Deseo

Por Hibari Zhang

Capítulo 4: "Continuando la búsqueda"

Al medio día después del almuerzo, Miyu caminaba en dirección hacia las afueras de la ciudad de Kyoto para dirigirse a Osaka y seguir buscando.

Iba con su capucha característica, su bolso de tela y su katana bajo la capa, de pronto la rodearon unos hombres extraños vestidos de negros: ninjas. Traían un medallón, el mismo medallón de aquella vez.

-¿Así que tú eres la que nos está buscando?- dijo uno de ellos que parecía ser el jefe.

No contestó, ni se molestó en moverse.

-¡Ataquen!

Todos atacaron pero Miyu los esquivó con gran facilidad.

-¡Sigan! ¡No bajen la guardia en ningún momento!

Las personas que transitaban por la calle se percataron del alboroto, gritaron y corrieron desesperados, algunos desafortunados salían heridos y otros muertos.

Uno de ellos rajó la capa de Miyu haciéndola caer y mostrando su cara pero la sombra de la chasquilla no dejaba ver sus ojos...

Todos se sorprendieron al verla.

-¡Pero si sólo es una niña!- exclamó uno sin poder creer que su jefe mayor lo había mandado a asesinar a una niña.

-¡No se engañen con su apariencia!- gritó el jefe- no es común que una niña esquive a un grupo de 12 ninjas expertos.

-¡¡Jajajaja!!- Miyu empezó a reírse a carcajadas.

-¡De que te ríes!

-Nunca me vencerán, por más expertos que sean, vengaré la muerte de mis amigos, de mis seres queridos, mataré a todos, estén directa o indirectamente involucrados con aquella masacre- levantó el rostro y mostró su mirada, una mirada que paralizó a todo el grupo y temblaron como una débil hojita, aquellos ojos pertenecían a los de un asesino, fríos, seguros, llenos de sed sangre...

-Vamos dame un beso, ¿Qué te pasa?

-No, no puedo, no debo seguir, ella no es ella, no claro que no, solo acepté por sus características físicas, son casi iguales a la de ella, su cabello, sus ojos, pero no el mismo brillo- de pronto unos sensuales labios lo sacó de sus pensamientos.

Calló el joven de espaldas sobre el pasto y esta se encaramó encima de él provocativamente...

-¿Que te pasa Lee?- preguntó con tono un tono divertido.

La empujó bruscamente para que se bajara de él.

-¡Ya basta!- se agachó y se agarró el cabello- ¡Basta de mentiras! ¡Basta!

-¿Te ocurre algo querido Lee?

-No nada ¡Sólo que ya no puedo más! Tú no eres Kenru- con el tiempo Lee se había vuelto más guapo, sus cabellos azulados y sus ojos marrones, un cuerpo masculino debido a los entrenamientos de un buen porte.

-¿Quién es Kenru?- sus ojos empezaron a empañarse lentamente- ¿No me amas?

-Creo que nunca lo hice...

-¿Pero... entonces por qué aceptaste salir conmigo...?

-Creo que es porque te parecías mucho a Kenru...

-Yo te amo- dijo la chica abrazándolo desesperada esperando a que este reaccionara bien.

-Perdóname Karín.

-Si mal no recuerdo, esa tal Kenru ¿Es una niña que desapareció hace seis años?

Solo asintió con la cabeza.

-¡Pero ella que tiene! ¡Ella ya desapreció, a lo mejor ya está muerta!

-¡¡NO TE ATREVAS A VOLVER A DECIR ESO!!- le gritó furioso Lee- mira que ella me hizo una promesa de volver, volver y aclararme sus sentimientos y ¡Volverá!

-Lo siento- mientras se sacaba un collar del cuello- entiendo...- murmuró- ¿Esto es el fin?- luego miró lo que se había quitado del cuello sobre la palma de la mano y sonrió- Este collar... la "K" no me pertenece, supongo que era de Kenru.

-Si- dijo tristemente- lo siento.

-Está bien- y salió corriendo mientras lloraba.

Levantó la mano para tirar el collar al río que estaba enfrente de él, pero algo o alguien lo detuvo.

-¿Quién es Ud.?

-¿Yo? Bueno solo pasaba por aquí y escuché su conversación- respondió un señor de no más de unos 39 años.

-Ya veo y ¿Qué quiere?

-Sólo pensé que estaría mal si abandonas tus esperanzas- mientras se sentaba al lado de él- ¿Sabes? Yo... una vez fui un tonto, un cobarde, nunca expresé mis sentimientos, y lo perdí todo, además cometí una locura.

-¿Qué le pasó?- preguntó curioso.

-Bueno sería bueno que alguien me escuchara después de todos estos 18 largos años:

Ambos amigos estaban caminando por la ciudad...

-Oye...- murmuró uno de cabellos rojos mientras agachaba su mirada con un leve rubor en las mejillas.

-¿Qué quieres?- contestó el otro con las manos en los bolsillos mordiendo una pequeña rama en la boca.

-Por fin he decidido comprarle el anillo de compromiso a ella.

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¿¡Cuándo?!- se sorprendió, pero luego apretó los puños y sintió unas enormes ganas de golpear algo.

-Bueno ayer junté ya lo suficiente... ¿Oye? ¿Dónde estás?- se volteó a buscar al joven pero no lo encontró.

-¡Maldito!- estaba cerca del río y golpeaba las rocas con su técnica Futae Nokiwami- ¡¿Por qué?! Siempre estuve apunto de decirle- apretó los puños nuevamente y recordó- aquella vez le regalé unos bocadillos, estuve apunto de confesarle lo que sentía pero... ¡Malditos nervios! Siempre terminaba inventando la excusa de querer que me prestara dinero... ¡¿Por qué soy tan cobarde en esto?!

Ya estaba atardeciendo cuando lo echaron de un bar, donde había tomado mucho y había perdido todo.

-Bien perdí todo, jaja, todo- decía mientras caminaba medio ebrio- iré a verla... si iré a verla...

Mientras pasaba cerca del dojo, la vio cerrar la puerta algo disgustada, la tomó de la muñeca, la arrastró y desde ahí perdió conciencia de todo...

-¿Luego que pasó señor?- preguntó intrigado Lee.

-Bueno recuerdo que...

Una chica con el cabello revuelto, tirada en el suelo desnuda, estaba llorando, más unos golpes en el cuerpo, mientras que él estaba ya medio vestido y miraba para todas partes era un estrecho callejón y no había nadie y se marchó.

-Al otro día entregué una nota y decía que me marchaba... pero en realidad nunca me marché de la ciudad, casi todos los días pasaba por aquel lugar. El primer día que pasé escuché gritos desesperados y uno de mis amigos salió muy rápido para luego volver con una doctora. Y así pasaron las semanas, luego los meses, me dolió tanto ver la boda, después pasó el tiempo y ella estaba embarazada, un día mi amigo murió, me partió el alma, después ocurrió lo peor... ella murió también...

-Lo siento mucho- dijo tristemente Lee, aunque le parecía conocida algunos personajes de la historia.

-No importa, después de unos años me enteré de algo que me dejó muy mal, el bebé que sobrevivió era... era... mi hija...

Lee estaba sorprendido.

-Pero años después en un paseo a otro lugar... ella nunca volvió... pero sé que ella no murió lo sé... solo desapareció...- se levantó mientras el joven aun permanecía pensativo y sin hacer ruido se marchó sintiéndose más aliviado.

-¡Oiga no me diga que Ud. es...!- pero no encontró a nadie a su lado- ¿Dónde?- luego pensó sintiendo una emoción extraña- ¡Estoy seguro que él es el padre biológico de Kenru!

Todos alrededor estaban tirados y muertos en el piso, excepto uno que le agarró el tobillo a Miyu, pero ella sin ninguna expresión en su rostro le cortó al instante la muñeca, el hombre lanzó un alarido desgarrador, unos segundos más tarde fue callado con la katana de la joven: se la enterró en la espalda justo en el corazón. Y sin una expresión de asco ni remordimiento se marchó.

Ya estaba atardeciendo, había jugado ya lo suficiente con esas personas cuando se aburrió: los mató en un instante, ahora quería un lugar para dormir, darse un baño y comer algo, eligió un lugar bueno y entró siempre con la mirada agachada para que no vieran sus ojos.

-¿Que desea señorita?- preguntó amablemente una mujer.

-Una habitación para una noche por favor.

-Claro enseguida, sígame por favor- la mujer la guió por la posada.

Entró a su habitación, dejó sus cosas y se fue al baño para poder relajarse, mañana se dirigiría al Osaka.

-¿Qué? ¿Los mataron a todos?

-Sí jefe los vi con mis propios ojos.

-¿Y quién sería capaz de matarlos?- luego pensó y murmuró- está detrás de nosotros, es peligroso... nunca habíamos tenido antes un enemigo capaz de derrotarnos de esa manera.

-No lo sé jefe pero era una niña de no más de unos 17 años.

-¡¿Cómo?! ¡¿De no más de 17 años?!

-¿Pero por qué rayos anda detrás de nosotros?

-No lo sé jefe...- y murmuró algo que no pudo oír nadie: "en ese instante me distraje"

-¡¿Cómo es posible de que no sepas?! ¡Eres uno de mis mejores espías!

De pronto se escuchó el leve arrastro de la puerta...

-¡Ah! Hijo eres tú...

-Padre no culpes a nuestro espía- mientras miraba al espía con una mirada fría, el hombre tragó saliva, luego le sonríe a su padre.

-Hijo siempre tú con esa sonrisa ¿Por qué no actúas más serio? Y dejas esa expresión relajada.

-No te preocupes padre, soy alguien especial...- mientras nuevamente miraba fríamente al espía, sin que su padre se diera cuenta.

-Está bien ¿Me traes noticias?

-Sí padre.- ambos miran al subordinado aún presente en la sala, el hombre mayor frunce el ceño y grita:

-¡¿Qué esperas?! ¡Ya vete!

-Sí jefe- y desapareció rápidamente el espía.

-¿Dime hijo?- y el joven se le acercó al oído y le dijo el plan.

-¿Qué te parece padre?

-Eres muy inteligente así podremos saber que esta planeando esa mocosa.

Miyu se sentía más tranquila, su mirada era casi normal, como la de cualquier otra persona, estos cambiaban sólo en momentos de adrenalina, en donde era provocada y su rabia la poseía, generalmente estaba así cuando no mataba.

Estaba enfrente del espejo cepillándose el cabello, cuando se miró a sí misma y se regaló unos ojos cargados de ternura...

-Aquellos tiempos...- pensaba- ya terminaron- unas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos- recuerdo a mis primeros mejores amigos Kotaro y Van pero los dos se marcharon del país cuando yo sólo tenía 9 años, luego apareció Hikaru pero terminó abandonándome por Megu... Hay algo que no recuerdo que es, siento un gran vacío dentro de mí cuando trato de acordarme ¿Qué es? ¡¿Qué es?!- y lanzó su cepillo de cabello lejos.

Se trenzó su largo cabello y se dispuso a dormir.

-¿Qué es lo que me falta? ¿Qué es lo que no recuerdo?- y con esos pensamientos se quedó dormida.

Tomó su desayuno tranquilamente, luego de unos 15 minutos ya había terminado y se marchó, caminaba con pasos relajados, se detuvo frente a una tienda, entró y empezó a mirar, se fijó en algo en especial y se quedó ahí:

-Que lindo- pensó observando el traje, Miyu tenía una leve obsesión por los kimonos.

-Disculpe sañorita- dijo una simpática vos sacándola de sus pensamientos- ¿Le gusta?

-¡Ah! Si claro.

-Tiene un muy buen gusto señorita.

-Gracias, quiero comprarlo.

-Le costará...- y le dijo el precio.

-Tome- y le pasó el dinero.

-¿Quiere probárselo?

-Esta bien- y entró con el traje al camarín.

Dentro del camarín empezó a desvestirse y se puso aquel traje, estaba hecha de una preciosa tela de color azul que combinaba perfectamente con sus ojos en aquellos momentos, con unas flores de cerezos, color rosa bordados y con un obi rosa igual. Se lo arregló un poco y abrió la parte de arriba para mostrar atrevidamente sus hombros, como siempre usaba un kimono desde pequeña.

-Esta cicatriz...- y se deslizó un dedo por una cicatriz hecha en una cruz, empezó a recordar la primera cicatriz, en como se la hizo y sus ojos volvieron llenos de odio y rencor, luego la segunda cicatriz, que fue hecha justo cruzando en la parte de la primera haciéndola formar una cruz, se la habían hecho justamente hace unos días en esa pequeña pelea de los doce ninjas, sus labios se curvaron levemente y sus ojos eran peores aún pero estaban escondidos debajo de la sombra que proyectaba su chasquilla- esta cicatriz llena mi corazón de más odio hacia esos asesinos- pensó y justo salía del camarín y se llevaba la espada envuelta en la tela morada con su bolso en donde llevaba todo lo demás.

Salió y se encontró con la misma señorita que la había atendido:

-Gracias por su compra- dijo esta con una amable sonrisa, mientras que se fijaba en la extraña cicatriz de la chica en el pecho izquierdo.

Miyu la miró con esos horribles ojos, indicándole sólo con la mirada que ya era suficiente...

La muchacha tembló por un momento y luego cayó sentada en el piso, un mechó suelto y rebelde resbaló por su cara y sus ojos llenos de terror por la visión que presenció hace unos pocos segundos antes de que la chica misteriosa ser retirara...

Un chico de cabellos negro azulado, sus ojos grises, de no más de unos 17 años y guapo, estaba empacando:

-Joven Chiaki- la llamaba una doncella.

-¿Si?- respondió este mientras que seguía empacando.

-Joven Chiaki ya todo está listo.

-Gracias, Feei.

-De nada joven- y se retira, mientras un leve rubor aparece en sus mejillas.

-Bien todo estará listo para seguir el plan- con esa últimas palabras levanta un pequeño bolso y se va.

Ya casi en las afueras de Kyoto, Miyu caminaba tranquilamente mientras sus ojos seguían llenos de furia, odio, rencor, tenia ganas de desahogar todo eso con... sangre... si sangre de sus víctimas... Empezó a mirar por todos lados buscando a alguien, pero ya a estas alturas del camino no había nadie, sólo veía un campo verde, pero de pronto divisó a unos policías, a 2 policías para ser exactos, en estos momentos ya no importaban quienes eran los que tendrían que morir, ya estaba en un caso extremo y necesitaba desahogarse.

Uno de ellos era de no más de 59 años y el otro era de unos 21 años, mucho más joven que el primero. Los 2 conversaban pero el más viejo sintió algo en el aire, algo que te traían horribles recuerdo, algo como lo de hace ¡¡34 años!!

-¿Quién eres tú?- se puso a la defensa.

-Veo que tienes mucha experiencia...- respondió Miyu.

-¿Qué pasa?- preguntó el más joven que no tenía tanta experiencia como el más viejo.

-¡¿Te pregunté quien eras?!

-¡Uy! Que genio...- Miyu habló nuevamente.

-¡Comandante, pero si ella es solo una niña! No se ponga así...- le dijo el más joven.

-¡Cállate! Tú no tienes mi experiencia, ella tiene algo que es diferente a una chica normal, mira, mira eso ojos, su expresión me parece muy familiar.

-¿Qué? ¿Cómo?- preguntó el despistado alumno.

-Que sabio... y que tonto.- se refirió Miyu primero al comandante y luego al chico joven.

-¡Ya sé! Sé a quien te pareces... te pareces... al antiguo: ¡¡"Hitoriki Battousai, Himura"!! El maestro de la espada asesina, Himura.

-¡Wuao que listo!- exclamó Miyu.

-La cicatriz en forma de cruz, la mirada...- seguía mirando el policía más viejo.

-Que pasa, ¿Hitoriki Battousai, Himura? ¿Quién es?- preguntó el joven policía.

-No es el lugar ni el tiempo para explicar esas cosas, ella es muy peligrosa y...- explicó el señor.

Pero no terminó por completo cuando Miyu empezó a atacar:

-Técnica: "Do Ryu Sen" Estilo: "Hiten Mitsurugi" – después de decir esas frases, la tierra se abre y va directo hacia el chico más joven, junto con el más viejo.

-¡¿Qué?! ¡¿Usa la técnica: "Hiten Mitsurugi"?!- exclamó el policía con más experiencia mientras apartaba rápidamente al joven.

Caen al suelo y el viejo se lastima el tobillo...

-No me digan que es la reencarnación de "Himura" mejor nos vamos.

Y ambos escaparon...

-Mi próxima víctima nunca jamás escapará, dejaré que ellos escapen así se hará más emocionante mi vida ¡Jajajajaja!- y rió estruendosamente.

Continuará...

Notas de la autora: Jejeje aquí estoy yo otra vez ¿Cómo andan todos? Jeje espero que bien y ojalá que los lectores les guste mi fic, pues no sé si puse demasiado suspenso, y ¿Realmente ese era el padre biológico de Kenru? Además ¿Qué pasará con los policías? ¿Que es lo que Kenru siente vacío?

Quisiera mandar un mensaje a mi queridísima amiga Crystal: Muchísimas gracias por animarme hoy (Domingo, 24 de Marzo del 2002)

¡¡Saludos a Marian!! ¿Si me ve por allí? Supongo que te habrás dado cuenta que metí a alguien especial por allí... a un personaje especial... mejor dicho solo al nombre del personaje especial ojalá que lo descubras...

EDIT 31-03-2008: corregido, re-redactado en algunas partes, hice lo que pude... ¡Era un asco escribiendo! No puedo creer que haya tenido el valor de publicarlo.

Avances del capítulo 5: "¡Peligro, la nueva Hitoriki Battousai, pánico en Osaka!"

Los policías que escaparon anunciaron el peligro pero nadie les cree, ya que en una época tan pacífica... excepto por los conocidos asesinos silenciosos, místicos: "El filo del Dragón" (así se llamaban esos asesinos de la familia de Kenru) no pueden creer que un Hitoriki Battousai surja así de la nada y tan de repente después de tantos años, además ¡Es tan solo una chica de no más de 17 años con semejanzas a Himura a ¡Hitoriki Battousai Himura! (la habilidad y la mirada de asesino) Pero se arrepienten mucho de no haber creído, ya que en Osaka cunde el pánico, un chico misterioso se une a Miyu de repente, quien sabe como... pero se dice ser el "RIVAL" de ella (y sus poderes son compatibles ¿Eh?).