CAPITULO 8. Partida inesperada.
Daichi y Mako se marcharon del dojo al anochecer. Todos salieron a despedirlos excepto Kenshin quien se mantuvo a distancia casi todo el día.
— Y... ¿qué te pareció Daichi?— preguntó Maya a Kaoru mientras entraban nuevamente al dojo. Yahiko se había adelantado para ayudar a Kenshin en la cocina.
— Bueno... Daichi-san es una buena persona pero está enamorado de otra mujer.
— ¿Enamorado?... No había dicho nada.
— En eso él y yo nos parecemos. Tenemos miedo de decirle a la persona a la que amamos lo que sentimos.
Maya le miró desconcertada mientras Kaoru le sonreía.
— Aun así Daichi-san decidió darse unos días para tomar su decisión. Me prometió que hablaría contigo primero.
— Entiendo. Además... veo que tu tampoco estás muy segura de esto. El amor que sientes por tu "sirviente" es exagerado.
— ¡Ya te dije que dejes de llamarlo así!
— Esta bien, esta bien... Bueno, me imagino que estás cansada. ¿Por qué no te vas a descansar, eh? Piensa muy bien las cosas y mañana me dirás qué deseas hacer, ¿te parece?
— Quisiera que tu y Kenshin se quedaran conmigo —suspiró.
— En cualquier momento el o yo nos iremos, Kaoru... Yo te avisaré pero él no lo hará. Ten en mente eso.
Maya se retiró a su habitación.
Kaoru estaba muy confundida. Adoraba a Kenshin pero sabia que su amor no era suficiente para asegurar que él se quedara a su lado; por otra parte, consideraba a Maya como a una hermana de la que se separó mucho tiempo y a la que no deseaba perder otra vez aunque ella le brindara una seguridad que le incomodaba. Lamentablemente era peor sentirse sola que estar a lado de cualquiera de los dos.
Caminó hacia la cocina para ver a Kenshin. Debía tomar una desición. Al llegar solo encontró a Yahiko quien secaba algunos tazones.
— Kenshin se acaba de ir a descansar.
— Comprendo...
— Oye, fea —le miro el chico con el ceño fruncido— Se que el sujeto que vino hoy es amigo de Maya pero... ¿que tiene que ver contigo?
— Nada... ¿por qué?
— Porque platicabas con él como si ya lo conocieras. Kenshin también se dio cuenta.
— ¿Kenshin? ¿Te dijo algo?
— Pues, él menciono que era bueno que tuvieras amigos y que buscaras a un buen hombre con el que pudieras formar una familia...
— ¿... Eso dijo?
—Si. Aunque estoy seguro que ningun hombre aceptaría a una chica tan fea y que cocina tan mal como tu —sonrió burlandose. Imaginó que pronto Kaoru lo perseguiria por todo el lugar para ponerlo en su lugar pero se sorprendió al notar que ella no habia escuchado nada de lo ultimo que dijo.
Inmediatamente Kaoru fue a la habitación de Kenshin. Alzo su mano para tocar la puerta pero recordó las palabras de Yahiko: "... él menciono que era bueno que tuvieras amigos y que buscaras a un hombre con el que pudieras formar una familia...".
— Yo quiero... que ese hombre seas tu, Kenshin... —balbuceó de forma que nisiquiera ella escuchó sus palabras.
"Desea que busques a otro hombre porque el no te ama..."
Molesta por sus pensamientos corrió hacia su cuarto y se encerro para intentar desahogarse libremente. Kenshin y Maya habían escuchado sus pasos y ambos se imaginaron el porque de su reacción.
Luego de un par de horas de llanto sobre su futon, Kaoru se quedo plenamente dormida. Yahiko tambien se habia ido a descansar. Nuevamente el dojo se habia quedado en silencio.
Kenshin salia de su habitación llevando consigo todas sus pertenencias. Caminó hacia la salida pasando frente al cuarto de Kaoru sigilosamente.
— "No tienes idea de cuanto me lastima cada lagrima que derramas por mi, Kaoru... Te prometi no volver a alejarme de tu lado pero si permanezco aqui te causaré más daño. Me ha costado mucho trabajo controlar al hitoriki que llevo dentro... Maya está consiguiendo lo que quiere acosta de tu tranquilidad y eso no puedo permitirlo... Por favor. Toma la desición correcta. No dejes que ella se lleve tu inocencia. No dejes que te manche de sangre... Por favor...".
— ¿Te vas tan pronto, Battousai?
Rapidamente Kenshin giró hacia el lugar de donde provenia ese murmullo. ¿Cómo diablos había llegado Maya hasta detrás suyo sin que el lo hubiera notado?
— Sigueme... o ellos despertarán —le advirtió sonriente, dirigiendose hacia el cuarto de entrenamiento. Kenshin no tuvo otra opción mas que obedecerle.
Daichi y Mako se marcharon del dojo al anochecer. Todos salieron a despedirlos excepto Kenshin quien se mantuvo a distancia casi todo el día.
— Y... ¿qué te pareció Daichi?— preguntó Maya a Kaoru mientras entraban nuevamente al dojo. Yahiko se había adelantado para ayudar a Kenshin en la cocina.
— Bueno... Daichi-san es una buena persona pero está enamorado de otra mujer.
— ¿Enamorado?... No había dicho nada.
— En eso él y yo nos parecemos. Tenemos miedo de decirle a la persona a la que amamos lo que sentimos.
Maya le miró desconcertada mientras Kaoru le sonreía.
— Aun así Daichi-san decidió darse unos días para tomar su decisión. Me prometió que hablaría contigo primero.
— Entiendo. Además... veo que tu tampoco estás muy segura de esto. El amor que sientes por tu "sirviente" es exagerado.
— ¡Ya te dije que dejes de llamarlo así!
— Esta bien, esta bien... Bueno, me imagino que estás cansada. ¿Por qué no te vas a descansar, eh? Piensa muy bien las cosas y mañana me dirás qué deseas hacer, ¿te parece?
— Quisiera que tu y Kenshin se quedaran conmigo —suspiró.
— En cualquier momento el o yo nos iremos, Kaoru... Yo te avisaré pero él no lo hará. Ten en mente eso.
Maya se retiró a su habitación.
Kaoru estaba muy confundida. Adoraba a Kenshin pero sabia que su amor no era suficiente para asegurar que él se quedara a su lado; por otra parte, consideraba a Maya como a una hermana de la que se separó mucho tiempo y a la que no deseaba perder otra vez aunque ella le brindara una seguridad que le incomodaba. Lamentablemente era peor sentirse sola que estar a lado de cualquiera de los dos.
Caminó hacia la cocina para ver a Kenshin. Debía tomar una desición. Al llegar solo encontró a Yahiko quien secaba algunos tazones.
— Kenshin se acaba de ir a descansar.
— Comprendo...
— Oye, fea —le miro el chico con el ceño fruncido— Se que el sujeto que vino hoy es amigo de Maya pero... ¿que tiene que ver contigo?
— Nada... ¿por qué?
— Porque platicabas con él como si ya lo conocieras. Kenshin también se dio cuenta.
— ¿Kenshin? ¿Te dijo algo?
— Pues, él menciono que era bueno que tuvieras amigos y que buscaras a un buen hombre con el que pudieras formar una familia...
— ¿... Eso dijo?
—Si. Aunque estoy seguro que ningun hombre aceptaría a una chica tan fea y que cocina tan mal como tu —sonrió burlandose. Imaginó que pronto Kaoru lo perseguiria por todo el lugar para ponerlo en su lugar pero se sorprendió al notar que ella no habia escuchado nada de lo ultimo que dijo.
Inmediatamente Kaoru fue a la habitación de Kenshin. Alzo su mano para tocar la puerta pero recordó las palabras de Yahiko: "... él menciono que era bueno que tuvieras amigos y que buscaras a un hombre con el que pudieras formar una familia...".
— Yo quiero... que ese hombre seas tu, Kenshin... —balbuceó de forma que nisiquiera ella escuchó sus palabras.
"Desea que busques a otro hombre porque el no te ama..."
Molesta por sus pensamientos corrió hacia su cuarto y se encerro para intentar desahogarse libremente. Kenshin y Maya habían escuchado sus pasos y ambos se imaginaron el porque de su reacción.
Luego de un par de horas de llanto sobre su futon, Kaoru se quedo plenamente dormida. Yahiko tambien se habia ido a descansar. Nuevamente el dojo se habia quedado en silencio.
Kenshin salia de su habitación llevando consigo todas sus pertenencias. Caminó hacia la salida pasando frente al cuarto de Kaoru sigilosamente.
— "No tienes idea de cuanto me lastima cada lagrima que derramas por mi, Kaoru... Te prometi no volver a alejarme de tu lado pero si permanezco aqui te causaré más daño. Me ha costado mucho trabajo controlar al hitoriki que llevo dentro... Maya está consiguiendo lo que quiere acosta de tu tranquilidad y eso no puedo permitirlo... Por favor. Toma la desición correcta. No dejes que ella se lleve tu inocencia. No dejes que te manche de sangre... Por favor...".
— ¿Te vas tan pronto, Battousai?
Rapidamente Kenshin giró hacia el lugar de donde provenia ese murmullo. ¿Cómo diablos había llegado Maya hasta detrás suyo sin que el lo hubiera notado?
— Sigueme... o ellos despertarán —le advirtió sonriente, dirigiendose hacia el cuarto de entrenamiento. Kenshin no tuvo otra opción mas que obedecerle.
