CAPITULO 6: El conflicto de Kaoru.
Kaoru abrió los ojos lentamente. Se percató de que aún no amanecía. Giró un poco la cabeza sobre su almohada para verificar si Maya continuaba dormida pero descubrió que el futón a su lado estaba vacío. Maya no estaba en la habitación.
Tratando de no despertar a Yahiko o Sanosuke, Kaoru buscó a su amiga en todo el dojo. Fue cuando se dio cuenta de que Kenshin tampoco estaba en su cuarto aunque sus cosas permanecían allí.
— "¿Dónde estarán?... Quizás Maya fue a buscar a su grupo pero... ¿Y Kenshin? ¿La habrá seguido? De ser así no tendría porque preocuparme, ¿o si?"
Decidió permanecer en la puerta observando la calle con la esperanza de que regresaran pronto.
Ni una sola estrella brillaba en el firmamento. Las nubes grisaseas se apoderaron del cielo y dejaron caer las primeras gotas de lluvia en Tokio luego de varias semanas. El fenómento natural poco a poco tomó fuerza pero Kaoru continuaba aguardando a sus amigos. Fue entonces que distinguió una figura a lo lejos. Era Maya. Corrió hasta ella sin disimular su preocupación.
— ¿Te encuentras bien?... ¿Donde está tu obi?
— Haces muchas preguntas, Chibi. Ahora lo único que quiero es descansar —le sonrió.
— ¡Debiste haberme dicho que saldrías a buscarlos! —le replicó al observar que portaba una espada— ¡Yo te hubiera acompañado!
— No era necesario.Tu "sirviente" estuvo vigilandome todo el tiempo.
— ¿Kenshin? ¿En donde está? —preguntó buscandolo por todas partes sin encontrarlo —... No me dirás que...
— Entremos al dojo... Vas a enfermarte si sigues bajo la lluvia.
— ¡Pero Ken...!
— Él está bien... No tardará en llegar. Confia en mi. Entremos.
Kaoru asintió.
Luego de secarle el cabello a Kaoru, Maya preparó algo de té para ambas. Yahiko y Sanosuke continuaban dormidos.
— ¿No crees que Kenshin ya se tardó? —preguntó Kaoru aún angustiada. .
— Un poco, pero no te preocupes... Se que llegará en cualquier momento.
— ¿Le dijiste... que en estos días me iría contigo?
— Él ya lo sabía —confesó. Kaoru trató de ocultar su triste mirada al dirigirla al suelo—. No tienes porque unirte al clan si no quieres y lo sabes.
— Es que... yo...
— Kaoru... —se acercó a ella y la obligó a mirarla a los ojos— Hace solo un par de horas recuperé mi lugar en la Jauría... Volvi a manchar mis manos con sangre. Tú tendrás que hacer lo mismo si quieres estar a mi lado.
Los ojos de Kaoru mostraron temor ante el simple hecho de pensar en lastimar a alguien.
— Yo... no deseo hacer eso...
— Entonces está decidido —aseveró— Mañana me iré. Debo continuar con mi vida y tu con la tuya.
— ¡No! —le sujeto del brazo fuertemente— ... No te vayas todavía...
— Debo hacerlo. Mi jauría me necesita...
— ¡Ellos han vivido sin ti por varios años! ¡No es necesario que regreses!
— ¡Entiende! ¡Necesitan de mi para protegerlos y darles un descendiente que los siga protegiendo por varios años más!
— ¿Un descendiente? —le miró desconcertada.
— Si... Por ser mujer mi fuerza y mi velocidad no durarán mucho tiempo.... Mi grupo necesita un descendiente digno de continuar con mi tarea y pienso darselos pronto.
— Maya...
— Tu eres muy fuerte, Chibi. No necesitas de nadie para seguir adelante, nisiquiera de tu querido Kenshin. Si el no desea amarte entonces continua tu vida y busca a alguien que sepa apreciarte. Yo ya habia pensado en alguno de mis lobos para ser tu esposo pero no voy a forzarte a nada como te dije desde el principio.
— Es que... quiero estar contigo pero no quiero lastimar a nadie...
Maya la miró algunos segundos antes de sonreirle nuevamente.
— Mañana vendrá uno de mis leales guerreros para conocerte, su nombre es Daichi. Si el te acepta como esposa entonces podrás ser una de nosotros y no participarás en ningun ritual en el que no quieras estar.
— ¿Ca... Casarme?
— Asi podrás olvidar al vagabundo. Daichi es un buen chico... Será mejor que te vayas a dormir, tendremos que levantarnos muy temprano para preparlo todo. Yo me encargaré de limpiar este lugar.
Kaoru iba a decir algo pero se arrepintió en el ultimo momento. Maya tenía razón. Debía olvidar a Kenshin. Él no la amaba como ella lo deseaba. Simulando una sonrisa se levantó dispuesta a irse a dormir. Hasta ese momento se dio cuenta de que Kenshin había estado detrás de ella escuchando el final de la conversación.
— ¡Kenshin!
— Ya te habias tardado, amigo —dijo Maya sin darle importancia a lo sucedido—. Necesito pedirte un favor... Mañana vendrá un invitado especial y no hay suficiente comida. ¿Podrías ir a pescar algo al río temprano? Kaoru te lo agradecerá mucho, ¿no es asi, Chibi?
Kaoru evitó la desalentadora mirada de Kenshin mientras asentía, luego se dirigió a la habitación de Maya sin decir nada más. Todavía no estaba lista para enfrentarlo; necesitaba armarse de mucho valor para sostener su decisión de marcharse sin comenzar a llorar frente a él y confesarle sus sentimientos para luego ser rechazada por la única persona a la que había amado en toda su vida.
Kenshin y Maya se habían quedado solos en la cocina.
— Estás empapado, Battousai. ¿Quieres que te preparé el baño? Es lo menos que puedo hacer por ti.
— No solo es por Kaoru por lo que haces esto... Dime qué fue lo que te hice para que me odies tanto —preguntó dejando mostrar cierta chispa color ambar en sus ojos.
— Tu solo eres parte de mi venganza... —balbuceó ella dandole la espalda mientras recogía un par de tazas— No puedo decirte nada más a menos que me venzas en una batalla. Piensalo... Sería divertido.
— ¿Venganza? —replicó mientras su coraje crecía lentamente— ¿Por una estúpida venganza intentas alejar a Kaoru de nosotros?
— No le obligo a nada que ella no quiera hacer, después de todo comprendo que quiera alejarse de alguien que no desea amarla. Por lo que concierne a ti... Aún estás con vida gracias a ella —confesó mientras salia de la cocina pasando a un lado suyo— Bien... Te avisaré cuando el baño esté listo. Será mejor que te prepares.
Kenshin se esforzó mucho por evitar que Battousai se apoderara de él en ese instante.
Luego de relajarse algunos segundos en ese mismo lugar se dirigió a su cuarto con la firme idea de ser él mismo el que se alejara de Kaoru antes de hacerla sufrir viendolos combatir a ambos frente a ella.
— "Un día más... Solo un día más junto a Kaoru... Despues seré un rurouni otra vez".
Kaoru abrió los ojos lentamente. Se percató de que aún no amanecía. Giró un poco la cabeza sobre su almohada para verificar si Maya continuaba dormida pero descubrió que el futón a su lado estaba vacío. Maya no estaba en la habitación.
Tratando de no despertar a Yahiko o Sanosuke, Kaoru buscó a su amiga en todo el dojo. Fue cuando se dio cuenta de que Kenshin tampoco estaba en su cuarto aunque sus cosas permanecían allí.
— "¿Dónde estarán?... Quizás Maya fue a buscar a su grupo pero... ¿Y Kenshin? ¿La habrá seguido? De ser así no tendría porque preocuparme, ¿o si?"
Decidió permanecer en la puerta observando la calle con la esperanza de que regresaran pronto.
Ni una sola estrella brillaba en el firmamento. Las nubes grisaseas se apoderaron del cielo y dejaron caer las primeras gotas de lluvia en Tokio luego de varias semanas. El fenómento natural poco a poco tomó fuerza pero Kaoru continuaba aguardando a sus amigos. Fue entonces que distinguió una figura a lo lejos. Era Maya. Corrió hasta ella sin disimular su preocupación.
— ¿Te encuentras bien?... ¿Donde está tu obi?
— Haces muchas preguntas, Chibi. Ahora lo único que quiero es descansar —le sonrió.
— ¡Debiste haberme dicho que saldrías a buscarlos! —le replicó al observar que portaba una espada— ¡Yo te hubiera acompañado!
— No era necesario.Tu "sirviente" estuvo vigilandome todo el tiempo.
— ¿Kenshin? ¿En donde está? —preguntó buscandolo por todas partes sin encontrarlo —... No me dirás que...
— Entremos al dojo... Vas a enfermarte si sigues bajo la lluvia.
— ¡Pero Ken...!
— Él está bien... No tardará en llegar. Confia en mi. Entremos.
Kaoru asintió.
Luego de secarle el cabello a Kaoru, Maya preparó algo de té para ambas. Yahiko y Sanosuke continuaban dormidos.
— ¿No crees que Kenshin ya se tardó? —preguntó Kaoru aún angustiada. .
— Un poco, pero no te preocupes... Se que llegará en cualquier momento.
— ¿Le dijiste... que en estos días me iría contigo?
— Él ya lo sabía —confesó. Kaoru trató de ocultar su triste mirada al dirigirla al suelo—. No tienes porque unirte al clan si no quieres y lo sabes.
— Es que... yo...
— Kaoru... —se acercó a ella y la obligó a mirarla a los ojos— Hace solo un par de horas recuperé mi lugar en la Jauría... Volvi a manchar mis manos con sangre. Tú tendrás que hacer lo mismo si quieres estar a mi lado.
Los ojos de Kaoru mostraron temor ante el simple hecho de pensar en lastimar a alguien.
— Yo... no deseo hacer eso...
— Entonces está decidido —aseveró— Mañana me iré. Debo continuar con mi vida y tu con la tuya.
— ¡No! —le sujeto del brazo fuertemente— ... No te vayas todavía...
— Debo hacerlo. Mi jauría me necesita...
— ¡Ellos han vivido sin ti por varios años! ¡No es necesario que regreses!
— ¡Entiende! ¡Necesitan de mi para protegerlos y darles un descendiente que los siga protegiendo por varios años más!
— ¿Un descendiente? —le miró desconcertada.
— Si... Por ser mujer mi fuerza y mi velocidad no durarán mucho tiempo.... Mi grupo necesita un descendiente digno de continuar con mi tarea y pienso darselos pronto.
— Maya...
— Tu eres muy fuerte, Chibi. No necesitas de nadie para seguir adelante, nisiquiera de tu querido Kenshin. Si el no desea amarte entonces continua tu vida y busca a alguien que sepa apreciarte. Yo ya habia pensado en alguno de mis lobos para ser tu esposo pero no voy a forzarte a nada como te dije desde el principio.
— Es que... quiero estar contigo pero no quiero lastimar a nadie...
Maya la miró algunos segundos antes de sonreirle nuevamente.
— Mañana vendrá uno de mis leales guerreros para conocerte, su nombre es Daichi. Si el te acepta como esposa entonces podrás ser una de nosotros y no participarás en ningun ritual en el que no quieras estar.
— ¿Ca... Casarme?
— Asi podrás olvidar al vagabundo. Daichi es un buen chico... Será mejor que te vayas a dormir, tendremos que levantarnos muy temprano para preparlo todo. Yo me encargaré de limpiar este lugar.
Kaoru iba a decir algo pero se arrepintió en el ultimo momento. Maya tenía razón. Debía olvidar a Kenshin. Él no la amaba como ella lo deseaba. Simulando una sonrisa se levantó dispuesta a irse a dormir. Hasta ese momento se dio cuenta de que Kenshin había estado detrás de ella escuchando el final de la conversación.
— ¡Kenshin!
— Ya te habias tardado, amigo —dijo Maya sin darle importancia a lo sucedido—. Necesito pedirte un favor... Mañana vendrá un invitado especial y no hay suficiente comida. ¿Podrías ir a pescar algo al río temprano? Kaoru te lo agradecerá mucho, ¿no es asi, Chibi?
Kaoru evitó la desalentadora mirada de Kenshin mientras asentía, luego se dirigió a la habitación de Maya sin decir nada más. Todavía no estaba lista para enfrentarlo; necesitaba armarse de mucho valor para sostener su decisión de marcharse sin comenzar a llorar frente a él y confesarle sus sentimientos para luego ser rechazada por la única persona a la que había amado en toda su vida.
Kenshin y Maya se habían quedado solos en la cocina.
— Estás empapado, Battousai. ¿Quieres que te preparé el baño? Es lo menos que puedo hacer por ti.
— No solo es por Kaoru por lo que haces esto... Dime qué fue lo que te hice para que me odies tanto —preguntó dejando mostrar cierta chispa color ambar en sus ojos.
— Tu solo eres parte de mi venganza... —balbuceó ella dandole la espalda mientras recogía un par de tazas— No puedo decirte nada más a menos que me venzas en una batalla. Piensalo... Sería divertido.
— ¿Venganza? —replicó mientras su coraje crecía lentamente— ¿Por una estúpida venganza intentas alejar a Kaoru de nosotros?
— No le obligo a nada que ella no quiera hacer, después de todo comprendo que quiera alejarse de alguien que no desea amarla. Por lo que concierne a ti... Aún estás con vida gracias a ella —confesó mientras salia de la cocina pasando a un lado suyo— Bien... Te avisaré cuando el baño esté listo. Será mejor que te prepares.
Kenshin se esforzó mucho por evitar que Battousai se apoderara de él en ese instante.
Luego de relajarse algunos segundos en ese mismo lugar se dirigió a su cuarto con la firme idea de ser él mismo el que se alejara de Kaoru antes de hacerla sufrir viendolos combatir a ambos frente a ella.
— "Un día más... Solo un día más junto a Kaoru... Despues seré un rurouni otra vez".
