Este es un capítulo emocionante, como se pueden dar cuenta me ha costado
hilar la historia sigan disfrutando que es con amor a ustedes.... Gracias
por los Revews.
Capítulo 11
Hermione y Draco no habían hablado mucho durante su trayecto a través de las mazmorras hacia el comedor, en realidad Hermione aún estaba muy molesta por su falta de discreción en cuanto al asunto de su castigo, en realidad cuándo pensaba en ello se ponía muy de malas
-supongo que no le has dicho a tu novio lo que pasó entre nosotros- dijo el chico tratando de no parecer pedante ni indiscreto –di no ya me hubiera partido la cara
-En realidad no se lo he dicho porque me da pena que lo sepan, ni siquiera se lo he dicho a Harry
-¿lo sabe Ivonne?
-Ella te lo ha dicho ¿no?
-Si, mencionó algo, pero ¿por qué se lo dijiste a Ivonne?
-Ivonne me descubrió en la sala común, así que le tuve que decir, además era la única que me podía hacer sentir bien… Draco en realidad me sentí muy mal esa noche, no sé por qué lo hice, no sé…
-¿te gusto?
-Este…- la chica no pudo contestar, pues una sombra se había movido hacia el otro lado del corredor justo a espaldas de ellos
-¿qué es eso?- dijo Malfoy tomando a Hermione por los hombros y cubriéndose con ella como todo un cobarde
-Tal vez solo ha sido Peeves- dijo ella tratando de seguir
-no, Peeves estaba en el comedor con Arabella Figg- comentó Malfoy
-va hacia el dormitorio de Snape…- se vieron interrumpidos nuevamente, esta vez por los gritos de los alumnos que corrían hacia todas direcciones, un grupo de Slytherin corría desesperadamente hacia su casa en las mazmorras, atropellando violentamente a los dos jóvenes que se dirigían hacia el comedor
-Malfoy- dijo Pansy Parkinson tratando de controlarse –Malfoy… en el comedor… dementores… ¡¡¡CORRE!!!
-¿qué?- preguntó Hermione asustada -¿dementores en el comedor?… Malfoy regresa a avisar a Snape… yo iré con Harry
-Está bien- dijo Malfoy ante la mirada atónita de la chica que trataba de jalarlo hacia su sala común, donde seguramente estarían a salvo
Hermione corrió hacia el comedor, pero se topó con un dementor que se encontraba en las escaleras del vestíbulo tratando de tapar el paso a los chicos que iban a sus casas. No tardó mucho en hacer un gran patronus que la ayudó a cruzar hasta el comedor. Al entrar, vio a Harry, Dumbledore, Sirius, Lupin Fred, George y Ron tratando de luchar contra otros muchos dementores, detrás de éstos pudo ver perfectamente a Colagusano que reía maliciosamente, tratando de encontrar a alguien que no se encontraba con los profesores.
********************-----****************************
Severus Snape trataba de conciliar el sueño, tenía a su ser más amado a su lado, y dormía profundamente gracias a la poción de la Señora Pomfrey, él no había querido tomarla, no quería que Ivonne se despertara antes que él y fuera a meterse en problemas, sin previo aviso comenzó a sentir un dolor espantoso en el brazo izquierdo, levantó la manga de su túnica y dio gracias a Dios que Ivonne no podía ver eso, la marca tenebrosa estaba totalmente visible y claramente iluminada, en ese momento sintió como si un hierro ardiente estuviese quemando su piel, sentía que el brazo le reventaría, no pudo seguir acostado, dejó la cabeza de la chica en la almohada y trató de tranquilizarse yendo de un lado a otro de la habitación. No lo lograba, su desesperación y el dolor se hacían cada vez más fuertes, de pronto, tras el se oyó un ruido como de respiración agitada, era Peeves, y se veía realmente espantado
-La señora Arabella me ha enviado- dijo éste –han venido por usted, lo han descubierto, Profesor Snape tiene que huir… Petegrew ha traído dementores, y vienen por usted
-Snape- la alterada voz de la chica se escuchó como un rayo en el viento –no huyas, quédate aquí, estás seguro, en el despacho de Dumbledore, yo saldré a pelear con ellos, no quiero que te pase nada- dicho esto salió corriendo sin dejar que Snape pronunciase palabra, éste salió corriendo tras ella, pero ya nada pudo hacer, pues ella estaba ya muy lejos de su alcance. Cuándo llegó al comedor Hermione apenas llegaba, se encontró con lo que quedaba del dementor del vestíbulo, lo saltó y llegó a encontrarse con tremendo lío, trató de adelantarse a ellos, pero estaba tan preocupada y alterada que los dementores inmediatamente fueron tras ella, se sentía frustrada, pues no le llegaban los lindos recuerdos a la mente, no recordaba un momento feliz… trató de pensar en George, pero la lastimaba, y eso hacía que los dementores la siguiesen aún más, se quedó petrificada, no sabía que hacer, su cuerpo no le respondía, no podía pensar en algo agradable, las manos de dos dementores se posaron sobre sus hombros, ella sintió sus heladas manos, y el frío respirar de aquellas criaturas, sentía también cómo su alma la abandonaba poco a poco, cerró los ojos, se había rendido, de repente, sin más ni más se escucho una voz, una voz que para ella se escuchaba la más dulce de entre todas, más dulce aún que el canto de un fénix, Sirius Black había invocado un enorme patronus que había logrado destruir a los dos dementores que aprisionaban a la chica. Los dementores iban desapareciendo poco a poco, Colagusano había desaparecido y al parecer Harry, Ron y Hermione estaban bien, Fred y Lupin trataban de hacer reaccionar a George, que se había quedado inmóvil al ver que los dementores habían tomado a Ivonne, y cómo ella había perdido ya toda la esperanza… Sirius levantaba en sus brazos a la chica, que yacía inconsciente después del ataque.
-Llévenla con Snape- dijo Hermione a Sirius viendo que la sacaba del comedor –él llamara ala señora Pomfrey
-no sé donde está su dormitorio- dijo Sirius dirigiendo a Hermione una mirada de disgusto, además yo no puedo estar por allí rondando ¿recuerdas?
-Yo lo haré- dijo Fred tratando de no tirar a George que seguía aún inmóvil y sin articular palabra
-No Fred- dijo Ron –George no se puede quedar así, Lupin y tú llévenlo a la enfermería, Harry, Hermione y yo llevaremos a Ivonne con Snape…
Cuando llegaron con Snape, su cuarto estaba hecho un desastre, Hermione trató de buscar a Malfoy, fue a buscar a Snape a su despacho, pero no había nadie allí, muy por el contrario, pareciese que alguien hubiera pensado en lo mismo; Hermione se preocupó, así que regresó por los muchachos, inmediatamente les dijo que habría que llevar a Ivonne con la Señora Pomfrey y que quizá allí estaría Snape. Al llegar a la enfermería, vieron a George en una camilla, al parecer sólo estaba durmiendo, Fred y Lee corrieron a ayudar a Ron y Harry con la chica que traían aún inconsciente; preguntaron por Snape, pero éste había desaparecido, al parecer Dumbledore había ido a buscarlo, Sirius estaba sentado en una de las camillas, que posteriormente le fue asignada a la chica, al parecer éste solo había sufrido ligeros raspones durante el ataque de los dementores.
Pansy Parkinson llegó una hora después de que Ivonne fuese puesta en una camilla a descansar; fue directamente a Harry, sin saber por qué, se observaba en su rostro una mirada desesperada, en realidad nadie pensó verla algún día así.
-Harry…- dijo la chica al borde de las lágrimas –Harry ¿ha estado Draco con ustedes esta noche?
-No Pansy ¿por qué? ¿sucede algo?- dijo el chico tratando de verse tranquilo ante la mirada de la chica
-Si, Draco ha ido a avisar a Snape del ataque de los dementores, pero no volvió a los dormitorios… realmente no sé si ha estado con ustedes o qué ha pasado con ellos… Harry ¡Tienes que ayudar a Draco! ¡Tienes que encontrarlo!
-Haré lo posible- Harry decía esto realmente por obligación moral, porque si no lo hacía su conciencia no lo dejaría tranquilo, mas no por el mero gusto de hacerlo.
-¡HARRY!- una voz dulce y peculiar sonó en los oídos del chico, mientras una pequeña de cabellos rojos llegaba corriendo hacia el. -¡Harry! ¿Estás buen?- preguntó la pequeña al rodearlo con sus brazos
-Estoy bien Ginny, tengo que buscar a Malfoy, parece que está desaparecido al igual que el profesor Snape
-Harry- decía Lupin a espaldas del chico – es mejor que te vallas a dormir, y que no salgas de Gryffindor hasta mañana por la mañana, desde ahora parece que habrá toque de queda y visitas estrictamente restringidas a Hogsmeade, al parecer se cancelarán los entrenamientos de Quidditch hasta nuevo aviso… ahora vallan a dormir, Hocicos y yo cuidaremos a sus amigos
Los chicos obedecieron, Harry pudo observar de reojo, al salir de la habitación, como un perro negro se acercaba a la cama de Ivonne y se transformaba en Sirius Black, su padrino. Aunque no pudieron dormir muy bien esa noche, respetaron el toque de queda que se había dado, al parecer la situación se empeoraba a cada momento, Harry pudo ver a través del mapa del merodeador, cómo los principales jefes y las personas de La Orden del Fénix se movilizaban por todo el castillo, yendo y viniendo como un montón de hormigas, sin embargo algo no estaba bien, pudo darse cuenta que la gente se movilizaba más en las mazmorras, aunque no se veía el punto de Snape en ningún sitio, al igual que el de Dumbledore... Harry fue sacado de sus pensamientos por una voz muy familiar, que abría la puerta y la cerraba de golpe como quien no quiere que nadie se entere de que ha entrado
-Alumnos de Gryffindor- dijo la profesora McGonagall desde el centro de la sala común –Reúnanse en la sala común todos por favor
A los cinco minutos todo el alumnado de Gryffindor se hallaba reunida en la sala común y rodeaba a Minerva McGonagall como las abejas a su panal.
-Tengo un anuncio que darles- anunció con voz de resignación –en vista de lo ocurrido se ha llegado al acuerdo de que las mazmorras no son un sitio seguro para nadie, así que los alumnos de Slytherin y los Gryffindor tendrán que compartir el sitio de estar… por lo menos en lo que todo vuelve a la normalidad- todos lanzaron un gemido de indignación y protesta, pero la mirada imponente de la profesora los hizo callar
-¿por qué no en las otras casas?- preguntó Fred molesto
-Gryffindor y Slytherin son dos de las casas más grandes, aquí caben perfectamente los alumnos de ambas casas… Por favor jóvenes no quiero que haya ningún problema… o por lo menos no quiero que los causen ustedes- y lanzó una mirada por encima de las gafas a Lee y Fred que se cruzaban de brazos en actitud indignada, no por los comentarios, si no por la el hecho de que tendrían que compartir la casa con sus asiduos enemigos.-¿estamos todos de acuerdo?- dijo finalmente la profesora McGonagall en un tono de voz que dejaba en claro que no aceptaría negativa por parte de ningún estudiante de sus casas.
Todo el mundo asintió con un gemido apagado y sin ningún entusiasmo, mientras la profesora dejaba entrar a los estudiantes de Slytherin que eran guiados por su prefecto a falta de su jefe de casa, La profesota McGonagall repartió a los alumnos de cuatro en cuatro en cada habitación, por supuesto que Crabbe y Goyle tuvieron que compartir habitación con Seamus, Neville, Harry y Ron, mientras que Hermione tuvo la suerte de compartirla con Pansy Parkinson, que no dejaba de llorar. Esa noche pocos pudieron dormir, sin embargo Hermione se sintió mejor al ver llegar a Arabella a dormir.
****************************--------************************
-¿dónde está Severus?- preguntó Ivonne que comenzaba a despertar -¿Severus?…¿dónde está Severus?
-Hola Ivonne, es mejor que descanses- decía Sirius Black a la chica que tenía enfrente –Todavía estás débil
-No… quiero ver a Snape ¿dónde está? ¿cómo está?
-Ivonne… Severus… desapareció
-¿cómo que desapareció? ¿cómo están los demás?
-Ivonne… Draco Malfoy y Snape están desaparecidos, todos los demás estamos bien, George Weasley descansa en la cama contigua, y Lupin fue a descansar a la cabaña de Hagrid.
-¿Por qué no has ido a descansar?
-No, prefiero cuidarlos a ambos, además estaba seguro de que en cuanto despertaras irías a buscar a Snape
-¿por qué supones que me conoces?- dijo la chica un tanto indignada
-solamente creí que lo buscarías…
-¿qué te hace suponerlo?- lo interrumpió tajantemente
-Ivonne… creo que no es motivo para discutir, mejor descansa, lo necesitas
-Sirius por favor no me digas que es lo que necesito, me pasado todo un estúpido día durmiendo y tratando de descansar, no creo que tú sepas que es lo que necesito y mucho menos que es lo que tengo que hacer; estoy ya bastante crecida como para necesitar que me digan esas cosas...
-¡Está bien!- dijo él enojado -¡Solo trataba de ayudar!
-No creo que puedas ayudarme mucho- respondió ella un poco más tranquila –realmente lo único que necesito es que Severus esté e mi lado
-Hay mucha más gente que se preocupa por ti, sólo que no quieres darte cuenta… pero si te dejas de rodeos y te quitas esa tonta y absurda idea de que solo Severus te quiere y te comprende entonces podrás darte cuenta del cariño que todos te tienen por aquí…
-¿De qué hablas Sirius?
-Sirius- dijo Lupin –Es mejor que ella se dé cuenta por si sola de lo que sucede Ivonne, al parecer no verás a Severus Snape por un rato, así que tendrás que acostumbrarte a que hay más personas que quieren ayudarte.
-¿Por qué me dicen esas cosas? me hacen sonar como si tuviera los ojos vendados y lo único que viera es a Snape, no soy así, veo a mucha gente en mi mundo, veo a tanta gente que me hostigo, realmente me desespero de todo esto... todo el mundo cree que porque estoy chica no puedo valerme por mí misma, parece que no soy más que una niña que juega a atrapar a Voldemort, no es un juego, es un sueño para mí…¿no lo entienden?
-No se si te entiendo Ivonne- dijo la voz insegura de George desde detrás de las cortinas de la cama contigua -¿qué es lo que quieres en realidad? ¿por qué ese afán de tener a una persona tan desagradable cerca? ¿por qué no sientes la necesidad de tenerme cerca de ti? ¿por qué eres tan egoísta?
-George… yo… no soy egoísta… tengo miedo… George nadie antes me ha querido como tú… no sé cómo querer a personas tan especiales como tú. Snape no es una persona desagradable… es que solo las personas que hemos sufrido lo que nosotros nos comprendemos entre nosotros… George… nunca has sido ni serás un inadaptado… nunca se burlarán de ti como lo hicieron conmigo, nunca te rechazarán como lo hacían conmigo… prácticamente eres perfecto…
-Eso no me impide a… sentir lo que siento por ti… ¿te impide corresponderme?
-No, te amo… es solo que temo perderte George… ya me pasó una vez… no quiero que se repita… al parecer las únicas personas alas que amo corren la misma suerte… eso es lo que me impulsa a odiarte
-¿odiarme?
-A querer odiarte…- pero no pudo continuar porque sus labios eran tocados por los del joven que se había ido acercando poco a poco mientras charlaban –No- dijo ella separándolo despacio pero casi sin ganas de hacerlo –George…
-¡Tranquilízate! No me pasará nada, te lo prometo- entonces la chica sonrió y quitó su mano del pecho del chico, dejando que sus labios se juntasen nuevamente.
Capítulo 11
Hermione y Draco no habían hablado mucho durante su trayecto a través de las mazmorras hacia el comedor, en realidad Hermione aún estaba muy molesta por su falta de discreción en cuanto al asunto de su castigo, en realidad cuándo pensaba en ello se ponía muy de malas
-supongo que no le has dicho a tu novio lo que pasó entre nosotros- dijo el chico tratando de no parecer pedante ni indiscreto –di no ya me hubiera partido la cara
-En realidad no se lo he dicho porque me da pena que lo sepan, ni siquiera se lo he dicho a Harry
-¿lo sabe Ivonne?
-Ella te lo ha dicho ¿no?
-Si, mencionó algo, pero ¿por qué se lo dijiste a Ivonne?
-Ivonne me descubrió en la sala común, así que le tuve que decir, además era la única que me podía hacer sentir bien… Draco en realidad me sentí muy mal esa noche, no sé por qué lo hice, no sé…
-¿te gusto?
-Este…- la chica no pudo contestar, pues una sombra se había movido hacia el otro lado del corredor justo a espaldas de ellos
-¿qué es eso?- dijo Malfoy tomando a Hermione por los hombros y cubriéndose con ella como todo un cobarde
-Tal vez solo ha sido Peeves- dijo ella tratando de seguir
-no, Peeves estaba en el comedor con Arabella Figg- comentó Malfoy
-va hacia el dormitorio de Snape…- se vieron interrumpidos nuevamente, esta vez por los gritos de los alumnos que corrían hacia todas direcciones, un grupo de Slytherin corría desesperadamente hacia su casa en las mazmorras, atropellando violentamente a los dos jóvenes que se dirigían hacia el comedor
-Malfoy- dijo Pansy Parkinson tratando de controlarse –Malfoy… en el comedor… dementores… ¡¡¡CORRE!!!
-¿qué?- preguntó Hermione asustada -¿dementores en el comedor?… Malfoy regresa a avisar a Snape… yo iré con Harry
-Está bien- dijo Malfoy ante la mirada atónita de la chica que trataba de jalarlo hacia su sala común, donde seguramente estarían a salvo
Hermione corrió hacia el comedor, pero se topó con un dementor que se encontraba en las escaleras del vestíbulo tratando de tapar el paso a los chicos que iban a sus casas. No tardó mucho en hacer un gran patronus que la ayudó a cruzar hasta el comedor. Al entrar, vio a Harry, Dumbledore, Sirius, Lupin Fred, George y Ron tratando de luchar contra otros muchos dementores, detrás de éstos pudo ver perfectamente a Colagusano que reía maliciosamente, tratando de encontrar a alguien que no se encontraba con los profesores.
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Severus Snape trataba de conciliar el sueño, tenía a su ser más amado a su lado, y dormía profundamente gracias a la poción de la Señora Pomfrey, él no había querido tomarla, no quería que Ivonne se despertara antes que él y fuera a meterse en problemas, sin previo aviso comenzó a sentir un dolor espantoso en el brazo izquierdo, levantó la manga de su túnica y dio gracias a Dios que Ivonne no podía ver eso, la marca tenebrosa estaba totalmente visible y claramente iluminada, en ese momento sintió como si un hierro ardiente estuviese quemando su piel, sentía que el brazo le reventaría, no pudo seguir acostado, dejó la cabeza de la chica en la almohada y trató de tranquilizarse yendo de un lado a otro de la habitación. No lo lograba, su desesperación y el dolor se hacían cada vez más fuertes, de pronto, tras el se oyó un ruido como de respiración agitada, era Peeves, y se veía realmente espantado
-La señora Arabella me ha enviado- dijo éste –han venido por usted, lo han descubierto, Profesor Snape tiene que huir… Petegrew ha traído dementores, y vienen por usted
-Snape- la alterada voz de la chica se escuchó como un rayo en el viento –no huyas, quédate aquí, estás seguro, en el despacho de Dumbledore, yo saldré a pelear con ellos, no quiero que te pase nada- dicho esto salió corriendo sin dejar que Snape pronunciase palabra, éste salió corriendo tras ella, pero ya nada pudo hacer, pues ella estaba ya muy lejos de su alcance. Cuándo llegó al comedor Hermione apenas llegaba, se encontró con lo que quedaba del dementor del vestíbulo, lo saltó y llegó a encontrarse con tremendo lío, trató de adelantarse a ellos, pero estaba tan preocupada y alterada que los dementores inmediatamente fueron tras ella, se sentía frustrada, pues no le llegaban los lindos recuerdos a la mente, no recordaba un momento feliz… trató de pensar en George, pero la lastimaba, y eso hacía que los dementores la siguiesen aún más, se quedó petrificada, no sabía que hacer, su cuerpo no le respondía, no podía pensar en algo agradable, las manos de dos dementores se posaron sobre sus hombros, ella sintió sus heladas manos, y el frío respirar de aquellas criaturas, sentía también cómo su alma la abandonaba poco a poco, cerró los ojos, se había rendido, de repente, sin más ni más se escucho una voz, una voz que para ella se escuchaba la más dulce de entre todas, más dulce aún que el canto de un fénix, Sirius Black había invocado un enorme patronus que había logrado destruir a los dos dementores que aprisionaban a la chica. Los dementores iban desapareciendo poco a poco, Colagusano había desaparecido y al parecer Harry, Ron y Hermione estaban bien, Fred y Lupin trataban de hacer reaccionar a George, que se había quedado inmóvil al ver que los dementores habían tomado a Ivonne, y cómo ella había perdido ya toda la esperanza… Sirius levantaba en sus brazos a la chica, que yacía inconsciente después del ataque.
-Llévenla con Snape- dijo Hermione a Sirius viendo que la sacaba del comedor –él llamara ala señora Pomfrey
-no sé donde está su dormitorio- dijo Sirius dirigiendo a Hermione una mirada de disgusto, además yo no puedo estar por allí rondando ¿recuerdas?
-Yo lo haré- dijo Fred tratando de no tirar a George que seguía aún inmóvil y sin articular palabra
-No Fred- dijo Ron –George no se puede quedar así, Lupin y tú llévenlo a la enfermería, Harry, Hermione y yo llevaremos a Ivonne con Snape…
Cuando llegaron con Snape, su cuarto estaba hecho un desastre, Hermione trató de buscar a Malfoy, fue a buscar a Snape a su despacho, pero no había nadie allí, muy por el contrario, pareciese que alguien hubiera pensado en lo mismo; Hermione se preocupó, así que regresó por los muchachos, inmediatamente les dijo que habría que llevar a Ivonne con la Señora Pomfrey y que quizá allí estaría Snape. Al llegar a la enfermería, vieron a George en una camilla, al parecer sólo estaba durmiendo, Fred y Lee corrieron a ayudar a Ron y Harry con la chica que traían aún inconsciente; preguntaron por Snape, pero éste había desaparecido, al parecer Dumbledore había ido a buscarlo, Sirius estaba sentado en una de las camillas, que posteriormente le fue asignada a la chica, al parecer éste solo había sufrido ligeros raspones durante el ataque de los dementores.
Pansy Parkinson llegó una hora después de que Ivonne fuese puesta en una camilla a descansar; fue directamente a Harry, sin saber por qué, se observaba en su rostro una mirada desesperada, en realidad nadie pensó verla algún día así.
-Harry…- dijo la chica al borde de las lágrimas –Harry ¿ha estado Draco con ustedes esta noche?
-No Pansy ¿por qué? ¿sucede algo?- dijo el chico tratando de verse tranquilo ante la mirada de la chica
-Si, Draco ha ido a avisar a Snape del ataque de los dementores, pero no volvió a los dormitorios… realmente no sé si ha estado con ustedes o qué ha pasado con ellos… Harry ¡Tienes que ayudar a Draco! ¡Tienes que encontrarlo!
-Haré lo posible- Harry decía esto realmente por obligación moral, porque si no lo hacía su conciencia no lo dejaría tranquilo, mas no por el mero gusto de hacerlo.
-¡HARRY!- una voz dulce y peculiar sonó en los oídos del chico, mientras una pequeña de cabellos rojos llegaba corriendo hacia el. -¡Harry! ¿Estás buen?- preguntó la pequeña al rodearlo con sus brazos
-Estoy bien Ginny, tengo que buscar a Malfoy, parece que está desaparecido al igual que el profesor Snape
-Harry- decía Lupin a espaldas del chico – es mejor que te vallas a dormir, y que no salgas de Gryffindor hasta mañana por la mañana, desde ahora parece que habrá toque de queda y visitas estrictamente restringidas a Hogsmeade, al parecer se cancelarán los entrenamientos de Quidditch hasta nuevo aviso… ahora vallan a dormir, Hocicos y yo cuidaremos a sus amigos
Los chicos obedecieron, Harry pudo observar de reojo, al salir de la habitación, como un perro negro se acercaba a la cama de Ivonne y se transformaba en Sirius Black, su padrino. Aunque no pudieron dormir muy bien esa noche, respetaron el toque de queda que se había dado, al parecer la situación se empeoraba a cada momento, Harry pudo ver a través del mapa del merodeador, cómo los principales jefes y las personas de La Orden del Fénix se movilizaban por todo el castillo, yendo y viniendo como un montón de hormigas, sin embargo algo no estaba bien, pudo darse cuenta que la gente se movilizaba más en las mazmorras, aunque no se veía el punto de Snape en ningún sitio, al igual que el de Dumbledore... Harry fue sacado de sus pensamientos por una voz muy familiar, que abría la puerta y la cerraba de golpe como quien no quiere que nadie se entere de que ha entrado
-Alumnos de Gryffindor- dijo la profesora McGonagall desde el centro de la sala común –Reúnanse en la sala común todos por favor
A los cinco minutos todo el alumnado de Gryffindor se hallaba reunida en la sala común y rodeaba a Minerva McGonagall como las abejas a su panal.
-Tengo un anuncio que darles- anunció con voz de resignación –en vista de lo ocurrido se ha llegado al acuerdo de que las mazmorras no son un sitio seguro para nadie, así que los alumnos de Slytherin y los Gryffindor tendrán que compartir el sitio de estar… por lo menos en lo que todo vuelve a la normalidad- todos lanzaron un gemido de indignación y protesta, pero la mirada imponente de la profesora los hizo callar
-¿por qué no en las otras casas?- preguntó Fred molesto
-Gryffindor y Slytherin son dos de las casas más grandes, aquí caben perfectamente los alumnos de ambas casas… Por favor jóvenes no quiero que haya ningún problema… o por lo menos no quiero que los causen ustedes- y lanzó una mirada por encima de las gafas a Lee y Fred que se cruzaban de brazos en actitud indignada, no por los comentarios, si no por la el hecho de que tendrían que compartir la casa con sus asiduos enemigos.-¿estamos todos de acuerdo?- dijo finalmente la profesora McGonagall en un tono de voz que dejaba en claro que no aceptaría negativa por parte de ningún estudiante de sus casas.
Todo el mundo asintió con un gemido apagado y sin ningún entusiasmo, mientras la profesora dejaba entrar a los estudiantes de Slytherin que eran guiados por su prefecto a falta de su jefe de casa, La profesota McGonagall repartió a los alumnos de cuatro en cuatro en cada habitación, por supuesto que Crabbe y Goyle tuvieron que compartir habitación con Seamus, Neville, Harry y Ron, mientras que Hermione tuvo la suerte de compartirla con Pansy Parkinson, que no dejaba de llorar. Esa noche pocos pudieron dormir, sin embargo Hermione se sintió mejor al ver llegar a Arabella a dormir.
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-¿dónde está Severus?- preguntó Ivonne que comenzaba a despertar -¿Severus?…¿dónde está Severus?
-Hola Ivonne, es mejor que descanses- decía Sirius Black a la chica que tenía enfrente –Todavía estás débil
-No… quiero ver a Snape ¿dónde está? ¿cómo está?
-Ivonne… Severus… desapareció
-¿cómo que desapareció? ¿cómo están los demás?
-Ivonne… Draco Malfoy y Snape están desaparecidos, todos los demás estamos bien, George Weasley descansa en la cama contigua, y Lupin fue a descansar a la cabaña de Hagrid.
-¿Por qué no has ido a descansar?
-No, prefiero cuidarlos a ambos, además estaba seguro de que en cuanto despertaras irías a buscar a Snape
-¿por qué supones que me conoces?- dijo la chica un tanto indignada
-solamente creí que lo buscarías…
-¿qué te hace suponerlo?- lo interrumpió tajantemente
-Ivonne… creo que no es motivo para discutir, mejor descansa, lo necesitas
-Sirius por favor no me digas que es lo que necesito, me pasado todo un estúpido día durmiendo y tratando de descansar, no creo que tú sepas que es lo que necesito y mucho menos que es lo que tengo que hacer; estoy ya bastante crecida como para necesitar que me digan esas cosas...
-¡Está bien!- dijo él enojado -¡Solo trataba de ayudar!
-No creo que puedas ayudarme mucho- respondió ella un poco más tranquila –realmente lo único que necesito es que Severus esté e mi lado
-Hay mucha más gente que se preocupa por ti, sólo que no quieres darte cuenta… pero si te dejas de rodeos y te quitas esa tonta y absurda idea de que solo Severus te quiere y te comprende entonces podrás darte cuenta del cariño que todos te tienen por aquí…
-¿De qué hablas Sirius?
-Sirius- dijo Lupin –Es mejor que ella se dé cuenta por si sola de lo que sucede Ivonne, al parecer no verás a Severus Snape por un rato, así que tendrás que acostumbrarte a que hay más personas que quieren ayudarte.
-¿Por qué me dicen esas cosas? me hacen sonar como si tuviera los ojos vendados y lo único que viera es a Snape, no soy así, veo a mucha gente en mi mundo, veo a tanta gente que me hostigo, realmente me desespero de todo esto... todo el mundo cree que porque estoy chica no puedo valerme por mí misma, parece que no soy más que una niña que juega a atrapar a Voldemort, no es un juego, es un sueño para mí…¿no lo entienden?
-No se si te entiendo Ivonne- dijo la voz insegura de George desde detrás de las cortinas de la cama contigua -¿qué es lo que quieres en realidad? ¿por qué ese afán de tener a una persona tan desagradable cerca? ¿por qué no sientes la necesidad de tenerme cerca de ti? ¿por qué eres tan egoísta?
-George… yo… no soy egoísta… tengo miedo… George nadie antes me ha querido como tú… no sé cómo querer a personas tan especiales como tú. Snape no es una persona desagradable… es que solo las personas que hemos sufrido lo que nosotros nos comprendemos entre nosotros… George… nunca has sido ni serás un inadaptado… nunca se burlarán de ti como lo hicieron conmigo, nunca te rechazarán como lo hacían conmigo… prácticamente eres perfecto…
-Eso no me impide a… sentir lo que siento por ti… ¿te impide corresponderme?
-No, te amo… es solo que temo perderte George… ya me pasó una vez… no quiero que se repita… al parecer las únicas personas alas que amo corren la misma suerte… eso es lo que me impulsa a odiarte
-¿odiarme?
-A querer odiarte…- pero no pudo continuar porque sus labios eran tocados por los del joven que se había ido acercando poco a poco mientras charlaban –No- dijo ella separándolo despacio pero casi sin ganas de hacerlo –George…
-¡Tranquilízate! No me pasará nada, te lo prometo- entonces la chica sonrió y quitó su mano del pecho del chico, dejando que sus labios se juntasen nuevamente.
