Notas Iniciales: Aquí les traigo esta parte dos, dejé iniciado algo y lo voy a terminar. Dividí "Cadenas de emblemas" en dos partes para que nos les cansara la extensión.
Bien, entonces continuemos la cadena, que se quedó en Koushiro y seguirá en Hikari.

(Gracias por seguir leyendo. Cap. Publicado el 24 de mayo del 2002)



EN FUGA...



Capítulo quinceavo "Cadena de emblemas-2"



--Hikari--


Qué triste es ver tanta oscuridad, pero ¿Saben?, la oscuridad no tiene color, nada más se siente en el ambiente y se huele con sufrimiento; ojalá pudiera tener color para neutralizarla.

No puedo evitar llorar, a Takeru se le rompe el alma si lloro, pero no puedo parar, rompí la promesa que me hice, había jurado no volver a pisar este suelo, esta dimensión. De niños era más sencillo transitar por aquí, en la infancia tenemos un don mágico que nos hace ser casi inmunes a la maldad; ahora, siendo ya una adulta inmadura, no puedo soportar estar sin lágrimas. Además, Demon se ha esforzado para hacernos ver que las pesadillas en este mundo han aumentado.

Creo que yo tengo la culpa de la negrura de este sitio, supuestamente soy la luz y no he hecho nada para despejar la niebla, ni siquiera he buscado a mis amigos... no tengo fuerza, nada más puedo entonar mi llanto.

Por mí misma no soy capaz de nada, soy débil y necesito de los demás, no puedo estar sola, me apago cuando nadie me enciende, me extingo cuando el sol se oculta, y en estos momentos estoy en un eclipse, pero nacido del corazón.

Estoy cansada, me duele respirar y soñar. Me duele recordar y pensar, me duele existir y ser luz... quiero fundirme con la noche, quiero desparecer entre las nubes, quiero dejar de llorar cuando esté muerta. Irme con el mar no es mala idea, me ha llamado desde niña, ha sentido mi frustración de ver cosas que no se deben ver, ha sabido compartir su girasol sin pétalos conmigo: la oscuridad es mi anónimo, y me está consumiendo.

Quiero olvidarme de Taichi, Takeru, Gatomon y los demás, ellos podrán encontrar la forma de salir de aquí... qué triste es todo esto, qué doloroso es ser vencida. Habrá tantos mañanas que no veré, el firmamento me levantará de noche y moriré de día, para mí siempre habrá cielo oscuro, y para mi alma siempre habrá un castigo: muerte en vida.

Las penas que expresan mis ojos son calladas, pero húmedas; silenciosas y discretas; previsoras y nulas. Mi pasado choca con un futuro fantasioso que anhelo y no existe: con una carrera, un beso, un velo, un hijo. ¡Sueños macabros!, cuando me doy cuenta de que no viven, me da coraje.

Soy una egoísta, debo levantarme ¡Debo buscar a TK!, ¡Debo besarlo!, debo sacar a mis amigos de aquí, pero soy débil, las sombras absorberán mi vida.

Algo cálido toca mi hombro, alguien me ha hallado entre tanta densidad de oscuridad.


- Enfréntate a las invasiones, son internas - me dijo esa voz masculina, extraña y robótica.


No reconocí quien la emitía, miré hacia atrás y vi a una especie de máquina humanizada con aceite rojo, que parecía sangre. Su cara era terrorífica, sus ojos eran negros como la noche, pero curiosos, como los de...


- Tú no vas a irte, ¿verdad? - dijo sosteniéndome más fuertemente - No huyas como yo lo hice, los demás ya han sido avisados y vienen para ayudarte... yo no puedo darte lo necesario para que vuelvas a ver tu luz.


Aunque hubiera deseado irme, no hubiera podido, porque estaba más débil que un bebé con bronquitis, además, esa voz me parecía tan especial, tan conocida, que me reconfortaba.
El individuo se sentó a mi lado sin dejar de tocarme el hombro.


- Imagino que debes sentirte horrible.- comenzó - Es la primera vez que vengo y casi me asfixio, pero tú, Hikari, has venido varias veces más... podrás creer que eres débil, pero por el contrario, eres la más fuerte - cada vez me parecía más elocuente y sabio. Lo reconocí.

- ¡Koushiro! - exclamé admirada al sentir todo su conocimiento curioso inundar mi alma, como una aspirina ingerida para aliviar la jaqueca.

- Y no sólo él, Kari - esta vez era la voz de mi hermano, de Tai.


Corrí a sus brazos y lo abracé, ¡Cómo tenía ganas de hacerlo!, mi hermano seguía vivo en este mundo, la oscuridad no se había llevado su valor... tampoco la amistad, el amor, la sinceridad, la pureza y el conocimiento de mis amigos.


- Aún nos faltan... ¡Pero lo lograremos! - dijo Mimi, con una gota de esperanza, justamente me preguntaba dónde estaría la mía. Mi luz había vuelto a crecer.


--Takeru--


No hay un mañana, ni siquiera estoy seguro de que exista la vida... ¡Qué miserable me siento!, luché en vano todo este tiempo, maduré para nada y aprendí a amar para sufrir. Todo a mi alrededor era tan fugaz como la existencia misma, ¿Para qué diablos nacíamos si luego íbamos a morir?, ¿Para qué escalar una cima si caeríamos al siguiente día?.

Los triunfos son blasfemias, las derrotas son realidades. Siempre han dicho que la Esperanza es lo último que muere, pero si soy ese emblema ¿Por qué me siento tan extinto?. Es terrible sentir, y, me enoja poder saber, muy al fondo, que debo luchar. Ya no habrá más un Takeru fuerte y paciente, quiero pudrirme en lo inexistente para dejar de estar engañado; la vida es un espejismo, como aquellos que se ven en el desierto cuando la sed es desesperada... la luz es algo pasajero, se va después de 12 horas.

¿Y el amor?, ¿Qué hay de Kari?, ¿Quién es Matt? ¿Y mis amigos?, ¿Patamon?... todos esos nombres son sueños que ya se fueron con el viento y mi despertar, son parte de la ilusión que cesó al darme cuenta de mi realidad, ¡Son engaños felices que no debí conocer!.

Porque la hermandad que me dio Matt, fue un refugio que cavé al querer una familia.


La curiosidad de Izzy me ayudó a no pensar.

Las sonrisas de Sora y Mimi me impulsaron a querer conocer lo contrario al varón.

Jyou y Cody existieron sólo para prevenir por mí, para ser conciencias.

Los lentes de Miyako fueron el espejo con el que necesité verme.

La alegría de Davis y Tai, hicieron extrovertidas mis emociones.

El pasado de Ken sirvió para que aprendiera a no hacerme la víctima

Y Kari, el amor de ella, iluminó mi fantasía.


Todos ellos nunca vivieron, son fantasías, son reflejo de mi soledad.... yo siempre estuve encerrado aquí, y al sentirme perdido, opté por soñar para gozar, un gozo falso, que NO EXISTE.

Ansío morirme y dejar de soñar, estoy muy cansado por esta desesperanza que me cubre al descubrir que no hay fe verdadera... quiero llorar, pero si lo hago, sentiré como si Hikari fuera la que llorara... y no quiero sufrir pensando en ella.

Lo que más detesto en estos momentos es poseer la capacidad de pensar y reflexionar sobre si tengo vida o no. Hay algo que me hace sentir incómodo, harto... si ya no puedo volver a soñar, lo mejor será acabar con mi mente.

Estaba hincado y ahora me puse de pie, caminé hacia donde el viento causaba más dolor, hacia donde hacía más frío, hacia donde la muerte llegaría más rápido... ¿La muerte también es una farsa?, ¡No quiero que sea una ilusión, por favor!.

Es muy tardado, me vuelvo a cansar... bajo mi cuerpo había una roca filosa. Me agaché y la tomé, lo único que debía hacer era atascarla a mí.

Lo iba a hacer, pero...



- ¡No, no lo hagas! - me gritó una voz que a pesar de querer sonar áspera, era celestial, de ángeles. - ¡No te atrevas ha hacerlo, o te juro que jamás dejaré de llorar!



Parecía Kari, pero yo estaba convencido de que aquel ángel no existía, y de que todo era una ilusión.

Un monstruo llegó hacia mí y me detuvo.



- ¡Te he prohibido que lo hagas! - chilló, a lo lejos venían más bestias - Recuerda Takeru, que hemos venido a ayudar a los demás... recuerda... ¡Acuérdate!

- ¿Acordarme?... NO, no puedo seguir viviendo bajo tus embrujos, no puedo seguir creyendo que existes, o que la esperanza vibra en mí. ¡No eres real!

- ¡Te amo!

- ¡No me amas!

- Dime que no me amas y te dejaré aquí, lo juro - dijo esa figura firmemente, era tan perfecta, que no veía su fealdad.

- Estoy... estoy enamorado de un sueño, no es justo, yo no quiero existir.


Sin embargo, Hikari no me iba a dejar desamparado, ante ella era yo presa fácil. Me rodeó cálidamente y me susurró al oído.


- Si hubiera sabido que esto pasaría, no te hubiera obligado a sacrificarte... ahora soy yo quien te pido algo: no sufras en vano... ¿Qué importa si soy un sueño o una realidad?, sólo sé una cosa, Tk: Existo.


Un rayo de luz me llegó de ella, mi esperanza me fue devuelta porque somos uno solo. Ahora todo fue más claro, más figuras aparecieron para darme sus virtudes, esas bestias eran algunos de mis amigos, que como buenos coetáneos, le habían devuelto el alma a Takeru Takaishi.


--Daisuke--


Si insultar a todo el mundo me hacía salir de aquí, los hubiera insultado el doble. Si odiar a quien amaba me liberaba de este castigo, hubiera injuriado a mi reina y la hubiera detestado. Si renunciando a mí mismo lograba la libertad, me hubiera hecho esclavo de las tinieblas o de cualquier cosa. Aquí lo único válido era dejar de sentir esas malditas punzadas en el pecho, en las mejillas, en el trasero... pero sobre todo, en el alma.

Yo juré salir de aquí para hacer papilla a Demon, pero tenía fuertes dudas de lograr mi meta, estaba muy solo y por primera vez en la vida me sentía infeliz.

No era momento de sonreír como estúpido y esperar a que alguien me rescatara, la cosa estaba difícil y yo estaba perdiendo algo muy importante sin darme cuenta. Posiblemente mi frustración se deba a que no estoy impuesto a sufrir, no sé que tengo en el cerebro, pero siempre traté de verle el lado bueno a las cosas... creo que fui un estúpido, no estoy preparado para el dolor.

Todo estaba claro, V-mon no vendría por mí, jamás sabría de mi paradero y me dejaría morir entre las llamas negras de por aquí. ¿Y mis amigos?, ¡Bah!, tenía mis propios problemas como para pensar en ellos, lo esencial era quitarme de la cabeza ese ideal de optimismo que me habían inculcado mis padres. Aborrecí a Jun, la muy infame estaba feliz en la Tierra embriagándose y creando amores inexistentes, ¡Qué envidia!.

Ya no era el mismo Daisuke y me daba gusto. Siempre se burlaron de mí por mi ingenuidad y valentía, Hikari se reía de mis enamoramientos y Tk la apoyaba. Los más grandes me hacían quedar como retrazado mental, lo peor es que tal vez tenían razón, todo este tiempo me he comportado como un estúpido. Me enojaba el hecho de haber sido burla, prospecto a líder y amigo inadecuadamente apreciado.

Si yo moría nadie iba a llorar por mí, ¿Le importaba a alguien?, ¡NO!, sólo me importaba a mí mismo, y para dejar de sufrir, tenía que hacer algo.

Lo peor en estos casos, es no saber a dónde ir, el ambiente está envuelto en oscuridad y entre más negros son mis pensamientos, más agua aparece, ¡Maldito mar!.

Era más divertido pensar en que podía morir en una visión bonita, como aquella de la que saqué a mis amigos cuando terminamos con Malomyotismon; yo los ayudé esa vez, pero me he dado cuenta de que estoy solo y nadie me ayudará.


- Estoy solo.

- Eso no es verdad, Daisuke, no estás solo - me dijo un gigante deforme, rubio como los Ishida/Takaishi, impertinente, como el agua lodosa.

- ¿Quién eres tú?, ¡Aléjate o te exterminaré!

- De acuerdo, tranquilo... no quiero contradecirte, nada más te doy mi opinión.

- ¿No quieres acabar conmigo?, ¿Quiere decir que ni siquiera soy digno de que un digimon maligno me mate?, ¡Quiero morir con honores!

- Es que no estás solo, es verdad que una vez me ayudaste... oye, no me mires así, te aseguro que no soy tan tenebroso, además, no te asombres de mi altura, siempre estuve más alto que tú.

- ¿Quién crees que eres para hablarme con tanta familiaridad?

- Tu amigo - el gigante descendió - No te rindas Davis, siempre he admirado mucho en ti esas cualidades de líder que nunca tendré, eres muy franco y como dice Kari, no mereces estar en un lugar tan terrible.

- ¿Takeru?, ¡Eres tú!, sólo tú hablas de Kari en ese tono.

- Daisuke, me da gusto que me hayas reconocido, pero me da todavía más alegría poder haberte ayudado, ¿Te sientes mejor?, ¿Has dejado atrás ese sentimiento negro que tenías dentro?


Odio admitirlo, pero sentí como si toda la Esperanza de TK fuera mía, además, su imagen de chico alto, rubio y "presumido" volvió a mí.


- Ehhh... sí, me siento mejor.

- Y te sentirás todavía mejor cuando veas a los chicos y te ayuden...

- Gracias.

- ¡No me des las gracias!, somos amigos. Vamos, te llevaré con ellos.


--Miyako--


Siento como si nada hubiera valido la pena, mi vientre está vacío, al igual que mi alma. Ya no tengo a mi bebé dentro, murió, estoy segura, y no sé si pueda superarlo.

Yo no quería terminar encerrada aquí, Demon me mintió, aquí no está Ken, y sin él, todavía tengo más frío.

No tenía planeado tener un bebé, tomaba precauciones pero alguien quería que él se concibiera para después matarlo y llevarse mi alma con su cuerpecito diminuto y solo. Quería comprarle ropita, darle de comer y ponerle un nombre bonito, quería ser mamá aunque nunca lo vi claro en mi mente.... todo eso está tan lejos, ya no tengo la capacidad de pensar en que las cosas mejorarán.

Estuve aquí hace tiempo, pero el sitio está muy diferente, ahora puedo ver la oscuridad con más claridad. Además, estoy sola, y la primera vez que vine Kari y Ken me hacían compañía. En estos momentos el sitio es más tenebroso y cruel, me quiere hacer llorar, pero todas mis lágrimas se fueron con mi hijito, ¡Oh, qué horrible!, yo lo maté, debí cuidarlo y no lo hice.

Se me figura que he caído a un abismo gigante y lo más seguro es que no pueda volver a ver el sol, ¡Si tan solo estuviera alguien conmigo!, ese alguien escucharía mis quejas, mi dolor, yo no estoy impuesta a estar sola.

Ni siquiera está la luna, ni siquiera hay una rosa... todo es agua de malos pensamientos. Lo único que puedo hacer es irme con mi bebé, y sospecho que dejarme guiar por la marea es la manera más rápida.... Adios, querido Ken.

Comienzo a andar entre las olas, me queman el alma, pero en vez de calor siento frío.


- Espera, Yolei, ¿A dónde pretendes ir?, ¿Qué no sabes que esta agua nos carcome el alma?

- Voy con mi hijo - dije sin ponerle atención a mi hablante, seguro era un ser maligno, nada bueno podía haber en este lugar.

- ¿Cómo que tu hijo?

- El hijo que Ken me dio y que yo maté - respondí, el inquilino que me hacía el interrogatorio tenía una aspecto espeluznante, parecía una babosa gigante... sin embargo, su mirada era dulce y viva.


Quería ser oída, y tal vez él querría escucharme.


- ¿Podrías oírme? - pregunté, ofreciendo mi mano - Quiero que alguien sepa que estoy sufriendo... he perdido a mi bebé sin saberlo... también perdí a Ken.


Él parecía estar llorando, ¿conmovido?, no más que yo.
Tomó mi mano, y sentí una extraña fortaleza de seguir adelante.


- No llores, Yolei, encontraremos a Ichijouji... no sufras más, siempre hay un mañana.


Le dijo Ichijouji, con un tono de voz tan agradable, que sospeché que era Daisuke.


- ¡Yolei, por aquí! - me gritó una voz femenina - ¡Todos estamos contigo!


Había más "cosas" en la orilla del mar. Cuando la niebla se disipó, me di cuenta de que eran mis amigos.



--Ken--



Mi hijo...

Lo había perdido de una manera muy parecida a la que perdí a Osamu, a mi hermano.

No sé si mi destino era perder a quien amaba o si los perdía porque era un imbécil que no sabía cuidar lo propio. Comencé a creer en la segunda hipótesis, nunca había sido lo suficientemente responsable, mi camino estaba destinado a caídas, pero de estúpido, volvía a levantarme... iluso de mí, volvería a caer.

He cometido muchas tonterías cuando vengo a este mar de la oscuridad. La primera vez fue tras la muerte de Osamu, quise visitar a Wormmon, pero terminé viniendo a este lugar, donde al zambullir mi D3 al agua y se volvió negro, ¿Qué pasó después?, me volví el Kaiser del Digimundo y terminé matando a mi digimon y a muchos otros. Los que según esto son mis amigos me hicieron levantarme ¿Para qué?, sólo para enamorarme de una chica a la que no sé cuidar y soportar. Quiero buscarla, lo juro, pero no tengo cara para verla y decirle que su bebé, "nuestro" bebé, está muerto.

Debe ser una pesadilla, ojalá Kido estuviera frente a mí para ahorcarlo y forzarlo a decir que ella no perdió nada y todo está bien. Me siento incapaz de ver algo claro y de actuar como siempre, quiero sentir odio para no sentir remordimientos ¡detesto sentirlos!, no es justo, no es justo.

En lo que menos pienso es en el futuro de la Tierra o en la salvación de mi alma, la imagen de Miyako llorando y sufriendo por algo inevitable es mucho más fuerte y no tengo cabeza para nada más. Verla en ese estado es la peor de las ilusiones.

A veces grito, cuando las tinieblas son muy grandes y no me dejan respirar; me pregunto si alguien me oirá.... me cuestiono sobre Davis y los demás, sobre Wormmon y la Tierra, pero sólo tengo presente a Yolei con su sufrimiento... yo no puedo hacer que deje de sentir dolor, y me lleno de impotencia.


- Perdóname Miyako, no te supe cuidar... tal vez no te supe querer - grité desanimado, dándome cuenta de que nunca fui alguien bondadoso, como lo decía el emblema.


Frente a mí aparecieron, como espíritus errantes, 10 fantasmas con aspectos tenebrosos.

Se quedaron estáticos a unos metros y yo me horroricé pensando que eran los encargados de hacerme pagar lo que le había hecho al Digimundo en mis años de infancia... ¿Será que sí fui malvado?

Uno de ellos, se acercó.


- Te oí gritar cosas que no quería oír - me dijo, alzando su brazo para darme una cachetada.


¡ZAZ!


Yolei Inoue, cuando tenía 12 años, me había golpeado de manera similar cuando estaba ido... su contacto irradió amor, pureza... ¡Era ella!


- Miyako...

- Ken, abrázame por favor, no quiero sufrir sola.



--Iori--


Demon me encerró como a todos los demás, no sé si fue útil sacrificarme, no la estoy pasando nada bien aquí, no puedo dejar de llorar y cada vez mi piel está más roja.

Siento como si hubiera perdido parte de mí, tal vez mi espíritu se quedó en otro sitio, pero no todo concuerda, porque los sentimientos siguen fluyendo, los negativos se comen a los positivos como si fuera un juego de pacman. Lamentablemente estoy molesto porque mi graduación no resultó lo que yo quería, sé que es trivial decir esto, pero tras haber besado a Hiromi no es justo que me la quiten, ¡Ya me quitaron a papá!, ¡Ya déjenme en paz, porquería de tinieblas!.

Son pegajosas y no me dejan vivir, rondan como moscas recorriendo mi cabeza, ¡Maldita negrura!. Detesto a todo lo que hay a mi alrededor, me siento perdido, parece que estoy flotando con una tablilla en medio del océano... ahora el barco se ha hundido.

Ya no tengo esperanzas, yo me voy a quedar aquí para siempre y para el colmo, estoy comenzando a creer que solo. No quiero morir aquí, sería un deshonor, por eso he prendido esta fogata que no pienso compartir con nadie, ¡Es mía y eternamente mía!, si me quitaron a mi reciente novia, no me quitarán este fuego que me ha costado tanto trabajo prender: Es mío.

Veo a unas bestias caminar hacia mí, si creen que me quitarán el fuego están muy equivocados, no pienso compartir nada con nadie, menos con esas abominaciones. Un palo con fuego me ayudará a ahuyentarlos.


- ¡Fuera, váyanse!, aléjense.

- ¡Miren, Cody hizo una fogata! - dijo uno, como si me conociera de toda la vida, qué sujeto tan patético.


Intentó acercarse pero lo roseé con la lumbre.


- Auch, eso dolió.

- Pues para qué te acercas, Davis, sabes que el pobre está confundido.

- ¡Aquí nadie está confundido! - grité con histeria. - lo más seguro es que estoy perdiendo la razón, ¡Déjenme en paz!


Una figura fea y azul llegó hasta a mí, lo ataqué, pero sostuvo el fuego con su mano, quemándose.


- ¡Suelta eso Ken, te quemas!

- Hay quemaduras más grandes que las físicas, Miyako - dijo él, sí... hablaba como Ken - ¿No es así Cody?

- ¿Eres realmente tú? - pregunté sintiendo su bella bondad iluminarme.

- Sí, somos todos, y te hemos estado buscando.

- ¿En verdad?

- Claro... chicos, acérquense.


Pude ver la mano que le había quemado, pude ver su cabello azul entre la noche, al fondo estaban los demás, mis amigos.

Juntos nos reunimos alrededor de esa fogata, juntos esperaríamos la muerte, porque aunque nos habíamos reunido, nuestros espíritus cada vez estaban más débiles.



--
Fin del Capítulo 15
--


Notas Finales.- ¡Gracias por seguir leyendo!, ¿Qué les pareció?... sí, sé que me compliqué la vida con estos dos últimos capítulos, pero me gusta hacer este tipo de profundidades, la narración cambió a primera persona para hacer más ameno los pensamientos, al menos eso creo, este estilo seguirá hasta el siguiente capítulo, llamado "El amanecer eterno", que ya tengo escrito, y que además, estará corto (para no torturarlos tanto, ya sé que enfado con mis extensiones locas) .

Aclaración.- Fui haciendo una cadena de ayuda, comenzando con Taichi y terminando con Iori. Los elegidos, como estaban perdidos entre la Oscuridad , al principio veían a sus amigos de forma macabra, pero al recuperar la razón y las virtudes, los vieron como siempre. (Espero no se hayan confundido)

Por favor, dejen comentario, tomen en cuenta que puse mucho esfuerzo en este fic, que ya casi va a acabar, ¡Sigan leyendo, por favor!... y, muchas gracias otra vez.