Angelina: gracias por tus comentarios

Nani: No creo estar a la altura de Rowling pero seguiré intentando... Gracias de cualquier modo

Polgara: lo mismo que a Nani... sólo que si me gustaría escribir un libro que fuese publicado en tantos idiomas.... Gracias mil por tu comentario

Favila: No soy tan buena como tú pero gracias por leer mi fic

Leia-Pandora: Gracias por tu Revew, prometo leer los tuyos haber si me inspiro

ALPHA: Gracias por darme la razón.... espero que te siga gustando mi fic.



¿Después de la tormenta viene la calma? No lo creo pero ¿por qué no leen el siguiente capítulo ¿eh? Gracias a todos por sus revews.

Capítulo 12

Todo era un caos en Hogwarts, al parecer todavía no encontraban al profesor de Pociones, un alumno había desaparecido, y para colmo Harry, Ron y Hermione estaban bajo estricta supervisión de los miembros de la Orden del Fénix… Hogsmeade parecía más tentador que nunca, aunque solo deseasen algunos tragos de cerveza de mantequilla, que fácilmente podían conseguir en las cocinas; las mazmorras estaban cerradas, era extraño soportar a Crabbe y Goyle en el dormitorio de Gryffindor, y al parecer Pansy Parkinson e Ivonne Del Pierre habían hecho una muy bonita amistad, cosa que beneficiaba en parte a la pobre de Hermione, que antes de ello era víctima predilecta de las burlas y comentarios despectivos de Pansy.

Lavender Brown y Pavarty Patil, habían estado desde hacia tiempo y para sorpresa de todos asediando a los voluptuosos y preocupados guardaespaldas de Draco Malfoy. Fred, George y Lee volvieron a las andadas, esta vez en compañía de Ivonne, quien parecía mantenerse lo más ocupada que podía sin dejar de divertirse para tratar de olvidar por momentos la situación en la que su adorado Severus estaba… la sala común parecía cada vez más llena.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-¡Hijo mío!- la voz petulante de Lucius Malfoy resonaba en el oscuro sótano de una casa abandonada en un lugar muggle bastante alejado de allí, en los pisos polvosos del sótano se hallaban varios libros muggles y retratos de un señor al parecer bastante bien puesto tanto social como económicamente, en la orillas de uno de los retratos se hallaban bastante borrosas las iniciales T. R., y un año ya casi invisible que aquel personaje de piel cetrina y cabellos grasosos no alcanzó a distinguir... estaba atado, lo pudo sentir, rodeado de una multitud de magos con oscuras túnicas y capuchas alrededor del cuello que parecían haber sido quitadas de sus cabezas recientemente –No sé como pude encontrarte en una situación tan vergonzosa- continuó el mago rubio que estaba frente a él, volteó un poco a su izquierda para encontrarse con un pequeño que era extremadamente familiar: Draco Malfoy; se hallaba en la misma posición que él, atado de manos y pies, pero en una posición más castigadora, casi suplicante, el niño parecía llorar algo a su padre, sin embargo éste no le entendía, pues tenía la boca tapada con un viejo y mugroso trapo roído.

-¡No supliques Draco! ¡Eres un Malfoy! ¡un servidor del Señor Tenebroso! ¡él es tu amo y Señor!… y lo has traicionado… ¡Eres una vergüenza para tu padre y para tu clan!

-Lucius- se atrevió a decir Snape –Es un niño… el pánico atrapa siempre aunque no lo desees, él solo escapaba de los dementores…

-¡Calla infeliz traidor! ¡Basura Inmunda! ¡Maldito Traidor!- dijo despectivamente Lucius lanzando una mirada fía y cruel sobre Severus.

-No soy un traidor Lucius, la marca tenebrosa sigue allí, de ser un traidor hubiese hecho algo para borrarla- mintió

-¡Mientes! Y lo sabes… sabes que nuestro señor no te lo perdonará ni aunque supliques por tu vida… me ha encargado traerte ante él, no sobrevivirás… el resto lo hará él… eres cobarde… ansío verte suplicando

-¡Severus!- se escucho la tétrica y maléfica voz de Voldemort detrás de ellos –Con razón he olido a rata, no puedo creer que hallamos burlado a ese estúpido de Dumbledore… ¡es un inepto!- y lanzó una sonora carcajada que logró que el enfadado profesor de Pociones se estremeciera -Dime… ¿qué nuevas me tienes?

-Por el momento ninguna señor… los miembros de la Orden del Fénix se han reunido en Hogwarts para proteger más de cerca al chico…

-Bien…bien… bien… y….¿qué hay de esa chica?… esa… esa… ¿Del Pierre?

-Es sólo una chica que cursa el séptimo curso Señor… no creo que sea un problema para sus planes- decía tratando de no parecer preocupado por ella

-Es hija de esos estorbosos aurores… ¿seguro que no es un estorbo?… Daniel y Thomas no fueron muy queridos entre nosotros… los estúpidos nunca me dejaron culminar mis más hermosos planes…

-La chica está enamorada… no creo que sea un obstáculo para NOSOTROS- dijo Severus viendo aterrorizado la mirada de odio infinito que nacía en el rostro de serpiente de Voldemort. –Además sólo está en séptimo grado, es de las peores alumnas en transformaciones y apenas puede en Defensa Contra las Artes Oscuras- volvió a mentir. Volteó hacia el chico, que lo veía con una mirada de desprecio, pues realmente sonaba convincente; Severus le guiñó un ojo con lo cuál la expresión del chico cambió.

-Desata al chico y llévatelo- dijo Voldemort a Lucius –Átalo en el lugar donde até a Potter la última vez… creo que es hora de comenzar el Show...

-¿Qué es lo que piensa hacer Señor?- dijo Snape con una reverencia

-Pienso enseñar modales a mis súbditos, no creo que sea muy bueno que no me respeten… él debió haber traído a Potter

-Pero Señor… Dumbledore estaba allí…

-También Petigrew, él me informó de todo… ahora no creo que Del Pierre sea un estorbo, los dementores se han encargado de ella

Al escuchar esto el corazón de Snape dio media vuelta, sintió como si alguien lo aplastara con tantas fuerzas, sintió un nudo en el estómago para luego escapar y dejar un vacío en el lugar.

-¿Le ha informado de ello Colagusano?- dijo Snape intentado sonreír -¿se ha cerciorado de ello?

-Bueno la vio caer de los brazos de dos dementores, no creo que haya sobrevivido…

Snape no podía imaginar aquella situación, era muy duro para él escuchar aquellas palabras y parecía indispuesto a resignarse, estuvo a punto de caer, de decir lo mucho que ella significaba para él, de lanzarse contra Lord Voldemort y golpearlo hasta matarlo, de ponerlo en manos de un dementor para que sufriese lo que Ivonne debió haber sufrido… sus ojos se empañaron, y una lágrima estuvo a punto de rodar por su mejilla, la contuvo, pero parecía que no quería regresar a su lugar… fingió un desmayo, Lucius Malfoy no tardó en llevarlo en brazos hacia fuera, donde lo desató para alegría de él mismo.

-Enerva…- el hechizo estuvo incompleto, pues al sentir que le apuntaban con una varita, Severus había comenzado a moverse, dando señales de recuperarse –Muy bien… ahora comencemos la fiesta…

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-¿qué ha pasado? ¿qué pasa aquí?- Minerva McGonagall trataba de abrirse paso entre la multitud que se abarrotaba en la puerta de el dormitorio donde descansaban Ron, Harry, Seamus, Neville, Crabbe y Goyle, al parecer Harry había gritado tan fuerte que había despertado a casi todo Hogwarts; inmediatamente después el chico salía corriendo tambaleándose hacia la sala común, pero al abrir la puerta había caído al suelo cómo si le hubiesen lanzado un hechizo

-¿qué ha pasado?- dijo Ivonne Del Pierre a Minerva que había logrado pasar hasta donde Harry y lo llevaba en brazos en ese momento

-Acompáñame a la enfermería, trae a Ron contigo ¿quieres?

-Está bien- la chica se dio la vuelta para pasar por el pelirrojo que yacía casi inmóvil en la puerta sin poder asimilar aún lo que había pasado -¡Vamos Ron!- dijo la chica tomándolo de la mano –Acompañemos a Harry

Atravesaron los pasillos, todo parecía lúgubre, y de entre la nada apareció de repente una figura menuda y alta, que tenía cabellos plateados hasta la cintura, tanto por detrás como por delante; era Albus Dumbledore, cuyo aspecto la mayoría de las veces despreocupado parecía esta vez más preocupado y desaliñado de lo normal, tenía negras ojeras debajo de los ojos, y al parecer no había estado comiendo muy bien, ya que su piel se veía pálida cómo nunca antes se había visto.

-¿qué ha pasado Minerva?- preguntó inmediatamente

-No lo sé señor, Harry se ha desmayado

-Profesor se escucho un fuerte grito y…

-Profesor Dumbledore…- dijo Ron interrumpiendo a las dos damas que trataban de explicar –a Harry le dolía la cicatriz, de dirigía con usted pero se ha desmayado en el camino

No terminaba de decir esto cuando una lechuza atravesó el oscuro pasillo hasta posarse sobre Ivonne, que miraba esperanzada la carta, notó el listón azul que amarraba el pedazo de pergamino enrollado en la pata de la lechuza, lo cuál hizo que se le iluminasen los ojos al reconocerlo, era el listón azul que ella llevaba en el pelo el día en que Severus la llevó a su casa, estaba ya bastante gastado y un poco sucio, pero al desprenderlo del pergamino percibió el olor de Snape en él. Había pasado casi una semana desde su desaparición, y trataba de coger valor para leer aquel pedazo de pergamino.

Ivonne:

Si devuelves el listón sabré que estás con vida, entonces tendré el motivo por el cuál luchar ante esto y seguir mintiendo para mantenerme con vida, por favor… ruego porque te encuentres a salvo, si no cargaría en mi conciencia con la culpa, y el dolor de mi corazón incrementaría hasta matarme… auxilio… si has leído esta carta informa a Dumbledore que estoy a salvo, Draco está conmigo, no puedo escribir mucho pero Harry sabe donde estamos, podré mandar un traslador para que alguien venga a rescatarnos, no vengas, es peligroso…

Severus.

La cara de Ivonne pareció iluminarse de repente, pero su mirada seguía triste, avisó a Dumbledore de lo que había dicho Snape, pidió disculpas y se fue corriendo hacia la lechucería, allí escribiría la carta y mandaría el listón, no pudo más, una vez lanzada la lechuza callo en cuclillas y comenzó a llorar desconsoladamente, Severus estaba en peligro, y le había pedido que no fuese a su rescate, para colmo ella había lanzado a Draco alas garras del león, la culpa y la desesperación la invadieron, pero se calmó al sentir una mirada tan fría que un escalofríos recorrió su cuerpo, al voltear, el chico de cabellos de plata y ojos de témpano se encontraba en el umbral de la puerta de la lechucería, llorando con ella su pena y esperando a que alguien lo abrazase. Ella se puso en pié, y con movimientos torpes y aún con lágrimas en los ojos se dirigió al chico que la abrazó con tal fuerza y desesperación que parecía que la vida se le iría en ello, Ivonne hizo lo mismo, se sentía aliviada de que Draco estuviese a salvo, lo besó tiernamente en la mejilla, y siguió abrazándolo hasta que el ulular de una lechuza los sacó de el espasmo del momento.

-¿qué ha pasado?- preguntó Ivonne al chico

-Me he salvado… me han torturado… mi padre… él… él… metió a Voldemort a Hogwarts… él…

-No… no sigas Draco… me imagino lo que ha pasado ¿dónde está Snape?

-él ha fingido bien, piensa que has muerto, Colagusano le ha dicho eso a Voldemort… te vio caer de las manos de dos dementores, te ha dado por muerta…

-¿está bien?

-No, no ha querido comer, y ha llorado en silencio en el sótano donde duerme, mi padre volverá, y esta vez traerá a Voldemort, mi madre… mi madre…- no pudo continuar pues gruesas lágrimas brotaban de sus ojos

-Draco iremos con Dumbledore

-no… está bien…

Ambos salieron hacia donde estaba Dumbledore, lo hallaron en la enfermería, la profesora McGonagall y Ron lo acompañaban, frente a ellos, en la cama descansaba Harry Potter, quien al parecer les había contado todo, se sorprendieron al ver entrar a Ivonne abrazada por un chico, al principio creyeron que era George, pero no podía ser él, ya que éste era más alto y menos delgado, además no vieron el destello rojo de su cabello, si no un destello plateado que Ron pudo distinguir sin esfuerzo.

-¡Es Draco!- dijo el pelirrojo de las pecas en la cara

-¿dónde está la señora Pomfrey?- dijo la chica apenas hubo llegado –Draco necesita descansar y algunas curaciones

-¿qué ha pasado Draco?- dijo Dumbledore con esa voz benevolente que lo distinguía.

-Me han… nos han… estamos en peligro, mi padre… él… es un… traidor….

-¿qué es lo que dices muchacho?- preguntó Minerva McGonagall mirando al chico por encima de sus anteojos.

Draco explicó a los profesores la historia de cómo estuvieron planeado el ataque de los dementores y cómo la mente brillante de todo aquello fue su propio padre, que estuvo infiltrando al lado oscuro la información del ministerio de Magia y de Hogwarts, al parecer lo habían planeado como un accidente y no como un ataque y lo que querían hacer era llevarse a Harry, sin embargo les había fallado, y habían atrapado a Snape protegiendo a Neville de un dementor, lo que los hizo sospechar de su traición y lo llevaron con ellos hasta donde habían llevado a Harry, cómo había sido el mismo Draco un traidor al avisar a Snape que Voldemort iba por él y por tanto había resultado un rehén de los mortífago; cómo lo habían torturado con la maldición cruciatus y lo habían atado a la misma lápida donde habían atado a Harry en el incidente del año anterior.

Al parecer ahora Colagusano era ahora el soplón preferido de Voldemort, ya que no temía por su seguridad.

Harry, quien ya había despertado para ese entonces y escuchaba atento el relato de Draco lanzó un leve gemido que hizo a todos reaccionar.