tranquilizó Sergio.- Puedo abrir puertas a voluntad en cualquier dimensión. Pero no me referia a eso. La ventaja con la que contamos son Guerrero Sol y Sailor Moon. Ellos pueden unir sus fuerzas y derrotar de una vez a esa cosa.

- ¡Pero Luna nos advirtió que si hacían eso, la Tierra podría explotar!.- exclamó Carola.

- Por eso es una ventaja ese universo.- la tranquilizó Sergio.- Allí no hay más forma de vida que nosotros y si estais transformados y unidos, podreis resistir la liberación de energía de la unión de los dos. Al no haber planetas, no hay riesgo de que mueran inocentes.

Se miraron unos a otros, con cierto temor. La verdad es que el plan era bueno...

Amy sacó su mini ordenador y empezó a introducir datos.

- ¿Podrá esa dimensión almacenar de golpe toda esa energía?.- preguntó.- Los datos que tengo no son muy exactos...

- No debería haber problema.- respondió Sergio.- Se crea y transforma energía constantemente. Esas dimensiones son infinitas, asi que hay sitio de sobra para la energía que se pueda liberar. De todas maneras, da igual las vueltas que le deis: no tenemos otra opción.

Eso era muy cierto: no había otra manera.

Nuevamente, se miraron unos a otros y se pusieron de pie con determinación.

- ¿Y qué pasa con nosotros?.- preguntó Seiya.- No podemos unirnos, y tampoco puede hacerlo el Señor del Antifaz.

- Venid de todos modos.- dijo Sergio.- Los guerreros Venus pueden crearos un escudo protector lo suficientemente fuerte y nos hará falta toda la ayuda posible.

- Vamos a darle una patada en el trasero a ese Gran Payaso.- dijo Ricardo, con una gran sonrisa traviesa.

- Creo que es lo único inteligente que has dicho en tu vida.- se burló Hotaru, con igual sonrisa.

Bunny se puso en pie, todavía con aire distraido.

- ¿Estás bien?.- le preguntó Armando.

- Sí.- asintió ella.- Es solo que... tengo un mal presentimiento.

Sergio sacó del bolsillo de sus pantalones un cristal mágico muy similar al de Raquel.

- Transformemonos y vayamos a buscar al Gran Hombre.

Se acercaron todo lo posible al huracán como para no ser arrastrados por él. Tenían las manos unidas, formando un circulo, en cuyo centro estaba Guerrero Plutón.

- ¿Preparados?.- les preguntó gritando, ya que la fuerza del viento no les dejaba oir bien. Los demás asintieron en sliencio, con determinación.- Muy bien. ¡¡Túnel del Espacio, yo tu Señor te ordeno que te habras y nos muestres el camino hacia la dimension de mis deseos!!

Del báculo salió un rayo luminoso que subió hasta ponerse al lado del agujero de las nubes y fue abriendo su propio agujero. Los guerreros notaron cómo eran absorbidos hacia él.

- ¡Dejaos llevar!.- les gritó Guerrero Plutón.- ¡El viaje será un poco movidito! ¡Es el inconveniente de viajar a dimensiones inestables! ¡No os solteis las manos!

Los pies de los guerreros pronto dejaron de tocar el suelo y fueron ascendiendo, cada vez con más velocidad, aunque de un modo bastante tranquilo... hasta que atravesaron el agujero. Cuando llegaron a ese punto, fuertes corrientes de viento de diferentes direcciones parecieron ensañarse con ellos.

- ¡No os solteis las manos!.- gritó Guerrero Plutón, desde el centro del circulo.- ¡Si os soltais, quedareis atrapados para siempre!

Sailor Moon cerró los ojos con toda la fuerza de la que era capaz, esperando que sus manos se apretasen con la misma intensidad. Eran vientos muy fuertes, y daban muchas vueltas...

A su alrededor todo era calma y sosiego. Se encontraba en campo lleno de flores y soplaba una ligera y agradable brisa, que arrastraba unas nubes solitarias en un cielo extraordinariamente azul. Junto a ella, estaba su querido Armando y su adorada hija, Chibiusa (nota de la autora: Rini, para otros países). Estaba tan a gusto...

"Sailor Moon"

No había preocupaciones, ni peligros. Solo era felicidad. Armando la agarró de una mano y Chibiusa de la otra y se miraron, sonrientes.

"Sailor Moon"

Alguien la llamaba. Pero... era feliz en ese sueño...

- "¿Un sueño?".- se dijo a si misma.

- "Si".- le respondió Armando.- "Es un sueño. Y ha llegado el momento de que despiertes."

- Sailor Moon, despierta.

Sailor Moon abrió los ojos, todavía algo atontada. A su alrededor, con gestos preocupados, estaban los guerreros y las sailors.

- ¿Dónde estamos?.- preguntó Sailor Moon, algo aturdida, mientras trataba de incorporarse.- ¿Qué me ha pasado?

- Perdiste el conocimiento mientras atravesabamos la entrada.- explicó el Señor del Antifaz, mientras la ayudaba a incorporarse.

- ¡Esta vez sí lo conseguimos!.- se rió Sailor Venus.- Siempre que vamos a hacer algun viaje por el tiempo o en el espacio y nos dicen que no nos soltemos las manos, acabamos desperdigadas.

- Si, fue todo un logro.- asintió Sailor Júpiter, con una sonrisa.

- ¿Eso quiere decir que ya estamos en...?.- empezó a decir Sailor Moon.

- En la dimensión en la que se encuentra el Gran Hombre.- la interrumpió Guerrero Plutón, mientras echaba un vistazo a su alrededor.- Nos hemos introducido por una zona algo apartada de donde está él, para evitar que nos detectase demasaido pronto, así que tendremos que caminar un poco. Espero que no os importe.

- Mientras no nos perdamos...- murmuro Sailor Urano.- No parece ser un buen sitio para perderse.

- La ventaja es que lo mismo estas perdida un tiempo que ni siquiera llega a transcurrir en la Tierra o te pasas mil años dando vueltas.- comentó Guerrero Plutón, con una sonrisa.- Asi que puedes decidir entre ir a cenar a casa o permanecer joven más tiempo que cualquier otro ser humano.

- ¡¿Te parece que este es un momento para hacer bromas?!.- le critico Curadora.- ¡Todos los universos corren el riesgo de ser destruidos!

- ¿Y el que esté serio, irritable y malhumorado va a hacer que el peligro disminuya?

Curadora lo miró, sorprendida.

- Tengo un carácter bastante optimista y lo tengo asi desde hace miles de años, sin que ello interfiriese en mi trabajo.- explicó Guerrero Sol.- Y he observado que el estar muy tensos no es una buena estrategia, asi que será mejor que nos relajemos todos un poco y vayamos a enfrentarnos a ese monstruo ¿te parece bien?

Curadora apretó los puños, molesta por el comentario del guerrero, pero sobretodo porque no podía dejar de admitir que tenía razón. Lentamente, se fueron poniendo en marcha.

Guerrero Sol fue reduciendo la marcha hasta ponerse al lado de Sailor Júpiter.

- Sailor Júpiter...- murmuró.

Ella le miró extrañada.

- ¿Sí?

- ¿Tú crees que cuando acabe todo esto, esa gata tuya nos dejará salir juntos de una vez?

Los colores subieron rápidamente al rostro de la sailor.

- Pues... no... no lo sé.- balbuceó.- La verdad es que no tengo ni idea.

- Si al menos nos hubiesen dicho el motivo por el que no podemos vernos.- refunfuñó el guerrero.- Bueno... sólo espero que, sea lo que sea, termine con esta batalla. Me encantaria poder salir contigo sin tener que llevar guardaespaldas.

- A mi también.- respondió la sailor, esbozando una suave sonrisa.

El guerrero también sonrió y extendió su mano para agarrar la de la sailor y se miraron el uno al otro, ligeramente ruborizados.

- ¡Mirad allí!.- exclamó de pronto Sailor Saturno.

Los guerreros y las sailors miraron el adirección que señalaba la sailor. A unos pocos metros de distancia*, vieron una figura luminosa, sentada en un gran trono dorado. Enfrente de ella se abría un agujero desde el cual entraba un rayo de luz, seguramente el mismo que se encontraba en el centro del huracán y a través de él iba entando energía, que parecía recibir directament el Gran Hombre.

- Allí está....- murmuró Guerrro Neptuno, apretando los puños.- Se acerca el momento.

Sailor Moon continuó sin decir nada. Estaba segura de que ya había visto antes a ese Gran Hombre... pero... ¿dónde?

"Bienvenidos, guerreros"

Los guerreros alzaron la mirada, sorprendidos.

- ¿¡Sabe que estamos aquí?!.- exclamó Creadora.

"¿Acaso creeis que podeis entrar en mis dominios sin que os detecte inmediatamente? Sois unos ilusos..."

Guerrero Sol apretó los puños con rabia.

- No sirve de nada permanecer ocultos.- murmuró Guerrero Plutón, poniendose en pie.- Será mejor que vayamos hacia él.

- ¡Podría ser una trampa!.- señaló Sailor Plutón, preocupada.

- EL Gran Hombre ha pasado más tiempo en esta dimensión que el que yo he pasado en cualquier dimensión inestable.- replicó Guerrero Plutón, avanzando con seguridad.- Sabe más de esta dimensión que yo. Ahora mismo, lo único que yo puedo hacer aquí es abrir una puerta para que saliesemos todos en caso de emergencia. Pero nada más. Estamos en sus manso, asi que es mejor que le sigamos la corriente de momento.

Los demás se miraron unos a otros. Por desgracia, Guerrero Plutón tenía razón, de modo que se fueron levantando y acercando al Gran Hombre, hasta estar justo enfrente de él.

- ¡Detén todo esto!.- le gritó Guerrero Sol. Pero el Gran Hombre le ignoró completamente. Parecía fijar su mirada en Sailor Moon.

"Sailor Moon, parece que volvemos a encontrarnos"

- ¿¡Qué?!.- exclamaron todos, alarmados.

- ¡Sailor Moon, ¿ya conocías al Gran Hombre?!.- preguntó Luchadora, alarmada.

- Yo... yo no lo recuerdo...- murmuró Sailor Moon.- Pero... me resulta familiar...

Dentro de la luminosidad del Gran Hombre, Sailor Moon creyó detectar una ligera sonrisa.

"Que decepción, Sailor Moon. Creí que me recordarías. No ha pasado tanto tiempo..."

- ¡¿Quién eres tú!?.- gritó la Sailor dando un paso al frente.

"Tal vez te sea más fácil si adopto la última forma con la que me viste..."

La forma luminosa fue modificandose hasta adoptar una forma femenina y luego la intensidad de la luz que la iluminaba fue descendiendo hasta desaparecer completamente, de modo que se pudo ver perfectamente la forma que había adoptado.

- ¡No puede ser!.- gritó El Señor del Antifaz.

- ¡Es imposible!.- se alarmó Sailor Mercurio.

Frente a ellos, sentada apaciblemente en su trono dorado, se encontraba una mujer con un taje de combate dorado, de formas rectas y unas botas que le llegaban a la rodilla. Sobre su cabeza, sin permitir que se viese el cabello, un casco también dorado.

- ¡Galaxia!.- exclamó Sailor Júpiter.

Rápidamente, las ropas doradas de Galaxia se volvieron negras y su piel cobró un tono grisaceo, apareciendo en su espalda unas alas negras como si fuesen las de un murcielago o un demonio.

- No es Galaxia.- murmuró Sailor Moon, apretando los puños.- Es Caos.

Sintieron cómo se les helaba la sangre de las venas.

- ¡Pero eso es imposible!.- exclamó Luchadora.- ¡Tú expulsaste a Caos del cuerpo de Galaxia e hiciste que volviese al corazón de los hombrs! ¡Nosotras lo vimos!

- Os equivocasteis.- murmuró Caos, con el falso cuerpo de Galaxia, mientras se ponía lentamente en pie.- Me expulsasteis del cuerpo de Galaxia, ciertamente, pero no lograsteis dejarme lo suficientemente debil como para que me desintegrara y regresara al corazón de los hombres. Simplemente, estuve vagando por el universo, tratando de recuperarme. Nunca volvería a tener mi fuerza de antes si no encontraba a alguien que trabajase para mi, que me ayudase a reunir esa energía. El poseer cuerpos no me había dado los resultados que yo esperaba, de modo que esta vez usaría una táctica diferente: simplemente, buscaría un ejercito que obedeciese mis órdenes e iria en busca de energía, para conseguir recuperarme.

"En el tiempo que estuve vagando, llegué a un planeta muy lejano. En él encontré a mi perfecto servidor: Protech. Cuando lo encontré sólo era un viejo militar loco y retirado, deseando recuperar sus fuerzas y demostrar a todos que podía seguir ganando batallas. Era muy ambicioso y lo suficientemente estúpido como para fiarse de mi. Una vez le logré a él, conseguir a más servidores fue más fácil, hasta reunir todo el ejercito."

"Llegaba el momento de venir a la Tierra. Aquí había restos de mi energía, que harían me recuperae mucho más rápido. Pero sabía que también estabais vosotras... le di a Protech la idea del poder acumulativo de los guerreros caidos en combate o de sacrificarme a mi los que fallaran. De ese modo, en cualquiera de las dos circunstancias, yo ganaba energía."

- Así que, en realidad, entraba dentro de tus planes el que fuesemos derrotando a tus subordinados.- dijo Guerrero Sol.- Y aun asi no te importó mandarlos a pelear. Es despreciable.

Caos se detuvo delante del guerrero y lo miró a los ojos, con media sonrisa. Guerrero Sol le sostuvo la mirada.

- Tú no estabas en la batalla que se libró.- murmuró Caos finalmente.- No conoces hasta donde llega mi poder.

- Me dan igual tus aires de grandeza y poder.- replicó el guerrero.- ¡Te mataré yo mismo!

Mientras decía esto, el guerrero hizo aparecer su espada de luz y se avalanzó contra Caos, que no se molestó en moverse.

- ¡Guerrero Sol, no!.- gritó Sailor Júpiter, pero su aviso llegó tarde: al intentar golpear a Caos con la espada de luz, una especie de escudo de energía apareció alrededor de Caos y al entrar en contacto con ella, el guerrero salió despedido.

- ¡Argh!.- gritó el guerrero al caer contra el suelo. Sailor Júpiter corrió a su lado, mientras los demás guerreros y sailors se situaban a su alrededor, en pose defensiva.

- Eres un estúpido, mortal.- se burló Caos.- Tu poder es insignificante frente a mi grandeza.

Luego se giró y señaló al agujero a través del cual entraba la energía.

- Cada vez me voy haciendo más poderoso.- comentó.- Y mi poder aumenta mientras la vida en vuestro planeta se va disminuyendo. Y no podeis hacer nada contra mi. No lograreis vencerme en esta ocasión, porque no tengo un cuerpo del que podais expulsarme y no teneis la semilla estelar de Galaxia para que se convierta en la espada de la justicia. Morireis todos. No podeis derrotarme.

Sailor Moon apretó los puños, tratando de no demostrar la desesperación que sentía por dentro. Todavía recordaba lo duro que había sido vencer a Caos en el pasado y, en realidad, fue Galaxia quien, con su fuerza de voluntad, lo derrotó, expulsandolo de su cuerpo. Pero ahora... ahora estaba sola...

Alguien se puso delante de ella. Eran las Stars Lights.

- Luchadora...- murmuró Sailor Moon, sorprendida.

- No podemos entretenernos.- murmuró Luchadora.- Será mejor que, mientras nosotras tratamos de entretener a Caos, los guerreros y las sailors se unan, para que luego tú puedas unirte a Guerrero Sol sin problemas. Es la única posibilidad que tenemos de vencer.

Sailor Moon asintió. Era cierto. Aun les quedaba esa posibilidad. No sabía hasta que punto la fuerza de Guerrero Sol combinada con la suya podría igualar o superar la de Caos, pero no le quedaba más remedio que intentarlo. Sólo esperaba que los demás pudiesen unir sus fuerzas lo suficientemente rápido.

Se miraron unos a otros, asintiendo ligeramente. Estaban listos.

- ¡Laser Estelar!

- ¡Infierno Estelar!

- ¡Fuerza Estelar!

Las Stars lanzaron su triple ataque contra Caos, que no se molestó siquiera en moverse. Casi al tiempo que la energía salía de las manos de las Stars, los guerreros y las sailors buscaron a su compañero y juntaron sus manos para unir sus fuerzas.

El ataque alcanzó de lleno a Caos, que ni tan siquiera mostró un leve roce.

- Sois tan estúpi...- pero no pudo terminar la frase, porque en ese momento se produjeron ocho explosiones prácticamente al mismo tiempo. Caos enarcó una ceja: la energía de los guerreros había aumentado considerablemente.- Vaya... así que habeis optado por unir fuerzas... hagais lo que hagais, no será suficiente.

- Eso aun está por ver.- murmuró Guerrero Mercurio con voz aun mas neutra de lo habitual.- ¡Ilusión...

- ...Marina!- concluyó Sailor Mercurio, lanzando juntos el poderoso ataque.

Pero tampoco en esta ocasión Caos se molestó en moverse. A su alrededor, aparecieron cientos de guerreros que lo miraban fijamente. Como toda respuesta, Galaxia lanzó un rayo con la palma de mano... acertando en los Guerreros Mercurio.

- ¡¡Arghh!!.- gritaron estos mientras salían disparados por los aires y chocaban violentamente contra el trono dorado en el que momentos antes había estado sentado Caos.

- ¡Mercurio!.- exclamó Sailor Moon con un comienzo de lágrimas en los ojos.

- No sois rivales para mi.- insistió Caos una vez más.- Podeis hacer lo que querais, pero de todos modos acabare obteniendo vuestra energía y destruyendo vuestro planeta.

- ¡No lo permitiremos!.- exclamaron Guerrero y Sailor Saturno.- ¡Anillo de Unión Destructor! (nota de la autora: si, vale, no tiene sentido, pero no se me ocurria nada mejor ^^U)

El ataque se dirigió rápidamente a Caos, que esta vez lo desvió de un simple golpe con la mano.

- Su fuerza es impresionante...- murmuró Guerrero Sol, incrédulo, todavía en el suelo.- No puedo creer que ni siquiera estando unidos puedan hacerle frente...

- ¡Viento Mortal!.- gritaron los Guerreros Urano, lanzando su ataque.

- ¡Os mataré a todos!.- aulló Caos, mientras extendía las amnos y deshacía el ataque, ante la atónita mirada de estos.- ¡Nada de lo que hagais logrará destruirme!

Sailor Moon miró desesperada a los guerreros. Desgraciadamente, lo que decía Caos era cierto: su poder no era comparable. No lograrían derrotarlo...

- ¡Sailor Moon!.- la llamó el Señor del Antifaz.

Ella le miró, algo sobresaltada.

- ¡Tienes que unir tu poder al de Guerrero Sol!.- exclamó.- ¡Es la única posibilidad que tenemos!

Sailor Moon miró a Guerrero Sol que le sostuvo la mirada. No estaba segura de que fuese a funcionar pero... ¿acaso tenía otra opción?.

Ella asintió ligeramente y Guerrero Sol se volvió hacia los guerreros Venus.

- ¡Cuando vayamos a unirnos, cread un escudo protector alrededor del Señor del Antifaz y las Stars Lights!.- gritó.- ¡Los demás, procurad distraer a Caos!

Los guerreros asintieron y mientras los demás cargaban contra Caos y los guerreros Venus creaban un escudo protector para el Señor del Antifaz y las Stars, Guerrero Sol y Sailor Moon unieron sus manos y cerraron los ojos.

- Esta vez tenemos que hacerlo.- murmuró Guerrero Sol.

- Es la única manera.- asintió Sailor Moon.

Una pequeña luz empezó a brotar de sus manos.

- ¡Puerta Destructora!.- gritaron los guerreros Plutón.

- ¡Llama Infernal!.- dijeron casi al mismo tiempo los guerrero Marte.

- ¡Vuestros dias están contados!.- aulló Caos. De repente notó algo. Una fuerza. Una fuerza que iba ganando intensidad por momentos.- ¿Qué es eso? ¿Qué es esa energía que me hiere?

Se giró. Detrás, Sailor Moon y Guerrero Sol intentaban unir sus fuerzas. Una luz les estaba envolviendo y empezaba a elevarles. Era una fuerza muy poderosa. Demasiado poderosa.

- ¿¡Qué estais haciendo?!.- gritó Caos.- ¡No os lo permitiré!

Un rayo con una energía como jamás habían visto salió de las manos de Caos directa hacia Sailor Moon y Guerrero Sol.

- ¡¡¡SAILOR MOON!!!.- gritó el Señor del Antifaz desde dentro del escudo, golpeando con fuerza la pared, tratando de salir.

Un cuerpo.

Un fuerte impacto.

Gritos.

Un golpe seco.

Sangre.

- ¡¡¡¡NOOOOOO!!!!!.- gritó Guerrero Sol, rompiendo la unión con Sailor Moon que, agotada, cayó al suelo seminconsciente.

El guerrero también estaba debil, asi que al romperse la unión, toda su energía le abandonó y cayó al suelo. Alzó un poco la vista y se fue arrastrando como pudo hasta el cuerpo de Sailor Júpiter, que yacía a pocos metros de él. Algo más alejado, el cuerpo de Guerrero Júpiter, aunque este no tenía herida.

- Sailor... Júpiter.- sollozó Guerrero Sol, poniendose al lado de la joven. Esta entreabrió los ojos.- ¿Por qué lo has hecho?

- El rayo... habría... acabado con vosotros...- murmuró con voz débil.- Y... sois la unica esperanza que le queda... a la Tierra. No... se podia crear... un segundo escudo a tiempo... y... crei que sería bueno que... sólo muriese yo... y los demás... vivieseis...

Los demas guerreros se situaron a su alrededor, mientras Guerrero Júpiter, ya sin estar unido a la sailor, trataba de acercarse también, tambaleante.

- Yo no quiero vivir sin ti.- lloró Guerrero Sol, abrazando con fuerza a la sailor, mientras las lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas.- ¿Para que me sirve tener tanta fuerza, tanto poder... si ni siquiera te he podido proteger a ti?

Sailor Júpiter alzó la mano y la puso en la mejilla del guerrero, sonriendo ligeramente.

- Debes... conseguir... la... paz...- murmuró. Me hubiese... gustado... salir contigo...

Su mano cayó sin vida al suelo, junto con una lágrima.

Cientos de imágenes pasaron por la mente de Guerrero Sol. La primera vez que vio a Patricia, perdida en el campus, cuando fueron presentados oficialmente... la conversacion en los columpios bajo la lluvia...en las batalals que habían librado juntos... aquel beso en el armario...

- ¡¡¡SAILOR JÚPITER!!! ¡¡¡PATRICIA!!!.- gritó Guerrero Sol de dolor, abrazando el cuerpo inerte de la sailor.- ¡¡¡NOOO!!!

De pronto, una poderosa luz salió del cristal de plata que se encontraba en el broche de Sailor Moon y les envolvió a todos, cegándoles durante unos instantes.

- ¿¡Qué está pasando?!.- gritó Guerrero Neptuno.

- ¡¡No lo sé!!.- respondió el Señor del Antifaz, sujetando en sus brazos a una debilitada Sailor Moon.

Al cabo de unos instants, la luz se fue disipando. Ya no estaban en esa dimensión inestable, combatiendo con Caos. Estaban flotando, como si no tuviesen cuerpo, solo alma, en un cielo cubierto por brillantes estrellas. Bajo ellos, grandes lagos brillantes que rodeaban un lujoso palacio. A lo lejos, un planeta azul.

- ¿Esto es...?.- murmuró Guerrero Sol.

- El... Milenio de Plata.- logró decir Sailor Moon.