XIVº capítulo

 

Alquimia y O'Conell

 

Hermione y Viernes daban grandes zancadas para llegar cuanto antes a la primera clase de Alquimia. Harry y Ron las seguían más despacio, pero de vez en cuando daban una carrerilla para alcanzarlas. Tenían esa clase con los de Hufflepuff, que solían llevarse bien con los de Gryffindor. Los tres entraron en el aula algo cohibidos, la mesa del profesor estaba vacía, algunos chicos ocupaban ya sus sitios. Harry vio a Ernie Macmillan, Justin Finch-Fletchley y a una amiga de estos llamada Hannah Abbott, que estaban en Hufflepuff.

-¡Hola Harry!, ¡¿qué tal las Navidades?!-vociferó Justin.

-¡Geniales!-respondió-¡nevó!

-¡Guay! Los tres se sentaron junto a sus amigos de Hufflepuff, y, justo cuando Ron empezaba a contarles que sus hermanos le habían regalado una Nimbus 2.000, una mujer de unos veinte o veinticinco años entró en el aula. Era muy guapa, y el murmullo que se había formado en la clase mediante habían estado entrado más alumnos cesó de pronto. Todos lo chicos miraban la profesora sorprendidos. Esperaban que O'Conell fuera un hombre mayor, algún viejo mago.

-Hola, soy la profesora Roswitha O'Conell, vuestra profesora de Alquimia-se presentó-. Primero pasaré lista, ¡espero conseguir aprenderme los nombres a la primera!-miró la lista y dijo-: ¿sabéis qué?, voy a empezar por el final. Veamos... veamos... ¡Weasley, Ron!

-Parece simpática, ¿eh, Harry?¿qué te parece?, y además es guapa-susurró Ron mientras levantaba la mano.

-Potter, Harry-este alzó el brazo. La profesora continuaba diciendo nombres mientras Hermione repasaba en voz alta algunas mezclas-... Macmillan, Ernie...-parecía que O'Conell intentaba memorizarlos todos, como había dicho-... Granger, Hermione ¡Oh, pequeña, la profesora McGonagall me ha contado delicias de ti!-Padma Patil se enceló e hizo una gesticulación-... Finch-Fletchley, Justin... ¡ah, ahí estás! Continuó nombrando a los chicos, y por último pronunció:

-Abbott, Hannah-enrolló el pergamino y comenzó a hablar-: Todos sabéis que la Alquimia no es una asignatura muy divertida... ¡e incluso la compararéis con Pociones!-hizo un gesto de desagrado, que a todos hizo muchísima gracia- ... pero este año soy nueva, y voy a intentar que se haga algo más amena para vosotros, los principiantes. Así pues, dicho todo este rollo y palabrerío empecemos la clase: Quiero que me digáis lo que creéis que vamos a estudiar este año... ¡no vale si os lo han dicho vuestros hermanos mayores!... sí, Hermione, dí.

-Es... como la química muggle, ¿no?

-Así es, algo distinta, porque... no creo que los Muggles aprendan a hacer filtros de amor...-las chicas, y algún que otro chico, se alborotaron-ni, ¡por supuesto!, la laetitea, que como todos sabéis cura la tristeza... Hoy, primer día, empezaremos por la poción multijugos, que sirve para transformarse en otro ser vivo... ¿sí, qué ocurre Viernes?

-Que... que, profesora O'Conell, yo pensé que la poción multijugos la daríamos en pociones...

-No, preciosa, no. Y, por favor, quiero que todos me llaméis Ros, y yo os llamaré por vuestro nombre.

-Harry, ¿no te parece que tenga un acento extraño?-cuchicheó Ron.

-Sí, parece de... de algún país del mediterráneo... no sé...

-... en el país del cual provengo, Grecia, los profesores Muggles que yo tenía antes de enterarme de que era bruja, a todos los alumnos nos llamaban por nuestro nombre y yo haré eso mismo con vosotros...

-¿O'Conell no es inglés?-preguntó Ron.

-Casi, Ron, irlandés, como mi padre, pero mi madre era griega, y yo nací en su país.

-Y... perdona que me entrometa Ros... pero siento muchísima curiosidad... si usted... quiero decir, tú fuiste a un colegio Muggle, eso quiere decir que...

-No, Hermione, querida, mis dos padres son magos, pero hasta el día que cumplí once años no me enteré de ello, y estuve asistiendo a un colegio muggle. Esa era la última clase que tenían el viernes. Los chicos de quinto curso de Gryffindor subieron en tropel a la torre, para descansar y hacer deberes en la sala común. Todos los chicos se pusieron en una mesa a trabajar. Tenían que ir el lunes al menos uno de ellos transformado en otra persona. Neville era la persona menos indicada para mezclar ingredientes o prepararlos, así que lo eligieron para ser transformado.