CAPÍTULO 38: Sailor Moon y Guerrero Sol contra Caos. ¿Qué hay después del Guerrero Eterno?.

- ¡Guerrero Sol!- gritó el Señor del Antifaz, horrorizado.

Caos mantenía en alto al guerrero, sujeto del cuello mientras este, todavía débil, trataba de aflojar la presión de la mano con las suyas.

- ¡Suéltale!.- suplicó Sailor Moon.- ¡Es a mi a quien quieres matar! ¡Déjale!

Caos ni siquiera se molestó en bajar un poco el brazo.

- Él es tu mitad en la batalla.- murmuró, clavando sus ojos en los de él, que lo observaban, desafiante.- Si le mato a él, ya no supondrás un peligro para mi, porque tu fuerza jamás será equiparable a la mía. Y podré disfrutar viendo cómo sufres por la muerte de tus amigos.

- No... te saldrás... con la tuya...- trató de decir Guerrero Sol, sin apenas aire.

- Ya lo he hecho.- replicó Caos.- Despídete de tus...

- ¡Láser Estelar!

El ataque alcanzó a Caos en los ojos, pero esto no pareció importarle demasiado.

- ¿Todavía crees que puedes hacer algo?.- replicó Caos.- Ni siquiera merecería la pena matarte si no fuese por el sufrimiento que eso le provocaría a Sailor Moon. No eres rival para mi y jamás lo serás.

- Maldita sea.- gruñó Luchadora.- ¡Tenemos que hacer algo!

- La otra vez pudimos vencerle por la intervención de Galaxia y Chibi-Chibi.- murmuró Creadora.- Pero ahora nuestra única esperanza era que ella y Guerrero Sol unieran fuerzas. Pero si él muere...

El Señor del Antifaz se puso en pie con determinación.

- Señor del Antifaz...- murmuró Sailor Moon, entre sorprendida y preocupada.- ¿Qué... qué vas a hacer?

- No lo sé.- respondió él, con sinceridad.- Pero tengo que hacer algo, no puedo quedarme con los brazos cruzados*. Alex es mi mejor amigo... y el resto de mis amigos han sido asesinados por Caos... no puedo permitir que a vosotros os ocurra lo mismo... el mundo depende de nosotros... no puedo quedarme sin hacer nada.

- ¡Pero no puedes luchar contra Caos!.- exclamó Curadora.- ¡No tienes poder suficiente!

- Pero tengo que intentarlo.- insistió él, aferrando con fuerza su bastón.

- ¡No, Señor del Antifaz!.- lloró Sailor Moon, todavía en el suelo.- ¡No vayas, te matará!

- Es necesario.- se limitó a decir él. Giró la cara ligeramente y le ofreció una tierna sonrisa.- No te preocupes: nos volveremos a ver. Estoy seguro.

Apenas hubo terminado de decir esto, se lanzó corriendo contra Caos.

- ¡¡Señor del Antifaz!!.- lloró la Sailor.

Caos vio acercarse rápidamente al Señor del Antifaz.

- Vaya, un suicida.- murmuró, mientras extendía su mano libre.

- Ar... Armando... no lo... hagas...- balbuceó Guerrero Sol.

- ¡Caos, enfréntate a mi!.- gritó el Señor del Antifaz, lanzando una rosa y empuñando su bastón*.

- No mereces la pena.- replicó Caos.

La rosa arañó la mano de Caos justo cuando de ella salía un rayo de energía que atravesó al Señor del Antifaz.

- ¡¡SEÑOR DEL ANTIFAZ!!.- gritó Sailor Moon.- ¡¡¡ARMANDO!!! ¡¡¡NOOOO!!!

Los viajes en moto. Los besos en la intimidad de un parque. Las regañinas por suspender los exámenes. Las sonrisas.

- ¡¡NO, ARMANDO!!.- lloró Sailor Moon.

- ¡¡¡¡ARMANDO!!!!.- logró gritar Guerrero Sol.

De pronto, el cristal de plata que Sailor Moon llevaba en el pecho y el sol que llevaba Guerrero Sol empezaron a desprender una fuerte luz.

- ¿¡Qué es esto?!.- gritó Caos, que se vio obligado a soltar el cuello del guerrero.- ¿¡Qué es esa luz!?

"Ha llegado el momento"

- ¿¡Que es esa voz?!.- exclamó Curadora.

Guerrero Sol y Sailor Moon miraron sus broches, sorprendidos.

"Unid vuestras fuerzas, guerreros, y destruid el mal que amenaza la Tierra"

- ¿Es... es el Cristal de Plata quien habla?.- murmuró Sailor Moon.

- Parece la voz de nuestra madre.- señaló Guerrero Sol. De pronto se dio cuenta de algo: ya no se sentía cansado, ni débil, ni herido. Se encontraba mejor que nunca, sentía que podía derrotar a cualquiera.

"Unios y salvad el mundo"

Guerrero Sol miró a su alrededor y contempló los cuerpos de sus amigos, detendiéndose especialmente en el de Sailor Júpiter. Apretó los puños y se levantó con decisión.

Sailor Moon hizo lo mismo y, sin prisa, se fueron acercando el uno al otro.

- ¡No!.- aulló Caos.- ¡No os lo permitiré!

Lanzó un rayo contra los guerreros, pero algo lo desvió. Guerrero Sol y Sailor Moon miraron sorprendidos al que les había protegido. Ante ellos estaba un joven de cabellos plateados y gesto decidido, en posición de combate. En su frente brillaba una luna.

Guerrero Sol lo reconoció enseguida.

- Cometa...- murmuró, sorprendido.

- Guerrero Sol, tienes que unirte a Sailor Moon.- murmuró Cometa, sin quitarle el ojo de encima a Caos.- He cometido muchos errores en mi vida y uno de ellos provocó una de las mayores catástrofes de la historia. No pienso permitir que se repita.

- Pero...- murmuró Sailor Moon.

- ¡No hay peros!.- gritó Cometa.- Unir vuestras manos y concentraros. Cerrad muy fuerte los ojos y no hagáis ningún caso de lo que oigáis a vuestro alrededor. Es la única posibilidad.

- ¡Pero si haces eso, tú mori...!.- empezó Sailor Moon, pero una mano se apoyó en su hombro. Se giró, y vio a Guerrero Sol, que miraba con decisión y admiración a Cometa.

- Tenemos que hacerle caso.- murmuró.- Es la única posibilidad.

- Pero...

- No hay peros.- sentenció Guerrero Sol.- Concentrémonos.

Cometa miró fijamente a Caos y este le devolvió la mirada.

- ¿Crees tener suficiente poder para derrotarme, pobre iluso?.- se burló Caos.

- Ni en mis sueños.- admitió Cometa.- Pero tal vez tenga el suficiente para detenerte el tiempo necesario.

Sailor Moon cerró los ojos mientras agarraba las manos de Guerrero Sol. Todavía recordaba el terrible momento de antes: todos sus amigos muriendo ante sus ojos unos tras otros, sin que ella pudiese evitarlo, para acabar cayendo su amado, el único hombre de su vida, Endimion. Trató de contener el llanto. Debía concentrarse e ignorar el exterior, debía unirse a Guerrero Sol.

Fuera oyó explosiones.

Debía concentrarse en hallar la fuerza de Guerrero Sol y unirla a la suya.

Unos gritos.

Vio una luz al fondo.

Los gritos aumentaron de volumen. Debía ignorarlos.

Se acercó a la luz. Si extendía la mano, tal vez pudiese tocarla.

De pronto, los gritos dejaron de oírse.

"¡Debo ir", pensó Sailor Moon, se dio la vuelta y alguien la agarró del brazo con suavidad, pero firmemente.

"No"

"Pero..."

"Ahora hay que hacer esto. Es lo único que puedes hacer"

"... está bien"

Caos miró el cuerpo sin vida de Cometa. Sin duda, había luchado bien. Aunque jamás habría logrado derrotarle, lo cierto es que había ofrecido mucha resistencia.

Pero ahora ya estaba muerto, sólo le quedaba matar a Sai...

Se produjo una potentisima explosión en el lugar donde estaban Sailor Moon y Guerrero Sol. Una explosión como jamás había visto Caos. Ni siquiera en su dura batalla contra Galaxia, Caos había visto esa liberación de energía. Salió despedido por la onda expansiva, arrastrado varios metros.

Las Stars no sufrieron mejor suerte y también salieron disparadas y sintieron como si les hubiesen caído encima varias toneladas de acero.

Caos se levantó tan pronto pudo y miró lo que había ante él: con una ligera luz que los envolvía, Sailor Moon y Guerrero Sol le contemplaban con firmeza. Eran ellos pero... pero parecían distintos. Sus ropas habían cambiado: Sailor Moon ya no llevaba su espada, sino un largo báculo terminado en tres esferas de cristal. De la esfera central salían unas alas y en la última de las esferas había un brillante destello. Sus largas botas se habían convertido en unos zapatos brillantes de color azul celeste del que salían unas alas. La capa que llevaba dejaba ver un vestido azul con dos esferas brillantes con alas. En su frente, había una diadema de pequeñas perlas que se unían en el centro con una estrella. (nota de la autora: este vestido aparece en el tomo 18 de Sailor Moon, siendo el que lleva la supuesta nieta de Bunny y que sería la última evolución de Sailor Moon)

Guerrero Sol, por su parte, seguía llevando una espada, pero esta ahora tenía una esfera en el mango iguales a las de Sailor Moon en el báculo y de la empuñadura de la espada asomaban unas alas, iguales a las de sus botas, que ahora eran más bajas. Su capa ondeaba al viento* y bajo ella se podía ver un traje militar con un ancho cinturón con la esfera alada y brillante, igual que la que llevaba en el lado izquierdo del pecho. En su frente ya no estaba el símbolo del sol, sino una estrella.

- Ríndete, Caos.- murmuró Guerrero Sol, con voz gélida.- Y arrepiéntete de tus pecados. Vas a morir.

Caos apretó los puños.

- ¡Jamás!.- gritó, alzando un brazo.- ¡Esto no cambia nada! Sólo hace que la batalla vaya a durar más. ¡Argh!

De la mano de Caos salió un poderoso rayo que se dirigió rápidamente hacia Sailor Moon y Guerrero Sol.

Las Stars se levantaron a duras penas, tratando de no quejarse por el dolor de sentir que todos los huesos de tu cuerpo se han convertido en simples migas de pan. Alzaron la mirada y observaron la escena que ante ellas se dibujaba.

- Vamos a asistir a la batalla que decidirá el destino del universo.- murmuró Luchadora.

Los guerreros esquivaron el ataque que les había lanzado Caos y luego unieron sus mano libres, apuntando con la espada y el báculo con las otras, a Caos.

- ¡¡Estrella...!.- gritó Guerrero Sol.

- ¡... de la Luna!.- completó Sailor Moon.**

Un potente rayo de energía de color azul claro salió despedido a toda velocidad de la espada y el báculo de los guerreros y alcanzó a Caos, que salió catapultado hacia atrás.

- Ríndete, Caos, no puedes contra nosotros.- murmuró Sailor Moon.- No hagas esto más difícil.

- ¡Cállate!.- gritó Caos.- ¡Nadie puede vencerme! ¡Soy el ser más poderoso del universo!

Se lanzó contra Sailor Moon cargado de rabia, pero la espada de Guerrero Sol se interpuso, haciéndole un profundo corte en el hombro.

- Si quieres que tu final sea rápido e indoloro, no insistas.- murmuró Guerrero Sol con voz gélida, empuñando con firmeza su espada, mirando fijamente a los ojos de Caos.- Deja que Sailor Moon te purifique, regresa al corazón de los hombres o, simplemente, desaparece. Pero haz que las cosas sean más fáciles para todos.

Caos apretó los puños, con rabia. Era consciente e que las cosas habían cambiado. No tenía ninguna posibilidad contra Sailor Moon y Guerrero Sol. Su fuerza había superado a la suya y por mucho que se empeñase, nada lograría.

- Todo este esfuerzo...- murmuró Caos.- Todo este tiempo luchando... para nada... encerrado en un cuerpo, luchando por salir... herido de muerte... todo el esfuerzo... no ha servido de nada... no... no...¡¡¡NO LO PERMITIRÉ!!!

Caos alzó los brazos con furia y de sus manos empezó a salir una bola de energía como jamás habían visto Sailor Moon y Guerrero Sol*.

- ¡¡SI YO NO PUEDO TENER ESTE MALDITO MUNDO, NADIE LO TENDRÁ!!.- gritó Caos.- ¡¡LO DESTRUIRÉ!! ¡¡DESTRUIRÉ TODO!!

- ¡NO, NO LO HAGAS!.- gritó Sailor Moon.

- ¡¡ESTAS LOCO!!.- exclamó Guerrero Sol, mientras se lanzaba contra Caos, empuñando su espada, pero una fuerza de energía invisible le catapultó hacia atrás.

- Me habéis derrotado.- murmuró Caos, mientras iba aumentando cada vez más el tamaño de la bola de energía.- Pero si yo no puedo tener este planeta ¡nadie lo tendrá!. Y si tengo que morir en el intento, ¡lo haré!

- ¡Caos, no lo hagas!.- suplicó Sailor Moon.

Pero Caos la ignoró. Se acercó a la apertura que comunicaba la dimensión inestable con la Tierra, mirándola con rabia.

- Todos sus habitantes morirán.- murmuró Caos.- Y vosotros podréis presenciarlo justo antes de quedar encerrados en esta dimensión para siempre.

- ¡¡NO, POR FAVOR!!.- gritó Sailor Moon.

- Es... es el fin.- murmuró Creadora.

- Todo lo que hemos hecho no ha servido para nada.- se lamentó Curadora, girando la cara, llena de lágrimas.

Luchadora apretó los puños, mirando a Caos, Guerrero Sol y Sailor Moon.

- "Sailor Moon, tienes que hacer algo".- pensó.- "Sólo tu puedes evitarlo"

Sailor Moon miró desesperada la bola de energía de Caos. En ella estaba poniendo toda su fuerza. Caos moriría en cuanto la lanzase contra la Tierra... pero la Tierra quedaría totalmente destruida. ¿Pero, que podía hacer ella? No tenia fuerza para detenerla, a no ser que...

Una mano agarró la suya. Miró, sorprendida, y vio a Guerrero Sol con una sonrisa.

- Bueno, vamos a tener que dejarnos aquí la vida.- dijo, tratando de parecer alegre.- La única manera de detener esa cosa es creando una igual. ¿Te apuntas?

Sailor Moon esbozó una sonrisa, mientras asentía. Ambos extendieron las manos y empezaron a crear una bola de energía similar a la de Caos.

- Estúpidos.- murmuró Caos.- Nada de lo que hagáis evitará la destrucción de vuestro querido planeta.

Las Stars contenían la respiración.

Caos lanzó con toda su fuerza la bola de energía contra el agujero de comunicación, con Guerrero Sol y Sailor Moon en medio.

Las dos bolas de energía chocaron.

Sailor Moon sintió como era arrastrada varios metros hasta que consiguió frenar. Sus brazos luchaban por ceder mientras la fuerza de voluntad de la sailor les ordenaba permanecer rígidos, sosteniendo su energía. La bola de Caos era muy poderosa. Demasiado. No aguantarían mucho.

No podía mirar a Guerrero Sol, porque temía que si se despistaba tan solo un instante, perdería el control y todo se perdería, pero algo le decía que él lo estaba pasando igual de mal que ella.

-"Tenemos que conseguirlo".- pensó Sailor Moon, apretando los dientes.- "Tenemos que lograrlo. Sino, el mundo se destruirá. ¡Por favor, amigos, ayudadnos! ¡Necesitamos que nos ayudéis!"

En ese momento sintió un calor a su alrededor. No se atrevió a mirar, pero estaba segura de que si lo hubiese hecho, habría visto a sus amigos a su alrededor, dándole la fuerza necesaria. Carola, Amy, Vicki, Tim, Raquel, Ray, Patricia, Hotaru... y también Iván, Dani, Diego, Luis, Carlos, Sergio, Ricardo y Jorge... y justo a su lado, notando su calor, su amor y su ternura, notaba la fuerza de Armando, dándole confianza y poder.

Sintió que Guerrero Sol la miraba y Sailor Moon volvió la cara. El guerrero sonreía.

- No estamos solos.- murmuró, con satisfacción.- Ellos están con nosotros. Vamos a acabar con esto de una vez.

Ella asintió sonriendo también y luego miró al frente, con determinación.

Se produjo una gran explosión que hizo temblar a todo el universo.

Luna y Artemis vieron como una potente luz entraba por el agujero y luego este se iba cerrando poco a poco.

- Bunny...- murmuró Luna, con los ojos llenos de lágrimas.

Sailor Moon sentía como si estuviese en una nube, flotando en el cielo. Se sentía a gusto, tranquila.

"Serenity"

Abrió los ojos. ¿Quién la llamaba?

Miró a su lado. Estaba su hermano, Prometeo, que parecía tan confuso como ella.

"Serenity, Prometeo. Abrid los ojos"

Los dos hermanos se miraron, extrañados. Ante ellos, a varios metros, vieron una figura luminosa. Era una hermosa mujer, de cabellos plateados y una brillante luna en la frente.

- Madre...- murmuró Prometeo, algo sorprendido.

"Hijos, habéis logrado salvar al mundo"

- ¿Dónde está Caos?.- se aventuró a preguntar Sailor Moon.

"Caos, en su afán por destruir la Tierra, se desintegró a si mismo".- explicó la Reina.- "No volverá a molestaros nunca más"

- ¿Y nosotros?.- preguntó Prometeo.

"En la batalla, vuestros cuerpos también fueron destruidos"

- ¿Eso quiere decir que... hemos muerto?.- murmuró Sailor Moon.

"Si"

Los guerreros agacharon las cabezas, apesadumbrados.

"Sin embargo..."

Los dos hermanos alzaron la mirada, sorprendidos.

"El cristal de Plata y el medallón del sol han reunido un gran poder, un poder como jamás han tenido. Lo han obtenido de vuestro valor, de vuestro coraje y de vuestro amor. Y por ello quieren recompensaros"

Contuvieron la respiración.

"Volveréis a la vida".- explicó la Reina.- "Y seguiréis luchando por la Tierra, por el amor y por la Justicia"

Alzó una mano y una suave y envolvente luz empezó a surgir de ella.

"Id, hijos".- se despidió la Reina.- "Y continuad así"

La luz les cegó por completo y dejaron de oír la voz de su madre.

Poco a poco esa luz empezó a disiparse y se vieron en lo alto de uno de los edificios de la nave industrial, uno frente al otro.

Se miraron sorprendidos durante unos segundos.

- Hemos... hemos vuelto...- murmuró Guerrero Sol.

Sailor Moon asintió ligeramente y miró el cristal de plata. Ahora tenía la forma de una brillante estrella. Guerrero Sol miró su medallón y vio que este también había cambiado y ahora tenía la forma de una estrella.

Sin embargo, ninguno de los dos fue capaz de sonreír. El recuerdo de...

- Sailor Moon.

Se giraron sorprendidos. Detrás de ellos vieron a todos sus amigos, que les miraban sonrientes.

- Chicos...- murmuró Sailor Moon sorprendidos.

El Señor del Antifaz se abrió paso entre los demás. Sailor Moon sintió cómo se le llenaban los ojos de lágrimas y corrió a sus brazos.

- ¡Armando!.- lloró al abrazarle.

- El Cristal de Plata y el Medallón del Sol también nos devolvió a la vida a nosotros.- explicó el Señor del Antifaz, devolviéndole el abrazo a Sailor Moon.

- A todos nosotros.- señaló Luchadora, con una gran sonrisa.

Guerrero Sol parpadeo un par de veces, sorprendido.

- Pero... entonces...

- Sí.

El guerrero sintió como se le paralizaban todos los músculos y se le helaba la sangre. Con esfuerzo, se fue girando lentamente. Detrás de él, con una dulce sonrisa, estaba Sailor Júpiter.

- Sí, repitió ella.- Yo tam...

Pero no pudo terminar la frase, porque él la abrazó con tal fuerza que la dejó sin habla. Las lágrimas resbalaron por las mejillas del guerrero, incapaz de pronunciar palabra.

Ella sonrió y le devolvió el abrazo.

Luna, mientras tanto, trataba de despertar a Cometa, que había vuelto a su forma felina.

- Cometa, despierta.- insistió Luna, dándole unos golpes con la pata.- Ya todo ha terminado, ¡levántate de una vez!

Cometa abrió los ojos, algo atontado.

- ¿Qué ha pasado?.- murmuró, mientras empezaba a incorporarse.

- La batalla ha terminado.- explicó Artemis.- Logramos destruir a Caos y salvar la Tierra.

- Oh.- se sorprendió Cometa.- ¿Y yo no he muerto?

- Sí lo hiciste.- afirmó Artemis.- Pero el Cristal de Plata y el Medallón del Sol te devolvieron a la vida.

- Fuiste muy valiente, Cometa.- murmuró Luna.- Salvaste la batalla.

- ¿En serio?.- se extrañó Cometa. Luego sonrió.- Vaya. ¿Y eso no merece un buen pol...?

Un zarpazo de Luna le calló.

- No sobrevalores tu buena suerte.- replicó Luna, con una vena hinchada.

- ... ya... decía yo...- murmuró Cometa, con lágrimas en los ojos.

Unas hojas de un cerezo cayeron sobre la manta que estaba estirada en el suelo, mientras sus ocupantes reían y charlaban animadamente.

- Y dime, Seiya, ¿cuando volvéis a vuestro planeta?.- preguntó Luis, mientras le pasaba educadamente un sándwich de queso.

- Seguramente esta tarde.- respondió Seiya.- Nos hemos quedado para poder venir al Sakura, la otra vez nos lo perdimos (nota de la autora: el Sakura es una celebración japonesa que, si no me equivoco, se celebra cuando los cerezos han florecido. Consiste en irse a un parque lleno de cerezos en flor y comer y beber)

- Pero no os podéis ir sin haber grabado un nuevo disco.- lloró Dani.- No podéis hacer eso a vuestros fans. ¡Yo podría colaborar!

- Ya os dijimos que esta vez no grabaríamos nada de música.- gruñó Yaten, mientras le daba la mitad de su bocadillo a Luna.

- Jo.- lloró Dani.

- ¿No podríamos mantener el contacto de alguna manera?.- preguntó Bunny, algo entristecida.- Me gustaría que vinieseis a nuestra boda.

Yaten y Taiki miraron de reojo a Seiya, pero este sonreía.

- Bueno, seguro que a la princesa se le ocurre alguna manera.- respondió, tranquilamente.- Ya os avisaremos.

Mientras, Alex y Patricia se miraban el uno al otro embelesados.

- ¿Sabes, Patricia?.- empezó Alex.- Me alegro de que todo haya terminado. No por haber salvado al mundo y ser unos héroes y todo eso, sino porque...

- ¡¡¡¡¡AAAALEEEEEEEX!!!!!

Alex palideció justo cuando llegó Amalia, que se le tiró al cuello rápidamente.

- ¡Hola, amorcito!.- dijo ella, radiante de felicidad.- ¡Cuánto tiempo sin vernos! ¡Osea, que bien que hayamos concidido en el mismo parque? ¿No es genial?

De pronto, Amalia vio a Patricia.

- Alex, tesorín, ¿qué hace ella aquí?.- murmuró Amalia, frunciendo el ceño.

- Celebro el Sakura con ella.- respondió Alex, esbozando una gran sonrisa de satisfacción.- Es lo normal en una pareja de novios.

La cara de Amalia pasó por todos los colores. Primero blanco, luego amarillo y finalmente rojo.

- ¿¡Cómo que tu novia?!.- gritó Amalia.- ¿¡Desde cuándo?!

- Desde que volví a nacer.- respondió Alex, mirando embelesado a Patricia, que se ruborizó.

- ¡Muy bien, pues que sepas que me voy!.- gritó Amalia, poniéndose en pie y alejándose unos pocos pasos.- ¡Y no vuelvas a llamarme!

- Si insistes...- respondió Alex, mientras se acercaba a Patricia y la besaba tiernamente.

Amalia se fue, hecha un mar de lágrimas y furia. Bunny abrazó a Armando, mirando a todos sus amigos.

- ¿No te parece que es el mejor Sakura de nuestra vida, Armando?.- murmuró.- Estamos todos juntos y hemos conseguido salvar al mundo. Caos no volverá a molestarnos nunca mas y es sólo cuestión de tiempo que todos tengan a su amado a su lado. Y también es cuestión de tiempo que nosotros nos casemos, ¿verdad?

- Claro, Bunny.- respondió Armando, abrazando con cariño a su novia.- En cuanto tengamos todo solucionado.

- ¡Pero Armando...!

Desde el cielo, parecían un grupo más de amigos: una pareja enamorada besándose, otra discutiendo, otros preparando su futuro romance... pero tras ese aspecto inocente, se escondían los que habían salvado al mundo de su destrucción.

FIN

Nota de la autora: ¡¡¡Bieeeenn!! ¡Por fin lo he terminado!! Bueno, sé que el final es sospechosamente parecido al de la primera parte de Sailor Moon pero espero que no os haya defraudado demasiado ^^UU... Muchas gracias a todos los que han leído el fanfic hasta el final y perdonar que haya sido tan lenta en escribirlo (¿cuánto he tardado? ¿dos años?). Espero que os haya gustado leerlo tanto como a mi escribirlo. Ya sabéis a donde podéis escribirme para vuestros comentarios. Espero que Himitsu no Senshi Warrior Sun, la continuación de esta historia que espero empezar a escribir en poco tiempo, os guste tanto como esta :)