CAPITULO 12. El deseo de Battousai.
Kaoru entró a la cocina donde Daichi aguardaba.
— Disculpa la espera...
— No hay problema. ¿Segura que eso es todo lo que te llevarás? —preguntó al ver el pequeño saco que Kaoru llevaba consigo.
— Si... Solo me falta una cosa. Regreso enseguida.
Salió dirigiendose esta vez al cuarto de entrenamiento. Allí se hallaba el recuerdo más importante de su familia.
El lugar estaba obscuro. Las lamparas que unas horas atras iluminaron el cuarto estaban reunidas todas en una sola esquina. Seguramente Kenshin las había dejado allí. Caminó hacia el lugar donde guardaba sus katanas. Allí, sobre un pequeño atrio, se encontraba la espada de su padre. La sujetó delicadamente para luego acercarla a su pecho abrazandola contra si misma.
— "Padre... Espero me comprendas... Esto lo hago por Maya, aquella a la que ayudaste alguna vez y que fue mi compañera de juegos según tus deseos. No quiero quedarme mas tiempo sola... Te prometo que la usaré solo para seguir tus propositos: proteger a quienes amo y nada más".
Lentamente caminó hacia la puerta sin dejar de mirar el arma en sus manos. Sin embargo, un murmullo llamó su atención hacia el patio del dojo.
— ¿Daichi-san? — preguntó Kaoru algo temerosa.
— ... Tu no deberías usar un arma como esa, Kaoru...
— ¿Kenshin?... — se acercó desconcertada. Kenshin se mantenía inmovil, cabizbajo. Su cabello no le permitia a Kaoru ver sus ojos— ¿Sucede algo?... Crei que...
— ¿Creiste que habiamos terminado de hablar? —sonrió.
— Bueno... yo... No tengo mucho tiempo. Daichi-san me esta esperando.
— ¿Te irás con él?
— Le pedi que me acompañara para recoger mis cosas, es todo —explicó mientras enfocaba nuevamente su atención en la espada que sostenia—. ¿Hay algo más que desees preguntarme?
— No...
Dicho esto, Kaoru decidió continuar con su camino. Pasó a un lado de Kenshin en silencio, luego se detuvo. Iba a darse vuelta para volver a despedirse de él pero repentinamente por detras una mano le cubrió la boca mientras otra la sujetaba firmemente de la cintura. Su primera reacción fue dejar caer la espada para tratar de liberarse solo que al percatarse de que su cinto azul vendaba la mano que la mantenía en silencio desistió.
— ¡¡¿Mmmm...?!!!
— Shhh... —le murmuró Kenshin suavemente en el odio— Tu siempre has confiado en mi, ¿no es verdad?
Ella asintió tratando de mirarle a los ojos. Hasta ese momento se dio cuenta que era Battousai quien le hablaba.
— Kaoru... Yo jamas te haría daño... —susurró el para apaciguar el miedo que los ojos de Kaoru reflejaron al identificarlo— Jamás podría lastimarte...
— ¡Mmm...!
— Lo sé. Merezco este castigo. Hace solo un rato estuve apunto de defraudar tu confianza...
Esta vez Kaoru cerro los ojos y movio la cabeza de un lado a otro lentamente. Battousai entendió el mensaje y volvió a sonreir.
— Kaoru... Necesito explicarte muchas cosas. Por favor... Solo escuchame.
Ella asintió nuevamente. Battousai retiró su mano de la boca de Kaoru deslizandola por su pecho para abrazarla con mas fuerza. Ella suspiró en respuesta manteniendo aún los ojos cerrados.
— Se cuanto has sufrido por mi culpa... Se de todas las lagrimas que has derramado por mi en las noches y lo sola que te he hecho sentir. Crei que manteniendote a salvo de todos mis enemigos y de mi seria suficiente para demostrarte cuanto te amo... pero no tome en cuenta tus sentimientos, tus tristezas y tu soledad. Necesite que alguien más me quitara la venda de los ojos... Tienes razón al decir que ella y yo nos parecemos... Somo demasiado egoistas. Solo buscamos nuestra felicidad sin importarnos quien tenga que caer para satisfacer nuestros deseos... Ya una vez perdí a quien amaba por esto... y hoy estuve a punto de perderte a ti tambien. Lo siento...
— Entonces... ¿Me amas?
— Con todo mi ser —susurró mientras intentaba reducir más el espacio que habia entre ellos.
— Y Kenshin... ¿También me ama? —preguntó colocando sus manos sobre las de él.
Esto tomó por sorpresa a Battousai. Unos segundos de silencio prosiguieron mientras un fuerte viento se hacia presente en todo Tokyo.
— Sabia que tu tendrías mas suerte que yo, Kaoru... —penso Daichi en voz alta observandolos discretamente desde una de las puertas— Bien. Es de mala educación espiar a otros... Será mejor que vuelva con Maya.
Daichi salio del dojo en silencio, con una sonrisa sincera en los labios.
— ¿Tu a quien amas? —preguntó Battousai cerrando los ojos.
— Yo amo al hombre que decidio aceptar mi hospitalidad desde el dia que lo conoci —confesó al abrir los ojos, derramando un par de lagrimas— Al hombre que me ha demostrado su deseo de proteger a otros y de reparar sus errores pasados... y al guerrero que luchó durante varios años y que me ha protegido aunque yo nunca se lo haya pedido.
— Eres... tan fuerte, Kaoru... Si no fuera por ti en estos momentos ese hombre al que amas estaría solo y seguiria siendo un vagabundo, pero gracias a tu inocencia y tu amor has logrado apoderarte de su corazón y su alma por completo. Disculpalo si no ha sabido demostrarte lo importante e indispensable que eres para él... Por favor... Quedate a su lado. No lo abandones.
Con una tierna sonrisa Kaoru se dio vuelta para mirar el rostro de aquel a quien tanto amaba. Se acercó para besar suavemente sus labios.
— No lo haré si el me necesita...
— Mas que a nada en este mundo... —dijo al revelar que sus ojos habian vuelto a la normalidad. Luego la abrazó nuevamente mientras sus labios le demostraban todo lo que el no podía expresar en palabras.
****
Nota: ¿Que les parecio? Espero que no me haya quedado muy cursi la historia... Pero bueno, todavia falta saber que le sucedera a Tokyo.... o_o.... ¡Es otra de las parejas que me fascina!
Kaoru entró a la cocina donde Daichi aguardaba.
— Disculpa la espera...
— No hay problema. ¿Segura que eso es todo lo que te llevarás? —preguntó al ver el pequeño saco que Kaoru llevaba consigo.
— Si... Solo me falta una cosa. Regreso enseguida.
Salió dirigiendose esta vez al cuarto de entrenamiento. Allí se hallaba el recuerdo más importante de su familia.
El lugar estaba obscuro. Las lamparas que unas horas atras iluminaron el cuarto estaban reunidas todas en una sola esquina. Seguramente Kenshin las había dejado allí. Caminó hacia el lugar donde guardaba sus katanas. Allí, sobre un pequeño atrio, se encontraba la espada de su padre. La sujetó delicadamente para luego acercarla a su pecho abrazandola contra si misma.
— "Padre... Espero me comprendas... Esto lo hago por Maya, aquella a la que ayudaste alguna vez y que fue mi compañera de juegos según tus deseos. No quiero quedarme mas tiempo sola... Te prometo que la usaré solo para seguir tus propositos: proteger a quienes amo y nada más".
Lentamente caminó hacia la puerta sin dejar de mirar el arma en sus manos. Sin embargo, un murmullo llamó su atención hacia el patio del dojo.
— ¿Daichi-san? — preguntó Kaoru algo temerosa.
— ... Tu no deberías usar un arma como esa, Kaoru...
— ¿Kenshin?... — se acercó desconcertada. Kenshin se mantenía inmovil, cabizbajo. Su cabello no le permitia a Kaoru ver sus ojos— ¿Sucede algo?... Crei que...
— ¿Creiste que habiamos terminado de hablar? —sonrió.
— Bueno... yo... No tengo mucho tiempo. Daichi-san me esta esperando.
— ¿Te irás con él?
— Le pedi que me acompañara para recoger mis cosas, es todo —explicó mientras enfocaba nuevamente su atención en la espada que sostenia—. ¿Hay algo más que desees preguntarme?
— No...
Dicho esto, Kaoru decidió continuar con su camino. Pasó a un lado de Kenshin en silencio, luego se detuvo. Iba a darse vuelta para volver a despedirse de él pero repentinamente por detras una mano le cubrió la boca mientras otra la sujetaba firmemente de la cintura. Su primera reacción fue dejar caer la espada para tratar de liberarse solo que al percatarse de que su cinto azul vendaba la mano que la mantenía en silencio desistió.
— ¡¡¿Mmmm...?!!!
— Shhh... —le murmuró Kenshin suavemente en el odio— Tu siempre has confiado en mi, ¿no es verdad?
Ella asintió tratando de mirarle a los ojos. Hasta ese momento se dio cuenta que era Battousai quien le hablaba.
— Kaoru... Yo jamas te haría daño... —susurró el para apaciguar el miedo que los ojos de Kaoru reflejaron al identificarlo— Jamás podría lastimarte...
— ¡Mmm...!
— Lo sé. Merezco este castigo. Hace solo un rato estuve apunto de defraudar tu confianza...
Esta vez Kaoru cerro los ojos y movio la cabeza de un lado a otro lentamente. Battousai entendió el mensaje y volvió a sonreir.
— Kaoru... Necesito explicarte muchas cosas. Por favor... Solo escuchame.
Ella asintió nuevamente. Battousai retiró su mano de la boca de Kaoru deslizandola por su pecho para abrazarla con mas fuerza. Ella suspiró en respuesta manteniendo aún los ojos cerrados.
— Se cuanto has sufrido por mi culpa... Se de todas las lagrimas que has derramado por mi en las noches y lo sola que te he hecho sentir. Crei que manteniendote a salvo de todos mis enemigos y de mi seria suficiente para demostrarte cuanto te amo... pero no tome en cuenta tus sentimientos, tus tristezas y tu soledad. Necesite que alguien más me quitara la venda de los ojos... Tienes razón al decir que ella y yo nos parecemos... Somo demasiado egoistas. Solo buscamos nuestra felicidad sin importarnos quien tenga que caer para satisfacer nuestros deseos... Ya una vez perdí a quien amaba por esto... y hoy estuve a punto de perderte a ti tambien. Lo siento...
— Entonces... ¿Me amas?
— Con todo mi ser —susurró mientras intentaba reducir más el espacio que habia entre ellos.
— Y Kenshin... ¿También me ama? —preguntó colocando sus manos sobre las de él.
Esto tomó por sorpresa a Battousai. Unos segundos de silencio prosiguieron mientras un fuerte viento se hacia presente en todo Tokyo.
— Sabia que tu tendrías mas suerte que yo, Kaoru... —penso Daichi en voz alta observandolos discretamente desde una de las puertas— Bien. Es de mala educación espiar a otros... Será mejor que vuelva con Maya.
Daichi salio del dojo en silencio, con una sonrisa sincera en los labios.
— ¿Tu a quien amas? —preguntó Battousai cerrando los ojos.
— Yo amo al hombre que decidio aceptar mi hospitalidad desde el dia que lo conoci —confesó al abrir los ojos, derramando un par de lagrimas— Al hombre que me ha demostrado su deseo de proteger a otros y de reparar sus errores pasados... y al guerrero que luchó durante varios años y que me ha protegido aunque yo nunca se lo haya pedido.
— Eres... tan fuerte, Kaoru... Si no fuera por ti en estos momentos ese hombre al que amas estaría solo y seguiria siendo un vagabundo, pero gracias a tu inocencia y tu amor has logrado apoderarte de su corazón y su alma por completo. Disculpalo si no ha sabido demostrarte lo importante e indispensable que eres para él... Por favor... Quedate a su lado. No lo abandones.
Con una tierna sonrisa Kaoru se dio vuelta para mirar el rostro de aquel a quien tanto amaba. Se acercó para besar suavemente sus labios.
— No lo haré si el me necesita...
— Mas que a nada en este mundo... —dijo al revelar que sus ojos habian vuelto a la normalidad. Luego la abrazó nuevamente mientras sus labios le demostraban todo lo que el no podía expresar en palabras.
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Nota: ¿Que les parecio? Espero que no me haya quedado muy cursi la historia... Pero bueno, todavia falta saber que le sucedera a Tokyo.... o_o.... ¡Es otra de las parejas que me fascina!
