Capítulo 11 .- Del odio al amor solo hay un paso
Ahí estaba yo, plantado justo en medio del camino sin saber que hacer. Tenía miedo de lo que pudiera decirme Laurelyn, y sin embargo tenía unas ganas enormes de poder verla y hablar con ella. Eso me confundía hasta tal extremo que no sabía que hacer exactamente.
- Vamos Nandor, sé valiente por una vez en tu vida... - me dije para mi mismo
Pero sabía muy bien que no tendría el suficiente valor como para ir a hablar de lo que había sucedido con ella.
- ¿Que ocurre?
No me hizo falta girarme para saber que Legolas me había seguido
- Nada, que ahora no tengo ganas de ir a hablar con ella - contesté como si fuera la cosa más normal del mundo.
- Nandor... ¿De que tienes miedo?
- ¿Yo? De nada! ¿Que te hace pensar que yo pueda tener miedo? - pregunté girándome con una sonrisa de cara a mi mejor amigo
Pero con su mirada me hizo saber que no podía mentirle, y entonces, casi sin poder evitarlo, me libré de la horrible necesidad de explicarle lo que sentía a alguien
- Es que... verás... No sé que me ocurre con Laurelyn, la verdad... Cuando estoy con ella es algo... una sensación que no sé describir... Y ayer por la noche... estaba tan desprotegida, tan vulnerable pero a la vez tan hermosa... Las ganas de besarla fueron demasiado grandes... Pero de verdad que no sé porqué lo hice... Ya no quiero enamorarme de nadie... Con lo de Níniel tuve más que suficiente...
- Pero ahora es totalmente diferente que con Níniel... Yo no estoy interesado en absoluto por la dama Laurelyn.
Yo lo miré, pero con la sensación que no me había acabado de explicar bien y que no me había entendido.
- ¿La besaste? - me preguntó tan directamente que no pude evitar que un escalofrío me recorriese la espalda
- Nos interrumpieron... - contesté con un hilillo de voz - Una elfa se me echó encima, me besó y luego un elfo muy grande me pegó... no sé... lo tengo todo muy confuso
- Creo que ahora te lo aclararán todo - dijo Legolas señalando el sendero
Vi con horror como Laurelyn se acercaba por ahí. Intenté echar a correr, pero Legolas me sujetó firmemente por un brazo.
- Oh no! Legolas... no me hagas esto por favor... - le supliqué en un intento de darle lástima y que me soltase - Ahora mismo no estoy preparado para hablar con ella. Tengo que aclararme... Por favor... Suéltame! Tengo que irme!
- No, Nandor. Ahora mismo vas a hablar con ella. Y algún día me lo vas a agradecer. - dijo Legolas con una voz de autoridad que me lo hizo ver realmente como si ya fuera rey.
Y antes de que pudiera darme cuenta Laurelyn ya había llegado allí donde estábamos nosotros.
- Hola - saludó con una sonrisa, y yo noté que me ruborizaba por momentos
- Hola - contesté desviando la mirada
- Bueno Nandor, nos vemos luego. - y vi con horror como Legolas nos dejaba solos a Laurelyn y a mi...
- ¿Estás bien? - preguntó ella
- Claro - contesté yo que fingía ver algo muy interesante vete a saber en que punto lejano donde no habían más que árboles
- Siento todo lo que pasó ayer
Supongo que fueron imaginaciones mías, pero me pareció notar que Laurelyn ponía más énfasis en la palabra "todo", como queriendo remarcarla. Y yo, claro, automáticamente pensé que se refería al "casi-beso".
- Ya, bueno... Yo también - dije yo ahora con la vista clavada en un árbol cercano
Ella miró también en esa dirección, supongo que para intentar descubrir si había algo muy interesante ahí.
- ¿Es que no habías visto nunca un roble? - me preguntó
Por primera vez, entonces fijé mi vista en sus ojos, y me sorprendió el encontrarlos adorables... ese color miel era precioso...
- Creí haber visto un extraño pájaro... - dije lo primero que se me pasó por la cabeza.
Laurelyn me miró, y seguramente supo que no le había dicho la verdad.
- Otra cosa, si ayer te hizo el efecto que yo quería besarte fueron todo imaginaciones tuyas - al momento me arrepentí de lo dicho. Las palabras había salido sin avisar....
- Pues si... a mi me dio esa impresión - dijo ella un poco nerviosa
- No seas tonta! Antes preferiría besar a un orco - otra vez! Y ahora si que la había echo buena...
- Pues tuviste suerte que Nally nos interrumpiese, porqué si no te habría arreado yo una bofetada - y por su tono de voz noté que estaba muy enfadada
Ya se había girado para marcharse cuando la llamé
- ¿Nally?
- La elfa que se te echó encima... Era mi mejor amiga... Hasta que me enteré que iba diciendo cosas malas de mi a la otra gente y a mis espaldas
- ¿Ese era tu problema?
- Si, pero tampoco creo que te interese. Pero sólo te diré que no te vayas a creer que lo hizo porqué eres extremadamente guapo, sólo lo hizo para fastidiarme.
- ¿Y el elfo tamaño troll?
- El novio de Nally. Se enfadó muchísimo cuando te vio besando a su novia...
- Vaya... o sea que todo fue por tu culpa... ¡Genial! - dije con tono sarcástico
- Si, claro, muy bonito... cúlpame a mí de todo... ¡Tu eres el tonto que se metió en todo el asunto! - exclamó Laurelyn enfadada
- ¿Ahora me llamas tonto? ¡Estúpida marimacho! No conseguirás nunca que un hombre se fije en ti así! - me defendí yo
Pero entonces me sorprendió ver que Laurelyn estaba con la cabeza agachada, no parecía dispuesta a responder a pesar de que la estaba insultando
Luego hice ademán de marcharme, pero ella habló poco después
- ¿Porque me odias tanto, Nandor? - dijo al fin con voz casi inaudible
La pregunta me pilló totalmente desprevenido, de echo creí que no la había entendido del todo bien... Era imposible que hubiera dicho esas palabras... Que tan sólo le hubiera pasado por la cabeza la absurda idea de que yo la odiaba...
- ¿Cómo dices? - pregunté muy confuso
- Te pregunté porque me odias
- Laurelyn... yo... yo no te odio.... - contesté yo con tono nervioso
- Entonces... ¿por qué me insultas? ¿por qué nunca me dices una palabra amable? Siempre te metes conmigo y te pasas el día recordándome lo poco femenina que soy - contestó ella sin levantar la vista del suelo
Yo no me pude sentir más mal viéndola allí de pie, a punto de llorar por mi culpa, y lo peor es que no sabía que decir al respecto...
- ¿Te crees que me hizo demasiada gracia que besaras a Nally? No! No me gustó nada.. hubiera preferido que me... - Laurelyn se tapó la boca con la mano
Ay.... Dios... ¿Había estado Laurelyn a punto de decir lo que yo creía?
- ¿Hubieras preferido que te besase a ti? - otra vez no pude controlar mis palabras
- No... No quería decir eso...
En ese momento me armé de todo el valor que en mi vida nunca había tenido y me acerqué a ella para abrazarla
- No quiero que llores... No por mi culpa... - le dije
- No, no es culpa tuya.... Entendiste mal lo que te dije... Yo no te pedí que me besaras...
Sin saber el motivo, el tono nervioso de su voz me daba ánimos y valor de decir cosas que nunca en mi vida me hubiera atrevido
- Si tu quieres... a mi no me importa... - dije casi en un susurro
Ella se separó en seguida
- Vaya Nandor... Parece que te encanta que te besen ¿no?
- ¿Vamos a empezar a discutir otra vez? - pregunté ya cansado de toda esa tontería
Laurelyn apoyó de nuevo la cabeza en mi pecho, y se sorprendió de que mi corazón latiera tan rápidamente sólo por ella... Le puse una mano bajo la barbilla y antes de que me diera cuenta ya notaba sus cálidos labios sobre los míos; un escalofrío me recorrió al notar cuan suaves eran
- No... esto es una locura... - dijo ella apartándose de pronto - Elfos y mortales... no hacen buena pareja...
- Pues bien que el rey Elessar se casó con la dama Arwen, hija de Elrond señor de Imladris
- Son raros estos casos... - murmuró ella
Entonces dejé escapar una carcajada al percatarme de una cosa... Yo siempre había sido un elfo raro, todo el mundo siempre me lo había dicho, mi padre, Legolas, el rey Thranduil... incluso Laurelyn me lo había llegado a decir. Era raro por mi forma de ser, por mi carácter y mi forma de ser, pero ahora era raro por otra cosa... ¿cuántos elfos hay en realidad que se hayan enamorado de mujeres mortales? Los casos de elfas que se enamoran de hombres mortales ya es más común, aunque bastante inusual... pero al revés... aún no sabía ningún caso... o sea que otra vez tenía un motivo propio que me calificaba aún más de "raro"
Laurelyn me miró con curiosidad, intentando averiguar que era lo que encontraba gracioso, y por eso se lo conté, y ella se rió y dijo que definitivamente yo era más raro que ella. Al fin y al cabo... que una mujer mortal se enamorara de un elfo era cosa común, aunque normal, aunque fuera algo platónico... Yo me hice el ofendido, pero entonces ella hizo algo que nunca olvidaré... me abrazó tiernamente, y luego me besó, y al separarnos me miró directamente a los ojos, con una mirada profunda.
- Estoy a punto de hacer la locura más grande de mi vida, pero me da igual... Te quiero Nandor...
- ¿No te importa parecer rara? - pregunté yo sin saber muy bien que hacer
Ella me volvió a besar, y por alguna razón ese beso ya fue diferente a todos los demás. Yo la miré un momento....
- Seremos raros pues! - exclamé con una gran sonrisa
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Bueeeeeno! Aquí otro capítulo... Ahora si que sólo falta un pequeño apéndice y tendremos listo este fic! Todo llega a su fin, y este fic no iba a ser una excepción.... Pero pronto muuuuy pronto abrá una continuación... el título aún no lo tengo pensado, pero el fic si que ya está empezado.... Le vamos a dar a nuestro querido elfo Legolas un poquito más de protagonismo!
Dejen reviews!!!! Y pronto estará aquí el apéndice... ¡Gracias por soportarme a mi y a mis fics!
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Ahí estaba yo, plantado justo en medio del camino sin saber que hacer. Tenía miedo de lo que pudiera decirme Laurelyn, y sin embargo tenía unas ganas enormes de poder verla y hablar con ella. Eso me confundía hasta tal extremo que no sabía que hacer exactamente.
- Vamos Nandor, sé valiente por una vez en tu vida... - me dije para mi mismo
Pero sabía muy bien que no tendría el suficiente valor como para ir a hablar de lo que había sucedido con ella.
- ¿Que ocurre?
No me hizo falta girarme para saber que Legolas me había seguido
- Nada, que ahora no tengo ganas de ir a hablar con ella - contesté como si fuera la cosa más normal del mundo.
- Nandor... ¿De que tienes miedo?
- ¿Yo? De nada! ¿Que te hace pensar que yo pueda tener miedo? - pregunté girándome con una sonrisa de cara a mi mejor amigo
Pero con su mirada me hizo saber que no podía mentirle, y entonces, casi sin poder evitarlo, me libré de la horrible necesidad de explicarle lo que sentía a alguien
- Es que... verás... No sé que me ocurre con Laurelyn, la verdad... Cuando estoy con ella es algo... una sensación que no sé describir... Y ayer por la noche... estaba tan desprotegida, tan vulnerable pero a la vez tan hermosa... Las ganas de besarla fueron demasiado grandes... Pero de verdad que no sé porqué lo hice... Ya no quiero enamorarme de nadie... Con lo de Níniel tuve más que suficiente...
- Pero ahora es totalmente diferente que con Níniel... Yo no estoy interesado en absoluto por la dama Laurelyn.
Yo lo miré, pero con la sensación que no me había acabado de explicar bien y que no me había entendido.
- ¿La besaste? - me preguntó tan directamente que no pude evitar que un escalofrío me recorriese la espalda
- Nos interrumpieron... - contesté con un hilillo de voz - Una elfa se me echó encima, me besó y luego un elfo muy grande me pegó... no sé... lo tengo todo muy confuso
- Creo que ahora te lo aclararán todo - dijo Legolas señalando el sendero
Vi con horror como Laurelyn se acercaba por ahí. Intenté echar a correr, pero Legolas me sujetó firmemente por un brazo.
- Oh no! Legolas... no me hagas esto por favor... - le supliqué en un intento de darle lástima y que me soltase - Ahora mismo no estoy preparado para hablar con ella. Tengo que aclararme... Por favor... Suéltame! Tengo que irme!
- No, Nandor. Ahora mismo vas a hablar con ella. Y algún día me lo vas a agradecer. - dijo Legolas con una voz de autoridad que me lo hizo ver realmente como si ya fuera rey.
Y antes de que pudiera darme cuenta Laurelyn ya había llegado allí donde estábamos nosotros.
- Hola - saludó con una sonrisa, y yo noté que me ruborizaba por momentos
- Hola - contesté desviando la mirada
- Bueno Nandor, nos vemos luego. - y vi con horror como Legolas nos dejaba solos a Laurelyn y a mi...
- ¿Estás bien? - preguntó ella
- Claro - contesté yo que fingía ver algo muy interesante vete a saber en que punto lejano donde no habían más que árboles
- Siento todo lo que pasó ayer
Supongo que fueron imaginaciones mías, pero me pareció notar que Laurelyn ponía más énfasis en la palabra "todo", como queriendo remarcarla. Y yo, claro, automáticamente pensé que se refería al "casi-beso".
- Ya, bueno... Yo también - dije yo ahora con la vista clavada en un árbol cercano
Ella miró también en esa dirección, supongo que para intentar descubrir si había algo muy interesante ahí.
- ¿Es que no habías visto nunca un roble? - me preguntó
Por primera vez, entonces fijé mi vista en sus ojos, y me sorprendió el encontrarlos adorables... ese color miel era precioso...
- Creí haber visto un extraño pájaro... - dije lo primero que se me pasó por la cabeza.
Laurelyn me miró, y seguramente supo que no le había dicho la verdad.
- Otra cosa, si ayer te hizo el efecto que yo quería besarte fueron todo imaginaciones tuyas - al momento me arrepentí de lo dicho. Las palabras había salido sin avisar....
- Pues si... a mi me dio esa impresión - dijo ella un poco nerviosa
- No seas tonta! Antes preferiría besar a un orco - otra vez! Y ahora si que la había echo buena...
- Pues tuviste suerte que Nally nos interrumpiese, porqué si no te habría arreado yo una bofetada - y por su tono de voz noté que estaba muy enfadada
Ya se había girado para marcharse cuando la llamé
- ¿Nally?
- La elfa que se te echó encima... Era mi mejor amiga... Hasta que me enteré que iba diciendo cosas malas de mi a la otra gente y a mis espaldas
- ¿Ese era tu problema?
- Si, pero tampoco creo que te interese. Pero sólo te diré que no te vayas a creer que lo hizo porqué eres extremadamente guapo, sólo lo hizo para fastidiarme.
- ¿Y el elfo tamaño troll?
- El novio de Nally. Se enfadó muchísimo cuando te vio besando a su novia...
- Vaya... o sea que todo fue por tu culpa... ¡Genial! - dije con tono sarcástico
- Si, claro, muy bonito... cúlpame a mí de todo... ¡Tu eres el tonto que se metió en todo el asunto! - exclamó Laurelyn enfadada
- ¿Ahora me llamas tonto? ¡Estúpida marimacho! No conseguirás nunca que un hombre se fije en ti así! - me defendí yo
Pero entonces me sorprendió ver que Laurelyn estaba con la cabeza agachada, no parecía dispuesta a responder a pesar de que la estaba insultando
Luego hice ademán de marcharme, pero ella habló poco después
- ¿Porque me odias tanto, Nandor? - dijo al fin con voz casi inaudible
La pregunta me pilló totalmente desprevenido, de echo creí que no la había entendido del todo bien... Era imposible que hubiera dicho esas palabras... Que tan sólo le hubiera pasado por la cabeza la absurda idea de que yo la odiaba...
- ¿Cómo dices? - pregunté muy confuso
- Te pregunté porque me odias
- Laurelyn... yo... yo no te odio.... - contesté yo con tono nervioso
- Entonces... ¿por qué me insultas? ¿por qué nunca me dices una palabra amable? Siempre te metes conmigo y te pasas el día recordándome lo poco femenina que soy - contestó ella sin levantar la vista del suelo
Yo no me pude sentir más mal viéndola allí de pie, a punto de llorar por mi culpa, y lo peor es que no sabía que decir al respecto...
- ¿Te crees que me hizo demasiada gracia que besaras a Nally? No! No me gustó nada.. hubiera preferido que me... - Laurelyn se tapó la boca con la mano
Ay.... Dios... ¿Había estado Laurelyn a punto de decir lo que yo creía?
- ¿Hubieras preferido que te besase a ti? - otra vez no pude controlar mis palabras
- No... No quería decir eso...
En ese momento me armé de todo el valor que en mi vida nunca había tenido y me acerqué a ella para abrazarla
- No quiero que llores... No por mi culpa... - le dije
- No, no es culpa tuya.... Entendiste mal lo que te dije... Yo no te pedí que me besaras...
Sin saber el motivo, el tono nervioso de su voz me daba ánimos y valor de decir cosas que nunca en mi vida me hubiera atrevido
- Si tu quieres... a mi no me importa... - dije casi en un susurro
Ella se separó en seguida
- Vaya Nandor... Parece que te encanta que te besen ¿no?
- ¿Vamos a empezar a discutir otra vez? - pregunté ya cansado de toda esa tontería
Laurelyn apoyó de nuevo la cabeza en mi pecho, y se sorprendió de que mi corazón latiera tan rápidamente sólo por ella... Le puse una mano bajo la barbilla y antes de que me diera cuenta ya notaba sus cálidos labios sobre los míos; un escalofrío me recorrió al notar cuan suaves eran
- No... esto es una locura... - dijo ella apartándose de pronto - Elfos y mortales... no hacen buena pareja...
- Pues bien que el rey Elessar se casó con la dama Arwen, hija de Elrond señor de Imladris
- Son raros estos casos... - murmuró ella
Entonces dejé escapar una carcajada al percatarme de una cosa... Yo siempre había sido un elfo raro, todo el mundo siempre me lo había dicho, mi padre, Legolas, el rey Thranduil... incluso Laurelyn me lo había llegado a decir. Era raro por mi forma de ser, por mi carácter y mi forma de ser, pero ahora era raro por otra cosa... ¿cuántos elfos hay en realidad que se hayan enamorado de mujeres mortales? Los casos de elfas que se enamoran de hombres mortales ya es más común, aunque bastante inusual... pero al revés... aún no sabía ningún caso... o sea que otra vez tenía un motivo propio que me calificaba aún más de "raro"
Laurelyn me miró con curiosidad, intentando averiguar que era lo que encontraba gracioso, y por eso se lo conté, y ella se rió y dijo que definitivamente yo era más raro que ella. Al fin y al cabo... que una mujer mortal se enamorara de un elfo era cosa común, aunque normal, aunque fuera algo platónico... Yo me hice el ofendido, pero entonces ella hizo algo que nunca olvidaré... me abrazó tiernamente, y luego me besó, y al separarnos me miró directamente a los ojos, con una mirada profunda.
- Estoy a punto de hacer la locura más grande de mi vida, pero me da igual... Te quiero Nandor...
- ¿No te importa parecer rara? - pregunté yo sin saber muy bien que hacer
Ella me volvió a besar, y por alguna razón ese beso ya fue diferente a todos los demás. Yo la miré un momento....
- Seremos raros pues! - exclamé con una gran sonrisa
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Dejen reviews!!!! Y pronto estará aquí el apéndice... ¡Gracias por soportarme a mi y a mis fics!
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