CapÃtulo 2
Y aquà tenemos el segundo capÃtulo!!! Perdonen la tardanza, una mala mezcla de: Pésima·conexión/Horas·extras·en·el·trabajo/Dolor·de·huesos·pre·senil/Exámene s/Desgana·sugestiva me ató todo este tiempo, decidida a no dejarme continuar este fic que tanto me gusta. Gracias por sus Reviews!! ( Elmith, Selene, Mithiriël, Elanta, son las mejores!!) Bueno, aquà lo tienen, un Fëanor un poco más crecidito (ya saben quién pidió esto XD)
El dÃa era claro, la luz de Laurelin destacaba con su calidez acostumbrada. En el cielo lÃmpido las aves volaban a gusto. Libertad. Completa libertad. Eso le inspiraba el paisaje. HabÃa estado alrededor de setenta dÃas fuera de casa, y nunca se cansarÃa de ella. Absoluta libertad. Es más, aún en Tirion, su hogar, con su familia y amigos, la añorarÃa a cada momento con más fuerza. La brisa movió la hierba enredada con los cabellos oscuros del joven. Cerró los ojos y aspiró el dulce aroma de las flores cercanas. Estaba tendido en un claro verde en las faldas de Túna, donde se erguÃa la ciudad de los elfos, despreocupado e indiferente. Los brazos extendidos a ambos lados, una pierna flexionada con la rodilla apuntando al cielo la otra simplemente tendida. La ropa de caza le quedaba holgada y la capa yacÃa lejos, desteñida y rota como prueba de una larga temporada a la intemperie. No era exactamente la imagen ideal del prÃncipe de los Noldor que todos recordaban, y recuerdan. No le importaba mucho. La seriedad la dejarÃa para las ceremonias.
- Que dirÃa mi padre si me viera en este mismo instante?- La pregunta le atacó de pronto. Finwë siempre habÃa sobresalido entre los reyes elfos por ser el más severo, formal y juicioso. - Diga lo que diga, no me atañe en lo más mÃnimo. Ya me he cansado de tratar siempre de agradarle, ya me he cansado de sus injustas crÃticas. Soy lo mejor que puedo y extrañamente la cordura me hastÃa, y yo la hastÃo a ella.
Se volteó, y hundió la cara en el suelo. Eso lo retendrÃa por siempre. El olor de la tierra húmeda, el sabor de su sal en los labios. Después de todo no serÃa un viaje en vano, sin una razón coherente, como dirÃa su padre. Cuando era aún un niño, habÃa descubierto el valor de los recuerdos, y no olvidarÃa el dolor que sintió al darse cuenta que no poseÃa ninguno, pero hace poco, después de haber vivido más tiempo, habÃa aprendido a gozar también de los recuerdos, ahora eran lo único que tenÃa. Qué estaba diciendo! Para la gente de su pueblo, él todavÃa era una niño, aunque La MelancolÃa lo habÃa hecho madurar con más rapidez. De todas formas, nada era como antes. Después de la muerte de su madre, Finwë se volvió duro e inflexible. Ahora, él mismo, tenÃa otros intereses que quizás hace algunos años nunca habrÃa imaginado. El trabajo y el estudio eran sus actuales prioridades, y agotaban por completo su tiempo y la mayor parte de sus fuerzas. Por otro lado, no se arrepentÃa. ObtenÃa los resultados que esperaba y, aunque suene arrogante, muchas veces se asombró al ver sus obras concluidas. Y este sentimiento valÃa un nuevo esfuerzo. Cansancio? Esa era seguramente la razón de este viaje.
Levantó la cabeza. A lo lejos divisó a un pequeño animal, tendido en el suelo, casi tan despreocupado como él.
- Perdóname, pero necesito alimento- No habÃa comido nada en estos últimos tres dÃas. Intentó alcanzar su arco con la mano izquierda y lo apuntó desde el suelo con rapidez. El conejo, asustado ante este movimiento repentino corrió hacia la floresta. Fëanor se levantó con sigilo. Alguien le habÃa dicho una vez que tenÃa instintos de cazador. Algunos del ejercito de Oromë, lo habÃan invitado, junto con otros elfos, a seguir el cuerno del Vala, hacia los confines mismos de Valinor, explorando las remotas Tierras de la Oscuridad.
- Eres muy joven para eso- fue la exacta respuesta de su padre.
- No le temo a lo desconocido- habÃa dicho- dijeron que la edad no importaba, si tienes el suficiente valor para llevar a cabo la misión completa.
- No sabes a lo que te enfrentas, eres demasiado impulsivo.
- Claro que sé, me enfrento a la nada y al vacÃo. No hay peligro en esas tierras. No estarÃan reclutando elfos, si existiera algo...
- He dicho no, y no seguiré discutiendo contigo.
- Aún le temes a Melkor, no es cierto? Dicen muchos que antes era uno de los Valar, el más poderoso.
- Silencio! No mencionarás ese nombre nunca más.
- Entonces iré hasta los bordes de la Oscuridad y las frÃas costas del Mar Exterior en busca de lo desconocido, y gritaré MELKOR hasta que pierda la voz- era la primera vez que le gritaba a su padre. La sonrisa en el rostro de su hijo habÃa exasperado a Finwë, y perdiendo su acostumbrada prudencia le respondió, también alzando la voz:
- Pues vete entonces y sal rápido de mi vista. Puedes ir a las puertas de Melkor, si asà lo deseas, no necesitas mi consejo.
Esa misma noche sin caballo ni indumentaria adecuada, se habÃa marchado. Desde aquel dÃa no hablaba con su padre. Al llegar a las afueras de la cuidad, se dio cuenta de que el ejército de Oromë ya habÃa partido, también se dio cuenta de su error. Por setenta dÃas el orgullo lo mantuvo lejos de casa.
- Si quiero cazar ese conejo, debo darme prisa- dijo, saliendo de sus pensamientos.
Se levantó ágilmente del suelo y se internó en un pequeño bosque. Algo le decÃa que el conejo estaba ya muy lejos. Bajó el arco.
Unas dos horas más tarde, la luz del árbol dorado estaba menguando. Fëanor salió decepcionado, de entre los matorrales.
- Después de esta desesperada búsqueda de comida, me llevarÃa cualquier cosa a la boca- pensó, sacando de su bolsa unos frutos redondos. Estaban de un color negruzco, aplastados la mayorÃa.- Estas bayas estarán bien, pero en casa no me sucederÃa esto, jamás.
Estaba quizá acostumbrado a la vida en el palacio, y aunque preferÃa hacer las cosas por si mismo, siempre estuvo rodeado de gente, ofreciendo sus servicios, si necesitaba ayuda alguna. Otra posible razón de este viaje. Un reto. Desde pequeño le enseñaron que la vida en sà era un reto. Todos los dÃas se presentaban obstáculos, de diversos tamaños, que debÃas saltar para no caer en el abismo. No, esto último era de su cosecha, su filosofÃa, se podrÃa decir. Pero mientras más vivÃa, más grandes eran los nuevos obstáculos y el abismo se abrÃa a sus pies, oscuro e interminable. Todos los dÃas se preguntaba si serÃa capaz de saltar otra vez, vivir agota. La respuesta le parecÃa obvia, caerÃa algún dÃa. Y el abismo, el eterno sufrimiento, sólo tenÃa una salida. La hermosa mujer vestida de negro, imperecedera. Pero algo lo detenÃa. Su maldito orgullo lo mantenÃa en pie y prometÃa cada mañana no rendirse hasta que ella, la muerte, lo sedujera por completo. Ese era el motivo de su creciente espÃritu competitivo, del cual todos hablaban.
Mientras comÃa las sucias bayas, divisó a lo lejos a un caballo negro.
- Lomëlion
Dicho esto el caballo corrió hacia él. ParecÃa feliz de volver a ver a su amo. Le acercó el hocico a la cara. El joven ignoró el gesto. Notó que el caballo tenÃa atado un paquete en el lomo, tenÃa estampado el sello de Finwë. Lo desanudó rápido. En él encontró una capa nueva, ropas limpias y unas botas.
- Él quiere que vuelva- dijo en voz alta, con una sonrisa en los labios- Y parece que tiene invitados importantes, no hubiera mandado estas ropas.
El animal relinchó, como signo afirmativo.
- Quiere que vuelva vestido de gala, montado en mi hermoso corcel, para poder decirle a sus invitados: Mi hijo, Curufinwë, principe de los Noldor.- dijo, parado sobre una roca plana, imitando la voz de su padre.- pero solo es una forma de demostrarme lo que yo no esperaba, quiere que regrese a casa. He vencido. Pero creo que ya es hora de volver.
HabÃa obtenido lo que querÃa. Descubrió que podÃa valerse por si mismo, sin la ayuda de más elfos. Volver. Regresar a la rutina y al trabajo. Rodearse de nuevo de gente, tenÃa su lado bueno. Entre ella podÃa ocultarse, mimetizar la MelancolÃa con la seriedad, esconderse de él mismo y de su destino. Al final no buscarÃa el perdón de su padre, pero todo volverÃa a ser como antes. Extrañaba, también, la alegre compañÃa de Linwë, y a Nerdanel...
No pudo evitar sonrojarse por un momento.
- Lomëlion, vuelve a Tirion y lleva esto- dijo colocando la ropa que venÃa en el saco, en su lugar- Se llevarán una sorpresa.
Aclaraciones:
Algunas palabras que pueden haber quedado en el aire
Túna: Túna La colina verde en el Calacirya, sobre la que se levantó Tirion, la ciudad de los Elfos.
Lomëlion: El caballo de Fëanor, aparecÃa en capÃtulos anteriores. Su nombre significa algo como "Hijo del Crepúsculo"
Curufinwë: Otro nombre de Fëanor. Significa "Hábil Finwë" o algo asà :p. Este nombre se lo dio Finwë, en cambio Fëanáro (EspÃritu de Fuego) lo llamó su madre, Miriel. (Fëanor es la forma sindarin) Perdón pretendo saber élfico, pero no lo logro
La MelancolÃa: Notaron que mencioné esto varias veces? Es un estado permanente, no es el sentimiento (aunque puede ser visto como tal), que presentan algunos elfos. En otras historias puede verse bajo el nombre de "Ansia del mar", (tomando en cuenta que Fëanor ya estaba al otro lado del mar, no era de mucha utilidad), MelancolÃa es el nombre que este le da, sin saber lo que es (En Valinor todos los elfos brillaban por su felicidad) En palabras más comunes, es el estado depresivo permanente, como dice el psicólogo familiar. Si no entendieron , luego me preguntan.
Quiero que sepan que intento justificar lo más posible lo que ocurre en la verdadera historia. Estaba acostumbrada a los personajes "sólo virtudes" Fëanor es un personaje difÃcil de describir. Tiene cualquier cantidad de defectos, es orgulloso, sin llegar a ser arrogante (al menos aún no lo es), intenta ser autosuficiente (lo intenta), como es todavÃa el único hijo de Finwë, es un "poco" consentido, como todos los hijos únicos (no se enojen conmigo, es cierto) También tiene virtudes. En los próximos capÃtulos, los Valar pasan a segundo plano (como deben haber notado, O-D-I-O a los Valar) Perdonen la filosofÃa barata con la que lleno mis fics, muchos la han llamado asÃ, no me juzguen estoy describiendo sentimientos de los personajes, no intento imponerme a las ideas de antiguos pensadores. Bueno, los dejo en paz pero recuerden que hoy es mi no-cumpleaños (que casualidad!!!) y necesito un par de reviews!!
Saludos
Y aquà tenemos el segundo capÃtulo!!! Perdonen la tardanza, una mala mezcla de: Pésima·conexión/Horas·extras·en·el·trabajo/Dolor·de·huesos·pre·senil/Exámene s/Desgana·sugestiva me ató todo este tiempo, decidida a no dejarme continuar este fic que tanto me gusta. Gracias por sus Reviews!! ( Elmith, Selene, Mithiriël, Elanta, son las mejores!!) Bueno, aquà lo tienen, un Fëanor un poco más crecidito (ya saben quién pidió esto XD)
El dÃa era claro, la luz de Laurelin destacaba con su calidez acostumbrada. En el cielo lÃmpido las aves volaban a gusto. Libertad. Completa libertad. Eso le inspiraba el paisaje. HabÃa estado alrededor de setenta dÃas fuera de casa, y nunca se cansarÃa de ella. Absoluta libertad. Es más, aún en Tirion, su hogar, con su familia y amigos, la añorarÃa a cada momento con más fuerza. La brisa movió la hierba enredada con los cabellos oscuros del joven. Cerró los ojos y aspiró el dulce aroma de las flores cercanas. Estaba tendido en un claro verde en las faldas de Túna, donde se erguÃa la ciudad de los elfos, despreocupado e indiferente. Los brazos extendidos a ambos lados, una pierna flexionada con la rodilla apuntando al cielo la otra simplemente tendida. La ropa de caza le quedaba holgada y la capa yacÃa lejos, desteñida y rota como prueba de una larga temporada a la intemperie. No era exactamente la imagen ideal del prÃncipe de los Noldor que todos recordaban, y recuerdan. No le importaba mucho. La seriedad la dejarÃa para las ceremonias.
- Que dirÃa mi padre si me viera en este mismo instante?- La pregunta le atacó de pronto. Finwë siempre habÃa sobresalido entre los reyes elfos por ser el más severo, formal y juicioso. - Diga lo que diga, no me atañe en lo más mÃnimo. Ya me he cansado de tratar siempre de agradarle, ya me he cansado de sus injustas crÃticas. Soy lo mejor que puedo y extrañamente la cordura me hastÃa, y yo la hastÃo a ella.
Se volteó, y hundió la cara en el suelo. Eso lo retendrÃa por siempre. El olor de la tierra húmeda, el sabor de su sal en los labios. Después de todo no serÃa un viaje en vano, sin una razón coherente, como dirÃa su padre. Cuando era aún un niño, habÃa descubierto el valor de los recuerdos, y no olvidarÃa el dolor que sintió al darse cuenta que no poseÃa ninguno, pero hace poco, después de haber vivido más tiempo, habÃa aprendido a gozar también de los recuerdos, ahora eran lo único que tenÃa. Qué estaba diciendo! Para la gente de su pueblo, él todavÃa era una niño, aunque La MelancolÃa lo habÃa hecho madurar con más rapidez. De todas formas, nada era como antes. Después de la muerte de su madre, Finwë se volvió duro e inflexible. Ahora, él mismo, tenÃa otros intereses que quizás hace algunos años nunca habrÃa imaginado. El trabajo y el estudio eran sus actuales prioridades, y agotaban por completo su tiempo y la mayor parte de sus fuerzas. Por otro lado, no se arrepentÃa. ObtenÃa los resultados que esperaba y, aunque suene arrogante, muchas veces se asombró al ver sus obras concluidas. Y este sentimiento valÃa un nuevo esfuerzo. Cansancio? Esa era seguramente la razón de este viaje.
Levantó la cabeza. A lo lejos divisó a un pequeño animal, tendido en el suelo, casi tan despreocupado como él.
- Perdóname, pero necesito alimento- No habÃa comido nada en estos últimos tres dÃas. Intentó alcanzar su arco con la mano izquierda y lo apuntó desde el suelo con rapidez. El conejo, asustado ante este movimiento repentino corrió hacia la floresta. Fëanor se levantó con sigilo. Alguien le habÃa dicho una vez que tenÃa instintos de cazador. Algunos del ejercito de Oromë, lo habÃan invitado, junto con otros elfos, a seguir el cuerno del Vala, hacia los confines mismos de Valinor, explorando las remotas Tierras de la Oscuridad.
- Eres muy joven para eso- fue la exacta respuesta de su padre.
- No le temo a lo desconocido- habÃa dicho- dijeron que la edad no importaba, si tienes el suficiente valor para llevar a cabo la misión completa.
- No sabes a lo que te enfrentas, eres demasiado impulsivo.
- Claro que sé, me enfrento a la nada y al vacÃo. No hay peligro en esas tierras. No estarÃan reclutando elfos, si existiera algo...
- He dicho no, y no seguiré discutiendo contigo.
- Aún le temes a Melkor, no es cierto? Dicen muchos que antes era uno de los Valar, el más poderoso.
- Silencio! No mencionarás ese nombre nunca más.
- Entonces iré hasta los bordes de la Oscuridad y las frÃas costas del Mar Exterior en busca de lo desconocido, y gritaré MELKOR hasta que pierda la voz- era la primera vez que le gritaba a su padre. La sonrisa en el rostro de su hijo habÃa exasperado a Finwë, y perdiendo su acostumbrada prudencia le respondió, también alzando la voz:
- Pues vete entonces y sal rápido de mi vista. Puedes ir a las puertas de Melkor, si asà lo deseas, no necesitas mi consejo.
Esa misma noche sin caballo ni indumentaria adecuada, se habÃa marchado. Desde aquel dÃa no hablaba con su padre. Al llegar a las afueras de la cuidad, se dio cuenta de que el ejército de Oromë ya habÃa partido, también se dio cuenta de su error. Por setenta dÃas el orgullo lo mantuvo lejos de casa.
- Si quiero cazar ese conejo, debo darme prisa- dijo, saliendo de sus pensamientos.
Se levantó ágilmente del suelo y se internó en un pequeño bosque. Algo le decÃa que el conejo estaba ya muy lejos. Bajó el arco.
Unas dos horas más tarde, la luz del árbol dorado estaba menguando. Fëanor salió decepcionado, de entre los matorrales.
- Después de esta desesperada búsqueda de comida, me llevarÃa cualquier cosa a la boca- pensó, sacando de su bolsa unos frutos redondos. Estaban de un color negruzco, aplastados la mayorÃa.- Estas bayas estarán bien, pero en casa no me sucederÃa esto, jamás.
Estaba quizá acostumbrado a la vida en el palacio, y aunque preferÃa hacer las cosas por si mismo, siempre estuvo rodeado de gente, ofreciendo sus servicios, si necesitaba ayuda alguna. Otra posible razón de este viaje. Un reto. Desde pequeño le enseñaron que la vida en sà era un reto. Todos los dÃas se presentaban obstáculos, de diversos tamaños, que debÃas saltar para no caer en el abismo. No, esto último era de su cosecha, su filosofÃa, se podrÃa decir. Pero mientras más vivÃa, más grandes eran los nuevos obstáculos y el abismo se abrÃa a sus pies, oscuro e interminable. Todos los dÃas se preguntaba si serÃa capaz de saltar otra vez, vivir agota. La respuesta le parecÃa obvia, caerÃa algún dÃa. Y el abismo, el eterno sufrimiento, sólo tenÃa una salida. La hermosa mujer vestida de negro, imperecedera. Pero algo lo detenÃa. Su maldito orgullo lo mantenÃa en pie y prometÃa cada mañana no rendirse hasta que ella, la muerte, lo sedujera por completo. Ese era el motivo de su creciente espÃritu competitivo, del cual todos hablaban.
Mientras comÃa las sucias bayas, divisó a lo lejos a un caballo negro.
- Lomëlion
Dicho esto el caballo corrió hacia él. ParecÃa feliz de volver a ver a su amo. Le acercó el hocico a la cara. El joven ignoró el gesto. Notó que el caballo tenÃa atado un paquete en el lomo, tenÃa estampado el sello de Finwë. Lo desanudó rápido. En él encontró una capa nueva, ropas limpias y unas botas.
- Él quiere que vuelva- dijo en voz alta, con una sonrisa en los labios- Y parece que tiene invitados importantes, no hubiera mandado estas ropas.
El animal relinchó, como signo afirmativo.
- Quiere que vuelva vestido de gala, montado en mi hermoso corcel, para poder decirle a sus invitados: Mi hijo, Curufinwë, principe de los Noldor.- dijo, parado sobre una roca plana, imitando la voz de su padre.- pero solo es una forma de demostrarme lo que yo no esperaba, quiere que regrese a casa. He vencido. Pero creo que ya es hora de volver.
HabÃa obtenido lo que querÃa. Descubrió que podÃa valerse por si mismo, sin la ayuda de más elfos. Volver. Regresar a la rutina y al trabajo. Rodearse de nuevo de gente, tenÃa su lado bueno. Entre ella podÃa ocultarse, mimetizar la MelancolÃa con la seriedad, esconderse de él mismo y de su destino. Al final no buscarÃa el perdón de su padre, pero todo volverÃa a ser como antes. Extrañaba, también, la alegre compañÃa de Linwë, y a Nerdanel...
No pudo evitar sonrojarse por un momento.
- Lomëlion, vuelve a Tirion y lleva esto- dijo colocando la ropa que venÃa en el saco, en su lugar- Se llevarán una sorpresa.
Aclaraciones:
Algunas palabras que pueden haber quedado en el aire
Túna: Túna La colina verde en el Calacirya, sobre la que se levantó Tirion, la ciudad de los Elfos.
Lomëlion: El caballo de Fëanor, aparecÃa en capÃtulos anteriores. Su nombre significa algo como "Hijo del Crepúsculo"
Curufinwë: Otro nombre de Fëanor. Significa "Hábil Finwë" o algo asà :p. Este nombre se lo dio Finwë, en cambio Fëanáro (EspÃritu de Fuego) lo llamó su madre, Miriel. (Fëanor es la forma sindarin) Perdón pretendo saber élfico, pero no lo logro
La MelancolÃa: Notaron que mencioné esto varias veces? Es un estado permanente, no es el sentimiento (aunque puede ser visto como tal), que presentan algunos elfos. En otras historias puede verse bajo el nombre de "Ansia del mar", (tomando en cuenta que Fëanor ya estaba al otro lado del mar, no era de mucha utilidad), MelancolÃa es el nombre que este le da, sin saber lo que es (En Valinor todos los elfos brillaban por su felicidad) En palabras más comunes, es el estado depresivo permanente, como dice el psicólogo familiar. Si no entendieron , luego me preguntan.
Quiero que sepan que intento justificar lo más posible lo que ocurre en la verdadera historia. Estaba acostumbrada a los personajes "sólo virtudes" Fëanor es un personaje difÃcil de describir. Tiene cualquier cantidad de defectos, es orgulloso, sin llegar a ser arrogante (al menos aún no lo es), intenta ser autosuficiente (lo intenta), como es todavÃa el único hijo de Finwë, es un "poco" consentido, como todos los hijos únicos (no se enojen conmigo, es cierto) También tiene virtudes. En los próximos capÃtulos, los Valar pasan a segundo plano (como deben haber notado, O-D-I-O a los Valar) Perdonen la filosofÃa barata con la que lleno mis fics, muchos la han llamado asÃ, no me juzguen estoy describiendo sentimientos de los personajes, no intento imponerme a las ideas de antiguos pensadores. Bueno, los dejo en paz pero recuerden que hoy es mi no-cumpleaños (que casualidad!!!) y necesito un par de reviews!!
Saludos
