CAPÍTULO 37: Cuando tus amigos mueren. ¡No me dejeis sola!

Caos se alzaba ante ellos, majestuoso, con una sonrisa sádica en su rostro, igual al de Galaxia. Empezó a caminar hacia ellos lentamente, sin prisa, saboreando su posición de ventaja. En el suelo, el Señor del Antifaz trataba de ayudar a Sailor Moon a incorporarse y Guerrero Sol continuaba abrazando el cuerpo de la sailor.

- Parece que las tornas se han cambiado...- murmuró Caos.- Habeis sido lo suficientemente estúpidos como para romper la concentracion justo cuando estabais a punto de lograr la unión, consiguiendo perder toda esa energía. Y no pienso daros la oportunidad de recuperaros: os he subestimado demasiadas veces como para volver a caer en el mismo error.

Guerrero Sol trató de ponerse en pie, pero no fue capaz y cayó al suelo al doblarse sus piernas, incapaz de sostenerle en pie.

Rápidamente, unas figuras se fueron poniendo delante de él y de Sailor Moon: eran todos los guerreros que, todavía unidos, miraban con decisión a la falsa Galaxia.

- Tal vez has logrado detener la unión de Sailor Moon y Guerrero Sol, Caos.- murmuró con voz fría Sailor Marte.

- Incluso has acabado con la vida de Sailor Júpiter.- continuó Guerrero Marte.- Pero no permitiremos que venzas.

Como toda respuesta, Caos esbozó una sonrisa.

- Veo que todavía no entendeis la situación, pobres ilusos.- se burló Caos.- No teneis ninguna posibilidad de vencerme. Vuestra única opción ha desaparecido cuando os habeis dejado llevar por esos maravillosos sentimientos que tanto protegeis: el amor os ha llevado hasta la muerte.

Guerrero Sol apretó los puños y cerró los ojos con fuerza. Él era el causante de esa situación, el había interrumpido la unión con Sailor Moon que les habría conducido hasta la victoria. Todo esto era por su culpa y ahora... ahora ni siquiera tenía fuerzas como para ponerse en pie... no era capaz de combatir al lado de sus compañeros... no era más que un pesado lastre.

Los guerreros y las sailors se prepararon para el ataque, mientras el Señor del Antifaz y las Stars permanecían algo rezagados, junto a Guerrero Sol, Guerrero Júpiter y Sailor Moon. No había nada que ellos pudiesen hacer en ese momento, asi que no tenían más remedio que permanecer atrás y rezar.

Unos segundos eternos trascurrían sin que nadie diese el primer paso. Los guerreros permanecian alerta, en tensión, sin perder detalle de los movimientos de Caos, que, por su parte, permanecía tranquilo, seguro de su victoria.

- El destino del mundo está... en nuestras manos.- murmuró Guerrero Júpiter, tratando de levantarse.- Debemos... derrotar a Caos...

- Deberias permanecer quieto.- señaló Curadora.- No hay nada que tú puedas hacer ahora.

El guerrreo no respondió, sólo miró con una tristeza infinita al cuerpo de la Sailor y agachó la cabeza.

- Tal vez... si yo hubiese...- murmuró.

- No sirve de nada lamentarse ahora.- le interrumpió Luchadora.- Ya está hecho y nada puede hacerse para evitarse. Lo que hay que hacer ahora es prepararse para vencer a Caos. O si no su muerte no habrá servido para nada.

- Debemos derrotarla por la supervivencia del universo.- señaló Sailor Venus.

- ¡Y así se hará!.- gritó Guerrero Venus.- ¡Escudo...!

- ¡... de Venus!.- terminó la sailor, mientras de las manos de ambos salía un poderoso escudo que salió disparado hacia Caos.

- ¡Anillo de Unión...!.- añadió Guerrero Saturno.

- ¡... Destructor!.- gritó Sailor Saturno.

Los dos ataques se fundieron en uno solo y fue rápidamente hacia Caos.

- Pobres ignorantes...- murmuró este, esbozando una sonrisa. Justo cuando el ataque iba a alcanzarle, de un manotazo lo desvió hacía el infinito espacio de la dimensión inestable donde se encontraban, perdiendose entre las corrientes espaciales.

Los guerreros, aunque no mostraron cambios visibles en sus frios rostros, apretaron los puños con rabia.

- Probaremos nosotros ahora.- murmuró Sailor Plutón.- ¡¡Puerta...!!

- ¡... destructora!!.- terminó Guerrero Plutón.

Una fuerza inmensa salio disparada hacia Caos.

Luna, Cometa y Artemis observaban inquietos el huracán. No sólo no iba desapareciendo, sino que cada vez era más grande y poderoso. Estaba absorbiendo todo lo que encontraba a su paso, dejándolo en la ruina.

De pronto, Cometa se puso en pie, alarmado.

- ¿Qué pasa?.- le preguntó Luna, preocupada.

- He tenido un mal presentimiento.- murmuró Cometa, frunciendo el ceño.

Sin pensárselo dos veces, echó a correr hacia el huracán.

- ¡Cometa!.- le llamó Artemis.

- ¡No vayas allí, es peligroso!.- le advirtió Luna.- ¡Vuelve!

- ¡Tengo que ir!.- gritó Cometa, alejandose a toda velocidad.- ¡Guerrero Sol me necesita... y ya le fallé una vez al Milenio de Plata!

Luna se quedó muda de la impresión, mientras veía cómo Cometa se acercaba cada vez más al huracán.

- ¡Tifón...!

- ¡... fugaz!

Una vez más, el ataque de los guerreros fue repelido sin ningún esfuerzo por Caos. Habían utilizado ya todos sus recursos contra Caos. Ninguno de los ataques, ya fuesen unidos o individuales, había logrado dar resultado. Y no parecía que Sailor Moon y Guerrero Sol hubiesen recuperado suficientes fuerzas como para volver a intentar unirse.

- Pero ¿por qué no nos ataca?.- se preguntó Guerrero Venus.- Se limita a rechazar nuestros ataques como si no fuesen nada.

- Está jugando con nosotros.- respondió Luchadora.- Sabe que no podemos hacer nada contra él y disfruta viendo nuestra desesperacion, viendo como vamos agotando inutilmente nuestra fuerza.

- Se hace más fuerte a cada instante que pasa...- murmuró Sailor Mercurio.

- El huracán está absorbiendo la energía de la Tierra.- explicó Creadora.- Por eso, cada vez es más fuerte. Y su poder seguirá aumentando mientras haya vida sobre el planeta.

- Entonces tenemos que detener ese huracán.- replicó Guerrero Mercurio.

- La pregunta es ¿cómo lo haremos?.- señaló Sailor Marte.

- Yo lo haré.

Todos se volvieron sorprendidos hacia Sailor Saturno, que apretó con firmeza su báculo.

- Mi ataque puede vencer a cualquier enemigo, por poderoso que sea este.- recordó.

- ¡Pero si lo haces... tu también morirás!.- se lamentó Sailor Moon, tratando de incorporarse, sin conseguirlo.- ¡No lo hagas, Sailor Saturno!

- Tengo que hacerlo.- insistió Sailor Saturno.- Si a cambio de mi vida puedo salvar al universo de un final tan terrible como el que ahora le espera... moriré feliz.

Los demás la miraron impresionados y con los ojos llenos de lágrimas y luego bajaron la mirada. Era terrible... pero la sailor tenía razón. Ahora que Sailor Moon y Guerrero Sol no podían unirse, ella era la única esperanza que les quedaba

- ¡Pero esta vez no tendré fuerzas para ayudarte a volver!.- insistió Sailor Moon.

- No importa.- insistió Sailor Saturno.- Mi deber como Sailor Saturno y guardiana de la dimensión del silencio*, es entregar mi vida a defender la Tierra y a mi princesa. Y es lo que voy a hacer.

Sailor Moon no fue capaz de decir nada más, pues las lágimas se lo impedían. Guerrero Sol apretó los puños, tratando de contener el llanto. Todo era por su culpa.

Sailor Saturno avanzó unos pasos y se volvió un poco para mirar a Guerrero Saturno.

- Si no rompemos la unión, tú morirás conmigo.- le dijo.

Él se limitó a sonreir.

- ¿Y llevarte tú sola el mérito?.- se burló.- Ni lo sueñes, pecho plano. Además, si permanecemos unidos, las probabilidades de que lo consigas son más altas.

Ella también sonrió.

- Eres un enano.- replicó ella, mientras se volvía hacia Caos.- Pero como es necesaria la mayor fuerza posible, por esta vez aceptaré tu ayuda.

Se miraron el uno al otro y avanzaron unos pasos con decisión hacia Caos, que les miró con burla.

La sailor extendió el brazo, agarrando con fuerza el báculo.

- ¡Caos, no permitiré que destruyas nuestro planeta!.- gritó la sailor.- ¡Yo te venceré!

Guerrero Saturno estiró su brazo y agarró tambien con determinación el báculo, con mirada decidida. Los demas guerreros los miraban, con los ojos llenos de lágrimas, sabiendo el desenlace fatal del ataque.

Golpearon el suelo con el báculo y empezó a formarse un remolino de energía.

- ¡Golpe de...!.- gritaron los dos al mismo tiempo.

- ¡Cometa!.- gritó Luna, viendo como el gato se lanzaba al remolino.- ¡Cometa, no seas insensato, vuelve aquí! ¡No puedes hacer nada!

Pero Cometa ya no la oia, casi estaba en lo ams alto del remolino, arrastrado por la fuerte corriente.

- ¡Pero será... idiota!.- gruñó Luna, con los ojos llenos de lágrimas.- ¡Lo van a matar!

- Tal vez eso sea lo que él desea...- murmuró Artemis.- Expiar su culpa... con su vida.

Caos frunció el ceño. Ese ataque era muy poderoso. Demasiado.

- ¡Sailor Saturno!.- gritó Sailor Moon, mientras lágrimas resbalaban por sus mejillas.- ¡No lo hagas, por favor!

Guerrero Sol apretó los puños y cerró los ojos con fuerza, tratando de no llorar, mientras los remordimientos y la tristeza recorrian toda su alma.

Sailor Saturno giró la cara y les miró, con una sonrisa.

- Me ha gustado conoceros.- murmuró.- Cuando nazca Chibiusa, habladle de mi.

- ¡Hotaru!.- gritó Sailor Urano, llorando.

Sailor Saturno volvió a mirar al frente ya pretó aun más el báculo.

- ¡... silen...!

La sailor no pudo terminar la frase, pues ene se momento escupió sangre y un fuerte dolor recorrió su cuerpo, haciendola perder el control del báculo y caer al suelo.

- ¿¡Pero qué...!?.- gritó Guerrero Neptuno.

Caos estaba al lado de la sailor, con expresión autosuficiente... y con Guerrero Saturno en su mano, agarrandole del cuello, a varios centimetros de altura. Una terrible herida sangraba en el abdomen del joven guerrero.

- ¡¡¡Guerrero Saturno!!!.- sollozó Sailor Moon, desde el suelo.

- Creeis que una vez os habeis unido sois muy poderosos, ¿verdad?.- murmuró Caos.- Pues permitid que os diga una cosa: eso solo os hace más vulnerables. Una vez habeis unido vuestras fuerzas, todo lo que le haga a uno, lo sufren ambos. Os venceré en la mita de tiempo. Y primero acabaré con él.

- ¡¡¡¡RICARDO!!!!- gritó Guerrero Urano, tratando de acercarse, pero Sailor Urano le detuvo.

Caos atravesó el pequeño cuerpo del guerrero con la mano. Los dos guerreros Saturno aullaron de dolor.

- ¡¡¡NOOOO!!!.- gritó Guerrero Sol, tratando de incorporarse, en vano.

El brillo de los ojos de Guerrero Saturno fue desapareciendo lentamente, hasta que ya no quedó nada. En ese instante, el traje de Sailor Saturno volvió a su aspecto normal.

- Ri... Ricardo...- murmuró Sailor Saturno, con los ojos llenos de lágrimas por el dolor y la pena.

- Uno menos.- se limitó a decir Caos, mientras lanzaba el cuerpo sin vida del guerrero a un lado y luego se acercaba lentamente al de Sailor Saturno, que, todavía con dolores, trataba de incorporarse.- Y ahora...

- ¡¡HOTARU!!.- gritaron Sailor Plutón, Urano y Neptuno al mismo tiempo.

Caos extendió la palma de su mano hacia la sailor indefensa.

- ¡¡No, por favor!!.- gritó Sailor Moon.

Un fuerte rayo salió disparado hacia la sailor, a la que alcanzó de pleno.

- ¡¡NOOO!!.- gritó Sailor Moon.

Caos miró con satisfacción el cuerpo sin vida de la sailor y se volvió hacia los demas.

- Dos menos.- se limitó a decir.- ¿Quién quiere ser el siguiente?

- ¡Maldito seas!.- gritó Sailor Urano.- ¡Viento...!

- ... Mortal!.- terminó Guerrero Urano!

Tras ellos, los guerreros Neptuno y Plutón.

- ¡Puerta...!

- ¡... Destructora!

- ¡Tifón...!

- ¡... Fugaz!

Los tres terribles ataques se dirigieron hacia Caos rápidamente, pero este, como toda respuesta, los esquivo y, casi al mismo instante, lanzó seis bolas de fuego que atravesaron a los guerreros sind arles apenas tiempo a terminar el ataque.

- ¡¡¡NOOO!!!.- gritó una vez más Sailor Moon.- ¡Chicos! ¡No!

Guerrero Sol contempló horrorizado como caían al suelo los cuerpos sin vida de sus amigos.

- Ya solo quedais trece.- dijo Caos.- Acabo de matar a nueve de vuestros amigos en unos pocos minutos. ¿Empezais ya a ser conscientes de quien tiene el poder aquí?

- Vicki... Tim... Raquel...- murmuró Sailor Moon, apretando los puños, mientras miraba los cuerpos sin vida de sus amigos.- Sergio... Luis... Carlos...

- Creo que lo mejor sería acabar contigo...- murmuró Caos mirando a Sailor Moon.- Me encanta ver tu sufrimiento cuando tus amigas caen ante mi poder, pero... la última vez conseguiste recuperarte a tiempo... y no me gustaría que eso volviese a ocurrir.

Las sailors se miraron unas a otras, preocupadas y luego asintieron en silencio, mientras se ponían alrededor de la sailor, seguidas de los guerreros, incluyendo a un todavía débil Guerrero Júpiter.

- ¡Espera!.- lo llamó Guerrero Sol.- ¿Dónde vas? ¡Aun no estas recuperado!

Pero Guerrreo Jupiter no respondió, sino que se limitó a reunirse con sus compañeros. Guerrero y Sailor Venus crearon un escudo protector alrededor de la sailor, del Guerrero Sol y las Stars.

- No permitiremos que mates a Sailor Moon.- afirmó Sailor Mercurio.

- Es nuestra amiga.- confirmó Sailor Marte.

- ¡No dejaremos que te acerques a ella!.- gritó Sailor Venus.

Caos, como toda respuesta, empezó a reirse a carcajadas.

- ¡Pobres ilusos!.- se burló.- ¿odavía creeis que podeis hacer algo contra mi?

- Riete cuanto quieras.- replicó Guerrero Mercurio, con tono completamente neutro.- Pero veremos si cuando tu cuerpo corrupto y putrefacto caiga al suelo, todavía mantienes esa apestosa sonrisa en tu repugnante cara.

- ¿¡Cómo te atreves, maldito gusano?!.- gritó Caos, apretando los puños con rabia.- ¡Ahora vereis! ¡Argh!

Decenas de poderosos rayos salieron de las manos de Caos hacia los guerreros. Antes de que estos llegasen, las sailors miraron con una dulce sonrisa a Sailor Moon y se agarraron las manos, mientras los guerreros obsequiaron a Guerrero Sol con una mirada de confianza y cerraron los ojos. Unas fuertes luces salieron de ellos y rodearon al escudo que protegía a los demás.

- Tienes que derrotar a Caos, Sailor Moon.- dijo Sailor Marte.

- Contamos contigo.- señaló Guerrero Venus, guiñándole un ojo a Guerrero Sol.

- Debes impedir que nuestra muerte sea en vano.- asintió Guerrero Júpiter.

- Lo hiciste una vez y puedes volver a hacerlo.- murmuró Sailor Venus.

- Puedes hacerlo.- insistió Sailor Mercurio.

- Podeis hacerlo.- puntualizó Guerrero Marte.

- El mundo depende de vosotros.- concluyó Guerrero Mercurio, un instante antes de que varios de esos rayos de luz lo alcanzasen.

Ante los ojos de Sailor Moon y Guerrero Sol, sus amigos fueron cayendo ante ellos, tras recibir el potente impacto de los rayos de Caos.

El primer día que se conocieron. El día en la playa. El baile en la casa de Luis. El concierto. La fiesta de difraces. El ratón. El día de San Valentín. La boda. Las batallas... las imágenes se sucedieron rápidamente unas a otras, mientras las imágenes de sus amigos, sonrientes, se iban alejando.

-¡¡¡¡¡¡ NOOOO!!!!!.- gritó Sailor Moon, cayendo al suelo horrorizada, al ver los cuerpos sin vida de sus amigos.- ¡No, por favor, no podeis morir! ¡No os vayais, no me dejeis sola! ¡Amigos, por favor! ¡No os marcheis!... no os marcheis... por favor...

- ¡Maldito seas!.- gritó Guerrero Sol, empuñando su espada y tratando de levantarse.- ¡Jamás te perdonaré! ¡Vas a morir!

Como toda respuesta, Caos lanzó otro ataque más contra el guerrero, pero cuando parecía que iba a alcanzar a este de forma inevitable, el ataque se desvió por el escudo que había a su alrededor.

- ¿¡Qué es eso?!.- gritó Caos.

- Es el último regalo de las sailor y los guerreros.- murmuró Creadora.- Sabían que iban a morir y que cuando lo hiciesen, el escudo protector creado por los guerreros Venus desaparecería, de modo que crearon otro con sus propias energías para que pudiesemos estar protegidos aun despues de su muerte.

Guerrero Sol adelantó una mano y comprobó que podía sacarla del escudo sin problemas.

- Este escudo nos permite salir, pero nada puede entrar.- murmuró, algo sorprendido.- Eso quiere decir que todavía podemos luchar.

- ¿Creeis que el escudo aguantará hasta que Guerrero Sol y Sailor Moon recuperen fuerzas?.- aventuró Curadora.- No sabemos cuanta fuerza tiene el escudo, pero Caos cada vez es más poderoso, seguramente es cuestión de tiempo que acabe reuniendo el suficiente poder como para romper el escudo.

- ¿Acaso tenemos otra opción?.- se lamentó el Señor del Antifaz.- Ninguno de nosotros tenemos la fuerza que tenían los guerreros y las sailors cuando unían sus fuerzas y ya habeis visto lo fácilmente que les ha derrotado.

- Mierda...- maldijo Guerrero Sol en voz baja, mientras se caía al suelo, incapaz de mantenerse por más tiempo sobre sus piernas.

Pero Sailor Moon no les escuchaba. Estaba llorando sin parar, agarrandose las piernas con desesperación.

- Chicas... no os vayais...- murmuraba.- No me dejeis sola... por favor...

- ¡Sailor Moon, tienes que reaccionar!.- la llamó el Señor del Antifaz, agarrandola suavemente, pero con firmeza, de los hombros.- Ellas han muerto para que nosotros, para que tú, pudieses salvar al mundo. Ers la unica posibilidad que nos queda. Tienes que reaccionar, debes recuperarte para unirte a Guerrero Sol antes de que Caos pueda...

- ¡¡¡¡ARGHHH!!!

Un poderoso rayo salió de las manos de Caos y salió disparado hacia el escudo protector.

- ¡¡¡Cuidado!!!.- gritó Luchadora, cubriendose con un brazo, mientras el Señor del Antifaz hacía lo mismo con la capa, tapando tambien así a Sailor Moon.

Se produjo una gran explosión que hizo temblar toda la dimensión, levantando una gran polvareda que impedía ver nada de lo que ocurría alrededor.

- ¡Sailor Moon, ¿te encuentras bien?!.- preguntó el Señor del Antifaz.

- Creo... creo que si...- murmuró la Sailor, aun con los ojos llorosos.- ¿Qué ha... oh, no!!!

El señor del antifaz vio como Sailor Moon miraba horrorizada detrás de él y se apresuró a girarse.

Detrás, con una gran sonrisa de satisfaccion aunque algo cansado, estaba Caos y en sus manos, agarrado por el cuello, se encontraba Guerrero Sol, incapaz de defenderse.

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