Autora: Trades.
Disclaimer: personajes de The West Wing… bueno, son de ellos. No hay dinero, no hay permiso, no afán de lucro. Odio esto. Realmente lo hago.
Comentario: primer intento de fic con The West Wing. Primeros intentos de hacer algo con leve humor. No es mi fuerte y seguro se me desviara a la tragedia. En fin. Díganme que piensan.
Feedback: tradesgarden@hotmail.com o aquí mismo. Please, please.
Introduciendo a la señorita Emma
Prologo:
Se movió en su silla, mientras veía como la mujer respondía una de sus habituales burlas con juguetón estoicismo. Sonrió levemente y no es que estuviera alejada del sentimiento que ahora CJ estaba experimentando, pero es que hoy su mente estaba en otro lugar... ¡Dios prohiba que algún día ella le dijera al presidente de los Estados Unidos "¡hey, lo siento, no estaba escuchando porque estaba pensando en otra cosa, ¿puedes repetirlo?". Fingió tomar notas.
- así que, ¿Emma que opinas acerca de lo que CJ esta diciendo?- *OH OH atrapada *.
-me atengo a la primera enmienda...confió en su juicio señor, usted siempre tiene razón- respondió con su voz mas compuesta, el presidente sonrió.
-¡lame botas!- le dijo CJ, y sonrió.
-no escuchaste una palabra, ¿no es así?.
-no señor.
-déjame refrescarte la memoria-y eso hizo...por quince minutos...además de recordarle tres parques nacionales, y advertirle que le preguntaría acerca de ellos en la noche...y él lo haría. Ella solo sonrió durante el proceso. Veinte minutos después, el ensayo para el discurso de La Unión, se termino. Se levanto y camino hacia su oficina. Por supuesto, no alcanzo a llegar inmune.
- hola.
- no te ayudare con Donna Josh, no me importa si ella te golpea en la cabeza de nuevo, es decir, me importa pero solo en el sentido anecdótico.
- solo dime, ¿que fue lo que hice?- se paro por un segundo en medio del pasillo.
- escucha, solo para que quede claro, a las mujeres "no" les agrada que se les cuestionen sus cambios de humor y menos que se les relacionen con el síndrome PREM.
- era una broma.
- y por eso serás linchado. Déjala en paz, ve a dar una vuelta…y por lo que mas quieras deja de ser "tu"- sonrió un poco y entro a su área de trabajo. Se sentó en su escritorio y recordó que no había chequeado su e-mail desde hace tres días. Escucho a Josh al otro lado.
-¡entonces, ¿no me ayudaras?!- no se digno a responder, escuchó murmullos al otro lado, y abrió su correo. Solo un segundo, pensó para abrir el correo, verlo, tal vez descansar unos segundos, como en cualquier trabajo normal. La puerta se abrió, y ella se forzó a recordar su educación católica en aquella academia inglesa, sin olvidar su casa o lo que quedara de ella claro. No levanto la vista pero reconoció esa forma de abrir una puerta de inmediato... *desde cuando se "como" la persona en frente de ella abría una puerta? *.
- no estoy, es mi hora libre, no ayudo a nadie, y no me interesa cual sea la cruzada u obsesión del día- como siempre se sentó frente a ella, sin molestarse en notar que ella aun tenia la cabeza gacha.
- él no va a ceder. Leo quiere comprometerse, pero según recuerdo, el presidente no esta para ordenar rencillas sobre quien debe sentarse en esa jodida silla o no!- *acaso siempre tenia que subir su voz cuando estaba discutiendo...y de hecho a caso siempre tenia que recurrir a ella cuando no tenia a nadie mas con quien discutir, sobre con quien tenia que sentarse el presidente de Paraguay!...*¿y porque estoy subiendo mi voz al final de la frase...¿y porque sigo hablando conmigo misma? *. Decidió levantar la cabeza, una vez que noto que llevaba mucho tiempo así, y le estaba doliendo el cuello...sin mencionar que el correo que esperaba no había llegado, eso la decepciono, y el lo noto.
- deja que CJ lo maneje, es su área Toby no la tuya.
- CJ no es quien tendrá que separar a dos embajadores cuando comiencen a pelear sobre limite territoriales.
- eso es área del servicio secreto si mas no recuerdo- respondió con calma. Vio como la miraba con creciente exasperación, *he mencionado como se exaspera con facilidad?...ya no hay desafió ahí...no usualmente*. Le sonrió con educación, sabiendo como él odiaba cuando ella ponía su pose de "inglecita educada", como le había dicho Josh una vez.
-¿quieres que te recuerde quienes somos los que tendremos que controlar el daño si esto se sale de proporción?.
- Toby, Toby, Toby- murmuro cada vez mas bajo sin mirarlo directamente aun, y apago su computadora con tranquilidad- ¿que sucede?- esta vez lo miro, y noto como él veía con atención la computadora.
-¿que haces?- dijo a modo de respuesta.
-veo mi e-mail, en mi hora de almuerzo- subrayo la última parte con la vana esperanza de que él se fuera...no lo hizo, en cambio comenzó a golpear la pequeña pelota contra la pared, sabiendo cuanto odiaba ella eso. Tenia ese horrible habito cuando se obsesionaba con algo. Odiaba esa maldita pelota. *¿Desde cuando ella tenia que saber acerca de sus hábitos? *. Odiaba esa pelota.
- encárgate de vigilar al embajador del este y yo me voy con el otro.
-¡¿te das cuenta de que ese hombre es como tres metros mas grande que yo?!- se acerco a él a través de la mesa, y solo sus ojos delataron que se estaba divirtiendo a su costa.
- esa es la idea- murmuro haciéndose el inocente.
- esto es un atropello a mi dignidad, ¡podría demandarte por usarme como instrumento de diversión para altos diplomáticos, no viste como me trato el otro día?, parecía como si fuera a...- tartamudeo un poco. No encontró las palabras, y él se divirtió mas porque eso no era tan usual según su experiencia. Por otro lado, ella se dio cuenta...que lamentablemente...como siempre, también era proclive a dejarse llevar por la cólera en su presencia, y eso Toby Ziegler definitivamente lo disfrutaba.
- lo de diversión es opcional...
-¡¿ves como me estoy riendo?!.
- soy inmune a "cruzadas" de segunda categoría- esta vez sonrió muy levemente, lo mas que podía conseguirse de él. Ella le envió una mirada asesina, y se sentó de nuevo con excesivo cuidado. A el hombre frente a ella le pareció que estaba listo para ser atacado, se puso en guardia, pero se decepciono al no ver aparente reacción. Se puso sospechoso.
- lo dice el hombre que se paso cuatro días averiguando porque no se venían pretzelz en el bar del frente...
- te veré esta noche- se levanto.
-apuesta- murmuro y metió su cabeza de lleno en la computadora, gesto típico cuando peleaba con él y perdía, (él no pudo evitar sonreír sin que ella lo notara), meterse de lleno en cualquier cosa para no matar a su jefe porque eso no se vería bien en su currículo...al menos hasta que supieran de que se trataba de él.
Dejo de trabajar cuando faltaban dos horas para el gran evento, y fue a arreglarse a su apartamento, con la fuerte convicción de que hoy no dejaría que la señora del senador Navarro le quitara su plato de langosta, la muy glotona. Prendió la luz, y no supo porque le pareció estar de nuevo en ese departamento, cuando estaba vació y ella de 19 años, recién despedida de una empresa multinacional, donde trabajaba como asistente del gerente de relaciones publicas, o sea, lavado de imagen, y trato con ego maníacos que creían que ella era parte de la canasta de regalos que daba la empresa. Gran trabajo económicamente hablando claro, excelente trabajo para alguien que debía pagar con desesperación sus cuentas estudiantiles...analista de sistemas y otros títulos de informática y arte (además del siempre anhelado sueño de la economía). Y la habían despedido solo por "insinuar" que un cliente había tratado de propasarse. Y entonces vino la providencia.
Había sido tentada exitosamente (asombroso, como le dijo su amiga Clara muerta de la risa...y la artífice de la tentación), para trabajar en la campaña de Bartlet, ella que jamás había mirado si quiera a un político si no era estrictamente necesario, y si era bien parecido. Se puso el vestido azul de Chanel, solo como acto de rebeldía contra la legión Armani, que estaría esa noche en la recepción.
Si, asombroso, tanto como el hecho de estar hoy en la casa blanca, respondiendo las constantes bromas del presidente, y trabajando directamente para un hombre que había considerado la primera vez que lo había visto como un insecto ego maníaco, condescendiente, arrogante, auto referente y con una extraña idea de que el mundo no puede marchar si él no lo estaba vigilando... lo cual ahora seguía sosteniendo... y lo cual, ahora que lo pensaba, era sinónimo de ego maníaco... y auto referente…y condescendiente, no olvidar eso. Asombroso.
