VIIº capítulo

 

Quidditch y el Baile de Hogwarts

 

Harry se preguntaba unas cinco veces al día para que tenían que llevarse las túnicas de gala. Hasta que un jueves, cerca ya de el día de todos los muertos, mientras cenaban y admiraban el techo de la sala el cual ese día estaba precioso, Dumbledore se subió a la mesa de profesores, algo que hizo mucha gracia a Hagrid, y les explicó que ese año, la noche de Halloween sería especial, porque hacía ya mil doscientos cincuenta años desde que Godric Gryffindor, Rowena Ravenclaw, Helga Hufflepuff y Salazar Slytherin construyeron Hogwarts y empezaron a formar a los magos. Si querían podían ir en pareja, algo que estaba claro que iba a suceder. Ron estaba bastante desilusionado, no le gustaba nadie, y no sabía a quién pedirle que fuera con él, y tampoco quería asistir sin pareja al baile, para no ser el hazmerreír de Malfoy. Al menos eso le había contado a Harry, el cual, también andaba confuso, ¿tendría la suficiente fuerza de voluntad para pedírselo a Hermione? El viernes por la noche tenían Astronomía a las doce en punto, en la torre más alta de Hogwarts, con los de Ravenclaw. A Hermione le encantaba esa materia, porque era la más difícil de todas. En los anteriores cursos también la daban, pero lo que empezaban a dar en quinto, no sólo las constelaciones o lo relacionado con estas, si no las supernovas, y toda la teoría que no habían estudiado antes, era muy difícil para los cursos inferiores. Ese año el profesor era nuevo, se llamaba Greene, y era bastante interesante, aunque sus clases fueran aburridísimas. Era un hombre de unos cincuenta o sesenta años, y llevaba una perilla de chivo, algo que divertía mucho a Ron. Ron, que llevaba los ojos cerrados y tropezaba cada dos por tres, iba detrás de Harry y Hermione subiendo las escaleras de la torre más alta de Hogwarts, a las doce en punto de la noche. Harry aprovechó el momento y le preguntó a Hermione rápidamente:

-¿Te... te gustaríaveniralbaileconmigo?-¡no se había trabado!

-¿Cómo?-pero Hermione no lo había entendido. Cuando Harry se lo iba a repetir apareció Viernes, y Harry tuvo que responder a Hermione con un nada... olvídalo, y después se acercó a Ron, y evitó que bajara las escaleras de un forma algo extraña: rodando. Esa clase no fue tan aburrida como todas las que habían tenido hasta ahora; por fin utilizaron los telescopios, y estuvieron observando una estrella llamada Flor de Orión, y el profesor Greene les explicó que ya no existía, pero que si la pudieran ver explotar, no lo harían hasta dentro de unos meses, ya que la luz de esa estrella tardaba un semestre en llegar a la tierra. Como deberes tenían que dibujar un mapa estelar con puntos que indicaran dónde había habido en tiempos pasados una estrella.

-Me encanta este profesor- le dijo Hermione a Harry, a Viernes y a Ron mientras bajaban las escaleras. Parvatti, su hermana gemela Padma, y Leavender, pasaron por el lado de los cuatro amigos y les oyeron murmurar algo.

-Creo que sí, que es verdad que vendrán las brujas de Macbeth, otra vez-les informaba Padma-o al menos eso oí decir a Flitwick...

-¿Será verdad?-preguntó interesada Viernes-el año pasado, cuando los de mi colegio vinieron aquí dijeron que habían actuado... hubiera dado lo que fuera por estar entre ellos...Ron cayó en la cama rendido, después, se tuvo que volver a levantar a coger el pijama, porque no se le ocurrió utilizar la varita.

-¡¿Por qué tenemos Astronomía tan tarde?!¡¿por qué?!

-Más que nada, porque las estrellas se ven por la noche-le informó Harry a su amigo el somnoliento-¿no crees?

-Oh... déjate de sarcasmos, ¿quieres? Harry despertó al día siguiente con ganas de hacer algo, ejercicio, o algún deporte... ¡Quidditch!, todavía tenían que buscar al nuevo guardador, y elegir a un capitán, él iba a votar a Fred Weasley, uno de los golpeadores, o a Angelina, una de las cazadoras; aún no lo tenía muy claro. Bajó a la sala común y esperó a que bajara algún otro componente del equipo. Primero llegó Angelina, que sugirió esperar a los otros, luego Alicia Spinett, otra cazadora, la siguiente fue Katie Bell, la cazadora restante, y por último, gastándose bromas mutuamente, y bostezando, Fred y George, los dos golpeadores.

-¡Ah sí!-dijo George al ver a los jugadores todos juntos-hay... hay... hay...-no se pudo reprimir un bostezo-hay que buscar un guardador, y elegir al capitán.

-Coged vuestras escobas, nosotros ya las tenemos, os esperaremos en el campo de juego-les ordenó Angelina. Las tres cazadoras y Harry, el buscador, anduvieron un buen rato hasta el campo de Quidditch con sus escobas al hombro, Angelina se había comprado una nueva Nimbus 2.004, muy cara, pero ella decía que merecía la pena. Los gemelos Weasley llegaron montados en sus nuevas Nimbus 2.001.

-¿Os gustan?-preguntó George sobrevolando a Katie.

-¡Gracias Harry!-le gritó Fred a este. Entonces, Harry supo de dónde habían sacado el dinero: de los mil galeones que había ganado Harry en el torneo de los tres magos. Habían comprado la túnica de gala para Ron, se habían comprado las escobas, y lo demás, Harry supuso que había sido para volver a rehacer su negocio: los Sortilegios Weasley. El verano anterior habían hecho un cupón de pedido con cantidad de objetos de broma para venderlos en Hogwarts, pero su madre había quemado todo.

-Bien, dejaos de tonterías y elijamos al capitán ¿quién se va a presentar?- dijo Angelina levantándose-¿yo solo?

-¡No!-gritó Fred descendiendo-yo también.

-Vale, pues... lanzar un rayó verde los que me queráis a mí, y uno azul los que prefieran a Fred, los que se abstengan uno rojo, ¿está claro?-les explicó Angelina-. Una... dos... ¡tres! Harry no sabía a quién elegir de los dos, así que mandó muy arriba un grueso rayo rojo.  Alicia y Katie, también se abstuvieron, así que Fred obtuvo dos botos, el de Angelina y el de George, y la cazadora solo uno, el de Fred.

-Felicidades, compañero-dijo Angelina alargándole la mano a Fred.

-Espera, espera, ¿por qué no somos capitanes los dos?-le propuso Fred a Angelina.

-¡Sí!

-Es buena idea.

-¡Genial hermano! Angelina aceptó el acuerdo. Estuvieron entrenando una hora y media. Con sus nuevas escobas, los Weasley eran mucho mejores, porque atrapaban antes las Budglers. Al final del entrenamiento acordaron colgar un cartel en el tablón de anuncios de Gryffindor diciendo que necesitaban un guardador. Las pruebas las harían el Miércoles a las seis y media en el campo de Quidditch. Harry se pasó todo el fin de semana intentando pedirle a Hermione que fuera con él al baile, pero Viernes siempre estaba en el medio, y no se atrevía a decírselo delante de la amiga.

-¡Pero si se va a enterar de todos modos!-le decía Ron-. Yo lo tengo peor; ¿a quién se lo pido?

-¿Por qué no pruebas con Viernes? Ella está bastante bien.

-Psí... podría funcionar. Harry prosiguió leyendo, de nuevo, su libro de los Chudley Cannons.

-¿No te has comprado el nuevo álbum, Harry?-era la voz de Fred o de George Weasley, Harry levantó la cabeza para ver de cual de los dos se trataba, era Fred.

-No, estoy deseando ir a Hosmeade para conseguirlo...

-Lo siento, amigo, pero se acabaron todos al mes de empezar a venderlos-ese era George.

-¡Oh! Los gemelos salieron de la sala común detrás de Katie, Hermione y Viernes, que hablaban del baile.

-No te preocupes, seguro que te han comprado otro-le consoló Ron-. Este verano, según me han dicho, apostaron en las carreras de grifos, y ganaron una gran cantidad de dinero. Se quieren comprar una lechuza, ¿sabes?

-Oye, Ron, ¿te importa que te deje un rato?, es que quiero estar solo y...

-Sí, sí, vete, no me importa-le respondió Ron, haciendo a su vez aspavientos con los brazos.

-¡Hasta luego! Salió al jardín, y estuvo caminando un buen rato por los caminos de este. Decidió ir a ver a Hagrid, con el cual no había tenido muchas oportunidades de hablar, y quería pedirle que lo llevara a dar una vuelta por el Bosque Prohibido. Llamó a la puerta un par de veces, oyó a Fang, el perro jabalinero de Hagrid ladrar, y luego, muy sombrío, Hagrid abrió la puerta. Harry entró y lo saludó. Fang se le subió encima para que lo acariciara, y Hagrid le preparó una taza de té.

-¿Qué te trae por aquí, Harry?-preguntó Hagrid mientras le servía el té en una taza algo rota.

-¿Eh?, nada, es que, sólo te veo en las clases, y quería hablar de otra cosa que no fueran las arañas gigantes-le respondió sorbiendo el té con cuidado de no quemarse.

-¿Ya tienes pareja para el baile?

-No...

-¿Y a qué esperas?¿a quién se lo vas a pedir?

-A...-Harry dudó un segundo-a... Hermione.

-¡Pero si os pasáis todo el día juntos! ¿cómo es que aún no se lo has pedido?

-Es que se ha hecho muy amiga de la chica nueva... ya sabes, la de Beauxbatons...

-¡Ah ya, Viernes!

-Sí, esa, y me da corte pedírselo delante suya-le confesó Harry.

-¿Y Ron no te puede ayudar de ninguna forma?

-No se... quizás. Con un último sorbo se terminó el té, se despidió de Hagrid y volvió a los jardines. Se encontró con una sorpresa: ¡Hermione estaba sola!. Corrió hacía ella y cuando la alcanzó, jadeando, se puso a caminar junto a su amiga.

-¡Que raro verte sin Viernes al lado!

-¿Por qué lo dices?

-Últimamente sólo te vas con ella.

-Es mi amiga, es normal que me guste irme con ella, ¿no?

-Claro, claro. Continuaron caminando una rato, sin pronunciar una palabra, hasta que Hermione rompió el silencio.

-Harry, ¿tienes ya pareja para el baile?-a Harry se le iluminó la cara.

-No...-dijo esperando la deseada pregunta.

-Ah-se limitó a pronunciar Hermione.

-Entonces... ¿te... te gustaría venir conmigo?-dijo Harry poniéndose colorado.

-¿Qué os pasa a todos conmigo?¿es que no existe otra chica en Hogwarts?

-¿Por... por qué lo dices?

-No puedo acompañarte, ya me he comprometido con Fred...-Harry sintió como cada una de las partes de su cuerpo se partía en pedacitos muy pequeños.

-¿Y quién más te lo ha pedido?-dijo Harry.

-Ron me lo ha dicho hace un rato, está desesperado...¡Ron!pensó Harry enfadado, ¡sabía que ella me gustaba y se lo ha pedido!

-Y luego Neville... y Ernie Macmillan, tu amigo, el de Hufflepuff... De todas formas, Harry, ¿cómo es que no se lo has pedido a Cho Chang?

-Eeem...

-¡Ah claro, ya sé!, pensaste que te iba a dar calabazas, como el año pasado. Hazme caso, y pídeselo. Viernes torció una esquina y Harry la vio acercarse a ellos a toda prisa bastante contenta.

-¡Lo ha hecho!¡me lo ha pedido, Hermione!¡Oh, me gusta tanto...!

-¿En serio? Hermione la agarró de las manos y se pusieron a dar saltitos.

-Bueno... me voy... hasta luego. Y mientras caminaba oyó a Viernes decir:

-¿Este también? Harry apretó los puños y bajó la cabeza. Cho pasó con sus amigas por su lado, y sus miradas se cruzaron, pero no hizo caso al consejo de Hermione, no tenía ganas de fracasar otra vez. Llegó a la sala común, y no saludó a Ron, que hacía deberes en una de las mesas más grandes. Alguien le puso la mano en el hombro.

-¡Adivina con quién voy al baile!-dijo la voz de uno de los gemelos. Harry reaccionó de una forma muy extraña: le pegó un codazo en la barriga.

-¡Eh!¡¿qué mosca te ha picado?!-dijo George cubriéndose el dañado estómago con los brazos.

-Lo siento, creí que tú eras Fred-dijo secamente. George, extrañado y dolorido, se sentó junto a Ron, este miró a Harry, y se llevó una mano a la boca mientras George le contaba lo ocurrido.

-¡Harry!-le dijo mientras este subía la escalera de caracol del cuarto de los chicos-¡espera! Ron subió detrás de Harry pero antes de que entrara en la habitación, Harry le cerró la puerta de golpe, y la nariz de Ron se estampó contra ella.

-¡Vale!¡ya he notado que estas enfadado!-abrió la puerta y se acercó a la cama de Harry, pero él cerró la cortinillas del dosel-¡¿qué querías que hiciera?!¿con quién podría ir?, fue en la primera en la que pensé... lo siento... ¡tú puedes ir con la chica que te plazca!

-¡No!, ¡con la que me plazca precisamente no!

-Oh, bueno, claro, ella va con Fred...

-Exacto, pero si él no se lo hubiera pedido primero, apuesto cien galeones a que te hubiera dicho que sí a ti... y además, Fred no sabía que me gustaba, ¡pero tú sí!

-Harry, de veras lo siento, tío, no te pongas así-Harry descorrió las cortinillas y lo miró con pocas ganas. Ron le alargó la mano, y Harry la agarró-¿amigos?

-¿Tan desesperado estabas?

-Sí, al final me he tenido que conformar con...Neville entró en la habitación respirando entrecortadamente, y pronunciando algo que sonaba a:mi inhalador, ¡socorro!, y se puso a rebuscar en su baúl, mientras Harry y Ron lo miraban atónitos. De pronto sacó el inhalador, y aspiró de él con fuerza.

-Soy asmático-les explicó a Harry y a Ron.

-¿Tú con quién vas?-preguntó Ron.

-Ya lo veréis en el baile-y salió de la habitación.

-Debe ser muy fea para que no se atreva a decirnos su nombre-dijo Ron muy convencido de la evidencia de sus palabras.

-Como ha dicho él: ya lo veremos en el baile.