CAPITULO 13. La aparición de Saito


A pesar del fuerte viento que se había desatado durante la madrugada en Tokyo, el sol se hizo presente en todo su esplendor por la mañana. Para Kenshin y Kaoru este era no solo un nuevo día sino un nuevo comienzo en su vida juntos.
- Aun no puedo creer que el vagabundo por fin se decidió a hablar. Sinceramente pensé que nunca lo haría -fue el primer comentario que Maya hizo luego de que Daichi le platicara lo sucedido en el Dojo.
- Por eso te aprovechaste de él -sonreía Daichi mientras le tejía una trenza a Maya. Ambos continuaban en la clínica de Megumi quien amenazó con evitar a toda costa que su paciente abandonara el lugar sin su permiso. Lamentablemente Maya tenía otros planes.
- Por favor… Estamos hablando de Battousai, que no se te olvide. Pero bueno… Por lo menos Kaoru se quedará aquí. Ya no tendré que preocuparme por ella. Ese bobo la cuidará si no tendrá que vérselas conmigo.
- Espero que eso nunca pase… Bien. Ya termine con esto. ¿Estas segura de que quieres que…?
- Como líder de "La Jauría" no puedo mostrarme como una frágil mujer ante mis enemigos y mi cabello no me beneficia en nada. Además debemos salir de aquí de alguna forma. Esa doctora es demasiado testaruda pero no va a salirse con la suya.
- No has cambiado nada en estos años, Líder…
- En realidad cambie mucho… Más de lo que tu crees, Daichi -murmuró al tiempo que él, con ayuda de su espada, cortaba de tajo la castaña cabellera de su amiga- Necesito que te adelantes y preparares todo para irnos de inmediato de Tokyo. Si mi instinto no me falla en estos momentos la policía debe estarme buscando en este lugar.
- ¿Eh?... Crei que habías dicho que tu esposo no te buscaría.
- Si lo hace no será porque le intereso, sino para aplicarme "el castigo" que merezco por huir.
- No te preocupes, Líder -colocó sus manos sobre los hombros de Maya para hacerla girar hacia él- Yo no permitiré que él se te acerque otra vez.
Maya se desconcertó ante la intensa mirada de Daichi. Recordó que Kaoru le había mencionado antes que él estaba enamorado de alguien más.
- Gra… Gracias… pero tu sabes que puedo protegerme sola -aseveró sin evitar sonrojarse- Ahora vete. Tengo que cambiarme… Iré a despedirme de Kaoru y después nos reuniremos donde habíamos quedado el otro día. ¿De acuerdo?
Él asintió satisfecho para luego salir de la habitación.
- "Kami-sama... -se dijo Maya mentalmente luego de suspirar- Y yo que creí que Daichi al fin se había olvidado de mi… Bien. Será mejor que me prepare. Las cosas que él me trajo me serán de mucha utilidad para despistar a la doctora. Ni ella ni nadie más podrá reconocerme…".

*****

No había duda para Yahiko que algo extraño sucedía en el Dojo Kamiya esa mañana. Kaoru no había amanecido de malas como de costumbre y Kenshin no estaba realizando los quehaceres diarios del lugar.
- "Pero… ¿Dónde demonios se metieron esos dos?... Ya tengo mucha hambre y no hay nada para desayunar. ¡Maldición! ¡Cuando los encuentre juro que voy a…!"
Al caminar hacia el patio se sorprendió al encontrar a sus amigos sentados bajo uno de los árboles durmiendo placidamente.
- "¿Qué paso aquí? ¿Cómo terminó Kaoru en brazos de Kenshin aquí afuera?... ¿Y ahora que hago? Me estoy muriendo de hambre… -pensó molesto- ¿Y si despierto a "la fea" primero? No… Me va a golpear y más fuerte que otras veces… ¡Ya se! Mejor iré al Akebeto con mi querida Tsubame. Alli si me atenderán".
Dicho y hecho Yahiko salió del Dojo muy contento hacia el Akebeto sin sospechar nada.
- Ya se fue… -susurró Kaoru al perderlo de vista. Kenshin le sonrió abrazándola con más fuerza contra su pecho- Seguramente se asustó ante el castigo que le pondría si nos molestaba.
- Debemos pensar cómo contarle todo lo que pasó…
- ¿Es necesario que lo sepa? -preguntó caprichudamente.
- Si no deseas decírselo por mi está bien. Lo que si debe saber es que a partir de hoy habrá algunos cambios por aquí.
- No solo a Yahiko tendremos que decírselo… También a Sano, a Megumi… -disminuyó la voz al ver que Kenshin se acercaba más para besarla- a Tae… a Tsubame…
- ¿Y a mi no pensaban decírmelo? -interrumpió un sujeto al que nunca imaginaron ver en ese momento.
- ¿¿¡Tú??!...
Ambos se pusieron de pie lo más rápido posible sin lograr ocultar sus rostros sonrojados.
- ¡Vaya! Veo que no has estado perdiendo el tiempo estos días, Battousai… -comentó aquel personaje mientras sacaba un puro y su encendedor de la chaqueta de su uniforme.
- ¿Qué… Qué haces aquí, Saito? -pregunto Kaoru enfadada. En ese momento la imagen de su amiga Maya abordó su mente. Tal vez la policía ya estaba buscándola.
- Mi intención no era interrumpirlos. Tengo una misión que cumplir y necesito hablar con Battousai -dijo luego de encender su puro.
- ¿Una misión?
- Así es. Estoy buscando a…
- Tengo que irme… -le interrumpió Kaoru abruptamente- Yo… Recordé que necesito ir al Akebeto para pedirle algo a Tae… Con permiso.
Sin dar mas explicaciones Kaoru salio de inmediato del lugar. Debía ir a la clínica para prevenir a Maya. Si Saito la encontraba no le sería nada fácil escapar de él.
- Kaoru…
- ¿Qué le sucede a tu mujer, Battousai?
- Nada. Pero dime… ¿A qué misión te refieres?
- Dejémonos de tonterías. Tú sabes perfectamente a que he venido… Uno de mis oficiales vio salir de aquí a un sujeto durante la madrugada llamado Daichi. No pudo seguirlo porque es demasiado escurridizo pero seguramente tu y tu mujer saben en donde está.
- Es cierto que conozco a ese chico del que hablas. Lamentablemente se fue sin despedirse y no sabemos a donde.
- Pues tu mujer si parece saberlo. Quizás si le preguntó a ella sea más cooperativa que tu.
- Ella no sabe nada -advirtió seriamente.
- Jmm. Ya lo veremos… -le reto dándole la espalda dispuesto a marcharse.
Kenshin no hizo el menor intento por detenerlo, además sabía que si intentaba ir tras Kaoru Saito lo seguiría. Aún así decidió mantenerse a la expectativa de los movimientos del policía. Seguramente él a quién en realidad buscaba era a Maya.

***
nota:
Hice unos pequeños cambios a este capitulo. Espero no les moleste.