En fuga...
Capítulo noveno "Un corazón con muros".
Estaba sentado en una banca, dejaba que la lluvia mojara cada parte de su cuerpo, no recordaba haberse sentido tan liberado y sereno en toda su vida. Era una sensación profunda, intensa y hermosa.
Había mucho porqué estar preocupado en esos momentos, podía estar temblando por el miedo o agobiado buscando como maniático la solución a sus problemas. Pero a él nunca le gustó preocuparse demasiado, y aunque las personas decían que había madurado, no lo creía así, quería seguir siendo el mismo Taichi, aquél chico de cabellos castaños y alborotados que se tomaba el peligro a la ligera; sabía que su valor lo guiaría a la victoria tarde o temprano... no le gustaba perder, pero al menos se conformaría.
- Hacía mucho que no llovía con tanta intensidad - dijo de pronto - ¡Parece que el cielo está enojado! - agregó con simpatía.
Con su mano derecha sostenía un paraguas, lo traía cerrado y parecía usarlo más para entretener a su vista que para cubrirse con él. Una sonrisa limpia acompañaba a su rostro, se notaba que estaba esperando a alguien.
La vio desde lejos y ella le devolvió la mirada, Taichi corrió a su encuentro.
- ¡Sora! - exclamó con alegría.
- ¿Tai?, no pensé que tú...
- ¿Llegaría temprano a nuestra cita? - completó Yagami - ¡Vamos, Sora!, no me pierdas la fe, me he vuelto puntual; además, en nuestras reuniones grupales, Joe siempre llegaba más tarde, ya sabes, por eso de sus exámenes.
- De acuerdo - dijo Sora, la mirada de Tai la tenía asombrada. - ¿Vienes del Hospital?
- Sí, hace un rato estuve ahí.
- ¿Cómo están todos?, no los veos desde ayer en la noche.
- Muy bien, al menos eso creo - anunció el varón - A Kari la dieron de alta esta mañana; Takeru saldrá esta noche, se ha recuperado muy rápido.
- ¿Qué me dices de Iori, Koushiro y Mimi?
- Pues Iori ya está listo para su graduación, Mimi está en trance psicológico, pero Joe dice que está bien; en cuanto a Izzy... - entonces Tai puso una cara muy seria, que provocó que su amiga Takenouchi, se asustara - ¡Tranquila!, está mucho mejor, según esto, la pastilla de menta que le dieron...
- ¿Te refieres a la pastilla que le proporcionó el enemigo? - interrumpió ella.
- Sí esa - informó el chico -Pues resulta que le hizo mucho bien y no tiene efectos secundarios, ¿Cómo la ves?
- Muy misterioso, la verdad - admitió su amiga.
La hermosa pelirroja guardó silencio después de sus últimas palabras, al contrario de Taichi, se cubría muy bien de la lluvia, con un paraguas negro y un impermeable amarillo.
- ¡Por favor, no te quedes tan callada! - pidió con caballerosidad - Te pedí que vinieras para platicar y recordar.
- Tai... - murmuró la chica con tristeza - Yo...
- ¡Oye, quita esa cara, no te voy a presionar!
Sora suspiró, su mejor amigo le había leído el pensamiento; porque si Tai comenzaba con declaraciones amorosas, sólo provocaría que ella se sintiera mal.
El joven Yagami le sonrió cálidamente mientras le sujetaba el brazo, esa sonrisa cambió radicalmente de dulce a pícara, y con una maniobra ingeniosa, le arrebató el paraguas a la muchacha y lo tiró al suelo.
- ¡Tai! - renegó Sora - ¿Por qué hiciste eso?
- ¡No es justo que sólo yo me moje! - burló Tai, mientras observaba que se oscurecía la naranja cabellera de su amiga, por efecto del agua - Bueno, no te enojes, ¡Juro que no me había sentido tan mal desde que te regalé ese broche feo y cuando vomité en tu sombrero!.
- ¡No seas payaso! - dijo Sora, muy contenta.
- Ven, quiero que me acompañes - exigió Tai, comenzando a correr y saltar charcos.
Los jóvenes llegaron hasta una computadora, ya que en ese entonces había muchas, en cada esquina de las calles, esas máquinas permitían a un humano, ir a Digimundo.
- ¿Vamos a ir al Mundo Digital? - indagó Sora.
- Íbamos a ir - respondió el joven, Sora lo veía luchar con la computadora - ¡Tai!, vas a descomponer esa cosa.
- ¡No es mi culpa, no me acepta el permiso!
- ¿En verdad, deja ver? - pidió la hermosa chica.
Observó la tarjeta de su camarada.
- No renuevas tu permiso "Ciudadano-Turista del Digimundo" desde hace dos años, por eso no funciona el acceso, ¡Qué descuidado!.
- ¡Bah!, no me regañes, Mi Digivice es original y especial, no necesito ese pase ridículo... ojalá las cosas fueran tan sencillas como antes, cuando todos los niños tenían su digivice.
- Las cosas no pueden ser como antes, el gobierno decidió imponer otro tipo de sistema para introducirnos al Digimundo; le arrebataron a todas las personas su digivice y usaron su poder para emplear estas máquinas y pases... pero nosotros nos salvamos gracias a un milagro.
- No es cuestión que me recuerdes eso - dijo Taichi - Sora, ¿Tu permiso no está caducado?
Sora suspiró con resignación.
- Toma, usa mi permiso.
- ¡Excelente!, muchas gracias Sora, ¡Eres mi salvación!
Taichi metió el permiso en la Unidad F 2/4 y tecleó la clave que su amiga le proporcionó.
**PERMISO ACECPTADO
Ciudadana: Takenouchi Sora. -TASO881014-
Visitas permitidas al año: 20
Visitas usadas: 12
-ACCESO PERMITIDO-**
- ¡Qué complicado es todo esto! - se quejó - ¿No te parece?
- El Digimundo parece un lugar para tomar vacaciones, pero no lo es... es un lugar mágico, que tal vez no debería estar abierto a todos.
- ¡Dímelo a mí!, las cosas se complican cada vez más, lo humanos insisten en explorarlo, pero las entradas sólo les permiten visitar a la Isla File, no pueden ir más allá... pero no es nuestro caso, ¿Verdad?, anda Sora, entremos
- De acuerdo.
Los amigos llegaron al Digimundo, había un hermoso atardecer, pero las cosas ya no eran como antes, e incluso el ambiente era casi sofocante, todo estaba industrializado. Taichi Yagami y su acompañante llegaron a la costa.
- Bien, ya llegamos.
- ¿Para qué hemos venido? - cuestionó intrigada.
- Para hablar, ¿No recuerdas?
- Sí, aunque no tengo idea de qué quieres hablar o de quiénes...
- Pues de ti y de mí, porque si quisiera hablar con Kari o Mimi, a ellas les hubiera llamado.
- Ya veo...
- Sora, ¿Qué piensas de mí? - preguntó Tai
- ¿Qué si qué pienso de ti?, pues esa pregunta, esa cuestión, no la hubiera hecho el Tai que conozco.
- Buena respuesta - Tai se tiró en la arena y miró el paisaje - pero en vista de que dicen que hay una nueva versión mía, quiero una contestación diferente.
- Es decir que quieres saber qué opino de tu cambio.
- Sí, eso quiero.
- He pensado en eso, ¿Sabes?, y he llegado a la conclusión de que no has cambiado, has crecido internamente; ese crecimiento me asusta mucho, creo que has avanzado más que yo; supongo que me da miedo dejarme vencer por ti, quiero hacerme adulta, así las cosas no se complicarán tanto.
- Al revés, lo mejor en estos casos en hacerse niños, o como los cangrejos, ¡Ir hacia atrás!
- ¡Qué disparates dices!, no te entiendo.
- Yo tampoco - Tai parecía un demente - lo que pasa es que las cosas se han tornado muy difíciles por el crecimiento... pero, tampoco venía decirte eso, ¿No?, ¡Lo lamento!, generalmente soy muy directo, pero este tipo de cosas se me complican.
- Di lo que tengas que decir, Taichi
- Sora; yo siempre he apreciado mucho el que existas - comentó - Desde niños fuimos amigos, me gustaba que jugaras fútbol conmigo y no tuvieras los miedos que tenían las otras niñas, yo te admiraba, y te quería mucho.
- Yo también aprecio mucho tu amistad.
- Sí, lo sé, pero deja terminar - hizo una breve pausa - El caso es que en mi subconsciente se fue formando la idea de que te amaba, y serías mi novia... así que con el pasar de los años, me enamoré, (justamente como me lo supuse) pero aunque no lo creas, era muy tímido; y me di cuenta de que te gustaba Yamato, entonces te di ánimos, ¿Recuerdas?
- Sí...
- Y pasó el tiempo, llegó el día en que te perdí - el chico lagrimó un poco - Te fuiste por un camino muy diferente al mío, ahora casi no te veo... y la magia de nuestra amistad se esfumó. Pasé noches en vela, Sora, quería tenerte conmigo, quería que fueras mi diosa, deduje y comprobé un amor real por ti.
Sora también se había dejado caer en la arena, miraba el oleaje y lloraba en silencio.
- Así que decidí conquistarte, ¡Primer error mío!
- ¿Error, Tai?
- Espera Sora, tenme paciencia - siguió Tai -Cuando decidí buscarte y amarte, apareció Matt, que también te ama, ¡Pero es mi mejor amigo!, quise desafiarlo, pero no pude. Así que suspendí mi plan, ni él, ni yo te hemos visto contenta con nuestras declaraciones amorosas, ¡Te agobiamos!, parece que construimos muros en tu corazón, estás confundida... pero te diré algo.
- ¿Qué... qué cosa?
- No lloraré si no me amas, Sora; ¡Claro que sé perder!, y no seré cobarde esta vez; sólo hay una cosa que no soportaría perder, ¿Sabes qué?, ¡nuestra amistad!, Mi Sora, por favor, siempre seamos amigos, pero no amigos adultos, mejor retornemos nuestra relación unos 12 años, quiero verte contenta, nada más eso. Matt también desea eso.
- ¡Oh, Tai! - gritó Sora, lanzándose a los brazos de su mejor amigo, quien la consoló dulcemente - ¡Perdóname!
- Prométeme que la magia no se irá Sora.
- ¡Lo juro! - respondió eso - Me has hecho muy feliz.
- Me alegra; no le tengas miedo a la vida, no pretendas madurar, y ya sabes, cuentas conmigo para lo que sea.
Taichi Yagami se puso de pie y se liberó de Sora.
- No veremos, amiga.
- ¿Adónde vas?
- Iré con Daisuke a comer, no te preocupes, viene mi reemplazo.
- ¿Reemplazo?
Una sombra apareció tras los amigos.
- Hola, Sora, soy el reemplazo - saludó un apuesto rubio de aproximados 23 años.
- Yamato, hola - dijo Sora, muy asombrada - Tai, ¿Qué es lo que pretenden ustedes dos?, ¿Tai?
- Se acaba de ir - informó Yamato - pero puedo contestarte que Tai no pretende nada, sólo me hizo un favor.
- ¿Un favor?, Matt, podrías hablar claro.
- Por supuesto - respondió Ishida, mientras tomaba asiento - Tus ojos han llorado, pero te ves muy bien, la plática con el demente de Tai te fue provechosa.
Sora se sentía atrapada por las frases de su amigo, a veces no sabía qué responder.
- Primero que nada, quiero pedirte perdón, me he comportado como un idiota.
- Eso no es verdad
- ¿Cómo que no?, estuve borracho y actué como un imbécil, no tienes que decir que no.
- No tiene importancia, al menos para mí... eso ya es pasado.
- Desgraciadamente siempre pongo demasiada atención en mis hechos pasados, no los olvidos, me dejan marcado - Matt tenía una extraña actitud - ¿Me perdonas?
- Claro que sí - respondió Sora, con simpatía.
- Fuiste mi primer amor, eso no lo he olvidado, porque todavía te amo, me molesta portarme como un idiota... Pero tampoco vine a eso, sino a cumplir mi pacto.
- ¿Un pacto?, ¡Por Dios, Yamato, parece que Tai y tú han planeado este encuentro!
- Justamente eso hicimos. Acordamos rendirnos, no lucharé contra mi mejor amigo por tu amor, lo vales la pena, pero... si me enemistara con Tai, ¿Acaso sería digno de mi emblema?, Fui un patán al presionarte estando borracho, lo lamento, es que estaba obsesionado, ¡Y lo sigo estando!, pero ahora estoy cuerdo, y creo que sólo así no te perderé, tendré fe en que si me amas, me lo dirás; sino, lo comprenderé... pero nunca me olvides, por favor, y tómame en cuenta.
La Estudiante de diseño había comenzado a temblar.
- No sé que sentir, si estar feliz o triste... ambos parecen haberse sacrificado por mí, y renunciar a lo que uno quiere, hace sufrir, soy la culpable.
- No, Sora - dijo Matt - En el corazón no se manda, ¡No te culpes!, nadie se arrepiente de quererte, pero nos alejaremos y te dejaremos ser, esto lo hacemos para que te tranquilices y aclares tus dudas; ¡No arruines nuestro plan!, eso sería muy cruel de tu parte; olvida que te amamos, ¿Quién sabe?, tal vez estés enamorada de... Iori.
- ¿Estás loco?
- ¡Era una broma! - informó Matt - El caso es que te respetaremos en todo, pero no te abandonaremos; ¿Sora?
- Dime
- Somos amigos, ¿verdad?, es que siempre tuve envidia de ver cómo te llevabas con el pelos parados.
- Claro que somos amigos, de los verdaderos.
Pero ni Yamato, ni Sora, se sentía tranquilos ante la nueva propuesta. Takenouchi no quería tomarse a la ligera sus decisiones amorosas, tampoco quería complicarse la vida, debía derrumbar los muros de su alma. La plática que había tenido con Taichi había resultado muy natural, pero con Yamato todo parecía ser forzado; lo que sí es que tenía dos enamorados, que no sólo eran eso: también eran fieles amigos y valientes escuderos. Se sentía muy afortunada.
--
- ¡Mimi! - dijo Izzy con desesperación, había abandonado su cuarto en el hospital sin que nadie lo notara, y estaba en busca de cierta chica - ¡Voy a pasar! - amenazó con firmeza, y entró a otra habitación en la misma clínica.
Mimi Tachikawa reposaba en una camilla, su rostro estaba pálido, y sus ojos miraban la nada. Caminó hacia ella, quien no hizo intento por verle, Koushiro la observó con tristeza.
- ¿Por qué no me quieres ver?, al menos sé que me escuchas... y yo... quiero darte las gracias, cuidaste muy bien de mí, me protegiste con tu vida, ¡y yo no supe cuidarte!, no evité que estuvieras en peligro; lo siento.
- Izzy... - respondió Mimi, sin mirarlo - Tú no entiendes, ¡Es muy complicado!
- ¿Qué no entiendo?, por favor, dime, llevas mucho tiempo sin hablar, sin comer, ¿Acaso no tienes ganas de vivir?... no te quedes así, no me gusta verte de esa manera.
Pero Mimi no estaba de humor.
- ¡No me importa! - le gritó con desesperación, seguía sin dirigirle la mirada - ¡Te desconozco!, a ti no te importan esa clase de cosas, ¡No eres un chico sensible!, así que no seas hipócrita, ¿Entiendes? - casi rugía al hablar, Koushiro estaba muy serio - ¡No sabes nada!. No tienes idea del asco que sentí, no te tocaron esas manos podridas-
- Perdóname.
- ¡Y no te eches la culpa!, odio eso. No me quites el lugar de víctima; al fin y al cabo, no terminó de violarme, ¿Eso es lo que cuenta para todos, no?, nadie entiende porqué me pongo así.
Terminó de desahogarse, pero no escuchaba respuesta por parte del joven Izumi.
- ¿No vas a hablar?
- Yo no quiero molestarte, Mimi - dijo Izzy - Posiblemente no te entienda, posiblemente no sea sensible, pero no soy Hipócrita, y así como tú me protegiste del enemigo, así como trataste de defenderme y sacrificarte; ¡Así lo hubiera hecho yo!
- ¿Y por qué?, ¿Por ser tu amiga?
- Por una amiga haría eso, no lo voy a negar, pero tu caso es diferente.
El pelirrojo se inclinó hacia Mimi. Dejó caer su rostro hasta casi chocar con el de ella, con esa acción obligó a la castaña mujer a mirarle.
- Mimi, no puedo olvidar tus labios; no soy un romántico, lo sé, pero lo que tú me inspiras es muy complicado - entonces le besó la frente - Y cuando sufres, yo sufro, me duele el pecho, Mimi, ¡Y sé que yo también te intereso!. Quería tomarme esto a la ligera, pero no puedo, no va conmigo... ¡Quiero besarte!, ¿Puedo?
- ¡Eres un tonto, para eso no se pide permiso! - reprendió ella, totalmente trastornada por el encanto masculino de su interlocutor.
- ¿En serio?, yo creo que si pido permiso y advierto a la chica de mis intenciones, puedo evitar malentendidos... además, soy inexperto.
Acarició el cabello de Mimi y lo acomodó tras la oreja de la misma, secó las lágrimas de su amante y se acercó más, podía sentir una fuerte vibración acogerlo, su cuerpo revoloteaba majestuosamente.
Tocó suavemente los labios de Mimi, trataba de no verse lento o tenso, quería trasmitirle la magia de sus emociones, buscaba impresionarla, amarla, poseerla; porque cualquier humano era apasionado, sólo tenía que enamorarse; no ocupaba ser un experto.
Intensificó el beso adentrando su lengua y entrelazándola con la de ella, sus labios habían encontrado un ritmo sorprendente, tenía deseos de seguir, de tocar y conocer a la chica, de hacerla suya y declararla su posesión; pero se separó, no debía presionarla, después de besarla, le quitó la vista de encima, se sentía intimidado, posiblemente se desconocía a sí mismo.
- Izzy, promete que me harás tuya... - susurró la chica Tachikawa.
El rostro de Koushiro se veía más rojo que cien tomates juntos.
- Mimi, ¿Qué dices?
- Quiero olvidar, tus besos no se comparan con los de él, son bellos, tibios, míos... ¡Y no puedo esperar a que me toques más!, a que no sólo me hagas sentir deseada, sino querida.
- Yo, yo te quiero, pero no te lastimaría nunca, no quiero que te entregues por despecho y malos recuerdos; me desilusionarías.
- Comprendo, pero en verdad lo quiero.
- Bueno, eso cambia las cosas.
- ¡Eres de lo peor! Ahora tú eres el que ni siquiera me mira a los ojos.
Izumi volteó y la miró, sus negros ojos destellaban, como nunca antes.
- Espero que quieras ir conmigo a la graduación de Cody, es mañana.
- ¡Ahí estaré!, pero promete no pensar en el cartucho.
- Lo prometo.
- Koushiro, en verdad me da mucho gusto oír tu voz.
- A mí más, te lo aseguro - dijo antes de retirarse - me voy, porque no quiero que la enfermera me vea, esta noche me dan de alta, ya sabes, por si te interesa.
--
- Buenos días, ¿Puedo pasar? - Takeru había oído una voz femenina, muy simpática.
- Adelante - respondió
Una joven de ojos cafés y cabello claro, era alta y de esbelta figura.
- Disculpe que lo moleste, mi intención era hablar con Koushiro Izumi, pero no está en su habitación, entonces recordé **Oh, el chico de la habitación 1444, es uno de ellos**, hablaré con él.
- ......
- Mucho gusto, soy Yoshisaki Yínbee. Koushiro Izumi y un grupo de muchachos, entre ellos, tú, me hicieron el favor de rescatarme de las garras del verdugo - exclamó la joven con una sonrisa - y yo vine a agradecerles.
Tk le dio la mano y correspondió a la sonrisa, la chica se sonrojó.
- Soy Takaishi Takeru, mucho gusto, ha sido un placer poder ayudarle.
- Un momento, has dicho ¿Takeru Takaishi?, ¿El gran cuentista?, ¡Vaya!, que suerte tengo - dijo con todavía más ánimo - Tus obras son gran inspiración para mis filmes, te admiro mucho.
- ¿En verdad?, ¡gracias!
- Mira, esto se lo iba dar al Sr. Izumi, pero siendo tú esa brillante celebridad, cambiaré de destinatario.
La chica le dio a Takeru un sobre color marrón, antes de irse, le dijo:
- ¡Espero verte pronto!, y ese sobre, no lo abras hasta mañana, hoy se podría sospechar.
- ¿Sospechar?. ¿De qué?, oye, ¡no te vayas!
--
Yoshisaki salió del cuarto y se secó el sudor, al menos se sentía mejor consigo misma, lo demás, ya no dependía ella, iba muy distraída y casi choca con Hikari.
- ¡Ay, disculpa! - dijo evitando que la chica Yagami perdiera el equilibrio, Yoshi la miró con detenimiento - ¡Tú eres una de ellos!
Kari abrió sus ojos, con asombro, pero reconoció a la mujer.
- Eres la chica que rescatamos, me da gusto que estés mejor.
- Gracias, justo vengo de con Takeru Takaishi, uno de tus amigos, ¿Verdad?, le agradecía sus cuidados, pero a ti también te doy las gracias; Me llamo Yoshisaki Yínbee.
- Hikari Yagami, mucho gusto.
- ¡Hikari!, o sea, Luz... juraría que eres una de... - exclamó la cineasta.
- ¿De qué?
- De los... de los.. ¡Oh, no lo sé! - se deprimió al censurarse - Disculpa, no me hagas caso; me voy.
--
- ¡Éste, Cody!, se te ve perfecto - exclamó Miyako.
- ¿Tú crees, Yolei?
- Por supuesto, serás el chico más apuesto del baile - dijo la chica de antiparras con mucha seguridad - ¡Señorita!, nos llevamos este traje.
Iori Hida se sonrojó, acto seguido regresó al vestidor. La joven Inoue sonrió satisfecha, como si gracias a ella su adolescente amigo fuera guapo.
--
Fin del capítulo 9
--
Notas de la Autora: ¡Hola de nuevo!, pues aquí les traigo el capítulo noveno de "En fuga...", admito que no pasó gran cosa, más bien me enfoqué en asuntos sentimentales. Posiblemente luego le avance a las parejas y a la trama.
Gracias a todos los que siguen esta lectura, por favor, no se olviden de dejar review.
(aunque si quieren, pueden escribirme a: ziddycm@hotmail.com)
Capítulo noveno "Un corazón con muros".
Estaba sentado en una banca, dejaba que la lluvia mojara cada parte de su cuerpo, no recordaba haberse sentido tan liberado y sereno en toda su vida. Era una sensación profunda, intensa y hermosa.
Había mucho porqué estar preocupado en esos momentos, podía estar temblando por el miedo o agobiado buscando como maniático la solución a sus problemas. Pero a él nunca le gustó preocuparse demasiado, y aunque las personas decían que había madurado, no lo creía así, quería seguir siendo el mismo Taichi, aquél chico de cabellos castaños y alborotados que se tomaba el peligro a la ligera; sabía que su valor lo guiaría a la victoria tarde o temprano... no le gustaba perder, pero al menos se conformaría.
- Hacía mucho que no llovía con tanta intensidad - dijo de pronto - ¡Parece que el cielo está enojado! - agregó con simpatía.
Con su mano derecha sostenía un paraguas, lo traía cerrado y parecía usarlo más para entretener a su vista que para cubrirse con él. Una sonrisa limpia acompañaba a su rostro, se notaba que estaba esperando a alguien.
La vio desde lejos y ella le devolvió la mirada, Taichi corrió a su encuentro.
- ¡Sora! - exclamó con alegría.
- ¿Tai?, no pensé que tú...
- ¿Llegaría temprano a nuestra cita? - completó Yagami - ¡Vamos, Sora!, no me pierdas la fe, me he vuelto puntual; además, en nuestras reuniones grupales, Joe siempre llegaba más tarde, ya sabes, por eso de sus exámenes.
- De acuerdo - dijo Sora, la mirada de Tai la tenía asombrada. - ¿Vienes del Hospital?
- Sí, hace un rato estuve ahí.
- ¿Cómo están todos?, no los veos desde ayer en la noche.
- Muy bien, al menos eso creo - anunció el varón - A Kari la dieron de alta esta mañana; Takeru saldrá esta noche, se ha recuperado muy rápido.
- ¿Qué me dices de Iori, Koushiro y Mimi?
- Pues Iori ya está listo para su graduación, Mimi está en trance psicológico, pero Joe dice que está bien; en cuanto a Izzy... - entonces Tai puso una cara muy seria, que provocó que su amiga Takenouchi, se asustara - ¡Tranquila!, está mucho mejor, según esto, la pastilla de menta que le dieron...
- ¿Te refieres a la pastilla que le proporcionó el enemigo? - interrumpió ella.
- Sí esa - informó el chico -Pues resulta que le hizo mucho bien y no tiene efectos secundarios, ¿Cómo la ves?
- Muy misterioso, la verdad - admitió su amiga.
La hermosa pelirroja guardó silencio después de sus últimas palabras, al contrario de Taichi, se cubría muy bien de la lluvia, con un paraguas negro y un impermeable amarillo.
- ¡Por favor, no te quedes tan callada! - pidió con caballerosidad - Te pedí que vinieras para platicar y recordar.
- Tai... - murmuró la chica con tristeza - Yo...
- ¡Oye, quita esa cara, no te voy a presionar!
Sora suspiró, su mejor amigo le había leído el pensamiento; porque si Tai comenzaba con declaraciones amorosas, sólo provocaría que ella se sintiera mal.
El joven Yagami le sonrió cálidamente mientras le sujetaba el brazo, esa sonrisa cambió radicalmente de dulce a pícara, y con una maniobra ingeniosa, le arrebató el paraguas a la muchacha y lo tiró al suelo.
- ¡Tai! - renegó Sora - ¿Por qué hiciste eso?
- ¡No es justo que sólo yo me moje! - burló Tai, mientras observaba que se oscurecía la naranja cabellera de su amiga, por efecto del agua - Bueno, no te enojes, ¡Juro que no me había sentido tan mal desde que te regalé ese broche feo y cuando vomité en tu sombrero!.
- ¡No seas payaso! - dijo Sora, muy contenta.
- Ven, quiero que me acompañes - exigió Tai, comenzando a correr y saltar charcos.
Los jóvenes llegaron hasta una computadora, ya que en ese entonces había muchas, en cada esquina de las calles, esas máquinas permitían a un humano, ir a Digimundo.
- ¿Vamos a ir al Mundo Digital? - indagó Sora.
- Íbamos a ir - respondió el joven, Sora lo veía luchar con la computadora - ¡Tai!, vas a descomponer esa cosa.
- ¡No es mi culpa, no me acepta el permiso!
- ¿En verdad, deja ver? - pidió la hermosa chica.
Observó la tarjeta de su camarada.
- No renuevas tu permiso "Ciudadano-Turista del Digimundo" desde hace dos años, por eso no funciona el acceso, ¡Qué descuidado!.
- ¡Bah!, no me regañes, Mi Digivice es original y especial, no necesito ese pase ridículo... ojalá las cosas fueran tan sencillas como antes, cuando todos los niños tenían su digivice.
- Las cosas no pueden ser como antes, el gobierno decidió imponer otro tipo de sistema para introducirnos al Digimundo; le arrebataron a todas las personas su digivice y usaron su poder para emplear estas máquinas y pases... pero nosotros nos salvamos gracias a un milagro.
- No es cuestión que me recuerdes eso - dijo Taichi - Sora, ¿Tu permiso no está caducado?
Sora suspiró con resignación.
- Toma, usa mi permiso.
- ¡Excelente!, muchas gracias Sora, ¡Eres mi salvación!
Taichi metió el permiso en la Unidad F 2/4 y tecleó la clave que su amiga le proporcionó.
**PERMISO ACECPTADO
Ciudadana: Takenouchi Sora. -TASO881014-
Visitas permitidas al año: 20
Visitas usadas: 12
-ACCESO PERMITIDO-**
- ¡Qué complicado es todo esto! - se quejó - ¿No te parece?
- El Digimundo parece un lugar para tomar vacaciones, pero no lo es... es un lugar mágico, que tal vez no debería estar abierto a todos.
- ¡Dímelo a mí!, las cosas se complican cada vez más, lo humanos insisten en explorarlo, pero las entradas sólo les permiten visitar a la Isla File, no pueden ir más allá... pero no es nuestro caso, ¿Verdad?, anda Sora, entremos
- De acuerdo.
Los amigos llegaron al Digimundo, había un hermoso atardecer, pero las cosas ya no eran como antes, e incluso el ambiente era casi sofocante, todo estaba industrializado. Taichi Yagami y su acompañante llegaron a la costa.
- Bien, ya llegamos.
- ¿Para qué hemos venido? - cuestionó intrigada.
- Para hablar, ¿No recuerdas?
- Sí, aunque no tengo idea de qué quieres hablar o de quiénes...
- Pues de ti y de mí, porque si quisiera hablar con Kari o Mimi, a ellas les hubiera llamado.
- Ya veo...
- Sora, ¿Qué piensas de mí? - preguntó Tai
- ¿Qué si qué pienso de ti?, pues esa pregunta, esa cuestión, no la hubiera hecho el Tai que conozco.
- Buena respuesta - Tai se tiró en la arena y miró el paisaje - pero en vista de que dicen que hay una nueva versión mía, quiero una contestación diferente.
- Es decir que quieres saber qué opino de tu cambio.
- Sí, eso quiero.
- He pensado en eso, ¿Sabes?, y he llegado a la conclusión de que no has cambiado, has crecido internamente; ese crecimiento me asusta mucho, creo que has avanzado más que yo; supongo que me da miedo dejarme vencer por ti, quiero hacerme adulta, así las cosas no se complicarán tanto.
- Al revés, lo mejor en estos casos en hacerse niños, o como los cangrejos, ¡Ir hacia atrás!
- ¡Qué disparates dices!, no te entiendo.
- Yo tampoco - Tai parecía un demente - lo que pasa es que las cosas se han tornado muy difíciles por el crecimiento... pero, tampoco venía decirte eso, ¿No?, ¡Lo lamento!, generalmente soy muy directo, pero este tipo de cosas se me complican.
- Di lo que tengas que decir, Taichi
- Sora; yo siempre he apreciado mucho el que existas - comentó - Desde niños fuimos amigos, me gustaba que jugaras fútbol conmigo y no tuvieras los miedos que tenían las otras niñas, yo te admiraba, y te quería mucho.
- Yo también aprecio mucho tu amistad.
- Sí, lo sé, pero deja terminar - hizo una breve pausa - El caso es que en mi subconsciente se fue formando la idea de que te amaba, y serías mi novia... así que con el pasar de los años, me enamoré, (justamente como me lo supuse) pero aunque no lo creas, era muy tímido; y me di cuenta de que te gustaba Yamato, entonces te di ánimos, ¿Recuerdas?
- Sí...
- Y pasó el tiempo, llegó el día en que te perdí - el chico lagrimó un poco - Te fuiste por un camino muy diferente al mío, ahora casi no te veo... y la magia de nuestra amistad se esfumó. Pasé noches en vela, Sora, quería tenerte conmigo, quería que fueras mi diosa, deduje y comprobé un amor real por ti.
Sora también se había dejado caer en la arena, miraba el oleaje y lloraba en silencio.
- Así que decidí conquistarte, ¡Primer error mío!
- ¿Error, Tai?
- Espera Sora, tenme paciencia - siguió Tai -Cuando decidí buscarte y amarte, apareció Matt, que también te ama, ¡Pero es mi mejor amigo!, quise desafiarlo, pero no pude. Así que suspendí mi plan, ni él, ni yo te hemos visto contenta con nuestras declaraciones amorosas, ¡Te agobiamos!, parece que construimos muros en tu corazón, estás confundida... pero te diré algo.
- ¿Qué... qué cosa?
- No lloraré si no me amas, Sora; ¡Claro que sé perder!, y no seré cobarde esta vez; sólo hay una cosa que no soportaría perder, ¿Sabes qué?, ¡nuestra amistad!, Mi Sora, por favor, siempre seamos amigos, pero no amigos adultos, mejor retornemos nuestra relación unos 12 años, quiero verte contenta, nada más eso. Matt también desea eso.
- ¡Oh, Tai! - gritó Sora, lanzándose a los brazos de su mejor amigo, quien la consoló dulcemente - ¡Perdóname!
- Prométeme que la magia no se irá Sora.
- ¡Lo juro! - respondió eso - Me has hecho muy feliz.
- Me alegra; no le tengas miedo a la vida, no pretendas madurar, y ya sabes, cuentas conmigo para lo que sea.
Taichi Yagami se puso de pie y se liberó de Sora.
- No veremos, amiga.
- ¿Adónde vas?
- Iré con Daisuke a comer, no te preocupes, viene mi reemplazo.
- ¿Reemplazo?
Una sombra apareció tras los amigos.
- Hola, Sora, soy el reemplazo - saludó un apuesto rubio de aproximados 23 años.
- Yamato, hola - dijo Sora, muy asombrada - Tai, ¿Qué es lo que pretenden ustedes dos?, ¿Tai?
- Se acaba de ir - informó Yamato - pero puedo contestarte que Tai no pretende nada, sólo me hizo un favor.
- ¿Un favor?, Matt, podrías hablar claro.
- Por supuesto - respondió Ishida, mientras tomaba asiento - Tus ojos han llorado, pero te ves muy bien, la plática con el demente de Tai te fue provechosa.
Sora se sentía atrapada por las frases de su amigo, a veces no sabía qué responder.
- Primero que nada, quiero pedirte perdón, me he comportado como un idiota.
- Eso no es verdad
- ¿Cómo que no?, estuve borracho y actué como un imbécil, no tienes que decir que no.
- No tiene importancia, al menos para mí... eso ya es pasado.
- Desgraciadamente siempre pongo demasiada atención en mis hechos pasados, no los olvidos, me dejan marcado - Matt tenía una extraña actitud - ¿Me perdonas?
- Claro que sí - respondió Sora, con simpatía.
- Fuiste mi primer amor, eso no lo he olvidado, porque todavía te amo, me molesta portarme como un idiota... Pero tampoco vine a eso, sino a cumplir mi pacto.
- ¿Un pacto?, ¡Por Dios, Yamato, parece que Tai y tú han planeado este encuentro!
- Justamente eso hicimos. Acordamos rendirnos, no lucharé contra mi mejor amigo por tu amor, lo vales la pena, pero... si me enemistara con Tai, ¿Acaso sería digno de mi emblema?, Fui un patán al presionarte estando borracho, lo lamento, es que estaba obsesionado, ¡Y lo sigo estando!, pero ahora estoy cuerdo, y creo que sólo así no te perderé, tendré fe en que si me amas, me lo dirás; sino, lo comprenderé... pero nunca me olvides, por favor, y tómame en cuenta.
La Estudiante de diseño había comenzado a temblar.
- No sé que sentir, si estar feliz o triste... ambos parecen haberse sacrificado por mí, y renunciar a lo que uno quiere, hace sufrir, soy la culpable.
- No, Sora - dijo Matt - En el corazón no se manda, ¡No te culpes!, nadie se arrepiente de quererte, pero nos alejaremos y te dejaremos ser, esto lo hacemos para que te tranquilices y aclares tus dudas; ¡No arruines nuestro plan!, eso sería muy cruel de tu parte; olvida que te amamos, ¿Quién sabe?, tal vez estés enamorada de... Iori.
- ¿Estás loco?
- ¡Era una broma! - informó Matt - El caso es que te respetaremos en todo, pero no te abandonaremos; ¿Sora?
- Dime
- Somos amigos, ¿verdad?, es que siempre tuve envidia de ver cómo te llevabas con el pelos parados.
- Claro que somos amigos, de los verdaderos.
Pero ni Yamato, ni Sora, se sentía tranquilos ante la nueva propuesta. Takenouchi no quería tomarse a la ligera sus decisiones amorosas, tampoco quería complicarse la vida, debía derrumbar los muros de su alma. La plática que había tenido con Taichi había resultado muy natural, pero con Yamato todo parecía ser forzado; lo que sí es que tenía dos enamorados, que no sólo eran eso: también eran fieles amigos y valientes escuderos. Se sentía muy afortunada.
--
- ¡Mimi! - dijo Izzy con desesperación, había abandonado su cuarto en el hospital sin que nadie lo notara, y estaba en busca de cierta chica - ¡Voy a pasar! - amenazó con firmeza, y entró a otra habitación en la misma clínica.
Mimi Tachikawa reposaba en una camilla, su rostro estaba pálido, y sus ojos miraban la nada. Caminó hacia ella, quien no hizo intento por verle, Koushiro la observó con tristeza.
- ¿Por qué no me quieres ver?, al menos sé que me escuchas... y yo... quiero darte las gracias, cuidaste muy bien de mí, me protegiste con tu vida, ¡y yo no supe cuidarte!, no evité que estuvieras en peligro; lo siento.
- Izzy... - respondió Mimi, sin mirarlo - Tú no entiendes, ¡Es muy complicado!
- ¿Qué no entiendo?, por favor, dime, llevas mucho tiempo sin hablar, sin comer, ¿Acaso no tienes ganas de vivir?... no te quedes así, no me gusta verte de esa manera.
Pero Mimi no estaba de humor.
- ¡No me importa! - le gritó con desesperación, seguía sin dirigirle la mirada - ¡Te desconozco!, a ti no te importan esa clase de cosas, ¡No eres un chico sensible!, así que no seas hipócrita, ¿Entiendes? - casi rugía al hablar, Koushiro estaba muy serio - ¡No sabes nada!. No tienes idea del asco que sentí, no te tocaron esas manos podridas-
- Perdóname.
- ¡Y no te eches la culpa!, odio eso. No me quites el lugar de víctima; al fin y al cabo, no terminó de violarme, ¿Eso es lo que cuenta para todos, no?, nadie entiende porqué me pongo así.
Terminó de desahogarse, pero no escuchaba respuesta por parte del joven Izumi.
- ¿No vas a hablar?
- Yo no quiero molestarte, Mimi - dijo Izzy - Posiblemente no te entienda, posiblemente no sea sensible, pero no soy Hipócrita, y así como tú me protegiste del enemigo, así como trataste de defenderme y sacrificarte; ¡Así lo hubiera hecho yo!
- ¿Y por qué?, ¿Por ser tu amiga?
- Por una amiga haría eso, no lo voy a negar, pero tu caso es diferente.
El pelirrojo se inclinó hacia Mimi. Dejó caer su rostro hasta casi chocar con el de ella, con esa acción obligó a la castaña mujer a mirarle.
- Mimi, no puedo olvidar tus labios; no soy un romántico, lo sé, pero lo que tú me inspiras es muy complicado - entonces le besó la frente - Y cuando sufres, yo sufro, me duele el pecho, Mimi, ¡Y sé que yo también te intereso!. Quería tomarme esto a la ligera, pero no puedo, no va conmigo... ¡Quiero besarte!, ¿Puedo?
- ¡Eres un tonto, para eso no se pide permiso! - reprendió ella, totalmente trastornada por el encanto masculino de su interlocutor.
- ¿En serio?, yo creo que si pido permiso y advierto a la chica de mis intenciones, puedo evitar malentendidos... además, soy inexperto.
Acarició el cabello de Mimi y lo acomodó tras la oreja de la misma, secó las lágrimas de su amante y se acercó más, podía sentir una fuerte vibración acogerlo, su cuerpo revoloteaba majestuosamente.
Tocó suavemente los labios de Mimi, trataba de no verse lento o tenso, quería trasmitirle la magia de sus emociones, buscaba impresionarla, amarla, poseerla; porque cualquier humano era apasionado, sólo tenía que enamorarse; no ocupaba ser un experto.
Intensificó el beso adentrando su lengua y entrelazándola con la de ella, sus labios habían encontrado un ritmo sorprendente, tenía deseos de seguir, de tocar y conocer a la chica, de hacerla suya y declararla su posesión; pero se separó, no debía presionarla, después de besarla, le quitó la vista de encima, se sentía intimidado, posiblemente se desconocía a sí mismo.
- Izzy, promete que me harás tuya... - susurró la chica Tachikawa.
El rostro de Koushiro se veía más rojo que cien tomates juntos.
- Mimi, ¿Qué dices?
- Quiero olvidar, tus besos no se comparan con los de él, son bellos, tibios, míos... ¡Y no puedo esperar a que me toques más!, a que no sólo me hagas sentir deseada, sino querida.
- Yo, yo te quiero, pero no te lastimaría nunca, no quiero que te entregues por despecho y malos recuerdos; me desilusionarías.
- Comprendo, pero en verdad lo quiero.
- Bueno, eso cambia las cosas.
- ¡Eres de lo peor! Ahora tú eres el que ni siquiera me mira a los ojos.
Izumi volteó y la miró, sus negros ojos destellaban, como nunca antes.
- Espero que quieras ir conmigo a la graduación de Cody, es mañana.
- ¡Ahí estaré!, pero promete no pensar en el cartucho.
- Lo prometo.
- Koushiro, en verdad me da mucho gusto oír tu voz.
- A mí más, te lo aseguro - dijo antes de retirarse - me voy, porque no quiero que la enfermera me vea, esta noche me dan de alta, ya sabes, por si te interesa.
--
- Buenos días, ¿Puedo pasar? - Takeru había oído una voz femenina, muy simpática.
- Adelante - respondió
Una joven de ojos cafés y cabello claro, era alta y de esbelta figura.
- Disculpe que lo moleste, mi intención era hablar con Koushiro Izumi, pero no está en su habitación, entonces recordé **Oh, el chico de la habitación 1444, es uno de ellos**, hablaré con él.
- ......
- Mucho gusto, soy Yoshisaki Yínbee. Koushiro Izumi y un grupo de muchachos, entre ellos, tú, me hicieron el favor de rescatarme de las garras del verdugo - exclamó la joven con una sonrisa - y yo vine a agradecerles.
Tk le dio la mano y correspondió a la sonrisa, la chica se sonrojó.
- Soy Takaishi Takeru, mucho gusto, ha sido un placer poder ayudarle.
- Un momento, has dicho ¿Takeru Takaishi?, ¿El gran cuentista?, ¡Vaya!, que suerte tengo - dijo con todavía más ánimo - Tus obras son gran inspiración para mis filmes, te admiro mucho.
- ¿En verdad?, ¡gracias!
- Mira, esto se lo iba dar al Sr. Izumi, pero siendo tú esa brillante celebridad, cambiaré de destinatario.
La chica le dio a Takeru un sobre color marrón, antes de irse, le dijo:
- ¡Espero verte pronto!, y ese sobre, no lo abras hasta mañana, hoy se podría sospechar.
- ¿Sospechar?. ¿De qué?, oye, ¡no te vayas!
--
Yoshisaki salió del cuarto y se secó el sudor, al menos se sentía mejor consigo misma, lo demás, ya no dependía ella, iba muy distraída y casi choca con Hikari.
- ¡Ay, disculpa! - dijo evitando que la chica Yagami perdiera el equilibrio, Yoshi la miró con detenimiento - ¡Tú eres una de ellos!
Kari abrió sus ojos, con asombro, pero reconoció a la mujer.
- Eres la chica que rescatamos, me da gusto que estés mejor.
- Gracias, justo vengo de con Takeru Takaishi, uno de tus amigos, ¿Verdad?, le agradecía sus cuidados, pero a ti también te doy las gracias; Me llamo Yoshisaki Yínbee.
- Hikari Yagami, mucho gusto.
- ¡Hikari!, o sea, Luz... juraría que eres una de... - exclamó la cineasta.
- ¿De qué?
- De los... de los.. ¡Oh, no lo sé! - se deprimió al censurarse - Disculpa, no me hagas caso; me voy.
--
- ¡Éste, Cody!, se te ve perfecto - exclamó Miyako.
- ¿Tú crees, Yolei?
- Por supuesto, serás el chico más apuesto del baile - dijo la chica de antiparras con mucha seguridad - ¡Señorita!, nos llevamos este traje.
Iori Hida se sonrojó, acto seguido regresó al vestidor. La joven Inoue sonrió satisfecha, como si gracias a ella su adolescente amigo fuera guapo.
--
Fin del capítulo 9
--
Notas de la Autora: ¡Hola de nuevo!, pues aquí les traigo el capítulo noveno de "En fuga...", admito que no pasó gran cosa, más bien me enfoqué en asuntos sentimentales. Posiblemente luego le avance a las parejas y a la trama.
Gracias a todos los que siguen esta lectura, por favor, no se olviden de dejar review.
(aunque si quieren, pueden escribirme a: ziddycm@hotmail.com)
