CAPÍTULO 31: Una boda esperada. Armando ¿y nosotros para cuando?
- ¿Una boda?.- preguntó extrañado Dani, mientras miraban las invitaciones.
- Sí.- asintió Armando.- Es de un amigo, Mauricio (nota de la autora: el empleado de la sala de videojuegos. No me sé el nombre que pusieron en Centro américa ni en Sudamérica ni el nombre del doblaje original, lo siento). Se casa con su novia y estamos invitados. Las chicas querían ir acompañadas, asi que hemos pensado que podriais venir vosotros.
- Eh, a mi me daba igual ir sola.- señaló Tim.
- Pero... somos mayoria de chicos...- murmuró Diego.
- ¡Yo puedo ir con Alex!?.- gritó Jorge, mientras se le lanzaba al cuello.
- ¡Quita ahora mismo!.- protestó Alex, mientras le daba manotazos a Jorge.- No será necesario: yo ya tengo invitación propia. ¡Y solo estamos en mayoria por uno, asi que a callar!
- Vaya.- se entristeció Jorge.- Entonces la fiesta pierde la mitad de su encanto.
- ¿Y quienes irán con quien?.- preguntó Ivan, sin demasiado interés.
Amy se ruborizó ligeramente, metiendo más la cabeza en el libro de anatomía que tenía delante.
- Habíamos pensado ir según nuestros planetas. Como Alex irá solo, Bunny puede ir con Armando.
- ¡Eh, yo no quiero ir con la pecho plano de Hotaru!
- ¡Yo no quiero ir con el enano!
- Nadie os ha pedido vuestra opinión.- replicó Vicki, sin excesivo interés.
Luis miró a Vicki, que parecía muy tranquila.
- ¡Carlos, por favor!.- imploró Luis.- ¿Me cambias la pareja? ¿Podrias ir tu con Tim?
De pronto, la cara de Carlos pasó a ser rojo tomate y le miró horrorizado.
- ¿¡P-p-por-por qué debería ir yo con Tim?!.- farfulló Carlos a duras penas. Desde su asiento, Tim también se ruborizó y se apresuró a disimularlo tomando un trago de su taza de café.
Luis le miró extrañado.
- No es que tú vayas con Tim.- señaló.- Sino que yo vaya con Vicki.
- Ah... bueno...- murmuró Carlos, ahora más tranquilo, pero aun ruborizado, aunque ahora era más por el ridículo que acababa de hacer.
- ¿Te pasa algo?
- ¿A mi? No, nada, que va, para nada.
Luis le miró con recelo, al igual que Vicki a Tim, que parecía muy interesada en explorar el fondo de la taza de café.
- Pues yo preferiría ir con Patricia.- gruñó Alex.
- No creo que sea buena idea.- señaló Luis, todavía mirando con sospecha a Carlos, que al parecer también encontraba apasionante el fondo de la taza.- Seguramente, los tres gatos andarán cerca. No creo que Cometa pusiese demasiado interés en manteneros separados, pero Luna y Artemís si parecen tomárselo más en serio.
- Al menos, sabes que Jorge no intentará nada.- dijo Ricardo.
- ¡No estoy de acuerdo!.- protestó Jorge.- ¡Puedo intentar sonsacarle información de Alex!
- Por favor, Jorge, eres mi vecino desde hace años. ¡No hay nada que no sepas de mi!
- ¿Quieres apostar algo? ?.- preguntó Jorge, acercándose peligrosamente a Alex.
- Errr... no, creeré en tu palabra.
- Lo que no entiendo es por qué Alex tiene invitación propia.- gruñó Vicki.- No sabía que Mauricio conocía a ese animal de bellota.
- Bueno, yo se lo presenté hace unos meses.- explicó Armando.- Y resultó que hicieron buenas migas.
- Eso sí es una novedad.- replicó Vicki.
- Querida hipopótamo terrestre.- comenzó Alex.- Que tú seas un ser antisocial, amargado y con problemas de autoestima no significa que los demas padezcamos de los mismos problemas sociológicos que tú. Por cierto, sabes que ese pastelito va a ir directamente a tu trasero y que ya nunca más podrás sentarte en una de estas sillas sin que cedan bajo tu tonelaje ¿verdad?
Por suerte, Luis logró sujetar a Vicki antes de que lo matase de una forma muy lenta y dolorosa.
Dani miró a Carola.
Carola miró a Dani.
Dani miró a Carola.
Carola miró a Dani.
(babasbabasbabasbabasbabasbabasbabas)
- ¿Vais a dejar de una vez de miraros como dos borregos y entrar al coche?.- gruñó Carlos.- Mejor: que Carola vaya con Tim. Si vais los dos juntos, seguro que me poneis la tapicería perdida.
- ¡No, por favor!.- imploró Dani, tirándose a los pies de Carlos, que lo miró alucinado.- ¡No me alejes de la celestial diosa del amor, mi gran musa inspiradora!
Carola se ruborizó, mientras se daba la vuelta y sonreía.
- ¡Oh, Dani, eres tan galante!
- Tu te mereces todo.- le murmuró Dani, con brillito en los ojos.
- Definitivamente, cada uno irá en un coche.
- ¿Cómo vamos repartidos?.- preguntó Tim.
- Veamos...- murmuró Jorge, sacando un papel.- Bunny, Ray y Diego van en el coche de Armando; Ivan lleva a Amy en la moto (espero que no le estropee el peinado, pobrecita...); Vicki y Luis llevarán a Hotaru y a Patricia, Carlos llevará a Dani y a Diego, tú a Carola y a mi y Alex va por su cuenta y riesgo (por algún motivo, no ha querido llevarme a mi, que desagradable).
- Muy bien.- murmuró Tim.- Pues entonces, nos vamos. ¡Carola!
Tardaron aún varios minutos en conseguir que Dani y Carola dejaran de babear y aceptasen subirse en coches separados.
El novio esperaba impaciente ante el altar. Mauricio estaba radiante con el traje. A su lado, Armando, el padrino de la boda. La gente esperaba impaciente a la novia que, como es la costumbre, se retrasaba.
Bunny suspiró sin demasiada delicadeza y las chicas la miraron, extrañadas.
- ¿Te encuentras bien, Bunny?.- le preguntó Ray.
- Sí, perfectamente.- afirmó esta, ligeramente ruborizada.- Sólo es que estoy pensando en cómo será mi boda con Armando.
- No deberias tener tanta prisa, Bunny.- la regañó Amy.- Primero, los dos debeis completar vuestros estudios con la mejor calificación posible, ya que la situación laboral hoy en dia es muy dificil y competitiva. Una vez que ambos termineis, tendreis que buscar un trabajo estable del que obtener vuestros ingresos, para así poder conseguir un buen hogar para ambos y vuestra descendencia. Y aún asi, sería mejor que esperaseis un tiempo antes de contraer matrimonio, para estabilizaros correctamente y...
- Amy, ¿no crees que estas exagerando un poco?.- le preguntó Ray, mientras le resbalaba una gota de sudor.- Ellos dos serán los reyes de Tokyo de Crystal. No creo que necesiten buscar apartamente. Y hasta que llegue ese momento, siempre pueden quedarse en el apartamento de Armando. Es muy grande y acogedor. Podrian vivir allí los dos sin problemas.
- Y a mi me parece que no es correcto que hableis de condenar de por vida a un hombre el resto de su vida cuando van a condenar a otro.- gruñó Carlos.
- ¿Qué quieres decir con condenar?.- preguntó Bunny, frunciendo el ceño.- ¿Acaso no piensas casarte nunca?
- Creo que el matrimonio sólo estropea una relación.- replicó, muy decidido.- En cuanto hay papeles y obligaciones de por medio, desaparecen los sentimientos.
- Mira, Tim opina lo mismo.- sonrió Vicki.- Haríais buena pareja.
De inmediato, Tim y Carlos se pusieron rojos como tomates y se pusieron de pie de un salto.
- ¿¡Que quieres decir con eso?!.- gritaron los dos.- ¡¡Nosotros sólo somos amigos!!
De pronto se dieron cuenta de que estaban en medio de una iglesia y se habían puesto a ... hablar en un tono más elevado de lo habitual. Todavía más rojos se apresuraron a sentarse, mientras los demas invitados les miraban de malos modos.
- Pues quien lo diría.- murmuró Alex, con sonrisa traviesa.- Más pareceis dos amantes secretos que dos amigos...
- ¡¡Oye, no digas tonte...!!.- se fue a defender Carlos.
- ¡Chtsss!.- le regañó Hotaru.- ¡La novia está entrando!
Todos la miraron mientras entraba. Reika estaba radiante. Llevaba el pelo recogido en un discreto, pero elegante moño adornado con pequeñas flores. En sus manos, un ramo de azucenas blancas. El vestido era largo y blanco, con una cola que arrastraba lentamente y un velo de encajes que le cubría la cara ligeramente, aunque no lo suficiente para ocultar una sonrisa de nerviosismo e ilusión.
Detrás de Reika, iba Tania (nota de la autora: la hermana de Mauricio, no sé qué nombre le pondrían por allí ni el que tiene en el doblaje original). Llevaba un discreto traje azulado y caminaba con tranquilidad, pero con un brillo especial en los ojos.
- Reika está preciosa.- murmuró Ray.- Y Tania también.
Bunny asintió ligeramente, mientras sacaba un pañuelo y se enjugaba los ojos.
- Bunny, ¿te vas a poner a llorar tan pronto?.- se lamentó Patricia.
- Lo siento, sniff... – lloriqueó Bunny.- Es que... yo siempre lloro en las bodas...
- Pues si lloras en esta, cuando te cases tú habrá que usar maquillaje a prueba de agua.- refunfuñó Hotaru.- No sé a qué viene tanto alboroto.
- Entiendelo, Hotaru.- explicó Vicki, mirando a las chicas con sonrisa traviesa.- Mauricio, durante un tiempo, fue objeto de deseo de esas cinco. No deja de ser una tragedia para ellas que se case.
- ¡Oye, tú!.- saltó Bunny.- ¡Yo siempre he amado a Armando!
- ¿Me vas a negar que durante un buen tiempo no suspirabas por Mauricio?.- insistió Vicki.
- Eso, gatita.- se burló también Tim.- Admite que fue una desgracia para todas vosotras descubrir que tenía novia.
Las chicas se ruborizaron y no dijeron nada. Después de todo... no se debe mentir.
- Será mejor que nos callemos.- murmuró Luis.- La gente está empezando a mirarnos muy mal.
Fue una ceremonia tranquila y sencilla. Bunny se pasó llorando toda la ceremonia y Ray, Patricia, Amy, Carola, Dani y Jorge se le unieron cuando llegó en momento de poner los anillos.
Tras la foto, pasaron a la parte trasera de la iglesia para comenzar el banquete.
- Bunny, haz el favor de controlarte.- dijo Ray, anets de entrar.- En estas situaciones, tienes que demostrar que realmente te enseñaron buenos modales en tu casa.
- ¡Eh!.- protestó Bunny.- ¿¡Insinuas que a veces parece que no tengo modales?!
- No lo insinuo, lo he dicho claramente.- replicó Ray, sacándole la lengua a Bunny, como en los buenos tiempos, siendo rápidamente resopndida por Bunny, más de broma que enfadada.
- Chicas, por favor...- murmuró Amy, ruborizada.
- ¡¡Bunny!!
Vieron acercarse a Tania la paso ligero, con una gran sonrisa. Hacía mucho que no la veían, Tania había dejado de trabajar en la cafetería hacía ya dos años, para trabajar de secretaria en una empresa de seguros, mientras terminaba sus estudios, de modo que habían ido perdiendo contacto lentamente.
- ¡Tania!.- exclamó Bunny.- ¡Cuánto tiempo! ¡Estas guapísima! Se te ve radiante...
- Gracias.- respondió Tania.- Tú también estas muy guapa. ¿Cómo te van las cosas? ¿Lograste entrar en la Universidad?
- ¡Sí!.- respondió Bunny, haciendo el signo de la victoria.- Fue difícil, pero logré.
- Me alegro. ¿Has visto ya a Kary y a Camilo? (nota de la autora: Molly y Kevin en otros doblajes, Naru y Umino en el orginal)
Bunny y las demás la miraron sorprendidas.
- ¿También han venido?.- se extrañó.
- ¡Claro!.- afirmó Tania, sonriendo.- Kary tambien iba mucho a la sala de videojuegos de mi hermano y, además, su nueva casa está muy cerca de la de Camilo.
- ¡Entonces voy corriendo a buscarla!.- exclamó Bunny.- ¡Ahora vuelvo!
Esa era una de las cosas que más apenaban a Bunny de ser guerrera. Antes, Kary y ella eran inseparables, pero dadas las circunstancias, se habían ido distanciando cada vez más la una de la otra. En realidad, fue Bunny la que, inconscientemente, se fue alejando. Con Amy y las otras chicas tenía más cosas en comun en la actualidad que con Kary. Además, no podía evitar pensar que Kary, al estar con ella, podia correr algun peligro y no podría defenderse igual que las otras chicas, sin tener en cuenta las maniobras que tendría que hacer Bunny para poder transformarse sin que Kary se diese cuenta. Sin embargo, Kary nunca había protestado y se había mostrado extremadamente comprensiva.
Egoístamente, le había venido muy bien a Bunny que Kary comenzase una relación con Camilo. Al no estar Kary sola, no se sentía tan culpable por el distanciamiento.
Ahora hacía ya varios meses que no se habían visto. ¿Cómo le iría? Estaba deseando
verla.
En ese momento la vio, junto a Mauricio, Reika y otro chico muy atractivo.
- ¡Kary!.- la llamó Bunny.
Kary la miró, sorprendida y luego sus ojos se iluminaron. No había cambiado casi nada, estaba igual que siempre, pero muchísimo más guapa.
- ¡¡¡Bunny!.- la llamó Kary a su vez.- ¡¡Qué alegría verte!! ¡Estas guapísima!
- ¡Tú también estas fenomenal!.- respondió Bunny.- Hola, Mauricio, felicidades.
- Gracias.- dijo Mauricio, sonrojándose.
- ¿Dónde está Camilo?.- preguntó Bunny, mirando en todas direcciones.- No lo veo por ninguna parte y Tania me ha dicho que también venía...
- Pero... si estoy aquí...
Bunny lo miró alucinada: era el chico guapo que estaba al lado de Kary. La verdad es que la única diferencia era que estaba sin las gafas, pero... ¡¡¡que bien estaba sin gafas!!! (nota de la autora: recordad que en el manga ya se planteó esa idea, si bien nunca llegó a confirmarse)
- Camilo...- murmuró Bunny, con la boca abierta- Qué guapo estás...
- Gracias.- murmuró este, rojo como un tomate, mientras se rascaba la cabeza.- Es que... Kary me pidió que llevase lentillas. No las uso más que en ocasiuones especiales, porque me pican mucho los ojos cuando las llevo, pero creí que esta seria una ocasión perfecta.
- Desde luego.- afirmó Bunny, todavía sorprendida.- Deberias llevar lentillas más a menudo. Si llego a saber que sin gafas estabas tan bueno, yo también hubiese salido contigo...
- ¡Bunny!.- la regañó dulcemente Kary.- A mi no me interesa que lleve lentillas. Si no las lleva, todas se creen que es un torpe sin valor. Qué equivocadas están...
Al decir esto, se acercó un poco más a Camilo, ruborizada y él la abrazó con cariño. Bunny sonrió: eran una pareja perfecta.
- Iré a buscarte un poco más de vino.- dijo Camilo, mientras se giraba... chocando con un camarero, a quien se le cayó la bandeja sobre el pobre Camilo, que aterrizó encima de la mesa de los canapés, para acabar finalmente en el suelo.
- ¡Camilo!.- se asustó Kary.- ¿¡Estás bien?!
Una gota de sudor apareció en las cabezas de Mauricio, Reika y Bunny.
- Definitivamente, sigue siendo Camilo.- murmuró Bunny.
La música empezó a sonar y la gente empezó a mirar a los reciién casados con una sonrisa en los labios (nota de la autora: aunque parezca mentira, hace muchos años que no voy a ninguna boda –y cuando digo muchos, hablo de por lo menos 10 años- así que no me acuerdo muy bien como van las cosas, lo siento)
- Me voy, no quiero molestar.- murmuró Bunny, mientras se alejaba sonriendo.- Felicidades otra vez a los dos.
Ya llevaban varias horas en la celebración y algunos invitados empezaban a marcharse. Sólo algunas parejas permanecían en la pista, entre ellas los novios, Kary y Camilo, Bunny y Armando, Luis y Vicki, Dani y Carola y Ivan y Amy.
- No es justo.- gruñó Alex.- Yo quería bailar con Patricia.
Esta, al oirle, se ruborizó rápidamente.
- Sabes que no lo hago por fastidiarte.- insistió Diego, realmente apenado.- Es que Luna y Artemís insistieron mucho en que no podíais...
- Vamos a ver... ¿quién te dio el cacharrito ese de marras para transformarte?.- preguntó Alex.
- Pues... Cometa.
- ¿Y te ha dicho Cometa algo al respecto de nosotros dos?
- Pues... no...- admitió Diego.- Sólo comentaba algo de perpetuar la especie felina con los dos mejores ejemplares y luego Luna le metió la cabeza en el inodoro...
- Bueno, tú al que tienes que obedecer es a Cometa, no a los otros dos.- afirmó Alex, con una gran sonrisa.- De modo que, Patricia, vamos a bailar.
- Alex, aunque a ti no se te aplicase esa prohibición por no venir de Cometa a ella sí.- insistió Diego, cada vez más angustiado.- Luna es su gata.
Alex se paró en seco... y volvió a sentarse, mientras cruzaba los brazos y gruñía un poco.
- Aguafiestas.
- Lo siento.
- Puedes bailar conmigo ?.- dijo Jorge, saliendo a alguna parte.
- Deja, mejor me quedo sentadito, que así estaré seguro.
Jorge le miró con cara de perrito abandonado.
- ¿Pero por qué?.- lloriqueó.
- Porque eres un peligro para mi masculinidad.- replicó Alex.
- ¿Eso quiere decir que te sientes tentado? ?
- Ni muerto.
- Eso habría que comprobarlo ?.- señaló Jorge, con su típica sonrisa.- Bueno, no importa, haré una excepción. Patricia ¿bailas?
Alex casi se cae de la silla al oirle, mientras Patricia, entre ruborizada y sorprendida, asentía y salía a la pista de baile de la mano de Jorge.
- ¿Y por qué él sí y yo no?.- protestó Alex.
- Porque en la Luna pasó algo entre ella y tu catastrófico y entre él y ella no.- señaló Diego.
- Diego, era una pregunta retórica, no esperaba respuesta.
- Perdón.
Bunny abrazó a Armando un poco más, con los ojos cerrados. Se sentía tan a gusto bailando con él. Miró a su alrededor. Reika y Mauricio, al igual que Kary y Camilo, se miraban embelezados y se murmuraban suaves palabras de amor. Luis y Vicki se limitaban a mirarse y a bailar: no necesitaban estropear el momento con palabras. Amy miraba embelesada a Ivan, mientras él se limitaba a sostenerle la mirada, sin mayor interes aparente. Ojalá pudiese preguntarle a Dani... pero este estaba demasiado ocupado babeando por Carola y ella babeando por él como para fijarse en la conducta de Iván.
En ese momento entraron a la pista Patricia y Jorge. Se compenetraban muy bien...
Levantó la vista y miró a Armando.
- Armando...
- ¿Sí?
- ¿Y nosotros?
Armando la miró sin entender.
- ¿Qué pasa con nosotros?
Bunny puso un falso puchero.
- Venga, no me digas eso, Armando.- luego se ruborizó y agachó la cebza.- Ya sabes... nuestra boda... ¿cuándo podremos casarnos?
- ¿Tanta prisa tienes?
Esta vez frunció el ceño de verdad.
- ¿Es que tu no quieres casarte?
- No es eso.- se disculpó Armando.- Si no quisiera casarme, no te habría dado el anillo.
Bunny miró su dedo. Sí, el anillo... desde que él se lo había dado aquel dia en el aeropuerto, no se lo había quitado nunca. Era tan hermoso...
- Lo que pasa es que no quiero precipitar las cosas.- insistió Armando.- Primero quiero tener terminada mi carrera y un puesto de trabajo.
- Me recuerdas a Amy.- suspiró Bunny.- Seremos los reyes de Tokyo de Crystal. No es tan importane eso del trabajo...
- Si, ¿pero qué haremos hasta que llega la glaciación? ¿Vivir de lo que nos den tus padres y de mi herencia?
- Pues sería una solución.- afirmó Bunny muy segura... pero pronto vio la cara de Armando.- Es decir, no, no sería una buena idea.
Volvió a apoyar la cabeza en el pecho de Armando. Bueno, lo de menos sería la celebración de la boda. Le hacía mucha ilusión estar casada con Armando, pero momentos como ese la hacían extremadamente feliz.
De pronto, empezaron a oir gritos, altiempo que algo parecía romperse, cusando un gran estruendo.
- ¿¡Qué está pasando?!.- gritó Carlos, mientras se ponía en pie.
- ¡Debe ser el enemigo!.- exclamó Amy.
Justo en ese momento, como si hubiese sido invocada, apareció Aydiene, con un enorme monstruo detrás que destrozaba todo a su alrededor, sin importarle quien o qué fuese.
- Habeis tenido mala suerte.- dijo Aydiene.- Estabais en el lugar equivocado en el momento equivocado.
- ¿¡Quien eres?!.- gritó Mauricio, poniendose delante de Reika para protegerla.- ¿¡Qué es lo que quieres?!
- Vosotros me dais igual.- se limitó a decir Aydiene, mientras el monstruo continuaba con su labor destructiva.- Yo sólo quiero hacer que los guerreros aparezcan... para matarlos.
Los demás se miraron unos a otros.
- Tenemos que transformarnos.- murmuró Ray.- Si no lo hacemos, acabará matando a alguien.
- Pero es una trampa.-señaló Ricardo.
- ¿Acaso podemos elegir?.- replicó Hotaru.- ¡Vamos allá!
¡Kary, cuidado!.- gritó Camilo, mientras apartaba a la chica de un empujón justo a tiempo para evitar ser aplastada por uno de los pies del monstruo.
Aydiene observaba el espectáculo impasible, mirando a su alrededor esperando la llegada de los guerreros.
- Apareced de una vez, malditos guerreros...- murmuraba una y otra vez.
- ¡Detente ya!.- suplicó Reika.
Aydiene la miró con ligera sorpresa.
- ¿Es tu boda?.- preguntó, a lo que Reika asintió ligeramente, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.- Lo siento, te he amargado el día. Siempre puedes volver a celebrarlo otro día. Yo tengo que matar a esos guerreros hoy mismo.
- ¡Alto ahí!
Aydiene se giró, esbozando una sonrisa.
- Por fin...- murmuró.
- Una boda es lo que toda pareja desea. Es la ceremonia que le se unirá para siempre ante los ojos de todo el mundo, un vínculo mágico y tu has arruinado un día tan especial como ese. ¡Soy la sailor que lucha por el amor y la justicia, Sailor Moon! ¡Y en nombre de Luna te castigaré!
- ¡Y nosotros la ayudaremos!
- No me vengais con esas tonerias.- se limitó a decir Aydiene.- ¡Soldado, destruye a esos guerreros!
El monstruo se avalanzó contra los guerreros, pero estos le esquivaron de un salto.
- ¿Qué pasa?.- se burló Guerrero Sol, mientras los guerreros Saturnos bajaban a sacar del campo de batalla a Reika, Mauricio, Camilo y Kary.- ¿No puedes hacer el trabajo tú misma?
- No digas tonterias.- replicó Aydiene.- ¿Acaso crees que yo voy a perder el tiempo destrozando cosas sólo para que vosotros vengais? Para eso están los soldados. Y si tengo suerte y puede quitaros de en medio a algunos de vosotros, mejor todavía, porque no mereceis que yo os mate, malditas alimañas.
- Pues me temo que no vas a tener más remddio que hacerlo tú misma... si puedes.- dijo Guerrero Júpiter, con una sonrisa.- ¡Flores Venenosas!
El ataque alcanzó al monstruo, que gritó de dolor.
- ¡¡Furia infernal!.- gritó Sailor Marte.
Nuevamente el ataque dio en el blanco y el monstruo cayó al suelo, retorciéndose de dolor.
- ¡Guerrero Luna!.- exclamó El Señor del Antifaz.
- ¡Sí!.- asintió esta.- ¡Espada de cristal, sesga el mal de mi enemigo!
La luz alcanzó al monstruo, que apenas tuvo tiempo de decir .
Los guerreros se fueron poniendo alrededor de Aydiene.
- Ese monstruo no es nada para nosotros.- dijo Guerrero Urano.
- Espero que no esperases que pudiese hacernos algo o ni tan siquiera herirnos.- añadió Guerrero Neptuno.
- Hace mucho que el poder de vuestras marionetas fue superado.- dijo Sailor Urano.
- Ríndete, Aydiene.- afirmó Sailor Júpiter.- No tienes ninguna posibilidad contra nosotros.
Aydiene les miró con ira y una peligrosa sonrisa, sin aparentar ninguna preocupación.
- Bien.- murmuró, ignorando los comentarios de los guerreros.- Se ha terminado el calentamiento. Preparaos para morir.
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