Disclaimer: Harry Potter, y sus personajes, no me pertenecen


Lo que más valoras

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Si no era amortentia, o una poción de lujuria, era más fuerte que eso.

El beso se convirtió rápidamente en un beso rudo, sucio, posesivo. Harry estuvo a punto de retirarle la camisa al otro solo para tener la proximidad deseada. No obstante, aunque la mayoría estaba en lo suyo, había gente mirando, por lo que quitó su gabardina y cubrió la espalda del hombre que ahora estaba sentado sobre él, antes de abrir los botones de su camisa.

La primera vez que lo hicieron, fue rápido, desesperado, sin quitarse la ropa. Apenas cubiertos por la gabardina, como una pequeña cortina.

Harry cuidó, con mucho detalle, que jamás cayera de los hombros del otro.

Cuando acabaron, Harry se sorprendió al darse cuenta que, a pesar de la respiración pesada de ambos, ambos querían continuar.

-Hay unas habitaciones, por si queremos privacidad. Cuestan un poco más, pero podríamos...

Harry aceptó y se dejó llevar de la mano del otro. Una mano suave, por lo que era obvio que el otro no hacía trabajos rudos sino de escritorio. También era particularmente elegante al moverse, por lo que era rico. Su vocabulario también demostraba una educación que solo había visto en los sangre puras.

La mente de Harry empezó a analizar quien podría ser su alma gemela.

La habitación asignada era amplia, decorada como si estuvieran de luna de miel. Ambos se besaron nuevamente, como si no hubiera prisa. A Harry le gustaba la manera en que el otro sonreía levemente entre besos.

Incluso con la máscara puesta, Harry podía ver que el hombre estaba tomando todo con una seriedad que lo asustó.

-Tranquilo, solo por una noche, ¿cierto?-bromeó Alexander. -Está bien, en serio.

Una noche.

Harry le hizo el amor. Entrelazó sus dedos con los del otro, lo besó cuando entró en él, intentando distraerlo del dolor. Como si realmente lo amara. Alexander se sujetó de él como si no quisiera dejarlo ir. Harry hizo lo mismo.

Irse fue difícil, incluso si el hombre a su lado estaba durmiendo. Fue tan difícil que podía sentir a su magia rogar por quedarse, y lo complació mirándolo por minutos.

No obstante, al final, Harry se puso la ropa, y salió de la habitación. Eran las tres de la mañana.

Cerró la puerta casi al mismo tiempo que una bruja que se acomodaba la máscara, y ambos se miraron por segundos antes de evitar la mirada. Ella parecía haber hecho una travesura, feliz de escaparse en silencio. Harry sentía que estaba siendo un bastardo.

Porque el hombre que dejaba, le había sonreído amable. Se había entregado totalmente, al igual que Harry.

No obstante, Harry tenía una misión.

Y estaba comprometido con Ginny.

Solo por hoy, con el hombre en la cama.

¿No era un total bastardo y técnicamente había fallado a ambos?

Ni siquiera se había despedido.

Harry pensó que el hombre tras él, al notar que estaba solo, sería profundamente herido. Él no pensó en Ginny, porque Ginny jamás lo sabría.

Empezando a trabajar, se dijo a sí mismo, una y otra vez que había venido con una misión, no para encontrar una pareja. Se lo repitió a medida que revisaba el lugar. Tenía que apurarse porque estaba obligado a registrar su salida, y deseaba, especialmente, irse antes que Alexander.

A estas alturas, Harry funcionaba en automático. Obligandose a no mirar el hilo rojo colgando de su meñique.

Saliendo del pensadero, Harry se dijo que no era necesario ver el resto. No lo había visto para encontrar al anfitrión de la fiesta, sino para ver a Draco Malfoy. A un Draco Malfoy vivo. En la noche que su bebé no nato, fue creado. Incluso con las pociones anticonceptivas que había tomado el otro, disponibles en todo el lugar, él fue creado.

Un sobreviviente.

Como Harry, como Malfoy durante la guerra.

Excepto que ahora, ambos estaban muertos.

¿Cómo no vio las cicatrices en su pecho?

¿Cómo no reconoció esa sonrisa de lado, burlona?

¿Por qué? ¿Por qué los habían matado?

Ellos no habían tenido nada que ver, pensó Harry frotando su cara con sus manos. Draco simplemente se relacionó al hombre equivocado. En el lugar equivocado. Ellos ni siquiera estaban relacionados de ninguna manera, más que cuando fingieron ser otras personas.

-Harry.

Hermione había llegado en algún momento de su desdicha, y tomó su hombro.

-¿Lo descubriste?

-Accedió a los participantes de la fiesta, y logró descubrir tu identidad. Entonces no tardó en averiguar la de Malfoy. Empezó a seguirlo y estaba a punto de rendirse cuando descubrió que Malfoy estaba...

Las palabras de Hermione titubearon.

-Estaba esperando un hijo mío.

-Si.

-¿Has hablado con Ginny o Ron de esto?

-No, esto no tiene nada que ver con ellos. Es un caso de aurores-mirando a su amiga sin energías, agregó- y el Ministerio.

El Ministerio, se burló internamente la voz de Malfoy, ellos harán lo que sea por ocultar sus trapos sucios. En este caso, aquellos que los involucraban con el hecho de que Harry Potter había sido enviado a una fiesta ilegal, había procreado un hijo, y habían dejado que un hombre tras las rejas planificara su asesinato. Era mucho más fácil decir que Malfoy se había suicidado. Excepto por el hecho de que básicamente decenas de estudiantes vieron la soga sujeta en el pie del hombre.

Incompetencia, repitió la voz de Malfoy en su mente.

-Es tu prometida y tu mejor amigo.

Harry no respondió.

-¿Piensas ocultarlo?

Ocultarlo, pensó con amargura Harry, eso fue lo que llevó a este caso.

-No. Se lo diré.

Ella frunció el ceño.

-¿No era lo que querías?

-Es solo... no lo sé. Tú no lo amabas. Amas a Ginny, ¿no es así? Esto, si no hubiera sido por esto tu vida seguiría igual y serías feliz, y ...

-¿Me estás diciendo que no lo diga? Creí que era lo contrario.

-Esto arruinará tu relación, Harry. Si sale a la luz, tu reputación.

Harry asintió. Sin embargo, no parecía tan importante. No ahora.

Él no amaba a Malfoy, era cierto. Pero si Harry hubiera sabido...

La nota decía que Malfoy si pudo averiguar que el bebé era de Harry.

¿Cuándo lo tomaron?

¿Malfoy siquiera entendió por qué estaba siendo castigado?

¿Tuvo miedo? ¿Terror?

¿Lo torturaron?

¿El bebé había muerto antes de que pusieran al hombre en el lago?

Harry pensó en ello una y otra vez. Las imágenes del hombre riendo y platicando, con ojos brillantes, esperanzados, se mezclaban con la imagen del hombre sin respirar, empapado, con los ojos cerrados. Si él pudiera empezar de nuevo aquella noche...

Si no hubieran ido a aquella fiesta...

-Tengo algo que hacer.

Sin esperar respuesta, se dirigió a Nott Manor. Entró haciendo uso de sus derechos de auror e hizo localizar a un malhumorado Theodore.

-Largo de aquí, Potter.

-Necesito hablar contigo.

-Estoy velando a mi mejor amigo. Si no te importa, puedes decirle al Ministerio que se joda.

Harry sabía que Malfoy estaba siendo velado en este momento. Malfoy Manor estaba de luto y con ellos, los sangre puras más cercanos. Parkinson, Nott, Zabini...

Harry no quería ir. No quería ver el cuerpo de Malfoy que aún albergaba dentro de él un bebé. No quería verlo en un ataúd. Rodeado de flores alrededor de su precioso cabello. Vestido lo más elegante posible, o maquillado para que pareciera que solo dormía. No quería ver las muestras en su cuello de la desesperación de no poder respirar.

No quería pararse junto a un cuerpo inmóvil, que no sonriera, o insultara, o fuera cálido.

Luchando por no llorar, exclamó las siguientes palabras.

-Se dice que estás construyendo un giratiempos ilegal.

Las palabras congelaron a Nott.

-¿Estas aquí para arrestarme y confirmarlo? ¿Justo hoy?

-¿Lo estás haciendo?

-No.

Él mentía, tenía que estar mintiendo.

-Lo necesito.

-¿Para qué necesitarías un giratiempo ilegal? ¿Y aunque lo tuviera, por qué habría de dartélo?

-Para lo mismo que tú.

-No estoy planeando usar un giratiempos, Potter.

Harry se sentó en el suelo.

-Entonces, -preguntó amargamente-¿no hay un giratiempos? Él está muerto.

Las lágrimas empezaron a brotar. El grito en su garganta, atrapados por horas por fin salió.

-¿Potter?

-Creí que podía salvarlo. Salvarlos a ambos. Pero el Ministerio se negó a darme el único disponible. Entonces leí en algún papel que sospechaban de alguien fabricando uno ilegal, y pensé, aunque no sea perfecto...

-Lo sabes. De él. Del niño. ¿Él era... era tuyo?

-¿Era un niño?

-Creo, los Malfoy solo han tenido niños por décadas.

-¿Él estaba... enojado, triste, feliz?

-Creo que estaba confundido, sorprendido, pero agradecido. A Draco, él siempre quiso un niño. Más que por el heredero, para no estar solo. Alguien a quien amar y que no se iría.

No se iría, como Harry.

Harry no respondió, solo se perdió en la nada, como desde que sacó a Malfoy. Un suspiro cansado le dijo que Nott lo compadecía. Se retiró por lo que parecieron horas. Probablemente volvió con Malfoy. Harry se quedó donde estaba, derrotado.

Entonces regresó y algo se posó en su mano.

Era un giratiempos.

O algo parecido.

-Supongo que es más probable que tú lo salves, que yo. Ve, y arregla lo que arruinaste. Y Potter, manténlo con vida.

Con la mano temblando, Harry abrazó el giratiempos, empezando a reír de alivio.


Nota del Autor.

Tenía muchas palabras que quería escribir, desde que me enteré de lo que ocurrió con Perla. Nunca tuve la oportunidad de platicar con ella o conocerla, pero respondió el único mensaje que le mande cuando dejó Bicurious, y luego lo retomó poco después. Leí sus historias desde hace más de diez años, y cada una de ellas era especial, mágica, y fantástica. El mundo ha perdido una gran escritora, pero también una gran persona. Ella nos llenó de magia e inspiración, nos llenó de ilusión, creo mundos enteros para nosotros y nos acompañó en momentos de tristeza y felicidad. Sus historias fueron probablemente una de las razones por las que decidí escribir, en un intento de imitar su grandeza. Ella tenía una mente brillante y creativa, y nos ha dejado una sensación de vacío, pero también de agradecimiento y nostalgia. Aún no puedo creer que apenas un tiempo estaba escribiendo una nueva historia, una historia de la que nunca sabremos su final, y, aunque la intuimos, jamás lograremos imaginarla de la manera en que debió concluir. Que ella nos lo hubiera brindado.

Le deseo lo mejor a su familia y amigos, y sobre todo a ella, en su siguiente gran aventura.

Que descanse en paz.

Siempre la recordaremos, estoy segura de ello. La llevaremos en el corazón y agradeceremos por haberla encontrado en nuestro camino.