CAPÍTULO 27: El cortejo de la ballena asesina. ¡Nuestros antepasados nos atacan!
- ¿¡Qué quiere decir eso de que nadie nos quiere contratar?!.- aulló Dani, con lágrimas en los ojos.
Habían pasado un par de días desde que lucharon contra el último monstruo enviado por Protech. A decir verdad, en esos dos días no habían hecho otra cosa que dormir, recuperándose de la agotadora noche de Fin de Año.
Ahora se encontraban en el viejo almacén, ensayando, con la compañía de Luna, Artemís y Cometa (que no se fiaban demasiado de Patricia y Alex y habían acudido a vigilarles). Pero acababan de recibir muy malas noticias...
- Como lo oyes.- respondió Iván con su habitual tono neutro.- Teneis tal fama de gafes que nadie está dispuesto a correr el riesgo de contrataros.
- ¡Pero si sólo fue mala suerte!.- sollozó Dani.
- Eso a mi no me lo cuentes. Yo sólo soy vuestro manager.
Dani se puso de cuclillas, muy triste.
- Los Stars Lights son unas chicas extraterrestres, nadie nos quiere contratar... ¿no me va a salir nada bien en la vida?
- ¡HOLAAAAA!
Como impulsado por un resorte, Dani se puso en pie al escuchar la melodiosa voz de Carola.
- ¡Carola!.- dijo, con corazones en los ojos.
- ¡Dani!.- respondió ella, en el mismo tono pasteloso y rodeada de corazones.
- Realmente, eres lo único bueno que hay en mi vida.- dijo él, sonrojandose casi de inmediato, pero sin dejar de mirarla y agarrando sus manos como si fuesen un tesoro, mientras ella volvía la cara, ruborizada y con una gran sonrisa.
- ... ¿van a estar babeando mucho rato?.- gruñó Alex.
- Puede ser.
Se volvieron y en ese instante vieron entrar a Ray, Amy, Bunny, Hotaru, Tim y Vicki, que había sido la que había pronunciado esas palabras. Sin perder demasiado tiempo, Vicki lanzó a Luis una sugerente mirada, que por supuesto fue devuelta, haciendo que Alex sintiese ganas de vomitar.
Asqueado, optó por mirar a otro lado... y vio a Tim y a Carlos esquivándose el uno al otro, rojos como tomates. Desde luego, el mundo se había vuelto loco desde que habían descubierto sus identidades...
- ¡Armando!.- gritó Bunny, llena de alegría y lanzandose en brazos de su novio.- ¡Estamos aquí, para hacer la reunión!
- ¿Reunión?.- se extrañó Armando.
- Bueno...- intervino Amy, cerrando el libro que estaba leyendo y dejándolo apoyado en una de las cajas que había.- Ya que ha quedado a la luz quien es quien y necesitabamos un lugar lo suficientemente grande para poder reunirnos todos, hemos pensado que este sería el mejor lugar, ya que, realmente, es aquí donde pasamos más tiempo.
Se miraron unos a otros, extrañados (menos Dani, que seguía babeando con Carola, e Ivan, que nunca se extrañaba por nada)
- A mi me parece buena idea...- intervino Luna, bajándose del estante en el que estaba.- Podemos empezar en cuanto lleguen Diego, Ricardo y los Three Lights.
- ¡¡¡¡CHTSSSSS!!!!.- hicieron todos los chicos a la vez, pero ya era tarde. Dani, al oir el nombre de sus ídolos, recordó todo lo pasado. Sus ojos se llenaron de lágrimas rápidamente y, corriendo, se fue a un rincón a lamentar su suerte, mientras Carola corría a consolarlo.
-... perdón...- dijo Luna, mirando el patético espectáculo que estaba dando Dani, mientras una gota de sudor resbalaba por su cabeza.
- Es que no tienes sentimientos.- la regañó Cometa.- Le has abierto las heridas.
- Si no hubiese sido por ti, no habría heridas.- gruñó Luna.
- Bueno, hablando de otra cosa.- les interrumpió Ray, tratando de cambiar de tema.- ¿Dónde están Diego y Ricardo?
- Le llevó a comprar algo de comer.- explicó Alex.- Uno necesita alimentarse.
Se volvió rápidamente, esperando oir algún comentario sarcástico por parte de Vicki, pero observó con desagrado que esta estaba demasiado ocupada flirteando descaradamente con Luis. Alex frunció el ceño y Patricia, sonriendo, le puso una mano en el hombro.
- ¿Os habeis cambiado los puestos?.- preguntó con picardía.- ¿Ahora eres tú el que tiene que proteger a Luis de las terribles garras de Vicki?
- Por supuesto.- afirmó Alex.- Hasta ahora no había querido intervenir, porque como ella lo ignoraba no había ningún problema. Pero ha decidido hacerle caso... y eso no puedo permitirlo...
- ... pareceis dos niños...
- Buenos días.- saludó Taiki nada más cruzar el umbral de la puerta.- Hemos traido dos amigos.
En ese momento entró Ricardo, mientras no dejaba de dar saltos emocionado al haber venido en la, según él, despampanante furgoneta de los Three Lights y Diego trataba de pasar desapercibido entre Seiya y Yaten. Ray lo siguió con la mirada.
- Bueno, como ya estamos todos, será mejor que empecemos la reunión.- dijo Luna, con tono solemne.- Empezaremos por...
- ¡Necesito saber si los Three Lights son chicos o chicas!.- imploró Dani, con ojos llorosos. Recibió media docena de coscorrones como respuesta (y que, por supuesto, no hicieron desaparecer su duda)
- ... decía que empezaremos por poner en común lo que sabemos sobre Protech unos y otros.
- Que es malo.- dijo Dani, con gran seguridad.
- Dani, vuelve a decir otra tontería más y te aseguro que te meto la cabeza dentro del tambór de la bateria y después tocaré.- amenazó Alex.
- ... estás un poco irascible últimamente, ¿lo sabías?.- gruñó Dani, mientras, con curiosidad, miraba el libro que momentos antes Amy había dejado.
- Déjalo.- respondió Jorge.- Hoy le invitaré a cenar y ya verás lo bien que se porta mañana
- ... haz eso y tal vez acabemos con un guerrero de menos.
- o con uno más
- ... eso es biológicamente imposible...
- Pero por probar ...
- Bueno...- continuó Amy, sacando su ordenador.- Por lo que hemos podido averiguar, Protech es un destructor de mundos. No los conquista y los destruye para vender como nos dijo Mizard, sino que, al parecer, destruyendo, alimenta su poder, volviéndose cada vez más poderoso.
-... pues con la que organizamos en la calle de Bunny y en la sala de fiestas, debe haber tenido un buen aperitivo...- murmuró Jorge, pensativo.
- Debe tener una base de operaciones en alguna parte aunque desconocemos dónde está ubicada.- continuó Amy.
- Es muy probable que se encuentre en otra dimensión.- señaló Iván.- En caso contrario, serían fáciles de localizar.
- Muy cierto.- asintió Amy.- Además, el enemigo en ocasiones también trata de conseguir energía de los seres humanos, pero no sabemos por qué.
- En realidad, lo hace para canalizar la energía que quedó de Caos.- señaló Alex.- Al menos, eso nos dijo Cometa, que para algo tenía que servir, además de para comerse las sardinas.
- Si, ya me lo había comentado.- asintió Luna, mientras le daba un zarpazo en la cara a Cometa por poner la pata en donde no debía.- No había tenido tiempo para comentarlo.
- No lo entiendo.- intervino Bunny.- ¿Por qué necesitan energía para canalizar energía? ¿No sería más fácil, simplemente, quedarse con la que les roban a las personas?
- No.- respondió Diego, algo ruborizado por tener que hablar en público.- Verás: la energía que quedó de Caos es tremendamente poderosa, más que si absorbiesen toda la de la Tierra. Pero es algo dificil de canalizar por su naturaleza complicada y, evidentemente, caótica. Por ello necesitan de un material especial, que a su vez necesita de energía. Es como cuando se va a pescar: en ocasiones, tienes que usar un pez más pequeño para conseguir uno grande.
- Ah.
- Por desgracia, no hemos podido averiguar más. ¿Y vosotras?
Las chicas bajaron la mirada, alicaidas.
- Pues no es mucho...- murmuró Luis, mientras (para desespero de Alex) abrazaba amorosamente a Vicki.
- Oye, Luna.- intervino Ricardo.- ¿Qué fue lo que pasó la otra noche? Cuando vino Guerrero Plutón, ya sabes.
- Bueno... al estar todos los guerreros y las sailors juntos, vuestra energías, aunque débil, se unió. Cuando eso ocurre, vuestro poder aumenta considerablemente. Las sailors, incluso, obtienen nuevos ataques.
- ¿Por eso nos dijistes que nosotras teníamos más variedad de ataques?.- preguntó Ray.
La gata asintió con seriedad.
- Pero, en ese caso, al haberse ido Sailor y Guerrero Plutón, vuestra fuerza volverá a ser la del principio.- señaló Taiki.
- No, al contrario.- le interrumpió Artemís.- A ver como lo explico...
- Deja paso al maestro, inepto.- dijo Cometa, derribando a Artemís de un rabazo.- Cuando la Reina os mandó a la Tierra hizo que vuestro poder fuese aumentando paulativamente...
- Vaya, Cometa, pero si incluso tiene variedad de vocabulario...- comentó Luna, con sarcasmo.
- Gatita, hay algo en lo que tengo más variedad todavía...- dijo Cometa, guiñando un ojo... y recibiendo dos golpes: uno de Luna y otro de Artemís.
- ¡Bravo, bravo!.- aplaudieron los chicos.
- ¡Sólo por esto, ya merece la pena saber quién es quien!.- exclamó Ricardo, emocionado.
- Como decía Cometa, la reina no dejó que todo vuestro poder se desplegase de golpe.- continuó Luna.- Y puso varias pautas, las cuales ya conoceis.
- Yo no...- murmuró Dani, levantando la vista del libro.
- Tú das lo mismo.- replicó Ivan.
- Ah.- respondió Dani, volviendo a sumergirse en la lectura del libro con gran interes.
- La última de ellas era que os reunieseis todos los guerreros y todas las sailors en una batalla. Ese sería el último punto para reunir todo vuestro poder. Una vez alcanzado, no hace falta que esteis siempre juntos para hacer uso de él.
- Es una suerte...- señaló Carola.- Porque todavía no sabemos nada de Guerrero Plutón. De vez en cuando viene, nos echa una mano, y luego desaparece como si se lo hubiese tragado la Tierra.
- Y ahora tampoco contamos con la colaboración de Sailor Plutón.- añadió Seiya.
Hotaru miró al suelo con pesar. Echaba mucho de menos a Raquel y desde que Guerrero Plutón se la llevó, no habían sabido nada de ella. Deseaba que se encontrase bien...
- Bueno, si no hay más de qué hablar, podemos dejarlo para mañana.- dijo Yaten, poniéndose en pie.- Tengo muchas cosas que hacer.
- ¿Deseas que te ayude, Yaten-sama?.- preguntó Dani, con ojitos brillantes.
Todos miraron sorprendidos a Dani, que solo le faltaba hacer reverencias delante de Yaten.
- ...¿ya no estás traumatizado?.- preguntó este, extrañado.
- Bueno.- dijo Dani, con sonrisa triunfal.- He decidido que lo mejor es que mi subconsciente os separe por completo a los Three Ligths y a las Stars Ligths. Sereis personajes completamente diferentes para mi.
- Si es tu subconsciente, no deberias saberlo...- señaló Luis.
- Ya, pero mi subconsciente necesita un empujoncito de mi consciencia.
- ... ¿se puede saber de dónde has sacado esa idea?.- se extrañó Taiki.
- Del libro de Amy, Taiki-sama.- dijo Dani, mostrando una enorme sonrisa llena de dientes, mientras mostraba la portada del libro, titulado "El subconsciente: lo que la mente no puede resistir".- Si no separo ambos personajes, me volveré loco.
- ...no creo que fueses a empeorar...- gruñó Yaten.
- Yaten-sama, si esa es tu opinión, yo estoy de acuerdo...
- ... creo que lo prefería traumatizado...
- Bueno, en ese caso, podemos irnos.- dijo Alex.- Oye, ¿os habeis fijado que ni Carlos ni Tim han dicho una palabra en toda la reunión?
- Pues ahora que lo dices...- murmuró Armando.- ¿Dónde están?
Fuera, en la parte trasera del almacén, Tim y Carlos miraban el suelo nerviosos y tremendamente ruborizados. Tim juró para sus adentros. ¿¡Desde cuando ella se ruborizaba?! ¡Ella era la que haciá que los demás se ruborizasen, no a la inversa!
- Esto...- empezó Carlos.- Sobre... sobre lo de la otra noche... lo del aparcamiento, ya sabes...
Tim se puso todavía más roja (antes hubiese jurado que no era posible, pero está claro que hubiese estado equivocada)
- Fue algo.,.. impulsivo.- se apresuró a decir Tim.- Ya sabes: los dos solos en un aparcamiento, habíamos bebido un poco, una fiesta, fin de año... todo eso.
- Claro, claro.- asintió Carlos, muy convencido (y todavía más rojo que una amapola).- Eso mismo iba a decir yo.
- Yo... yo creo que no debemos darle importancia.- sentenció Tim, ahora con más seguridad, al ver que Carlos estaba de acuerdo con ella.- Somos amigos desde hace tiempo y a veces estas cosas pasan.
- Muy cierto.- coincidió Carlos.- Simplemente, somos amigos.
- Exactamente.
Los dos se quedaron callados de nuevos y, al cruzarse sus miradas, volvieron a ruborizarse y mirar el suelo.
- Bueno...- murmuró Tim.- Ahora que está todo arreglado, podemos volver dentro.
- Sí, es... es verdad.- afirmó Carlos.
Los dos se pusieron a andar y cuando quedaron uno junto al otro, se miraron y se ruborizaron, parándose en seco. Ella se giró ligeramente, mientras él miraba al cielo mientras se rascaba la cabeza.
Tim volvió a jurar para sus adentros. ¿¡Si sólo eran amigos por qué se comportaban de esa manera!?
Iba a decir algo cuando de pronto se oyó un grito procedente del interior del almacén. Un grito lleno de terror, de espanto, de pánico.
- ¡Debe de tratarse del enemigo!.- gritó Tim, mientras se echaba a correr.- ¡Vamos!
Carlos asintió con seguridad mientras salía corriendo detrás de Tim. En apenas unos segundos abrieron la puerta del almacén, mientras sacaban sus cristales de transformación. Pero, ante sus sorpresa, no vieron a ningún enemigo, sino a Vicki con una sonrisa triunfal en su cara y a Alex en el suelo, con cara de haber recibido la peor noticia de su vida.
- ¿Pero qué...?.- murmuró Carlos, observando el espectáculo extrañado.
- ¿Qué ha pasado?.- preguntó Tim directamente.
- Nada.- respondió Iván, con su habitual tono neutro.- Que Vicki y Luis tienen una cita esta tarde y a Alex le ha dado un telele.
Vicki, con aire triunfal, agarró cariñosamente a Luis del hombro y ambos se dirigieron a la salida, mientras Alex era incapaz de levantarse del suelo.
- No puede ser... es una pesadilla...- balbuceaba una y otra vez.
- Venga, no seas así.- dijo Diego, mientras le ayudaba a levantarse.- Ellos dos están predestinados a estar juntos, son almas gemelas. Hacen buena pareja, deberias sentirte feliz por...
- ¡¡¡¡¡¡JAMÁS!!!!!!.- gritó Alex, mientras se levantaba de un salto, como impulsado por un resorte (haciendo que el que cayese al suelo fuese Diego).- ¡¡¡¡NO PERMITIRÉ QUE MI MEJOR AMIGO ACABE EN LOS BRAZOS DE UNA ARPÍA CON SOBREPESO!!!!!
Una gota de sudor resbaló por las cabezas de todos los presentes.
- Venga, Alex.- trató de tranquilizarle Ray.- A ti te molestaba mucho cuando Vicki se metía en tu vida, no caigas tú en su mismo error.
Alex lanzó una terrible mirada a Ray, que sintió cómo se helaba toda la sangre de sus venas y optó por no seguir haciendo comentarios.
- No, no puedo permitirlo...- murmuró con voz tensa, apretando los puños y caminando en círculos, mientras todos se apartaban de su paso con algo de miedo (menos Iván, claro).- Pero debo ser precavido, no caer en la furia... debo estudiar a mi enemigo para después hundirlo con sus propias armas... si... debo hacer algo...
- No te hagas ilusiones, especie de ser amorfo y mononeuronal salido de un cubo de basura.- gruñó Ricardo. Al oirle decir esas palabras, todos miraron a Ricardo sorprendidos y horrorizados- No pienso permitirte que arruines esa cita.
- Ricardo, ¿dónde has oido esas palabras?.- preguntó Iván, sin demasiado interés, mientras los demás seguían horrorizados.- ¿Sabes lo que significan?
- No del todo.- reconoció el niño, encogiéndose de hombros.- Pero Vicki dijo eso de Alex en una ocasión y me pareció muy sonoro.
- Ya...
- Oye, enano, deja que Alex haga lo que quiera.- gruñó Hotaru.- Esa pareja no me gusta. Con la de chicos que hay en la ciudad ¡y ha tenido que escoger precisamente al hermano de MI novio! ¡Quiere arruinarme la vida!
- Exacto.- respondió Ricardo con una gran sonrisa.- Y yo quiero colaborar en ello, impidiendo a Alex estropear tan esperada cita.
- ¿Y cómo, cabeza de mula?.- gruñó Alex, mientras se acercaba lentamente y lo miraba despectivamente.- Si te metes en esta historia, yo meteré a Cometa en tu cuarto... cuando duermas.- dijo, con tono amenazante.
Ricardo palideció rápidamente, mientras Carlos aplaudía la idea e instaba a Ricardo a sublevarse contra Alex y Cometa comenzaba a protestar.
- No serías capaz de hacerle eso a un niño...- murmuró, retrocediendo ligeramente.
- ¿Realmente quieres comprobarlo?.- susurró Alex, con un tono más amenazador todavía y esbozando una sádica sonrisa.
- .... creo que Vicki y Luis se las podrán apañar solos...
A lo lejos se podía ver a Luis y Vicki caminando por la calle, abrazados y sonriendo dulcemente. En la esquina de la imagen, podemos observar una luz roja que pone rec...
- Señores espectadores, bienvenidos a este documental del National Geografic en el que tendremos ocasión de ver con todo lujo de detalles el cortejo a la Ballena Asesina, una especie que, por su gran volumen y la gran cantidad de alimentos que necesita ingerir, está en grave peligro de extinción.
- Alex, ¿esto es realmente necesario?
Alex bajó la cámara y miró a Patricia, Bunny y a Dani (los cuales no perdían detalle de toda la escena e incluso tomaban notas). Sobre la cabeza del pelirrojo se encontraba Artemis (no olvidemos que deben tener a Patricia y a Alex bajo estrecha vigilancia)
- Por supuesto que sí, mi querida Patricia.- razonó Alex.- Vikci es un animal extremadamente peligroso y agresivo (especialmente si tiene hambre, lo cual ocurre a casi cualquier hora del día). Por ello, debo tener mucho cuidado en cómo comportarme y actuar en esta situacion y el mejor modo de hacerlo es hacer un minucioso estudio de su comportamiento y costumbres.
- Pero... ¿para que nos has traido a nosotros?.-insistió Patricia.
- A Dani para que después pueda ponerle música.- explicó Alex.- Y es mejor vivirlo que verlo en video: se capta mejor la esencia de la situación. Bunny... bueno, ella ha venido por su cuenta y riesgo, para cotillear. Y a ti... para aprovechar y pasar la tarde contigo. Lástima que haya venido vuestro gato...
Patricia se ruborizó rápidamente mientras Artemís miraba de malos modos a Alex, el cual se apresuró a seguir grabando con la cámara.
- Podemos observar cómo a la Ballena Asesina le gusta el contacto físico con su pretendiente, el Bobo sin Cerebro, y no escatiman carantoñas y arrumacos. Debido al insaciable apetito de la hembra, es bastante probable que al primer lugar al que vayan tenga abundante comida.
Escondidos detrás de los arbustos, fueron siguiendo cuidadosamente a la pareja... hasta una heladería en la cual entraron. Alex sacudió la cabeza con gesto de autosuficiencia.
- Luis no tendrá suficiente dinero para darle de comer...- murmuró.- Dani, ¿no podrías poner aquí las canción de Javier Gurruchaga "Ellos las prefieren Gordas"?
- Pues la verdad es que...
- ¡¡¡¡¡ALEXXXXXX!!!!!
Todos palidecieron al ver llegar dando salititos a Amalia que no tardó demasiado en saltar sobre el cuello de Alex, que de la sorpersa soltó la cámara. Bunny, haciendo gala de unos reflejos extraordinarios, se tiró al suelo justo a tiempo para evitar una catástrofe... pero dando un gran grito para compensar...
Horrorizados, vieron cómo Vicki, extrañada por el ruido, se acercaba a la puerta para ver lo que ocurría. Rápidamente, Alex levantó a Amalia de la cintura con una mano y con la otra le tapó la mano, Dani agarró a Bunny de un pie y Patricia a Artemis del rabo y corrieron a esconderse detrás de un árbol.
Contenían la respiración (y Amalia luchaba por respirar)... hasta que por fin Vicki volvió a entrar en la heladería. Todos suspiraron aliviados... menos Amalia, que seguía sin poder respirar.
- Por poco...- suspiró Alex.- Amalia casi lo echa todo a perder.
- ¿Y crees que ese es suficiente motivo para dejarla morir por asfixia?.- preguntó Patricia, mientras trataba de consolar a Bunny y convencerla de que esos rasguños que tenía en la cara no eran mortales y Artemis no dejaba de jurar y gruñir en contra de Patricia por tirarle del rabo.
En ese momento Alex se dio cuenta de que, efectivamente, Amalia estaba sin respiración y se apresuró a retirar la mano mientras se disculpaba.
- A-alex, mi amor...- logró decir, mientras recuperaba el aliento.- Sé que me amas hasta la muerte... pero no hace falta que seas tan superliteral, mi tesoro.
Una gota de sudor apareció en las cabezas del resto del grupo.
- Amalia, ¿qué haces aquí?.- gruñó Alex, mientras volvía a echar un vistazo a la pareja.
- Pues veras, mi bomboncito relleno.- explicó Amalia.- Después del superjaleo de la fiesta, estuve en mi casa con una crisis nerviosa que no tienes ni idea y voy que por fin mi supergenial médico me deja salir ¡me encuentro contigo! ¡¿No es supergenial?! Es el destino, o sea, tenemos que estar juntos.
Una gota de sudor volvió a aparecer en las cabezas de los presentes... hasta que Amalia vio a Patricia. Rápidamente, frunció el ceño y la miró de arriba abajo.
- Vaya... otra vez la chica esta...
- Qué supermolestia...- murmuró Dani.
Amalia, mirando muy mal a Patricia, se agarró del cuello a Alex.
- Amalia, anda, vete a casa, ¿vale?.- dijo Alex.- Estoy ocupado.
- ¡Pero si me dices qué es te puedo ayudar!.- exclamó Amalia, con una gran sonrisa.- ¡Sería supergenial!
Alex suspiró... estaba claro que no se iba a marchar... de pronto, su rostro se iluminó...
- Vicki está allí dentro, con uno de mis amigos.- explicó Alex, esbozando una sonrisa.- Creo que están hablando sobre mi, para hacerme una fiesta... pero... no quiero que sepan que estoy aquí, ya sabes, pero... no me gustan las sorpresas...
Amalia lo miró con ojitos brillantes.
- ¿Una fiesta?.- repitió.- ¿Para mi amorcito? ¡Qué superguai! ¡Ahra mismo voy a enterarme! ¡Esto es supergenial!
Amalia salió corriendo hacia la heladeria, mientras Alex la observaba con sonrisa triunfal y los demás lo miran de malos modos.
- Eso ha sido un golpe bajo...- murmuró Dani.
- Creo que te has excedido.- señaló Patricia
- ¿Una fiesta sorpresa? ¿Y eso?.- preguntó Bunny.
- Sé que no ha estado bien por mi parte.- reconoció Alex. - Pero en la guerra todo vale.
- Todo vale, menos Amalia.- gruñó Dani.- Creo que en esta parte pondré la música de King Kong...
De pronto, la gente empezó a salir corriendo de la heladería, mientras gritaban presa del pánico y del horror.
- Vaya...- murmuró Alex, sorprendido.- Parece que Amalia ejerce el mismo efecto sobre todo el mundo...
Entre la gente, vieron salir a Amalia disparada, lanzando agudos de SOS (Socorro, Osea, Sálvame).
- Pues no es ella la causante...- señaló Patricia.
No había terminado de decir esas palabras, cuando vieron a Vicki y a Luis salir corriendo y detenerse a unos metros de la heladeria. El techo de esta empezó a romperse y, ante sus ojos, fue apareciendo un enorme ninja.
- ... creo que pondré la banda sonora del ninja Hattori...- decidió Dani.
- ¡Es el enemigo!.- gritó Artemís.- ¡Rápido, debeis transformaros!
- Ya me estropearon el documental...- gruñó Alex, sacando su llavero.
El enorme ninja sacó varias estrellas y las lanzó a diestro y siniestro contra la enloquecida multitud. Aquellos que tuvieron la desgracia de ser alcanzados se vieron envueltos en una luz azul y luego cayeron al suelo, completamente vacios.
- ¡Alto!
El ninja se giró al lugar del que procedía la voz. En lo más alto del edificio más cercano, vieron a Sailor Moon, Sailor Júpiter, Guerrero Sol y Guerrero Venus.
- ¡Los ninjas son uno de los símbolos de nuestra maravillosa cultura japonesa! ¡Muchos de nosotros hemos tenido antepasados ninjas y nos sentimos orgullosos de ello! ¿¡Cómo osas profanar nuestra historia?! ¡Soy la sailor del amor y la justicia, Sailor Moon! ¡Y en el nombre de Luna, te castigaré!
- Oye, ¿y cuando digo yo mi discurso?.- protestó Guerrero Sol.
- ¿Y desde cuando tú tienes antepasados ninjas?.- señaló Sailor Júpiter.
Desde abajo, una gota de sudor apareció en las cabezas de Vicki y Luis.
Mientras Sailor Moon y Guerrero Sol discutian sobre los discursos de presentación, el ninja sacó más estrellas y las lanzó contra los recién llegados.
- ¡Sailor Moon, Guerrero Sol, cuidado!.- gritó Vicki, mientras sacaba su cristal y se disponía a transformarse, al igual que Luis.
Mientras ellos se transformaban, Sailor Moon y Guerrero Sol, junto a Guerrero Venus y a Sailor Júpiter esquivaban las rápidas y mortales estrellas.
- ¡¡¡¡UAAAAHHHH!!!!.- gritó Sailor Moon, esquivando una estrella por los pelos.- ¡Oye, tú, tratame con más respeto!
Lejos de hacerle caso, el ninja lanzó más estrellas hacia la pobre Sailor Moon, que a duras penas fue resctada por Guerrero Sol. Pero el ninja no estaba dispuesto a detenerse.
- Soy la sailor de los mares y los oceanos, Sailor Neptuno ¡y no soporto a los malvados!
- Soy el guerrero del viento y la tierra, Guerrero Urano. ¡Y no soporto a los malvados!
- Ah, ya veo, si te lo pide ella no es una tonteria pero si te lo digo yo es una bobada.- gruñó Guerrero Sol.
Guerrero Urano optó por ignorarle y se encaró con el ninja sin miedo.
- ¡Lanza mortal!.- gritó. Al instante, una lanza luminosa se formó en su mano y la lanzó contra el ninja, clavándosela en la muñeca. Este se retorció de dolor y, con la otra mano, sacó un cuchillo corto...
- ¡Tifón de Mar!.- gritó rápidamente Sailor Neptuno.
Un enorme tifón se formó de la nada y se dirigió rápidamente contra en gigantesco ninja, que poco pudo hacer para evitar ser atrapado po él.
- ¡Sailor Moon, ahora!.- gritaron ambos.
Sailor Moon asintió con energía y se puso en pose de combate.
- ¡Espada de cristal, sesga el mal de mi enemigo!.- exclamó con todas sus fuerzas.
Al instante, tal y como había ocurrido unos dias antes, el rayo de energía envolvió al ninja, que se retorció de dolor.
- ¡Desaparezcooooo!.- gritó, mientras su cuerpo empezaba a desvanecerse.
En apenas unos segundos, se hizo el silencio en la calle. La gente que había sido atacada ewstaba ahora en el suelo, inconsciente, pero a salvo. De un salto, se reunieron todos los guerreros y las sailors.
- Ha sido un trabajo rápido y eficaz.- afirmó Guerrero Sol, asintiendo satisfecho.- Ni siquiera ha sido necesaria mi intervención...
- Hablando de eso...- comenzó Sailor Neptuno.- ¿Qué haceis vosotros aquí?
Una gota de sudor apareció en las cabezas de Sailor Júpiter, Sailor Moon, Guerrero Venus y Guerrero Sol.
- Errrr...- murmuró este.- Yo... esto... ¡habíamos quedado con Amalia!
- Ya...
- ¡En serio! Pero resulta que...
Ya había oscurecido y las farolas iluminaban las calles con su romántica luz. Vicki y Luis caminaban abrazados hasta que llegaron a la entrada de la casa de ella y se miraron a los ojos.
- Lamento que no haya salido todo perfecto.- dijo él, con media sonrisa.
- No importa.- respondió ella.- Son cosas que pasan.
Se miraron a los ojos durante unos instantes y leugo se acercaron el uno al otro. Primero se abrazaron con ternura. Luis cerró los ojos para sentir el calor de Vicki. Había deseado tanto que llegara ese momento que no quería dejarlo escapar, le parecía que todo era un sueño...
Mientras, Vicki permanecía alerta... y sus rápidos reflejos detuvieron una piedra que iba directa a la cabeza de Luis. Detrás de unos matorrales, oyó unos juramentos y esbozó una sonrisa. Se separó un poco de Luis, lo suficiente para mirarle a los ojos... y que luego sus labios se encontrasen dulcemente.
- ¿¡Por qué a ella siempre le salía bien y a mi no?!
- Tal vez porque ella es la autora del sistema y sabe contrarrestarlo...- señaló Dani, pensativo.
- Y porque hemos llevado a la exactitud su modus operanti y sabe cómo es.- indicó Patricia.
- O porque...- empezó Bunny.
- Lo he comprendido, lo he comprendido.- gruñó Alex.- La próxima vez, utilizaré mi propio sistema.
Ir a capitulo 28
