¡Hola!
AAAA Tenía muchas ganas de participar en este reto.
Siendo sincera pensé que no había un LuNa Week, pero me enteré que sí justo cuando anunciaron el de esta año, así que... aquí estoy XD
He de decir que aunque he tenido bastante tiempo para escribirlos, no empecé a hacerlo hasta hace poco, así que literalmente solo tengo los dos primeros días.
Dudo mucho que consiga hacer el reto perfecto de subir el día que toca cuando toca, pero lo intentaré. De todas formas, si no consigo hacerlo, lo subiré igualmente tarde más o tarde menos, así que no os preocupéis.
En fin, espero que me acompañéis en este viaje, y os guste mucho leerlo al igual que a mi me gusta escribirlos ^^
Como siempre... ¡Nos leemos abajo!
▹Día 1 - Almas Gemelas◃
— ღ — ღ — ღ —
❝ Estamos destinados a estar juntos , como si fuéramos almas gemelas... ❞
— ღ — ღ — ღ —
Desde muy pequeña Nami siempre había deseado recorrer los mares y dibujar todas las islas que hubiera en él. Ese era su sueño. Uno lento y posiblemente solitario, sin embargo no fue exactamente así.
— ¡Tú eres mi navegante! – recordó.
Ese muchacho terco e infantil al que había traicionado tras conocerlo luchó con uñas y dientes para liberarla a ella y a su pueblo del villano que los tenía sometidos. Y todo porque había querido hacerlo, porque para él desde un principio Nami seguía siendo su fiel compañera, su navegante.
Desde entonces momento la muchacha agradecía de vez en cuando el haberse topado de casualidad con Luffy.
— Tú fuiste la primera, Nami. – lo escuchó hablar.
La nombrada pegó un pequeño brinco sobre su asiento al mismo tiempo que alzaba la cabeza con suma sorpresa. Su capitán se encontraba en el umbral de la puerta de su habitación observándola con una gran sonrisa.
— ¿La primera? ¿De qué hablas? – preguntó frunciendo el ceño.
Cerrando la puerta tras él, el muchacho caminó hacia el interior del lugar y se sentó en la cama de la chica dando un pequeño salto. Ella giró el cuerpo en su dirección.
— Que fuiste la primera a la que conocí. – respondió posando nuevamente la vista sobre ella.
— ¿Eh?
Nami no entendía el porqué estaba diciéndole aquello tan de repente.
— Zoro fue el primer tripulante que tuve, pero a ti… A ti ya te había visto mucho antes que a él.
La joven ladeó levemente la cabeza a un lado intentando comprender esas palabras. Estaba segura de que no era así. Los conoció a ambos al mismo tiempo.
— No es cierto. – contestó, sin embargo no sonaba del todo convencida.
Había pasado mucho tiempo desde entonces.
— Sí que lo es. – aseguró él. – Vamos, piénsalo.
En esos momentos Nami no tenía las ganas suficientes para hacerlo. Había estado gran parte de la noche rehaciendo una y otra vez uno de los mapas más complicados, por lo que en su mente no había espacio para nada más que eso hasta poder terminarlo. Sin embargo, y pese a estar cansada, el rostro sonriente del chico la animó a intentarlo.
Posó por completo su vista en él y con lentitud comenzó a analizarlo.
Pese a su extraña manera de ser, Luffy podría pasar desapercibido entre miles de personas. Era alto, delgado, ni muy blanco ni muy moreno, y sus ojos eran negros al igual que su sedoso cabello. Un chico normal y corriente, que de haber visto alguna vez probablemente no se acordaría.
Sin embargo sí que tenía algo que le hacía destacar, y ese era su preciado sombrero.
Muchas personas llevan sombreros, no era nada del otro mundo, así que nuevamente quizás no se hubiera dado cuenta de su existencia de solo haberlo visto pasar.
Nami entrecerró los ojos intentando ir más allá.
El chico no sabía mentir, y aunque a veces decía cosas sin sentido, algo dentro de ella le hacía creer en sus palabras.
Se habían visto antes.
Los minutos pasaron y justo entonces la muchacha se levantó de la silla captando la atención inmediata del chico.
— Alvida… — murmuró abriendo los ojos de par en par. – Su barco…
Luffy sonrió.
— Te has acordado.
La muchacha no podía creer aquello, no podía creer haber olvidado el momento en el que el chico cayó justo a un lado de ella con su pequeño bote.
— ¿Cómo…?
— No es algo que tuviera dentro desde hace tiempo. – interrumpió él. — La verdad es que no hace mucho que lo recordé, o más bien soñé.
— ¿Soñar? – preguntó sentándose a un lado de él
— Hubo una noche en la que soñé el inicio de mi aventura. – contestó soltando una pequeña risa. – El irme de mi isla, meterme dentro de un barril cuando un remolino se comió mi barca, despertar en un barco enrome, conocer a Coby, y al escapar de los marines… verte a ti.
— Luffy…
— Cuando me desperté pensé que era simplemente un sueño, más que un recuerdo, pero con lo que ha dicho Zoro antes me lo ha confirmado. Él no fue el primero, tú sí.
Durante la cena Zoro discutió con Sanji sobre ser más importante que él debido a que llevaba más tiempo en la tripulación que todos los demás. Aquello causó una pequeña pelea entre el rubio y el peliverde, haciendo que Usopp se uniera al ser también uno de los primeros.
— Bueno, realmente sí fue el primero en unirse. – contestó acomodándose la espalda en la pared. – Yo la cuarta
— La segunda. – corrigió él de inmediato.
— La cuarta. Te traicioné, ¿recuerdas?
— Por una buena causa, además, yo nunca dudé de ti, así que eres la segunda tripulante.
Nami rio al verlo hacer una mueca de enfado, y atrayendo sus piernas hacia su pecho, las abrazó mientras miraba al frente.
— Es como si el destino nos hubiera unido. – pronunció con un ligero rubor sobre sus mejillas.
— ¿Destino?
— Así es. Los dioses, el universo, el destino, como quieras llamarle. – explicó. — Quizás no creas en ello, y puede que yo tampoco lo haga, pero parece como si algo nos hubiera hecho conocernos. Como si algo quisiera que…
— Estuviéramos juntos… — interrumpió él.
Lejos de enfadarse, Nami sonrió en su dirección con dulzura.
— Así es.
— Sinceramente tampoco creo en eso. – pronunció el muchacho mientras se tumbaba de espaldas sobre el colchón, a su lado. — ¿Destino? No. Las cosas pasan por los actos de las personas, como por ejemplo que hayamos llegado hasta aquí. No ha sido el destino o la suerte, ha sido porque hemos peleado por ello. Solo nosotros lo hemos hecho, sin ningún tipo de ayuda de alguien inexistente.
— Luffy…
Aquellas palabras habían sonado serias, y su rostro se había endurecido levemente, sin embargo una nueva sonrisa se dibujó sobre sus labios.
— Pero es cierto que esos encuentros han sido bastante casualidad. Quizás estemos destinados a estar juntos, shishishi.
Un gran sonrojo adornó las mejillas de la joven. Quizás Luffy no lo decía con esa intención, pero por mucho que no quisiera sentirlo, ella le daba un significado más… romántico.
— Ah, eso me recuerda a una conversación que tuve con Raileigh una vez.
— ¿Qué conversación? – preguntó observándolo más tranquila.
— Almas gemelas.
— ¿Eh?
— Sé lo que son los gemelos, pero no sabía que las almas también podían tener hermanos.
Nami parpadeó confusa ante eso y no pudo evitar soltar una pequeña carcajada. ¿Cómo se le ocurrían esas cosas?
— No lo son. – contestó segundos después.
— Lo sé, por eso cuando Hamock habló sobre casarnos y ser almas gemelas no lo entendí.
La joven navegante dejó de sonreír al instante. No era la primera vez que Luffy contaba sobre su aventura en la isla de las mujeres, sin embargo no podía evitar sentir su estómago retorcerse como la primera vez. Que la mujer más hermosa del mundo se hubiera fijado en su capitán la molestaba enormemente.
— Hmm…
— Hasta que él me lo explicó. No tiene nada que ver con los hermanos. – dijo, y soltó una risa al recordarlo.
Ella lo imitó levemente.
— No. – confirmó.
— Es por eso por lo que creo que nosotros somos almas gemelas.
La muchacha abrió en grande los ojos tras escuchar aquello. ¿Almas gemelas? ¿Ellos?
— Luffy…
— Aunque por un momento pensé que también podría serlo con Zoro, o incluso con Usopp.
No supo por qué, pero la imagen de Luffy y Zoro entrelazando sus manos y sonriéndose con dulzura pasó de manera fugaz por su mente.
— Eso sería raro… — comentó con una gota resbalándole por la sien.
— Shishishi. Lo sé, por eso te he elegido a ti.
Nuevamente la joven se asombró. Posó su vista en él y lo vio observándola con una gran sonrisa.
— ¿Eh?
— Vas a ser mi alma gemela.
El silenció reinó el lugar durante unos momentos. Nami intentaba comprender esas palabras mientras su rostro iba incendiándose cada vez más.
— ¿Q-Qué? ¿Por qué? – preguntó.
¿Almas gemelas? ¡Eso era demasiado!
— Porque quiero que así sea. – respondió él con total naturalidad. — Además si la vida nos ha juntado por algo será. Shishishi
— ¿Y quién dice que yo quiera, idiota? – inquirió ella frunciendo levemente el ceño.
— Eso no importa. Soy el capitán y ya lo he decidido.
Era el capitán sí, pero definitivamente uno pésimo en cuanto a tomar decisiones se refería.
— No puedes hacerlo.
Luffy se incorporó un poco para observarla. La chica tenía las mejillas hinchadas a modo de enfado como las de él.
Ambos podían llegar a ser igual de tercos.
— Claro que sí.
— Te digo que no.
El chico terminó nuevamente sentado sobre la cama, y giró su cuerpo hacia el de Nami.
— ¿Acaso… no quieres? – preguntó.
Y la dulce e inocente voz que puso alertó a la muchacha. El lado infantil de Luffy era muy molesto la mayor parte del tiempo, pero cuando de rogar se trataba no había nadie que pudiera resistirse. Era un encanto bastante problemático.
— No se trata de eso… — murmuró, y tuvo que girar su rostro a un lado al notalo gatear hacia ella.
— ¿Entonces sí quieres? – escuchó.
No se trataba de si quería o no, lo cual por supuesto que deseaba, sin embargo era mucho más complicado que eso. No podía responder a algo tan importante solo por el capricho de un adulto inmaduro.
Sintió la mano del chico posarse sobre la suya, y con la yema de los dedos deslizarla suavemente por su brazo en dirección a su rojizo y sorprendido rostro. Dio un pequeño brinco al notarlo llegar y acariciar con el pulgar su mejilla.
No quiso hacerlo, pero de manera inconsciente giró la vista hacia el frente encontrándose al muchacho a tan solo unos centímetros de distancia.
— Luffy… — murmuró suavemente.
Su corazón había comenzado a latir con fuerza.
— Por favor, Nami… Se mi alma gemela… — pidió.
La nombrada hacía unos segundos que se había perdido en su penetrante mirada, por lo que casi sin pensarlo, asintió con lentitud.
Vio sus ojos brillar en alegría mientras soltaba una pequeña carcajada, y no pudo evitar ensanchar sus labios en una pequeña sonrisa.
— Decidido entonces. – dijo él aumentando de nuevo la distancia. – Ahora soy aún más feliz que antes. ¡Gracias!
Pese a querer golpearlo con fuerza por manipularla de aquella manera, Nami tan solo suspiró y lo observo.
De haberse negado, probablemente Luffy hubiera seguido insistiendo en que eran el uno para el otro, y aunque no terminaba de convencerse, no podía negar que algo o alguien los quería juntos, en el mismo barco, en la misma vida…
Y quizás era hora de aceptarlo.
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¡Día 1 completado!
AAAAA
¿Qué tal? ¿Que os ha parecido?
He de decir que hace tiempo que no escribo una historia de esta pareja, asi que me ha costado un poco. Mas que nada porque tengo tan presente y tan mano mis miles de historias de Natsu y Lucy, que a veces me lio e incluso hago que sus personalidades cambien con los de ellos dos. Pido perdón por eso.
Siguiendo con lo escrito, me ha gustado bastante pese a ser el primer día. Lo bueno de participar en este reto, es que nada más ver las palabras elegidas, ya sabía el tipo de historia que quería escribir, así por eso parte nice :)
No tengo nada más que decir, así que os agracería muchisimo que me dierais vuestra opinion, o me dejarais simplemente algún que otro comentario. Ya sabeis que amo leeros (aunque a veces no os conteste ... uwu).
¡Una vez más, gracias por pasaros y espero que tengais un buen día!
