Los monstruos vienen en todas las formas y tamaños
-Neil Gaiman


En los viejos tiempos, los Yokais vivían en los bosques, ocultos de la humanidad o viviendo a escondidas entre ellos. No fue una época fácil, sobre todo para los Yokais más vulnerables, pero a pesar de ello, se las ingeniaron para vivir lo mejor que podían. Eso hasta la gran guerra entre los Yokai y una aldea de humanos que los traicionó, suceso muy importante que cambió para siempre las vidas de estos seres.

No obstante, si hay algo a destacar en ellos, es el hecho de que tienen sus propias tradiciones al igual que los seres humanos.

Y una de las más importantes es el "Saisei no Gishiki" (再生の儀式) o "Ritual de Renacimiento".

Una festividad la cual solo los Yokais conocen y festejan, una fecha que se da cada 100 años, más específicamente, al final del invierno, instantes antes de que inicie la primavera.

Un evento donde todos aquellos Yokais de gran poder y estatus pertenecientes al Consejo Yokai deberán reunirse junto con sus familias en la cima de una montaña y llevar a cabo un ritual, que se repetirá justo al pasar otros 100 años. Siempre el mismo proceso, cumpliendo los mismos requisitos sin excepción alguna.

Para los Yokais es de vital importancia llevar a cabo este ritual, pues es gracias a este que obtienen su fuerza, vitalidad, longevidad y sobre todo poder. De no llevarse a cabo correctamente, las consecuencias para cada uno de ellos serán devastadoras.

Pero ese es tema aparte.

Originalmente Nurarihyon, antiguo líder del Consejo y de los Yokais en general, era quien llevaba a cabo este evento, pero tras su muerte a manos de Osamu Yureimoto, la responsabilidad de este cayó en él y su esposa Amaya.

Quienes justo ahora se encontraban en "La Montaña Yokai", una antigua montaña ubicada en Gensokyo donde por generaciones se ha llevado a cabo el Ritual de Renacimiento. Justo a las afueras de un una enorme puerta de piedra solo visible para los yokais y que permanecía cerrada, con diversos grabados en este, que no son más que los símbolos de cada uno de los clanes yokai.

Ellos estaban esperando la llegada de sus viejos compañeros Yokai, siendo estos los líderes de las otras aldeas. Estaban algo reacios a interactuar con sus antiguos compañeros de combate, sin embargo, siendo toda una sociedad de monstruos, no podían estar separados por siempre, inevitablemente tendrán que convivir y cooperar de alguna manera.

Y el Saisei no Gishiki era un buen ejemplo de esto.

-Deberían de haber llegado ya. -dijo Amaya bastante amargada.

-Se paciente querida, el camino hacia acá es largo y tedioso, y no todos cuentan con la habilidad de teletransportarse en las sombras como tú -respondió Osamu tranquilamente tratando de aligerar la impaciencia de su esposa.

- Eso no es excusa para que se retrasen, saben perfectamente que ellos despiertan el día de hoy para iniciar con la planificación del ritual, y sabes que no toleran los retrasos, pero mira esto, no han llegado aún. -escupió Amaya con frialdad - No me sorprende en realidad, que se puede esperar de un montón de ineptos como ellos.

-Cuida tus palabras Amaya, no sabes a quien puedes provocar. -dijo una voz a sus espaldas.

Esta pertenecía a Inari Takagi, una Kitsune muy poderosa, gobernante de la Villa más cercana a la Villa Yureimoto.

Inari era una Kitsune de 9 colas con gran belleza y majestuosidad, sumándole una personalidad seria, sabia, inteligente, benevolente y amable. Pues, contrario a lo que muchos Yokais puedan pensar, Inari a pesar de su estatus social como líder de una aldea, trataba a todos por igual, siempre viendo por el bienestar de su familia y el de sus aldeanos. Al mismo tiempo tenía una marcada rivalidad con Amaya desde que eran jóvenes, y a pesar del paso de los siglos sigue teniendo roces con la Kitsune.

-Inari, mi vieja amiga. -saludo Osamu dando una reverencia a la Kitsune.

- Ha pasado tiempo Osamu. -Inari devolvió la reverencia - La última vez que los vi a los dos fue en el Desfile Nocturno. Como siempre querías una batalla, pero tu hija fue lo suficientemente inteligente como para intervenir y dejarnos ir en paz.

-Lo se, Fumiko así es, siempre tan considerada como para impedir que su viejo padre pelee y se lastime. - dijo Osamu con orgullo junto .

A Inari le le parecía increíble ese descaro de Osamu al afirmar que su hija impidió el conflicto por él. Pero decidió no recriminar, no valía en absoluto la pena.

-Eso lo puedo ver Osamu, la verdad me preguntó de quién lo habrá sacado, porque no creo que de tu esposa, salvo esa mirada de mujer amargada desgraciadamente.- se burló Inari, mirando a los ojos a Amaya.

La matriarca de los Yureimoto chasqueo los dientes ante el comentario de la kitsune, deseaba con todas sus fuerzas arrancarle la lengua o usar alguno de sus hechizos para causarle una muerte agónica, pero no le quedaba otra opción que aguantar su presencia.

- Aghhh, por Santiago!, ¡odio caminar hasta acá! - se escuchó la voz de alguien quejándose.

Los tres líderes yokai voltearon, y ante ellos comenzaron a aparecer el resto de los generales yokai.

Siendo el primero Kano Miyamoto, a quien pertencia la voz que se quejo hace un momento, se trataba de un Otakemaru (una clase de Oni) de piel azul, con ojos amarillo, un largo cabello y barba color negros, de los cuales brotaban algunos cabellos blancos denotando su vejez, y portando un elegante y algo trozado kimono de colores rojo y amarillo junto con un pantalon de piel de leopardo. A su vez que, como muchos onis, contaba con un par de largos cuernos, similares a los de una cabra, que sobresalen en su cabeza. Siempre con un carácter fuerte y personalidad bastante despreocupada, había sido un gran guerrero yokai, peleando en muchas batallas y acabando con la mayoría de sus enemigos, algo que sus numerosas cicatrices demostraban.

A su lado estaba Tetsuo Fujita, un Hitotsume Nuydo (cíclope de gran estatura) de complexión corpulenta, con una pequeña mata de pelo en su cabeza, su único ojo de un color azul oscuro, y vistiendo un kimono azul brillante y pantalones negros. Con la paciencia, la humildad y sabiduría de un monje budista, este cíclope era alguien difícil de sacar de sus casillas, prefiriendo mantener una actitud y postura neutrales con la gente a su alrededor. Este le pedía a su compañero que se tranquilizara, recordándole que estaba en el lugar sagrado, a lo que este se quejó de cómo se había tropezado constantemente con los árboles y rocas durante todo el camino.

Detrás de ellos los seguía Ozuru Osaki, un Hoo, una especie de ave fénix de gran altura dotado con un bello plumaje de colores brillantes, y portando encima de su espalda una capa color verde oscuro. En sus mejores años se caracterizó por su excentricidad, carisma y gracia, cualidades que lo hicieron muy querido por muchos yokais, a su vez que fue un gran estratega en lo que respectaba a ataques sorpresa. Sin embargo, tras la guerra y luego de haber perdido una de sus alas, éste cambió bastante, volviéndose más iracundo, amargado y frívolo con quienes le rodeaban, dejando de lado lo que alguna vez fue un yokai muy simpático.

-En serio tienes que ser tan insoportable Kano! - se quejó Ozuru, quien ya estaba harto de su compañero Oni. Pues se vio obligado a viajar junto con él y Tetsuo luego cruzarse con ellos en el camino.

-Para ti es fácil decirlo cara de gallina, ¡tú no tienes la vista borrosa! - dijo enfurecido Kano, enseñándole su ojo izquierdo, un ojo ciego por el que se cruzaba una enorme cicatriz y estaba cubierto de una gruesa capa gris que a duras penas dejaba ver su pupila e iris.

-Compañeros, ya no vale la pena pelear por ello, ya estamos aquí y tenemos trabajo por delante. - dijo Tetsuo, haciendo de mediador entre los dos antes de que las cosas se salieran de control.

Osamu se acercó a ellos haciendo una reverencia, la cual ellos devolvieron, aunque Kano lo hizo de muy mala gana. El daitengu les dio la bienvenida, asegurándoles que los estaban esperando y que habían llegado a tiempo pues las puertas de piedra aún no habían abierto. El gran cíclope le agradeció el aviso, mientras que Kano solo chasqueo los dientes y Ozuru solo se limitó a asentir.

De pronto escucharon una risa bastante espeluznante, y justo de la sombra de Tetsuo emergió una figura oscura, la cual momentos después se posiciono a un lado del cíclope yokai, este salto de la sorpresa y se le erizo la piel, sintiendo escalofríos por aquella aura pesada y aire gélido que emanaba aquel ente.

Se trataba de Kyoko Oonishi, un ente incorpóreo femenino, formada por una gran sombra oscura con múltiples ojos en todo su cuerpo. La mayoría de los yokais le tenían miedo a esta soberana, no sólo por su apariencia inquietante, sino por su personalidad sádica, vanidosa y misteriosa. Tenía una grandiosa habilidad para escabullirse entre las sombras y aparecer de sorpresa ante la gente, a la vez que tenía un gran conocimiento en lo que respectaba a hechizos y pociones, una habilidad equiparable a la de Amaya.

La mujer sombra empezó a hacerle burla al pobre cíclope, diciéndole que parecía un pollo asustado, y que siempre era el más fácil de asustar con trucos tan simples como ese. Sin embargo, esto no le causó ninguna gracia a Tetsuo.

Finalmente, Ichiro Morimoto, un Furaribi, una especie de león con alas envuelto en llamas, vistiendo una especie de kimono incompleto, pues solo tenia una manga, era de color amarillo con una cinta roja. Se caracterizaba por una personalidad espontánea, ingenua y simpática. Al ser el más joven de los líderes yokai, y gobernante de la villa más retirada, la opinión de este no era muy tomada en cuenta por la mayoría, aunque con el paso de los siglos y al haber ganado la suficiente experiencia logró ganarse el respeto de sus compañeros.

-Lamento la tardanza amigos. - se disculpó el león yokai, haciendo una reverencia.

-Tarde como siempre pequeño Morimoto, en serio no tienes vergüenza. - dijo Amaya con frialdad.

Ichiro solo se encogió de hombros y bajó sus orejas sintiéndose avergonzado. Amaya siempre había tenido esa extraña costumbre de dirigirse a él como un niño, aun a pesar de que todos ya eran adultos hechos y derechos.

-L-lo lamento Amaya. - se disculpó Ichiro con nervios. El por respeto y temor a la propia kijo y su magia, nunca buscaba arremeter contra ella. La conocía desde hace mucho, mucho tiempo en realidad, y sabía de lo que era capaz.

Amaya quería seguir su reprimenda hacia el yokai, pero se vio interrumpida cuando se hizo presente un extraño ruido.

Todos los miembros del extinto Consejo Yokai dirigieron sus miradas hacia las puertas de piedra y observaron que las enormes puertas de piedra comenzaron a mostrar una especie de brillo de color azul para posteriormente abrirse lentamente, invitando a los presentes a entrar.

-En hora buena amigos míos. - expresó con alegría Osamu, colocándose en frente de la entrada y alzando los brazos con júbilo - ¡Los Tres Monos Sabios han despertado!


La cueva, si es que se le puede decir así, era un lugar enorme, con un precioso grabado en el suelo que consistía en líneas y círculos con algunos kanjis, que se conectaban con una serie de 7 círculos enormes, los cuales tenían grabados el símbolo de cada clan del consejo yokai.

Además de ello, las paredes de la enorme cueva mostraban una serie de pinturas que parecía relatar una historia, o más bien una especie de ritual. Se mostraban una serie de figuras que vestían elegantemente sobre unas nubes, y debajo una representación de Japón con sus aldeas y montañas, figuras de humanos y yokais, el volcán, la cueva y lo mas destacado, una serie de yokais divididos en ocho grupos, formando cada uno su propio circulo, mientras una especie de luz o auras de color rojo los envolvían, estas luces luego salían del volcán para cubrir todo Japón, y los yokais esparcidos eran también envueltos por esta luz.

Básicamente, eso era el Saisei no Gishiki.

Osamu, Amaya y compañía se adentraron hacia el centro del volcán, donde justo en medio de se encontraba una enorme boca donde estaba la lava, y desde luego, esta no estaba activa por lo que no había peligro de que saltara y lastimara a alguien.

Instantes después, aparecieron unas pequeñas nubes que poco a poco tomaron forma, revelando una figura de lo que parecían ser tres animales. Seguido de esto, las nubes hicieron poof!, mostrando tres monos, uno cargando a otro y este a otro más.

Eran 3 monos color marron, vestidos con kimonos hechos a su medida, uno tenia un kimono amarillo, el segundo de color rojo y le tercero de color azul claro. Este trío al notar la presencia de los yokais rompieron su formación y se acomodaron uno al lado del otro, teniendo al del kimono rojo en medio.

-Kikazaru, Mizaru, Iwazaru, señores míos. - habló Osamu inclinándose ante los tres monos, y tanto su esposa como compañeros yokai también se inclinaron ante ellos como una muestra de respeto absoluto.

-Osamu, y todos, nos volvemos a ver. - saludo Kikazaru, el mono del kimono amarillo quien parecia ser el lider.

-¿100 años otra vez? - hablo el segundo mono, Mizaru - El tiempo vuela rápido.

Los líderes yokais se levantaron, Amaya estaba a punto de pregunatrle algo a los tres monos, pero el tercero se lo impidió.

-Tu lo has dicho Mizaru!. Es increíble, hace solo 100 años estabas aquí, después no y ahora otra vez! - vociferó Iwazaru con entusiasmo y un brillo de emoción en sus ojos.

Este mono siempre se destacó por su alegría y excentricidad, algo muy contrario a sus hermanos mayores Kikazaru y Mizaru, quienes eran más serios y tranquilos.

-Lo se Iwazaru, lo se.

Amaya se aclaró la garganta para captar su atención. Los tres monos entonces voltearon hacia ella.

-Mis señores, quería saber qué planes tienen para el Saisei no Gishiki.

-Me alegra que preguntes querida Amaya, tenemos mucho en mente para cada uno de ustedes. - dijo el primer mono.

- Si!, tenemos muchas ideas en mente. - vociferó el menor de los hermanos.

-Pero, todo a su tiempo querido hermano, antes… - el mono de nombre Mizaru chasqueo los dedos, haciendo que aquellos ocho grandes círculos tallados en el suelo empezaran a emanar un intenso brillo color azul claro.

-Adelante niños, diríjase al lugar que les pertenece, tenemos mucho por trabajar. - aplaudio Kikazaru dándoles la orden de moverse, los líderes yokai obedecieron.

Osamu y Amaya se dirigieron a su respectivo círculo, y al momento de colocarse en medio de este, el símbolo que representaba a su familia comenzó a brillar con más intensidad, luz que no les molestó en lo absoluto. Lo mismo ocurrió con sus demás compañeros, quienes ya se habían colocado en sus respectivos lugares, aunque Kano por su lado cubrió su ojo sano alegando que la luz le lastimaba la vista, pero el resto lo ignoraron. Después de ello dirigieron su vista hacia el centro de la boca del volcán donde estaban los tres monos sabios, esperando sus siguientes instrucciones.

El hermano mayor Kikazaru comenzó a flotar e ir alrededor del enorme círculo que habían formado los gobernantes, mientras comenzaba a explicar.

- Muy bien niños, tal y como dicta la tradición, cada uno de los patriarcas y matriarcas de los clanes reales deberán reunir a sus descendientes, colocarlos alrededor de su escudo para asi formar el círculo de la vida. – señaló los círculos sobre los que estaban parados.

-Recuerden que todo miembro de sangre de la familia deberá estar presente en este círculo o de lo contrario el ritual no los reconocerá como un clan. - dijo Mizaru imitando a su hermano y flotando alrededor de la habitación mientras miraba con ojos serios a cada uno de los yokais presentes.

-Por que si eso ocurre, el ritual fallará, y recuerden que las consecuencias pueden ser… - hablo Iwazaru haciendo un gesto de muerte - Ya saben… horribles.

Todos los líderes Yokai asintieron al unísono, aceptando las indicaciones y advertencias que les estaban dando los monos. A pesar de ya saberse de memoria todo esto mucho, nunca estaba de más tener presentes las reglas de su tradición. Pues no querían que nada saliera mal.

-A continuación, revisaremos cuantos miembros de sus familias estarán presentes para organizar los círculos de la vida. - dijo el mayor mientras le hacía una seña a sus hermanos.

Estos sin perder el tiempo, cada uno se dirigió a un círculo diferente, alzaron las manos e hicieron un gesto simulando pasarlas sobre los círculos, provocando así que otros círculos pero esta vez más pequeños alrededor del contorno del círculo principal. Estos pequeños círculos básicamente representaban a cada uno de los miembros de los respectivos clanes.

Mizaru empezó primero con Inari, revelando 15 pequeños círculos, a lo que el círculo principal se extendió junto con estos, también aprovechó el momento para felicitarla por sus nietos y por los nuevos que acababan de nacer, a lo la Kitsune le dio las gracias. Luego se dirigió con Ichiro, quien tenía 12 e igualmente lo felicito por su familia, después con Kano teniendo este 14 y Ozuru con 10.

Iwazaru por su lado vio que Tetsuo tenía solo 6 círculos, e igualmente felicitandolo, después se dirigió con Kyoko, quien poseía 11. Por último, se dirigió hacia Osamu y Amaya revelando que estos tenían la buena cantidad de 24 círculos.

Esperen, 24 círculos?

-Aguarde un momento, amo Iwazaru! - vociferó Amaya llamando tanto la atención de aquel mono como de los otros hermanos y de los otros yokais. - Debe haber un error en nuestro círculo, no pueden ser 24.

-Mi esposa tiene razón mis señores, nuestra familia no es tan grande, pues si mis cálculos no fallan, somos 13 en total, con mi esposa, mis hijos, mis nietas y mi yerno. - hablo Osamu con serenidad, creyendo como su esposa que debería ser algún error.

-Me temo decirles a los 2 que no es así, todos estos son los miembros de su clan, y permítanme felicitarlos a los dos, no pensé que la familia fuera a extenderse tanto, hehe. - dijo Iwazaru sonriendo y felicitando a la pareja.

Quienes para este momento, voltearon a verse compartiendo el mismo sentimiento de confusión, sin comprender que estaba ocurriendo.

-Insisto en que debe haber alguna clase de error, solo tenemos 7 hijos y tres nietas, sin contar al esposo de mi hija. - dijo Amaya haciendo especial énfasis en la palabra "esposo" y diciéndola en un tono muy seco.

-No es ninguna equivocación Amaya, déjanos sacarte de dudas. - Kikazaru voló hacia ella y Osamu. - Algunos de estos círculos son de tus hijos y tus nietas, además de tu yerno quien es humano y una de tus nietas mitad humana, una novedad sinceramente.

-Lo es, nunca un humano y un híbrido entre humano y yokai había formado parte de un clan, pero siempre hay una primera vez. - afirmó Mizaru.

-Exactamente, no obstante, el resto de los círculos pertenecen a otros niños que por lo que puedo ver no tienen tu sangre pero sí la de tu esposo. - dijo el mayor de los monos con una increíble serenidad.

-¿Qué me está queriendo decir con eso? - preguntó Amaya, quien ya se había formado una idea de lo que eso significaba, pero no quería confirmarlo.

-Esos círculos son del resto de los hijos y nietos de Osamu.

Cada uno de los presentes, excluyendo a los tres monos, jadearon en respuesta, era una sorpresa enorme, pero más para Osamu, quien estaba impávido, quizás tratando de procesar aquellas palabras.

Tenía otros hijos y nietos!

El daitengu al salir de su impavidez se dio cuenta de que su esposa lo estaba observando con una mirada asesina, diciéndole en silencio explícate.

Sin duda este iba a ser un día muy largo.


¡Hola a todos!

Si, se que en este momento deben tener un montón de preguntas.

¿Qué está pasando?

¿Quiénes son los tres monos sabios?

Osamu tiene otros hijos?!

Tranquilos todos, esas preguntas serán respondidas a su tiempo.

De momento, disfruten este primer capítulo de uno de mis proyectos más ambiciosos. El cual tenia pensado desde hace un año, pero en lugar de hacerlo a lo tonto, me tomo el tiempo necesario para planearlo y pulirlo a mi gusto.

Otra cosa que también puedo asegurarles, es que todos los personajes importantes del cómic original aparecerán, a la vez que aparecerán otros nuevos (OC's) creados por mí y los roles que tendrán en esta historia serán muy interesantes.

Por supuesto, habrá algunos cambios importantes en el Lore de la historia al ser un Universo Alternativo, además de que tomare en cuenta sólo los eventos ocurridos hasta The Night Parade part. 44, los episodios le sigan a este no influyen en lo absoluto en la historia, pero la esencia que caracteriza al cómic original se mantendrá lo más que se pueda.

Le dedico este Fanfic a mis mejores amigos, igualmente fans de Erma:

TheAstuteDevil (Deviantart)

Enriks-Da-Writer (Deviantart)

LoganBearScout (Erma Amino)

LongNightDragon (Fanfiction)

Caw-zrs6 (Discord and Deviantart)

Spidersans (Deviantart)

Nota:

Esta historia también la pueden encontrar en Ao3 (Rina12) y Wattpad (Rina12 - corzin443)