En fuga...


Capítulo siete "El Temblor"


"Lo siento casi dentro de mí, pero no, no está, ni siquiera sé si existe, tal vez sólo sea una ilusión, me he entercado tanto en tratar de creer que existe, que ya casi termino por sentir que vive, no sólo eso, ¡Qué existe en mí!, ¿De qué hablo?, pues del amor.
Estoy mareado, muy mareado, no puedo siquiera abrir mis ojos, tal vez tenga miedo, no, no es eso, es que estoy débil, y muy confundido...
¿Qué me ha pasado?, ¿En dónde estoy?, ¡Puras dudas sin resolver!, ¡No es justo sentirme tan asfixiado!, y no creo que me sienta así por amar a alguien, no; es otra cosa, siento como si mi debilidad me obligara a tener miedo, a sentir que no hay oxígeno disponible para mí.

¡Demonios!, los últimos recuerdos que tengo no son agradables, y peor aún, son muy nublosos, pareciera que el cielo de los pensamientos estuviera lleno de niebla, de nubes, de temores... pero tengo razón al tener miedo, ¡Mucha razón!, todos dicen que siempre tengo la razón, yo sé que no, pero ahora sí; corro peligro.

Me tiembla el cuerpo, es que hace mucho frío, siento que mis brazos, específicamente mis muñecas, están sujetadas por cadenas, ¿Seré acaso un prisionero?, sí, justamente soy eso...

Estuve en el hospital, y ella me besó, ¿Quién?, ¡Mimi Tachikawa!, sí, ella misma, una niña mimada a la que nunca quise poner atención... esos hombres llegaron, usaban máscaras de digimons, la intentaron violar, yo disparé e intenté protegerla, ¡Pero no fue suficiente!, ¡Nunca es suficiente!, a esa bestia no le perjudicó mi disparo, se levantó casi como si nada, y la hirió a ella, a Mimi, a la chica que me estaba cuidando, ¡A la que otra vez no cuidé!, lo siento, en verdad lo siento, ya no recuerdo qué más pasó... sólo sé que no estoy muerto, ¿O sí?"

Koushiro pensaba, sus movimientos eran lentos, había mucha oscuridad en ese cuarto, tenía los ojos abiertos, pero de nada servía eso, ya que la penumbra de ese lugar, era peor que la noche.

¿Dónde estaba?, pues en una prisión, él había sido secuestrado por una organización que tenía como objetivo encontrar un emblema, el de la PAZ, el que era esencia para equilibrar el Mundo real y el Digital.

- ¿Está usted bien? - preguntó una voz femenina, cercana a él - Llevo tiempo observándolo, lo acaban de encerrar, yo llevo aquí más de una semana, parece que somos los únicos prisioneros.

Izzy no veía a nadie, pero supuso que esa mujer ya estaba impuesta a la oscuridad y al acostumbrarse a ella, podía vislumbrar cosas que él no podía. Ella era prisionera del lugar, sin duda alguna, se talló sus negros ojos, quería verla, pero no podía responderle, acababa de ser operado de la garganta y no había tenido, lo que se dice por ahí "Reposo absoluto"

- ¿Por qué no me contesta? ¡Oh, por favor!, me siento muy sola en este lugar tan terrorífico... usted se ve muy amable, ¿Por qué está aquí?, mi nombre es Yoshisaki Yínbee, vine a éstas ruinas porque me parecieron un escenario interesante para el rodaje de mi primera película... pero las cosas no salieron bien, pensé que este lugar estaba deshabitado, no fue así, estaban ellos, me encerraron aquí, ¿No le parece el colmo que existan estas organizaciones tan patéticas hoy en día?.

Esa chica hablaba mucho, pero aún así, era agradable notar en su voz resignación y fortaleza, como si no estuviera del todo mal estar encerrada, sabrá Dios si de por vida; Koushiro intentó hablar.

- Soy, Izumi Kousshhiroooo - dijo de manera tenue, arrastrada, ronca, como si su voz no tuviera vida propia.

- ¡Cielos, te oyes muy mal Kousshhiroooo!, pero es comprensible, no sé que atrocidad te habrán hecho esos rufianes - ella lo analizó detenidamente y se estremeció al darse cuenta de lo convaleciente que estaba el joven - Si pudiera... te ayudaría, pero las cadenas me lo impiden.

Izzy asintió, le parecía una mujer muy simpática, poco a poco la fue viendo mejor, tenía la piel clara y ojos cafés, parecían dos nueces con vida, el cabello era de tonalidades doradas y naranjas, eso contrastaba con el ambiente, estaba todo desparpajado y sucio; su nariz era respingada y larga, tenía pestañas rizadas y cortas, pero lo más importante era su boca, que parecía tener pintada una eterna sonrisa alentadora, llena de esperanza.

No pudieron seguir comunicándose, la puerta del calabozo donde se hallaban se había abierto, no llegó mucha luz con ese acto, pero al menos los verdugos que entraron traían antorchas.

- ¡Oigan, esta vez sí que es el colmo! - rezongó la señorita Yímbee, frunciendo el seño - ¿Antorchas?? ¡Estamos en el siglo XXI!, Parecen cavernícolas, por si no saben, existe lo que se llama E-l-e-c-t-r-i-c-i-d-a-d.

"¡Qué chica más ocurrente!" pensó el joven Izumi, sí, de verdad era muy extraño que dijera eso justamente ahora.
Los tipos que habían entrado portaban disfraces de Digimons, las máscaras ahora eran acompañadas por una vestimenta apropiada, que hacía efecto de algún digimon, claro que para nuestro amigo, solamente aumentaba la ridiculez del ambiente.

- ¡Cállate, mujer! - gritó uno de ellos, lanzando un latigazo hacia el frágil y pequeño cuerpo de aquella chica.

- ¡Auch! - se quejó Yoshisaki Yímbee, el fuego alumbró su figura, bastante maltratada y llena de sangre, pero hermosa - esto es como una película - afirmó con seguridad, secándose las lágrimas y obligando a su sonrisa a aparecer de nuevo en su sucio rostro.

Los hombres rieron con malicia, pero la ignoraron, la pasaron de largo y llegaron hasta el antiguo portador del conocimiento.

- Ya está consciente, Birdamon03 - dijo el del disfraz de Floramon - ¡Maldito Koyama!, ¿Así que el famoso espía era un humano tan patético y pequeño?, ¡Es increíble!, pero tu hazaña no te quita lo mediocre.

- Floramon88, deja eso para después, el jefe necesita a esta escoria.

- Lo sé, pero - y entonces miró tenebrosamente al pelirrojo - ¿No estaría bien divertirnos un poco con él?

- En eso tienes toda la razón, amigo.

El primero comenzó a patearlo con frenetismo, mientras que el segundo sostenía las antorchas y lo escupía constantemente.

- ¡Déjenlo en paz, desgraciados! - gritó Yoshisaki, horrorizada, le temblaban sus ojitos y lágrimas corrían por sus mejillas, ella pensaba en que no tardarían en matar al chico - ¡Si siguen golpeándolo, lo van a matar!, ¿Qué no su jefe lo quiere ver?.

Los asesinos golpeadores se detuvieron, ella respiró aliviada, sabía que no le había salvado la vida al pobre infeliz, pero al menos la había alargado y ya no lo matarían en su presencia, lo cual, era ya ganancia.

- La mocosa parlanchina tiene razón, Floramon88 - dijo Birdamon03, mientras sujetaba el cuerpo, casi inerte, de Izzy - Ya sabes como agradecerlo, ¿verdad?

- Sí, con otro latigazo - exclamó el disfrazado de Floramon, sacó el látigo y golpeó a la mujer, acto seguido se retiraron.

Y así se quedó ella, paralizada, chispeada de sangre, pero con una sonrisa de hielo.

- Me he vuelto a quedar sola... hace frío - musitó para sí misma.

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Acomodó sus lentes, hacía rato que Yolei sentía que se le resbalan por su nariz, eso era efecto del sudor, le repugnaba dejar correr aquel líquido por su cuerpo, le daba comezón, pero no podía secarlo a cada momento, le podría quitar la concentración, y eso era, según su perspectiva, lo único que no podía perder.

El atentado en el Hospital había sido en la madrugada, todavía no salía el sol por completo, pero los primeros rayos ya habían invadido esa parte de la biosfera, su amigo Izzy había sido secuestrado, Mimi Tachikawa, la chica que siempre quiso tener como hermana, estaba herida... los elegidos tenían que actuar, según Taichi, entre más pronto mejor, y de verdad que esta vez no habían perdido tiempo, estaban a punto de entrar en acción y estaban bien organizados, pero eso no aseguraba el triunfo, al menos eso creía ella.


Su cabello estaba sujeto con un melindre, se lo quitó y secó su sudor con él, rápidamente volvió a su misión, que consistía en destruir las alarmas para permitir la entrada de sus coetáneos a la base secreta del enemigo, su querido Ken eran un genio, había diseñado un programa capaz de crear un virus catastrófico en las computadoras del sitio, y ella, bastante brillante también (siempre y cuando no te metas con su extrovertida y demente personalidad), era capaz de usar dicho programa a la perfección.

- ¡Bingo! - exclamó mientras sonreía triunfante.

Joe Kido estaba en la sala contigua, cuidando de la inconsciente Mimi, al oír el alarido de la chica Inoue se acercó.

- ¿Lo lograste? - indagó de forma intranquila.

- ¿Pues qué crees?, ¿Qué sólo Izzy es listo por aquí?

- Yo no dije nada - se disculpó Joe, ante Miyako, aunque no tenía la culpa de nada.

- Como sea, sí, lo he logrado, Joe - dijo un poco más calmada - ahora me queda informarle a Ken, dentro de tres minutos se rompe el sistema y podrán entrar.

- Menos mal...

- ¡Sí, es hora de que los Niños Elegidos entren en acción otra vez! - gritó con entusiasmo indudable, tomó su D3 y empezó a escribir un mensaje, seguro para su novio Ichijiouji.

- Este... Yolei... ya no somos niños... - susurró el mayor de todos, con desánimo.

- ¿Y qué pasó con el niño que llevamos dentro?

- ¡Que estás embarazada! ¿Cómo?

Una gran gota cubrió la cabeza de Yolei, ¿Qué demonios tenía Joe?, ¿Qué estupideces decía?.

- ¡Me refería al espíritu de la niñez!, ¡Qué tonto! ¡y eso que supuestamente eres listo!
Joe cayó en cuenta de su error.

- Jeje, lo siento, ya sabes, me traumé con la medicina... y hay ciertos términos que pueden ser malinterpretados.... lo siento, supongo que estoy nervioso.

- Bueno, ya me comuniqué con los chicos, ahora nos resta esperar, y estar alertas - anunció ella, considerando que lo mejor era cambiar de tema - ¡Hawmon, a vigilar los cielos!

- Sí, Yolei - respondió el digimon águila, de forma caballerosa

- Gomamon, tú acompaña a Submarimon y Cody

- Como digas, Joe - dijo el mismo - entonces, ya lo demás parece ser parte de los otros... regresaré a ver como sigue Mimi

- Sí.

Esos dos compañeros se hallaban la Navus 2, que era propiedad de Yamato Ishida, quien era un destacado estudiante que se convertiría en Astronauta, el rubio poseía esa nave para emergencias de la NASA, claro que esta vez su uso era para otros fines, seguro que él rezaba para que sus superiores no se enteraran. La Navus 2, estaba actuando como un submarino, que estaba cercano a las cuevas secretas.

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Era horrible sentir la necesidad de orinar cuando no puedes ir al baño y debes aguantarte, "Como hombre", pero Daisuke Motomiya no podía más, cruzó sus piernas para disminuir las ganas de desechar líquidos por su aparato correspondiente, y se mordió el labio inferior, Ken Ichijiouji se hallaba a su izquierda, mientras que V-mon a su derecha, éste ya había notado raros los ademanes de Davis, pero bueno, V-mon ya sabía lo loco que estaba su compañero, y a veces era mejor quedarse callado.

Se escuchó el sonido típico del D3, es decir, cuando te llega un mensaje.

- ¡Es de Yolei! - dijo Ken, algo fuerte, pero con seriedad.

- ¿Lo ha logrado? - preguntó Tentomon, que estaba más atrás, junto con Agumon.

- Por su puesto - contestó el novio con seguridad, como si el triunfo de Miyako fuera el suyo - en un minuto se desactiva la alarma...

- Excelente - rugió Tai, con decisión - Entonces debemos estar preparados, Agumon digievolucionará en Wargreymon, es mejor que XV-mon y Stigmon no hagan la Digievolución DNA, ellos estarán de reserva, ¿De acuerdo?

- Sí, sí - dijo Davis con desesperación, la cara se le estaba poniendo azul, del esfuerzo por aguantarse.

- Davis, ¿Qué tienes? - indagó Taichi, algo consternado "mmm, a lo mejor Kari tiene razón al decir que Daisuke no es exactamente un chico normal", pensó el antiguo líder, mirando perplejo a su casi doble.

- Es que... bueno pues... yo... ¡Necesito hacer!

- ¿Hacer qué? - preguntó Agumon - ¿Hacer comida?

- ¿Tanto extrañas el restaurante, Davis? - siguió V-mon, con cara de estúpido.

- ¡No, no es eso!

- Davis, no grites - ordenó Ken, con severidad - y di de una vez qué es lo que tienes.

- Sí, Ichijiouji... la verdad, necesito ir al baño...

- ¡Ahhhh! - interrumpe Wormmon

- Mira, creo que no es el momento, dentro de unos segundos deberemos entrar, podríamos perder la oportunidad de salvar a Izzy... lo siento, tendrás que aguantarte.

- Lo sé - contestó Daisuke con resignación, mirando con tristeza a su azulado amigo, el detective más joven de Japón - pero... ¿Cuánto creen que tardemos?

- Espero que sea rápido - replicó Tai - ya que también me están dando ganas, tomé mucha limonada en tu departamento, Ken.

Los tres hombres y los tres digimons estaban alertas, Ken miraba su reloj "10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, ¡Es tiempo!"; acto seguido se escuchó una gran explosión.
- ¡¿Qué es lo que pasa?! - preguntó Davis

- Es sólo el sistema de alarmas, fue destruido.

- ¡Vaya, que salvaje táctica! - opinó un asombrado Taichi

- Bueno, la verdad es que explotaron todas las computadoras que detectaron el virus que instaló Yolei.

Estaba bien claro que ninguno de los cabezas huecas de Yagami y Motomiya entenderían esos conceptos, mejor Ken los miró con resignación.

- Entones, entremos, porque seguro instalan el modo manual.

Se escuchaba un gran griterío del personal, y detectaron a los tres chicos de inmediato, que salieron de su escondite y se dirigieron sin cautela hacia la entrada principal; bueno, la verdad es que ellos no tenían la intención de dar rodeos, al menos ellos tres, darían la cara... eso decía el plan de Tai...

//Atención a todas las Unidades de la base// se oía por ahí //Enemigo a la vista--- orden: ATACAR ---//

- Aquí tendremos que olvidarnos de algo, chicos - advirtió Tai, mientras corría y cargaba con una pistola.

Daisuke tembló, sabía lo que su "héroe" iba a decir, pero no pudo evitar preguntarlo.

- ¿Qué cosa?

- Olvídate de dejar vivir, aquí te juegas la vida

Eso lo dijo en tono seco, a los otros dos les dio un escalofrío, pero el futuro Embajador tenía razón, no tendrían tiempo de analizar la situación, de evitar muertes, se olvidarían de su técnica en la última aventura, en donde para ellos, era imposible matar al digimon, sin saber si estaba hecho o no de agujas de control... ni Ken ni Davis habían vivido lo que Tai, él castaño chico de cabello alborotado, tenía otro concepto de lucha, ante todo, debían de satisfacer sus necesidades.

- ¡Eso no, Tai! - rezongó Davis

Pero mientras decía eso, un Centuramon casi lo mata, Tai disparó su pistola e hirió a dicho digimon.

- ¿Ves a lo que me refiero?

Daisuke asintió, muy asustado, por supuesto, pero comprendió.

- Toma, Davis - Ken le había dado un arma.

Ahora los siete (contando a Tentomon, que iba con ellos) estaban armados, desafiando al destino, a la maldad y a sus propios principios.

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- ¿Cuánto tiempo permaneceremos aquí? - preguntó Sora, que caminaba cerca de Matt, tomado de la mano del mismo - ¿Cómo sabremos si no necesitan ayuda? ¡Oh, que preocupación!

Yamatto sólo la escuchaba, iba en silencio, haciendo camino con la luz que emitía un foco de mano, ellos estaban en una cueva secreta y virgen (según los datos obtenidos), ese cueva estaba conectada con la base del enemigo y de ser necesario, ellos intervendrían en la lucha.

- Si nos llegaran a necesitar, Tai verá la manera de avisarnos, así que tranquilízate, ¿Por qué te preocupas tanto?, pensé que tenías plena confianza en Taichi.

- Tal vez... pero ya no estoy tan segura.

- Él es como esa hierba que nunca muere, la arrancas y vuelve a crecer, siempre he dicho que de alguna manera, aunque sea como es, él estará bien, es muy fuerte y tiene esa maldita chispa que hace que confíes en él, sólo que pensé que ya lo sabías, Sora.

- He olvidado muchas cosas, Matt - mintió ella, pero sabía a la perfección a lo que se refería el rubio Ishida, Tai no era el más listo, el más alto, el más responsable, el más consciente, y sin embargo, era el líder, y eso era por su valentía, o sea, esa maldita chispa que decía Matt que tenía.

La joven Takenouchi ya no estaba impuesta a las luchas, había cambiado su carácter de marimacha por flores y diseños, estaba ahí, enfrentando una nueva aventura, pero se sentía censurada, como si una parte de ella misma se hubiera muerto, eso era terrible. Tenía miedo, y se aferraba de la mano de su amigo, pero ella no quería tener miedo, debía ser como antes, una chica audaz y valiente... tal vez como Tai, pero más madura y responsable... ambas cosas las había perdido, su antigua personalidad, y la magia que tenía con su mejor amigo.

- Sora, Sora

- Biyomon... estoy bien, sigue adelante.

"No, Sora, tú no estás bien" pensó Matt "Pero no sé como ayudarte..."

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Takeru y Hikari eran otro equipo, y se habían infiltrado a otra cueva, específicamente a la que se hallaba del lado derecho a la corporación o base del enemigo, los dos iban callados y de vez en cuando, sólo de vez en cuando, se miraban... ellos mismos evitaban hacerlo, porque sus corazones desfallecían de desesperación, pasión y amor al mirarse, no eran del todo valientes, se limitaban a llegar a la frontera, pero no se atrevían a cruzarla, y eso, amigos míos, va consumiendo a las personas.

Gatomon iba caminando por delante, con sus azules ojos al acecho, con sus orejas bien levantadas y pose de gato montés feroz, ella estaría lista para todo, y como era su deber y su más grande deseo, protegería a Kari sin importarle poner su vida en riesgo. Patamon, en cambio, iba en la cabeza de Takeru, acomodado confianzudamente en el gorro de este, miraba tímidamente hacia delante, definitivamente vencido por la voluntad de Tailmon (o Gatomon), pero con una esperanza más grande y un optimismo más obvio, también estaría listo para proteger a TK en cualquiera de las situaciones.

- Es aquí - anunció Takeru - según el mapa que nos dieron, debemos estar aquí.

- Sí... - siguió Hikari, con la cabeza hacia abajo y los ánimos en el suelo - sólo espero que ellos estén bien...

- Estarán bien, no te preocupes por eso - la animó TK - lo que yo espero es que no necesiten de nosotros.

- ¿Acaso te sientes mal? ¿Te duele mucho el brazo? - preguntó ella, muy asustada.

- ¡Oh, no es eso!, es que no quiero luchar ahora, no antes de tiempo - respondió TK, con una sonrisa "La verdad, querida Kari, es que no quiero verte correr ningún riesgo" pensó, pero lamentó haber pensado eso, pensaba y se decía tantas cosas, que eso ayudaba a que ya no tuviera ninguna duda de amar a su amiga de la Luz, y el hecho de sentirse así, le provocaba la alegría más grande, y no estaba bien sentirse así, porque era un cobarde, no le decía a ella que la amaba, todo era una ilusión y aunque era un soñador, quería que eso fuera real... debía hacer algo al respecto.

Se quedaron en silencio, pero no por la situación, sino porque sus tímpanos comenzaron a escuchar ruidos externos, de gritos, disparos... allá arriba, en la base del enemigo, había guerra, y ellos, por órdenes establecidas por un plan, no podían hacer otra cosa, mas que temblar y mirarse, provocando con ello una guerra interna en sus corazones, en donde, tal vez terminarían cediendo, descubriendo el amor.

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//ATAQUE SUBMARINO// gritó Submarimon.

- Lo siento Cody, ¡son demasiados Seadramons!

- No hay problema, dirígete a aquellas rocas mientras Zudomon ataca, debemos diseñar alguna estrategia para acabar con ellos.... ¡Demonios!, sabía que terminarían descubriendo que nuestra base está en el fondo del mar, ¡Debemos impedir que dañen la Navus 2 de Matt! .

- ¿Regañarían a Matt sus superiores si se descompone la nave?

- ¡Eso es lo de menos, allá adentro están Yolei, Joe y Mimi! - gritó algo alterado, su voz firme y valerosa, sus ojos brillantes y asustados... ¡Cody era un encanto de joven, ya no más un niño!.

"Qué raro... no sé si sea yo, pero se mueve... ¡Se mueve el ambiente!, sí, es eso, Está temblando, pero no sé si sea por causa natural o artificial" pensó Iori, que se encontraba dentro de su digimon.

El agua era un revoltijo de arena, tierra, algas y digimons, todo se movía de una manera tan intensa que ni siquiera se podía ver lo que se tenía tres metros por delante

- ¡Cody! ¿Qué está pasando? - gritó Submarimon, horrorizado - Todo se mueve, y no veo nada.

Pero Iori estaba demasiado sumido en sus pensares para poder contestar de inmediato, respiró con dificultad, había estado dentro de Submarimon en muchas ocasiones, nunca antes se había sentido atrapado, sin oxígeno, como ahora... "No, no es un temblor artificial" se dijo con firmeza, al poder ver que todos los Digimons marinos que los atacaban estaban desconcertados, algunos zarandeados y asustados, otros eran llevados por la corriente, se estaba formando un huracán.

- ¡Submarimon, localiza a Zudomon! - imperó con decisión

- ¡No está! ¡No lo veo!

- ¡Mira, allá hay un Gomamon!, seguro es él, debió perder su poder, vamos, ve por él, mientras trataré de rastrear la nave con el radar, todos debemos salir del agua, o moriremos.

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- Es un temblor fortísimo - afirmó Yolei, dentro de la nave, tambaleándose junto con todo lo que estaba dentro de ella - ¡Todo un desastre natural!

- ¿De cuántos grados?

- ¡Eso no importa, Joe!, debemos hallar a Cody... aunque lo que de verdad me tiene consternada es la suerte de los que se encuentran en las cuevas, ¡Oh, Ken!

- ¿No puedes suponer cuanto durará?

- ¡No no no no, no sé! - chilló horrorizada, mientras se tapaba los ojos y gafas con sus manos - está en casi todo el Japón, pero justo estamos en donde se está dando con más intensidad.

Joe no sabía qué hacer, Yolei trataba de localizar a Cody, pero era imposible verle, lo que hizo fue escribirle un correo y darle las coordenadas de su posición, sabía que su mejor amigo era muy listo, sabría que hacer, sólo lo esperarían 5 minutos más.

--AAAAAHHHHHH-----

- ¿Qué... Qué fue eso?, se oyó como a Mimi.. Joe, ella debió haber despertado

- ¡Voy por ella, debe estar muy espantada!

Kido se dio la vuelta, lo que oyó le puso los pelos de punta.

//Hiedra venenosa// -- era Palmon, y parecía estar atacando a alguien, entonces, su amiga estaba en peligro, volvió a escuchar el poder del Digimon de la chica de la Pureza, esta vez con voz más desesperada y ahogada.

- Joe...

- ¡Es Mimi, Miyako!, ¡Alguien la ha atacado!

- No, no es eso...

- ¿Qué cosa?

La chica Inoue tembló.

- Han entrado... ¡Están entrando a la nave!

- ¡Oh, no!

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Cuando el temblor empezó a sentirse, Matt y Sora intentaron refugiarse, no había donde, el rubio Ishida le escribió un mail a Tai y los demás, pero no obtuvo respuesta, seguro también estaban en problemas, la cueva en donde se hallaban tenía muchas rocas sueltas y había impresionantes derrumbes.
Sora miraba cómo Matt no sabía qué hacer, en sus brazos traía a Biyomon, estaba protegiendo a su digimon como tantas veces éste la había ayudado a ella, le había prohibido Digievolucionar, Birdamon no cabía en esa angosta cueva.

Estaba más tranquila, mirando el techo y huyendo de las rocas, su valentía había vuelto y su sangre hirviente de responsabilidad también, no estaba pensando en ese momento en su carácter, pero me atrevo a afirmar que lo que Sora creía haber perdido estaba dentro de ella, escondido tras la soledad y confusión de su alma. Yamato buscaba la manera de ayudar, Gabumon si había digievolucionado, era hábil y más pequeño que Birdamon.

- ¡Matt, ¿Qué haremos?! - indagó Sora - Garurumon no podrá estar defendiéndonos por mucho tiempo más...

- Lo sé, pero... ¡Rayos!

- Necesitamos un refugio, Matt, y ya que no lo hay por aquí, debemos hacerlo.

- Sí, tienes razón, sé a lo que te refieres - juzgó él - es más, ya sé lo que haremos, vamos Sora, sube en mi Digimon con Biyomon.

La hermosa chica de cabello naranja y piel apiñonada asintió con una cálida sonrisa en su cara sucia por el polvo, Matt subió delante de ella.

- Sujétate fuerte, ¿De acuerdo?

Ella lo rodeo con sus largos y femeninos brazos, se sonrojó en el acto, pero nadie puso atención en ese detalle, en esos momentos, era secundario.

- Sí, no me soltaré, ¿Qué haremos?

- Te tomaré la palabra, querida Sora, Haremos un refugio - respiró profundamente antes de exclamar - ¡Garurumon, hacia la izquierda, has tu propia cueva, perfora la pared y penetremos en ella!

- ¿No será peligroso? ¡Podría haber derrumbes dentro!

- Si, posiblemente, pero no tenemos otra opción, además, Tai dijo que la base estaba conectada con la cueva, nos arriesgaremos.

El cuerpo de la chica Takenouchi tembló y Matt lo sintió.

- Tú... ¿Confías en mí?

- Yo creo que sí.

- ¿Tanto como confías en Tai?

- Sí, tanto como confío en él.

- Entonces estaremos a salvo.

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El temblor les cayó por sorpresa a Tk y Kari, los dos estaban sentados en unas rocas, mirando al suelo, internados totalmente en sus pensamientos, tal vez más todavía en sus sentimientos.

"El suelo... se mueve, ¿Será otra alucinación mía?" pensó Takeru, pero no, nada de eso era parte de su mente, de sus fantasías... ¡Era una realidad!, lo comprobó cuando Kari perdió el equilibrio y cayó al suelo.

- ¡Kari! - gritó mientras corría hacia ella, y dulcemente le ayudaba a levantarse.

Gatomon y Patamon estaban alertas, pero el temblor había cogido tal intensidad que no podían moverse, ¡Por Dios!, apenas podían abrir los ojos, y eso era desesperante.

- ¿Qué sucede? ¡No entiendo! - gritó asustado Patamon, que protegía a Tk y Kari con su burbuja de aire.

- ¡Está temblando! - respondió su compañero - Tenemos que salir de la cueva.

- ¡Algo se acerca! - advirtió Gatomon.

- Tk, ¿Tú crees que este temblor esté siendo provocado por el enemigo?

- No lo sé, no lo dudaría

Nadie había prestado atención a Gatomon, pero fueron apareciendo, poco a poco, cientos de Bakemons.

- ¡Oh, no, Bakemons!

- No te preocupes Kari, yo me haré cargo de ellos.

//GARRA DE GATO// atacó ella.

Patamon digivols a......... Angemon

//GOLPE DE FE// ayudó Angemon - Yo también te ayudaré, Gatomon.

- Hagan su mejor esfuerzo, yo cuidaré de Kari - dijo Takeru con decisión, se dio la vuelta con rapidez, y la vio en peligro, a ella, a la chica que debía proteger - ¡Kari, quítate de ahí, la roca te caerá!!!

Corrió con toda su alma y la alcanzó, en cuanto la tocó le dio un empujón fuerte y siguió, pero la roca lo alcanzó y le cayó encima, era enorme.

- ¡Takeru! - gimió ella, angustiadísima, corriendo hacia su mejor amigo y tratando en vano de quitarle la roca - ¡Ayuda!, ¡Gatomon, Angemon!, ¿Dónde están?

Pero no estaban, ella miró hacia donde los digimons peleaban momentos anteriores, tembló al notar que el panorama ya no se podía ver, había una pared de rocas, que impedía que ella recibiera ayuda.

No se rendiría, ¡Ella sacaría a TK de ahí aunque le costara la vida!.

Tocó la roca con sus manos, y comenzó a empujar la piedra, que era casi más grande que ella, lo lograría, no se daría por vencida, había oído por ahí que cuando uno quiere algo, por más imposible que lo fuera, lo podía conseguir, ¡Y ella estaba segura de que eso era más que cierto!, el mismo Takeru se lo había dicho en una ocasión y no iba a poner en duda la palabra de él, su amigo de la Esperanza.

La roca se fue removiendo, ya podía verlo, por la boca del chico había un río de sangre, también en su cabeza y parte de su cuerpo estaba morado, ¡Era horrible!, pero el verlo así, tan débil y posiblemente muerto, hizo que ella adquiriera más fuerza, una fortaleza bruta, que no era normal, ni sana, sino desesperada y pasional, los ojos de la chica Yagami estaban agobiados, rojos y mojados, no paraba de llorar... y no pararía en buen tiempo.

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//TERRA NOVA// . Dijo Wargreymon, tras lanzar su bola gigante de energía, destruyó a muchos enemigos.

- Vaya, nunca había visto pelear a un digimon de los nuestros así - admitió Davis, el movimiento de las placas tectónicas lo había mareado y estaba pálido, pero lucía mejor que cuando se estaba orinando, cuando había empezado el temblor había aprovechado el desconcierto del enemigo para huir a una esquina y realizar su necesidad primaria, por suerte, nadie lo había visto - Pero no podemos seguir así, Wargreymon va a debilitarse mucho, no podemos seguir atacando enemigos, el temblor ha desconcertado a todos.

- Por eso mismo no debemos dejar de seguir así, Davis - dijo Tai - Mientras Ken no encuentre la cámara principal, tendremos que seguir usando a Wargreymon, sino, el mismo temblor se vendrá en nuestra contra.

- Entendido - obedeció él - iré con XV-mon hacia la izquierda.

- Muy bien, Yo cubriré la derecha - siguió Stigmon - esperemos a que Ken encuentre la base.

- ¡No es mi culpa!, sin la ayuda de Yolei es más difícil, pero no me puedo comunicar a la nave principal, ellos deben tener su propios problemas allá.

Taichi no lo decía, pero estaba desesperándose, el temblor sin duda alguna era causa natural del ambiente "¡Maldita suerte!" pensaba, pero a la vez pensó que la suerte no era tan maldita, porque el enemigo también estaba siendo afectado, al menos eso parecía.

Se escuchó un ruido seco, y pasos veloces, una de las paredes había sido derrumbada y de ella había salido un lobo-digimon de color azul con rayas más oscuras, en su lomo traía a dos seres humanos: Sora y Matt. Y a un digimon: Biyomon.

- ¡No lo puedo creer! - exclamó Sora Takenouchi - De verdad que esto sí era un atajo.

- Ya lo ves - dijo Matt, pero no habían llegado a festejar, sino a ayudar.

- ¡Chicos, que bueno que llegan! - los saludó Tai, con una cara de seriedad increíble, Sora recordó la vez que enfrentaban a Piedmon y su líder se había puesto serio y protector, en aquella ocasión él le había ordenado a ella y Tk ir por Matt y los demás... ahora la situación era distinta, habían pasado muchos años, pero él, Tai Yagami, tenía la misma expresión en su rostro.

- Biyomon, ¡digievoluciona! - ordenó Sora, luego le sonrió a Tai - Hemos venido a ayudarte, ¿Pues qué creías?, ¿Qué tú sólo lo lograrías?

Su amigo le sonrió, y se acercó a Matt.

- Me alegra mucho verla así, Matt - le dijo a su mejor amigo - ¡No sé que le hiciste o qué le dijiste, pero parece la chica de antes!

- ¿Tú crees, Tai?, para serte franco, le dije que confiara en mí, como confía en ti - Ishida sonrió y se dio la vuelta - ¡Vuélvete Metalgarurumon! - le ordenó a su Digimon, mientras entraba en acción, sacando una pistola de su bolsillo.

No se habían dado cuenta, pero el temblor había disminuido, casi por completo, entonces Davis se acercó, venía corriendo, bastante agitado.

- ¡Encontré la cámara central!!!, está por aquí - gritó muy contento, mientras XV-mon volaba a su lado - ¿Ehhh? ¿Qué hacen Sora y Matt aquí?

- Nos unimos a la fiesta, Motomiya, ¿Algún problema?

- No, para nada, güerito.

- ¡Muy bien, Davis, vayamos! - replicó Ken, siguiendo a su compañero de digievolución DNA.

Tai chifló y se acercaron Tentomon y Wargreymon.

- ¡Síganme! - les ordenó, y se unió a los demás, que ya iban más adelantados.

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Fin del séptimo capítulo.
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Notas de la Autora: Bien, creo que este capítulo quedó en suspenso, esa era la intención, para ser sincera. Espero les haya gustado, tardé mucho en continuarlo, pero es que no tenía tiempo, ¡No se pierdan el capítulo 8,! que es la segunda parte de este.
Que tengan todos un feliz año nuevo, gracias por leer mi fanfic n_n

Digimon le pertenece a sus respectivos creadores.

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