Allí estaba, observando aburrida su celular mientras desayunaba, viendo algún que otro vídeo, y no pudo evitar bostezar.
Odiaba cuando su hermano mayor la molestaba para estupideces, se había tenido que levantar a las 2:00 am solo para darle una lección a un imbécil random.
Hablando del diablo, el hombre de unos veintipicos años entró a la sala, bostezando de igual manera.
- Buenos días, Tomura- El hombre hecho de niebla morada saludó con amabilidad al recién llegado, vistiendo un traje de bartender
Pasó de lado, yendo directo a donde ella estaba sentada, tomando de paso un pequeño vaso de whisky y tomandeselo de golpe.
- ¿Mala noche? - Preguntó, mirando con sorna al hombre frente suya
- Vete a la mierda- Le contestó con desdén- No logramos reclutar a nadie, a este paso no podré cumplir lo que quiere el maestro
Lo analizó de pies a cabeza, Tomura le caía gordo, se hacía llamar su hermano mayor, pero no era más que el protegido de su padre, lo odiaba con toda su alma, se suponía que ella iba a heredar el legado de su padre, no un niño random de la calle, y se iba a asegurar de ello.
- Ya vete, Hatsu, o llegaras tarde- Advirtió el hombre niebla
Hatsumi guardo su celular en la mochila a su lado, para después echarsela al hombro y despedirse del hombre sombra, yendo camino a la escuela, y mientras lo hacía, su cabeza se llenaba de miles de pensamientos.
Tomura y ella siempre estaban en constante rivalidad por demostrar quien era mejor, hasta que su padre decidió heredarselo a él, lo que la molesto enormemente.
¿Su propio padre la reemplazo por un niño en el cuerpo de un adulto de unos 24 años? Porque el era muy infantil, haciendo estúpidos berrinches cuando algo no salía bien.
Por eso estaba decidida, construiría un equipo de villanos, que aplastara a la estúpida Liga de Villanos y demuestre a su padre que ella es mucho mejor que ese niño mimado.
Y para ello, debía reclutar a los mejores villanos, pero primero debía desarrollar una gran inteligencia para planear y dirigir a su grupo, y para ello, debía ir a la escuela.
A pesar de ser una gran villana (segun ella) no debía descuidar sus estudios.
Llegó a la entrada de la edificación, entrando con pasos triunfantes a la escuela.
- ¡Hatsu-chan!- La voz femenina interrumpió el carril de pensamientos de la chica
"Esa voz demoníaca" La de cabello azabache con mechón rojo empezó a temblar ligeramente
Al voltearse, fue tacleada rápidamente, cayendo al suelo con fuerza.
- Buenos días a ti también, Kuri
Frente a ella, o mejor dicho encima de ella, se encontraba una chica de su edad, de pelo castaño y ojos azules, le sonreía a más no poder.
Ella era Suzuki Kuri, una chica demoníaca que disfrutaba de molestarla allá a donde fuera, no la dejaba nunca en paz, hasta se había autodenominado su mejor amiga.
Aunque realmente no le caía tan mal, pero nunca lo admitiría.
- No tienes que ocultarlo, Hatsumi, yo lo sé perfectamente- Una segunda voz, esta vez masculina, se hizo presente
Un chico también de su edad, cabello negro y ojos rojos, veía con burla a la menor.
El era Ebina Yuzuru, un chico bastante arrogante con complejos de superioridad, pero lo que más le molestaba era que el podía leer las mentes.
Para desgracia o suerte de Hatsumi, aquellos dos idiotas eran sus "mejores amigos"
- ¿Podrías quitarte de encima?- "Preguntó dirigiendose a la ojiazul- Y tú, deja de estar allí parado y ayudame
- ¡Ah, lo siento, Hatsu-chan!- Se disculpo torpemente, el pelinegro solo la miro fijamente
- Deja de mirarme, cuatro ojos- Respondió mientras se levantaba, haciendo reír al mayor
- ¡Que mierda crees que haces, maldito Deku bastardo!- Su conversación fue interrumpida por el fuerte grito, seguido de un golpe seco contra los casilleros
Un chico de cabellera ceniza y ojos carmesí veía enojado a otro de cabello esmeralda y pecas, que se encontraba tirado en el suelo, posiblemente se había golpeado contra los casilleros y de ahí el ruido.
Bakugo Katsuki, el matón de la escuela, se encargaba de acosar a muchos alumnos de la secundaria.
Pero en especial uno en particular, Midoriya Izuku, era a quien más le hacía la vida imposible, más de una vez lo había golpeado por la más mínima estupidez, o hasta amenazado, como ahora.
- ¡Y-Yo lo siento Kacchan, de verdad no era mi intención, te lo juro!- Negó con nerviosismo el pecoso
- ¡No me llames por ese estúpido apodo, maldito imbécil!
El pobre peliverde estaba al borde de un colapso, tenía miedo, no dejaba de temblar y de derramar lágrimas.
Por otro lado, Hatsumi sólo veía como golpeaban a su compañero, con un poco de lástima, pero recalcó, solo un poco, no se iba a meter donde no la llamaban, no era una heroína.
Yuzuru solo veía con incomodidad como golpeaban al menor, desviando la vista sin ganas de hacer nada tampoco.
En cambio, la reacción de Kuri había sido completamente diferente a la de sus amigos, ella veía la escena con asco, pero no asco hacia Katsuki, sino al peliverde.
- ¿No deberíamos detenerlo?- Preguntó Yuzuru incomodo
- ¿De qué mierda hablas, Yuzuru? Ese estupido Quirkless se lo merece, molestó a Katsuki-sama, gente como el no son más que parásitos de la sociedad- Habló Kuri mirando con desdén al pelinegro, quien sólo desvío nuevamente la mirada
Hatsumi no diría nada, pero odiaba esa faceta de Kuri, no compartía esa opinión para nada, aún así no ayudaría a su compañero, debia mantener un perfil bajo.
Y así avanzó el tiempo, pronto se termino el horario escolar, cada uno regresaba a sus hogares, excepto una azabache.
Llamenlo destino, casualidad o como quieran, pero ese día en particular, Hatsumi había decidido desviarse de su camino a casa, quería visitar una nueva tienda de dangos que había abierto hace poco.
Cuando se trataba de dangos, ella era un monstruo.
Al tener sus tan preciados dangos en mano, caminaba tranquilamente taradeando alguna que otra canción mientras los devoraba uno por uno, hasta que un rayo de sol la deslumbró.
Fastidiada, subió la vista y se tapo la cara intentando que no le diera el sol, pero en cambio se encontró con una escena que no esperaba para nada.
Sin importarle los dangos, salió disparada hacia el edificio, subiendo a toda velocidad las escaleras hasta dar a parar a la azotea, azotando la puerta.
Allí, justo al borde, se encontraba el peliverde, dándole la espalda y mirando hacia el frente.
- ¿Y que haces?- Pregunto la chica, llamando la atención del peliverde, aunque al voltear a verla, sus ojos no reflejaban vida, estaban muertos
- Pensaba...- Habló el chico después de unos segundos- Tenía la esperanza...de que a pesar de no tener poder...podria convertirme en un héroe...¿Sabes? Uno que salve a las personas con una sonrisa- Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, pero no de felicidad, sino melancólica-Me di cuenta que fui un estúpido todo este tiempo, a pesar de escuchar lo mismo todos estos años, seguí manteniendo la esperanza, la esperanza de algún día ser como ídolo...ser como All Might- El peliverde se volteo abruptamente, mirando con lágrimas a la pelinegra- ¿¡Y que recibí a cambio!? ¡Mi ídolo, aquel que dijo que siempre debo mantener una sonrisa, quien me mantuvo a flote todos estos años, fue el mismo que destruyó completamente mis sueños!- Gritó retrocediendo poco a poco- Yo...ya estoy cansado...Asi que nada de lo que digas hará la diferencia
Hatsumi lo miro seriamente durante unos minutos, entonces se acerco poco a poco,poniendo cada vez más nervioso al peliverde.
- ¡N-No te acerques, o me lanzare!- Tartamudeo mientras veía como ella ni se inmutaba
- No eres más que un mentiroso- Dijo al ya estar frente suya- ¿Que quieres morir? No son más que patrañas, en realidad no quieres hacerlo, sino ya lo hubieras echo desde hace mucho, solo quieres huir de tus problemas
- ¡Y-Yo no estoy bromeando! ¡De verdad lo haré!
- Pues entonces te ayudare
Harta ya de su actitud, Hatsumi tomo del cuello de la camisa al chico, empujandolo al borde de la repisa y dejándole caer.
Midoriya vio todo en cámara lenta, viendo su vida pasar por delante de sus ojos, entonces la imagen de su madre apareció, no podía morir, no podía dejarla sola.
- ¡N-No!- Gritó, estirando su mano para aferrarse a algo inútilmente
Pero Hatsumi lo agarro, salvandole justo a tiempo y empujandole hacia ella, haciendo que ambos cayeran al suelo.
El pecoso no podía parar de llorar, estuvo a punto de morir ¿En que demonios pensaba?
- Los héroes no lo son todo en este mundo, Midoriya Izuku-Aquellas palabras captaron la atención del chico, mirando entre lagrimas a la chica frente a él- Los héroes no son seres de luz, ellos también tienen un lado oscuro, aunque quieran negarlo, al igual que tú, son muchas las personas que sufren por los héroes, ya sean porque no los salvaron a tiempo o ellos mismos causaron su caida- Hatsumi se agachó, viendo cara a cara al pecoso- ¿Sabes como se llaman esas personas, Midoriya? Villanos, y tú, Midoriya Izuku, podrías ser uno de los más grandes villanos existentes ¿Para que ser un héroe, no crees que es un desperdicio suicidarte por personas que no lo merecen? Únete a mi, Midoriya Izuku, y juntos crearemos una sociedad perfecta, JUNTOS DOMINAREMOS TODO JAPÓN
