Capítulo 5 .- Conversaciones nocturnas

- Ya basta Harry â€" dije con voz firme

La verdad es que no sé porque lo hice. No quería enfadarme con mis amigos por culpa de Malfoy, que a parte de ser desagradable conmigo, a penas lo conocía.

Pero fue un impulso que no pude reprimir.

Harry, Ron, Hermione, Fred y George me miraron extrañados, con cara de no comprender nada. Me habían estado contando un montón de cosas malas de Malfoy, pero yo nunca juzgo a nadie sin conocerlo y esa vez con Malfoy tampoco iba a hacer una excepción.

Vi que Draco también me miraba con ojos sorprendidos. En ese momento pensé que tal vez nadie hubiera hecho nunca nada para él y me inspiró una profunda lástima. Me dieron ganas de abrazarlo.

Entonces llegaron esos dos amigos gordos que tenía él

- Draco, llegó una carta para ti â€" dijo uno de ellos

Malfoy lo miró un momento y entonces asintió con la cabeza. Aún pude llegar a oír que mientras se alejaban el otro chico le preguntaba

- ¿Qué hacíais con los perdedores?

No llegué a escuchar lo que Malfoy le había respondido, pero dijo algo y los dos gordos se echaron a reír.

- ¿Por qué no dejaste que me burlara de Malfoy? â€" preguntó entonces Harry

- No está bien burlarse de la gente, Harry, y menos de algo que no ha hecho â€" dije yo

- Pero él cayó de la escoba.... â€" soltó una risita â€" Eso hace gracia aunque no quieras reírte

- Él no se cayó de la escoba, fui yo la que me caí, él me paró el golpe y se hizo daño por esto

- ¿Qué dices? â€" preguntó Harry sin entender nada

- ¿Tu en una escoba? â€" preguntó Hermione alarmada â€" No tienes el permiso de Dumbledore!!!

- ¿Malfoy te paró el golpe? ¿Seguro que no lo confundiste? â€" preguntó Ron

¡Cuantas preguntas! Entonces vi a Alicia y me pareció mi salvación. Fui directa a ella ignorando a los demás.

- ¿Dónde vas? â€" le pregunté

- Pues pensaba ir a la Sala Común un rato a echarle una hojeadita a un nuevo libro de quidditch que tengo. ¿Te apetece mirarlo conmigo?

El quidditch me encantaba, pero en este momento era lo último que me apetecía hacer.

- Creo que iré a dar un paseo cerca del lago â€" dije

- ¿Seguro? â€" me preguntó viéndome directamente a los ojos

- Claro! Pero me tendrás que prestar este libro ¿eh?

- Por supuesto! Cuando quieras me lo pides â€" me dijo muy contenta Alicia â€" Ah! Y después de medianoche no puede haber nadie fuera del castillo, recuerda esto

Así que pasé por mi habitación a coger una chaqueta y me dirigí a fuera. Necesitaba pensar un poco: había sido un gran cambio en mi vida en muy poco tiempo. Gente nueva, y sobretodo vida nueva.

Miré al cielo, era el mismo cielo de siempre, oscuro con estrellas y luna. Pero a pesar de esto a mi me hacía la impresión que yo estaba en otro mundo. Muy lejos de donde yo había crecido...

Entonces oí unas voces. Me acerqué silenciosamente a ver de que se trataba. Allí había Hagrid, Snape y dos hombres más que no reconocí

- Voldemort lo ha descubierto â€" dijo Snape

- Esto complica mucho las cosas... ¿No sabemos aún nada de él? â€" dijo uno de los hombres, que tenía la piel pálida y el pelo negro.

- Nada en absoluto. Y temo que Voldemort sea más rápido que nosotros descubriendo cosas acerca de esto â€" contestó el otro hombre, de pelo castaño

- Deberíamos consultar a Dumbledore antes de dar otro paso â€" dijo Hagrid â€" Estamos en una situación muy delicada

- ¿Cómo está Harry? â€" preguntó el hombre moreno

- Tranquilo Sirius, él está bien â€" contestó Hagrid

- Es cierto, mientras esté en Hogwarts nada malo va a pasarle. Está seguro aquí â€" agregó el hombre de cabellos castaños

- Se realista Remus! â€" exclamó Snape - Voldemort quiere venganza, y comenzará por él, y después le seguirá Harry, y después todos nosotros

- Vale más que vayamos al despacho de Dumbledore, aquí no es seguro hablar. Cualquiera nos podría oír â€" dijo el hombre al que habían llamado Sirius

Acto seguido me quedé asombrada al verlo transformar en un perro negro.

Se alejaron en dirección al castillo.

Yo me había quedado completamente atónita ante la conversación que acababa de escuchar. No había entendido absolutamente nada. Sólo que Harry estaba involucrado en el asunto y que estaba en peligro ¿lo sabría él? No sabía que hacer...

Seguí caminando con la intención de volver al castillo cuando me di cuenta de que había alguien solo sentado en la hierba cerca del lago. Al acercarme pude ver que era Malfoy que miraba un papel que tenía en la mano. Supuse que sería la carta que uno de sus amigos le había dicho que le había llegado.

Volteó al notar mi presencia

- Hola â€" dije con una sonrisa

- Hola â€" contestó él volviendo de nuevo su mirada al frente

- ¿Te importa que me siente aquí contigo un rato? â€" le pregunté

- Haz lo que quieras

Me senté a su lado. No hacía demasiada buena cara.

- ¿Malas noticias? â€" pregunté señalando la carta con un movimiento de cabeza

Escondió la carta rápidamente

- No te importa â€" contestó el fríamente

- De acuerdo... No me digas de que se trata si no quieres, pero sea lo que sea seguro que aunque ahora te parezca algo muy grave, mañana a la luz del día no te parecerá tan horrible â€" le di el consejo que mi madre siempre me daba cuando me preocupaba mucho una cosa

- No tienes ni idea... â€" me dijo él

- No tengo ni idea porque no me lo cuentas â€" dije yo

No sé porque, por más desagradable que pudiera ser Malfoy conmigo no desistía de querer hablar con él.

- No es asunto tuyo. Mis problemas son míos y de nadie más â€" dijo él

- Aunque los problemas sean sólo tuyos, siempre va bien hablar de ellos con un amigo

- ¿Un amigo? â€" soltó una carcajada â€" Yo no tengo amigos

Me pareció tan vulnerable....

- ¿Qué me dices de esos dos chicos?

- ¿Crabbe y Goyle? Venga ya! A ellos no les confiaría ni mis calzoncillos â€" dijo él

No sé porque me hizo mucha gracia esto y me eché a reír. Él me miró con una sonrisa también. Era la primera vez que le veía esa sonrisa, una sonrisa verdadera, ni sarcástica ni fingida

- ¿Qué ocurre? - preguntó

- Nada, sólo que me ha hecho gracia tu comentario â€" dije aún riendo

- Pues sólo he dicho la verdad... â€" dijo él encogiéndose de hombros

Nos quedamos unos momentos en silencio, mirando las estrellas.

- Creo que ya es hora de volver ¿no crees? â€" dije yo al fin

- Si, creo que si â€" dijo él levantándose y sacudiéndose la túnica

Yo hice lo mismo.

Caminamos juntos hasta el castillo y en la puerta nos despedimos

- Buenas noches â€" dije yo sonriendo

- Hasta mañana â€" dijo él y empezó a subir las escaleras

- Sí... Hasta mañana â€" murmuré yo

Y luego también me dirigí a mi habitación. No volví a pensar en la conversación que había oído. Al menos por esa noche.