Título: Nuestra Suerte.

Fandom: Naruto Nex Generation.

Pareja: KawaSara (Kawaki x Sarada)

Advertencias:

•Au(Mundo alterno).

•Hurt/Confort.

•Posible Ooc en algunos personajes.

•Personajes no son míos, son de Masashi Kishimoto.

Prompts: Tienes la peor de las suertes hasta que conozcas a tu alma gemela (pero cada evento que pasan es indispensable para que al final se conozcan).

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Parte Única.

Desdé que tiene uso de razón Kawaki Uzumaki recuerda que todo en su vida, le va en mal a peor. Por más que se esfuerza o quiera tener la mentalidad de que todo mejorará, siempre le pasa algo malo. De la cosa más mínima hasta la peor de todas.

Perder sus útiles escolares, ser acusado en un crimen que no cometió, hacer perder el trabajo de su padre, provocar sin querer un accidente a su hermano, perder dinero que reunió, por rumores no recibir su pago de su duro trabajo y muchas cosas más. Pero todas-o en su mayoría- malas que le pasan a su vida.

A veces piensa que algo malo hizo en su otra vida y ahora lo esta pagando. Y vaya que lo hace, hasta intereses le deben estar cobrando. Hay momentos de su vida que quiere rendirse ante las adversidades, pero en el fondo de su ser escucha una voz de no rendirse y siga fuerte que algo(o alguien) le debe estar esperando.

Por otro lado tenemos a Sarada Uchiha. Una chica en igual condiciones que Kawaki. Nada le va bien, por más que quería esforzarse no consigue alcanzar la cima del éxito.

Muchas veces recibió apoyo de sus padres, pero las palabras no le servían. Ella es buena estudiante, pero al llegar sus notas las tenían por lo más bajo y las directivas se excusaban con "un error del sistema" esa racha la persiguió hasta en la universidad. Los accidentes vergonzoso que paso en la calle debido a los rotos de su ropa, cuando bien eran prendas nuevas o sin ninguna fisura. Cuando una vez la persiguieron confundiéndola con una "ladrona" y ese mismo día la robaron dos veces.

Y tan solo es el resumen de su desdicha. Quería tirar la toalla, pero su corazón le insistía en seguir y que luego encontraría la recompensa.

—Casarte te quita la mala suerte.

Fue el consejo que recibieron Sarada y Kawaki por sus respectivos amigos. Ni ella, ni él tienen esos planes, pero si esa era la solución, debía de intentarlo.

—Mi mala racha debe de acabar ¡Y ya! —aseguro Sarada agotada de su vida.

Sus padres no estaba de acuerdo, pero apoyaron a su hija en la decisión.

—Esta será la última vez que intente cambiar mi suerte —afirmó Kawaki con expresión desinteresada, mientras le daba un sorbo a su vaso de licor.

. . .

Aquel día llego. Dada la casualidad que ese mismo día se casaban Sarada y su pareja al tiempo Kawaki y su pareja. Cada uno específico y sincero sobre los motivos del matrimonios, dichas personas aceptaron con gusto, ya que tampoco estaban enamoradas.

Una tormenta azotó a la ciudad por completo. Sarada esperaba a su novio en el altar, llegó primero pensando que había él ya se encontraba para recibirla como tradición familiar. Y Kawaki llevaba una hora en espera de la novia. Una hora más tarde, a cada uno les llego el siguiente mensaje:

"Lo siento, pero al final no me quiero casar contigo."

Tanto Sarada y Kawaki hartos de su dicha, hasta en una boda sin amor, los dejaban plantados. En medio de la tormenta y todo salieron corriendo, sin escuchar llamados a su nombres. Solo querían estar consigo mismo por un tiempo.

Estuvieron un largo rato corriendo bajo la lluvia y se obligaron al detenerse cuando los dos chocaron y que por poco se caen de espaldas. Un Kawaki y Sarada empapados por la lluvia, sus ojos reflejaban el profundo agotamiento por su suerte, pero un alivio indescriptible les empezó a invadir. Pase al frío que sentía, un calor empezó abrazarlos.

—Soy Kawaki y me acaban de dejar en el altar —se presente, sonriendo por su propia desgracia.

—Un gusto. —Ella se acomodó sus lentes y sonrió—. Soy Sarada y me paso igual.

Ambos rieron por sus propias desdichas, era la primera vez que lo hacen y no saben el porque, pero siente que a partir de ese momento todo iba a cambia en sus vidas.

Y no. Ninguno de ellos se equivocaron desde ese día, su suerte cambio y descubrieron que eran almas gemelas. No obstante dejaron que todo fuera fluyendo entre ellos y disfrutando de su nueva suerte.

Fin.