XIº capÃtulo
El baño de los prefectos
Â
Los profesores dieron por terminada la fiesta, y los mandaron a todos a dormir. Harry, Ron, Viernes y Hermione caminaron muy lentamente hasta la sala común, allÃ, subieron cada uno a sus habitaciones. Harry y Ron se pusieron el pijama y bajaron, de nuevo a la habitación. Sentadas en un sofá de los más cómodos estaban Hermione y Viernes. Ron se acomodó junto a ellas, en el mismo sofá, y Harry en un sillón que habÃa justo al lado.
-¿Qué ha pasado, Harry?-preguntó Hermione.
-No sé si os lo deberÃa contar...
-Oh, venga, ¡no será para tanto!-se atrevió a decir Ron.
-SÃ que lo es...
-Me voy a dormir-anunció Viernes-a sido una noche muy movida... y además ya casi son las... ¡Uh!¡las dos y media!...-y levantando la mano a modo de despedida añadió-: ¡Hasta mañana!
-¿No la acompañas?¡Que raro!-exclamó Ron. Una idea bullÃa en la mente de Harry... se estaba acordando de los baños de los prefectos... de que tenÃa la contraseña para entrar a estos... de que en la lista ponÃa que trajeran bañadores... y, además, Harry tenÃa ganas de estar con sus mejores amigos a solas, sin Viernes...
-Tengo la contraseña de los baños de los prefectos-soltó de golpe.
-¿Cómo?-dijeron los otros al oÃr aquello, que no venÃa al caso.
-Los baños de los prefectos... ¿os acordáis de que el año pasado entré en ellos?
-SÃ... pero supongo que cambiarán la contraseña todos los años.
-He descubierto la nueva-Ron y Hermione le dirigieron una mirada como diciendo ¿cómo?, y Harry se explicó-el otro dÃa pasé por al lado de la estatua... y... me entró curiosidad, me puse a probar y... ¡agua clara!, esa es la contraseña...
-SÃ, muy bien, pero ¿a qué viene todo esto ahora?
-Se me habÃa pasado por la cabeza que... que podrÃamos ir esta noche...
-SÃ, claro, vosotros dos, porque yo no me baño desnuda con vosotros-dijo Hermione.
-Desnuda no, pero ¿y con bañador?
-Bueno... con bañador sÃ.
-Supongo que te habrás traÃdo uno, porque en la carta ponÃa que habÃa que traerlo.
-Claro que lo he traÃdo. Harry enarcó las cejas a modo de explicación.
-¡Ah, que buena idea!¡podrÃa resultar divertido!-se levantó del sofá de un brinco y añadió antes de poner rumbo a su habitación-vuelvo en seguida.Harry y Ron también subieron a su cuarto, y muy sigilosos sacaron los dos bañadores de los baúles. Harry cogió la capa invisible y el mapa del merodeador, también.
-Ya te he dicho-susurró Ron al ver que Harry admiraba su bañador azul-que Fred y George tienen buen gusto. Se cambiaron de ropa, y debajo de los pantalones vaqueros se pusieron los bañadores. Bajaron a toda velocidad a la sala común en la que ya se encontraba Hermione.
-¿Vamos?-dijo Harry acercándose al hueco del cuadro.
-Vamos-susurraron los otros dos. La señora Gorda dormÃa, pero como salÃan en vez de entrar no la tuvieron que despertar para darle la contraseña.
-Apropósito Hermione-dijo Ron mientras caminaban con la capa por encima-, no nos has dicho nada sobre los prefectos.
-¿Por qué os he de decir algo?
-Ron quiere decir-tradujo Harry-que si te han nombrado prefecto.
-Ah, eso. No, podÃa haberlo sido, pero me negué.
-¿Por?
-No me podrÃais contar nada, y ahora mismo, por ejemplo, no podrÃa estar aquÃ, y además, serÃa muy duro tener que quitarle puntos a mi propia casa...Continuaron caminando por pasillos y subiendo escaleras. HabÃa veces en las que Harry no sabÃa por donde iba, pero a él le daba exactamente igual, ya encontrarÃan los baños. Al cabo de una media hora, llegaron a la estatua de Boris el desconcertado. Harry pronunció la contraseña, la figura de aquel hombre anonadado se movió (esta vez sin chirriar), y los tres entraron a toda prisa en la gran habitación. La sirena del cuadro que habÃa en una de las paredes dormÃa profundamente.
-Menudo baño-dijo Hermione. La chica examinó cada rincón de la sala, pero Ron y Harry se quitaron la ropa a toda prisa y abrieron todos los grifos que tenÃa una bañera gigante, que parecÃa más bien una piscina, y cuando estuvo llena de espuma, agua, sales, y toda clase de elementos, se zambulleron.
-Hermione, ¿no te bañas?-preguntó Ron defendiéndose de un ataque de Harry de salpicones de agua.
-Ahora voy, estaba curioseando un poco. Se acercó a un banco de mármol en el que habÃan dejado la ropa Harry y Ron y empezó a desvestirse. Llevaba un bikini azul, que le venÃa como anillo al dedo.
-No te puedes quejar de tu cuerpo-dijo desvergonzadamente Ron.
-Tú, sin embargo sÃ-y se metió en la bañera. Harry la miraba atónito, y se estaba empezando a poner nervioso, algo que no le pasaba desde hacÃa ya tiempo. Hermione se acercó a él, le acarició la mejilla, y Harry se quedó paralizado, después le puso su suave mano en la nuca, y se acercó a su oreja, como para decirle algo.
-El agua está muy tibia, ¿eh?-susurró sinuosamente.
-S...sÃ-tartamudeó.
-¡Pues traga un poco! Una mano, desde atrás, hundió la cabeza de Harry entre la espuma. Cuando consiguió deshacerse de la mano de Ron, que lo mantenÃa sumergido, se acercó al bordillo y tragó una bocanada de aire, pero le dio un ataque de tos, ya que le habÃa entrado mucha agua en los pulmones. Hermione y Ron se reÃan a carcajadas.
-Te habÃas quedado atontado, Harry, no le quitabas un ojo de encima a Hermione.
-No os riáis, no tiene ni pizca de gracia, me podÃa haber ahogado.
-SÃ, seguro, cinco segundos sin respirar matan a cualquiera-dijo Hermione muy sarcástica-¡Vamos Harry!, ¡no es para tanto! Harry salió del agua murmurando algo entre dientes, y se sentó en el borde de la bañera, con sólo los pies en el agua. No sabÃa cuanto tiempo llevaba mirando al infinito y pensando en la gran Marca Tenebrosa que se habÃa dibujado justo encima del lago, cuando unas manos tiraron de él, por sus pies, hacia el agua.
-¡Eh, eh!, ¿qué hacéis?, dejadme tranquilo-y entonces cayó al agua. Ron y Hermione lo miraban con una sonrisa sospechosamente maliciosa.
-A ver, Harry, necesitamos que nos cuentes que ha pasado esta noche, para que los profesores nos mandaran a dormir asÃ, de sopetón, justo cuando tú entraste empapado, nerviosÃsimo, y bastante preocupado-dijo Hermione.
-Está bien, está bien, ¡sà os lo pensaba contar!, pero no lo querÃa decir con Viernes delante.
-¡Pues dilo ya!
-Veréis-Harry suspiró-la Marca Tenebrosa se dibujó justo encima del lago.
-¡¿Y estamos ahora mismo aquà tan tranquilos?!-chilló Hermione aterrorizada- ¡Vámonos!¡vámonos ahora mismo!-. Salió del agua, se secó un poco, y se vistió a toda prisa-. ¿Qué hacéis ahà todavÃa?, ¡Harry, Ron por lo que más queráis, vámonos! Harry y Ron le hicieron caso al instante. Estaba muy asustada, nunca la habÃan visto asÃ. Caminaron muy aprisa por los pasillos, y Harry se volvió a perder unas cuantas veces. La otra vez no habÃa ocurrido nada, pero las cosas habÃan cambiado, Hermione estaba muy nerviosa.
-Harry-susurró-, ¿acaso sabes por dónde vamos?
-Eeem... sÃ, sÃ, claro que lo sé, ¿por qué dudas?
-Porque hemos pasado por al lado de esta armadura varias veces.
-Saca el mapa, Harry, que pareces idiota-le indicó Ron.
-Ah, claro, el mapa, se me habÃa olvidado por completo. Le echó un vistazo rápido, y se situó. Tardaron diez minutos en llegar al cuadro de la señora Gorda.
-¡Harry!-gritó Hermione después de entrar en la sala común-¡¿Cómo demonios se te ocurre salir de la sala común en una situación as�!¡estás como una cabra!¡¿y si... y si... hubiera pasado cualquier cosa?!¡¿y sà Voldemort estaba en el castillo y nos hubiera encontrado?!
-Vale, vale, tranquilÃzate, he cometido un fallo, lo siento, Hermione, no habÃa pensado en eso.
-¡¿Que no pensaste en eso?!¡insensato, tú fuiste el que vio la marca, ¿cómo no vas a pensar en eso?!
-Pues no lo hice, ya está, y punto. Ya estamos en la torre, Hermione, ¿vale?, no te preocupes.
-Vale, no lo haré, pero la próxima vez que pase algo por el estilo dÃmelo antes de meter la pata y darme un susto de muerte, ¿quieres?, y ahora, me voy a dormir, hasta mañana.
-Hermione-dijo Ron-quédate un rato aquà con nosotros. La chica los miró con desconfianza, pero luego dio un par de zancadas y se sentó en un sofá. Harry y Ron se sentaron junto a ella. Los tres amigos despertaron en el sofá a la mañana siguiente con los huesos doloridos; se habÃan quedado dormidos hablando.
El baño de los prefectos
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Los profesores dieron por terminada la fiesta, y los mandaron a todos a dormir. Harry, Ron, Viernes y Hermione caminaron muy lentamente hasta la sala común, allÃ, subieron cada uno a sus habitaciones. Harry y Ron se pusieron el pijama y bajaron, de nuevo a la habitación. Sentadas en un sofá de los más cómodos estaban Hermione y Viernes. Ron se acomodó junto a ellas, en el mismo sofá, y Harry en un sillón que habÃa justo al lado.
-¿Qué ha pasado, Harry?-preguntó Hermione.
-No sé si os lo deberÃa contar...
-Oh, venga, ¡no será para tanto!-se atrevió a decir Ron.
-SÃ que lo es...
-Me voy a dormir-anunció Viernes-a sido una noche muy movida... y además ya casi son las... ¡Uh!¡las dos y media!...-y levantando la mano a modo de despedida añadió-: ¡Hasta mañana!
-¿No la acompañas?¡Que raro!-exclamó Ron. Una idea bullÃa en la mente de Harry... se estaba acordando de los baños de los prefectos... de que tenÃa la contraseña para entrar a estos... de que en la lista ponÃa que trajeran bañadores... y, además, Harry tenÃa ganas de estar con sus mejores amigos a solas, sin Viernes...
-Tengo la contraseña de los baños de los prefectos-soltó de golpe.
-¿Cómo?-dijeron los otros al oÃr aquello, que no venÃa al caso.
-Los baños de los prefectos... ¿os acordáis de que el año pasado entré en ellos?
-SÃ... pero supongo que cambiarán la contraseña todos los años.
-He descubierto la nueva-Ron y Hermione le dirigieron una mirada como diciendo ¿cómo?, y Harry se explicó-el otro dÃa pasé por al lado de la estatua... y... me entró curiosidad, me puse a probar y... ¡agua clara!, esa es la contraseña...
-SÃ, muy bien, pero ¿a qué viene todo esto ahora?
-Se me habÃa pasado por la cabeza que... que podrÃamos ir esta noche...
-SÃ, claro, vosotros dos, porque yo no me baño desnuda con vosotros-dijo Hermione.
-Desnuda no, pero ¿y con bañador?
-Bueno... con bañador sÃ.
-Supongo que te habrás traÃdo uno, porque en la carta ponÃa que habÃa que traerlo.
-Claro que lo he traÃdo. Harry enarcó las cejas a modo de explicación.
-¡Ah, que buena idea!¡podrÃa resultar divertido!-se levantó del sofá de un brinco y añadió antes de poner rumbo a su habitación-vuelvo en seguida.Harry y Ron también subieron a su cuarto, y muy sigilosos sacaron los dos bañadores de los baúles. Harry cogió la capa invisible y el mapa del merodeador, también.
-Ya te he dicho-susurró Ron al ver que Harry admiraba su bañador azul-que Fred y George tienen buen gusto. Se cambiaron de ropa, y debajo de los pantalones vaqueros se pusieron los bañadores. Bajaron a toda velocidad a la sala común en la que ya se encontraba Hermione.
-¿Vamos?-dijo Harry acercándose al hueco del cuadro.
-Vamos-susurraron los otros dos. La señora Gorda dormÃa, pero como salÃan en vez de entrar no la tuvieron que despertar para darle la contraseña.
-Apropósito Hermione-dijo Ron mientras caminaban con la capa por encima-, no nos has dicho nada sobre los prefectos.
-¿Por qué os he de decir algo?
-Ron quiere decir-tradujo Harry-que si te han nombrado prefecto.
-Ah, eso. No, podÃa haberlo sido, pero me negué.
-¿Por?
-No me podrÃais contar nada, y ahora mismo, por ejemplo, no podrÃa estar aquÃ, y además, serÃa muy duro tener que quitarle puntos a mi propia casa...Continuaron caminando por pasillos y subiendo escaleras. HabÃa veces en las que Harry no sabÃa por donde iba, pero a él le daba exactamente igual, ya encontrarÃan los baños. Al cabo de una media hora, llegaron a la estatua de Boris el desconcertado. Harry pronunció la contraseña, la figura de aquel hombre anonadado se movió (esta vez sin chirriar), y los tres entraron a toda prisa en la gran habitación. La sirena del cuadro que habÃa en una de las paredes dormÃa profundamente.
-Menudo baño-dijo Hermione. La chica examinó cada rincón de la sala, pero Ron y Harry se quitaron la ropa a toda prisa y abrieron todos los grifos que tenÃa una bañera gigante, que parecÃa más bien una piscina, y cuando estuvo llena de espuma, agua, sales, y toda clase de elementos, se zambulleron.
-Hermione, ¿no te bañas?-preguntó Ron defendiéndose de un ataque de Harry de salpicones de agua.
-Ahora voy, estaba curioseando un poco. Se acercó a un banco de mármol en el que habÃan dejado la ropa Harry y Ron y empezó a desvestirse. Llevaba un bikini azul, que le venÃa como anillo al dedo.
-No te puedes quejar de tu cuerpo-dijo desvergonzadamente Ron.
-Tú, sin embargo sÃ-y se metió en la bañera. Harry la miraba atónito, y se estaba empezando a poner nervioso, algo que no le pasaba desde hacÃa ya tiempo. Hermione se acercó a él, le acarició la mejilla, y Harry se quedó paralizado, después le puso su suave mano en la nuca, y se acercó a su oreja, como para decirle algo.
-El agua está muy tibia, ¿eh?-susurró sinuosamente.
-S...sÃ-tartamudeó.
-¡Pues traga un poco! Una mano, desde atrás, hundió la cabeza de Harry entre la espuma. Cuando consiguió deshacerse de la mano de Ron, que lo mantenÃa sumergido, se acercó al bordillo y tragó una bocanada de aire, pero le dio un ataque de tos, ya que le habÃa entrado mucha agua en los pulmones. Hermione y Ron se reÃan a carcajadas.
-Te habÃas quedado atontado, Harry, no le quitabas un ojo de encima a Hermione.
-No os riáis, no tiene ni pizca de gracia, me podÃa haber ahogado.
-SÃ, seguro, cinco segundos sin respirar matan a cualquiera-dijo Hermione muy sarcástica-¡Vamos Harry!, ¡no es para tanto! Harry salió del agua murmurando algo entre dientes, y se sentó en el borde de la bañera, con sólo los pies en el agua. No sabÃa cuanto tiempo llevaba mirando al infinito y pensando en la gran Marca Tenebrosa que se habÃa dibujado justo encima del lago, cuando unas manos tiraron de él, por sus pies, hacia el agua.
-¡Eh, eh!, ¿qué hacéis?, dejadme tranquilo-y entonces cayó al agua. Ron y Hermione lo miraban con una sonrisa sospechosamente maliciosa.
-A ver, Harry, necesitamos que nos cuentes que ha pasado esta noche, para que los profesores nos mandaran a dormir asÃ, de sopetón, justo cuando tú entraste empapado, nerviosÃsimo, y bastante preocupado-dijo Hermione.
-Está bien, está bien, ¡sà os lo pensaba contar!, pero no lo querÃa decir con Viernes delante.
-¡Pues dilo ya!
-Veréis-Harry suspiró-la Marca Tenebrosa se dibujó justo encima del lago.
-¡¿Y estamos ahora mismo aquà tan tranquilos?!-chilló Hermione aterrorizada- ¡Vámonos!¡vámonos ahora mismo!-. Salió del agua, se secó un poco, y se vistió a toda prisa-. ¿Qué hacéis ahà todavÃa?, ¡Harry, Ron por lo que más queráis, vámonos! Harry y Ron le hicieron caso al instante. Estaba muy asustada, nunca la habÃan visto asÃ. Caminaron muy aprisa por los pasillos, y Harry se volvió a perder unas cuantas veces. La otra vez no habÃa ocurrido nada, pero las cosas habÃan cambiado, Hermione estaba muy nerviosa.
-Harry-susurró-, ¿acaso sabes por dónde vamos?
-Eeem... sÃ, sÃ, claro que lo sé, ¿por qué dudas?
-Porque hemos pasado por al lado de esta armadura varias veces.
-Saca el mapa, Harry, que pareces idiota-le indicó Ron.
-Ah, claro, el mapa, se me habÃa olvidado por completo. Le echó un vistazo rápido, y se situó. Tardaron diez minutos en llegar al cuadro de la señora Gorda.
-¡Harry!-gritó Hermione después de entrar en la sala común-¡¿Cómo demonios se te ocurre salir de la sala común en una situación as�!¡estás como una cabra!¡¿y si... y si... hubiera pasado cualquier cosa?!¡¿y sà Voldemort estaba en el castillo y nos hubiera encontrado?!
-Vale, vale, tranquilÃzate, he cometido un fallo, lo siento, Hermione, no habÃa pensado en eso.
-¡¿Que no pensaste en eso?!¡insensato, tú fuiste el que vio la marca, ¿cómo no vas a pensar en eso?!
-Pues no lo hice, ya está, y punto. Ya estamos en la torre, Hermione, ¿vale?, no te preocupes.
-Vale, no lo haré, pero la próxima vez que pase algo por el estilo dÃmelo antes de meter la pata y darme un susto de muerte, ¿quieres?, y ahora, me voy a dormir, hasta mañana.
-Hermione-dijo Ron-quédate un rato aquà con nosotros. La chica los miró con desconfianza, pero luego dio un par de zancadas y se sentó en un sofá. Harry y Ron se sentaron junto a ella. Los tres amigos despertaron en el sofá a la mañana siguiente con los huesos doloridos; se habÃan quedado dormidos hablando.
