CapÃtulo 5 .- Medianos y enanos
Ese dÃa andábamos muy ocupados preparando las cosas para el cercano gran dÃa del Bosque Negro (Legolas alcanzaba su mayorÃa de edad, o sea 300 años equivalentes a 18 en los hombres mortales). El cumpleaños de Legolas era dentro de 4 dÃas y personalmente no entendÃa el porque de tanto alboroto.
Bueno, pues como iba diciendo ese dÃa estaban todos muy ocupados preparando las cosas para el gran banquete en honor a Legolas y por eso, nadie a parte de mis padres se acordó que ese dÃa era mi cumpleaños (si, con Legolas sólo nos llevamos 4 dÃas de diferencia). Yo también cumplÃa los 300.
Hacia media mañana conseguà escabullirme y me fui corriendo a buscar a Legolas. Lo encontré en la biblioteca (¡que raro!)
- ¿Por fin te libraste de la organización de mi fiesta? â€" me preguntó sin levantar los ojos del libro
- Se supone que era una sorpresa y no debÃas saber nada de eso! ¿Quién te lo chivó?
- Escuché a mi padre hablando de eso. Por cierto, feliz cumpleaños
- Vaya! Te has acordado. ¡Gracias! â€" dije con una sonrisa
- Hasta tengo un regalo para ti
- Como sea un libro como el año pasado te lo tragas â€" dije en broma
- Tranquilo, este año me he ocupado yo mismo de él
- ¿Eso deberÃa tranquilizarme? â€" dije mirando el tocho de libro que Legolas seguÃa leyendo
- Para saber eso deberás esperar a que te lo de cuando vaya a la cena a la que me invitas esta noche â€" dijo Legolas sonriendo
Yo también sonreÃ. Era increÃble la manera como se auto invitaba... ¡Que cara más dura tenÃa!
- Eso quiere decir que aún no lo tienes â€" dije yo
- Eso quiere decir que tendrás que joderte y esperar â€" contestó él
Hay que ver como habÃa aprendido de mi ese elfo en 200 años... Mi madre a menudo se enfadaba conmigo y me decÃa que yo era una mala influencia para Legolas. Pero yo no le enseñaba nada que él no quisiera aprender...
- Bueno ¿vamos a dar una vuelta o me tendré que esperar aquà a que acabes el libro? Porque si es asà voy a echar raÃces.
Legolas cerró el libro
- ¡Anda vamos! Igualmente tampoco te callarÃas...
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Ese dÃa caminamos mucho. Ninguno de los dos tenÃa ganas de volver. Yo porque tendrÃa que seguir todas las indicaciones de mi madre para preparar lo de la fiesta y Legolas porque odiaba las fechas cercanas a su cumpleaños pues venÃan elfos de todas partes a felicitarle y a darle regalos. Cada cumpleaños llenaba una habitación de regalos, de los que yo podÃa escoger los que más me gustaban. Esa es una de las ventajas de tener un mejor amigo prÃncipe.
Sin darnos cuenta prácticamente llegamos a los lÃmites de la parte sur.
- Si que hemos andado! Un poco más y llegamos a Imladris ¿eh? â€" dije yo haciendo broma
- Shhh... â€" Legolas me hizo callar. Yo agudicé el oÃdo para ver de que se trataba, y entonces yo también pude oÃr voces.
Legolas y yo nos subimos a un árbol para ver de quien se trataba y nos sorprendimos al ver que eran trece enanos, otro hombrecillo que se veÃa mayor pero era tan o más bajo que los enanos, y un anciano te cabellos y barba plateados.
- ¿Quiénes son? â€" pregunté en un susurro.
- No tengo ni idea â€" respondió Legolas en el mismo tono de voz que yo
Entonces el anciano de cabellos plateados se despidió del resto y se fue dejándolos solos frente a la entrada del bosque. Acto seguido se empezaron a internar en él por el sendero.
- ¡Enanos en el bosque! â€" exclamé sin acabar de creérmelo
- Si mi padre los pilla no me puedo imaginar que les va a hacer... â€" dijo Legolas.
- ¿Entonces les ayudamos? â€" dije pensando que ya no venÃa de un lÃo en el que me metiera.
- Pero si mi padre se entera de que hemos ayudado a unos enanos a cruzar el bosque nos va a matar a nosotros! â€" exclamó Legolas
- Si, pero tu padre no se va a enterar â€" dije con una sonrisa â€" Anda! Vamos a seguirles!
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Durante los dÃas que siguieron, Legolas y yo descubrimos varias cosas acerca del grupo. Los espiábamos todo el rato que podÃamos escondidos entre las hojas de los árboles.
Descubrimos los nombres de los enanos : Dwalin, Balin, Kili, Fili, Dori, Nori, Ori, Oin, Gloin, Bifur, Bofur, Bombur y Thorin.
Pero del otro, el más bajito, solo supieron que se llamaba Bilbo.
- Un enano seguro que no es â€" dije yo durante un rato de deliberaciones
- ¿No oÃste algo asà como sobre un hobbit? â€" preguntó Legolas
- ¿Hobbit? Nunca he oÃdo a hablar de algo que se llamara asÃ. â€" dije yo
- Bueno, eso podemos buscarlo en la biblioteca â€" dijo Legolas
- Oh no... Legolas... ¿No hay otra solución? â€" dije yo
- ¿Qué es lo que tienes en contra de la biblioteca? â€" me preguntó él
- Primero que hay montones de libros, y yo odio leer... No le encuentro ningún sentido. Bueno solo me gusta leer aventuras de elfos matando arañas u orcos. Esas cosas que tienen emoción. Y luego porque en la biblioteca se tiene que estar callado...
- Claro, y para ti es imposible quedarte callado â€" dijo Legolas burlonamente
- Mira, tu vete a buscar lo de los hobbits a la biblioteca que yo voy a ver si mi madre necesita ayuda con algo â€" dije yo intentando escaquearme de empezar a buscar en libros.
- Está bien! â€" dijo Legolas echándose a reÃr â€" Luego paso a buscarte por tu casa y nos vamos a la cena. (Ese dÃa era el del cumpleaños de Legolas)
Ah! Por cierto, al final el regalo que tenÃa para mi, era ese arco de Lothlórien que tanto me gustaba. Al final me lo regaló porque él no lo usaba.
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- ¡Nandor! ¿Dónde te habÃas metido? Tienes que arreglarte para la fiesta de Legolas! â€" mi madre no habÃa cambiado. Aún se creÃa que yo tenÃa 100 años....
- Estaba con Legolas â€" contesté sin muchas ganas de hablar con ella
- O sea que estabas distrayendo al prÃncipe Legolas de sus obligaciones justamente hoy... â€" mi madre puso su tono amenazante
- No estaba distrayendo al prÃncipe Legolas. Sólo fui a dar una vuelta con mi mejor amigo. ¿Hasta por eso me tienes que regañar? â€" dije yo harto ya de que siempre me diesen la culpa de todo
- Es igual... ¿Qué te vas a poner? â€" me preguntó
- ¿Es que me tengo que cambiar? â€" eché un vistazo a mi ropa. Me la habÃa puesto limpia ese dÃa y no me habÃa ensuciado ni nada subiendo a los árboles
- ¿por qué te pareces tanto a tu padre? â€" dijo mi madre en un suspiro
Entonces yo me fui, porque cuando mi madre empieza asà no hay quién la aguante. No se como se lo hace, pero aún ahora la culpa de todo la tenemos o yo o mi padre... Ella no, siempre es perfecta... Bueno, supongo que le da rabia que yo no haya salido más parecido a ella.
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Más tarde, Legolas pasó a buscarme. Yo ya estaba cambiado y a punto para salir (sÃ, al final mi madre se salió con la suya y me hizo cambiar de ropa...)
La cena iba bien... Aunque decir bien es solo una manera de hablar. La cena era tan aburrida como cualquier cena con elfos puede ser (dejando a parte las que hacÃamos Legolas y yo que no tenÃan nada que ver). Cualquiera decÃa una tonterÃa cualquiera y los demás reÃan.
Vi que Legolas me miraba y entonces comprendà que estaba tan aburrido como yo, aunque él estaba más acostumbrado que yo a todas estas cenas (por lo de ser prÃncipe y eso...)
Y entonces algo interrumpió la cena: los enanos y Bilbo vinieron corriendo pidiendo comida creà entender. Entonces todos los elfos de alrededor apagaron las luces y recogieron todo con aquella rapidez que sólo tenemos los elfos.
- Ahora si que la han hecho buena... â€" le dije a Legolas mientras corrÃamos junto al resto de la gente.
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Más tarde nos enteramos de que habÃan capturado a uno de los enanos: Thorin Escudo de Roble.
- Papá... Yo no creo que sean malos, solo que se perdieron en el bosque y andaban hambrientos. Tampoco es para tanto â€" dijo Legolas cuando él y yo fuimos a negociar con el Rey Thranduil la libertad del enano
- Te aseguro que no te comprendo hijo! Los enanos han sido nuestro enemigos mortales! Y además estropearon tu cena de cumpleaños, y otros elfos me han contado que también interrumpieron sus cenas. Si eso no merece que los encerremos... â€" nunca habÃa visto al rey con un porte tan orgulloso y real... Hasta daba miedo
- Pero majestad, estoy seguro de que si les enseñamos la salida nos lo agradecerán. Y no nos molestarán nunca más â€" dije yo para ayudar a Legolas
- Son enanos y por tanto no es nuestro deber ayudarles â€" respondió el rey
- Eso de la enemistad entre nosotros es una tonteria! â€" exclamó Legolas
- No es ninguna tonteria. De echo el enano que tenemos capturado se niega a decirnos porque estaban en el bosque. â€" dijo el rey
- Bueno yo creo que saber de sus asuntos personales no nos ayudarÃa de mucho â€" dije yo
- En cuanto entraron en el bosque, sus asuntos ya no son privados! Y no hay nada más que hablar! Si queréis id a ayudar a capturar a los demás enanos, si no, no molestéis más
Legolas y yo nos marchamos de allà con la sensación de ser algo muy insignificante. Algo que no nos ocurrÃa desde que éramos pequeños.
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Al final si que consiguieron capturar a todos los enanos. Se ve que habÃan sido atacados por las asquerosas arañas y que a los elfos no les costó demasiado echarles las manos encima.
- No tienen al hobbit! â€" exclamó Legolas al dÃa siguiente entrando corriendo en mi casa mientras yo estaba desayunando(por suerte mi madre no estaba)
- ¿No? ¿Y donde está? - pregunté
- Pues no sé. Creo que sabe algún tipo de magia para hacerse invisible. Ven, iremos de escondidas a las mazmorras. A ver si allà nos enteramos de algo más
Tuvimos mucho cuidado en pasar inadvertidos por los guardias de las entradas de las mazmorras y una vez allà empezamos a buscar las celdas de los enanos. Entonces yo vi al hobbit. Agarré a Legolas del brazo para hacerle detener.
- Mira! Es Bilbo! â€" exclamé señalando hacia donde estaba el hombrecillo
- ¿Dónde? â€" vi que Legolas miraba exactamente en la dirección que yo señalaba
- Venga ya! AllÃ, al lado del barril! â€" creà que me estaba tomando el pelo
- Nandor... No hay nadie junto al barril
Volvà a mirar, y allà estaba el hobbit. Lo veÃa tan claramente que me parecÃa extraño que nadie más lo pudiera ver.
- Si no es que... â€" Legolas parecÃa pensar â€" Tu puedas verlo cuando para el resto de la gente es invisible.
Al fin y al cabo esa era la única explicación razonable asà que a partir de ahà yo me encargué de vigilar a Bilbo de cerca.
Vi como el hobbit iba descubriendo las distintas celdas de los enanos y entendà que tramaba un complicado plan para escapar: pretendÃa esconder a todos dentro de los barriles vacÃos de vino cuando fuesen devueltos a los que el proporcionaban. Era un plan suicida, nunca conseguirÃan salirse con él... Y eso mismo le conté a Legolas
- Si no es que tu les ayudas â€" dijo él
- ¿Yo? ¿Por qué aquà siempre soy yo el que se mete en lÃos? ¿Y tu que?
- Yo tengo otra cena esta noche â€" dijo él
- Pues no lo hacemos esta noche y listos â€" dije yo viéndolo todo muy claro
- El cambio de barriles es esta noche. Lo intentarán esta noche. Piensa en algo Nandor, ahora me tengo que ir. Adiós!
Y allà me quedé yo, con todo el peso de la misión sobre mis hombros y metido en otro lÃo...
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Y hay que ver como me concentro para pensar cuando quiero... Al cabo de poco rato tenÃa mi propio plan para que el de Bilbo saliera bien.
Primero me dirigà a la bodega y preparé 13 barriles suficientemente grandes para que 13 enanos se metieran en ellos.
Luego fui a encontrar al mayordomo del rey que era el encargado de la bodega esa noche.
- ¡Buenas noches Galion! â€" le saludé recostado en una de las paredes y cruzado de brazos.
- Ah! Hola Nandor. ¿Qué hay? â€" dijo el mayordomo sorprendido de encontrarme allÃ.
- Toma â€" le alargué una botella de vino â€" Este vino acaba de llegar y cogà una botella sólo para ti. Es exquisito. Compártela con quien quieras.
Y luego me marché. Lo que no sabÃa el viejo mayordomo Galion es que dentro de la botella yo le habÃa echado unas hierbas que crecÃan en la parte norte del bosque y que te hacÃan venir sueño.
Entonces lo dejé todo a manos de Bilbo. TendrÃa el guardia dormido y a punto para cogerle las llaves de las celdas de los enanos y los barriles a punto.
Me fui a fuera donde controlaban la salida de los barriles por el rÃo.
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Más tarde los barriles llegaron hasta donde estaba yo. HabÃa algunos que iban más hundidos que otros, supongo porque llevarÃan algunos enanos dentro. Y entonces vi que Bilbo no estaba dentro de ningún barril, sino agarrado encima de uno. Recé porque en aquellos momentos fuese invisible. Y asà debÃa serlo, porque nadie pareció notarlo.
- ¡Es una carga pesada! â€" gruñÃan algunos â€" Flotan muy bajos... algunos no están del todo vacÃos. Si hubiese llegado a la luz del dÃa podrÃamos haberles echado una ojeada.
- ¡Ya no hay tiempo! â€" grité yo desesperado - ¡Empujad!
Por suerte me hicieron caso. Vi como los barriles se alejaban por el RÃo del Bosque.
HabÃan escapado de las mazmorras del rey y habÃan atravesado el bosque, pero si vivos o muertos, yo no lo podÃa saber. Siempre confié en que salieran bien de esa aventura....
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Buf! Que largo se me hizo este capÃtulo! Creo que me pasé un poco... Pero es que lo de Bilbo y los enanos fue más largo de lo que me esperaba.
Espero que les haya gustado... ¿No parecÃa que hubiese sido Nandor el que lo hizo todo para ayudar a Bilbo eh? Y también puede ver a la gente aun con el anillo puesto. Y parecÃa poca cosa Nandor...
Bueno, dejen reviews!!!!
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Ese dÃa andábamos muy ocupados preparando las cosas para el cercano gran dÃa del Bosque Negro (Legolas alcanzaba su mayorÃa de edad, o sea 300 años equivalentes a 18 en los hombres mortales). El cumpleaños de Legolas era dentro de 4 dÃas y personalmente no entendÃa el porque de tanto alboroto.
Bueno, pues como iba diciendo ese dÃa estaban todos muy ocupados preparando las cosas para el gran banquete en honor a Legolas y por eso, nadie a parte de mis padres se acordó que ese dÃa era mi cumpleaños (si, con Legolas sólo nos llevamos 4 dÃas de diferencia). Yo también cumplÃa los 300.
Hacia media mañana conseguà escabullirme y me fui corriendo a buscar a Legolas. Lo encontré en la biblioteca (¡que raro!)
- ¿Por fin te libraste de la organización de mi fiesta? â€" me preguntó sin levantar los ojos del libro
- Se supone que era una sorpresa y no debÃas saber nada de eso! ¿Quién te lo chivó?
- Escuché a mi padre hablando de eso. Por cierto, feliz cumpleaños
- Vaya! Te has acordado. ¡Gracias! â€" dije con una sonrisa
- Hasta tengo un regalo para ti
- Como sea un libro como el año pasado te lo tragas â€" dije en broma
- Tranquilo, este año me he ocupado yo mismo de él
- ¿Eso deberÃa tranquilizarme? â€" dije mirando el tocho de libro que Legolas seguÃa leyendo
- Para saber eso deberás esperar a que te lo de cuando vaya a la cena a la que me invitas esta noche â€" dijo Legolas sonriendo
Yo también sonreÃ. Era increÃble la manera como se auto invitaba... ¡Que cara más dura tenÃa!
- Eso quiere decir que aún no lo tienes â€" dije yo
- Eso quiere decir que tendrás que joderte y esperar â€" contestó él
Hay que ver como habÃa aprendido de mi ese elfo en 200 años... Mi madre a menudo se enfadaba conmigo y me decÃa que yo era una mala influencia para Legolas. Pero yo no le enseñaba nada que él no quisiera aprender...
- Bueno ¿vamos a dar una vuelta o me tendré que esperar aquà a que acabes el libro? Porque si es asà voy a echar raÃces.
Legolas cerró el libro
- ¡Anda vamos! Igualmente tampoco te callarÃas...
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Ese dÃa caminamos mucho. Ninguno de los dos tenÃa ganas de volver. Yo porque tendrÃa que seguir todas las indicaciones de mi madre para preparar lo de la fiesta y Legolas porque odiaba las fechas cercanas a su cumpleaños pues venÃan elfos de todas partes a felicitarle y a darle regalos. Cada cumpleaños llenaba una habitación de regalos, de los que yo podÃa escoger los que más me gustaban. Esa es una de las ventajas de tener un mejor amigo prÃncipe.
Sin darnos cuenta prácticamente llegamos a los lÃmites de la parte sur.
- Si que hemos andado! Un poco más y llegamos a Imladris ¿eh? â€" dije yo haciendo broma
- Shhh... â€" Legolas me hizo callar. Yo agudicé el oÃdo para ver de que se trataba, y entonces yo también pude oÃr voces.
Legolas y yo nos subimos a un árbol para ver de quien se trataba y nos sorprendimos al ver que eran trece enanos, otro hombrecillo que se veÃa mayor pero era tan o más bajo que los enanos, y un anciano te cabellos y barba plateados.
- ¿Quiénes son? â€" pregunté en un susurro.
- No tengo ni idea â€" respondió Legolas en el mismo tono de voz que yo
Entonces el anciano de cabellos plateados se despidió del resto y se fue dejándolos solos frente a la entrada del bosque. Acto seguido se empezaron a internar en él por el sendero.
- ¡Enanos en el bosque! â€" exclamé sin acabar de creérmelo
- Si mi padre los pilla no me puedo imaginar que les va a hacer... â€" dijo Legolas.
- ¿Entonces les ayudamos? â€" dije pensando que ya no venÃa de un lÃo en el que me metiera.
- Pero si mi padre se entera de que hemos ayudado a unos enanos a cruzar el bosque nos va a matar a nosotros! â€" exclamó Legolas
- Si, pero tu padre no se va a enterar â€" dije con una sonrisa â€" Anda! Vamos a seguirles!
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Durante los dÃas que siguieron, Legolas y yo descubrimos varias cosas acerca del grupo. Los espiábamos todo el rato que podÃamos escondidos entre las hojas de los árboles.
Descubrimos los nombres de los enanos : Dwalin, Balin, Kili, Fili, Dori, Nori, Ori, Oin, Gloin, Bifur, Bofur, Bombur y Thorin.
Pero del otro, el más bajito, solo supieron que se llamaba Bilbo.
- Un enano seguro que no es â€" dije yo durante un rato de deliberaciones
- ¿No oÃste algo asà como sobre un hobbit? â€" preguntó Legolas
- ¿Hobbit? Nunca he oÃdo a hablar de algo que se llamara asÃ. â€" dije yo
- Bueno, eso podemos buscarlo en la biblioteca â€" dijo Legolas
- Oh no... Legolas... ¿No hay otra solución? â€" dije yo
- ¿Qué es lo que tienes en contra de la biblioteca? â€" me preguntó él
- Primero que hay montones de libros, y yo odio leer... No le encuentro ningún sentido. Bueno solo me gusta leer aventuras de elfos matando arañas u orcos. Esas cosas que tienen emoción. Y luego porque en la biblioteca se tiene que estar callado...
- Claro, y para ti es imposible quedarte callado â€" dijo Legolas burlonamente
- Mira, tu vete a buscar lo de los hobbits a la biblioteca que yo voy a ver si mi madre necesita ayuda con algo â€" dije yo intentando escaquearme de empezar a buscar en libros.
- Está bien! â€" dijo Legolas echándose a reÃr â€" Luego paso a buscarte por tu casa y nos vamos a la cena. (Ese dÃa era el del cumpleaños de Legolas)
Ah! Por cierto, al final el regalo que tenÃa para mi, era ese arco de Lothlórien que tanto me gustaba. Al final me lo regaló porque él no lo usaba.
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- Estaba con Legolas â€" contesté sin muchas ganas de hablar con ella
- O sea que estabas distrayendo al prÃncipe Legolas de sus obligaciones justamente hoy... â€" mi madre puso su tono amenazante
- No estaba distrayendo al prÃncipe Legolas. Sólo fui a dar una vuelta con mi mejor amigo. ¿Hasta por eso me tienes que regañar? â€" dije yo harto ya de que siempre me diesen la culpa de todo
- Es igual... ¿Qué te vas a poner? â€" me preguntó
- ¿Es que me tengo que cambiar? â€" eché un vistazo a mi ropa. Me la habÃa puesto limpia ese dÃa y no me habÃa ensuciado ni nada subiendo a los árboles
- ¿por qué te pareces tanto a tu padre? â€" dijo mi madre en un suspiro
Entonces yo me fui, porque cuando mi madre empieza asà no hay quién la aguante. No se como se lo hace, pero aún ahora la culpa de todo la tenemos o yo o mi padre... Ella no, siempre es perfecta... Bueno, supongo que le da rabia que yo no haya salido más parecido a ella.
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Más tarde, Legolas pasó a buscarme. Yo ya estaba cambiado y a punto para salir (sÃ, al final mi madre se salió con la suya y me hizo cambiar de ropa...)
La cena iba bien... Aunque decir bien es solo una manera de hablar. La cena era tan aburrida como cualquier cena con elfos puede ser (dejando a parte las que hacÃamos Legolas y yo que no tenÃan nada que ver). Cualquiera decÃa una tonterÃa cualquiera y los demás reÃan.
Vi que Legolas me miraba y entonces comprendà que estaba tan aburrido como yo, aunque él estaba más acostumbrado que yo a todas estas cenas (por lo de ser prÃncipe y eso...)
Y entonces algo interrumpió la cena: los enanos y Bilbo vinieron corriendo pidiendo comida creà entender. Entonces todos los elfos de alrededor apagaron las luces y recogieron todo con aquella rapidez que sólo tenemos los elfos.
- Ahora si que la han hecho buena... â€" le dije a Legolas mientras corrÃamos junto al resto de la gente.
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Más tarde nos enteramos de que habÃan capturado a uno de los enanos: Thorin Escudo de Roble.
- Papá... Yo no creo que sean malos, solo que se perdieron en el bosque y andaban hambrientos. Tampoco es para tanto â€" dijo Legolas cuando él y yo fuimos a negociar con el Rey Thranduil la libertad del enano
- Te aseguro que no te comprendo hijo! Los enanos han sido nuestro enemigos mortales! Y además estropearon tu cena de cumpleaños, y otros elfos me han contado que también interrumpieron sus cenas. Si eso no merece que los encerremos... â€" nunca habÃa visto al rey con un porte tan orgulloso y real... Hasta daba miedo
- Pero majestad, estoy seguro de que si les enseñamos la salida nos lo agradecerán. Y no nos molestarán nunca más â€" dije yo para ayudar a Legolas
- Son enanos y por tanto no es nuestro deber ayudarles â€" respondió el rey
- Eso de la enemistad entre nosotros es una tonteria! â€" exclamó Legolas
- No es ninguna tonteria. De echo el enano que tenemos capturado se niega a decirnos porque estaban en el bosque. â€" dijo el rey
- Bueno yo creo que saber de sus asuntos personales no nos ayudarÃa de mucho â€" dije yo
- En cuanto entraron en el bosque, sus asuntos ya no son privados! Y no hay nada más que hablar! Si queréis id a ayudar a capturar a los demás enanos, si no, no molestéis más
Legolas y yo nos marchamos de allà con la sensación de ser algo muy insignificante. Algo que no nos ocurrÃa desde que éramos pequeños.
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Al final si que consiguieron capturar a todos los enanos. Se ve que habÃan sido atacados por las asquerosas arañas y que a los elfos no les costó demasiado echarles las manos encima.
- No tienen al hobbit! â€" exclamó Legolas al dÃa siguiente entrando corriendo en mi casa mientras yo estaba desayunando(por suerte mi madre no estaba)
- ¿No? ¿Y donde está? - pregunté
- Pues no sé. Creo que sabe algún tipo de magia para hacerse invisible. Ven, iremos de escondidas a las mazmorras. A ver si allà nos enteramos de algo más
Tuvimos mucho cuidado en pasar inadvertidos por los guardias de las entradas de las mazmorras y una vez allà empezamos a buscar las celdas de los enanos. Entonces yo vi al hobbit. Agarré a Legolas del brazo para hacerle detener.
- Mira! Es Bilbo! â€" exclamé señalando hacia donde estaba el hombrecillo
- ¿Dónde? â€" vi que Legolas miraba exactamente en la dirección que yo señalaba
- Venga ya! AllÃ, al lado del barril! â€" creà que me estaba tomando el pelo
- Nandor... No hay nadie junto al barril
Volvà a mirar, y allà estaba el hobbit. Lo veÃa tan claramente que me parecÃa extraño que nadie más lo pudiera ver.
- Si no es que... â€" Legolas parecÃa pensar â€" Tu puedas verlo cuando para el resto de la gente es invisible.
Al fin y al cabo esa era la única explicación razonable asà que a partir de ahà yo me encargué de vigilar a Bilbo de cerca.
Vi como el hobbit iba descubriendo las distintas celdas de los enanos y entendà que tramaba un complicado plan para escapar: pretendÃa esconder a todos dentro de los barriles vacÃos de vino cuando fuesen devueltos a los que el proporcionaban. Era un plan suicida, nunca conseguirÃan salirse con él... Y eso mismo le conté a Legolas
- Si no es que tu les ayudas â€" dijo él
- ¿Yo? ¿Por qué aquà siempre soy yo el que se mete en lÃos? ¿Y tu que?
- Yo tengo otra cena esta noche â€" dijo él
- Pues no lo hacemos esta noche y listos â€" dije yo viéndolo todo muy claro
- El cambio de barriles es esta noche. Lo intentarán esta noche. Piensa en algo Nandor, ahora me tengo que ir. Adiós!
Y allà me quedé yo, con todo el peso de la misión sobre mis hombros y metido en otro lÃo...
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Y hay que ver como me concentro para pensar cuando quiero... Al cabo de poco rato tenÃa mi propio plan para que el de Bilbo saliera bien.
Primero me dirigà a la bodega y preparé 13 barriles suficientemente grandes para que 13 enanos se metieran en ellos.
Luego fui a encontrar al mayordomo del rey que era el encargado de la bodega esa noche.
- ¡Buenas noches Galion! â€" le saludé recostado en una de las paredes y cruzado de brazos.
- Ah! Hola Nandor. ¿Qué hay? â€" dijo el mayordomo sorprendido de encontrarme allÃ.
- Toma â€" le alargué una botella de vino â€" Este vino acaba de llegar y cogà una botella sólo para ti. Es exquisito. Compártela con quien quieras.
Y luego me marché. Lo que no sabÃa el viejo mayordomo Galion es que dentro de la botella yo le habÃa echado unas hierbas que crecÃan en la parte norte del bosque y que te hacÃan venir sueño.
Entonces lo dejé todo a manos de Bilbo. TendrÃa el guardia dormido y a punto para cogerle las llaves de las celdas de los enanos y los barriles a punto.
Me fui a fuera donde controlaban la salida de los barriles por el rÃo.
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Más tarde los barriles llegaron hasta donde estaba yo. HabÃa algunos que iban más hundidos que otros, supongo porque llevarÃan algunos enanos dentro. Y entonces vi que Bilbo no estaba dentro de ningún barril, sino agarrado encima de uno. Recé porque en aquellos momentos fuese invisible. Y asà debÃa serlo, porque nadie pareció notarlo.
- ¡Es una carga pesada! â€" gruñÃan algunos â€" Flotan muy bajos... algunos no están del todo vacÃos. Si hubiese llegado a la luz del dÃa podrÃamos haberles echado una ojeada.
- ¡Ya no hay tiempo! â€" grité yo desesperado - ¡Empujad!
Por suerte me hicieron caso. Vi como los barriles se alejaban por el RÃo del Bosque.
HabÃan escapado de las mazmorras del rey y habÃan atravesado el bosque, pero si vivos o muertos, yo no lo podÃa saber. Siempre confié en que salieran bien de esa aventura....
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Buf! Que largo se me hizo este capÃtulo! Creo que me pasé un poco... Pero es que lo de Bilbo y los enanos fue más largo de lo que me esperaba.
Espero que les haya gustado... ¿No parecÃa que hubiese sido Nandor el que lo hizo todo para ayudar a Bilbo eh? Y también puede ver a la gente aun con el anillo puesto. Y parecÃa poca cosa Nandor...
Bueno, dejen reviews!!!!
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