En Fuga...


Capítulo ocho "El trato"



Después de lograrlo, las fuerzas casi la abandonaron, cayó de rodillas, sin importarle que éstas se hirieran con las picudas rocas que se encontraban en el suelo.

Gimió en señal de queja, no se había dado cuenta pero ella también estaba herida. Gotas de sangre le goteaban por todo el cuerpo, hacían un recorrido desde la cortada que tenía en la frente, la sangre hacía surcos y se fusionaba con las lágrimas, al suceder esto, el líquido corría con más potencia y rapidez, llegando a la barbilla y abandonando el cuerpo de ella hasta caer en la oscura y árida tierra rocosa.

Desvió su mirada hacia la roca que había logrado remover, luego tembló al recordar el estado de Takeru, quien había sido víctima del asqueroso derrumbe, causado por el terrible temblor, que ya había cesado.

Entonces se arrastró hasta llegar a donde estaba el cuerpo de su amigo, quería saber si vivía, pero muy dentro de ella, sentía que no valía la pena luchar; ¡Pensaba que él estaba muerto!, y no podía desmentirse, su fuerza sobrenatural se había ido, igual que su esperanza.

Cuando estuvo frente a él, se hincó a su lado y se dedicó a observarlo, mientras que con su temblorosa mano acariciaba la melena rubia del chico.

- Mi Takeru... - susurraba entre sollozos - perdóname, te pasó esto por mi culpa...

Se había ausentado de la realidad de una manera impresionante, en esos momentos, Hikari Yagami sólo tenía ojos para ver a Tk y llorar por él, tenía sus manos para tocarlo y su vida para recordarlo, lo demás no le importaba.

Lo conocía desde muy pequeño, ambos tenían ocho años cuando se enfrentaron a sus primeras aventuras en el Digimundo, Takeru siempre había tratado de protegerla. Desde que Kari se había unido al grupo él había tratado de independizarse de Matt, eso tal vez, para crecer por sí mismo y verse grande ante ella, dejó de gustarle ser un niño que vivía a la sombra de su hermano, quiso aprender a proteger y evitar ser protegido; con el paso de los años, Takeru Takaishi había moldeado su carácter y se había liberado de algunas facetas suyas, como el llorar constantemente y reír demasiado; se había limitado a ser un chico sensato, pacífico (mientras no se hablara mucho de las tinieblas) y sereno, también al crecer se había acercado más a la niña de la luz.

El joven Takaishi no parecía estar vivo, no se movía, no se oía su respiración; sus ojos estaban entreabiertos y su cuerpo desgarrado, sangrado y sucio, algunas partes adquirían tonalidades lilas, azulosas y cafés, y Kari lo veía todo, con sus ojos rojizos, sin parpadear... ¡Era como si estuviera en una pesadilla!.

- ¡Anda, Tk, levántate! - ordenó ahogando un agudo gemido, mientras se ponía de pie y lo jalaba por un brazo - Tú, estás bien... ¿A que sí?


Pero ella sabía que no, Takeru no estaba bien, ni siquiera sabía si estaba vivo, Kari parecía estar poseída, ¿Y si él estaba muerto?, ¿Qué haría ella?, ¿Acaso podría vivir?, sí, si se podía, al menos materialmente, pero ¿Y su alma?, no lo sabía, en esos instantes su conocido sexto sentido que iluminaba a todos, no existía.

- ¡No te puedes morir! - le gritó algo histérica, pero sin dejar al lado la ternura - No ahora, te necesitamos, ¿Lo sabes?, ¡Sí, tú lo sabes!, Matt estará muy decepcionado si te vas, ¡Si te vas sin mí!, es que... no me puedes dejar sola... - no sabía lo que estaba diciendo, mucho menos sintiendo, la verdad, ni siquiera pensaba.

Hikari se acercó al pecho de Takeru y se recostó en él, apoyando su oreja en el sitio del corazón; quería escuchar los latidos de él, pero no oía nada. Su desesperación provocaba que no actuara, era como si su mente estuviera en blanco.
Para su sorpresa, Takeru respiró de forma desesperada y tosió un par de veces, a Kari se le iluminaron los ojos al oírlo y verlo, su rostro sonrió, ¡Estaba vivo!.

- ¡Estás vivo!, aunque no escuche tu corazón, ¡Estás vivo! - le dijo con ánimo - es verdad que la esperanza es lo último que muere - mientras hablaba, trataba de subirlo a su espalda y salir de ese lugar - ¡Tengo que sacarte de aquí, TK!

Pero el chico que trataba de cargar era mucho más alto que ella, que tenía una figura esbelta y pequeña. No se rendiría, Kari empezaba a recuperar la confianza en la Luz, y con mucho trabajo, había logrado acomodar a Tk en sus brazos; pero caminar con ese peso era ya otro problema, y a cada paso que daba sentía su ser desfallecer, el sudor corría por su piel, su visión se hacía borrosa, sin embargo, no se rendiría, tenía pensado pedir ayuda a Patamon y Gatomon cuando llegara al muro de rocas que los había separado de los digimons.

Mientras caminaba pisó accidentalmente una roca mal colocada, eso causó que perdiera el equilibrio y cayera, su cabeza se estrelló contra una roca, al suceder esto sintió húmeda su nuca de sangre, pero no perdió el conocimiento, Takeru había caído sobre ella, de modo que la chica podía sentir todo el cuerpo del muchacho chocar con el de ella.

Otra vez comenzó a llorar, esta vez de impotencia, no podía levantarse con el chico encima, se sentía muy débil, desvalida y sola... su único acompañante era el eco de sus sollozos.

La cabeza de TK estaba a la altura de la boca de Kari, la frente de éste tocaba los labios de ella y por lo mismo, lo besó, no pudo evitarlo, lo necesitaba... abrió su boca con ternura y volvió a besar a su amigo, con amor, se quedó con un sabor sublime, y no con el sudor salado y la mugre que él tenía en la frente, sino con su esencia. Trató de tranquilizarse, cerró sus ojos, y comenzó a pensar en cómo salir de su problema.

La portadora de la Luz debía aprender a valerse por sí misma, pero en estas situaciones, la soledad empeoraba las cosas..

- ¡Oh, Takeru... ¿Cómo podré ayudarte?.... pero ¿Sabes una cosa?, ¡No estoy sola!, tú estás conmigo.... Eres más que mi amigo, y, nunca, nunca me dejarás en soledad, ¿verdad?... - guardó silencio unos instantes - Se siente bien... tu cuerpo está cálido, y el mío se estremece al sentirte... no lo entiendo, siento que mis mejillas arden, ¿Acaso me sonrojo?, la verdad, esto que sucede, quisiera que pasara, pero en otras condiciones... Tk, yo... yo te...

Pero no pudo continuar, su voz se quebró. Hikari trató de levantar al chico, no pudo hacerlo, como lo mencioné anteriormente, no tenía fuerzas extras. Por otra parte, su corazón latía velozmente y su cuerpo temblaba, sentía una punzada profunda en su pecho, ¿Acaso era el amor?, el ver a su ser querido así, le obligaba a tratar de salvarlo, pero ella no podía dejar de darse cuenta que él era su debilidad, su razón de ser, ¡Ella amaba a ese hombre!, de eso no había duda. No entendía esta situación, no sabía que tan profundo era su amor, pero sabía que entre ella y el portador de la Esperanza siempre había habido algo especial, su alma estaba conectada a la de él, su cuerpo temblaba al sentir el de él, y s cerebro se nublaba, no podía pensar más, no sin antes, robarle un beso.

Con su mano levantó la cabeza inconsciente del chico y apuntó sus labios a los de él, los acercó, pero no pudo besarlo, sería como traicionarlo, y ella nunca haría algo como eso, se reprendió a sí misma por su sucia acción, ¿Qué es lo que le sucedía?, no lo sabía, sentía estar poseída por los encantos de él, pero no era el momento para estar encantada.

Entonces bajó cuidadosamente la cabeza de Takeru, pero él la detuvo, instantáneamente tocó el brazo de ella, y el cuerpo del varón tomó vida, conciencia y fuerza, Tk pudo sostener su propia cabeza, abrió sus ojos y miró a la chica que tenía bajo él, ¡Era Kari!, su mejor amiga, su mejor esperanza, su mejor y único amor.

- Kari...

- ¡TK, has recuperado tu conciencia!, ¿Estás bien?, ¿Cómo te sientes? - Hikari hablaba demasiado, estaba admirada, su amigo parecía estar mucho mejor - No.. no lo puedo creer...

Pero Takeru no respondía a esas preguntas, sólo le sonreía de forma dulce y comprensiva.

- Mi Kari... - decía él.

- ¿No es un sueño, verdad?

Se veía como maniática, pero el chico comprendía la angustiosa agonía que su amiga de la Luz debió haber pasado, la entendía, pero ante todo, la amaba, y el sentirla cerca, el estar sobre ella, provocaba una cosa en él: la excitación.

- No, no es un sueño, el sueño va a iniciar - le dijo de nuevo, mientras sin pedirle permiso, se acercaba a Kari, y le besaba los labios.

Era un beso puro, muy tierno, pero apasionado, ella sentía una calidez tremenda y un amor desatado, ninguno pensaba que era el momento inadecuado, sus mentes sólo reflexionaban en la persona amada, era algo muy profundo, se ahogaban de pasión en ese beso, escalofríos los acogían y suspiraban satisfechos; todo el afecto que los unió, toda la amistad y el cariño que hasta entonces se habían profesado, quedaron absorbidos en ese beso, su pasión se unió a la amistad y se formó el amor.

- Este... este ensueño que me consume, quisiera que fuera eterno - le murmuró Tk a Kari, mientras alejaba su apuesto rostro del de ella y hacía chocar su nariz con la de su compañera, de forma traviesa.

- ¡Será eterno! - agregó la menor de los Yagami - porque lo llevaremos en nuestro corazón, por siempre.

Podían seguir así, declarando un amor profundo, aunque ya lo supieran, pero no podían hacer eso, la situación no se prestaba, Takeru se levantó y ayudó a Kari a ponerse de pie, a pesar de que había recuperado el conocimiento, se veía débil, golpeado y sangrado, lo mismo que ella, pero en un grado menor.

Caminó cojeando hasta llegar a la roca que lo había aplastado.

- ¿Has movido esto tú sola? - le preguntó temblorosamente.

- Sí - respondió ella,

TK le tomó la mano a su amor y se la besó caballerosamente.

- Muchas gracias, no sé cómo lo hiciste, pero... es impresionante

- Yo no sé cómo lo hice - admitió, sonrojada - yo sólo sé que quería salvarte.

La conversación era tenue, parecían intimidados por el anterior beso, tan penetrante y fugaz, tan declarativo y formal, tan profundo y temible.

- Oye Kari... ¿Ese Kiúgoro es tu novio? - preguntó recordando al pedante hombre que estaba en el centro comercial con su amiga.

- No, eso ya lo sabes...

- Sí, posiblemente, pero ¿Sabes?, cada vez que me dices eso, temo no saber si lo sé...

- Siempre sabrás, Tk - luego ella cambió de tema - yo tengo una duda... claramente vi como esa roca te aplastó, Pensé que morirías, ¿Cómo es que estás tan bien?

- Bueno, sucedió algo muy extraño, cuando la roca me iba a caer, sólo por un instante, sentí cómo de mi cuerpo salió un aire potente...

- ¿Aire potente?

- Sí, eso, ¿Sabes como qué?, como la "burbuja de aire" de Patamon.

- ¿En serio?

- ¿Por qué te mentiría?, ese aire permitió que la roca cayera con menos potencia y me lastimara menos.

- No sé que haya sido, ¡Pero es maravilloso!

- No tanto como el que tú me hayas ayudado... gracias... - regresó su mirada a los ojos de ella - Kari... yo, te amo.

- Eso ya lo sabía...

- ¿Tú también me amas?, ¡vamos!, sé que sí, pero quiero que me lo digas.

- Te amo.

- Ahora sí que esto es maravilloso.

- ¿Qué cosa?

- ¡Pues el amor! - contestó Takeru, ahora era el ser más feliz del universo... el mundo había de cuidarse de él, porque ahora no velaría y lucharía por su vida, sino por la de ella.

//Flecha Celestial// se oyó la femenina voz de Angewomon, la pared de rocas que los separaba se abrió y los portadores de la Luz y la Esperanza vieron a sus Digimons frente a ellos.
- ¡Angewomon!

- ¡Magna Agemon!, me alegra que estén bien.

Los hermosos ángeles se acercaron a sus amigos, se asustaron a verlos desvalidos y heridos.

- Perdónennos, los Bakemons eran muchos, tuvimos que eliminarnos en la forma mega... Kari, ¿Estás bien? ¡Te ves muy débil!

- Estoy bien, sólo creo que estoy cansada... hubo un derrumbe, y... - Kari cerró sus ojos, y se secó las lágrimas, es verdad, había sufrido, pero después de una confesión como la que acababa de vivir, las cosas estaba muy bien - Tenemos que salir de aquí, quiero ver a Tai... no sé si estén bien.

- Magna Angemon, busquemos el atajo para llegar con Davis y los demás

- Sí, Tk

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- ¡Codyyyyyyy! - gritó Miyako mientras caminaba a la orilla del lago junto a Hawmon - ¡Cody!... ¡Oh, es inútil!, ¿Y si se ahogó?

- No te preocupes, Yolei - le animó su digimon - él estará bien.

La chica estaba mojada y muy golpeada, sus ojos reflejaban cansancio puro y caminaba casi como un zombie, sabía que no era momento de ser débil, sino lo contrario, quería demostrar fortaleza ante el mundo, quería ser capaz de ser fuerte, ¡Y lo lograría!, eso se había propuesto.

Comenzó a llorar, todo lo que había pasado minutos anteriores era escalofriante, ella tenía suerte de seguir viva. Podía recordar el horroroso temblor, pero eso no era lo peor, ¡Habían invadido la Navus de Matt!, muchos enemigos se había adentrado y casi la matan, ella, Joe y los digimons lucharon, pero al final los rufianes consiguieron lo que querían: llevarse a Mimi.

Después de ese atentado, de esa guerra submarina, habían logrado salir a la superficie a salvo, pero no iban a descansar, ella recordaba que su amigo Cody estaba en el agua, temía que se hubiera ahogado o estuviera herido, en cuanto a Ken y los demás, lo único que Yolei podía hacer, era rezar por ellos y no perderles la fe.

- ¡Yoleiii!, ¡Está aquí! - gritó Joe, desde un médano.

La chica Inoue corrió ágilmente hacia donde se encontraban Joe y Palmon.

- ¡Por Dios! - gritó al ver el color azul de el pequeño Hida, con su brazo derecho abrazaba a un inconsciente Armadillomon y con el izquierdo, sostenía a Gomamon.

- No te preocupes, están bien... en lo que cabe.

- ¡Es horrible!

- Ya te dije que se recuperarán, sólo tragaron mucha agua - informó Joe, algo exaltado.

- Pe-pero, ¡Esto es una infamia!, ¡Pudieron haber muerto!, ¡Podemos morir todos!, ¡Vamos a morir! - la histeria de la chica era notable, el joven médico de 24 años le dio una cachetada, para tranquilizarla.

- ¡Cálmate! - le gritó firmemente, pero al ver los ojos llorosos de ella, se arrepintió de ser rudo - Disculpa... no quise...

- No, tú tienes razón, no debí ponerme así de tonta, ¡No me pidas disculpas!

- De acuerdo, lo que debemos hacer ahora es llevarlos a un lugar más seco, prenderemos una fogata y esperaremos a los demás..

- Sí, sólo podemos hacer eso.

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Era una habitación elegante, pero oscura, los ventanales estaban cubiertos por una cortinas rojas de terciopelo, los muebles eran de una madera fina, como el cedro, el piso de mármol y había pilares de yeso... sí, era un lugar de primera, pero muy escalofriante, seco y triste, sólo parte del cuarto estaba debidamente iluminado, una de las esquinas estaba muy oscura y alguien yacía en un trono, pero no se podía ver quien era, por esa noche artificial.

Había algunos jarrones de rosas tirados en el piso, muebles de cabeza y cuadros destruidos, todo era consecuencia de un reciente temblor, o al menos eso es lo que Izzy se suponía.

Los hombres denominados Floramon88 y Birdamon03 lo habían arrastrado por toda la base secreta, eran una criaturas despiadadas y crueles, durante el temblor sólo habían cuidado de sí mismos, pero lo que le sucedía al prisionero les tenía sin cuidado y sobra decir que nuestro pobre amigo del conocimiento no la pasó nada bien. Caminaron hasta la esquina oscura y sentaron a Koushirou en una silla, acto seguido lo encadenaron.

El chico miró con curiosidad todo el sitio, también trató de distinguir el rostro del ser que yacía en el trono, no pudo.

- Frente a mí tengo a Hiroshi Koyama, un "investigador y científico", un hombre de edad muy ingenioso que logró introducirse a mi base en las montañas Fuji, para robarme datos de un cartucho - dijo una voz tétrica y siniestra - Al mismo tiempo tengo a Izzy Izumi, uno de los Digielegidos del conocimiento, que posee un Tentomon y que es muy curioso... ¿No le parece interesante, señor Izumi?

Pero Izzy no pudo contestar, le ardía la garganta.

- Veo que desea hacerse el mudo, no, no es eso, ¿Verdad?, sus padres debieron educarlo muy bien, ¿No es así?, ¡Birdamon03!

- ¿Qué desea, mi señor? - preguntó.

- Tráigale a nuestro invitado una pastilla de menta, eso hará que vuelva a hablar.

- Como diga, mi señor

- ¡Pero date prisa! - reprendió - ¿No queremos ser descorteces, verdad?

Izzy abrió bien sus ojos, esa voz se le hacía conocida, le recordaba a alguien o algo.

- Se ve muy mal, Sr. Izumi, ¿Acaso lo trataron mal mis fieles servidores?, No, eso es imposible, también son muy educados, debe usted sentirse muy débil, no se preocupe, si coopera conmigo, descasará mucho próximamente.


El hombre con máscara de Birdamon se acercó y obligó a Izzy a tragar una pastilla muy potente y extraña, sin embargo, sintió que se le aclaró la garganta de una manera increíble.

- Ya puede hablar, así que espero me conteste todo.

- ¿Qué quieres? - preguntó Kou-kun con hostilidad, mirando muy molesto hacia ese rincón, donde se hallaba ese ser misterioso.

- Nada de descortesías, nosotros hemos sido educados con usted, hay que ser justos.

- ¡Cierra la boca, deja de decir babosadas! - gritó Izzy, algo exasperado - Para que lo sepas de una vez, ¡No te daré el cartucho!, eso jamás, primero mátame, esos datos son la esperanza y yo no te la daré...

- Las apariencias engañan - dijo cínicamente - Pensaba que sería usted muy cortés y serio, y en realidad es impulsivo, debe ser la anestesia de su cirugía, ¿No?, pero como siempre, logró dar en el grano, sí, necesitamos ese cartucho, sé que no me lo negará, usted sabe que no es correcto el robo.

- Eso mismo, ¡Ustedes le robaron ese mapa a Genai!, no me hables de moral... no te daré el mapa...

- Sí, eso ya lo ha dicho, antes de darlo, daría su vida ¿O me equivoco? - luego rió de forma fría - pero me preguntaba yo acerca de si usted sería capaz de permitir la muerte de una hermosa chica, digo, no creo que sea capaz de sacrificar a Mimi Tachikawa, ¿Verdad?, antes me daría el cartucho.

- ¡Mimi!

Koushiro miró con desesperación la silueta de Mimi colgada de un extraño artefacto, estaba colgada de manos, en lo alto del edificio, inconsciente. A él se le estremeció la piel y el alma, no creía ser capaz de sacrificar algo tan valioso por un cartucho, lo habían vencido.

- ¿De qué sirve?, Sabes que te diré que no la sacrifico, pero al final, nos vas a matar a los dos, ¿O no?, ¡Eso quieres hacer con todos los Elegidos!

- Muy listo, de verdad, muy inteligente - dijo el hombre - No me gusta hacerlo, pero es necesario para llevar nuestra empresa a cabo, y ahora declare, ¿Dónde escondió el cartucho con los datos?

El chico se quedó callado, pero sabía que no duraría mucho.

- Será mejor que me diga la respuesta, Sr. Izumi, el tiempo se agota.

¿Por qué se agotaba el tiempo?, ¡Él era un prisionero, tenían todo el tiempo del mundo para torturarlo!, pero entonces reflexionó un poco "Esos asesinos entraron a la prisión donde me hallaba junto con esa chica llamada Yoshisaki, pero ¿Por qué si era una mujer no se encontraba en la misma celda que Mimi?, es ilógico... tal vez.... tal vez Mimi acaba de ser capturada y los demás... mis amigos, intentan llegar a nosotros", escuchó a lo lejos disparos y gritos, cada vez más cercanos, el hombre de la esquina se exasperaba cada vez más.

- ¡Con un demonio, pedazo de animal! ¿Dónde está el cartucho?, ¡Date prisa imbécil, o mato a Tachikawa!

- Ahora usted se muestra arrogante - dijo Koushiro con ironía- yo pensaba que era educado.

- ¡No me haga enojar, Izumi!

- Sólo le diré que si mata a Mimi, Mata también a su plan, si algo le pasa a ella, no le daré el cartucho.

- ¡No me amenaces!

- No es amenaza, sólo prevengo - replicó con seriedad y aparente valentía, él sabía que tenía que esperar un poco más.

La situación se estaba poniendo "tensa", El hombre de la oscuridad le gritó a su sirviente Floramon88 que bajara a la mujer y comenzara a torturarla.

- No la voy a matar, la voy a torturar y veremos si usted no me da el cartucho.

- ¡No, no la toques!

- ¡Dame el cartucho, di donde está!

En ese momento los digielegidos penetraron a esa habitación, eran Taichi, Davis, Ken, Matt y Sora, y por supuesto, los digimons.

- ¡Demonios! - murmuró el Jefe y retrocedió un poco.

//ALAS ESPADA// dijo Garudamon, con su poder cortó la cuerda que sostenía a Mimi, ésta comenzó a caer, pero MetalGarurumon la cachó.

- Regresa con ella, Metalgarurumon- ordenó Matt, sobra decir que su Digimon lo obedeció.

Taichi dio un paso al frente y le hizo una señal a los otros para que no se acercaran, pero que estuvieran alerta.

- Supongo que esto no es una bienvenida - dijo en voz muy alta - pero espero se comprenda que el llevarse a mi amigo a lugares tenebrosos exige un rescate urgente, ¿No lo crees así, quien quiera que seas?

- Supongo que sí, Taichi Yagami.

- Parece que me conoces, en cambio, no tengo el gusto de saber con quien hablo - replicó Tai, con una sangre fría impresionante, el estudiar para embajador lo había cambiado mucho.

- No es necesario mi nombre, ni mi misión.

- En eso tienes razón - siguió el moreno, cada vez se acercaba más y más a Izzy - Digo, no es de villanos listos decir el plan que tienen para conquistar el mundo y todas sus intenciones, generalmente eso pasa sólo en caricaturas.

- Bien, pero sí es de Villanos listos el preguntar a qué quieres llegar, mocoso infernal.

- Sí, es lógico - dijo sonriendo, Sora estaba asombrada, Davis también "Woww, me cambiaré de profesión, seré embajador, como Tai" pensó ingenuamente, Ken y Matt parecían comprender mejor - está claro que vengo por mi amigo, y por mi amiga, pero a ella ya la recuperamos... sin embargo, tú quieres que se te informe sobre un cartucho.

- En efecto, y su amiguito Izumi no ha cooperado como debería.

- Bueno, dada su condición, nadie cooperaría, podrías estar rogándole siglos y no conseguirías nada, sólo matarlo, y tal vez matarnos, pero si pasa eso, pierdes para siempre tu diskette y los datos que conseguiste; Te propongo un trato, ya sabes, para dejarnos de complicaciones.

- Adelante con el "trato", Yagami.

- A eso voy - y entonces suspiró - No conseguirás nada de esa manera, yo tengo en mi poder el cartucho y prometo dártelo, pero bajo ciertas condiciones.

- ¿Cómo saber que no es una trampa?

- Los elegidos no juegan sucio, nuestros emblemas no lo permitirían, pero si mi palabra no es suficiente, ofreceré mi vida a cambio.

- Eso es... interesante, quisiera saber las condiciones.

- ¡Oh, son muy sencillas de cumplir!, Número 1: Dejar en Libertad a Izzy, Número dos: Dejarnos el cartucho un mes.

- ¡Se está burlando de mí, insolente!

- Ya dije que no es bueno ser tan desconfiado - dijo Tai, tan cínico como nunca - Verás, Ya que conseguimos el cartucho merecemos investigarlo, ¿No?

- ¡No les servirá de nada, no sabrán usarlo, no encontrarán la contraseña!

- Sí, es probable, por eso mismo te pido que nos lo dejes, si crees que somos incapaces de descifrar los datos, ¿Por qué preocuparse por prestarnos el cartucho?, serán sólo unos días, y luego gozarás de la información; si crees que podemos descifrar la información, pues entonces no hagas trato, puedo rescatar a Izzy con nuestros digimons, tú no podrás detenernos, porque en estos momentos, no estás preparado, ¿O sí?

- ¡Desgraciado!

- ¿Aceptas?

- ¡Un mes es mucho!, que sea una semana.

- No, para nada, mejor dejémoslo en 20 días, es mi última oferta - Tai se secó el sudor de la frente - pero en esos días no nos atacarás, yo confiaré en tu palabra, en la promesa, nosotros tampoco actuaremos, sólo queremos un poco de paz, ¿Estás de acuerdo?, mira, si te atreves a atacarnos, destruiremos el cartucho y saldrás perdiendo...

El hombre se sentó en su trono de las tinieblas, respiró resignado, en verdad no podía hacer otra cosa, mas que aceptar, lamentaba mucho estar acorralado, sus superiores lo reprenderían.

- De.. de acuerdo, pero lárguense de aquí.

- Sólo un momento y me voy, primero: libera a mi amigo.

- Floramon88, libéralo.

Matt caminó hasta Koushiro y lo levantó.

- Vamos, Tai

- Sí - respondió su amigo, y le dio la espalda al enemigo.

- No, no nos harán nada, ¿verdad Tai? - preguntó Sora.

- Confía en Tai, Sora - dijo Davis.

- Ya verás que no pasa nada.

Ken miró que el cuarto del que salían se volvió más oscuro, le comenzó a doler la cabeza de una manera admirable, luego recordó a Yolei y los demás y les mandó un mail, informando que ya iban para allá y que la misión había sido un éxito; Tk, Kari y Los ángeles Digimons se unieron a los demás y así, juntos y triunfantes, salieron de la base el enemigo, esta vez no tan alegres, sino temblorosos, les esperaba una aventura escalofriante.
(También rescataron a la chica llamada Yoshisaki Yínbee, que era una prisionera) .

Fin del capítulo ocho.


Notas de la Autora: ¡Gracias por seguir leyendo "En fuga"!, también gracias por los reviews, esta parte no me ha gustado mucho, pero tenía que cortar el rescate de alguna manera y me pareció apropiado hacerlo así, otra vez puse a Tai de manera muy diferente a como suele ser, de nuevo explico que el joven Yagami ha crecido, y si de verdad estudió para diplomático es porque tiene cerebro para ello, bueno, habrá algunos cambios con este personaje en el futuro que los sorprenderá; lo que sucedió en éste capítulo fue que "manipularon o negociaron" con el enemigo, que estaba desprevenido, espero no se hayan confundido. También traté de avanzarle al Takari, pero la escena entre ellos no me quedó muy bien, tiene algo que no me convence; los demás estuvieron algo rezagados en este capítulo, pero más adelante entrarán en acción.

Por favor, déjenme comentarios, me anima mucho para continuar, por otra parte, si lo prefieren, pueden enviarme un mail a: ziddycm@hotmail.com