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Dedicado a CaroTakashi09 (wattpad)


i miss you

Chifuyu x Senju


Chifuyu Matsuno abrió sus ojos con parsimonia y conforme se iba sentando, iba sintiendo más intenso el dolor de jaqueca.

La fiesta de anoche había estado muy agitada, donde el bonchón duro hasta muy entrada los primeros rayos del alba.

Busco su teléfono a tientas y lo encontró debajo de la almohada.

No tenía ningún mensaje o llamada perdida, y apretó el botón para volver a bloquear el teléfono.

No soportando más se levanto y camino hacia afuera de su habitación, directo a la cocina por el botiquín que su amigo Souya Kawata siempre se encargaba de que cargara con las medicinas necesarias en caso de emergencia.

Cuando llego a la sala sonrío absorto al mirar tal desorden. Los muebles movidos, incluso uno tirado en una esquina. Latas, botellas y vasos tirados por doquier. Bolsas de frituras también. Unas sabanas guindadas desde el barandal del rellano cuando a Peh y Pah se le antojo lanzarse desde ahí.

Si, admitía había sido buena fiesta.

Todo eso debido a que hace dos noches el equipo de fútbol americano del cual era parte había ganado el campeonato nacional entre las universidades de Japón.

Así que el líder Manjiro Sano había organizado un fiestón en la casa donde todo el equipo habitada y, además, conformaban una hermandad.

Mientras se iba acercando a la cocina, a sus oídos llegaron murmullos desde dicho lugar. Cuando ingresó no se sorprendió de ver a Hinata Tachibana junto a su compañero Abel, riendo y besándose, mientras compartían el desayuno.

Sin buscar interrumpirlos saco el botiquín y rebusco la tableta de pastillas para la jaqueca, al conseguirla fue por agua y luego se retiro, tomando en el camino la pastilla.

Subió de nuevo hacia su habitación y en eso se fijo más al fondo, donde observo a dos de sus compañeros hablando muy cerca del otro. Casi acariciándose ante la proximidad de sus cuerpos. Un borrón rubio y otro negro.

Rodo sus ojos divertidos e ingreso a su habitación, donde al instante se detiene de golpe al mirar a esa persona de pie y mirando por la ventana de su habitación hacia el jardín de la casa.

Inevitablemente, sus mejillas adquirieron un color carmesí y su corazón, por más que no quiso, bombardeo con fuerza tan solo por tenerla ahí.

—¿Qué haces aquí, Senju?

Una bonita chica de cabello corto y ojos turquesa, dio media vuelta y lo observo con una amable sonrisa en su rostro.

—Solo vine a ver como estadas, anoche escuche que la fiesta estuvo desenfrenada.

Chifuyu alzo una ceja dudoso.

—¿Wakasa sabes que estás aquí?

—Wakasa es mi... prmetido, no mi dueño.

Chifuyu mojo sus labios y paso a dejar el vaso en el buro aun lado de la puerta.

—¿Qué haces aquí, Senju?

La expresión risueña de Senju drásticamente a una de apesadumbre, sus mejillas adquirieron un tono rosa que delatada una inusual timidez. Paso una mano por su corto cabello y despeino un poco la parte trasera.

—Temo que si te lo digo, me odiaras... O no me creerás.

—¿Por qué? ¿Sería importante lo que tuvieras que decirme a estas alturas?

Senju bajo sus manos y lo miro directo a los ojos.

—Muy importante.

—¿Y qué...?

—Te extraño —musito finalmente, su tono de voz denotando anhelo.

Chifuyu tuvo que fingir que esas palabras no hicieron temblar el piso donde él estaba parado.

—¿Eh?

—Sí, te extraño...

Chifuyu trago grueso ante esas dos palabras y su cuerpo lo sintió como si cayera desde de lo alto de un edificio.

—No deberías hacerme esto, Senju... Así, de repente ¿qué pasa por tu mente?

La chica de preciosos ojos turquesa pestañeo con pesar y llevo una mano a su pecho con angustia. Senju no hubiera querido remover todo de nuevo, pero tampoco quería evitarlo y seguir ocultando todo lo que sentía por ese rubio.

Sentía que se asfixiaba cada noche ante la ansiedad de lo que había ocurrido.

Medio había pasado desde que se separaron y había sido una total tortura.

Senju se acerco hasta su rostro y Chifuyu trago grueso al tenerla tan cerca. Aprecio la forma de su nariz, sus gruesas pestañas albinas, su piel lechosa, sus ojos turquesa...

Tan preciosa como siempre.

Senju se acercó más a su rostro al punto que sus alientos se entre mezclaron.

—No quería traerte de nuevo dolor —le aseguró. — Pero no puedo evitarlo, Chifuyu. No soy nada sin ti, te anhelo día y noche... Hasta este punto logre aguantar.

Ante aquellas palabras Chifuyu la tomo de las mejillas y unió sus labios en un beso que demostraba lo mucho que ambos habían extrañado el contacto del otro. Senju fue retrocediendo y, en un punto, él le quito la camisa de tiras que llevaba, quedando desnuda del torso para arriba.

Ambos cayeron en la cama sin dejar de toquetearse y besarse donde les alcanzara.

—Como te extrañe — le susurra al oído sintiéndose extasiado por besar de nuevo esa dulce piel.

—Demasiado — completa Senju y el chico se inclinó para cubrir un pezón y chupar. La chica gimoteo con deleite y acaricio sus rizos rubios en la nuca.

Pero la mente de Chifuyu pareció entrar un rayo de dilucides, porque se apartó como si el cuerpo de la chica quemara. Le dio la espalda al caer en razón y se maldijo vil veces.

¿Cómo había podido dejarse llevar tan rápido?

Pero era así, era ella. Una sirena que lo tenía comiendo de la palma de su mano, y que desde su ruptura, no había logrado estar con ningún otra mujer.

—Vete, Senju.

—Pero Chifuyu...

—¡Vete! — Gritó y Senju llevo una mano a su pecho desnudo. — No hagas esto, Senju...

La albina se levantó de la cama para acortar las distancias con el rubio y rodear su espalda.

—Solo déjame explicarlo, por favor.

Los ojos de Chifuyu se humedecieron y la garganta la sintió apretada.

—¿Por qué ahora? Ya cuando ha pasado tiempo y puedo decir que lo he sabido sobrellevar luego de que decidieras dejarme.

Senju apretó sus ojos con dolor.

—No quería dejarte Chifuyu, muy lejos de la realidad que busque hacerte creer.

Matsuno talló su frente, aun sin querer mirar a Senju.

—¿De qué hablas? ¿Cómo todas esas palabras que me dijiste pueden ahora tener otra connotación?

—Si no hacía lo que mi padre quería, podría haber despedido a tu mamá y quitado tu beca deportiva. Y se lo mucho que quieres salir adelante, me hubiera matado ver que todo lo que has hecho hasta ahora hubiera sido en vano ¿cómo podía permitir eso?

Chifuyu apretó una mano con rabia antes sus palabras, la revelación cayéndole como un balde de agua fría.

Había conocido al padre de Senju hace un año y medio y al señor pudiente parecía que no le había importado que ellos tuviera una relación. Que falso, claro ¿Cómo el señor permitiera a su hija juntarse con un chico sin patrimonio o herencia de una gran familia? Seguro que solo había visto esa relación como algo temporal.

Pero al darse cuenta de que no era así, y bajo la tentativa de alianza bajo el compromiso de Senju con Wakasa, no tuvo más opción que poner manos a la obra.

—Me dio a escoger, si el cortar todo por sí mismo o hacerlo yo...

—Y escogiste hacerlo tú...

Senju apoyo su frente de la espalda de Chifuyu

—Te dije cosas feas ese día, cosas de la que siempre me arrepentiré. Pero, al menos, quería que supieras que ninguna era verdad. Solo buscaba apartarte para que no sufrieras...

—Hiciste mal, Senju... No debiste haber elegido por los dos. Quizás ambos hubiéramos logrado otra alternativa.

—No, mi padre tiene mucho poder en el concejo de representantes de la universidad. Nada se hubiera logrado—los ojos de Senju se humedecieron y trago amargo. — Nada se puede hacer...

Chifuyu se giro finalmente para ambos volverse a mirarse. Sin mentiras de por medio, solo con el desasosiego ante el pensamiento del tiempo perdido por las ansias de poder de aquel hombre, ante el beneficio económico que le traería aquel compromiso.

Es cuando Senju achica los ojos y los cubre con sus manos, rompiendo en llanto.

—Lo siento, Chifuyu. He sido egoísta, venir a decirte todo esto, aun sabiendo que apenas salga por esa puerta, mi compromiso con Wakaa aun seguirá en pie.

Aquellas palabras se clavaron como espadas en el corazón del rubio.

—Entonces si seguirás cumpliendo las órdenes de tu padre...

Senju se quito las manos de su rostro, su rostro humedecido le dolió a Chifuyu.

—¡Y que mas puedo hacer! — Le gritó — ¡Me tiene atada!

Chifuyu la abrazo entonces y acaricio su espalda.

Durante varios minutos, solo se escucharon los sollozos de Senju.

Cuando se hubo calmado la chica se separo un poco y miro al chico a los ojos. Chifuyu observo estos más húmedos, así como las mejillas y nariz arreboladas, por las lágrimas derramadas.

—Chifuyu, discúlpame. Por toda esa mierda que te hice creer.

—No, yo igual lo siento. Senju, me creí todo lo que me dijiste y ni siquiera pensé por un momento que podía haber algo extraño detrás.

Senju meneo la cabeza.

—Supongo que era inevitable no creerme, no era una buena chica antes de conocerte...

La chica se separo y tomo su blusa para colocársela.

Una vez vestida, miro a Chifuyu antes de tragar grueso y pasar por su lado, con el corazón en un puño. Se detuvo al llegar a la puerta.

—El compromiso es dentro de tres meses. Después de culminar el semestre me iré a Osaka, donde será la ceremonia.

Matsuno la miró con la garganta apretada.

Podría mandar a la mierda todo, y pedirle se quede, con él, pero... Si su padre fue capaz de hacerle tomar tal decisión egoísta, no se quería imaginar que podía hacerle si ella huía y dejaba el compromiso.

Senju nunca estaría en paz, no mientras tuviera atada al apellido Akashi.

En vista de que Chifuyu no decía nada, Senju suspiró...

—Te amo, Chifuyu Matsuno.

Y tras decir eso, salió con prisa de la habitación.

Matsuno se derrumbo en el suelo con las lágrimas corriendo por sus mejillas y apretando los labios para no sollozar.

Miro hacia el frente y gateo hacia su buro, donde saco su billetera y de ella una polaroid de él y Senju, cuando aun estaban juntos.

Mojo sus labios y se recostó en el piso, mirando hacia el techo.

Pensando en lo injusta que era la vida.


Hina levantó la cabeza del sartén y miro hacia su amigo Chifuyu, quien miraba su plato sin ningún ánimo de querer cenar.

Y el tiempo que tenía viviendo ahí, como novia de Abel, sabía del buen diente que tenía el equipo de futbol americano.

Sin contar que la aflicción de Chifuyu era demasiado evidente para ignorar.

—¿Qué tienes?

Chifuyu miro hacia los bonitos ojos salmón de su amiga.

—¿Yo? Bueno...

—¿No es evidente? Esta así porque Senju se casara con Wakasa Imaushi dentro de tres meses.

Abel iba ingresando a la cocina con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

Hina pestañeo ante la noticia.

—¿De verdad? — Soltó y entonces comprendió el porqué de la actitud taciturna de su amigo — Oh, Chifuyu, pensé que la habías...

Matsuno levantó una mano y suspiró.

—No, está bien Hina, ya ha pasado incluso medio año...Solo es...

Abel chisto la lengua y se ubico aun lado de su novia.

—Gracioso si crees que no creeremos que estas bien. Más cuando vi a Senju salir despavorida y llorando esta mañana de la casa.

Chifuyu mojo sus labios y apretó sus puños.

Hina miró hacia su amigo de nuevo.

—Chifuyu, ¿Qué pasa?

El Matsuno no soportando más, les contó lo ocurrido esa mañana.

—Eres un cobarde de mierda — graznó Abel cruzándose de brazos.

—¡Abel! — lo amonesto Hina por su falta de tacto.

Chifuyu se levanto de la butaca y miro colérico a su compañero.

—¿Cobarde? Sabes el poder que tiene el señor Akashi en la universidad y fuera. Senju nunca estará en paz teniendo la sombra de su padre pisándole los talones — Chifuyu bajo la mirada apretando los dientes .

Si tan solo tuviera el poder necesario para resguardar a Senju con él, pero no, solo era un pobre muchacho sin nada que ofrecer.

Abel hizo un ademán.

—¿Y eso qué? Igual sera miserable atándose a un hombre que no quiere. Al menos que sea miserable estando junto al chico que ama ¿no? — Los ojos carmesí del chico miraron a su novia, como buscando ver si tenía razón.

Hina le sonrío y palmeo su mejilla con cariño, luego miro hacia Chifuyu de forma maternal.

—Entiendo que quieras proteger a Senju, pero igual no lo estará de ninguna de las dos formas. Pero Abel tiene razón en algo, al menos una de ellas sería estando contigo. Y, quien quita, juntos podrían al final lograr vencer esa adversidad que los quiere separados, y ser finalmente felices juntos.

Chifuyu pestañeo ante eso ultimo y bajo la mirada.

Y fue cuando comprendió que tenía miedo.

Pero ¿por qué? ¿de qué?

Sus ojos se abrieron al comprender que su miedo era eso.. No ser nada ni nadie, ante tal situación.

Por eso no había salido corriendo tras Senju y pedido que se quedará, que no importaba, que juntos podrían contra su padre.

Alzo la mirada y miró a sus amigos.

—Tienen razón, solo estaba siendo un cobarde... No me sentía capaz de ir contra el señor Akashi, pero no, eso se acabó — La mirada verdosa del chico se alzó con determinación — ¡Voy por Senju!

Chifuyu salio corriendo hacia afuera de la casa tras decir esas palabras.

La pareja se miro y se sonrieron mutuamente tras haber ayudado a un amigo.

Cuando Chifuyu salio al patio, escucho el ruido de una moto conocida.

—¡Mitsuya, préstame tu moto!

Un chico de cabello lavanda iba llegando en ese momento y solo parpadea confuso al mirar a Chifuyu correr hacia donde él exaltado. Pero igual no lo piensa y le lanza las llaves de su moto, ya luego se enteraría que habia pasado.

Chifuyu se monta en la Impulse de su amigo y arrancó de ahí con prisa. Fue cuando en un cruce y dejándose llevar por la ansiedad y adrenalina que sentía en esos momentos recorrerlo, no espero a que la luz roja del semáforo pasara a verde, y entonces... una luz blanca lo cegó por completo de golpe.


Senju se apoyaba del alfeizar de la ventana mientras miraba hacia el cielo nocturno.

—¿Chocolate caliente?

Alzó su mirada turquesa para toparse con su tarro del cual desprendía un rico olor.

—Gracias, Yuzuha — musito tenue, pero cuando iba a tomar la raza, esta resbalo de sus manos y cayó de forma estrepitoso al suelo, manchado a su paso. — Demonios, lo siento, que torpe...

Su amiga castaña le sonrío para tranquilizarla.

—No te preocupes, ya lo recojo, y por suerte prepara bastante chocolate caliente.

Senju no se sintió mejor.

—No, déjame, yo lo limpio... Fue por mi torpeza.

Tomo cepillo y pala y empezó a barrer los trozo de porcelana. Cuando la castaña se acercaba con un nuevo tarro para su amiga, un teléfono sonó en la estancia.

Yuzuha tomo su teléfono de una mesa y contesto la llamada.

—Oh, es Abel — musito y deslizo el dedo en el botón verde — ¿Sí?

Senju por estar pasando un trapo en el piso para limpiar el chocolate, no pudo ver las expresiones preocupadas que el rostro de Yuzuha empezaba a tener. La castaña colgó la llamada y miro a su amiga muy preocupada.

Trago saliva y se acercó con paso cauteloso hacia ella.

—Senju, ven un momento.

La albina pestañeo y miro hacia la chica, quien aun no le dedicaba la mirada. Se levantó y acercó preocupada.

—¿Paso algo?

Yuzuha mojo sus labios y decidio mirarla a los ojos, tomando sus manos en el proceso que le contaba todo.

—Abel me llamó... Me dijo que Chifuyu acaba de tener... un accidente... Ahora están en el hospital.

Los ojos de Senju se fueron abriendo de forma gradual ante la noticia y casi se cae, a lo que Yuzuha la sostuvo como pudo.


—¡¿Donde esta?! — exigio saber con angustia y las lágrimas desbordando.

Hina se abrazaba a Abel en el frío pasadillo del hospital.

Mitsuya se tomaba la cabeza angustiado.

Peh y Pah caminaban nerviosos.

Souya, Nahoya, Keisuke y Kazutora hablaban entre ellos buscando disipar los nervios conversando.

Seishu y Hajime miraba por la ventana hacia el cielo nocturno.

Manjiro se encontraba sentado de brazos cruzados, su expresión indecifrable.

Draken y Takemichi llegaba en esos momentos con café para todos.

Fue cuando se escucharon pasos por el pasillo y todos giraron hacia la misma dirección. Senju Akashi venía llegando junto a Yuzuha Shiba.

— ¿Cómo se encuentra? — pregunto exaltada Senju a nadie en especifico.

Su pecho subía y bajaba denotando que había corrido hasta llegar ahí.

—¿Qué hace esta aquí? — escupió Keisuke levantandose.

Senju miro la expresión furiosa del chico. Pero no se enojo por su comentario despectivo, lo entendía, era buen amigo de Chifuyu y la manera en que había ocurrido la ruptura había sido de la peor manera.

—Baji-kun, no — intervino Hina y camino hacia la albina, tomando sus manos — El doctor no ha salido desde que Chifuyu ingresó.

Senju asintió y le agradeció, y volvió a mirar a su alrededor.

—¿Y la señora Matsuno?

Hina suspiró.

—Hemos intentado contactar con ella, pero nada que cae la llamada.

En eso, Senju recibio una llamada y sacó su teléfono; era su padre. Su ceño se frunció y se apartó para contestar la llamada.

— ¿Sí?

—Senju, mañana te quiero a temprana hora en Rainbow Halls. Tendremos un desayuno con los Imaushi.

La albina tragó grueso.

Fue cuando una furia interior creció en su interior.

Estaba... cansada...

—Lo siento, padre. Pero Chifuyu acaba de tener un accidente y no me iré hasta saber que está bien.

—¿Qué? ¡¿Otra vez ese muchacho?! Senju, no me contradigas. Mañana temprano te quiero ahí.

—Y yo he dicho que no — graznó y colgó la llamada.

Su amiga Yuzuha se acercó y coloco una mano en su hombro.

—¿Todo bien?

Senju soltó un pesado suspiró.

—Deje con la palabra en la boca a mi padre — musito y talló su frente en un gesto incrédulo.

Yuzuha sonrío al escuchar eso y palmeo su hombro.

—¿Se sintió bien?

Entonces Senju la miró y compartió su sonrisa.

—Se sintió de maravilla.

Entonces escucharon pasos y volvieron la mirada hacia atrás, un señor mayor en bata blanca se acercaba.

—¿Cómo esta Chifuyu? — preguntaron todos a la vez.

— Hemos detenido la hemorragia, aunque se le seguirá haciendo exámenes para descartar heridas permanentes en la cabeza. Además de eso, el hueso de su pierna izquierdo se partió y algunos dedos de su mano derecha, por ende, tendrá que andar en sillas de ruedas.

—¿Pero se recuperara no?

El doctor sonrío tenue.

—Si, con la terapia adecuada, quedara como nuevo.

Todos respiraron aliviados.

—¿Podemos verlo? — Senju dio un paso al frente, colocando una mano en su pecho.

El doctor la miró.

—El joven Matsuno aun no despierta, en cuento lo haga, permitiré la entrada a la habitación.

Senju asintió.


Al día siguiente, algunos se habían ido a la casa para comer algo y ducharse, y regresar para la hora de visitas.

Solo se había quedado Senju y la señora Matsuno que había llegado en la madrugada angustiada.

A eso de las 8:00 am, el doctor había anunciado que Chifuyu había despertado.

La señora Matsuno había ingresado primero, y Senju esperó paciente a que viera bien a su hijo.

Fue cuando la señora salio a por algo de beber y le indicó que podía pasar.

Ella le miro agradecida e ingreso a la habitación con paso inseguro, pero la necesidad de verlo era aun mas grande.

Chifuyu miraba hacia el techo.

Tenía la cabeza vendada, la pierna izquierda, parte del abdomen y la mano derecha.

—Chifu...

Ante esa voz, el chico pestañeo y miro aun lado de reojo.

—¿Senju?

—¡Oh, Chifuyu! — gimoteo y lo abrazo con cuidado.

El pecho del rubio burbujeo de calidez al tener la chica en se momento junto a él.

—Tenia mucho miedo — musito la chica en un gimoteo — ¿pero como sucedió?

Chifuyu mojo sus labios.

—Lo siento, yo... iba a por ti.

Ante las palabras del chico, la albina se incorporó y lo miro a los ojos confundida.

—¿Qué?

—Me di cuenta que tenía mucho miedo ante todo lo que podía venirse encima de nosotros — Chifuyu movió su mano sana y tomo la muñeca de ella. — Pero ya no mas, Senju. Si hay que pelear, lo haremos juntos — mojo sus labios — Solo si tu lo quieres enfrentarlo conmigo. Se que no es fácil, así que no te obligaría a nada por mas que te ame y no quiera te vayas de nuevo de mi lado.

Ambos se miraron directo a los ojos, donde la respuesta bailo mas rápido en los ojos turquesa de la chica.

—Te perdí una vez, casi te perdió por una improvista segunda vez — habló haciendo alusión a eso ultimo por el accidente. — No quiero que haya una tercera.

Senju sonrío y un par de lágrimas desbordaron por sus mejillas.

—Si, Chifuyu... Peleemos juntos.

La chica se levantó e inclinó hacia el rostro del chico, para depositar un dulce beso en sus labios.

—Gracias — dice Chifuyu cuando se separaron.

—¿Eh? — Senju le miro confundida.

Chifuyu acaricio su mejilla.

—Si no es por que me vas a buscar en primer lugar, estoy no estaría pasando...

Senju meneo la cabeza.

—Ambos hicimos nuestra parte — Apoyo su cabeza con cuidado sobre su brazo sano.

—Senju...

—¿Sí?

—Te extrañe, demasiado — le dice, y sus parpados empezaban a cerrarse. Aun casando, sedado y adolorido por el accidente.

Ella pestañea y sonrío dulce, acaricio su mejilla mientras lo veía dormirse.

—Y yo a ti, mi amor.

La señora Matsuno desde la puerta miraba todo con los ojos humedecidos y muy feliz por lo que veía.


Senju caminaba con prisa por el piso de mármol, sus manos empuñadas a los extremos de su cuerpo y la decisión ante lo que haría recorriendo su cuerpo entero.

Llegó a la estancia donde se encontraba su padre y un joven hombre muy apuesto.

Ambos hombres repararon en la presencia de la joven de inmediato.

El señor Akashi, rubio y ojos turquesa, palmo su manos con ironía.

—Hasta que al fin apareces. Deberías disculparte con el Señorito Wakasa, hacerlo esperar de esa manera y siendo su prometida.

Senju no prestó atención a las palabras de su padre, se quedo mirando hacia Wakasa Imaushi, que la mirara con curiosidad.

Mojo sus labios y avanzó hacia él, y del bolsillo de su pantalón sacó un precioso anillo dorado con un diamante en el centro.

—Lo siento, no puedo... — le dice tendiéndoselo.

—¡Que demonios te pasa Senju! — gritó el señor Akashi al ver la acción de su hija.

Wakasa parpadeo y miro el anillo que él personalmente le había entregado a la chica hace meses.

—Lo siento, Wakasa, pero amo a otro chico. Lo amo enserio, con todo mi corazón — pronuncio sin titubear, mirando hacia los ojos morados del aquel joben hombre — No te voy a negar que me sentí bien contigo, pero eso no es...

—Pero no es suficiente — completo por ella Wakasa y tomo el anillo. Lo miro un segundo y sonrío tenue, luego miro hacia la chica, quien lo miraba fijamente con incertidumbre. No sabiendo que esperar de un hombre como él ante tal desplante. — Es un chico afortunado, al que le entregaste tu corazón.

Las mejillas de la albina adquirieron un bonito color rosa y sonrío dulce al recordar a Chifuyu.

—En realidad, yo soy la afortunada.

Wakasa sonrío ante eso.

—Espera — el señor Akashi tomo la palabra colérico — No le crea, Señor Wakasa. Esta niña solo esta desafiándome, claro que sigue en pie el compromiso.

Wakasa guardo el anillo y se levanto, mirando al hombre con dureza.

—Señor Akashi, sin duda estuve muy de acuerdo con casarme con su hija. Es bella y el tiempo conviviendo, su personalidad admito que calo mucho en mis sentimientos. Pero ignoraba todo lo demás, aunque podía hacerme una idea cuando Senju rechazaba mi contacto.

—Pero, Señor Wakasa...

—Por tanto, no me puedo permitir obligar a una dulce chica a casarse conmigo. Seria imperdonable. No solo por Senju, sino por mi mismo y mis creencias. — Miro al hombre mayor con censura — Y quizás, si necesidad de todo esta pantomima, aun hubiera invertido en su negocio, pero no puedo permitirme hacer negocios con un hombre que no ve primero por la felicidad de su hija.

El señor Akashi chirrió los dientes.

Wakasa miro a Senju y se inclinó para darle un beso en la frente, para su sorpresa.

—Ve con cuidado y se feliz, pequeña.

Senju sonrió agradecida y tras una reverencia, se marchó de aquel lugar sin mirar atrás.

Sin mirar a su padre.


Un mes después...

Senju ayudo a Chifuyu a sentarse en su cama, aun disponía de la silla de ruedas. Pero con las terapias todo iba en viento en pompa para que pudiera recuperarse y volver a movilizar la pierna izquierda, así como los dedos de su mano.

Senju se encargaba aveces de llevarlo y buscarlo, y en otras ocasiones era su mamá, e igual los compañeros de Chifuyu ayudaban por igual, como la hermandad que eran.

También, luego de que el compromiso se rompiera, el señor Akashi había tratado de sabotear a Chifuyu como había amenazado. Por suerte, Wakasa Imaushi había comprado acciones y donado a la universidad una buena suma de dinero, donde el concejo de representantes lo habían invitado gustoso a ser miembro, y al aceptar, el señor Akashi no pudo hacer mucho ante el poder del Imaushi.

Senju no tuvo mas que gratitud hacia su antiguo prometido.

Claro que igual aun había otras cosas que el señor Akashi aun molestaba, pero nada que ambos juntos no pudieran pelear y resolver juntos.

—¿Quieres te traiga algo de comer? — le pregunta mientras acomodada las almohadas para que se recostará.

—No, de momento no tengo hambre — Chifuyu se recostó y le palmeo para que se acostara a su lado, a lo que Senju acepto. —¿Hoy te quedarás aquí?

—Yuzuha ya bromea de nuevo conmigo con que parezco que vivo mas aquí contigo que con ella — le dice burlona.

—En realidad, me gustaría lo hicieras — hace ver sonriente.

Senju parpadeo y sonrío tenue.

—Mas adelante, aun creo que a algunos de tus amigos aun no me perdonan — soltó un suspiró — No los culpo de todas forma.

Chifuyu beso su frente.

—No le hagas caso, al final, es cosa de nosotros dos — Senju sonrío y le rodeo el pecho con un brazo.

—Llamare a mis hermanos — comente de pronto — Volveré a contactarme con ellos.

Chifuyu sonrió al escucharla, sabía lo mucho que le había afectado a su novia separarse de ellos.

Takeomi y Haruchiyo Akashi habían abandona hace mucho tiempo la casa Akashi, y Senju realmente hubiera deseado hacerlo cuando ellos lo hicieron, pero cegada por la vida pudiente y mimada que llevaba, no lo hizo.

No iba a decir que el dinero no daba la felicidad, porque lo hacia, pero no que estuviera ligado a una jaula y grilletes, y unas cuerdas sobre sus hombros, siendo manejada por otra persona.

Se hubiera ahorrado tantas cosas de haberse ido desde antes.

Los labios de Chifuyu sobre los de ella la sacaron de sus pensamiento y correspondió enseguida.

—Oh, me gustaría tanto hacerte el amor ahora mismo — le dice cuando se separa unos milímetros. — Pero mi pierna no ayuda mucho — Y hace un puchero ante ese hecho.

Senju en tanto, le sonrío picara y se ubico con cuidado entre sus piernas.

Chifuyu se ruborizo al tenerla de esa manera.

—Pero querido, yo si puedo hacértelo a ti...

FIN

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Abel es un OC propiedad de CaroTakashi09 (wattpad)