CAPITULO 2 : Una historia que se repitió varias veces.

Luego del baño, Kaoru se encargó de atender a Maya en todo lo indispensable. Se olvidó de Kenshin por un buen rato; al fin volvía a sonreír luego de varios días de estar deprimida sin que nadie conociera la razón.
Ya de noche Yahiko se retiró a descansar. Kenshin simuló hacer lo mismo pero no estaba dispuesto a dejar a Kaoru a solas con Maya así que permaneció a la expectativa mientras ambas chicas seguían sentadas en el patio de la casa.
— Hacia tanto que no venía a Tokio... No ha cambiado mucho desde que me fui.
— Estoy segura de que mi padre hubiera hecho cualquier cosa para evitar que te fueras.
— Lo sé... Sinceramente tampoco deseaba irme pero como líder de "La Jauría" mi deber era marcharme con ellos.
— La Jauría... —repitió Kaoru mecánicamente, entrelazando sus manos— Nunca quisiste que yo fuera parte de ese grupo.
— Tu eres hija de un gran guerrero y además tienes un buen patrimonio... No era justo hacerte sufrir más de lo que ya has sufrido.
— Pero... también sufrí mucho cuando te fuiste y eso no pudiste evitarlo.
— Ya te dije que todo fue por tu bien... Ahora eres feliz, ¿o no?
Unos segundos de silencio respondieron su pregunta.
— Comprendo... Creí que era suficiente la compañía de Doctor Genzai pero me equivoque.
— Tu te fuiste justo un día después de que papá murió... —sollozo cabizbaja— Me dejaste más sola de lo que estaba... Te odie por eso.
— Kaoru... Sabías que tenía que velar por la vida de más de veinte niños que conformaban "La Jauría". A pesar de que yo solo tenía 10 años mi responsabilidad era muy grande... Tu no merecías vivir como nosotros... Fue una decisión difícil de tomar pero tenía a la policía sobre mi, ¿entiendes?
— Mi padre y yo sabíamos eso ... ¿Recuerdas... cómo te conocí? Yo caminaba al lado de mi padre por la calle. Tu saliste corriendo de una tienda donde habías robado pan y el vendedor corría detrás de ti. Sin querer tropezaste con papá y todo el pan cayó de tus manos y luego tu caíste al suelo.
— El vendedor me tenía atrapada y estaba apunto de darme una paliza cuando tu padre intervino y pagó el pan que me había robado. Yo no tenia intenciones de agradecerle. Iba a escaparme pero él me sujetó del brazo y me trajo hasta tu casa. Aquí habló conmigo y me ofreció comida y entrenamiento a cambio de que fuera tu compañera de juegos. Era un trato justo. Además... Le prometí nunca más robar...
— Nunca cumpliste tu promesa.
— Tienes razón —sonrió— Y tu eras la única que lo sabía. Continué robando para "La Jauría" y les enseñe a ellos como hacerlo. La policía estaba tras de nosotros pero nunca nos atraparon. El Señor Kamiya fue mi protector y mi sensei... Cuando el murió todo se vino abajo y la única opción era irnos...
— ¿Sigues siendo su líder aún?
— No... Tuve que dejarlos pero quiero regresar a su lado. He escuchado que hace poco regresaron a Tokio, por eso vine. No me imagine encontrarte en mi camino.
— Por algo nos encontramos, ¿no crees?
— Si... Tal vez. Aunque me hubiera gustado verte casada, con muchos discípulos a tu cargo y quizás con un hijo —se burló abiertamente.
Nuevamente Kaoru se mostró triste. Se recargó en el regazo de Maya mientras empezaba a llorar.
— ¡Oye!... ¡Estoy harta de verte así! Todo el día he tenido que soportar tus lagrimas...
— Prométeme... que me llevarás contigo cuando encuentres al grupo...
— ¡¿Qué?!...
— ¡Quiero irme contigo! ¡No quiero... que me dejes sola otra vez!... ¡Aquí no hay nadie que se preocupe por mi!... —confesó sujetando a Maya fuertemente de su kimono— ¡Quiero serte útil!... ¡Quiero estar a tu lado!... Quiero ser feliz... Quiero encontrar a alguien que me ame y a quien yo pueda amar... A alguien que no me proteja solamente... Que no me trate como a una niña estúpida e indefensa...
El llanto y las palabras de Kaoru llegaron hasta donde Kenshin se mantuvo escondido. Sus ojos revelaban desconcierto e indignación ante esa confesión. Nunca imaginó que esos eran los verdaderos motivos de la depresión de Kaoru ni que él era el responsable de ello.
— Así que es eso lo que te ha tenido tan triste.
— Por favor... llévame contigo...
— Tu no tienes porque huir... Debes enfrentarte a tus temores.
— ¡Juro que haré todo lo que tu me digas!... ¡Se pelear muy bien y aunque no puedo cocinar se que aprenderé si tu me enseñas!... Por favor...
— Chibi... —alzó su rostro con ambas manos y luego limpio sus lagrimas suavemente— "La Jauría" es un grupo muy especial y la policía los persigue todo el tiempo. No quiero una vida así para ti... Además... Sé que tu ya estás de enamorada de alguien. Deberías luchar por él.
— ¡Para él yo no existo como mujer!... He tratado por todos los medios de demostrarle cuanto lo amo pero a él no le interesa. Y yo... ya estoy cansada de todo eso.
— ¿Y si él va a buscarte?
— Si me busca será solo para protegerme y sé que "La Jauría" lo hará. No lo necesitaré...
— Piénsalo muy bien... Por mi no hay problema. Si yo vuelvo a ser la líder del grupo ellos te respetarán como a mi hermana y te protegerán todo el tiempo. Y por cierto, conozco chicos muy guapos... Cualquiera de ellos te aceptará como su esposa.
— ...¿Tu lo crees?...
— ¡Claro!... Ahora deja de llorar. Traeré algo para limpiarte y luego nos iremos a descansar, ¿de acuerdo?
Ella asintió. Maya entró a la casa y se detuvo justo a unos pasos de donde Kenshin se encontraba.
— Creo que muy pronto continuarás con tu vida de vagabundo, Battousai —habló sin darse vuelta para verlo. Él estaba cabizbajo, su cabello le cubría los ojos— No te perdonaré el haber desgarrado más la herida de Kaoru... Estoy enterada de que varias veces la abandonaste tal como yo lo hice cuando éramos pequeñas... pero tú la has hecho sufrir más que yo. Bien... Yo secaré las lagrimas que le has hecho derramar esta vez, pero tu pagarás una a una muy pronto... Será mejor que vayas despidiéndote de tu protegida...
— "La Jauría" es un grupo que se dedica a robar y a mutilar a la gente que se cruza en su camino... —murmuró molesto— No permitiré que una niña tan dulce e inocente como Kaoru sea parte de el.
— De alguna manera tiene que descargar su rencor hacia la vida, ¿o no hiciste tu lo mismo durante varios años, Battousai?... La única diferencia es que Kaoru por fin se sentirá necesitada por alguien... lo que tu no pudiste hacerle sentir mientras la protegías del mundo y de ti mismo...
Luego de estas palabras, Maya extrajo un pañuelo de su pecho y regresó al lado de Kaoru. Después cada una fue a su habitación. Kaoru jamás sospechó que Kenshin había sido testigo de aquella conversación que no lo dejó dormir en toda la noche.