"PROMESAS"

Por: ARIADNA.

Capítulo 5: PERSECUCIÓN.

-Según tengo entendido, tío Mousse y Ukyo-san son pareja desde hace 18 años, desde un año antes que mis padres se casaran. Por alguna razón que nadie sabe, Ukyo-san abandonó a Mousse por el periodo de tres meses, desde poco antes de esa boda, por lo que se dice que fue a causa de que el antiguo amor que Ukyo sentía por mi papá revivió y ella decidió irse para poder pensar las cosas más claramente. Luego de esos meses, cuando ella volvió, se casaron y tuvieron una hija inmediatamente, esa es la chica que tu viste con ella, Yukino. Bueno, un año después nació Natto, y después de un tiempo, nació Aikah. Pero de nuevo por alguna razón desconocida, ella se fue hace cinco años, llevándose a Yukino con ella.

Pai estaba acostada en su cama, no podía dormir. Estuvo esperando un buen rato que Kaneda regresara. Éste lo hizo alrededor de la una de la madrugada. Él no pudo hablar con Natto y había decidido irse y esperar hasta al día siguiente para hacerlo. Cuando llegó al dojo, Pai le pidió que le explicara que pasaba con Ukyo y Natto, y esa historia fue lo que él le contó. Pai sintió que Kaneda no le contó la historia completa. Estaba segura que él sabía las razones que tuvo Ukyo para marcharse, pero decidió no interrogarlo más, así que ambos se fueron a dormir, aunque ninguno tenía sueño.

A la mañana siguiente, Pai se levantó temprano a pesar de lo poco que había dormido la noche anterior. Bajó a prepararse el desayuno y vio que Kaneda también estaba despierto, practicando un par de patadas en el dojo, acompañado del gato, que le miraba triste, como si supiera lo que le pasara. Pai se acercó cautelosa, pero él se percató de todas maneras.

-¿Practicas conmigo? – Kaneda le preguntó sin mirarla a la cara. No estaba de muy buen animo, pero quería luchar un poco.

-Está bien.

Ambos se preparan, Kaneda es el primero en atacar, con un golpe por la derecha directo a la cara, pero Pai logra esquivarlo, moviéndose en sentido contrario, y contraataca con una patada por debajo, Kaneda salta y la evita, aterriza a espaldas de su ex prometida. Ésta, antes de que él tocara tierra, le prepara otra patada, él la recibe, pero antes de caer se apoya con la mano izquierda, gira y le devuelve la misma patada, ella cae, pero se levanta rápidamente y prepara su brazo izquierdo para darle un golpe en el estómago, Kaneda por poco lo recibe, pero alcanza a tomarle el brazo, girarlo y lanzarla por los aires. Pai cae mal y queda tendida en el suelo. Kaneda se le acerca y le tiende la mano.

-Necesitas practicar.

-Jum, lo que pasa es que no utilicé ninguna de mis técnicas. – Pai lo mira ofendida, pero toma su mano y éste le ayuda a levantarse.

-Pues yo tampoco y de todas maneras te gané.

-No me ganaste, fue sólo entrenamiento, ahora irá en serio.

Pai vuelve a ponerse en posición de pelea, no así Kaneda.

-Luego pelearemos, mejor desayunemos primero, me muero de hambre.

Kaneda le da la espalda a la hija de Ryoga y sale del dojo seguido del gato. Pai queda sola, pensativa.

-¿Qué Ukyo volvió?

-Ajá, anoche, y con Yuki-chan.

A la hora del desayuno, Kaneda les contó a sus padres sobre los acontecimientos de ayer. Ambos estaban muy sorprendidos.

-¿Y qué dijo? ¿Ambas están bien?

-Eso parecía. No logré averiguar mucho.

-Un momento. – Ryoga interrumpió. - ¿qué es lo que pasa con Ukyo? Pensé que ella se había ido hace 17 años.

-Hai, pero luego volvió y se casó con Mousse. Ustedes no se enteraron porque partieron de viaje antes de eso y perdieron el contacto con nosotros. – aclaró Akane.

-Bueno, y si volvió hace tanto tiempo, ¿por qué dicen que regresó ayer? – volvió a preguntar Ryoga.

-Porque se volvió a ir, hace cinco años.

-Como sea, creo que debemos ir al Uuchan's a hablar con ella.

-pero… Ranma, ¿no crees que es muy luego? – le dijo Akane a su esposo. - Debe tener muchas cosas de que hablar con Mousse y necesitan tiempo a solas

-No importa, necesito hablar con ella.

-Hagan lo que quieran, yo hablaré con Natto en la escuela. – finalizó Kaneda. - Vamos P-chan.

Ryoga se atora con el té que estaba tomando y lo arroja en la cara de Ranma, mirando al chico interrogante y espantado.

-¡No me llames P-chan! – Pai mira furiosa a Kaneda. Ryoga suspira aliviado.

Ambos chicos se despiden y parten a la escuela. En el camino no se encuentran con Natto, pero si con Tachi, que aún estaba preocupada.

-Parece que Nat-chan no vendrá hoy.

Kaneda sólo asiente. El resto del recorrido hasta Furinkan es en silencio, ninguno de los presentes tenía ganas de conversar.

La mañana fue tranquila, sin señales de Natto. Cuando Aikah preguntó por él, los chicos cambiaron el tema. Ya en la tarde, a la hora en que finalizaban las clases, Kaneda decidió hablar con la hermana pequeña de su mejor amigo.

-Ai-chan, yo te llevaré a tu casa.

-gracias, pero tengo pensado irme con T-chan a la clínica. Como Natto no vino, papá no podrá retarme por no irme de inmediato a la casa.

-¡NO! – la negativa de Kaneda asusto un poco a la pequeña. – quiero decir, no, es mejor que te lleve a tu casa ahora.

-¿Por qué?

-Porque… - Kaneda detiene su oración.

A las afueras del recinto se encontraba Ukyo buscando con la mirada a la niña, hasta que la ve, y sonríe nerviosa. Reconoció a Aikah de inmediato.

La chica se percata de que está siendo observada.

-¿Por qué me mirará tanto esa señora?

-¿No la reconoces? – le preguntó el hijo de Akane.

-Pues me es familiar… - Aikah se le acerca. – disculpe, ¿la conozco? Sé que la he visto en alguna parte…

Ukyo no le dice nada, la mira y no puede contener el llanto. La abraza con fuerza mientras llora, entre felicidad y sentimiento de culpa. Aikah no entendió muy bien que le pasaba, pero se decidió por consolar a la señora que estaba llorando y la abraza de vuelta. Kaneda mira la imagen desde lejos, con una sonrisa, pero no de satisfacción, sino de esperanza, aunque aún preocupado…

-Vinieron para quedarse.

-¿Estas seguro de que eso dijo Ukyo-san, viejo?

-seguro. Y confío en la palabra de U-chan.

-Lo importante es que todos están bien. Y que por ahora no hay que entrometerse mucho en sus problemas, así que te pediré, Kaneda, que si Natto no viene hablar del tema contigo, no vayas a hablar tú con él ¿está bien?

-está bien...

Kaneda se dirige a darse un baño. Se sentía aliviado de que esas fueran las intenciones de Ukyo. Después iría a hablar con Tachi, para aliviarla a ella también, y con Natto, ya que necesitaba, de todas maneras, oírlo decir con sus propias palabras que todo estaba bien, además de que quería hablar con Yukino, habían pasado cinco años sin verla. Seguramente ella había cambiado mucho, madurado, o tal vez seguía siendo la misma niña traviesa que metía en problemas a él y a Natto cada vez que se le ocurría.

Se dio un buen baño, relajante. Y como estaba sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta cuando el gato entró al baño. Salió de la tina, se vistió y se fue del lugar. El gato se quedó ahí, como pensativo, hasta que vio entrar a Kaneda de nuevo, seguido de Pai.

-Te digo que a los gatos no se les baña. – comentó la chica.

-Pues deberían hacerlo, porque después de un tiempo empiezan a apestar. – justificó él.

El gato se da cuenta que la conversación es referente a él y trata de huir, pero Kaneda lo agarra antes de que logre escapar.

-¿Y para qué quieres mi ayuda?

-Porque seguramente los gatos se mueven tanto en el agua como el perro de Amy-chan, por lo que para controlarlo necesitaré más manos, P-chan.

-¡Que no me llames así! Pero tengo entendido que los gatos se limpian solos, con su lengua, creo.

-Yo digo que si este gato será nuestra mascota, habrá que lavarlo. Aprovechemos, ahora, que el agua que ocupé aún está caliente

-¡No! ¡Espera! … - Pai trata de evitarlo, pero es demasiado tarde, y Kaneda arroja al minino al agua - …los gatos no soportan el agua caliente…

-¿qué? ¿Acaso se transforman en mutantes o algo a…? - Kaneda es interrumpido.

Al hacer contacto con el agua, el felino sufre un cambio, y se transforma en……¡una chica!. La chica estaba completamente desnuda, lo que hacia resaltar su bien desarrollado cuerpo. Tenia unos extraños ojos violeta, y su cabellera era larga y abundante, de color morado oscuro, tomada en una gran cola de caballo trenzada, y en su pecho tenía una pequeña cicatriz.

Kaneda y Pai estaban demasiado impresionados con el cambio como para reaccionar, lo que la chica aprovechó, salió de la tina, se arrojó un balde de agua fría encima, con lo que volvió a ser gato, y salió corriendo lejos del baño.

La primera en reaccionar fue Pai, y trató de que Kaneda hiciera lo mismo, pero éste había quedado no sólo anonadado con el cambio, sino que con ese cuerpo de mujer quedó asombrado, así que le costó un poco hacerle volver a la realidad.

-¿Qué fue eso?

-Buena pregunta.

-Vamos a buscarla, no debe haber ido muy lejos.

Efectivamente, el gato ni siquiera había salido de la casa, por lo que no fue difícil de encontrar por los chicos. El minino bajó al primer piso y se dirigió a la cocina. Allí estaba Akari calentando agua, así que apenas el gato la vio, se dio cuenta que era una mala idea quedarse, y dio media vuelta. Al hacerlo chocó con Kaneda, que se detuvo muy bruscamente, por lo que chocó con Pai, que lo seguía de cerca. Los tres cayeron al suelo, pero el gato se recuperó rápido y siguió corriendo. Pai y Kaneda reaccionan y vuelven a seguirlo, dejando extrañada a Akari.

Segundos después, el gato fue a dar a la sala, donde, al tropezar, Kaneda rompió el jarrón que había encima de la mesa. Allí el gato estuvo a punto de escapar por la puerta que daba al jardín, pero justo en ese momento, Akane la cerró, porque hacía frío.

El gato giró hacia otro lado y llegaron al dojo, donde el felino se lanzó a los brazos de Ranma, que entrenaba con Ryoga. Ranma, al verlo, le entró el pánico e intentó alejarse de él. Ryoga se reía al ver a Ranma corriendo de un lado a otro con el minino en la cabeza y a Pai y Kaneda siguiendolos por todo el lugar.

A causa de eso, fueron a dar a la sala otra vez, seguidos por Ryoga y Akane, que se preguntaba el porqué de tanto alboroto. Eso los llevó a subir al segundo piso de nuevo, donde Ranma entró a la antigua habitación de Akane, ahora de Kaneda, lugar donde el gato quedó atrapado. Pero aún así no se podían acercar a él, porque Ranma lo cubría, y él, al estar tanto rato cerca del gato, se estaba transformando en uno.

Akane no perdió el tiempo, y antes de que ocurriera algún desastre mayor, empezó a tratar a Ranma como a un minino, acariciándolo suavemente en la barbilla. Kaneda quedó algo extrañado con el comportamiento de sus padres, pero estaba más pendiente del gato como para preocuparse por eso.

El felino, al ver que Ranma ya no le servía, comenzó a mostrar los dientes y ponerse bravo, como diciendo "al que se me acerque lo muerdo", lo que era muy probable. Así logró alejarlos a todos y salió de la habitación, pero tuvo la mala suerte de encontrarse con Akari en el pasillo, que traía el agua caliente en una tetera, y sin esperar mucho, la esposa de Ryoga se la arrojó encima, y antes de que la chica terminara su transformación, Akari la golpea en medio de la nuca, dejándola inconsciente.