VIº capítulo

El secreto de Hermione y el reencuentro con Dobby

 

Hermione se separó, hablando con Viernes, su nueva amiga, de Harry y Ron el martes por la tarde, después de dar una peligrosa clase de Cuidado de Criaturas Mágicas con Hagrid, y sus amigas las arañas gigantes, algo que horrorizó a Ron, ya que a causa de una bromita de Fred, le tenía fobia a las arañas. Ellas tenían Aritmancia, y Harry y Ron, desgraciadamente, Adivinación. Subieron la escalinata y se sentaron en la mesa de siempre. La profesora Trelawney auguró la muerte de Harry, como todos los años, y sin darse cuenta este le respondió con un sarcástico ¡Huy!¡qué horror!, que hizo que la profesora le pusiera muchos deberes extras, le avisara de que se lo iba a decir a la profesora McGonagall, algo que Harry no le importó en absoluto, porque sabía que la profesora Trelawney no le caía muy bien a la profesora McGonagall, y finalmente, le quitó diez puntos a Gryffindor por su falta de respeto.

-¡Oh!, querido-dijo dirigiéndose a Ron-tienes que apoyar mucho a tu pobre amiga, tiene muchos problemas.

-Eso ya lo sabíamos-escuchó murmurar a Malfoy, que se había apuntado ese año con Crabbe y Goyle a Adivinación para fastidiar a Harry y a Ron-es una sangre sucia. Al terminar la cada vez más odiada clase de Adivinación, Harry y Ron se fueron a dar una vuelta por los jardines de Hogwarts, que en otoño estaban muy hermosos. Allí se encontraron a Hermione y le contaron lo sucedido.

-¿Qué problemas puedes tener tú?-Ron movió la cabeza de un lado para otro-. Esa tía está loca, cada vez estoy más seguro de ello-la chica no dijo nada al respecto. Caminaron durante un buen rato, escuchando como Ron ponía verde a la profesora Trelawney y decía auténticas barbaridades de ella.

-¿Qué hora es?-lo interrumpió Hermione.

-Las... no lo sé, había olvidado que tengo el reloj estropeado desde el año pasado.

-Pues volvamos al castillo, y así no nos arriesgamos a llegar tarde-propuso Hermione.

-No-se negó Ron-Harry ha traído la capa invisible.

-Sí, es verdad.

-Pues entonces sigamos.

-Lo que os decía, que Trelawney es idiota, pero la verdad es que todos lo profesores tienen sus cosas, fijáos si no en McGonagall, esa, cuando quiere, es un auténtico espectro-Hermione se detuvo en seco-¡ya sé que es tu profesora favorita, Hermione!, pero tienes que admitir, que cuando se enfada puede llegar parecerse a una de las arañas que nos ha enseñado hoy Hagrid.

-¡No vuelvas a decir eso de Minerva!-gritó furiosa.

-¿Desde cuando la llamas Minerva?-dijo Harry, pero Hermione no le hizo caso.

-¡Tú no la conoces!¡no sabes nada!¡tú no has pasado un verano con ella!¡ni te ha consolado nunca porque tus padres hayan sido asesinados!-Hermione empezó a llorar amargamente, se llevó un mano a la cara y se sentó en un banco.

-Lo... lo siento... yo... no tenía ni idea-balbuceó Ron. Harry se sentó junto a Hermione, y esta le agarró la mano. Harry le secó las lágrimas. Ron los observaba de pie.

-De verdad que lo siento, Hermione, yo...-se sentó junto a ellos. Y Hermione lo abrazó.

-¿Cómo ocurrió?-se atrevió a preguntar Harry.

-Fuí yo, yo los asesiné-los ojos de Harry y de Ron se abrieron de par en par. Hermione comenzó a narrar-: A finales de junio, mis padres se tuvieron que marchar a un congreso de dentistas, y Volde...

-¡¿ÉL?!-gritó Harry.

-Sí, él me raptó, y me echó el Imperius, cuando regresaron mis padres yo... ¡oh, Harry, ¿cómo diablos pude?!-Hermione continuaba abrazada a Ron, y mantenía agarrada la mano de Harry-. He pasado el verano con la profesora McGonagall, ella y Dumbledore son los únicos que lo saben, y por eso no pude ir a tu casa.

-Por eso...-dedujo Harry-ella te enseñó a transformarte.

-Sí, y en mi baúl tengo una Nimbus 2.003. Y el equipo completo de Quidditch te lo compré con la profesora...

-Volvamos al castillo, será lo mejor-dijo Ron. Los tres caminaron tranquilamente, pero sin pronunciar una sola palabra, de vuelta al colegio. Mientras caminaban por los pasillos se les cruzó un gato negro que se paró y los miró curioso, después continuó andando sinuosamente.

-Se le debe de haber escapado a alguien-informó Ron. Anduvieron y anduvieron, y, ya cerca del cuadro de la señora Gorda, se cruzaron con Cho Chang y sus amigas, que se rieron. Llegaron al gran cuadro y Harry susurró:

-Vieja bruja-el cuadro se abrió y los tres entraron en la sala común. Sentada en un amplio sofá leyendo un libro se encontraba Viernes, que los saludó levantando la mano, Hermione se sentó junto a ella y con un ¿qué lees? entabló conversación para un buen rato. Harry y Ron subieron a los dormitorios, y se tumbaron en sus respectivas camas.

-Que fuerte lo de Hermione ¿no?-dijo Ron-ese Voldemort...-se llevó una mano a la boca, había dicho el temido nombre-¡bah!

-Todos debemos tener miedo, ¿has visto a Neville?, se sobresalta con nada...

-Y Dean me ha dicho, que cada vez que piensa que Voldemort-esta era segunda vez que lo pronunciaba, ya no temía decirlo-va a ir primero a por los hijos de muggles se le hiela la sangre. Harry se puso el pijama y se metió en la cama.

-No tengo muchas ganas de hablar de eso, Ron, así que si me disculpas voy a dormir un poco-Ron asintió.

-Yo también voy a dormirme. Buenas noches.

-Hasta mañana. Y unos minutos después de cerrar los ojos, Harry se sumió en un profundo sueño. Todavía no había amanecido cuando Harry sintió una bofetada.

-¿Pero qué...?-gritó, pero un bufido de Neville le indicó que debía de hablar algo más bajo. Encima suya tenía unos grandes ojos azules que lo miraban y de vez en cuando parpadeaban.

-Buenos días señor Harry Potter-le saludó la voz de Dobby, el elfo doméstico.

-¿Dobby?¿qué haces aquí?¿has sido tú el que me ha pegado la bofetada?

-Sí, Dobby siente mucho haber tenido que recurrir a ese método, pero el señor Harry Potter no se despertaba cuando Dobby le llamaba.

-Vamos a la sala común. Como se despierte alguien ya verás-Harry agarró al elfo de la mano y los dos bajaron a la sala común. Harry se encontró a Hermione y a Viernes dormidas en el sofá en el cual habían estado leyendo y hablando la noche anterior.

-¡Señorita Hermione!-gritó eufórico Dobby. Hermione abrió los ojos muy lentamente, pero su amiga subió los párpados a toda velocidad y miró al elfo.

-¡Oh! Nunca había visto uno, ¿no son preciosos, Hermione?

-Lo que no son es animales, Viernes. ¿A qué has venido, Dobby?

-Dobby tenía que verles, hacía mucho tiempo que no hablaba con ustedes.

-¿Qué tal está Winky?

-Sigue igual, y desde que el antiguo amo Crouch murió, bebe mucho más. A veces, incluso Ron de Grosella, algo muy peligroso para los elfos domésticos, Winky puede morir si sigue así. Después de aquella visita Hermione iba muchas tardes que tenía libres a las cocinas, le contó a Harry que nunca encontraba a Winky en ellas.