Parte IV "La Sierra eléctrica del abuelo Ishida"


- Hola Takeru, ¿Qué tal vas con la misión? - preguntó Miyako, sentada cerca del estanque, poniendo cara inconforme porque Taichi no la había dejado torturar a Yamato.

- Bueno, más o menos - admitió Takeru, sentándose junto a ella y revisando su polvoriento y golpeado cuerpo.

- ¡Vaya, te ves mal!, ¿Qué te hicieron?

- Nada interesante, pero al menos ya sé como atrapar a Koushiro - fue entonces cuando el chico olvidó sus heridas de la caída y enfocó su soñador cerebro en imaginarias escenas algo sanguinarias - el torpe está atrapado en la casita del árbol, destruyó la escalera.

- ¿En serio?, debió haber enloquecido - mencionó Miyako, con una sonrisa - ¿Y qué harás para lograr atraparlo?, lógicamente tú no puedes subir.

- Es verdad, pero "todo lo que sube, tiene que bajar"

- Creo que me estás empezando a asustar.

- ¿Vienes conmigo?, necesito ayuda, Miyako-chan - indagó amablemente, con una de esas caritas angelicales que saben poner los muchachos lindos.

- Claro, cualquier cosa es mejor a esperar que Taichi termine de torturar a Yamato.

- ¡A mi hermano!, ¿En verdad lo atraparon?

- Sí.

- No me lo esperaba

- Ni yo, por cierto, ¿Qué haremos?

- Iré a buscar un instrumento, vete adelantando a la casita del árbol y avísame si Koushiro intenta algo.

- ¡Bingo, Takeru!

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- ¿Seduciendo?, Esa no es la palabra adecuada para hablar del cariño entre amigos - dijo Sora guiñando el ojo, acercándose a Yamato y suspirando cerca de él.

- Sora, ¿Por qué me haces esto?, ¡No eres tú!, ¿Qué te dio Taichi a cambio?

- ¡Nada!; Yamato, creo que este juego tonto te está obsesionando, ¿Qué más da si nos das el cofre?, ¡Es un juego!, tú y yo, en cambio, podríamos hacer algo interesante - agregó como una ramera experta, la verdad era que le costaba mucho trabajo actuar de esa manera (aunque quien sabe).

Por supuesto que Yamato estaba bastante alterado, tener a una chica linda casi sobre ti era muy tentativo, ¡Después de todo él ya estaba "grandecito"!, sin embargo, sabía que era un engaño, y odiaba caer en trampas.

- Creo que Yamato necesita una prueba de que le darás cosas agradables.

- ¡Taichi, yo sé lo que hago! - rezongó Sora.

- Anda, bésalo para que nos de el cofre.

- ¿Quieres callarte? - ordenó la chica, acomodando las copas de su sostén ante la impresión de Ishida.

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- 1, 2, 3, 4... 1, 2, 3, 4... soy el carcelero, el grandioso carcelero Jyou - decía Kido mientras marchaba con ritmo, braceando con su mano derecha, sosteniendo un palo con la izquierda como si fuera su rifle. "Vaya, esto divierte, me enlistaré en el ejército", pensó contento de su "1, 2, 3, 4..."

Daisuke ya había colmado su paciencia.

- ¡Ya me cansé de esperar! - se quejó ante la chica de la luz que también parecía cansada - ¡Hagamos algo, Hikari!

- Pero si nos apresuramos estoy segura de que nos atraparán - juzgó la hermana de Taichi.

- ¡Bah!, Jyou es medio lelo, lo venceremos, hazme caso - sugirió Motomiya, tomando una piedra del suelo.

- Daisuke, no agarres esa piedra, no le pegaremos a nadie - regañó Yagami.

- Ya sé que no, pero por si algo, es decir, podemos amenazarlo, ¿No crees?

- Mmm, de acuerdo.


"Parece que ya van a entrar en acción" reflexionó Ken, medio entumido por la posición incómoda en la que estaba "menos mal".

Los ladrones salieron del escondite y comenzaron a correr directo a Jyou, quien todavía no se daba cuenta; el soldadito perseverante se dio la vuelta en su marchar, y se asustó de ver a dos de los enemigos tan cerca, "Seguro y quieren rescatar a Yamato". Lógicamente se puso a corretearlos.

Ken salió de sus escondite.

- ¡Los atraparemos, Jyou, tu ve tras Hikari, yo tras Daisuke! - ordenó el pequeño detective.

- ¿Y éste de dónde salió? - le preguntó Daisuke a su acompañante y amor platónico.

- Creo que nos estaba espiando - dijo Hikari, mientras corría.

- ¡Rescatemos a Yamato!

- ¡Sí!

Ken y Jyou los rodearon.

- Ríndanse, están en tierras enemigas.

- ¡Oh, no! ¡Bombones cuatro, Caracoles! - dijo la mujercita, pidiendo ayuda y agregando la nueva clave.

- ¿Qué estás diciendo, Hikari? - indagó el Superior Kido.

Daisuke sacó la roca. Su amiga ratera hizo lo mismo.

- Más vale que nos dejen el paso libre - amenazó Daisuke - o les arrojaremos estas rocas, lo único que queremos es salvar a nuestro camarada.

- ¡Ese "camarada" está en nuestros dominios! - avisó Ichijouji - Arroja esa piedra, si es que te atreves.

Motomiya dudó un momento, después de todo Ken era su mejor amigo... pero bueno, un golpecito no le haría daño, además, "En el amor y la guerra todo se vale".
Arrojó la piedra pero débilmente, quería asustar al policía, pero no golpearlo; sorpresa fue que Ken sacara un palo de la nada y bateara la piedra hacia Daisuke, pero sin piedad.
La roca, que iba a una velocidad considerable, se estampó en la cabeza del moreno doble de Taichi, que cayó al suelo inconsciente.

- ¡Ken, ¿Cómo pudiste batear la roca y pegarle a tu mejor amigo?! - le gritó Hikari, al ver el hilito rojo de sangre que caminaba por la frente de su compañero Daisuke.

- Ups... se me pasó la mano - admitió Ken, corriendo hacia Daisuke, para ver si seguía vivo - ¡Jyou, no pierdas tiempo, atrapa a Hikari, es una delincuente que no debe andar suelta por las veredas!

El anteojudo asintió y comenzó a perseguir a la chica.

- ¡Oye, no es el momento! - juzgó Hikari, muy molesta por tener que huir en vez de ayudar al miembro de su equipo.

Jyou la perseguía trayendo muy en alto el palo que creía arma, Hikari sacó la roca y también lo amenazó.

- ¿Qué no ves que Daisuke está herido?

- ¡No me engañarás, Motomiya estaba mintiendo!

- ¡Claro que no, Jyou!, ¿O de dónde crees que salió la sangre?

- No te hagas, era salsa capsu - se disculpó Kido - Anda, Hikari, entre más pronto los atrapemos más pronto ganaremos y nos iremos a comer.

La chica Yagami sintió una extraña furia al oír "Entre más pronto los atrapemos más pronto ganaremos y nos iremos a comer", como que le dio enojo que el policía ese menospreciara a su equipo.

- ¡Nosotros no vamos a perder! - gritó echa furia, lanzando esa roca como proyectil.

"Jajaja, le haré como Ken, batearé la roca con mi arma secreta" pensó Jyou, pero no debió pensar, porque el haberlo hecho le quitó tiempo.

- ¡Ahhhhhhaaahhhhhh!- chilló tocándose la entrepierna, la piedra le había golpeado "justo" ahí.

Hikari tuvo remordimientos unos instantes "Creo que debí haber lanzado la piedra más arriba, los hombres son muy sensibles de su... ¡ejem!"

- Lo siento Jyou, pero no te preocupes, seguro el dolor pasará y podrás tener hijos - se disculpó con una expresión nerviosa y arrepentida, yendo directo a la cárcel, dispuesta a rescatar a Yamato.

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Miyako llevaba cinco minutos en su tarea de espiar a Koushiro, no lo había visto, pero el pelirrojo seguía cantando despreocupadamente esa canción del barquito, la chica no entendía la actitud del hombrecito pelo-rojo.

- Disculpa la tardanza, Miyako - anunció Takeru, en sus varoniles brazos traía una letal sierra eléctrica - ¿Sabías que mi abuelo era leñador?

- ¡¿Qué vas a hacer?! - preguntó asustadísima.

- Bueno, voy a bajar a Koushiro y encerrarlo en la cárcel - dijo con tranquilidad, como si estuviera hablando de la tarea.

- ¡Pero se puede matar si tumbas el árbol!

- No le pasará nada, créeme.

- Además, no tienes permiso para usar esa cosa.

- Claro que sí, se la pedí a la abuela, por cierto que me dijo que la usara con prudencia, por eso nomás cortaré un árbol, me recuerdas que mañana deberé plantar dos, ya sabes, la ecología y todo eso.

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"El aire se respira muy bien aquí" pensó Koushiro con calma indiscutible "Con eso de que trocé la escalera aseguré el triunfo del equipo, no podrán capturarme... lo único malo es que no sé como bajar, pero ya se me ocurrirá algo".

El joven de 14 se entretenía jugando al "Solitario" en su computadora, casi nunca la usaba para estupideces, pero la verdad es que era lo único que podía hacer, allá arriba no podía conectarse a Internet. Ignoraba completamente que su amigo Takaishi estaba a punto de talar el árbol donde se asentaba la casa de madera.

- Mira Mimi, ahí están Takeru y Miyako - avisó Iori con nerviosismo, mientras se deslizaba entre las ramas, escondidos de la policía.

- ¡Dios!, ¿Qué hacen con esa sierra eléctrica? - preguntó ingenuamente Mimi.

- La verdad es que no lo sé. - respondió Iori mientras seguían espiando; algo recordó de repente, y se puso pálido, casi igual a las florecitas silvestres de color amarillo que había por ahí - ¡Mimi!, recuerda que Koushiro está arriba de la casa del árbol.

- ¡Tienes razón!, pero no creo que quieran derrumbar el árbol, no están tan mal de la mente, ¿O sí?

Se escuchó el encender de la sierra (la conectaron gracias a una larga extensión de cable naranja) , Takeru la sostenía con mucho esfuerzo.

- ¡Creo que sí! - exclamó Iori, sin importarle ser escuchado.


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Hikari se adentró a la cárcel, en el camino había conseguido más armas o provisiones, estaba totalmente obsesionada por algo desconocido. Entró por la entrada principal y se halló a una Sora sobre un embobado Yamato y a un Taichi, dando consejos "sensuales".

- ¡¿Qué se supone que hacen?! - indagó alterada - ¡Yamato, no me digas que les dijiste donde...!

Yamato no respondió inmediatamente, estaba nervioso.

- ¡Traidor! - le gritó la chica de la Luz.

- ¡Ah, hola hermanita!, el gremio de la policía está "muy" feliz de tenerte en nuestros dominios.

- ¡He venido por el ladrón! - aclaró Hikari.

- ¡Recuerda que es un traidor! - recordó Sora - nos ha dicho que el cofre está...

- ¡Cállate, policía corrupta! - silenció Hikari, arrojando rocas pequeñas y de forma cuidadosa, más bien lo que lanzaba era arena, que le cayó a Sora y Taichi en los ojos.

- ¡Ah, no puedo ver! - se quejó el hermano mayor Yagami.

- ¡Ni yo! - agregó Sora, sintiendo también una buena cantidad de arena en su pequeño vestuario.

La ratera avanzó con rapidez hacia Yamato y lo desamarró.

- Hikari, ¡Muchas gracias! - dijo en parte decepcionado, la estaba pasando muy bien con Sora, claro que Taichi la había incitado y eso lo molestaba - vámonos.

- De acuerdo, pero tenemos otro problema: tienen a Daisuke. - avisó ésta.

- Nos reuniremos con Koushiro y los demás y haremos un rescate, ¡Lo importante es cambiar el cofre de lugar! - la última oración la dijo en voz muy alta, asegurándose que Sora y Taichi escucharan bien "Pobres ingenuos, si supieran que el cofre es un fraude y no tiene ni un tesoro, jajajaja" - se dijo Yamato.

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- ¿En verdad vamos a hacer esto, Takeru?

- ¿Qué tiene de malo?, ya pedí permiso.

- Amigo, eso es cinismo - informó Miyako.

- No, cinismo fue lo que me hizo Koushiro, yo sólo soy un pobre estoico - excusó Takeru, caminando hacia el árbol - ¿Me vas a ayudar, o no?

- Ya sabes que sí, esto de ser Policía es divertido.

- Es lo que yo digo, Miyako, ¡Manos a la obra!, ¡qué la justicia y la venganza siempre triunfen!

- ¡Bingo!... euupp ¿La venganza?

- ¡Pues claro!

Entre los dos comenzaron a serruchar le árbol.

- mmm, Algo se mueve - dijo Koushiro mientras dejaba de usar su adorado aparato - Tal vez Takeru ha traído otra escalera - decidió asomarse.

Alcanzó a ver el cabello rubio de Takaishi, el cuerpo del mismo estaba ocupado en una tarea extraña, se movían sus brazos moviendo algo, pero el genio Izumi no alcanzaba a ver toda la operación, al lado de Takeru estaba Miyako, haciendo algo parecido al varón policía.

- ¿Qué están haciendo? - preguntó con un poco de desesperación - les advierto que no podrán conseguir cazarme; nada les funcionaría.

Los chicos lo saludaron desde abajo y le sonrieron, a Koushiro no le gustaron esas actitudes.
Poco a poco sintió más movimiento, la débil casita se tambaleaba.

- ¡Tenemos qué hacer algo, Mimi! - propuso Iori.

- Sí, rezaremos por el alma de nuestro amigo - propuso la chica trivial.

- ¡No!, debemos actuar, el pobre ni siquiera ha caído en cuenta de lo que le van a hacer, debemos ir a ayudarle.

- Pero no ha gritado la clave

- ¡Al demonio con la clave!, él no sabe que está en peligro - Iori respiró tomando paciencia del oxígeno del ambiente - Quédate aquí, si me pasa algo, le avisas a los demás.

- De acuerdo - dijo tranquilamente Mimi.

Iori salió de su escondite.

- ¡Oigan, dejen de hacer eso! - gritó como reprendiendo - ¿Tienen idea de lo que puede ocurrir?

- Miyako, es Iori, ve tras él.

- Está bien, me voy con ella, me dejo vencer, pero dejen de talar ese árbol, Koushiro se va a lastimar.

Izumi oyó eso y sacó medio cuerpo de la casa que se estaba destruyendo.

- ¡cómo que están talando el árbol! - gritó asustado - ¿Qué están locos?

- Eso pensé cuando me tiraste de la escalera.

- ¡Takeru, te caíste a una altura de un metro!, ¡Yo estoy a más de tres!

- Creo que debí pensar en eso antes - dijo Takaishi arrepentido, el árbol se estaba cayendo.

- ¡Fuera abajo! - gritó Miyako con pesar pero diversión.

Y fue así como la casa del árbol, guarida de los Ladrones, fue destruida.

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¿Sobrevivirá Koushiro al derrumbe?, ¿Atraparán a Iori?, ¿Jyou podrá tener descendencia?, ¿Daisuke seguirá con vida?, ¿Qué pasará con Sora y Taichi?, ¿Qué planeará Yamato para recatar a Daisuke /En caso de que esté vivo/? .
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Continuará en la parte V

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Notas: Esto se está poniendo peligroso, la guerra se pone algo agresiva, ya parece "Secuestradores y víctimas" en vez de "Policías y Ladrones", pero ni modo, eso sale de mi distorsionado cerebro, espero les esté gustando, extrañamente estoy disfrutando escribir esto.
Se aceptan, críticas constructivas, sugerencias, quejas y todo eso, pero por favor, dejen su comentario.
Aún no sé cuál será la extensión de este fic, creo que dependiendo, pero al menos estoy haciendo cortos los capítulos.
El próximo episodio se titula: "El rapto de la Pineapple"

Gracias por leer y hasta pronto.