Capítulo 8 .- Viaje a Ithilien

- ¿A Ithilien dices? – no acababa de entender lo que Legolas me estaba diciendo - ¿Acabas de regresar a casa después de un largo viaje y te quieres volver a ir?

- Necesito viajar Nandor... – me explicó él – Además le haremos un favor a Faramir. Me gustaría que vinieses conmigo

- Por supuesto que vengo – dije con un suspiro – La última vez que te marchaste sólo ya ves donde te metiste... Esta vez no te marchas solo!

- Contaba con que me acompañarías – dijo Legolas sonriendo

Así es como me encontré, al día siguiente con todo mi equipaje cargado. Legolas ya estaba montado en Arod, el caballo que trajo consigo de su "aventura" como él la llamaba. Yo cogí a mi viejo y fiel caballo Antani.

Nos acompañaron varios elfos más.

En tres días llegamos a Ithilien.

- "Que horrible lugar" – pensé mirando a los alrededores

- Fue morada de orcos por mucho tiempo – me explicó Legolas como si estuviera leyendo mis pensamientos

- Este lugar es deprimente para vivir... – murmuré desmontando

- Tranquilo. Precisamente estamos aquí para esto. En pocos meses convertiremos este lugar en uno de los más bonitos de toda la Tierra Media – me dijo Legolas

- Eso significa trabajar mucho – dije dando unos pasos hacia atrás para contemplar mejor el horrible paisaje y arrugué la nariz en expresión de desaprobación. Las casas tenían las fachadas pintadas de colores oscuros, a duras penas si había vegetación, y la poca que había tenía aspecto enfermizo. No se oían pájaros cantar ni mariposas revoloteando por los alrededores...

- Anda Nandor! Vamos a avisar a Faramir y a Eowyn que hemos llegado – dijo Legolas agarrándome de un brazo.

- ¿Y quien son exactamente? - pregunté

- A ver... Yo ya te he hablado de Boromir que estaba en la Comunidad conmigo ¿verdad? – dijo Legolas

- Si... Al que mataron los orcos – dije recordando.

- Exacto. Pues Faramir es su hermano pequeño, y Eowyn es una dama de Rohan que se hizo pasar por un guerrero durante la Batalla de los Campos de Pelennor y con la ayuda de Merry acabó con el jefe de los Nazgûl

- ¿En serio? – no podía llegar a imaginar como una dama podía haber echo eso. Yo me vería incapaz de siquiera acercarme a uno de esos Nazgûl...

- En serio... Ahora la conocerás

Me imaginaba a Eowyn una mujer alta y bastante corpulenta, por lo que cuando la vi me llevé una sorpresa: no me podía haber llegado a pasar nunca por la cabeza que fuera una mujer delgadita, de larga melena rubia y adorables ojos azules.

- Me alegra de que hayáis venido a ayudarnos a arreglar de nuevo estas tierras – dijo con una sonrisa – Me temo que Faramir está de viaje a Minas Tirith. De momento yo me encuentro al cargo de todo. Tenéis mi permiso para hacer lo que queráis. Podéis plantar los árboles que os plazca o cuanto deseáis hacer para embellecer de nuevo esta tierra.

- Sois muy amable Eowyn – dijo Legolas con educación – Y es para mi un gran placer presentaros a Nandor, mi mejor amigo

Me acerqué a Eowyn y le besé una mano.

- Encantado de conocerla – dije con una sonrisa

- Igualmente. Por cierto, esta noche hago una gran fiesta en honor a mis hermanos. Faramir volverá a punto para asistir también Me encantaría que pudierais uniros a nosotros

- ¿Hermanos? Creí entender que vos sólo teníais un hermano : Éomer – dijo Legolas con educación

- Y así es – dijo Eowyn soltando una leve risa – Pero el rey Théoden encontró una muchachita perdida en uno de los bosques cercanos a Edoras. La pequeña estaba del todo perdida, así que el rey la acogió. Crecimos juntas y siempre la he considerado como una hermana

- Bueno, en todo caso estaremos encantados de asistir ¿verdad Nandor? – dijo Legolas

- Por supuesto – dije sonriendo aún

Cuando salimos de nuevo a fuera Legolas estaba dispuesto a empezar a trabajar, pero yo logré escaquearme poniendo de excusa que el viaje me había dejado muy cansado y que prefería ir a descansar.

Pero no lo hice, claro que no. Decidí dar una vuelta para comprobar si todo era tan horrible como me había parecido en un principio....

Aunque Ithilien era horrible y necesitaba urgentemente una reforma, pasear por esas calles mientras el sol me acariciaba las mejillas era agradable. La gente que estaba allí parecía feliz y yo me encontraba extrañamente como en casa.

Empecé a pensar que con algunos árboles, jardines y flores mejoraría mucho. En cuanto lo hiciésemos, los pájaros vendrían de nuevo y con su suave trino llenarían el ambiente. Volveríamos a construir la torre, con mithril, plata y piedra blanca y reluciente, y así el nombre de Ithilien tendría de nuevo pleno significado, pues su torre no tendría nada que envidiar con la belleza de la propia luna.

Ithilien podría llegar a ser un lugar realmente bonito y agradable para vivir.

Yo me hallaba completamente inmerso en estos pensamientos cuando llegué a un sitio donde había mucha gente concentrada que gritaba y miraba algo que yo no alcanzaba a ver desde mi localización.

Pero como yo soy curioso por naturaleza no pude evitar acercarme a fisgonear un poco.

Vi que la gente rodeaba a una chica y aun hombre, ambos empuñando espadas.

- ¿Qué pasa aquí? – pregunté alarmado al hombre que tenía a mi lado

- Es el pequeño torneo que organizamos aquí cada semana. Pero esta chica está venciendo a todos los hombres! – exclamó el hombre entusiasmado – Y es extraño, nunca la habíamos visto por aquí.

Miré otra vez hacia el centro. La chica que miraba fieramente al hombre y empuñaba valerosamente la espada, debía tener más o menos la misma edad que yo (bueno, la equivalente a los de raza mortal, o sea unos 19 años). Tenía una larga melena lisa y castaña y unos enormes ojos de color miel.

Me quedé completamente asombrado al ver la facilidad con que aquella chica manejaba la espada; esgrimía, estocaba y esquivaba la espada de su contrincante con una técnica perfecta. Creí que manejar tan hábilmente una espada era sólo una cualidad de elfos...

Al poco rato esa chica ya había despojado al hombre de su arma y la multitud histérica le gritaba alabanzas.

La chica se quedó parada en el medio, esperando a alguien más que la desafiase.

Entonces tuve uno de esos impulsos que de tanto en tanto tengo y que mi madre dice que no son nada propios de un elfo.

Sin pensarlo me planté en el medio, justo delante de ella. Alguien me lanzó una espada y sin cruzar una palabra la chica se lanzó a la estocada.

La verdad es que no creí realmente que me llevase tanto esfuerzo poder ganar a esa chica, creí que sólo se trataba de un juego de niños. Pero me costó más que eso llegar a vencerla.

Al terminar me miró con rabia. Sin duda yo era el primero que la había ganado.

- También se debe saber perder señorita – dije yo intentando suavizar un poco las cosas

- Nunca nadie me había vencido – dijo ella – No he aprendido a perder.

- Me alegra haber sido el primero – dije con una sonrisa

Aquella chica me miró de mala manera y luego desvió la vista al cielo. Pareció que veía algo horrible allí.

- Oh! El sol se está ocultando! - exclamó

Después de esto se marchó corriendo.

Yo me quedé sin entender nada, me encogí de hombros y empecé a caminar hacia la casa de Eowyn para prepararme para la fiesta...

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Bueno, ya sé que tardé mucho con este capítulo, pero los exámenes me están volviendo loca...

En el próximo cappy... la fiesta de Eowyn con algunas sorpresas....

DEJEN REVIEW PLEASE!!!!!

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