[Drabble]

Mirada Cautivadora

—Degel & Oc/Mihaela Tepes—

La belleza, no siempre está en un cuerpo esculpido a la perfección, también en hay miradas que dicen mucho mas que una cara bonita.

Disclaimers:

Saint Seiya: ©Masami Kurumada

The Lost Canvas: ©Shiori Teshigori

Mirada Cautivadora: ©LadySirin

Advertencias: Presencia de Oc, emparejamiento de humano x vampiro, no yaoi.

Notas:

Se que me he saltado varios, no, muchos días del Flufftober, debido a mi salud y estrés, pero me decidí hacer lo que pueda, me disculparán si lo hago aleatorio, sin seguir la secuencia de días establecidos.

Espero que les sea de su agrado.

oOo

Siglo XVIII

Valaquia, Rumania

En una enorme mansion se organizó una fiesta de cumpleaños, por el hijo único del alcalde de Argeș, quien pidió una fiesta mascarada, invitando a toda la ciudad. Hombres y mujeres no dudaron en asistir al evento citado. Todos vestían trajes llamativos, con antifaces decorados, bailando al son de la orquesta, en un vals sincronizado.

Los grandes candiles encendidos, iluminaban el gran salón, creando un ambiente particular.

Eventos de grandes masas, llamaron la atención de los vampiros, para una buena distracción. Dejando parcialmente a un lado sus ganas de cazar, se mezclaron con el tumulto, discretamente y evitando que se atemoricen con sus enormes colmillos.

Complacidos por la buena trata de los mozos. Llevando grandes bandejas en sus manos, un trozo de tela en el brazo y brindando una sonrisa al recibir a sus peculiares invitados con canapés y vino tinto. Circulaban y observaba a las mujeres en búsqueda de un hombre caballeroso, otras se quejaban de los cerdos de sus maridos, otras no mas asisten porque les conviene, entre otras razones mas.

También atrajo la atención de una vampiro, que es la hija de Vlad Tepes; conocida también como Mihaela Tepes, princesa de los vampiros, a quien se le confinaba en el castillo por culpa de su malvado tío, que intentó asesinarla al nacer y no descansará hasta cumplir con su asesinato.

Desafiando la autoridad de su padre, harta del encierro, sale a la fiesta sin ser reconocida por su máscara, que se inspira en la tragedia de la peste negra, lo que únicamente los doctores usaban, solo que adornado y coloreado de púrpura.

¿Pensaron que iba a quedarse allí, eternamente, hasta aburrirse?.

Ya no mas.

Luchó para no crearse una claustrofobia interna. La gente la miraba como si fuese un invitado de gustos, algo bizarros, pero no como una sospechosa de ser una persona indeseable.

Llegando al gran salón, ojeo como miembros del castillo de dracula bailaban elegantemente con humanos, sin que fuesen negada una pieza. Uno de ellos se encontraba carcajeando con personas, al contarles algo gracioso, desviando un poco la mirada, sin percatarse que el olor de su sangre la delató.

—¿Princesa Mihaela, qué hace aquí?—a duras penas, tragó hondo—Si su padre se entera...

—Estoy consciente de ello—siseó fríamente, hablando entre dientes—Mi padre siquiera, me permite celebrar un cumpleaños mío, aparte de estar demasiado tiempo en el castillo.

El hombre consideró un hecho de que su hartura llegó a sus limites. Y tiene razón de molestarse con que nadie celebre un año mas de vida de ella o le den una felicitación.

—Entienda alteza que su padre no lo hace por desprecio a usted...

—Y que sus acciones, es por mi bien—terminando lo que estaba por decirle—Mi padre es muy considerado y severo.

No sabe si lo dijo con furia o sarcasmo.

Soltando un largo y pesado resoplo—¡Por dios!, dígame que tendrá cuidado con los humanos, por favor.

La aludida lo ojea inexpresiva—Como quieras, total que los humanos, jamás invitarán a alguien como yo a bailar, nunca.

Se sentó en un lugar muy apartado de la multitud a beber vino y comer los canapés ignorados; salmón ahumado, carne en un punto rojo y su preferido, que es el caviar.

—Humanos—mascullando airada.

En medio de la gente girando y danzando, un hombre de larga cabellera verdosa y ojos violáceos, no dejaba de contemplarla. Ella mira a los lados, si estaba buscando a su pareja de baile, que se ha perdido.

No fue así.

Acercándose a ella, interceptando su única posibilidad de huir—Saludos, señorita—hace una reverencia respetuosa.

—Buenas noches, humano...quiero decir caballero—suelta un pequeño y tenue bufido por casi delatarse—¿Qué lo trae a mi presencia?.

Él ya estaba muy al tanto de la existencia de los vampiros y viajo desde el santuario de Grecia a investigar estos seres nocturnos y su naturaleza despiadada.

El hombre de nacionalidad francesa, dio una ligera sonrisa.

—Puedo preguntarle algo.

Aterrada con llenarse la cabeza de titubeos, si ha sido enviado por la iglesia para asesinarla o peor, si Radu, su tío, ha desplegado a un lacayo que la capture y cause un desastre.

Escudriñando alguna salida, pero viéndose en aprietos y sin una ruta de escape, no mas le queda redimirse.

Mihaela asiente.

—Se que ha estado sola y deseaba saber...—hizo una breve pausa, tomando una de sus manos cubiertas por guantes—¿Me concede ser mi compañera de baile?.

Sus mejillas empezaron a arder, jamás creyó que un simple humano le hipnotizara con su mirada.

—¿Está seguro lo que me pide?—pregunto en estado de shock

—Correcto.

Con sus manos temblorosas, permite que la guie hacia el tumulto, donde coloca una mano en su cintura y la otra sujetando su mano que no dejaba de temblar:

Es la primera vez que alguien se molesta en sacarla a bailar y es la primera vez que un humano interactue con ella sin gritar de miedo o amenazarla con una estaca.

Mihaela usa su mano que le queda libre, posándola en su hombro. Él la incita a danzar, y ella accede, a tropezones y lento.

¿Están bailando? ¿Frente a los humanos y vampiros mezclados?.

—Luce maravillosa, señorita.

El calor de sus mejillas, inundaron todo su rostro, desviando su mirada. Las únicas palabras que recibe, son reprimendas de su padre y amenazas de sus enemigos, mas no un elogio.

—¿Quién es usted?.

Mihaela se maldijo en sus adentros, porque se vieron al espejo, cuyo reflejo de la princesa, no se puede ver.

Ella lo separa y camina hacia un gran balcón y él la sigue.

Quitándose la máscara, revelando sus ojos con pupilas rasgados de gato, dejando sorprendido al hombre.

—Mi nombre es...—dejando de hablar entre dientes, mostrando un par de colmillos amenazantes—Mihaela Tepes, hija de Vlad Drácula Tepes, princesa de los vampiros y debe olvidarme, humano, ponerse a salvo.

Retrocediendo lentamente a la borda del balcón.

—¡No se valla!—acortando la distancia que los separa—Entiendo que usted esta en conflicto con los humanos, pero no estoy para lastimarla, creo en la existencia de los vampiros y cuán incomprendidos son.

¿Incomprendidos?.

Tratados como demonios, querrá decir, los de la iglesia ortodoxa, han quemado y asesinado a vampiros que en verdad no son asesinos a diferencia de los que matan por placer.

—Me gustaría que la mayoría de humanos, sean como usted...¿su nombre?.

—Degel.

—Muy bien, sir Degel, le agradezco el no haberme hecho daño y bailar un poco conmigo, sin embargo—su rostro se afligió un poco—Debo retirarme, mi presencia es peligrosa.

Degel niega—Quédese un poco mas, yo la protegeré, princesa Mihaela.

Para ser un humano, es muy insistente—De acuerdo—colocándose la máscara.

Había olvidado el día en que sonrió y ahora ya tiene a quien brindarle un gesto amable, en lugar de arremeter al traidor, por alguna razón, no quiere dejar al hombre de larga y verdosa cabellera. Caminando a donde estaban, bailaron.

Fin

Espero que les halla gustado mi drabble, y lamento si me excedí un poco, pero me gusta las historias de vampiros con humanos y si la historia les desagrada, ya saben que hacer:

Ignorar y no comentar.

Gracias