Nota de la autora: ¡¡Gracias por los comentarios!!
CAPITULO 10. Tokyo
Maya trató de ponerse de pie pero el dolor era demasiado intenso. Daichi se aproximó para ayudarla mientras Kenshin observaba perplejo a Kaoru.
— ¡Maya!... ¡Resiste!
— Ne... Necesito... doc... ¡Ahhggg!
— ¡Kaoru, necesitamos llevarla con un doctor! —llamó la atención de ambos mientras cargaba a Maya en sus brazos.
— Si...
No hubo más palabras. Daichi sacó a Maya de allí seguido de Kaoru. Al verlos desaparecer Kenshin se dejó caer derrotado al suelo. Kaoru seguramente lo odiaria por el resto de su vida... Al fin habia logrado alejarla de él pero ¿acaso era justo? ¿Era justo que la persona a la que más amaba y la cual confiaba en él ciegamente ahora lo odiara? ¿Era asi como el queria terminar? ¿Solo otra vez?
"Cobarde..."
Golpeó con todas sus fuerzas el suelo con el puño derecho. Quizas rompiendose la mano no volvería a usar la espada para lastimar a quien amaba. Algunas gotas de sangre cayeron al suelo seguidas de un par de lagrimas.
* * * * * *
Kaoru y Daichi aguardaron a que Megumi terminara de revisar a Maya.
— Toma. Debes tener frio —dijo él al quitarse su obi para darselo. Ella la acepto sin responder —Maya estará bien... No te preocupes.
Kaoru asintió lentamente mientras su mirada seguia en la puerta que la separaba de Maya y Megumi. Su mente estaba en blanco. No deseaba recordar ni pensar en lo sucedido. Seguramente todo era una terrible pesadilla de la que queria despertar lo más pronto posible.
De pronto la puerta se abrió. Kaoru y Daichi se pusieron de pie al ver a Megumi salir.
— ¿Cómo está? —preguntaron los dos al mismo tiempo.
— No muy bien. Necesita mucho reposo. Su embarazo es de alto riesgo...
Ambos le miraron perplejos.
— ¡¿Está... embarazada?!
— Si... ¿No lo sabían? —le pregunto a Daichi.
— No... Pero... ¡Es imposible...! Debe... ¡Debe haber algun error! ¡Ella no puede...!
— Es verdad —dijo Maya al abrir completamente la puerta de la habitación. Lucía muy palida y debil.
— ¿Qué haces levantada? ¡Vuelve al futon de inmediato! —exigió Megumi sin miramientos.
— Odio que los doctores me den ordenes, ¿lo sabias? —le retó pero Megumi no era de las que se rendia facilmente— Bien, bien... Obedeceré. Pero necesito que me dejes hablar a solas con Kaoru.
— ¡Ya te dije que...!
— ¡Juro que me ire sino me permites hablar con ella!
Maya hablaba en serio.
— Esta bien... Pero solo un momento.
— Gracias —le sonrió dirigiendose a su futon. Kaoru entró al cuarto y luego cerró la puerta. Aún no podía creer lo que Megumi había dicho— Acercate, por favor...
Kaoru obedeció. Se hincó a un lado suyo mirandola desconcertada.
— ¿Que quieres que te explique primero, Chibi?... ¿Mi pasado o lo que viste hace un rato?
Ella no respondió.
— Desde la ultima vez que tu y yo nos vimos me dedique a buscar un lugar adecuado para el clan. Durante varios años cuidé de ellos hasta que la policia logró aprehenderme. No es que ellos me hubieran capturado... Era yo o mi clan asi que no tuve opción. Ya en la carcel el gobierno me ofrecio trabajar para él a cambio de dejar en paz a mi jauría. Acepté sin dudarlo. Fue entonces cuando conoci a mi esposo, hace seis años exactamente. El tambien trabaja para el gobierno. Me dejaron a su cargo desde un principio... El no deseaba que me relacionaran más con la jauría asi que cambie mi nombre al de Tokyo...—sonrió.
— ¿Tokyo?...
— Si. A él le gusta mucho ese nombre. Es una lastima que no lo volveré a usar...—suspiró mirando el techo— En fin. Lo obligaron a casarse conmigo... A pesar de los años que pasamos juntos nunca demostró amarme. Solo se dedica a su trabajo sin importarle dejarme sola por varios meses asi que decidi retomar mi antigua vida. Regrese a Tokyo para buscar al clan... y al legendario Hitoriki Battousai.
Los ojos de Kaoru se abrieron completamente ante su sorpresa.
— Lo reconocí el día que me llevaste a tu casa aunque solo lo había visto una vez en mi vida: cuando le quite el privilegio de matar a un traficante de armas hace más de diez años... Si lo hubiera matado en ese momento quizás tu no estuvieras sufriendo tanto.
— ¡No vuelvas a decir eso! —replicó sumamente enfadada.
Maya le miró sorprendida, luego volvió a sonreir.
— Lo amas demasiado... Te admiro, Kaoru. Eres capaz de protegerlo a pesar de todo el dolor que te ha provocado al no corresponder tus sentimientos. Yo en cambio... abandone al hombre que amo para dejar de atormentarme con la idea de que algun día lo matarán y me dejará más sola de lo que he estado en estos años.
— Maya... —le miró calurosamente esta vez— ¿Lo extrañas, verdad?
— Mucho... pero se que él a mi no. Cuando me enteré que estaba embarazada decidi alejarme de él y cumplir con uno de mis sueños: darle a mi jauría un descendiente que los proteja y tener a mi lado el unico y mas hermoso recuerdo que mi esposo pudo regalarme.
— ¡Pero estoy segura que el debe estarte buscando!... ¡No puede ser tan ciego como para no darse cuenta la clase de mujer que va a perder si no lo hace!
— Eso mismo pienso de tu vagabundo.
Hasta ese momento Kaoru comprendió las intenciones de Maya al enfrentar a Kenshin de esa manera. No pudo contener sus lagrimas.
— Todo esto lo hiciste... para que Kenshin y yo...
— En parte —confesó anticipandose a sus palabras— En realidad deseaba quitarle a mi esposo el placer de vencer a Hitoriki Battousai... Ha sido una de sus obsesiones desde hace mucho tiempo.
La expresión de Kaoru cambio drasticamente mientras apretaba sus puños contra sus piernas.
— ¡¡Asi que por eso obligaste al pobre de Kenshin a pelear contigo!! ¡Sanosuke tenía razón! ¡Eres una tramposa!
Lo unico que Maya pudo hacer fue reirse ante la actitud tan infantil que caracterizaba a Kaoru cada vez que se enfadaba.
— Siento mucho haberte preocupado, Chibi... Juro que no deseaba lastimarlo severamente, solo un poquito para que reconociera lo cobarde que es al no decir lo que siente por ti.
— ¡Tonta!... ¿No pensaste que tal vez él solo me ve como una hermana o una amiga?
— ¿Eh? ¡Eso nisiquiera tu misma te lo crees!
— Ciertamente cada día que pasa me convenzo más de que así es... Inclusive... el esta de acuerdo en que busque a alguien con quien pueda formar una familia... —suspiró con resignación, mirando sus manos entrelazadas— Ya es justo que deje de soñar y me enfrente a la realidad... Kenshin no me ama y nunca lo hará.
— Kaoru...
— Bien —se puso de pie intentando sonreir luego de limpiarse las lagrimas— Será mejor que te deje descansar. Megumi es una gran doctora y te cuidará bien. Yo debo regresar al dojo... Le pediré a Daichi que me acompañe.
— ¡Aguarda, todavía no hemos terminado de hablar!...
— Mañana vendré muy temprano a verte. Descansa. Buenas noches.
— ¡Pero...!
Kaoru salió de la habitación y cerró la puerta sin hacer caso a Maya. Daichi la miró preocupado pero Kaoru simplemente mantuvo su sonrisa fingida.
— ¿Puedo pedirte un favor, Daichi-san? Necesito regresar al dojo para recoger algunas cosas... ¿Podrías acompañarme?
— ¿Te quedarás con Maya durante su estancia en la clinica?
— No... Se que mañana mismo ella saldrá de aqui esté o no recuperada. Por eso quiero tener todas mis cosas listas para irme con ustedes.
Daichi le miró perplejo. ¿Acaso había escuchado bien? ¿En verdad Kaoru estaba decidida a unirse al clan aun a pesar lo sucedido?... Kaoru se encaminó hacia la salida suplicandole con la mirada que la siguiera. El accedió.
CAPITULO 10. Tokyo
Maya trató de ponerse de pie pero el dolor era demasiado intenso. Daichi se aproximó para ayudarla mientras Kenshin observaba perplejo a Kaoru.
— ¡Maya!... ¡Resiste!
— Ne... Necesito... doc... ¡Ahhggg!
— ¡Kaoru, necesitamos llevarla con un doctor! —llamó la atención de ambos mientras cargaba a Maya en sus brazos.
— Si...
No hubo más palabras. Daichi sacó a Maya de allí seguido de Kaoru. Al verlos desaparecer Kenshin se dejó caer derrotado al suelo. Kaoru seguramente lo odiaria por el resto de su vida... Al fin habia logrado alejarla de él pero ¿acaso era justo? ¿Era justo que la persona a la que más amaba y la cual confiaba en él ciegamente ahora lo odiara? ¿Era asi como el queria terminar? ¿Solo otra vez?
"Cobarde..."
Golpeó con todas sus fuerzas el suelo con el puño derecho. Quizas rompiendose la mano no volvería a usar la espada para lastimar a quien amaba. Algunas gotas de sangre cayeron al suelo seguidas de un par de lagrimas.
* * * * * *
Kaoru y Daichi aguardaron a que Megumi terminara de revisar a Maya.
— Toma. Debes tener frio —dijo él al quitarse su obi para darselo. Ella la acepto sin responder —Maya estará bien... No te preocupes.
Kaoru asintió lentamente mientras su mirada seguia en la puerta que la separaba de Maya y Megumi. Su mente estaba en blanco. No deseaba recordar ni pensar en lo sucedido. Seguramente todo era una terrible pesadilla de la que queria despertar lo más pronto posible.
De pronto la puerta se abrió. Kaoru y Daichi se pusieron de pie al ver a Megumi salir.
— ¿Cómo está? —preguntaron los dos al mismo tiempo.
— No muy bien. Necesita mucho reposo. Su embarazo es de alto riesgo...
Ambos le miraron perplejos.
— ¡¿Está... embarazada?!
— Si... ¿No lo sabían? —le pregunto a Daichi.
— No... Pero... ¡Es imposible...! Debe... ¡Debe haber algun error! ¡Ella no puede...!
— Es verdad —dijo Maya al abrir completamente la puerta de la habitación. Lucía muy palida y debil.
— ¿Qué haces levantada? ¡Vuelve al futon de inmediato! —exigió Megumi sin miramientos.
— Odio que los doctores me den ordenes, ¿lo sabias? —le retó pero Megumi no era de las que se rendia facilmente— Bien, bien... Obedeceré. Pero necesito que me dejes hablar a solas con Kaoru.
— ¡Ya te dije que...!
— ¡Juro que me ire sino me permites hablar con ella!
Maya hablaba en serio.
— Esta bien... Pero solo un momento.
— Gracias —le sonrió dirigiendose a su futon. Kaoru entró al cuarto y luego cerró la puerta. Aún no podía creer lo que Megumi había dicho— Acercate, por favor...
Kaoru obedeció. Se hincó a un lado suyo mirandola desconcertada.
— ¿Que quieres que te explique primero, Chibi?... ¿Mi pasado o lo que viste hace un rato?
Ella no respondió.
— Desde la ultima vez que tu y yo nos vimos me dedique a buscar un lugar adecuado para el clan. Durante varios años cuidé de ellos hasta que la policia logró aprehenderme. No es que ellos me hubieran capturado... Era yo o mi clan asi que no tuve opción. Ya en la carcel el gobierno me ofrecio trabajar para él a cambio de dejar en paz a mi jauría. Acepté sin dudarlo. Fue entonces cuando conoci a mi esposo, hace seis años exactamente. El tambien trabaja para el gobierno. Me dejaron a su cargo desde un principio... El no deseaba que me relacionaran más con la jauría asi que cambie mi nombre al de Tokyo...—sonrió.
— ¿Tokyo?...
— Si. A él le gusta mucho ese nombre. Es una lastima que no lo volveré a usar...—suspiró mirando el techo— En fin. Lo obligaron a casarse conmigo... A pesar de los años que pasamos juntos nunca demostró amarme. Solo se dedica a su trabajo sin importarle dejarme sola por varios meses asi que decidi retomar mi antigua vida. Regrese a Tokyo para buscar al clan... y al legendario Hitoriki Battousai.
Los ojos de Kaoru se abrieron completamente ante su sorpresa.
— Lo reconocí el día que me llevaste a tu casa aunque solo lo había visto una vez en mi vida: cuando le quite el privilegio de matar a un traficante de armas hace más de diez años... Si lo hubiera matado en ese momento quizás tu no estuvieras sufriendo tanto.
— ¡No vuelvas a decir eso! —replicó sumamente enfadada.
Maya le miró sorprendida, luego volvió a sonreir.
— Lo amas demasiado... Te admiro, Kaoru. Eres capaz de protegerlo a pesar de todo el dolor que te ha provocado al no corresponder tus sentimientos. Yo en cambio... abandone al hombre que amo para dejar de atormentarme con la idea de que algun día lo matarán y me dejará más sola de lo que he estado en estos años.
— Maya... —le miró calurosamente esta vez— ¿Lo extrañas, verdad?
— Mucho... pero se que él a mi no. Cuando me enteré que estaba embarazada decidi alejarme de él y cumplir con uno de mis sueños: darle a mi jauría un descendiente que los proteja y tener a mi lado el unico y mas hermoso recuerdo que mi esposo pudo regalarme.
— ¡Pero estoy segura que el debe estarte buscando!... ¡No puede ser tan ciego como para no darse cuenta la clase de mujer que va a perder si no lo hace!
— Eso mismo pienso de tu vagabundo.
Hasta ese momento Kaoru comprendió las intenciones de Maya al enfrentar a Kenshin de esa manera. No pudo contener sus lagrimas.
— Todo esto lo hiciste... para que Kenshin y yo...
— En parte —confesó anticipandose a sus palabras— En realidad deseaba quitarle a mi esposo el placer de vencer a Hitoriki Battousai... Ha sido una de sus obsesiones desde hace mucho tiempo.
La expresión de Kaoru cambio drasticamente mientras apretaba sus puños contra sus piernas.
— ¡¡Asi que por eso obligaste al pobre de Kenshin a pelear contigo!! ¡Sanosuke tenía razón! ¡Eres una tramposa!
Lo unico que Maya pudo hacer fue reirse ante la actitud tan infantil que caracterizaba a Kaoru cada vez que se enfadaba.
— Siento mucho haberte preocupado, Chibi... Juro que no deseaba lastimarlo severamente, solo un poquito para que reconociera lo cobarde que es al no decir lo que siente por ti.
— ¡Tonta!... ¿No pensaste que tal vez él solo me ve como una hermana o una amiga?
— ¿Eh? ¡Eso nisiquiera tu misma te lo crees!
— Ciertamente cada día que pasa me convenzo más de que así es... Inclusive... el esta de acuerdo en que busque a alguien con quien pueda formar una familia... —suspiró con resignación, mirando sus manos entrelazadas— Ya es justo que deje de soñar y me enfrente a la realidad... Kenshin no me ama y nunca lo hará.
— Kaoru...
— Bien —se puso de pie intentando sonreir luego de limpiarse las lagrimas— Será mejor que te deje descansar. Megumi es una gran doctora y te cuidará bien. Yo debo regresar al dojo... Le pediré a Daichi que me acompañe.
— ¡Aguarda, todavía no hemos terminado de hablar!...
— Mañana vendré muy temprano a verte. Descansa. Buenas noches.
— ¡Pero...!
Kaoru salió de la habitación y cerró la puerta sin hacer caso a Maya. Daichi la miró preocupado pero Kaoru simplemente mantuvo su sonrisa fingida.
— ¿Puedo pedirte un favor, Daichi-san? Necesito regresar al dojo para recoger algunas cosas... ¿Podrías acompañarme?
— ¿Te quedarás con Maya durante su estancia en la clinica?
— No... Se que mañana mismo ella saldrá de aqui esté o no recuperada. Por eso quiero tener todas mis cosas listas para irme con ustedes.
Daichi le miró perplejo. ¿Acaso había escuchado bien? ¿En verdad Kaoru estaba decidida a unirse al clan aun a pesar lo sucedido?... Kaoru se encaminó hacia la salida suplicandole con la mirada que la siguiera. El accedió.
