"PROMESAS"
Por: ARIADNA.
Capítulo 4: TRABAJANDO EN EL UUCHAN'S.
-¡Ya regresé! – grita Kaneda de mala gana. - y por mala suerte, ella también.
Pai ignora el comentario de su prometido, entra tranquilamente a la casa y se va a su habitación. Kaneda, por su parte, va a la cocina buscando algo que comer y se percata de que no hay nadie más en la casa.
-Nos dejaron solos, me pregunto si fue a propósito…
Kaneda saca una fruta del refrigerador y se da cuenta de que hay una nota de su madre encima de la mesa.
Kaneda:
Ranma y yo fuimos al mercado y Akari y Ryoga salieron a dar una vuelta por la ciudad. No regresaremos hasta la noche, Kasumi planeó una reunión a la que estamos invitados. Mousse también va ir así que te pediré que Pai y tú vayan a ayudar a Natto al Uuchan's en la tarde.
Akane.
-Bueno, aún tengo algo de tiempo, me daré un baño.
Kaneda sube a su habitación. Deja su mochila y luego entra al baño. Pero, lamentablemente, el baño ya estaba siendo ocupado…
-¡¡AAAH!! ¡SALE DE AQUÍ PERVERTIDO!
¡PAFF!
Efectivamente, Kaneda entró en el momento menos oportuno, ya que Pai estaba a punto de tomarse una ducha, y como él estaba acostumbrado a sólo vivir con sus padres, nunca se había preocupado mucho por golpear la puerta antes de entrar. En conclusión, la vio desnuda, le salió una gran cantidad de sangre por la nariz y recibió una dolorosa bofetada antes de poder reaccionar.
Salió de inmediato del baño mientras su prometida seguía gritándole y amenazándolo con matarlo por lo que había hecho.
-Genial, si antes nos llevábamos mal, ahora… - No terminó la frase.
Pai tomó un par de baldes y se los arrojo encima, luego vino el shampu, el bálsamo, el jabón…
Kaneda corrió lo más lejos posible, y no se detuvo hasta llegar al techo.
-¡Que carácter!
Al rato, Kaneda decidió bajar para ver si a Pai ya se le había pasado el enojo. No la encontró cerca, así que supuso que ella estaba en su habitación. Fue al baño (está vez golpeó antes de entrar), y al no ver a nadie, tomó una ducha. Para cuando salió, Pai lo estaba esperando afuera con cara de muy pocos amigos.
-Exijo una disculpa.
-No tengo porque disculparme, no lo hice a propósito.
-¡Eres un descarado pervertido, Hentai!
-Ni que ver tu cuerpo fuera la gran cosa…
¡PAFF!
Pai le deja marcada la otra mejilla, entra a su habitación y pega un portazo.
-Genial, nuestra relación va de mal en peor. Voy a tener que disculparme por algo que no fue mi culpa. – Kaneda golpeó la puerta, como Pai no contestaba, le habló desde ahí. – Pai, está bien, perdón por haber entrado al baño de esa manera.
Kaneda se iba a retirar, pero la puerta se abre.
-Pasa. – Kaneda hace caso y entra. – Tenemos que hablar.
-¿Sobre qué?
-¿Cómo qué "sobre qué"? Sabes tan bien como yo que las cosas no están funcionando.
-si, pero…
-Pero nada, no van bien. Tú no te quieres casar conmigo y yo no contigo.
-¿Y qué quieres hacer al respecto? Ya dijimos que sí.
-Disolvamos la promesa. – pidió Pai. - Fueron razones equivocadas para llevar a cabo este matrimonio desde el comienzo.
-Por mí esta bien, pero es una promesa de honor.
-Hace años que los casamientos se hacen por amor, y no por honor. Cuando tu padre se casó con tu madre, lo hizo por amor, si no, perfectamente podría haberse casado con cualquiera de sus otras prometidas, todas eran promesas de honor.
-si, pero mis padres jamás se hubiesen conocido si no fuera por esa promesa.
-¿Entonces quieres seguir con esto? – lo amenazó Pai.
-¡para nada! De acuerdo, esta noche hablaremos con nuestros padres. Por lo menos es seguro que tu mamá y la mía nos apoyaran en esto.
-¿Qué? ¿No regresaran hasta la noche?
-Ah, sí. Y tendremos que ir a ayudar al restaurante a Natto dentro de un rato.
-Oh. Bueno, ¿Todo arreglado entonces?
Kaneda asiente y le extiende la mano para hacer que el resultado de la conversación sea oficial. Ambos estrechan sus manos y sonríen por creer sacarse un gran peso de encima.
-Así que este es el famoso Uuchan's.
-Aja, claro que ahora está muy cambiado, y es mucho más grande.
Kaneda, Pai y el gato (que los estuvo siguiendo desde la casa) entran al local. Dentro había mucha gente, como era común desde hace muchos años, ya que era el mejor restaurante de la ciudad. Entre el gentío, también estaban Tachi y Kanma.
-¿Qué hacen aquí? – les preguntó Kaneda.
-Lo mismo que ustedes, esas reuniones de viejos son muy aburridas. – dijo Kanma.
-¿Y como han estado los prometidos? – les interrogó Tachi, con una sonrisa burlona.
-Bien, ya que disolvimos la promesa de matrimonio. – contestó alegremente la hija de Akari.
-¿Por qué? Hacían muy buena pareja. – comentó la prima de Kaneda.
-¿Eso quiere decir que estás sin compromisos, preciosa? – le preguntó Kanma a Pai.
-Eh… sí…
-¡Qué bien, ahora serás libre y podrás salir conmigo! – Kanma se lanza a sus brazos, pero ella lo recibe con un buen golpe en la cara, de nuevo.
-Olvídalo Kanma, es muy vieja para ti. – Tachi ayuda a levantarse a su pobre primo del suelo.
-¡Vieja! Solo tengo 15 años.
-Y él trece, si no mal recuerdas. A no ser que eso no te importe y quieras salir con él…
-¡NO!, nononono. Es cierto, estoy vieja. – Pai no se iba a arriesgar a darle oportunidades al primo de Tachi.
-De todas maneras, ¿sus padres están de acuerdo? – interrumpió Tachi, volviendo al tema.
-Aún no hemos hablado con ellos.
-Ah, entonces seguirán comprometidos. Ni tío Ranma ni el señor Ryoga querrán romper su promesa de honor.
-Eso no nos importa.
-Piensen lo que quieran, yo ya se los advertí.
En eso llega Natto.
-¿Pero qué están haciendo? Si vienen acá, o comen, o ayudan.
-Preferimos comer. – dijo el joven Saotome.
-¿Traen dinero? – pregunta el hijo del dueño.
-Ah…pues…no.
-¡Entonces párense, perezosos, a trabajar!
-Ya, no seas tan mandón. – Kaneda y Kanma se levantan, pero no así Tachi y Pai. - ¿y ustedes?
-Nos quedaremos aquí y vigilaremos que hagan su trabajo. No esperarán que Pai, que es recién llegada, y yo trabajemos, ¿eh, Nat-chan? – Tachi mira tiernamente al chico de anteojos. Éste no puede negarse y las deja sin hacer nada.
-Bah, eso es favoritismo.
-Acostúmbrense a ello, primos. – sonríe feliz Tachi.
Kaneda se dirige a atender las mesas y Natto y Kanma a la cocina. Las chicas se dedican a conversar, hasta que un hombre de ojos verde claro, cabello largo, tomado en una cola, de color negro azabache y con algunas canas, vestido con un traje chino, bastante alto y fornido se les acerca.
-Hola, tú debes ser Pai, ¿no es así? – dice el hombre mirando a Tachi.
-Pongase sus anteojos, suegro.
-Ah, eres tú, Tachi. – el hombre obedece y se coloca unos lentes con un enorme aumento, y luego se gira hacia Pai. – tú si eres Pai ¿ne?
-sí, soy yo.
-Mucho gusto en conocerte, yo soy Mousse, un viejo amigo de tu padre.
-Ah, igualmente, usted es tal como me contaba mi papá.
-Bueno, yo ahora voy a reunirme con él. Tachi, te dejo encargada del restaurante.
-Ok, suegro, puede irse tranquilo.
-Por cierto, recuerda decirle a Natto que Aikah se quedó a dormir a la casa de Yuka y Daisuke, y que mañana ellos la llevaran a la escuela.
Mousse se despide y sale del restaurante.
-¿Por qué le dices suegro? – preguntó Pai.
-¿Qué no es obvio? Nat-chan y yo nos gustamos mucho. Cuando él se decida a ir en serio, así será, por lo que Mousse será mi suegro. Claro que hasta entonces saldré con cualquier chico que se me apetezca…
-¿Y a él no le molesta eso?
-Si, pero no puede obligarme a no salir si no se decide a ir en serio.
-Que fácil te lo planteas. Lo que es yo, aún no he encontrado a mi media naranja…
-¿Esperas a tu príncipe azul? Eso es de cuentos de hadas, de seguro que Kaneda será tu verdadero amor y no te has darás cuenta, como pasó con todas las parejas que abundan en Nerima.
-No, no es él. Cuando el indicado llegue, lo sabré. Además, me atraen más las personas calladas y tranquilas, que se toman las cosas con calma.
-Bonita descripción. Eres muy romántica ¿sabes?
-¿Tú crees? – Pai se sonroja.
La conversación continua por el resto de la tarde, mientras los chicos estaban cubiertos de trabajo. Hasta que llegó la hora del cierre.
-Uf, menos mal, ya se fue el último.
-Estoy muerto ¿cómo es que soportas hacer esto todos los días, Natto?
-Me acostumbré.
-¿Y que pasó con el nuevo mesero que había contratado tu papá?
-Ah, lo despidió.
-Éste duró menos de una semana.
-Menos que el anterior, que duro una semana y media.
-Como sea, limpiemos la cocina para que me pueda ir a casa.
Mientras, las chicas decidieron esperar a que ellos terminaran para retirarse. En eso, la puerta se abre.
-Disculpe, pero ya cerra… - Tachi no termino la frase.
Delante de ella estaba una mujer, de ya más de treinta años, cabello castaño oscuro, liso, hasta los hombros, ojos azul oscuro y una mirada triste. Detrás de ella estaba la versión de ella en adolescente, una chica del mismo color de ojos, cabello más oscuro, liso y largo, hasta la cintura, tomado en una cola de caballo. Ambas estaban claramente nerviosas.
-…Hola, Tachi. Has crecido mucho. – comentó la mujer.
-U…Ukyo… - fue lo único que pudo decir Tachi. Estaba muy sorprendida, pero cuando se dio cuenta de que en realidad era ella y no un sueño, cambio su expresión de asombro por una de disgusto.
-…Y…¿cómo has estado? – Ukyo trataba de entablar una conversación, pero no estaba muy segura sobre que hablar.
-Bien. – respondió Tachi secamente.
Se quedaron un rato en silencio, Tachi porque no quería hablar y Ukyo porque no sabía que decir. Pai miraba extrañada la escena, no quería interrumpir en ella tampoco, sólo esperó a que alguien dijera algo. Eso no pasó, por lo menos hasta que los chicos salieron de la cocina.
-…Ma…má… - Natto quedó paralizado. Se limpio los lentes para ver si era cierto lo que estaba viendo, y así era. Pero no supo si alegrarse o no. Algo así, de repente, no se lo esperaba.
Ukyo, a pesar de lo nerviosa que estaba, sonrío al ver a Natto. La chica que la acompañaba también.
-Yuki-chan… – Kaneda estaba igual de asombrado que Tachi, pero no disgustado. De todas maneras no quiso decir más. Se dio cuenta de que había demasiada tensión en el aire. – Sanzenin, saca a Pai de aquí, por favor, y llévala a casa.
-¿Qué? ¿Por qué? – nadie le respondió, así que Pai optó por no alegar y salió con Kanma.
-Kaneda, vete tú también, y llévate a Tachi contigo. – dijo Natto.
-Pero Nat-chan, no cre… - Tachi vio la mirada seria tras los anteojos de Natto, y tuvo que obedecer – Por cualquier cosa, sabes que puedes contar conmigo.
-¿Estás seguro que estarás bien solo? – Kaneda estaba tan preocupado como Tachi por su amigo. Éste solo le asintió. – Está bien, estaremos afuera por si necesitas algo.
-no, ya es tarde, váyanse a sus casas, no se preocupen. – Natto le dio una pequeña sonrisa a Tachi y Kaneda, pero estos no se la devolvieron.
Ambos salieron del Uuchan's. Afuera los estaban esperando Kanma y Pai.
-Maldita sea, ¿por qué tuvo que volver? – Tachi patea el tarro de basura que estaba cerca. - Si se vuelve a ir Nat-chan no lo soportará.
-Cálmate Tachi, las cosas ya están bastante mal como para imaginárselas peor. – trató de tranquilizarla Kaneda, sin mucho resultado.
-Tú estuviste ahí Kaneda, tú lo viste llorar, lo viste a sufrir. ¡Nat-chan no ha vuelto a sonreír igual desde que se fueron hace cinco años! Y no solo Nat-chan. Mousse quedó peor, ya le pasó dos veces con ella. Y Ai-chan…Aikah ni siquiera la recuerda, ni a ella ni a Yukino…
-Ponte a pensar un poco, si volvieron es para quedarse, si se arriesgaron a venir después de cinco años es porque los extrañaban.
-¿Entonces por qué se fueron la vez anterior? ahora podría ser peor incluso, quizás esa mujer viene sólo para llevarse a Nat-chan o a Aikah, o a los dos…
-Deja de suponer cosas de las que no estas segura.
-Lo siento, pero no puedo evitarlo, sabes que no soportaría ver a Nat-chan sufrir de nuevo, no de nuevo.
-No seas egoísta, yo tampoco lo soportaría, es mi mejor amigo. Y a mí también me dolió cuando Ukyo se llevó a Yukino. Pero piensa que Natto si quería que volvieran, y sé que el tío Mousse también quería eso. Imagínate si tía Naviki decidiera irse, lo que tú más querrías es tenerla de vuelta.
-La diferencia está en que mi madre no se ha ido, ni se iría, ni se irá nunca.
Pai, que sólo se dedicaba a escuchar, recordó que Ukyo era uno de los tantos viejos amigos de sus padres, pero Ryoga nunca le había dicho nada de que fuera la pareja de Mousse. Quería preguntar que estaba pasando, pero todos estaban muy preocupados como para molestarlos.
-Creo que mejor nos vamos a casa. – Kanma era el único preocupado por la hora.
-Yo no me moveré de aquí hasta estar segura de que Nat-chan estará bien.
-Yo me quedaré con Ta-chan. Por favor, Kanma, llévate a Pai al dojo.
-Está bien. Hasta mañana.
Pai le dio una última mirada a su ex prometido y siguió al hijo de Kodachi. En el camino no pudo aguantar más el silencio y le preguntó.
-¿Me podrías decir qué está pasando? ¿Qué fue todo eso?
-Supuse que preguntarías, pero yo no sé casi nada al respecto, ya que llegué a Japón hace solo tres años. Lo único que sé es que esa tal Ukyo abandonó a su familia hace cinco años con la hermana mayor de Natto. Y además, no era la primera vez que lo hacía.
-¿No sabes nada más?
-No sé, ni me importa, no es bueno meterse en asuntos ajenos.
Pai entendió con esa última frase que era mejor no seguir preguntando.
El resto del viaje fue en silencio, hasta que llegaron al dojo. Kanma se despidió y se fue para su casa. Pai entró a la suya esperando que Kaneda pudiera aclararle sus dudas después, y deseando que Natto estuviera bien.
