Parte VII "¡RUTSHI!"


Había alguien que ignoraba completamente lo que acontecía en el dojo, ese alguien era Daisuke Motomiya, él estaba en el lugar más apetitoso de la casa Ishida.
Comía imitando a un perfecto cerdo hambriento y esperaba a que la abuelita regresara con sus amigos, para que olvidaran el juego al menos por unos minutos y se dedicaran a alimentarse.

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En el dojo se formaba una gran tragedia. Se habían oído gritos horrorizados y lamentaciones sinceras.

- ¡Abuelita! - lloraba Takeru, moviéndola con ternura para hacerla volver (La Laptop de Izumi se había estampado en la cabeza de la viejecita de una manera bestial).

Todos estaban a su alrededor, muy asustados y sin saber qué hacer. Incluso Koushiro se había esforzado en poner atención a la señora Ishida, aunque le tentaba la curiosidad por ver si su computadora seguía con vida.

- ¿Está respirando? - preguntó Taichi, demostrando su "astuta" estupidez.

- ¡Claro que está respirando, baka! - gritó Yamato, amenazándolo por la camisa - Y no abras tu bocota para decir idioteces.

- ¡Tenemos que hacer volver a la abuela! - opinó Sora, escondiendo despistadamente, la gorra de Takeru, entre su ropa.

- ¡Debemos traer a un doctor! - dijo Iori, con algo de lógica.

Los nietos, al oír esa frase (bueno, estaban algo aturdidos, por eso no habían pensado en eso antes), voltearon a ver a Jyou Kido, luego corrieron hacia él.

- ¡Jyou, cura a la abuela!, hazla volver...

- ¿Queeeé?, ¿yooooo?, ¿Están locos?

Takeru frunció el ceño.

- ¿Pues qué no tienes inclinaciones médicas?, tu papá es doctor, además, en el Mundo Digital...

- El hecho de que haya enrollado papel de baño en el brazo roto de Ogremon, no quiere decir que quiera ser médico... Por Dios, me desmayo con la sangre.

- ¿Y por qué curó a Ogremon, Superior Jyou? - preguntó Mimi, viendo fijamente otros dos globos de plástico (repletos de agua).

- ¡Ay, Mimi! ¡Qué ingenua!, pues le hice creer que tenía buenas intenciones, para que no nos matara... ese Digimon no era de fiar.

- Como sea... - respondió Tachikawa.

- Creo que lo más conveniente es llevar a la abuelita a descansar a una cama - sugirió Koushiro.

- A.... A....

- ¿A, qué, Ken? - preguntó Iori.

- AAAAACHÚUUUU - estornudó Ichijouji, dejando salir por su nariz, una buena cantidad de líquido verdoso /que despistadamente embarró en la ropa de Miyako/ - Les dije que traía las defensas bajas, ya me dio gripa.

Taichi se acercó a la señora Ishida y trató de escucharle el corazón, tenía sus dudas acerca de la respiración de la susodicha. Yamato lo pateó antes de que el imbécil de Yagami tocara a la madre de su papá.

- Te dije que está viva, nada más que está inconsciente - renegó mirándolo con enojo putrefacto.

- Ah, sí, pero como dicen por ahí: Ver para creer.

- Taichi... estás viendo cómo se inflan sus pulmones.

- Mmm, como sea, Sora , ustedes no saben de ciencia. Lo mejor será levantarla.

- ¡NOOOOOO!, aguarda un momento - exclamó Miyako - ¿Qué tal si tiene un hueso roto?, he visto en las películas que no se deben de mover los lastimados...

- A mi abuela le cayó una computadora en la cabeza, no se le quebró ningún hueso, si acaso, se le murieron las neuronas - aclaró Yamato, algo consternado "Rayos... qué mala suerte, el doctor del pueblo salió a la ciudad, ¿Cómo ayudaré a mi abuelita?"

"Me pregunto si las neuronas de la abuela estarán viejitas" analizaba Taichi, se veía muy pensativo "Por cierto, ahora que todos los ladrones están distraídos, puedo tomar ventaja... jajaja"

- Hermano, mejor no la muevas... ¿Qué tal si Miyako tiene razón? - dijo Takeru, algo histérico - llevemos a la abuela a su cuarto en una camilla dura, para que no se lastime.

- ¿Sabes dónde hay tablas? - preguntó Hikari.

- No, pero ese no es un problema - replicó el rubio Takaishi, con despreocupación.

El niño de 12 años, sacó de la nada la tenebrosa sierra eléctrica de su abuelo (usada anteriormente para cortar árboles del enemigo). Koushiro corrió hacia Taichi, y se refugió en su espalda, tuvo un miedo instintivo.

- ¡Takeru, ¿Qué pretendes?! - chilló Izumi asustado, escondido tras Yagami.

- Jajaja, qué paranoico - opinó Miyako - qué gracioso te ves, Koushiro.

- ¡Cállate, esto no es de risa!

Taichi introdujo silenciosa y sigilosamente su mano en el bolsillo del ladrón pelirrojo que estaba distraído, sonrió al tocar un tesoro, justamente era su mira-lejos o binocular... lo sacó con cuidado, nadie se dio cuenta. "Ahora ya tenemos dos tesoros, ¡Qué fácil y divertido es esto!, eso sí, espero que la abuelita se mejore... y hablando de necesidades ¡Tengo hambre!".

Takeru dulcificó su mirada.

- Koushiro, hago esto para ayudar a mi abuela, no te voy a matar ni nada por el estilo.

- Como dice Taichi: Ver para creer - respondió Izumi.

Takaishi encendió la sierra y con extraña manía, comenzó a rajar el dojo, que era de madera.

- Oye... jeje, creo que estás destruyendo el dojo de tu familia - opinó Iori.

- Nada de eso, le hago al edificio una ventana, con eso mato dos pájaros de un solo tiro.

- Como digas...

Terminó de semi-destruir el lugar, logrando cortar un rectángulo de madera de proporciones medianas. Muy contento y ocultando su "arma", regresó con los demás.

- ¿Cómo sigue? - cuestionó.

- Igual... Sora y Mimi trajeron algodón con alcohol, pero no reaccionó, supongo que porque no se desmayó - informó Hikari, algo triste.

- Es nuestra culpa, nos hemos portado como irracionales... - dijo Ken - ¡ACHUUUUUU! - volvió a estornudar (n_n)

- ¿Y mi hermano? - cuestionó Takeru.

- Fue a la casa, a buscar algo de servir.

- Ah, ya veo.

Hikari Yagami se sintió mal de ver a su amigo de la Esperanza tan desanimado, una idea le cruzó por el cerebro y se adueñó de su mente.

- ¡Ya sé! - dijo entusiasmada, sacando una bomba con agua de su mochila - El agua ayudará.

La chica tenía la intención de rosear cariñosamente a la abuela para hacerla reaccionar, pero el globo se había calentado tanto en su "back pack", que se reventó al contacto de las manos y se estrelló el acuático contenido en el rostro arrugado (pero tierno), de Kyoko Ishida.

- ¡Ahh, ¿qué has hecho?! - gritaron Takeru, Yamato (que iba entrando) y Koushiro, al ver bañada la cara de la Señora Ishida.

- Upss - se disculpó la chica de la Luz.

- ¡Mi abuela se va a bronco-aspirar!

- ¿A qué?

- ¡Cállate, Taichi, no sabes nada! - renegó Sora.

- Perdón, perdón... - había pánico en la escena, Hikari trató de quitarle el agua a Kyoko, pero gracias a un milagro, ésta despertó /claro que algo atragantada y con tos de ahogo/.

Los niños, todos los que estaban, (menos Daisuke), la miraron con ojitos de borreguitos celestiales.

- ¡Abuelita! - exclamaron embarrándose en la anciana.

- Eh... ¿Quiénes son ustedes? - preguntó ella.

- Abuela, somos tus nietos... Takeru y Yamato - aclaró el mayor, sintiendo nervios de que su abuela pudiera haber perdido la memoria.

- Ahhh, sí... mis nietos... jeje, como si no supiera. ¿Y éstos jovencitos?

- Somos visitas - dijo Mimi, sonriendo amistosamente.

- Mmm, ya recuerdo, ¡Por poco me matan con ese aparato diabólico!

- Es una computadora, Sra. Ishida - defendió Izumi - y no tiene vida, así que no es diabólica.

- Dame esa cosa, Koushirito, la voy a exorcizar.

- ¡NO, por favor!, ¡La culpa es de los policías!, ellos la robaron, imitando a los ladrones - excusó.

- ¿Los justicieros robaron?... mmmm

- ¡Fue idea de Taichi! - gritó todo el equipo, apuntando a Yagami.

- ¡Malagradecidos, después de todo lo que he hecho por ustedes! - lloró Taichi, fingiendo - y la culpa es de los ladrones, que nos atacaron con bombas mortales.

- Eran bombas de plástico con agua - explicó Yamato - Aunque la verdad este juego sí se ha salido de control... pero no puedo renunciar a él, queremos despellejar a los tramposos...

- Por cierto - recordó Hikari - ¿Y Daisuke?

- El cretino se escapó - informó Miyako.

- ¿O sea que nuestro heroico rescate fue en vano? - interrogó Mimi, media disgustada.

- No fue en vano, rescatamos a mi laptop - opinó Koushiro.

- Y nosotros descubrimos cómo vencerlos.... ACHUUU

- Si buscan a Daisukito - comenzó la abuela, sacándose agua de los oídos, aún estaba algo atarantada - está en la cocina, comiendo, misma cosa que deberían hacer.

- ¡Comida! - gritó Jyou, saliendo locamente del dojo.

- ¡Vayamos a comer!.

Y desalojaron el sitio. la ancianita se sobó la cabeza con ademán gracioso. "Uy... esto dolió, me gusta ver tanta energía en la juventud... pero lo que me hicieron no se queda así" .

- Esperen niños, iré a servir la comida.

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La comida había iniciado y todos tragaban angelicalmente, Daisuke, que ya había terminado, los observaba.

- Abuela, cada vez se luce más en la cocina - admitió Jyou, abriendo la boca con comida, estaba tan feliz de llenarse de nutritivo alimento, que había olvidado sus exagerados modales.

- Creo que debería ir a darle clases de cocina a mamá - dijo Taichi - ¿Verdad, Hikari?

- Ya lo creo - respondió su hermanita, que después de contestar, miró a la abuelita con preocupación - Abuela, otra vez me disculpo... no sólo por el incidente de la bomba con agua estrellada en su cara, sino por lo que pasó con la laptop y con el dojo...

- La verdad, niños, estoy algo decepcionada - aclaró la ancianita.

- Eso porque nos hemos portados como bestias salvajes, ¿No? - dijo Miyako - bueno, en mi caso, hermosa bestia salvaje.

- Eso es lo de menos - dijo la abuela - el problema es que acaban de cesar con una tradición familiar...

- Lo sé, y es mi culpa - dijo Takeru - es la segunda vez que lo hago, abuela... destruí tu dojo...

- En realidad es culpa de todos - agregó Daisuke, tomando té, té y más té - menos mía, claro... jajaja...

- ¡Daisuke!

- Upss, perdón, Iori...

- Sí acabaron con otra tradición, Takerito - dijo Kyoko, poniéndose una bolsa con hielo en la cabeza, Le había salido un chichón - pero no me refiero al dojo, niños, sino a que me dejaron plantada.

- ¿Plantada?

- A los Ishida nos gusta la puntualidad - empezó la señora; tanto Takeru, como Yamato, se hicieron los despistados y empezaron a chiflar con indiferencia (menos mal que la abuela no vivía en la ciudad, el padre de Yamato, por ejemplo, no era ejemplo puro de puntualidad) - y la hora de la comida se pasó, y la comida se enfrió... ¿Saben qué hora es?

- Las 6:30 de la tarde... ¡Woww!, ¿Pues cuánto tiempo hemos estado jugando? - preguntó Mimi - ¡Inclusive pasó la hora de mi baño!

- Es casi hora de la cena - agregó Yamato - Creo que es la primera vez en que olvido una comida en casa de mi abuela... con razón está enojada.

La abuelita sonrió tenuemente.

- Bueno, olviden lo que pasó - dijo siniestramente, para luego mover la cabeza de forma extraña - y hablando de otra cosa, ¿Les gustó la comida?

- ¡Sí!

- Eso se debió al INGREDIENTE especial que le añadí - dijo la Sra. Ishida, con ojitos celestiales - será mejor que terminen pronto, porque la noche se acerca y necesitamos un ganador para su juego.

- ¿No podremos seguir mañana con el juego? - preguntó Ken, con la nariz roja - es que, no me siento muy bien...

- Te ves enfermo, querido Kencito - dijo la abuela - pero... ¿Cuándo has visto que la Justicia se quede estancada por una enfermedad?

- Abuela, esto es un juego - dijo Sora.

- Claro que no, Sorita, es un mundo, y el mundo debe acabarse hoy, si mañana deciden jugar lo mismo, ya será cosa de ustedes.

- Pero abuela... en el instructivo no dice tal cosa - replicó Jyou

- Pero lo digo yo... su castigo por olvidar y despreciar la comida, será acabar con el juego de una buena vez.

- ¿Y cómo lo haremos?... nosotros apenas acabamos de descubrir cómo vencer a los ladrones, tenemos un tesoro - dijo la carcelera Inoue - y creo que sería demasiado tardado conseguir los demás tesoros en lo que queda del día.

"Pobre Miyako, si supiera que ya tengo tres tesoros... jajaja... Sora y yo conseguimos la gorra de Takeru, le robé a Koushiro mi binocular... y mientras Daisuke tomaba té, té y más té, aproveché para sacar de su chaleco negro, la cartera de Sora..."

- A mí me parece injusto el método de los Policías, abuela - comenzó Hikari - están actuando como delincuentes, siendo que los ladrones somos nosotros.

- ¡Es verdad, juegan sucio! - siguió Iori.

- No hables por todos... AAACHUUU - dijo Ken.

- ¡Bah!, ridículos - opinó Taichi - lo que pasa es que tienen envidia porque somos un equipo más vivaracho.

- ¡Claro que no!

- ¡Silencio, niños! - gritó la abuela, usando su taza de te, como martillo de juez - no tiene caso que se pongan a discutir eso... ¡pónganse de pie!

- Sí, Coronela - obedeció Daisuke, los demás también hicieron caso.

- Quiero que marchen directo hacia el patio trasero, ¿Entienden?, sin hacer escalas.

- ¿Y cómo finalizaremos el juego? - preguntó Koushiro.

- Ya lo verán, ahora... ¡Obedezcan!... y, Koushirito, dame esa máquina posesa.

- Este... no creo que sea necesario, la dejaré en mi habitación y... - pero Yamato se la arrebató y la entregó a la abuela - ¡Oye!

Antes de que este siguiera rezongando, el rubio Ishida le susurró al oído "¿Quieres callarte?, ¿O es que prefieres ver a mi abuelita enojada?, ¡No sabes en qué lío te metes!". Izumi tragó saliva y miró cómo Kyoko miraba con curiosidad su amarilla computadora.

- Está bien, abuela... - dijo con voz aguda, temblorosa - se la encargo...

- Así está mejor, Koushirito, este aparatito me hará compañía - "Mientras decido su muerte" pensó sin hablar - y bien, sigan saliendo.

Los Elegidos salieron de la casa muy extrañados, Taichi repetía su frase favorita de las vacaciones, esa donde afirmaba que los abuelos de Yamato y Takeru no estaban bien de sus facultades mentales.

El sol bajaba desde lo alto del cielo y se escondía tras las oscuras montañas con sus deformes siluetas, que se delimitaban a la perfección, gracias a los intensos, pero escasos rayos luminosos, que emitía el sol. Más arriba, estaba el firmamento oscuro, llamando a la noche; los chicos sintieron un fresco viento chocar en sus amarillos cuerpos japoneses.

- Me voy a enfermar - musitó Ken, arropándose a él mismo.

- Te estás predisponiendo, Ichijouji - le dijo Daisuke, sin ser solicitado - Jun dice que todo está en tu mente, y si dices: me siento mal, Estás obligando a tu cuerpo a sentirse mal, por eso yo creo que..

- Cállate, Daisuke - regañó Yamato - y no des malos consejos, que fueron dados por una mente rara.

- Uy, sí, ya quisieras ser un Motomiya - peleó el chico que heredó los googles de Taichi.

- ¡Hey, Prícipe ladrón y fugitivo necio! - llamó la dama de cabellos rosas - recuerden que somos equipo, por ahora está estrictamente prohibido discutir entre nosotros.

- Mimi tiene razón, si seguimos así, los Policías nos van a ganar - opinó Hikari.

- ¡Eso sí que no! - gritaron Iori, Koushiro, Yamato y Daisuke en unísono.

Los Sabuesos Justicieros estaban alejados de los Siameses Delincuentes, tenían su propia plática.

- Tengo noticias, equipo - anunció el auto-líder de greñas locas.

- ¿Qué clase de noticias? - cuestionó Ken, mientras se alejaba de los ladrones y llegaba hasta los policías.

- Tenemos tres tesoros, me he encargado de recolectarlos - anunció con la sonrisa triunfante (los dientes tenían restos de comida).

- ¡Cierra la boca, Taichi! - ordenó Sora, el chico la obedeció, pero por torpe, se mordió la lengua "AUGGGSDD" se quejó.

- ¡Eres un tramposo! - regañó Jyou - aunque, un tramposo muy listo... después de lo que los ladrones nos han hecho, no merecen consideraciones.

"Creo que al superior Jyou le está afectando convivir con nosotros tanto tiempo... sin sus libros de texto terminará por enloquecer" pensó Takenouchi, quien ya había olvidado por completo las picadas de hormigas asentadas en su cuerpo.

- En conclusión, nos hacen falta dos tesoros, el mío y el de Jyou - agregó Miyako.

- Sí....

La abuela salió unos minutos después, traía en sus manos, una extraña hoja que leía con mucho entusiasmo. En su cabeza traía un caso de militar, y en su espalda, colgaba la laptop de Izumi.

- Niños, acérquense - imperó con voz segura, firme... y graciosa - eso es, quiero ver sus caras con ánimo - siguió mientras levantaba el bastón y lo estrellaba tenuemente en la nuca de Kencito, que se veía medio decaído.

- ¡Bingo! - gritó Miyako, otra vez dijo eso sin sentido - ¿Cómo acabaremos el juego, abuela?

- Sí, seguro que usted ya ha creado algo especial y emocionante para ello - siguió Hikari, mientras se acercaba obedeciendo la nueva orden (como su equipo).

- En efecto, niñas - dijo con modestia elevada - Estuve analizando la situación, es verdad que les falta mucho para acabar el juego de manera tradicional...

- Ni tanto, ya tenemos tres tesoros - dijo el imprudente de Taichi, mostrando las pertenencias hurtadas a los hurtadores.

- ¡Cómo es posible! - rezongó Koushiro - ¡Tiene el binocular!

- ¡Y también la carterita! - siguió Daisuke, viendo con pesar a su héroe Yagami - ¡Oh, no!

- Tramposos - murmuró Yamato.

- ¡Shshshshsh! - sentenció Takeru - la Abuela está hablando.

- Gracias Takerito, menos mal que yo te eduqué - dijo la abuela con orgullo, aunque claro que ir los veranos a la casa de la mamá de su papá no era precisamente el tiempo requerido para educar a un chamaco... en fin, sigamos - Me impresiona la agilidad de los Policías, y el ingenio de los Ladrones, pero si yo digo que la estrategia ha de cambiarse, se va a cambiar.

- Va a Digievolucionar, ¿Verdad? - preguntó en broma, Daisuke, la abuela lo ignoró.

- ¡Vamos abuela, díganos de qué se trata, no nos tenga en ascuas! - pidió Iori con cortesía desesperada.

Kyoko dio dos pasos, alzó la hoja; a mero arriba, el escrito tenía un título gigante y redactado con abecedario arábico, decía lo siguiente: R-U-T-S-H-I . Los chicos listos leyeron (aunque le dieron pronunciación en inglés).

- ¿Qué es eso?... ¡ACHUUU! - preguntó Ken, mientras estornudaba - ¿Rutshi?

- Es un juego muy interesante - comenzó la dama Ishida.

- ¿Haremos "Pin-pon-papas"? - preguntó Takeru, otra vez extrañamente ilusionado.

- Nada de eso, Takerito.

- Ahh...

- Es un juego que en los tiempos remotos de la era en que el Japón... - iba a seguir, pero la cara de interrogación de los niños, la detuvo - en mis tiempos se usaba para divertirse, claro está... aunque también es una buena forma de encontrar ganador de forma veloz.

- ¿Ah, sí? - agregó Sora -¿Y cómo se juega?

- Buena pregunta, Sorita - respondió la anciana - lo único que se necesita, son dos equipos, una base que proteger, y muchas energías /que adquirieron después de la comida/ - "Seguro que no tardará en hacerles la digestión, jejeje".

- ¿Cómo que una base? - preguntó Miyako.

- Se refiere a un territorio qué proteger, "Miyakito" - dijo Koushiro, con ironía marcada, no perdía de vista la computadora que le #cuidaba# la abuela.

- Pero eso se parece al juego de los ladrones y policías - opinó Jyou - ¿en qué se diferencia?

La abuela apuntó un árbol gradote y viejo, que estaba casi chocando contra la barda que protegía el jardín trasero.

- Hay límites, no podrán salir de este patio - avisó - Lo que deberán hacer es lo siguiente: El equipo de los Policías cuidará la base, que es ese árbol (nota: prohibido talarlo), y además de eso, tendrán como misión, correr y tocar a los rateros.

- Ahh, eso es muy fácil - aseguró Taichi

- Sí, como no - renegó Yamato.

- Al momento de tocarlos, el policía deberá decir: RUTSHI.

- OHHHHH

- Y el ladrón, quedará inmovilizado... si los tocan a los seis, los policías ganarán.

- ¡Eso no es justo!, ¡No tendremos cómo vencerlos!, tarde o temprano nos cazarán - se quejó Mimi, con cara caprichosa.

- Los Rateros tendrán su misión - dijo la anciana - deberán tocar la base enemiga... si la tientan y gritan "RUTSHI", ganan el juego. Por cierto, los ladrones pueden rescatar a sus amigos que estén paralizados, basta con tocarlos y volver a decir "Rutshi" .


- Creo que ya sé porqué este juego se llama "RUTSHI" - dijo Daisuke, sintiéndose el muy listo.

- Este juego se parece a otro que yo conozco - opinó Jyou - claro, con pequeñas diferencias.

- ¿Te refieres a los "Encantados", a la "Conea", al "Corre que te alcanzo" y a "la traes"? - preguntó Ken - en cada región tiene distintos nombres...

- Ya lo creo... ¡Me agrada esa idea! -dijo Taichi, muy entusiasmado.

La abuela mandó a Daisuke y Takeru por una silla, ya que ella sería la "jueza o árbitra" , sentó su ancho trasero y se ajustó el casco.

- Los equipos cuentan con 6 minutos de preparación para su estrategia y sus porras - anunció.

- ¿Porras? - indagó Koushiro, con rostro descompuesto.

- Sí, cada equipo tendrá su porra... y ahora, los nombramientos: Los policías serán los PERROS, y los Ladrones los GATOS, ¿Entendido?

- ¿Perros y gatos? - interrogó Miyako - Estaría mejor los Hawkmon y Tailmon, o algo así... bueno, como sea.

- ¡Me niego a hacer porras! - renegó Yamato.

- Es una orden, nieto mayor, pon el ejemplo - se burló Taichi - Hey, equipo, reunión.

Los Perros policías formaron un círculo.

- Tenemos todas las de ganar, no importa que no valgan los tesoros - comenzó Taichi - Sabemos que Mimi, Hikari y Iori no son muy veloces... Koushiro tampoco, Daisuke es medio suato y seguro se tropieza, además, Yamato caerá en mis redes... Wjuauauauauaua.

- Creo que lo mejor será seguir con la misma estrategia - opinó Sora - Los perseguidores tienen a sus presas, Miyako y Jyou cuidarán la base, y Ken, estará protegiendo la zona... ¿Hecho?

- ¡Hecho! - gritaron todos juntos, Miyako alzó la voz:

- Ahora, nos falta la porra, ¡Bingo!

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Los Gatos Ladrones se habían acercado, pero lejos de formar un círculo, parecía un cuadrado.

- ¿Qué haremos?

- No sé - dijo Yamato - correr...

- Supongo... pero al menos podemos desparramarnos por el territorio - sugirió Koushiro - hacia la izquierda, atrás de ese arbusto, que se esconda Iori; en el centro, tú, Hikari... al fondo, cerca de esas macetas, Yamato; Daisuke tú tratarás de entretener al enemigo haciendo gestos locos y demás cosas... Mimi, tú... huye como puedas, yo estaré tras el estanque. Creo que es lo único que podemos hacer, lo demás dependerá de la suerte, tratemos de tocar la base y rescatar a los necesitados... y no se olviden de decir el ridículo nombre de Runshi


- Es "Rutshi", Koushiro - Corrigió Iori, luego suspiró y dijo: - Fiuu... terminamos.

- Aún no, falta la porra.

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Al pasar los seis minutos (de hecho, pasaron seis minutos con cuarenta y siete segundos)...
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- ¿Listos para la porra, chicos? - preguntó la abuela, con cámara de video en mano - primero los ladrones:

Los mencionados comenzaron.

"Somos los Gatitos, de Yama-san, Todos jugamos, vamos a ganar... cuando en el partido, salimos a triunfar, a los perros locos, los vamos a.... #¡&%#%&#/# (Censurado)"

La ridícula porra había estado muy animada por parte de Mimi y Daisuke; Yamato estaba al frente por ser el "capitán" y un color cereza invadía sus mejillas. Iori, Hikari y Koushiro se habían limitado a susurrar esa canción-porra con una gran gota de sudor en sus cabezas.

- Oh, muy bien, niños...

Los Policías se reían de la porra de ánimos.

- ahora los Policías:

Miyako dio un paso al frente y gritó:

"Denme una P", a lo que respondieron "P"
"Denme una E" ---------------------- "E"
"Denme dos R" ---------------------- "RR"
"Denme una O" ---------------------- "O"
"Ahora una S" ---------------------- "S"

"¿Cómo dice?", los demás contestaron "PERROS"

"Y vamos a:" ------------------------ "¡GANAR!"

Ahora fue el turno de burlas por parte de los rateros.

La abuela los calló, parecía vivir el espectáculo de su vida.

- Muy bien niños, me ha encantado - luego su tono de voz se volvió más serio -Cuando diga la palabra que ya saben, empezará el juego: ¡R-U-T-S-H-I! - gritó algo ronca.

La carrera por la supervivencia y el robo de la base, comenzó...

"JEJEJEJE" rió la abuela, sádicamente "Les dije que esto no se quedaría así, queridos niños". Vio el botecito que traía sostenido en su mano derecha, decía: **PURGANTE**

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Fin de la parte XVII
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Incógnitas: ¿Qué clase de incoherencia es el juego RUTSHI?, ¿Por qué la abuela trae un bote con Purgantes?, ¿Cuál será su venganza contra los Elegidos?, ¿Quiénes ganarán?, ¿Los ladrones lograrán tocar la base?, ¿Cuál porra es la más ridícula?, ¿Vivirá la Computadora Pineapple en las manos de la señora Ishida?, ¿Habrán los chicos de destruir alguna otra tradición familiar?.

Notas: Me disculpo por la tardanza de este capítulo, yo había dicho que este fic sería publicado en forma rápida, pero desgraciadamente tuve bloqueo en cosas cómicas... ni siquiera sé si me quedó bien este capítulo, algo sumamente frustrante, porque no quiero decepcionarlos.
Ahora haré algunas aclaraciones: El juego "Rutshi" es como jugar a "la traes" o algo parecido, también se usaba cuando estaba pequeña, pero con cambios raros (como los explicados, al menos lo de la base no es muy común, y el juego tenía otro nombre, que ya no recuerdo), supongo que era cosa de familia... si tienen dudas sobre eso, ya saben que con gusto les explicaré. Lo de las porras sé que estuvo ridículo y hasta cursi, pero lo hice casi por instinto y no me gustó la idea de borrarlas.

Sé que ésta parte no estuvo precisamente genial, pero siempre hago receso en capítulos, para dejar lo mejor al final... este ha sido el penúltimo episodio de esta loca y desparpajada saga, les doy las gracias por todos los comentarios /Reviews y correos electrónicos/ que he recibido, también agradezco que votaran. La votación va así:

Ladrones: 6 votos.

Policías: 4 votos.

(Contando los reviews sin repetir y los e-mails)

Me gustaría seguirle al fic, pero luego se podría volver monótono, me disculpo con las personas que me sugirieron que pusiera romances, porque como la inspiración cesó, no podré hacerlo directamente (indirectas sí, claro); pero les prometo que en mi próximo fic loco y cómico habrá amores, desamores y muchas cosas más (es que ya lo tengo planeado n_n).

En fin, ya me alargué mucho con esta nota; recuerden que con sus votos pueden elegir quien va a ganar.

Mi correo está a su servicio: ziddycm@hotmail.com

Por favor, no se olviden de dejar comentario, para alimentar mi alma psicópata (mmm, psicópata no).