Capítulo 4 .- La aventura del tesoro

Con el paso del tiempo, las cosas mejoraron mucho en el Bosque Negro. Los elfos mayores consiguieron echar a Sauron del bosque, y luego Legolas y yo tuvimos más libertad para ir a donde nos apetecía.

Recuerdo esa mañana... En menudo lío nos metimos esa vez!

Nosotros debíamos tener unos 130 años... (equivalente a 8 años en los mortales).

Saludé amistosamente a los guardias de la entrada del palacio

- ¡Hola Nandor! Te has despertado muy temprano hoy ¿eh?

- ¿Temprano? Pues no, como siempre. ¿Está Legolas despierto? - pregunté

- Si, lo vi hace un rato con su padre. Debe andar por ahí.

- ¡Gracias! – dije contento - ¡Hasta luego!

Entré corriendo, atravesando los jardines de palacio. Pues sí, en los últimos años había venido tan a menudo aquí que ya todos los sirvientes de palacio me conocían tan bien como al propio Legolas.

Empecé a entrar en varias habitaciones, pero Legolas no estaba en ninguna. Al abrir una puerta me encontré al rey Thranduil

- Buenos días Nandor – me saludó con una sonrisa

- Buenos días – dijo entrando en la habitación

El rey me caía muy bien. Y siempre que podía me pasaba a hablar un rato con él

- ¿Qué te trae por aquí tan pronto hoy?

- Pues que mi madre anda muy atareada y hoy no tengo clase de sindarín, y pensé venir a buscar a Legolas. Así podríamos ir por ahí - expliqué

- Creo que Legolas está en la biblioteca

Yo hice una mueca. Legolas era taaan intelectual... No era la primera vez que me lo encontraba en la biblioteca leyendo algún libro enormemente grueso.

Y en efecto, allí estaba Legolas, pero no estaba leyendo ningún libro enormemente grueso, sino que estaba examinando con mucho cuidado un viejo pergamino

- ¿Qué haces? - pregunté

- ¡Nandor! Ven acércate! – exclamó él haciendo un gesto con la mano

Al acercarme pude comprobar que lo que estaba mirando era un mapa.

- ¿Qué es esto? – pregunté sentándome a su lado

- Es un mapa que he encontrado dentro de un libro – me explicó

Me acerqué a observarlo. Lo que más destacaba eran unos versos escritos en el margen.

Alguien más grande que tu y que yo

Su gran tesoro escondió

El secreto de su exacta localización

Ahora está a tu disposición

Abrí los ojos con sorpresa.

- ¿Eso quiere decir que es el mapa de un tesoro? – pregunté sin poder acabar de creérmelo

- Por supuesto! Tenemos que ir a por él! – dijo Legolas muy animado con ese proposito

Observando el mapa me di cuenta que el lugar señalado con una X, estaba relativamente cerca del Bosque Negro, pero aún así, demasiado lejos como para que nosotros pudiésemos ir. Nunca conseguiríamos el permiso de nuestros padres para que nos dejaran salir de los limites del Bosque.

Eso mismo fue lo que le dije a Legolas.

- Si no nos dan permiso será cuestión de escaparnos – me contestó él

Yo lo miré completamente perplejo. ¿Lo había oído bien? Legolas, el elfo más responsable (para la edad que teníamos entonces) estaba sugiriendo que nos escapásemos! Luego pensándolo mejor creí poder entenderlo. Quería hacer algo contra las normas para variar. Yo lo podía hacer cuando quisiese (atendiéndome a los castigos de mi madre), pero él, debido a su condición de príncipe siempre tenía que hacer lo correcto, y eso cansaba bastante.

- Pero si no quieres venir conmigo no pasa nada. Iré yo solo – dijo Legolas

- Serás tonto! – exclamé – Eres mi mejor amigo! ¿Cómo quieres que te deje romper las normas a ti solo?

Legolas me sonrió y quedamos que cuando se ocultara el sol nos encontraríamos en nuestro rincón secreto del jardín, que era entre las ramas de un gran árbol, donde yo y Legolas habíamos construido una casita algún tiempo atrás (con la ayuda de mi papá)

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:- :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

Esa noche, cuando al fin le di las buenas noches a mi madre y me encerré en mi habitación, no tardé en salir por la ventana, y mientras caminaba en dirección a nuestro rincón secreto empecé a pensar en mi madre al descubrir que me había escapado.

La visión fue tan horrible que me detuve a medio camino, dudando si seguir o volver a mi habitación antes que mi madre se diera cuenta que lo que había dentro de mi cama eran algunos almohadones colocados de forma estratégica.... (que queréis! Yo era relativamente pequeño... Y aún me asustaban los castigos de mi madre!) Pero luego pensé en Legolas, y la forma en que le brillaban los ojos al pensar en encontrar el tesoro. Sabía exactamente porque lo hacía, quería que la gente de la Tierra Media lo recordara para siempre por algo que él hiciera. O sea, que quería ser un príncipe recordado por alguna gran hazaña.

Eso me decidió a continuar.

Cuando llegué a nuestro rincón secreto (la casita del árbol) Legolas ya estaba allí.

- Toma – dijo alargándome un arco – Te lo presto

Me sorprendió en lo máximo ver que se trataba del fabuloso arco de madera de mallorn de Lothlórien.

- ¿Por qué me das precisamente este a mi? – pregunté con asombro

- Ya te dije que mi preferido es este. Es el que manejo mejor. Y además se lo mucho que te gusta este

Dediqué a Legolas una enorme sonrisa mientras admiraba una vez más ese increíble arco. Entonces pensé como podía haber sido que en un principio pensase que Legolas era un mocoso mimado y que nunca en la vida podría llegar a ser su amigo. Me encogí de hombros incapaz de recordarlo

Bueno, y después de esto emprendimos el viaje.

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:- :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

Estábamos caminando con cuidado por el bosque. Era de noche y teníamos que ir con cuidado de no tropezar con nada. Poco a poco los ojos se nos fueron acostumbrando a la oscuridad.

Ninguno de los dos decía nada.

- ¿Crees que si encontramos el tesoro me recordarán por eso? – dijo Legolas al fin

- Por supuesto! - ¿Qué le tenía que decir? Era el gran sueño de Legolas.

En ese momento una dolorosa posibilidad pasó por mi mente: A mi no me recordarían por haber ayudado a Legolas a encontrarlo, de eso estaba seguro. Porque en cuanto mi madre se enterara de que yo no estaba en la cama me mataría y nunca jamás se volvería a oír hablar del pobrecito Nandor... Bueno, quizá alguien bondadoso me recordaría como el pobre mejor amigo del famoso príncipe Legolas que falleció a causa sucesos desconocidos.

- Es que a mi me gustaría que me recordasen por algo que yo haya echo. No solo por el echo de haber nacido príncipe, ¿me entiendes?

- Por supuesto! – puse ojos de comprensión mientras miraba a Legolas – Y seguro que lo conseguirás. Si no es por este tesoro seguro que harás algo en un futuro que hará que todos los de la Tierra Media y incluso los valar, vanyar y quienquiera que haya al otro lado del mar de recuerden.

Ya véis... Soy una especie de adivino... A veces doy miedo y todo...

Vi que con mis palabras había conseguido alegrar mucho a Legolas, y me sentí orgulloso de eso. Entonces pensé que al fin y al cabo, como que Legolas era el príncipe, y de alguna manera tenía más autoridad que mi madre, o sea que podría ordenar a mi madre que no me matase... (al menos eso esperaba...)

En ese momento llegamos al lugar marcado en el mapa. Empezamos a cavar en la tierra y al final sacamos una cajita. No era muy grande, pero podía muy bien contener un poco de oro o algo parecido.

Legolas la examinó dándole unas cuantas vueltas, intentando decidir cual era la mejor forma de abrirla.

Yo la tomé sin miramientos y la estampé contra el suelo. Se abrió al instante.... La cogimos con el corazón acelerado esperando encontrar montones de oro en el interior... Pero allí solo había unos trozos de pergamino. Nandor cogió uno de ellos, pensando que seguramente serían más indicaciones para encontrar el tesoro, pero eran solo unos poemas de amor.

- ¿Y...? – preguntó Legolas impaciente

- Son sólo unos estúpidos poemas de amor... – dije yo

- No es posible! – exclamó Legolas quitándome el papel de las manos. Leyó lo que ponía...

"Nienor mi tesoro

tus cabellos como el oro..."

Legolas rompió en mil pedazos el pergamino en un ataque de rabia. Yo no sabía que decir. Ahora mi madre me mataría sólo por unos estúpidos poemas de amor de un loco.

Participando en la obra que Legolas había empezado cogí el mapa y también lo rompí.

Luego nos miramos y nos empezamos a reír como locos, que siempre era mejor que llorar.

- Si nos echamos a correr aún tenemos una oportunidad de salvar el pellejo – dije yo

Corrimos todo lo que nos permitían nuestras piernas (o sea, no mucho pues aún teníamos las piernas cortas... )

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:- :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

Al llegar al bosque nos encontramos con que todos los que ahí vivían estaban con pequeñas antorchas recorriendo palmo a palmo el bosque... Nos estaban buscando.

- Somos elfos muertos... – dije yo al ver el panorama

- No aún... Ven... Tengo una idea – dijo Legolas

Crucé los dedos, esperando que la inteligencia de Legolas (superior a la mía), hubiera trazado algún plan brillante para sacarnos de ese lío. Lo seguí hasta llegar a nuestro rincón secreto, o sea a la casita del árbol.

- Si nos hacemos los dormidos ahí arriba, siempre podemos decir que nos subimos ahí un rato y que nos quedamos dormidos.. – dijo Legolas

Por un momento creí que estábamos salvados, pero al siguiente instante...

- Pero mi madre se pensaba que yo estaba en MI cama! – exclamé – Me matará igualmente!

- Pues yo ya le diré que yo te fui a buscar. Que tenía un problema del que teníamos que hablar urgentemente... – dijo Legolas

Yo asentí con la cabeza. Esa si que era una genial solución! Puesto que todo lo que decía Legolas le parecía perfecto, a mi madre. (las cosas que tiene ser príncipe... Que envidia!)

Así nos libramos de un buen lío. Esa vez si que los dos, durante un momento u otro de esa noche nos creímos muertos... Pero todo acabó con un

- Angelitos... – de mi madre cuando nos encontraron supuestamente "dormidos" en la casita del árbol.

¡Buf! ¡Esa vez si que nos salvamos por los pelos!

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:- :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

Bueno... Este si que me salió largo.... ¿Qué les ha parecido?

En el próximo.... Bilbo y los enanos llegan al Bosque Negro y nuestros dos elfos les espían desde los árboles, y les salvan en más de una ocasión.... ¿Quién os creéis que les preparó los barriles para que pudiera huír?

Esto y más en el próximo capítulo!!!

Dejen reviews por favor!!!

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:- :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-